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estudio y la preservacion cel patrimonio histérico han zanzado una importancia en el mundo entero dificiles » explicar Gnicamente desde su contribucion al conoci- iento de la historia y el arte o desde su papel en la dustria del ocio. Francoise Choay indaga en el porqué + ese culto al patrimonio a través de su relacion con memoria y el tiempo. Investiga su significado y las insferencias semanticas de las que ha sido objeto alo ‘go de cinco siglos, refiejo de un estado de la sociedad ie los interrogantes que Ia habitan. angoise Choay es historiadora de las teorias y de formas urbanas y arquitectonicas, escritora y critica + arte. Ha sido directora del Institut d’Urbanisme de tris VII y ha impartido cursos en numerosas universi- des europeas y norteamericanas. En 1995 obtuvo el and Prix National du Patrimoine. Entre otras publica- ones, es autora de El urbanismo, utopias y realidades 363), La régle et le modéle (1980), Dictionnaire de I'ur- nisme et de l'aménagement (1988), Pour une anthro- logie de l’espace (2006). tol os ye rimonio a rs 0 0 0 Pe Alegoria del patrimonio- Frangoise Choay ye. “Alegoria del patrimonio Francoise Choay 78, Titulo original: 14 Publicado originalmente por Fitions cha Seuil dd patimoine Version castellana: Maria Bertrand Suaze Faicion: Susana Lan inact Archi Forografia de la cube s, Florencia Disenio de la cubierta: Tor Cabréiktorial Gustave Gili, SI publica y eansformacion de cualauier parte de eta publicackin —inluady el disci de tual y de Ia Editi. Lainteacsn defo derechos mencicmados puede ser constitu vad delito contra ls propiedad inteltul (ats. 270 ysiulentes del Cidigo Penal EI Cenc 1a Editorial no se pronuncis, ni esprsa ti implicitament, respecte Ja exacttud de 1 nformacide contends en est bea, razén parla cual ao puede asumie nang © de la edicin eastellana: Editor! Gustave Gilt SL. Barcelon, 2007 Printed in Sp ISBN: 978-84-252-2236-8 Deposit legal: B. 47.405- Impresidn: Grificas 92, Rubi (Barcelona [elle INDICE Introduccion Capitulo { Capitalo I Capitulo LIL Capitulo IV Monumento y monumento histérico LOS HUMANISMOS Y EL MONUMENTO, ANTIGUO Arte griego clisico y humanidac Restos antiguos y humanitas medieval La fase antiquizante del Quattrocento EL TIEMPO DE LOS ANTICUARIOS. MONUMENTOS REALES Y MONUMENTOS FIGURADOS Anti Gotic« Advenimiento de la im: La ilustracion Cans iedades nacionales iconogratica LA REVOLUCION FRANCESA La dlasificacién del p: Vandalismo y conservacion: imterpretacion y efectos secundarios Valores LA CONSAGRACION DEL MONUMENTO. HISTORICO, 1820-1380 El concepto de monumenta histérico coma tal Practicas: legislacion y restauracion La restauraciéin como diseiplina 98 U3 lis 126 Bo 138 Capitulo VLA INVENGION DEL PATRIMONIO MONUMENTO Y MONUMENTO HISTORICO, URBANO 161 figura memorial 165 La figuea histGrien: papel mu La figura historial Capitulo VIEL PATRIMONIO HISTORICO EN LA ERA DE LA INDUSTRIA CULTURAL Del culeo a ka industria la Integracién a la vida contemparsnea Efectos perversos Capirulo VIT_LA COMPETENCIA DE EDIFICAR 221 Anexo Informe presentado al Rey, el 21 de octubre Patrimonio." Esta palabra tan antigua y hermosa estaba inicialmente de 1830, por M, Guizor, ministen del cnlazada a las estructuras familiares, economicas y yuridicas de una Interior, para instituir el eargo de inspector sociedad estable, arraigada en el espacio y en el tiempo. Recalificado aenefaltdakes iotiimenige ks Francia.» 241 por diversos adjetivos (genético, natural, histirico, ete.) que lo han Bilvliogratia 245 transformado en un concepto “némada",? el rérmino prosigue hoy Indice de nombres 259 tuna trayectoria diferente y resonante. a un fondle destina Patrimonio historico, Expresion que de do al disfrute de una comunidad planetaria y constituide por la acu- mulacién continua de una diversidad de objetos agrupados por sa stras de las bellas artes y de rabajos y prodactos de todos los saberes y ha- ‘comiin pertenencia al pasado: obras m las arees aplicad bilidades humanas. En nuestra sociedad errante, incesantemente transformada por la movilidad y la ubicuidad de su presente, la ex presidn “patrimonio histérico” ha llegado a ser uno de los eérr clave de la tribu mediatica, Remite talidad, La transtereneia semantica sufrida por el término sefiala 1a opa cidad de la cosa. Fl patrimonio historico y las conductas asociadas a él se encuentran inmersos en estrates de significaciones cuyas ambi giedades y contradicciones articulan y desarticulan dos mundos y dos visiones del munde El culto rendido hoy al patrimonio historicu requiere mucho mas que la coustataciGn de una satistaccién. Es preciso preguntarse sobre su sentido porque éste culto, olvidado y la vee rutilante, revela un de la sociedad y de los interrogantes que la habitan. Y tal es la perspectiva con la que aqui lo cnear eels eel 8 Megoria del patvinseni Enire tantay otras eategorias del fondo inmenso y heterogéneo del patrimonio hist6rico, retengo como ejemplar la gue concierne més directamente al marco de vida de todos y de cada uno: el patti monio edificado. En el pasado, se habria hablado de los monumentos histdricos, pero las dos expresones ya na son sinémimas, A partir de li década de 1960, los monurientos histories constituyen solo una parte de una herencia incesantemente inerementada por la anexién de nuevos tipos de bienes y por la ampliacién del marco cronologica ¥ de las areas geogriticas en las que rales hienes se inseriben, En Francia, en el momento de la creacién de Ia primera Comis sion des Monuments Historiques, en 1837, las tres erande rias de monumentos histéricos la antigiicdad, los edificios religivsos de la edad media y algunos cas: tillos, En el periodo que siguié a la If Guerra Mundial, el némero de Bienes inventariado se habia multiplicado por diez pero su naturale: za apenas se haba alterado: p logia y a ta historia de la arquitectura culta. Desde ese momento, to: das las formas del arte de edificar —culeas y populares, urbanas y rurales, todas las categorias de edificios, publicos y privados, suncua rios y utilitarios— han sido incorporadas bajo nuevas denominacio- catego: aban constituidas por los vestigios de tenecen, esencialmente, a Ia arqueo= nes: arquitectura menor, expeesion proveniente de Italia para desig. har construcciones privadas no monumentales construidas 2 menudo arquirectos: arquitectura verndcula, expresion terra para distinguir edificaciones marcadas por rrufiog arquitectura industrial —de las tabricas, estaciones y altos hornos—, expresidn acuiiada primero por los ingleses.’ Finalment sin la intervencion Weniente de In limica a los editicios individua cluye conjuntos de edificaciones y tejidos urbanos: manzanas y ba- rrios urbanos, aldeas, ciudades completas e incluso eonjuntos de ciu dades,* como refleja “Ia lista” del Parrimonio Mundial establecida por la UNESCO, Hasta la década de 1960, ef marco cronologico en el que se ins criben los monumentos hist el dominio patrimonial ya no s in icas carecia de limites —no como aho: ra— hacia lay fuentes del pasado, coincidiendo asi con el de la inves igacion arqueologica. Y hacia adelante no Megaba a teaspasar los mca mitad del siglo xtX. Hoy los helgas lamentan Ja desaparicion de la Maison du Peuple (1896), obra maestra de Vie tor Horta, demolida en 1968, y los Franceses la de Les Halles de Victor Baltard, destruidas en 1970, a pesar de las enérgicas protestas Mega das de toda Francia y del mundo entero, Aunque prestigiosas, estas limites de la segs /nlleeeeeeeaeel Monunrento y mom ne voces eran las de una minorfa confrontada a ta indifefeneta general Tanto para la administracién publica como para la mayoria de Las as, los I pabellones encargados por Napole6n 11 y persc % Haussmann no cumplian mis que una funcion trivial que les impedia tuna epoca conocida por su mal gusto, En la actualidad, una parte del Paris haussmanniano esti declarada-monumento y, en principio y ese entonces, es intocable. Lo mismo ocuere con Ia arquitectura 1 style, ilustrada en Francia en cl cambio de siglo por Hector rd, Jules-Aimé Lavirotte y la escuela de Naney, y enya breve a Heve inmediatamente a asimilarka 2 una moda ¥ a menospre- ciarla. El siglo xx mismo ha forzado las pueetas del dominio patrimo- nial, Ahora estarian sin dda clasificados y protegides el hotel Impe rial de Tokio, obra maestra de Frark Lloyd Wright (1915) que resis tid a los sismos y que fue demolido en 1968; los talleres Esders de Anyguste Perret (1919), demolidos en 1960: los grandes almacenes Schocken (1924) de Erich Mendekohn en Stutgart, demolidos en 1955; y el consultorio de Louis Kahn en Philadelphia (1954), demo lido en 1973. Recientemente en Francia, una comision encargada del “pattimonio del siglo Xx" ha trabajado en la elaboracion de criterios ¥ sipologias eon el fin de no dejar escapar ni camente significativo, Los propios arquitectos también se han intere sado por la proteccidn de sus obras. Le Corbusier habia empezado, cn vida, a buscar la proteccion de sus realizaciones, once de las cus Jes hoy ya estan clasificadas come monumento histérieo y catorve protegidas mediante otsas figuras patrimoniales. La Villa Sayaye ha sido objeto de varias campaiias de testauracion mas costosas que las i testimonio histéri de numerosos monumentos medivales. Finalmente, la nociin de montmento historico y las pricticas de conservacion que lo acompafian se han expandido fuera del ambito europeo en el que nacieron, su territorio exclosivo durante large tiempo. También es cierto que la década de 1870 vio, en el marco de la apertura de fa era Meiji, la discrera enteada del concepto de monu: mento historic en Japon” para ese pais que habia vivido sus tradi ciones como parte del presente, que no conocia ora histor dindstiea, que sélo concebia « que la are —antiguo o moderne algo vivo, y que conservaba sus mo 2 asimilacidn del tiempo occidental pasaba por rig universal, por la adopcion del mu: el reconocimiento de una histo 10 Alegoria del patrimeonio seo y por la preservacion de los monumentos como testimonios del pasado, En la misma época, los EE UU eran los primeros en proteger su patrimonio natural, sin llegar 2 interesasse en la conservacion de su patrimonio edificado, una preocupacicin mas reciente que se inicio gon la proreccion de las resideaci privadas de igtandes persona Hidades nacionales. En cuanto a China,® ajena a estos valores durante largo tiempo, ha abierto y expotado sistematicamente el filon de sus monumentos histéricos desde la década de 1970, La primera conferencia nacional para la conservacién de los monumentos historicos, realizada en Atenas en 1931,” teunié slo a curopeos. A Ta segunda, efectuada en Venecia en 1964, asistieron ya tres paises no europeos: Tunez, México y Port. Quince afios mas tar de, ochenta paises perrenecientes a los cinco comtinentes habian fir mado la Convencion del Patrimonia Mundial La triple extension tipoldgica, eronoligica y geogetica de los bienes patrimoniales esti acompaiiada por el erecimiento exponencial de su publico, EI acuerdo patrimonial y la concertacion de las pricticas de con in no transcurren, sin embargo, sin disonancias. Los logos al canzados empiezan a inspirar inquietudes: zno llegarin ae} Ja destrucciGn de su objeto?