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Geólogos de campo han reexplorado un lugar que visitó Darwin durante su travesía
en el Beagle, y han constatado que interpretó incorrectamente lo que vio. Un
enorme campo de bloques erráticos en Tierra del Fuego que se conocen como «los
Bloques de Darwin», fueron depositados por un proceso completamente diferente al
que él había pensado. Este equipo de geólogos han publicado sus conclusiones en
el número de diciembre de GSA Today,1 publicación de la Sociedad Geológica de
América, señalando que «el pensamiento de Darwin estaba profundamente
influido por la obsesión de Lyell con movimientos a gran escala lentos y
verticales de la corteza, especialmente como su manifestaba en su teoría de la
sumersión y de transporte sobre placas de hielo para explicar el drift». A su vez,
Lyell se consideró vindicado: «Lyell celebró estas observaciones porque
respaldaban su idea del actualismo —la idea de que pequeños cambios
continuados, como se observaban en el campo, podían explicar cambios
espectaculares de la superficie de la tierra a lo largo del tiempo geológico».
Sin embargo, en este caso un fenómeno más rápido ofrece una mejor explicación
de las observaciones.
Al decir que Darwin se equivocó, desde luego que el equipo no quería con ello faltar
al respeto al viejo naturalista. Para ser justos, Darwin carecía de los detallados
mapas de los Andes que se elaboraron por primera vez en 1932 y que se mejoraron
sustancialmente 60 años después y hasta ahora. La teoría glacial era cosa nueva en
tiempos de Darwin. No había manera de estimar las fechas de las rocas y de los
depósitos. Los autores acababan con un cumplido para Darwin por sus buenas
intenciones:: «”Los Bloques de Darwin” no fueron transportados por balsas
flotantes de hielo, sino que son el detritus de avalanchas andinas transportado por
glaciares; sin embargo, sus comunicaciones acerca de los mismos nos llevaron
a reexaminar dichos depósitos, de este modo reforzando su intento de explicar
los paisajes dentro de las restricciones de los datos físicos». En otro lugar
encuentran espacio para alabar a Darwin a pesar de su error:
Algunos lectores modernos podrán quedar sorprendidos al saber que Darwin fue
primero geólogo, se consideraba geólogo y se concentró en la geología durante la
travesía del Beagle, y se presentó como geólogo durante muchos años
posteriormente. «Influido por Adam Sedgwick y por la obra de Charles Lyell
Principles of Geology (v. 1, 1830), Charles Darwin quedó establecido como
geólogo como resultado de su travesía en HMS Beagle,» dicen los autores.
Durante sus años de actividad publicó 20 artículos geológicos. Por otra parte, fue
galardonado con la Medalla Wollaston, el más alto honor de la Sociedad Geológica
de Londres, en 1859 —el mismo año en que se publicó El Origen de las Especies.
Los autores observaron que su dedicación a su tarea geológica retrasó la
publicación de El Origen durante varios años.
1. Evenson et al, “Enigmatic boulder trains, supraglacial rock avalanches, and the
origin of ‘Darwin’s boulders,’ Tierra del Fuego,” GSA Today, 19:12 (December,
2009), pp. 4-10.
De modo que Darwin quedó influido por Lyell y se equivocó, pero estos
geólogos fueron influidos por Darwin y están en lo cierto. Se supone que los
malos ejemplos pueden inspirar. Observemos que los autores no tienen nada
agradable que decir de Lyell ni del actualismo. La única mención en el
artículo es acerca de «su idea del actualismo —la idea de que pequeños
cambios continuados, como se observaban en el campo, podían explicar
cambios espectaculares de la superficie de la tierra a lo largo del tiempo
geológico». No hay nada de actualismo en la reinterpretación que ellos
hacen. Las avalanchas suceden en cuestión de minutos. Los glaciares
pueden transportar rocas a kilómetros de distancia a escala de unos años,
siglos o milenios. No se precisa de giros temerarios contra el banco del
tiempo (véase Lord Kelvin — una defensa) para explicarlos. Antes de esperar
que aceptemos por las buenas sus fechas para las rocas. sería de esperar
que ellos expliquen sus propias anomalías.