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UNIVERSIDAD NACIONAL NE CUYO - FACULTAD Dé FULOSOFIA Y LETRAS SOBRE LA ROSA Y SU NOMBRE EN UNA QUERET LA MEDIEVAL, Silvie Mognavacca Sepursta de Io Revista de Literaturas Modernas Numero 20 ~ Arlo 1987 MENDOZA Rep. Argentina re Spa SOBRE LA ROSA Y SU NOMBRE EN UNA QUERELLA MEDIEVAL Silvie Magnevacco* va indiscutihie cue E/ nombre re ia roso-constituye el mayor fenémeno literario de ios iltimos afios, independien- temen.e de los juicios. no siempre concordantes ni en todos los cusos favorables. a los que ha dado lugar. ‘También es manifiesta le pluraiidad de enfnques desde los que se puede abordar este libro. Esa complejidad nos lleva a preguntarnos Si estamos ante une novela policial, une erénica medieval, vna_alegoria sobre nuestro tiempo, o el divertimento..de lun erudito pare eruditos. ai que cupo el insospechado destino de la repercusién masiva. Sea cual fuere le vpinicn de cada lector. ereemos que se debe soslavar un peligro siempre nefesto: el det reduccionismo. De hecho, tal parece tamm én el deseo del autor, 8 juzger por el contenido de sus post /os # la novela Umberto tico las abre revelando que una de les pregun- tns mds reitersdas que se le dirigen concievne al significada de los versos latinos finales, de los que, ademés, derive el titulo. Nos remite entonces al Medioevo, en Ia mencisn de unc de sus personajes mgs releventes: Pedro Abelorce, Tn efeuro, Eco recuerda que: 6 Silvie Magnavaces RLM. 20980) "tul Abslorto se servia del enunciads nuit ros est para mostra’ gue el lenausje puede hablar tanto de las cosas desaparecidas como de las inexistentes. Que el lector extraiga sus propias conclusiones:’ | Pero e} autor insiste en mantener la virtud interpelan- te de su texto: se niega a relevarnos de Ja responsehilide: interpretutive que nos compete en cuanto recreadores al leerlo se limita a indiear apenas las motivacicnes ue lo Nevaron a alezir ese titulo: ‘La idea de Ff nombre de la rosa tu) tae gusté porque la rosa es une figura simbdlica tan densa. que, por tener tantos significudos, ya casi los ha perdido todos (uu) Ast, el lector quedaba con razén desorientado, “no padlia escoger tal o cual interpretacién, y, aunque hubiese cantogo las posibles lecturos nor las dei verso final, silo seria a iltime momente, Sespués de haber escopido vaya @ saber quis otras posibilidades."? 1A presente trahajo sélo tratard de sugerir esas "posi bles lecturas nominalistas el verso final", claves que’ dan bie al titulo, pero que también contribuyen & fluminer retros Pectivamente toda ia obra. No obstante, quede claro gue de ninguna manera pretendemos conferir a'dichas lecturus un earécter absoluto o excluvente de otras plausibles (zintini- tas?) intespretaciones. Nas ain, es seguro que éstas pocrdn integrerse a ln que se propondrd a continuacién y enriquecers a. De manera que simplemente intentaremos arrojar hin sobre el tema, no desde el campo de la literatura sino dese el de ie Filosoris medieval. 1i_nominalisme_es, efectivemente, una _corriente gue, 6 Bien tieie antiguas Teiees, se perfile con nitises Sobre ha-rons +t) vambre ar una querelle medieval 27 lus posiciones asuinigas en la que quizs ses ““slembre desde.el punto de Vista Tilos6fico- le més imoortan~ “Je. nolémica de lo polémica Friad Media. or so, I] examina et, qué consiste esa discusidn: 1) paseremos. répice sus_antecedentes_ya_sv primer planteo forme! “en_Ia_historia_del_pensamienio occidental; Il!) con estas elementos, esbozaremos las principsles posiciones que resultan de! debate spice de Is cuestién abiento erel'sizio XI -ina de las cuales es justamente el nominatismo de “Rbelardo- ¢ indicaremos a pie de pagina cémo se waducen dichas sosieTones ef los protanenistas. dela novela. ce ‘co: “IST Bor WAtimo; Has cefiremos a ella para sedalar_Ja zravita: efi que-esta-polémice-tiene en su cesenlace, hasts el pwite Ge-constituir, auizd. el Filo conductor en el. que. desembocan varias vertientes del texto. ' ido queen custellane el nombre de une ensa ute nul abi de Cihco letras". 0 “ui Be ace Le cugesll término_ambiguo". Advi Medieval que nos oie Wtahea na clase dé nominees n. ténninas_ y no” de “palabras” o-voces. Slipsiaama® BNGTE dos series de ejemplo’ de Térmisoe 9 nombres. Fn In primera serie, podemos decir: "Conozco a acuel Romhre" @ "Fsio rosa ‘es In mejor que has cultivado": en Ia segunda. "Nec hay mas contradictorio que el hombre” 9 “La rose es un milgr reiterado". En la primera serie, "aquel honibwe" fo “este rosa constituven térininos singulares. puesto que indican enves individuales. Por el contrario, en ambos casa de. In segunda serje, hallamog términos universales: “c) hombre" 9 "Ia rosa" son nampres cue se rafieren a le especie humana o @ In especie rosa universaiiter, como divian los escaldsticos. esto es. apuntendo a todos los miembros do esas respectivas especies. en todos los sentidos v sin excer: we Silvia Magnaracca aia, 2019671 Hsia.na es sélo una cuestién pare graméticos. aungue también les govcierne. 