* Los efectos negativos del turismo na se sentir solamente en Florencia o ea Venecia, La antigua ciudad de Kioto se degrada dia a dia. En Egipto, ha sido necesario cerrar las tummbas del Valle de los Reyes. En Europa, como en otras partes, inflacion patrimonial es combarida y denunciada también por otros motivos: costos de manrenimiento, falta de adaptacién a los usos ac twales, efecto paralizante sobre grandes proyectos de ordenacion territorial. Se invocan igualmente la necesidad de innovar y las dialéc ticas de la destrucci6n que, a lo largo de los siglos, han ido estable ciendo la sueesion de fos antiguos por los nuevos monumentos. De hecho, y sin remontarse hasta ka antigiiedad oa la edad media y lim tindose al:s6lo dmbito de Francia, baste recordar los centenares de iglesits waticas que fueron destruidas durante los siglos xv y XVI para si “embellecimiento” y reemplazadas por edificios barrocos 0 clisitgs, Pierre Pacte, el arquitecto de Luis XV, preconizaba “el abart dono” de todas las construcciones géticas en sa Plan para la Mejora y el Embellecimiento de Paris. Los mismas monumentos de la anti: wcdad, por muy presigosos que fueran eel periodo slasico, no 1 ello de ser destruidos —eomo ocutrid con el palacio [elle | eel Monumiento y mionumento historic de el momento que obstruian los proyec de Tutela! en Burdeos— de tos de modernizacién de ciudades y de cecritorios, En Erancia, la sradicion de destruccion edificatoria y de moder nizavion ilustrada por tales ejemples sitve hoy de aval y de justitica cién 9 numerosos politicas casndo se oponen a los planteamier de los arquitectos responsables del patrimonio y de las comisiones de monumentos histéricos y sectores protegidos. En nombre del progre mejora de las condiciones de vida, el teatro ronjunt ne ro cultural polivalente, El mismo tipo de argumentos continiia siendo esgrimido en el Magreb y en Oriente Proximo para justificar la destruccisn o Ia alteracion de las medinas tanto en Tiine2'! como en Siria o en Irn, la voluntad politica de modernizacion ha sido apoyada por Ia idealogia del CIAM™ y sus ve~ dette. Tos arquitectos invocan, por su parte, el derecho de los artistas fala creacién. Quieren, como sus predecesores, marcar el espacio ur so técnico y social, de de Nimes —clave de un do reemplazado por un Lisico dinico en el pais— ha ano y no ser relegados fuera de sus limites ni verse condenados al pastiche en las ciudades historicas, Recuerdan que, en una misma civ dad o en un mismo edifici, los esilos han coexistido —yuxtapuestos tiempo. La historia de la arquitectura, 2 del gético flamigero oa la del rroco, puede leerse en algunos de los grandes exiticios religiosts eu ropeas: en las eatedrales de Chartres, de Nevers, de Aix-en-Provence, de Valence 0 de Toledo. La seduceion de una ciudad como Paris pro: jene de la diversidad estlistica de sus arquitecturas y de sus espacios. Estos no deben set inmovilizados por una conservacién intransigente sino continuada: de ali la pirmide del Louvre. Los propietacios, por su parte, reivindican el derecho a disponer ibremente de sus bienes para extraer Ios placeres o los heneficios de su eleccion. Argumentos que chocan, en Francia, con una legislacion que privilegia el interés publico, Pero que no dejan de prevalecer, sin cimbargo, en los EE UU, donde la restriceion a la libre disposicion del patrimonio historico privado se considera una limitacidn de la liber y articulados— a lo largo del desde la época del romsnic ba tad de los ciudadanos, Las voces discordantes de los adversarios son tan poderosas coma st determinacién, No hay dia en que no surjan nuevos casos Las amenazas permanentes que pesan sobre el patrimonio no impi dlen, sin en de su proteecidn en las sociedades industrialey avanzadas, ofieialmen- argo, tn amplio consenso en favor de su conservacion y 12 Alegoria tel patrimontio te defendidos en nombre de los valores cientificos, estéticos, me Jos en ese patrimonio, Asi, un uuntropologo americano sostiene que, a través de la mediacién del “tu rismo de arte”, el patrimonio edificado sera el lazo federador de la so- sledad mundial Consensa / contestacisin: las razones y los valores invocados en favor de cada posicién requieren un examen y una evaluacion criti- cos. Inflacidn: se ka ha podido acribuir a alguna estrategia politica, incluye muy evidentemente una dimensién econémica y sefala, sin propéstos Ia zona semincica dl patrimonio ediicao en was de hare un inventaic.Y previamomte hay que provsar al menos pro visionalnieate el comenido le diferencia enue dos trminos que Qué entender en primer gan, por monumento? En francs, sentido orginal del ermine es aquel del latin momurentu, a su vee mora Ls ner ath dese rocco eee aj ett fcifcado por una comunidad deindividuos para asordarse deo para Orereencias. La expeiicidad del monumento consist entonees ree za por medio del afectvidad para que el recuerdo del pasa ge do y sele ado por motivos vitales, en tanto que puede contribuir ditectamen: te a mantener y preservar la identidad de una comunidad étnica, rel giosa, nacional, tribal o familiar, El monumento es, tanto para quienes lo edifican como para los que reciben sus mensajes, una de eee Mi fensa contea los traumatismos de la existencia, un dispositivo de se guridad. El monumento asegura, da confianza, tranguiliza al conju: rar el ser del tiempo. Garante de los origenes, el monumento ealma Ja inguietod que genera la incertdumbre de los comienzos. Desafio 3 Ia entropia ya [a aceidn disolveate que el tiempo cjerce sobre todas, las cosas, naturales y artificiales, el monumento incenta apaciguar la angustia de la muerte y de la aniquilacion, sta manera de relacionarse con el tiempo vivido y con la memo: ria —o, en otros términos, su funcion antropologica— constituye pre cisamente la esencia del monumento, Todo lo demiis ¢8 contingente yy consecuentemente, diverso y variable. Le vimos en lo que toca a los ios, y lo mismo sucede con sus expresiones y formas: tum ela, obelisco, térem, destina ba, templo, columna, arco del trian, El monumento se asemeja faercemente aun universal cultural Parece estar presente, bajo una ultiplicidad de formas, en