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Comentario: Respuesta a: “Filosofía del Imperialismo”

Si dividiésemos las naciones del mundo, grosso modo, en vivas y


moribundas, diría que la mía se encuentra al borde de la muerte.

Unos culpan a Dios, otros al cambio climático; a la corrupción, a


la mala infraestructura, y hasta a la pobreza. Me gustaría detenerme en
este punto, sin embargo, para ver más allá de la tragedia actual que
pende sobre nuestras cabezas: ¿por qué nadie se había fijado en
nosotros hasta ahora, que se desató la catástrofe? ¿Por qué nadie ha
cuestionado los motivos de la situación actual de Haití, las condiciones
históricas que nos convierten en el país más pobre del hemisferio
Occidental? No es casualidad que mientras Europa sea considerada un
continente elegante y avanzado, nosotros hayamos quedado
abandonados al olvido… hasta hoy.

Haití, la "Perla de las Antillas", fue la colonia francesa más próspera


-económicamente hablando- durante el siglo XVIII: ella sola producía
más del 60 por ciento del total de todas las colonias francesas,
responsable de más del 60 por ciento del café y 40 por ciento del azúcar
que paladeaba Europa en esa época. Fue más productiva que todas las
posesiones británicas en las Antillas juntas, convirtiendo al Santo
Domingo de entonces en una fuente de riqueza invaluable. Sí, Haití era
símbolo de prosperidad a los ojos de los colonizadores europeos, pero ¿y
nosotros, dónde estábamos? Los colonos se habían encargado de
mantenernos en la más absoluta pobreza: irrumpieron en nuestras vidas
diarias y las destrozaron, imponiendo sus creencias y estructuras sólo
porque no podían creer que las nuestras pudiesen ser funcionales; nos
enseñaron todo acerca del racismo y la segregación, despreciaron
cualquier cosa que pudiese provenir de una cultura distinta,
considerándola por ende inferior y primitiva. ¿Es pecado no ser blanco,
no ser cristiano, no pensar igual? ¿Acaso son sinónimo de decadencia y
podredumbre? Una “nación avanzada”, tal como usted la precisa, es
aquella que demuestra el mayor poder, ya sea militar, económico,
tecnológico o político; sin embargo, debo diferir con esta definición. En
la experiencia de mi pueblo, la filosofía del imperialismo es la ruina de
las naciones: causa no sólo el estancamiento del desarrollo, la
explotación sin escrúpulos de sus recursos y de su gente, la explosión de
la violencia consecuencia del abuso generado y finalmente, el odio
producto de la segregación y del racismo. Cuando, raíz de esta
ponzoñosa ideología mi nación tomó en sus manos la necesidad de
recobrar la dignidad perdida y consiguió sacar a los colonos franceses de
nuestras tierras, ya era demasiado tarde: la corrupción se había
afianzado en las estructuras gubernamentales, la envidia y la ambición
corroían las más firmes disposiciones, y el rencor había llevado a Europa
no sólo a condenarnos a una existencia llena de miseria, llegando a lo
absurdo cuando Francia exigió el pago de una indemnización por
nuestra independencia y nuestra libertad.

Natalia, 1 CCH A
1.02.10

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