1.0 cierto es que. en la historia dei Pensdimiento “oceidentel, excedié en mucho -e). campo de Ie pure gramatica, e incluso, como veremos, el de la l6gica: dada-que el nombre o término es'le palebra considerade sobre logo en su contenido seméilico, se presente el proble~ ie de establecer con precisin cul es el correlate 0 unio de referencia de los términos universoies. [xptésiones como "aquel hombre" o "esta rose” no offecen. dificulted alguna, va que entonces nos velemos de indicasiones pare sefislar 8 qué nombre 0 a qué rosa singular nos estamos refiriendo en cade caso. Pero galguien se he encontrado con #/ hombre en toda su inmensa complefidad, en su ecuacién de grandena y de miseria’, o zalguien hn visto alguns vex fo rosa en todas las formas osibles de su belleza? De ninguna manere. Nuesir experiencia es encontrarnos con un ser humane, en su irrepetible singularidad, vardn o@ mujer. alto © bajo. ii rzouina o genereso, ¥ recibimos el don de tonurnos con une o varies ross. ya rojas. ve amarillas, ya Dlancas: ere nunce con fo rosa. Sin embargo, también eS un hecho que utilizamos constantemente términos universales. Asi._el probleme estriba.en decidic..cénde.esién yen consisian, por ejemplo, ei hombre .o fo rosa;, cule: Gue lee eorresponde, le que es lo mismo aue oregun @ DOr TO aue fnlentan’ lee ABrininos universales en Cusnto Tales. Ne ahi que Ia polémico que se desarrolla él Kedioevo F propésito de este problema se eva conocide. coino "ia querells de los (términos o nombres) universales", “par tore la rose y su nombre en une querella medieval 29 logue 1» Besia Se trata de una cuestién que ve desde Ie Antigedad, y aun antgs de haber side planteada con rigor formal. recihid diferentes respuestes. Para__Platsn, por ¢ lo mas real es justamente_lo_inds_ universal: seri Fel Hombre” indicerle—a cia eterna, inmiaterisl. perfec Ya. ipmutable, Impostada.—en_vn trascenderte. “Be-IW TUE participen los. seres_huPiano: “ER Era eign. Enero, ore. Ales es To més“invividual: Io que él liame "sustancias piimetas 7 #865 HoTshres, que pertanecen.a este Mundo eacesibie. a experiencia, mientras que "el hombre", en ef$él, s5lo €& un predicado que se attibiive » Prue. de seres humanos incivicuales: de este mot. fd fais mds elié de ellos, una instancia reoi ~como Ja postwia- fe nor Platén- @ la que aude tal término. Por exo. el estariri ta. pone. Ie fundamentgeiés. dele. real or, 1o-ingonupnis! 8 is Jo traseendente Fr este iserisooriginaria entice Jos dos gigunie de te Tilosotia seeidents! hunce sus raices al prahinn fe los universales, {il Mediogvo lo recibe a través de quiet Constituye si) eslehén de enlace con el pensamiento antiguo: Roecio. Ln efecto. foecio retomia la cuestién en Jos térmiivos en ques ve en el siglo lil de nuestra era. ls habia imposiaro Porfirio en su Isogogé in Cofegorios Aristoteiis, un texto radeon, mientras aye la diesere de Gristételes. an vn no Gescencanies wplerg stanerae e eats cle eh triunte de une sisién sristotéiicn ete reetieg 30 Silvia Magnavacea rab, 20 880) de ifitresuceién a In légice arisiotélica que Roecio tracuce vel a anede dos comentarios. Ahora bien, de hecho en este escrito, Porfirio no se pregunia por la exencia plate nics ni oor et predicero aristotélico, sine que plenten. el orablernn en un plano rigurosamente légico:eliemino universal "lombre". par ~ejeriplo, —représentn una especies €l universe! "animal". um géhere. Y desbroza le Sucstign Sobre los géneros v especies -as decir sobre los universales- Mediante une serie de dilemas. Tales elternetivas son: 1) si los géneros v especies son realidades subsistentes por sf mismas, 0 si sdle rudioan en el intelecte humana esto es, si Unicamente constituyen entisades légic is; 2) en el caso de optar por el primer temino de la alternative anterior ~vale decir si se considerare que géneros ¥ especies subsisten por si-, habré que decidir si son realidn= Ses carnéreas o incemérens: 3) si se ereyere, con Platén, que son realidesies incor pSrews wtosubsistentes. quedard aor resolver su caricter de indenendiontes de Jas cosas sensibles 0 su unié son éstas § . Aplicado este ésquema a un ejemplo, el probleme ~0 la seri:: de problemas- se podria reformular como sigues 1) El término universal Yel hombre", ‘con que se alude @ una especie le del animal racional-, indica una esencia que realmente existe por sf misme?, o bien es lung mera categoria mental, un coneepto que aplicamos 2 Juan, Pedro, Maria, etc.’ 2) Si optamos por la solucién de afirmar, platénica~ mente, gue existe une esencis dei nombre -aun cuundo Ro la pensemos o no reflexionemos sobre ells-, pocrfamos Prewuntarnos si dste, en cuanto realidad autosubelstente, ‘8 algo corpéreo 0 incorpéres. En cambio, en] casa ce creer, ristotélicamente, que “el hombre” sélo tradui una categorie légica, este segundo dilema ro se plantee Sbviamente, un concepto es alge incorpéreo, $f. 