todos los continentes ¥ practicamente en todas las sociedades, posean 0 0 es Critura. Seguin los casos, el montuniento rehisa las insetipciones o bien Jas acoge, parsimoniosa o iberalnente hasta, a veces, recubrirse con ellas y esbozat una deriva hacia otras funciones. Sin embargo, el papel del monumento, en su sentido original, ha perdido su importancia de forma progresiva en las sociedades oc- cidentales, rendiendo a borrarse en tanto que el término mismo ad wan, Ya en 1684 coldgico en de Guiria otras significaciones. Los lexicos lo atest Antoine Furetiere parece otorgarle un valor trimento de su valor memorial: “Testimonio que nos queda de ab sin gran poderio o grandeza de los siglos pasados, Las piramides tie Egipro, cl Coliseo, son hermesos monuments de la grandeza de los reyes de Fipto, de la republica romana”. Algunos afios mis tarde, el Dictionnaire de I'Académie Francaise instala correctamen- te el monomento en su Fancién memorial para el presente, pero smplos traicionan un sesko esta vez hacia valores de estctica y estigio: “Monumento ilisire, soberbio, magnitico, duradero de loriose’ Esta evoluci6n es confirmada, un siglo después, por Quatremere de Quincy. Fate observa que “aplicado a las obras de arquitectara” el rérmino monumento “designa un edificio construide sea para eter nizar el recuerdo de cosas memorables, sea concebido, edificado o dispuesto para llegar a ser un agente de embellecimiento y de magi ficencia en las ciudades”. Y prosigue indicando que, “bajo este ido aspecto, la idea de monumento, mas relativa al efecto del edificio 14 Megoria del patrivns 1 su utilizaciGn, puede convenir y aplicarse a to dos los tipos de edificios”. Es cierto que los revolucionarios de 1789 no cesaron de switar con monumentos ni de construir en el papel los edificios por medio de los cuales querian declarar la nueva identidad de Francia,** No obstante, si estos proyectos estan efectivamente destinados a servir a la memo ria de las fururas generaciones, también actian en otro registeo. La evolucién, que pucde rastrearse en los diccionarivs del siglo xVu. era irreversible. El my za, a be numento denora desde entonces el poder, la grande a: le corresponue expliciramente manitestar los signios pablicos, promowver estilos, disig Actualmente, el sentido del término “monumento” ha sega avanzando, Al placer dispensado por la belleza del edificio le han se- guido el deslumbramienta o el asombro provocados esta vex por la proeza técnica, asi como una version moderna de lo colosal en la que Hegel habia visto el inicio del arte entre lo ‘dad oriental, A partir de ese momento, el monuimento se impone aly atencion sin trastondo, interpelando en el instante, tracando st antiguo estatuto de signo por el de sefial, Por ejemplo: el inmucble Lloyd's en Londres, la torre de Bretagne en Nantes, 0 el Atco de la des de- sea la sensibilidad estética, do pueblos de fa alta anti: Defensa en Pan, La progresiva desaparicién de la funcion memorial del monu mento tiene, sin duda, muchas causas, Evocaré solo dos, ambas ins critas en la continuidad del tiempo, La primera tiene que ver con el lugar cada vez mayor que, desde el renacimiento, las sociedades oc- cidentales otorgan al concepro de arte."” Anteriormente, los monu menros estaban destinados a acercar los hombres a Dios 0 a recar darles su condicion de criaturas, y exigia cde quienes los edificaban la mayor perieia y perfeceién en sv trabajo, por ciemplo una gran I ratuba de helleza. elleza su identidad y su estatus, transtormandola ent el fin supremo del arte, el Quattracento la asocia a toda celebracion religiosa y a todo memorial, Y si Leon Battista Alberti, quien fuera el primero en minosidad y una rica ornamencac.on. Pero no Al otorgar ala orizar sobre la belleza arquiteetonica, todavia con sate In nocién original de monumentoy eambign € , quien inicia la progresiva susticucion del ideal de me moria por aquel de b La segunda causa reside ¢ | desarrollo, perfattionamienté ¥ di fusion de las memorias artificiales. Su paradigma wenenioso fue, en Placon, la eseritura." Sin embarga, la hegemonia memorial del ntonur ie ellleeeee Monumenta y monument critura in poder sin peecedentes en la mater. El perspicaz Charles Perrault queda en: multiplicacién de los libros, desaparecen 1a fa: “hoy [| y2 no se aprende casi nada de memoria por- presiones que pesaban so que se tienen libros que se leen, a los que se puede acudir en caso de ne cesidad y cuyos pasajes se citan con mis seguridad, pues se pueden » se hacia antes”.!* En= ue el inmenso te tregado a su jubilo de hombre de letras, no imagina soro de conocimiesitos puesto a la disposicién de los doctoy conteng.a cn si una prictica del olvido y que las nuevas protesis de la memoria Ccognitiva sean nefastas para la memoria orginica, Desde fines del siglo XVI, el término “historia” desigm una disciplina cuyo saber, cada vea mejor acumulado y conservado, guarda las apariencias de la memoria viva en el mismo momento gue la suplanta y que de Sin embargo. la historia “s6lo se constituye si se lt mira, ¥ pa lh es necesario estar excluido”:" la formula expresa, hasta el abismo, la diferencia y ef papel inverso del monumento, cuya presencia de ob: jeto metaférico esta encargada de revivir un pasado privilegiado y su mergir en él nuevamente a quienes lo contemplan, Siglo y medio después del e ogio de Perrault, Vietor Hugo pro: nuncia la oracién finebre del monumento, condenado a muerte por Ia aparicién de la imprenta. Su intuicién de visionario se ha visto confirma sus poderes. ia por la creacion y el perfeccionamiento de nuevos modos de conservacién del pasado: memorias de las téenicas de grabacién de la imagen y del sonido que encierran y entregan el pasado bajo una forma mas concrera, ya que esta directamente dirigida a los sentidos