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nico acontecimiento,
es lgico ver
tambin su efecto
salvfico
como
procedente del conjunto y decir que
tambin la resurreccin salva. La funcin
soteriolgica de muerte y resurreccin
resulta la hiptesis ms completa y
sencilla para explicar cuanto Pablo dice
de la salvacin.
Sin embargo, asentada esa unidad
soteriolgica, es cierto que en cada cara
de esta misma moneda Pablo ve aspectos
diferentes
y complementarios
del
acontecimiento salvador. En el conjunto
de ellos es donde podemos entrever en
qu consiste este don que Cristo nos ha
concedido.
Un primer rasgo de esta salvacin es la
liberacin de la ley, liberacin que Pablo
ve realizada en la muerte de Cristo. El
Hijo, solidario de los hombres, est
sometido a la ley a todos los efectos. En
particular lo ve hecho maldicin de la
ley, lo que en primer lugar quiere decir
que Cristo participa, siempre por
solidaridad, de la maldicin que la ley
emita sobre los hombres transgresores;
personalmente no era maldito, sino que
voluntariamente asume esa condicin
humana, la peor desde la perspectiva
legal.
Hay un enfrentamiento entre la ley y
Cristo, que se manifiesta en la muerte en
cruz y, probablemente, en la condena
legal que lleva a ella. Pero Cristo rescata,
libera de la ley y de esta maldicin suya,
precisamente
al morir: Cristo nos
rescat de la maldicin de la ley, hecho
por nosotros maldicin, porque est
escrito: Maldito todo el que cuelga de un
madero (Gl 3,13), y: Envi Dios a su
Hijo... puesto bajo la ley, para rescatar a
los que estaban bajo la ley... (Gl 4,4-5).
Un segundo rasgo
de la salvacin,
estrecha- mente vinculado a Cristo en la
cruz, a su muerte, es la liberacin del
pecado. Es decir, muere por causa de los
pecados de los hombres, o del mundo;
mejor, por el pecado. Este personifica
todo lo que los hombres pecadores,
todos los hombres, producen; todo tipo de
muertes y deshumanizaciones. Esta es la
mentalidad paulina, que une pecado y
muerte (cf. Rom 5,12; 1Cor15, 56).
Cmo causaron
y
pecados esta muerte?
causan
los