9 teagegen Porgmyeli 1. PL OxTY. Sobre la rosa y su nombre en una querella medieval 31 = ,_ 89 Pero si persistimor en sostener ta autosubsstencia de tg ‘osencia “Hombre, “podemos. planteasnvs, tensian a tlie se ‘de independientenente Se. due euison dunn feat, 4§ Merfayo sie halla Ge slgura manere wnide & ip existences de éstos. Eh el afin de manjener cierta dlstancie, cinéndece 4 su intBncién puramente expesitive, Porfirio noe. soheca Su sropia‘opinidn Con. todor hay’ ragones bare sites ‘que su posicién hubiera sido de sesgo platénico. En su segundo comenturio ala. isop008 porfirians, Boecio esbora’ ne solucian en cierta medion ameraiente rempende a ik primers de las Proguntne plantoeuse se Yay slelendoy por une pertey gee, los universaies “yereras y especies~ son subsistentia, o sea Gle existen por aT isms, con lo cual pereceriaadherlt ais tosis Trdlelonainenie platénica; pero, por la otra, afirma también que constituyen Intellecte, esto es; categories Tentales, haviehto Tt oe ‘aparente concesién_al punto de vista aristotélico, Segin este texto boeciand, Te especie hambre, om tonto ean tendrfa una asistencia real” como eonjunte. de eualidades comunes a. seret verdedecamente ceales yy fle ae ta hombre" serfa el predicado que,las mienta. En consecuencia, Boecio responde a las preguntes subsiguientes de oot weeny los universnies exister ‘ween las cosas senstbies yo aoenreiag a Ta intaligencnn Esto Biphiea quer oe UPS oh ee ‘exIEEe_en_todos. loi setes humanos; del OW, Tel Tats consiste “in una categoria_mental que sé da, més allé ce tiles, ep-ia-inteligensig, ar cuanto ota tate age eS Hininsutle-a- patente Let homies av aun Asi, el universal "hombre" es incorpéreo, pero ne bor ravine. loza sino por abstraccisn, 8) raze ats "Wor te generious ty ageeituik bitul quaee nie 32. Silvia Magnavacca Rem. 20 907) Esta solueién de Boecio responde al prcgrama que, en ei fondo, preside toda su actividad filosdfica: superar Je oposicién pletonismo~eristotelisino, mediante un intento de conciliacior entre ambas perspectivas. Se debe decir fen su homenaje que pocos pensadores nan tenido la lucidex de percibir que esa oposicién habeie de bifurear el pensamien- to occidental, quebrendo su esencial unided. Sin embargo, era el suyo un suefio imposible, eun cuando después muchos otros lo acariciaron. Se trate de un dilema tan fundante, ten insorlayeble que quienes emprendieron Ia tarea de ensaver une posible conciliacién entre ambos tériainos, no pudieron eludirlo: por 1> general, se intents resolver’ el problema integrando elementos aristotélicos @ una visién tenica de! platanisino por el que, de manera explicita o no, se habia ‘optado previamante.”. EI Medicevo quiso ver en esa suerte de ambivalencia, tuna vacilacién de su gran maestro, a quien considerd, respec to de le dispu:a de los universales, ya secunz de Platén, ya de Aristételes. De shi los célebres versos que le dedica Godofredo de San Victor, cuyo sarcasme veledo de acmiracién percibe quienquiera tengs un minimo de fam iaridad con Ja vida intelectual de la época: "A esta lid, perplejo, Boecio asiste, Y¥ escucha lo que cada maestro afirma. Mas, sin decidir por guién inclinar De Banjar el dilema no presume, mnterioe « las categerten er Flat a} wapirize gat toate eamemsnde (ef, tm Categories heist Be onsstetions ghilasepnise svestry a orientecién ce reformiler UVarsidn muvsire del igeiante sentas,cabstgee Boeshius, stupe Sobre la rosa y sv nombre en una yuerella medieval 33 Pero con Godofredo de Sen Victor estamos ve en el siglo Kil. Mas alld de la jronfe que pueden rezumar. sus Srrses invitaban 2 su propia Soca a expellirse por ta solucién Pluvanies © pot le aristotélica. Al menos, Je jncitaban ¢ Feplantearse profunda y rigurosamente el. problema. ¥l Biglo de Abelarde no tards en recoger el desato. Im Auolirnus bnoprede Le’ primera respuesta a tal desaffo fue una respuests ‘extreveat ‘nabiéndose perdido para Occidente lo medulor Ge las obras aristotélicas ~de lax que sélo se conservaban fas Idgicat, en el siglo XII se cadicaliz6 el platonismo impe- rants en 1a produccién filosdfica que venia realizéndose Geste el IX. Sus partidarios se remiten, en principio, directs cemte a Platén, pero entre \a posicién del Ateniense y 4s Indo sus secuaces en esta época se advierte una importante, gta" 1 de ae ecptatin. habia efirmado a exlstencig_real_de\t ‘~~ Choncias eternes y-separader del mundo sensible eh el Gue Sedan Sus copias, de tal mado que Ta esencia, idea o arquetine Hombres por ejemplo, subsistiria por si, independrentemente | de que “continuaran ono existiendo_seres hunenos en est miunds._Las “platonic oe Sent dnicos del sate XIt- foster que el 1étEIr0 ange ohoubta” quate ofectivamente as esencie Hamre, | rae ero aubbtste separace de os seres Tursahos -| Reto Que Tete esencis Hombre represerie, enforces, Singer SOS, une onstitave_ wna S0starcte-UTiSe ge espace Ns Sear sie nedificactenes acczents. | Tinto ema Sere 1 pla;teo