ya la sensibilidad, “memorias” —mas abstractas y desenearnadas— de los sistemas electronivos. Veamos el caso de la fotografia. Roland Barthes ha comprendido que este “objero antropoldgicamente nuevo” no iba ai a competir con nia recusar a la pinrura, “No es el Arte, ni la Comunicacion, es la Re ferencia, que es el orden fundador de la fotografia”. La fotografia apa. rece asi como una protcsis de un nuevo genero: entrega “un nuevo orden de prucbas”, “ningun escrito puede proporcionarime tal vert dumbre”, Este poder de autenrificar se debe, sin duda, a las reacciones quimicas que haven de la foroyrafia una emanacion del referente™ confiriendole al mismo tiempo el 3oder de eesueitar. Porque, por ls me dliaci6n del halogenuro de plata, “la foto del ser desaparecido viene a mpresionacme al igual que los rayos diferidos de una estrella’ 16 Megoria del p Barthes supo pereibir y analizar la duplicidad de la fotogeafia, las dos caras de este nucvo frharmaton dotado del poder singular de jugar sobre los dos registros de la memoria: confiemar una historia y hacer revivir un pasado muerto. De alli también los riesgos de usur- pacién y de confusién. Barthes los denuncia nombrando les dos ta heras en que la fotografia abre nosotros. El studiune designa tuna atraccion reflexiva, un interés exterior, que, sin embargo, afecta, El éxtasis, que hace volver ala conciencia “la carta misma del tiem: po”, es un movimiento revulsivo, alucinante, a propésita del cual surge varias veces el término “locara”. Esta locura de la fotografia, que hace coincidir el ser y el atveto es, efectivamente entonces, de Ja misma naturaleza que el hechizo suscitado por el mohumento. La afirmacion de la cdmara lucida segiin Ia cual la sociedad moderna ha renunciado al monumento se moderari diciendo que la fotografia es tuna forma de monumento adaptado al individualisme de nuestra Epoca: ¢! monumento de la sociedad privada, que permite a eada uno, obtener secretamtente el regreso de los muertos, privados © publicos. que fundan su identidad. El hechizo de la memoria se cumple ahora mas libremente, al precio de un trabajo madesto sobre esas imagenes que conservan una parte de ontologia, La fotografia contribuye, por otra parte, a la semantizacion del monumento-seiial, Fn efecto —y cada vez mas— estas sefiales se di rigen a las sociedades contemporsneas mediante la circulacidn y difu- sidn de la imagen en la prensa, la television o el cine, Las sefiales ya ‘no comunican mas que metamorfoseadas en imagenes, en replicas sin peso sobre las que se concentra su valor simbélico, disociado asi de su valor utilitario, Toda construccién, con independencia de su dest: nacion, puede verse promovida como monumento por las nucvas t6 nicas de comunicacién, Como tal, sv funcion sera la de legitimar y autentificar el ser de una réplica visual, primera, trdgil y transitiva en dad cedificada no coincida con sus representaciones mediticas o con sus imagenes sofiadas. La pirimide del Louvre existio antes de que se em: peaara a construi, Sigue brillando, todavia hoy, con los fuegos ransparencias con gue la revestia It feproduccion fotogratica de sus dibujos y maquetas, aunque en la realidad evoca mas bien el acceso a lun centro comercial y su opacidad oculta la perspectiva desde la Cour Carrée hacia las Tuileries y sobre Paris, Las forogratias lel Arco de la Defensa le ororgan todavia una seduccidn simbsilica, a pesar de la ruc gosidad del edificio real y la incomodidad de las oficinas que alberga la cual delega desde entonces su valor. Poco importa que la re ii destealidcibn” deo que hoy la moaumnena ye made a mplazairiento de Berey, responde: “Es ne insercidn del edificio ene postales de Paris”.* © En tales condiciones, los monumencos en el primer sentido del zisiegan todavia algun papel en las desominadas sociedades < numerenos edificios de culto que conser trarundst Mayas Sos tactarofe bumanat els soca ueran Dempte dela vr ntos a fos muertos y de los cemen- les, los momumentos ¢ edifican hoy otros rraciones, el recuerdo del judeocidio de la I Guerra sarite del dra abstractos 0 gute las im ejor que las fo ma co-memorializado, los campos de concentracion mismos se han transformado en monumentos con sus barracas ¥ sus cimaras de gas. Una intervencion disereta y algunes etiquetas han sido suticientes: desde st antiiguo lugar de estadia, desterrados para siempre, los muer- tos y sus verdugos informarin a perpetuidad a los que van a Dachau 6a Auschwitz." No habrd sido nevesaria la interveneién de ningan imple operaciin de metonimia, El peso de lo real realidad intimamente asociada a la de los sucesos conmemo Is Alegoria del patrimonio rados, es agui mas poderosa que cualquier simbolo, El campo, trans formada en monumento, participa de la reliquia. quias y relicarios, no dejan de ser tan excepcionales come los hechos que traen a la memoria, Vestigios en los gue no cabe mis que selec cionar ¢ designar, y ademas restigos de la progresiva disociacion que a entre la memoria viva y el saber edificar. El nuevo centro de Varsovia solo es monumento porque es una réplica: reemplaza la iu: ido ex nibilo para fines se ops dad destruida con una fidelidad que conti la fotografia. EI monumento simbiilic, in, practicamente ya no tiene curso en nuestras soci dades desarrolladas. A medics que disponian de mnemotcenicas de mayor precision, poco a poco, éstas han cesado de edificar monu mentos, transtiriendo el fervor de los monumentos a los monumen tos historicos, de rememor: Sin embargo, las dos nociores, hoy Frecuentemente confundidas, son en muchos sentidos opucstas, cuando no antindmicas, En primer lugar, el monumento historieo, lejos de presentar la cniversalidad del monumento en cl espacio y en el riempo, es una invencién occidental claramente fechada, un concepto exportado