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59cm
Hasta
Muy pocas personas son capaces de creer que existen
que amanezca
Es una historia encantadora, llena de misterio, magia, amor,
fantasía, y un secreto que le cambiará el destino a Mihaela,
quizás para siempre. Un emocionante relato sobre el destino, las
coincidencias y el amor.
A. K. P. C. Ordóñez
su ciudad natal. Actualmente se encuentra
estudiando la Licenciatura en Diseño Textil
en la Universidad Iberoamericana de esta
ciudad.
En su tiempo libre disfruta de la lectura
y la escritura. Entre sus autores favoritos están: Jane Austen,
Cecelia Ahern, Stephenie Meyer y J.K. Rowling. También le
gusta escuchar música, pintar, platicar, cantar y tomar café...
Pero lo que más le gusta hacer es pensar. Piensa mucho, tal vez,
demasiado. Cree desmedidamente en el destino y en los sueños.
La idea de escribir Hasta que amanezca surgió por un pacto que
hizo con dos grandes amigas el 6 de octubre de 2005. Comenzó
a escribirla en junio de 2006 y la terminó en abril de 2009.
ISBN 978-1-59835-133-0
51499
9 781598 351330
$ 14.99
A. K. P. C. Ordóñez
First Edition
Printed in Canada
10 9 8 7 6 5 4 3 2 1
PQ7298.425.R35H37 2009
863’.7--dc22
2009047719
Gracias
Q
¿ ué importa el tiempo cuando sucedió? El tiempo
es algo vano, es un pretexto, un invento del hombre para jus-
tificar algo que estaba simplemente destinado a pasar, como
cuando en un corazón se infiltra el amor como humedad.
Realmente no importa cuándo o cómo; lo importante
es que sucedió.
Dicen que el destino ya está escrito, que no hay nada
que puedas hacer en contra de él. Puedes cambiar detalles,
puedes agregarle momentos, inclusive personas, pero nunca
se podrá cambiar lo que ya está predestinado.
Hay quienes nacen para una razón y hay quienes
nacen para ser la razón de alguien.
Yo no nací para ser razón. Nací porque yo era la
razón.
Y él nació porque debía encontrar su razón, que qui-
zá fuera yo. Pero me quería a mí en todos los sentidos de la
palabra.
Todo comenzó porque mi madre y yo nos vimos
obligadas a huir, cada una por sus propias razones…
Una guerra...
Un amor recóndito...
Una promesa...
Capítulo I
Las razones
T
odo comenzó cuando llegó Melanie. Hacía tan-
to tiempo que no nos veíamos, tanto que inclusive había
olvidado su manera de sonreír. Ese día parloteamos en mi
recámara prácticamente toda la noche. Nos moríamos de
sueño pero no nos importaba: teníamos tanto que contar-
nos… Tres años entre dos primas es verdaderamente una
eternidad. Además, esas ricas galletas de chocolate con
relleno de vainilla con chantillí nos animaban a seguir
platicando.
Hacía mucho que no reía tanto, pero el solo hecho de
pensar que al día siguiente empezaríamos ambas en una nue-
va escuela, me ponía de nervios. Sentía un hueco horrible en
el estómago y en ese hueco, un cubo de hielo que alguien
enterraba.
Mi madre nos llevó a la escuela; en el camino nadie
murmuró ni una palabra. Mi madre estaba aún lo suficien-
temente adormilada como para hablar y Mel y yo solo nos
mirábamos la una a la otra con ojos en blanco. Justo antes
de bajar, ya en la escuela, mi madre me besó y me dio un
abrazo que realmente me brindó un poco de la valentía que
me hacía falta. Y nos dijo: “Niñas, les deseo mucha suerte.
Y cuídense”.
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—¿Sí?
—Hola ma; oye, Leonardo ya está aquí. Regreso a
eso de las ocho u ocho y media quizás.
—Bueno; pero me avisas y ¡contesta el teléfono!
—Sí, mamá —le respondí a regañadientes.
—Bueno; cuídate amor, un beso.
—Sí, ma; bye.
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—Mila…
Seguramente había escuchado mal, así que seguí has-
ta el cuarto de mi madre para cambiarme. Cuando abrí la
puerta, Mel me esperaba afuera.
—Mel… —le respondí algo vislumbrada—. ¿Qué
sucede?
—Nada —me respondió golpeadamente—. ¿Qué tal
tu cita?
En esa última pregunta noté que su tono era algo iró-
nico y déspota.
—Pues… bien, gracias.
—No; no me agradezcas y menos en tono interroga-
tivo primita.
Al oírla decir esto ni siquiera me quedaron ganas
de contestarle y di un suspiro, pero no me pude aguan-
tar y mis palabras salieron justo como las sentía. Creo
que eso fue un gran error del cual tal vez me arrepentiría
después.