es Tds_bien el Seqdedera_version_delHombre, cuva existencla_fenT”_es firmada enféticamente. Esta posicién se conace con el sone Ge -reofismo extrema o_platénico, precisamente no ceatine e-reetigad del urivereal_en”-cuanto ict “Rows, por sfémplo, existe coro esencid_o especte con av de una manera méé fundante que cusTguier j site el término universel 5, 4 Silvia Magnavacea tie B80) pues, algo que metafisicamente precede y funda las cosas Particulates, que constituven sus copias 0 participeciones. ‘De ahi que ta posicién ultrarrealista se resuma en el enunci 35 anivarsole-prite rem. En sintesis, para los reslistas extre= do wniversole ents err seuyee desigian entivages”esistentes seme : Mee olonganesi_una_posildn tradicional, semelente beets —— tn que vans vostenido, tes siglos antes, escoto Erigenn, sree Sobe queen su be dislone noturae. este En, pete ee gda nguentie on ee-enitéades o-endncies Penge, on insides Je ond sta specter el conjunto ana oe oe yoe een tenes wnidae et mention de i vey erg seit Cera Pe exits i ea Sostrneatd ues ids ot sancias eovetTunen. | ) abaLraGe oueet pauls do eaecies vadnoros que culmine | Sra sermiumo® betem Permftesencs aqui una digresién. Deciamos que esta _guerele mecival excede en mucto ol ctmpo dele Faofslires grumétien v nun el do. logics. De hecho, estamos pisando dist. , YR un terreno inequivocamente metaffsiec. Ahora bien, UnLEDw Some’ siempre, cianco de cuestiones meterisices se trata, Tae "Goncecvencias oe una toma de posicién revisten une , Ghormeimportancia, puesto que 1 que se aflema en ese Gren ‘del pensarriento condicione ~y @ veces determi pein fo que se he ge sottener on otros planos como el af:rOpOIERH y 0. 35! 10 3 en oe eM teclicn, En este caso, Bx{Ceeiom Sor ejemplo, une posicién ultrarrealista como la de Escotd — focedw Renteioule a'jumtifear el dogma de le transmisién del pecads fy i, eertnels consecuencla que hizo expifeite Odén de Cambrai GoLov: a : & megierral sleselar" > be natural, Convene re Individuetoa, ne Sobre la rose y su nombre en una querella medieval 35 y cen el siglo XI: si todos los hombres indlividusles estén esenci mente nides en 1a humenida¢ real de la que participa’ basta que. los primeros sores humanos huyan pecedo nora (gue se considere a la especie humana involucrada en dicha falte, puesto que, desde sl reelismo extremo, es une misma eseneia le que se da en todas sus participaciones y tos tnicos en participar de la esencie Hombre al producirse 1a cafe stnvuna lecture literal del Génesis- fueron. naén y Eve Es obvio’que 1a explicitacién de este clase de corsecuensies obedece a los intereses predominantemente teolégicos que presiden la especulacién medieval. No obstante, como {nsinuamo8 yay lendremos ocasiGn de senaler, no es dio el ambito teoldgico equel en el que incide Ie polémice que nos ocupa. Pero volvamos @ elle en su momento élgido, es decir ‘tal como se desarrollé en el sigio XII, El campesn del reatis~ no ersremo en esta épece es Guilleriia’ de “Cheimseavx: Cyvos seritos se han perdido. Son todo, poseemes testimo- ios desu doctrina en el tritado andsimo:'De generibus tt speciebus y, sobre todd, ela eélebre Wistéricicolomitotunss Ge Aielardo.' Respecto de lesafinmaciones ventrales. ce Guillermo de” Cnampesux Sobre "este tema) las: noticias, de una v otra Sora edineider; dé’maneta que’ se'Guede delinesr su pensamiento con ciette cletided. En In Escvelasde NStre ‘Dame, ensesaba. Guillermo que, cuando decimos.por ejemplo, fel hotibee’ aslo, ob, cusho. uearios Un tering ¢ nombre univers 5 mia realice®, ac ella eseficialmente pkesente en, los sores hume nos pana ae tee stoi FB wia-diferubia_acc}uinsal pers fio esencial. zn otred plebras, la variedad-se-wccidentas: color; form -altura, temperamento, etc. es lo que hace, para el ultrarrealista Guillermo, que haya miltiples y distintos hombres; en cambio, lo que los constituve toute teles es el hecho de que 1a esencia Hombte esté reetinente’pravante fen todos ellos, integra y al mismo tiemps. Asi, cada individ se resuelve. en une.modifieacién accidents) Ge la sustancie 10 of, De recentanceiginalL sth oReiOKecI9MRerwes soesey oe ob 36 Silvia Magnavacea Ra, 2 9601 especifica: Juan no es sino una modificacién 6 une suerte de versién de le sustancia o especie Hombre -que se da realmenie en él, y cifiere de Pedro -en quien también se de reauinente dicha sustancie-, porque ex mis alto, mas grueso 0 mds rubio que ste. Pero andos son sustancislmente Jo mismo, hombres, ya que en los dos se de lx misma esencie universel, idénties en todos: los individuos que participan de ella. Mas ets, en todos Jos animales que difieren por Ie est os ultrarfeslistés como Gulliosmd: prosupanen tung esendia animal inice e idéntica, que los ‘iferencies Giversifican en esas especies varies, a la msrera como el marmol es jdéntico en una estetus de hombre v en une de buey. De~ahi que esta primera tesis de Guillermo ce Champeaux se heva conocido con él nombre de