y-difundido con éxito fuera de Europa a partir de la segunda mitad del siglo SIs. Pero los informes de las organizaciones internacionales muestean que este reconocimicnto planctario es algo superficial, El sentido del monumento hist6rieo avanza con dificultad, La nocién no es disceiable de un contexto mental y de una vision del mundo. Adopar politicas de conservaciGn sin disponer de un marco histérica relerencial, sin atri= buir un valor particular al tiempo y a su continusidad, y sin haber situa do el arte en una perspectiva histérica, cs algo tan desproviseo de signi ficacién como practicar la ceremonia del 18 ignorando el sentimiento, japones de la natura el sintoismo y ka estructura sipona de las re laciones sociales. De ese mado se originan entusiasmas mulsiplicadores de contrasentidos o, también, encubridores de otras coartadas, Otra diferencia fundamental, evidenciada a principios del siglo Xx por Alois Rie * el monumento es una creacion deliberada (ge wollte), cuyo dest 1 ha sido asumido a prinzi y de inmediato, mien: tras que el monument historico no ha sick inicialmente deseaco (ur gewollte) ni creado como las miradas convergentes del historiador del aficic se coustiruye como tal a poste ado que lo selec cionan entre la masa de edlificios existentes en la cual Jos monumen ‘0s Fepresentan una pequeria parte. Todo objeto del pasado puede ser eels Monumvento y momento bistorie ° convertido en restimanio historieo sin haber tenido, originalmente tun destino conmemorativo. Inversamente, recordémoslo, todo arte facto humano puede ser cevestido, deliberadanente, de una funeidn conmemorativa, En lo que respecta al placer producido por el arte, 10 6+ privilygio exclusive del monument snp EI monumento tiene como fin revivir en 1 presente un pasad ido en el tiempo. El monumento histérico mantiene otra relacion ‘con la memoria viva y con la duracion, O bien puede ser instituido sim plemente como objeto de conocimicnto e integrado a una concepeion dl tiempo: en ese caso, su valor cognitive lo re sado o, ms bien, a la historia en genzral o a la historia del arte en par ticular; o bien, por aftadidura, puede—en canto que obra de arte— di rigitse a nuestra sensibilidad a fstica, a nuesteo “deseo de arte ‘eunstivollen)=” en ese caso, forma parte constituyente de la vivencia del presente, sin la mediaciéin de la memoria ni de la historia, Las diferentes relaciones gue mantienen respectivamente los mo humentos y los monumentas histérizos con el tiempo, con It memno- ria y con ¢l saber imponen una marcada diferencia en cuanto a st tanenal, Sin embargo, los monumentos estan constantemente expules- to a Ios ultrajes del tiempo, El olvido, el desinterés, la obsolescencia wa la des da, sea por voluntad de destrui 0 sea, evan a abandonarlos y a olvidarlos. También los ame truccién voluntaria”* y concer por el contrario, por cl dese de escapar a la accion del tiempo 0 por la voluntad de perfcccionamiento. La primera forma, negativa, ¢s la que se evoca mis a menudo: politica, religiosa, Weoldgica, etc. y prueba, mentos en el mantenimiento de la iden sociales. La destruccién positiva, tambien generalizada, llama menos la atencidin, Se presenta bajo difer Una de ellas, ri: tual, es propia de ciertos pueblos como los japoneses quienes, al no reverenciar como nosotros las marcas del tiempe sobre sus manu: por sentido inverso, ef papel esencial jugado por los monu blos y grupos idad de los pu mentos, periédicamente construyen réplicas exactas de los templos briginales, Una vez hecho esto, destrayen las copias precedentes. Oura modalidad, creativa, ha sido ilustrada en Europa por numerosos ciemplos. Para ampliar y dar mis esplendor al santuario donde beato Denis [babia} permanesid durante quinientos afios”, el aba Suiger hizo destruig en la década de 1130, parte de la basilica carol aia que la tradivion atrbuia al rey Dago precioso y venerable de la ceistiandad, San Pedro de Roma, :no fue 0.2" EI monumento mis Meyoria del patrimonic acaso demolido por decisién de Julio I tras una vida de casi doce si los? Se trataba de reemplazarlo por un edificio grandioso cuya mag nificencia y escenografia hicieran recordar el poder conquistado por Ia iglesia desde la época de Constantino, asi como las nuevas inflexio: nes de su doctrina, Por el contrario, en la medida en que se inserta en un lugar in mutable y definitivo en el conjunta objetivada ¢ inmovilizado por el saber, el monumento historico exixe, conforme a la logica de ese sa ber y —al menos en teoria— su conservacion incondicional EI proyecto de conservacion de los monumentos historicos, asi como sis aplicacién, han evolucionado con el paso del tiempo ¥ no pueden disociarse de la historia snisma de dicha nocidn. Invencion de ‘Occidente, dijimas, y claramente fechada. No obstante, es necesario cstablecer loé criterios de esa datacion. El ngresa de un neologismo en los léxicos marca el reconocimien- to oficial del (objeto material o mental que por lo tanto designa. Esta consagracion presenta un desplzamienta cronolégico miso menos importante segun los casos respecto a los primetos usos del término y a la aparicion —repentina © largamente preparada— de su relerente La expresion imento historico” no ingresa en los diccionarios franceses hasta la segunda mitad del siglo xox. Sin embargo, sti uso se habia propagado desde principios de siglo y habia sido consagrado par Frangois Guizot cuando, secién nombrado ministra del Interior, en 1830, crea en cargo de inspecteur des Monuments Historiques. Pero es preciso remontarse atin mis lejes. La expresion aparece sin duda por primera vez bajo la pluma de , sin embargo, lo nico en juego. Sit. saberlo, otros motivos eompro- mmetian el saber liserario y Ja sensibilidad. Moaumentos y objeros pa: anos devolvian a los eruditos el eco de textos