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Y FUNDAMENTO TRASCENDENTE
DE LA HISTORIA DE LA
SALVACIN
MTODO Y ESTRUCTURA DEL TRATADO DE DEO TRINO
El autor comienza mencionando los cuales son los esfuerzos para entender y presentar
la doctrina de la Trinidad de tal manera que se convierta en una realidad en la vida
religiosa concreta de los cristianos, por tanto asume como un problema la distancia
entre el dogma y la fe vivida.
El autor dice: La tesis fundamental que establece esta conexin entre los
tratados, y que pone de relieve a la Trinidad como misterio salvfico para
nosotros (en su realidad y no slo como doctrina), podra formularse as: La
Trinidad econmica es la Trinidad inmanente, y a la inversa.
As esta nos haga comprender que la Trinidad se presenta y se debe presentar tambin
en el ejercicio de la fe y de la vida cristiana como una fe salvfica. Donde el concepto
verdadero y ltimo de gracia como auto-comunicacin de Dios debe entenderse en
Cristo y no a una cualidad creada santificante producida de una manera causal por
Dios.
Entonces si la Trinidad econmica es la Trinidad inmanente:
Jess no es simplemente Dios en general, sino que es el Hijo; la segunda persona
divina, el Logos de Dios, es hombre: l y solamente l. Se da, por tanto, al menos una
misin de la cual habla antes, una realidad de la economa salvfica que no slo
Y eso significa de nuevo que estas tres comunicaciones lo son del Dios nico
en la forma relativa triple en la que subsiste.
La trinidad del comportamiento de Dios para con nosotros en el orden de la
gracia de Cristo es ya la realidad de Dios tal como es en s misma:
tripersonalidad.
Afirmando que la modalidad del comportamiento de Dios respecto a la criatura
elevada sobrenaturalmente y agraciada con la realidad misma de Dios coincide con el
modo de ser Dios en s mismo.
como tal no se nos da slo por el hecho de que la revelacin nos comunique
unos cuantos principios sobre ella.
La gracia y gloria de la criatura elevada no pueden esclarecerse plenamente sino en la
expresin del misterio trinitario, de manera que ambos misterios, el de nuestra gracia y
el de Dios en s, forman un mismo misterio insondable.