tecria ce Inidentidoa, hore bien, para su desdicha, entre sus jévenes alum- ios se contaba el velicoso Abelard, quien ie muestra la Imposibitides de sostener esta tesis: si, como afirmaba su maestro, le esencia Hombre se do idéntics y toda ella simulténe:mente en Juan y en Pedro, se nallarla entera ya Is vez en Rome -donde esté Juan- y en Paris -donde esté Pedro-, lo cual es imposible. Esto evs = imponer también el nombre de "teoria de la ubicuidsd! a este primera posicién Je Guillermo. Por otra parte, insiste Abelardo, tomemos el ejemplo del universal "animal", que es une especie del género de los seres animados: ;¢émo explicar que se encventren en dicha especie atributes funcamenteles contradictorios entre si? En efecto, si se sostiene, con Guillermo de Crampeaux, que ls especie animal se halla, idéntica y al mismo tiempo, en Sécrates y en un caballo, habrfa que atribuir @ dicha eepecie o ecencia la racionalidad y la irracionelidad a la vez, 1o cual también es impcsible, Ante_eritices de este tenor, Guillermo de Champeaux etrocede y elabora une segunda teoria, también elle propia del realismo extrema; la de la in-diferencia. Corrige entonces su originaria tesis de le identidad, afirmando que le sustancie Universe} _pertenece a los_individuos no csencial_sino_In= “etiam lo-mismo... en lo que.no di jeren, es decir en ol hecho. segin esta nueve solucién, Pedro y Juan Sobre Ia rosa y su nombre en una guerelia medie de_que_ambos_son . No es extrano que semejsnte Fespueste have rei @ Juicio Ge Abelerdo, un mero supterfugio, un juego de palabras " Asi, vuelve e le conga seflando ahora que afirmar nue los Ingiviguos son Je. wists indiffersoter equivale a decir: Pedro y Juen no son 1oénticos, ero tampoco son diferentes.’ Y hace recuer e Guilierme en las contradieciones de su primera posicién. Cualesquiers hayan sido las vicisitudes ultetiores de este discusion entre spaestro y diseipul, parece que el primero terminé adjurendo Get realismo extreme | Pedro Abelardo marcha entonces en busca de nuevas batailas y nuevas victorias sobre baluaries muy diferentes Y todavia invietos. Dirige su miraéa al extreme opuesto alli el nominelismo exagerado. coinciden_en negar_ que havi. algo universel, sosteniendo que_sélo existen Jos indlvidios: para los ultrano- nis ai "edro, Juen, Marie, @-Aniidieles, Ia realidad sang eras, v Jas sustencias primeras soi indivi duales. Desde el_ultranominalismo, feal@s gon, pues, solo los _seres humsnes_concretos, noia humanidad nie! Hombre {QUé_hay entonces detrds\ ¢e_los_términos _universales? Le respuesta mas inmedieta que fos sentinios tentados de dur es: nada, En efecto, Io tesis central del nominalisme extremo afirma, de un lado, 16 realidad fisico de a palace “hombre, su_mero sonido particular; del otra, Ia realidad 4 i Geil Wencionalmente con ells. fsales -es deeir_les Desce este punto de vista, los univer 1H 5t, Mistoria calamicetun 11, oF te vohonense Wisterts Calamicaiun uel sine aeclerda, reessere iment senpecnoss ce paral ee Yo conta, te crfeica, cue 2 ln ebunde tosis tan clara of 4s tan expesitive cone tay gue here 9 te printre 4 38 Silvia Sais Jéneros_y las especies, coms animal, hombre, ros a se wyegNo, 3e-TacuGe Eun jlotus Wazis, i sonido fnventage para ceferitge-a.tedDe 105 Seres manos, asi como "rosa" “es otro sonido Tnventade” para sludir tierte clave de flores, cuve existencia se ge impone requiere ser nombrade ‘asseada tiene de worprendente que en el siglo Xi, cuando ain no se habla dado. et renacimiento.plend de-Aristoteles en Octidante, In ‘esis del nominalismo extreme havi t= de- Tizado, pursto que eonmovia uno large ¥ aeraignce tredicien platénica ¥ platonizante: en esa épata, los ultsanorninatictes Son moderni, que Lenen al valor ue anfteniar-¢ 165 arTaer doctores. Fare aquélios, la filoso{ieo,dalscUca 32. ocupa de palabras; pata dstos, Liene que habsrseles Turdoriantol- mente con esendias, 0 sen, con realidades insceesibles entidos"V a la experiencia. en ae Tomes Partiderios dela didlectico in voc! sonra lor /E0re3, cue provesai la diareéTied in re. Asi como Ios realistas extremos vei én Is realidad unifienciones ceca vez més vastas, jos nominalistes extremos sélo descubren en ella la multiplicidad que cae bajo sux sentides. De este mode procede el més notable de les nomine~ 4es_de_principins del siglo. Nil; Rasoaline de Compidune. ‘A Juagar por ios testimonios de su pensamiento que nos han Wegedo -por ejemplo, el de Anselmo de Canterbury celine Slo edmitie ls nia s_individusies. ; tal com» suceds en el caso de losultrarrealistas, tambien Una toma de posicién en el nominalismo extreme eondiciona fuertes afirmaciones, que conciemen @ cdiversos Sréencs Gel pensemiento."