familiares. El interes y addos ante las obras son solidarios de las posiciones el respeto atest adoptadas por la iglesia respecto a las lerras y al saber clisicos, alte nativamente promovidas en nombre de las “humanidades” 0 conde nadas Jn antigiicdad culmina durante esos breves ¥ parciales renacimientos que Erwin Panofsley ha llamado *renascences”" en los siglos Vil y 1X ear el inareg de la politica carolingia, y luego durante los siglos ¥! y por paganismo. Asi, el interés por la fusmanitas y las artes de il, impalsados por Jos abades humanistas. Cuando Guillaume de Volpiano, Gaurelin de Saint-Benoit-sur-Loire, Hugues de Cluny % mas adelante, Hildehert de Lavandin, Jean de Salisbury, Suger de Saint-Denis o Guibert de Nog hace vibrar al admirar y tratar de ienti visjan a Roma, su cultura elisica los Arraccion intelectual, ciertamente, pero tambien seduccidn de la sensibilidad: las obras antiguas fascinan por sus dimensiones, por el refinamiento y la maestria de sw ejecucion, por la riqueza de sus m reriales, Tesoros —nimbados de un aura fantistica— que se integran en una de las dos “estéticas"’ de la edad media que Suaer defiende contra Bernard de Clairvauy. Cuando el abad de Saint-Denis encar Ja reparacion del mobiliario de su ighsia, admira “el trabajo maray Hloso”, * de uno de los paneles del altar obra de “Artesanos harharos [...J) mis fastuosos que los nuestros” y “la es: cultura ran delicada, hoy irremplazable [de] las tablillas de martil {del pilpito] que sobrepasa toda evaluacién humana por “la descrip- cion que ofre nas de la antigdedad”." El valor casi magico atribuido a los vestigios de la antigiiedad, la curiosidad que despiertan, el placer que ofrecen a la vis trados en los manuseritos de dos clérigos del siglo sul, Gon sus Mira: bilia urbis Roniae, Benedicto 1, canonigo de San P cia 1155, la primera guia exclusivamente consa monumentos paganos de Roma cuyas identificaciones —a menudo, npre ligadas a recuerdos literarios. cuanto al jurisea ingles conocido bajo el nombre de Magister Gi rius, no sabe si atribuir a la magia o al trabajo del hombre las mara villas visitadas durante su viaje a Roma.'* Cuando relata haber rect rrido una gran distancia en tres ocasiones para ir a admirar —en el la suntuosidad fastuos e de e ro, propuso, ha fantasiosas— permanecen si Quirinal— una Venus ejecutada con “una destreza can maravillosa & inexplicable que levaba su desnudez como enrojeciendo” lo que des cribe es el comportamiento de un aficionado al arte. Su ilustre com: patriota, Henry, obispo de Winchester, pertenece a la misma catcgo~ ria que Jean de Salisbury, a pesar de coleccionar también estatuas antiguas, que describe como un verdadero obsesionado del arte an- Elinterés y el jibilo que suscitan los monumentos antiguos en los protohumanistas de la antigiedad tardia y de la edad media, tieipan la experiencia de los humanistas del siglo sv? Fl entustasma y el lirismo dle los autores medievales asi parece indicatlo. Sin embar- 9, una diferencia iereductible co pone las dos formas de huma hnisino ¥ sus respectivas relaciones con la antigiiedad: Ia distancia his: torica que establece, por primera vez, el observador del Quattrocento, val que pertenece y la lejana ant dad cuyos vestigios estudia. Para los estudiosos de los siglos vin al mundo antiguo es simultineamente impenetrable e inmediatamen- =i: “=a proximo, Impenetrable romani wep que los territories romano: x cristianos y la vision pagana del mundo ya-no cuenta. dos son abo ya no se concibe. Las expresiones plasticas o literarias se cornan in- descifrables por la pérdida de su referente, quedando reducidas a for- mas vacias. Pero son proximas porque esas formas vacias, al aleanc de Ia vista y de la mano, son inmediacamente trasladables y trans puestas al contexto cristiano, donde son reinterpretadas segun codi p08 familiares, Henry de Winchester 0 Gregorius son, tal ver. fulygurantes excep- ciones. En cualquier easo, la formulacién y las formulas de admira contesto, Cuando, a principios del Hildebert de Lavardin se ex: ii igualado” “ai eepetido” y responsables de cigin no dehen ser ex! sialo Xi, en Su rasia por un trabajo que no podra ser 1» poema sobre Ror, evoos La “pasion de los artesanos” (atiadio artificium unas imagenes que la naturaleza no hubieca podido aleanzar, no hay que olvidar que empieza alabando la mutilacién (puriticadorai de la ciudad de pretensiones insostenibles, cuyos restos" puede ahora ado rar con buena conciencia. Richard Krautheimer ha subrayado elar mente esta ambivalencia, legando © plantearla en términos de amor odio, Muestra, ademas, como el protohumanismo se habia apropiado Titeralmence de los yestigios del mundo antiguo, cristianizindolos. La ausencia de distanciamieato, igualmente descrita por Erwitt Panofsky en sus analisis de Ia transmisidn de formas y de temas anti- guos durante la edad media,” es el zomun denominador de todas las conductas referidas a la herencia dela antiguedad greco-romana, Ber- nard de Chartres y Gilbert de la Porrée pasan el tamiz de la teologia cristiana sobre el udealismo platénico y sobre las categorias de Aris roreles. Tal escultor romanico integea los monstruos ant presentacic ia biblica y cal il roes de ka micologia griega con ropajes medievales. Lo mismo ocurry antigiedad: dor reviste a los hé cen lo que respecta a los objetos 0 a los monumentos de l independientemente del saber de los responsables de su manejo, o del valor que les atribuyan, pasan a ser directamente asimilados e intro: ducidos en el circuito de kis prictieas eristianas sin que se haya esta blecido ol distanciamiente simbolice ni las limiraciones que habeia Impuesto una perspectiva historica. La alteridad de una cultura dif rente no llegaba a ser asumida. Los edificios son objeto de una apro: placién fruto de