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1. Adorno y la msica.
entre los gneros musicales, los estratos sociales, y el prestigio acumulado por ambos a
lo largo de la historia.[7]
El tipo de msica contra la que se ha de ir es la que viene de la tradicin burguesa
anterior, ya que la ideologa implcita (que tanto mal ha trado al mundo) de este grupo
social se puede ver claramente en su msica[8], si reflexionamos acerca de ella, por
supuesto, tambin desde las instituciones educativas.
Precisamente por este motivo, enlazndolo con lo ya sealado acerca de Schonberg,
Adorno defiende la supremaca de la nueva msica frente a la tradicin musical
anterior. Se declara expresamente en contra de los msicos que siguen dicha tradicin.
Y critica a autores como Stravinsky, Hindemith o incluso Brtok porque, ya sea en
general o en algn momento de su carrera, han cado en una cierta corriente neoclsica.
Los considera como los autores ms dotados y ms exentos de compromiso de acuerdo
con la mentalidad subjetiva[9]. La expresin ms dotados es del todo cuestionable, ya
que sabemos la amplitud de la formacin musical de Schnberg, pero quiz en este
punto se permita Adorno realizar algn tipo de crtica irnica a los msicos
considerados bien dotados en su tiempo, y al tipo de msica que le gusta a la
sociedad.
Por otra parte, tambin manifiesta su incredulidad ante tendencias racionalistas como
la msica electrnica (de Stockhausen), al considerar el rigor cientfico un engao por
intentar unificar el mundo y creer en la idea de progreso.[10] Retomando el tema de la
funcin del arte y de la msica como compromisos sociales e histricos, Adorno aclara
que:
[...] La idea sobrevalorada del material [...] conduce [...] a creer que la preparacin de
materias primas musicales es una sola cosa con la msica. En medio de la
racionalizacin se oculta un algo malamente irracional, a saber, la confianza en la
plenitud de sentido de la materia abstracta. [...][17]
[...] No es que hayan sido utilizadas ya todas las posibles combinaciones sonoras. [...]
Se trata de la calidad, no de la cantidad [...], y ningn sonido por aadir transformara en
su conjunto el paisaje sonoro. [...] Ningn sonido podra reivindicar hoy da para s, con
tanta facilidad, el ttulo de lo nunca escuchado. [...] [18]
[1] VV. AA.: Enciclopedia Larousse de la Msica, Barcelona, Argos-Vergara, 1987, 14.
[2] FUBINI, E.: La esttica musical desde la Antigedad hasta el siglo XX, Madrid,
1996 (2 ed.), 416.
[3] FUBINI, E.: La esttica musical..., 417.