? Pero, al contrario de Jo que seftaldbamos cure vations FHlonétice an ensera clacutinie. Lev séemines unis Testicle: stusirie ¥ ane sn 900 fs Lasse; pare un leranonivatisea,, on semble. at Sobre la rosa y eu nombre en una querells medieval 39 respecto del realismo, en el plano teolégico, ju tesis nomina~ Tista hate Toast le nerejia, Por e&0, el misino San Anselrio rinengo —TecuTatlernerte: entre ios —rntistay-agvierie tue qufenés. como Roseelina, He _comprenden_que_muchos— flombres- son” uio Solo en el" Hottbre P ho_pueven “aceptar tres Personas de Ia Trinidad seon un solo Dios Y,_eleclivariente, ese "amor la individualidad" pone a ‘a negar el mon’ Por otra part eién por 10 ineividust coma algo consumado y autosubsistente, no sélo hace que niegve Ie Tealidad de los universaies, sino también 1a de las partes de un todo. Estas son, pare éi, solamente palabras. Abelardo_ uier también Rotcelino hubo de padecer como iscipulo- califica_de “insensata" esta opinién_de_su_maestro. Pero fe erflice fundamental que Te dirige 58 puede sintetizar como sigue: segdn Roscelino, “hombre” 9 "rosa" son, en a stancia, ndming, en 6} seitids de voces, es decir sonidos. Al concrete, tal com el _ultrar ‘es también olge singular: ceémo justifienr éntences Ua ‘atribu- cign_de algo singular_a muchas cosas singulares’ Abelardo nlega, pues, cue la vox se pueda considerar universal. Bor 50, fi de ‘su exigente discipulo, el problems de ‘Sin embargo, los ataques de Abelarda ai nominalismo exti reducirfa a use eaisién dee vor. en eafinitive, @ un sonido ceeds uy Lajos de ser teretevantes © ge cones ule vonas oisayiss~ lanes de prendt eos y Idgieoe eaivinas, (Eres negin £12) confermen vn elo 50% Mb al 40 Silvie Magnavacea Lem. 20 19 runce_elcanzer la vehemencla que revelen'loe que dirige al_ultfarrealisno: tal ver se haya seatiéo més cerca de Roscelino que de Guillermo de Chempesur. Pedro. Abelardo se soma, pues, 8 dos posiciones extremes. De un lado el ultremrenlismo parece exagerer fl intente de forzar lo realidad en pro de nuestra comprensién de elle: le experiencia nos dice que cada cosa que ofrece la netureleze es algo siigular « independiente, en su exist, de otras, aun similares. ;Cémo pueden entonces ios términas universaies refiejor fielmente un mundo que sélo presenta seres individusles, concretes, abseluiamente irrepetibies? Hemos visto cémo’ Abelardo recheas ia afinmsclén uitrarven lista de cia supueste concordancin, segin la cual les cosad® tendrian en sf mismas la universalidad que nuesice 'enguaje les atribuye. 2 reclismia exageraco parece foriar asi un mundo exterior, ficticto, pa idades de nuestro pera ist _@ todo intefto ivs Lvs pure _respelar lo particularidad de Jos cosas del mundo exterior, se resign @ munejarse con 1 mediante etiguetas vacias, esto, es meres sonidos conver sianales. Ls inirensigenci de e:la iltime posiciéri parece fiaberle impedido considerat en novolros la povibillaae consiruic representaciones universeles vélidas, 3610 Ja natureleza no nos muesiFé realicaces universéles. En. 1 elsboracin_ce.su_propia_respueste, Abelaro no revela_la frontal y segura rapide sus cfticds las ajenas. Por el conttario, qilzé se pueda decir que aguello que confiete credibilided a su soluclon @8 el hecho de que tode ella rezume un eauteloso y prolijo fespeto por ia evidencis de lu reslidad misma y, @ la vee, Por el testimonia de nuestes propia conciencia. De aht ues Por ina parte, conceda # lus ultranominalistas ia necest= dao! de atenerse escrupulosamente # ta realidad con la que nos enfrentanios. Y es ebvio que éste cevela estar constiturea por substancies: hombres de eamne v hueso, rosas de lrrepeti> bles matices, etc. Asi, nace suya [g méxima_neminalisto Nibi!_est_praeter_individuum: ace hay ce real més alld Ge los “sates + cosas individuales. 5 Sobre la rosa y su nombre en una querella medieval 41 5 necesario_resonoe a Ge-une pluriiidad de Thala ROUIBTES. DoF ejemplo, o roses. Tal representacion o imagen universat 25 al contenido del término que predicarios de dichss indi duos, To que hace gue ese trmino no se reluzca a una pura. vox, no sea un sonido vacio. Como vemos, Ia perspective de Abelards toma un punto de partica'deci Heo. “La. discusién sobre tos universoles aparece en la obra abelardigna por doquier, pero se encuentra expucsta de un modo més metédico v preciso en la Logica ingredienti- bys, abarcando casi todo este iltimo escrito, sobre cuyo desarrollo, pues, nos basaremos. Decfarmes que Abelarso sefini como algo obvio el que, de hecho, nos enfFentamos una pluralidad -o mejor, # diversas pluralidades- de seres individueles. Aes" plurglidaé™ nos refer orthre, un’ omen. fin éste, io en Jo Feel Abelard d. Por es0, Su Ge esta polémice “se considera tambiéa_nominalisia. No. se trata empero de_ui_nominalismo extremo 2 lz manera de Roscelino. £ nomen a-su puro aspect fisico. a ip voz, por lo cuel, como algunos han sefaiedo, 1a tesis_ 4¢_Roscelino merecerie_en rigor_el_nomore de" Muy diferente es el punto de vista abelardiano, que fen cambio, @ le funcién del nombre universal v foa_a ‘convencional_ésifuctur ‘Abelardo se plantes asi una” pregunta clave, qué Roscelino -impulsado quiad par el afén predomingntemente negativo de