—¿Sabes qué? Me parece de lo más estúpido que
estés “arreglando” tus emociones de una manera tan pri-
mitiva, con frases irónicas y subrayando la palabra primita
como si yo no supiera serlo —tomé un breve respiro—. Ya
me harté; con razón tu madre te envió primero: debe estar
harta de ti.
Después de decir esto y sentirme aliviada por el mo-
mento, me entró un pequeño remordimiento y le dije:
—Vamos a cenar; mi madre desea que tú nos acom-
pañes.
—Pero tú no, primita, así que prefiero quedarme aquí
—me respondió conteniendo toda la rabia y el rencor que
llevaba dentro.
—Perfecto. ¡Que pases buenas noches!
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E
sa noche volví a soñar con él. Sus ojos verdes vol-
vían a inundarme el alma y yo ya no lo soportaba; me irrita-
ba el hecho de saber que estaba soñando. Me parecía de lo
más tonto estarme enamorando en sueños. Al despertarme
volví a caer en cuenta de que, como ya había predicho, solo
era un sueño más.
N
— o, mamá, no; dime que no es cierto. Que todo
es una mentira —no paraba de llorar, no sentía mis rodillas.
Mi madre también estaba llorando.
—No, por favor, mamá.
De pronto me encontraba en lo que parecía una igle-
sia inundada pero no podía salir: la puerta estaba cerrada.
Algo había abierto la puerta y al asomarme veía lo que pare-
cía un precipicio y yo caía…
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—¡Mamá!
—Amor… estás soñando; es una pesadilla.
—Ay, mamá, qué bueno que esté bien…—y le di un
fuerte abrazo.
—Hora de irse a la escuela; hoy ya no vas a faltar.
—Ma, cinco minutos.
—¡No, ya; despierta!
Ese día pasó muy lentamente y me parecía que nada
tenía sentido: amaneció y terminó el día lluvioso.
P
ronto llegó el sábado. La noche del viernes no
soñé absolutamente nada y desperté con falta de algo, con
un vacío que no sé aún cómo explicar. En el desayuno mi
mamá no habló, Melanie tampoco y yo no tenía ganas de
pronunciar palabra. De repente mi madre rompió el silencio
e hizo una pregunta extraña que no deja de resonar en mi
cabeza porque aún no la comprendo:
—¿Qué día es hoy? —la voz de mi madre parecía
débil, aunque no sé si así lo percibí.
—Ocho de noviembre —al pronunciar estas palabras
pasaron dos cosas que pude captar no sé cómo. Percibí un
olor a flores, de lo más dulce, y luego de eso se volvió a
hacer el silencio incómodo, roto enseguida por el timbre del
teléfono.
Vi como mi madre contestaba el teléfono. Nunca ol-
vidaré cómo fue cambiando su rostro conforme recibía pa-
labras y palabras que carecían de sentido. De pronto el vaso
con jugo se desvaneció y cayó lentamente hasta chocar con
el piso conforme mi madre dejaba la línea suelta… Creí que
ya sabía lo que sucedía. Comprendía a la perfección, pero
algo en mí no quería aceptarlo.
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—¿Mamá?
Mi voz sonó como un eco. En ese momento mi madre
se desvaneció en la pared de la cocina; de pronto se encon-
traba más pálida que nunca y cayó de rodillas sobre el piso.
—¿Mamá? Mamá, dime qué sucede.
—Mila, tu padre…—yo me llevé una mano a mi
boca para ahogar el grito que quería producir.
—…No —ahora comenzaba a comprender.
—Tu padre… tu padre falleció, amor —el llanto de
mi madre estalló cuando comenzó el mío.
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Spine- .359 13.97cm X 21.59cm
Hasta
Muy pocas personas son capaces de creer que existen
que amanezca
Es una historia encantadora, llena de misterio, magia, amor,
fantasía, y un secreto que le cambiará el destino a Mihaela,
quizás para siempre. Un emocionante relato sobre el destino, las
coincidencias y el amor.
A. K. P. C. Ordóñez
su ciudad natal. Actualmente se encuentra
estudiando la Licenciatura en Diseño Textil
en la Universidad Iberoamericana de esta
ciudad.
En su tiempo libre disfruta de la lectura
y la escritura. Entre sus autores favoritos están: Jane Austen,
Cecelia Ahern, Stephenie Meyer y J.K. Rowling. También le
gusta escuchar música, pintar, platicar, cantar y tomar café...
Pero lo que más le gusta hacer es pensar. Piensa mucho, tal vez,
demasiado. Cree desmedidamente en el destino y en los sueños.
La idea de escribir Hasta que amanezca surgió por un pacto que
hizo con dos grandes amigas el 6 de octubre de 2005. Comenzó
a escribirla en junio de 2006 y la terminó en abril de 2009.
ISBN 978-1-59835-133-0
51499
9 781598 351330
$ 14.99