mirar el reslismo- no se habla formulado: ;qué otorga,validez al nomen en ‘cuanto predicado de una pluralided deseres? En otras ala- brs, caué hace legitims el airibulr el mismo nombre, sea Este" cual fuere, 9 varios individuos? ‘Notemos que'el solo hecho de plantearse esta pregunta Implien_ya_una.consepcisn mds sfinada gcercs: del Tensiale ero Ta Faspuesin zn a. Abelardo el terreno lingUlstice, sino en nosotros le innegable presencia a Bivis * mmigmas presenten, modalided que llama su "esteda": stotus. Asi, no-existe en [a realidad el ilombré, siio una serie ce | dust jenen-uh modo desert ef humane, | 1a real no se esiructura, pues, en une jerarquTa-oeesenclag. ~~ sing sexi olvarear nace de eslstirt (eterminadoy inaiaiduos presentan la. mis: jo-que otros. La nature "de nu ei i que captamos mentalmente existen en” el mismo eztado. Eo tacemos nedianie tn process or at que, pinata Gere ‘través'de los sentidos und cose particular, par evemplo. la terre de Cluny. Esta percepcion sensorial’ nos permite, forjarnos umd imagen interna de ella, pero esa imagen va es independiente de dicha torre, puesto que éste pie Gestruirse y todavie nos es posible reofesentdrnosTa imilar, adquirimos, de otras torres, imégenes igual mente’ claras )"procises. Ahora bien, de hecho, te 3H enti imuries, ong era ‘como une Tagen Reneral_ jor vento difusa, en la_medide on que quecan caficelados lor acoidentes propios de cade una (OR Todo. esa Imaxen pcheral v difisa es Jo due nds perinité recaiocer tna torre cma ts, cade ve2 que Tope slar_su_siumbre, de es asi un iombre unlversel dotade ce sentido. Agnque nuestras representacio Jes_nos permiten nada mis -j nada sentido, y_slesnzit una orgenizacign men orientarnos en un mundo tan variado, ‘en cambio, pretender que esas teprestniaciones traduzcnn le insite noturaleza de las cosas. Por oo, AbelaTds oTiFma que de todo quello que ng han eleanzade con sus santidos, Jog hombres. cienen, mds cue un saber, se diria una conjeture ' nombre de jn rons, Guillerne ay Sobre la rosa ¥ su nombre en wry quereiia medieval 43 No olvidemos que es en el siglo XM cuando se snicis fa_un camino que a concebir el saber no come saBidu- ‘tHe sino_coms ciencig. Un siglo y medio después la_ciencia — especialmente le experimental, aleanzaré~e] wayor brillo que tuvo en el Medioevo, De manera que nos scercomos 4 ese momento en que Ig Rosa ~aun cuando sige siendo, para muchos, una esencia de hermosas participaciones, 0 para otros, una diffcil rima pare poetes, ide insignie de cabelieros medievales- se hallard jo una nueve luz: le mireca évide ce! nombre de ciencia, que escruta Je particularidad de rosas siempre singulares "7 ‘Asi_pues,_segiin Abelardo, los términss_universales no’son sind nomlnum snificator el siglTicade-de Tas Tom ‘Bree ne palabras Vacles. En efecto, nomen est vor sioni= gative. EY proceso Tediante el qué convenimes ene) signili- cade de rosa" on cy jembre, consiste en dirigir. Ja doo covengp que tray veces fable olde + 90 ma “pubs, cahacenia complement “ Silvis Magnavacea te, 20 119671 atencign @ las roms _y separar de dental: en otras palabras, sep "Daniues de Raber establecido su propia tesis, Pedro Abelardo esté_ve_en condiciones. de, enfrentar_ias_vieis preguntas ve Porfirio: cdesigran: los términos. Universéles, géneros \ ispecies, algo Fealmente subsistente, o sélo radian, én el intelecto humane? Su respuesta es: sélo existen_en| fel_entendimiento como significades, como ndciones, ebsirai- “das de-grupos de cosas particulares; Gnicamente és1a3 const cuestién: zalude el nombre universe) ngorpéreo?_ Pura, Abslarde, @ nomen YOR] pi 2 aiee neardies a pregunta: ce or fuers de elias? De lo anterior se de: fares, ve cue no iendrlamor la nocién de torre si i fumes “hubieren-axistido, pero como. significado ale. es, 1 nombre universal existe en y gor nosotros. independiaiite- mente de las-vosss # las que remite. in sintesis, articulates, reales, son penscdos en ieiininos uilversales. ra el nominolismo_madecodo ~calificativo poco sfeal, en cuanto vo2 significative uv Golitenido es un represeniaci nial una nocign, pare is Sucede, puesto ue se abstr versale post Tem. SegGN @Te posiGion, universofé es, en definitive, Gha_signilicacion, Y no, como pare los Ultrarrealistas, ‘une esencia eterna, aii tempoco un mero sonido conventional, coma pars Tos altranominalistas tenes lente ve ‘jucticle” (ge, note "31. aaverfames 0 fur tel eérnino sonseliuyes cane sodoe sas nanbres universetes, ah gto nolen se nssette- GcisTve> de joe Z yo Sobre la rose y su nombre en una querella riedieval 45 Pero Abelardo considers que un itimo paso. falta ‘avin para aclarer su tesis. Y entonces afiade 8 tos dilemas ge Porfirio, la célebre pregunta en le que toma como ejemplo @l nombre’ de Jo reso: subsisticfan los -universales_ si fo existieran 10s individlos correspondicntes?: ;subsistiria 0 oriets de la rose si ye no hublera més rosas oie] mundo? ¥, obiiamente, se tesponde: si. Porque aun_cusnco vs ne hhublese rosas, la significacléi de "Ia ross’ soguirfa_en pis, PT easvle tehdtlaun_sentido porcierte amarRO- v Yolvamos uhora a la novela de Eco, para trater de captar “las posibles tecturas nominelistas del verso Cinel". Envsus dltimes péginas nos encontramos con un Adso ancianoy con un hombre del sltimo tercio del siglo XIV, 9 quien cupo EI goloroso destino de asistir a un mundo que se desmeraneba, Sinvpoder atisbar e] amenecer de 1a nueva edad! en gestacién ‘Adso anciano no dirige & la realidad la mirada de la tradicio~ hol sabiduria cristiana, tefids de neoplatonismo, con que Ta contemplaban sus mayores. Fs un hijo de su siglo, ¥ un Giscfpulo del disefpulo de Ockham y de Roger Bacon. Pare Gite reélidad no es ve una jerarqiia de esencias -vale Gecir, un cosmos inalterable-, sino todo lo contrario: un fens de seres individuales al que los hombres han ce conferic tn sen‘ido, han de ordenar, gobernar, modificar si es orecl- 50" Pare conferir un sentido al mundo y transmitirio Miuiriceci6e eve snelerre pare unot ne es ba mane que Je ae Molde Le eesisn ton nombres magievaies Chenier gore et romre eo Jn Shoe ponte en Juepe i+ querelle oe fos universates. a mecusréese que, a teratner Ja grine del segunds fa, Ovtilerme ae # les gencraciones siguientes, silo eisponemos de esos signos que son los nomibres en cuanto remiten o Jas cosss, as decir de esos custodias de las ideas con que, a tientss, nos interne mos en tal selva e intentamos comprenderia. De ahi el cardecter nominslista de la iiltima, sbelardiena™expresién de Adso: "Stat casa pristina nomine. Nomina nudo tenemus" "La rose del ayer permanece en el nombre. Nos aferramos @ meros nombres". Pero esos “meros nombres, los términos universales gue prediv..mos de las cosas, no sélo nos permiten gtorgaries un sentido a elles mismas y al mundo que constituven; tam- bign hacen que sobrevivan en nosotros, en la memoria hume- na. En e) nombre de la rosa-eventualmente extinguids como ‘especie- te rescata, pues, sv belleza. Y lee rosas del pasado cobran asi une terrena iniaortalided. Borges nos io hy recor ‘dado en £/ Golem: "Si (como el priego afiryna en el Cratilo) . Elnombre es arquetipo de la cosa, Eplas letras de 7050. est la rosa Y todo el Nilo en la palabra Nilo” Bernardo Morliscense, un benedictino contempordnes de Abelardo, es quien redacté esus lineas latinas que, citades por Adso, ciefren la novela. Eco nos advierte que, al to705, habitual ‘en el Medioevo, acerca de que la nade devora todas las cosas -los grandes de antano, las cludades célebres-, "Bernardo afiede la idea de que de todo eso que desaparece sélo nos quedan neros namares" *. aa lee Sobre Ja rosa'y su nombre en una quereiia medieval 47 Ahora bien, en le direccién sefalada desde antiguo por Aristételes y' sobre Ins huellas de este nominalismo Gel siglo XIl, Guillermo de Ockham -omnipresente one) Telato de Eeo- afirmaba que el saber esté he:ho de proposi~ iones, ya_pensadas, ya. pronunciadas, ya escrites. Dicha~ © escrita, toda proposicién filosética 'o cientifice expresa tun pensamiento que se articuls en téminos, en nombres bajo los cuales queda subsumida la particularidad de lo que la experiencia nos ofrece *' ;Y qué otra cose custodie el inventario. de nombres, es decir de significados, de ideas, sino una biblioteca? Bn la novela, ella se erige en protagonis~ ta, porque es centinele de una’frégil inmortelidad, porque constit ve precisamente Ia memoria viva de. los hombres. Esos siambres han sofiado, invostigado, discutido, penseco. A veces, abrieron caminos absndonades por largo tiempo fen pro de otras sendes... como Aristételes. ‘Recuperada en Ocsidente la casi totalidad de Js obra eristotélice reclén en el siglo XIN, le perspective que elle ofrecia sobre 10 real provocd une profunde crisis y, por ende, une resistencia abroguelada en el temor, cuva méxima expresién literaria es vorge de Burgos. La autoridad del Fildsofe conferta un creciente prestigio a la visién nominaliste que iba afian- vAndose en le époce. Por una parte, con su insistencia en lo individual, lo sensible, 1o naturel, Aristételes podia ense- flarnos a respetar lo que vemos tocamos, tal como lo yemos y tpcames: posia ensefarnos @ respetar la realidad intransferible de Juen, de Pedro, de Marie, de esta rosa y de aquella otra, es decir de las sustancias primeras. Poda ersuadirnos asi Ge que un hombre riendo ~aun vanamente- es més real que: la esencia perfects v eterna supuesta en él. Por otra parte, podia invitarnos a revisar qué decimos cuando decimos "hombre", "rosa", "Justicia". Porque, efinitiva, pars pensar ell mundo’ y pensarnas a nosotros mismo: en él, Sélo disponemos de categorias mentales, de nombres universales, y éstos son. fundamentaimente significados, en cuya hondura cada uno de nosotros hw de bucear, a solas consigo mismo y en cidlogo cor los demés. 11 Gf, Super quettuor tsbran Eestent acum | tga

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