la inoceneia y la familiaridad, realizada sin vacilacto: nes ni eserdpulos, al igual que las formas plisticas y los textos filoséficos, Asi, muebles o inmucbles, las creaciones de la antigtiedad no son trataday como monumentos historicos. Su preservacicn es, et real dad, una reutiizacion que x presenta baja dos formas distintas como reutlizacin global, con o sin imeevenciunes, 0 como feagmen tucidn en partes y pecazos utilizables para diferentes lugares y fines. er usaba como ealiz"” un valioso vaso antiguo de porfido, en castrado por un orfebre medieval entre las patas, las alas y el cuello de un aguila de plata dorada. Del mismo modo, en el siglo 1X, el pa lacio imperial de Triveris es transformado en ana catedral de la que el obispo Hinemar admira “el pavimento conformado por marmoles de diferentes colores” y las pacrras “recubiertas de oro rojo que pa rece jacinco claro”: en Vienne, : en la region de Lyon, en la misma epoca, el templo de Augusto y de Livia se convierte tras sufi La am ppuracion de su celkiy en Ia iglesia Notre-Dame de la Vie, Pero los monumentos antiguos no son solamente “reciclados” sino que son, con desenvuelta simplicidad, divididos en partes y en pedazos, y reinsertados seguidameente en consteucciones nuevas para embellecerlas y decorarlas. Por lo dems, no siempre es facil diserimi- nar entre lo que es reempleo urilicario, incluso expoliadon y lo que Jean Adhémar considera una verdadera obra de proteccian.** Calum- nas, capiteles, estaruas y frisos esculpidos son asi extraidos de los edi ficios que constituyeron la as. Desde el siglo vi, Roma es fa cantera mais importante dle maceriales prestigio- sos para los nuevos santuarios levantados, sea sobre sus prapios te rritorios (San Lorenzo Extramuros, San Pancracio o Santa Inési, sea en otros lugares de Italia o incluso en otros paises Carlomagno hace trace desde Roma y desde Ravena —con la au torizacién del papa Adriin t—los mirmoles y las columnas que uti liza en Aix-la-Chapelle y en Saint Riquier, Desiderius busca colum: nas, bases y capiteles en Roma para su abadia de Mone-Casin (1066), er se desespera cuando realiza las obras de ampliacion de Saint: Denis. *:Donde encontraré columnas de marmol o equivalentes al marmol®, reflesionaba; las buscaba en las regiones ma alejadas y no encontraba nada. A mi espiritu ansioso solo se le pre sentaba una tinica solucién: ir a Roma; en efecto, en el palacio de a de las ciudades Diocleciano, y en las otras termas, habiamos admirado a menudo las aves del Mediterraneo, luego por el mar de Inglaterra y desde alli, por el cur so sinuoso del Sena, y obtenerlas ast con alto casto de nuestros ami 0s ¢ inclus de nuestros enemigos los sarracenos, cerca de cuyos columnas de marmol; transportarlas con una flora segura a Los humarismas y el monune antigae 33 territorios serd necesario pasar: ésa era la solucién que durante mu: chos afios y forzados por lo vano de las basquedas— consideramos mente, se produjo el milagro: descubre cerca con angustia” 2 Brus de Pontoise “una cantera admirable” y renuncia a su proyecto inicial Roma no es, de ninguna manera, fa tin antiguos. En Lyon, los marmoles del Forum Vetus ayudan a construir Saint Martin d’ Aina s Jas eolumnas el sibside de la caredral. Pero los viajes son, a menudo, mas lejanos. En 1049, Odilon de Cluny manda buscar los materiales para su clausico en Peovenaa Nimes y Arles al mentan igualmente en esculeuras y en colummas a ia catedral de Saint Germain de Auxerre y a las abadias de Saint Germain-des-Prés en Pa ris y Moissae Es inutil multiplicar los ejemplos. Los pequeftos rcenacimientos que preparan el renacimiento no llegaron a sistematizar la perspecti= pn abrir feserva de fragmentos va artificial, sin embargo ya esborada. Tampoco perm tna perspectiva sobre los monumertos de la antiguedad, ‘Cabe sefalar, no obstante, los privilegios excepcionales que per miticrorg gay Rama, la primera, roriars distancia ante su herenca am tigua y Id situgnd én un espacio histSrico, Para emperar, la ciudad que habia maggado ¢avlos los territorios conquistados de su imperio con arquitectura presentaba ella misma la concentracion mas importante de edificios antiguos famosos. Sobre todo, la cultura clisica transmitida por los parricios convertidos se guia viva a pesar de los dolorasos interrogantes del sigla V1 y mss tar de, de los sucesivas saquyos de los barbaros. Los papa habian erigido en herederos de Rema, contra la tradi en primer lugar, pero también contra la barharie de los invasores ¥, fh nalmente, contra le hegemonia de los em) sus institaensifes urbanas y ademas, se pa. bizaniinia Sobre ellos recaian, en particular, las responsabilidades tradicio: rales de los emperadores romans en materias edilicias y de arquitec tura, El retorno del clasicismo los condujo, desde principios del si glo ve* a la sustitucion de las basilicas constantinas por modelos mas puros y refinados inspirados en las rermas de Trajano, de Caracalla, de Diocleciano y por las basilicas de Ordenes superpuestos de Traja- tno y de Séprime Severo que adguie'en asi un nueva valoc El ato 408 se promulga un decreto en favar del uso secular de los templos que se proregen como monumentos piiblicos. Los desastres del siglo V1 lle ulesias- en el periodo 26-530, la sala de a convertir edificios ¢ audiencias del prefecto pasa a ser la iglesia de San Cosme y San Da misin; en el aio 580, ona sala ceremonial del siglo ( alberga la = ae 4 Megoria del patrinsoni de Santa Maria Antica, antes de que —bajo Honorio— el Senado del foro romano sea convertido et Ia iglesia de San Adrian. Por el con- que en Roma la teadicion clasica permanece mas tratio, ysin dada po ccercana y ms Gregorio el Geande y sus sucesores se muestran iis hostiles a la cristianizacion de los templos en la Ciudad gue en corras partes. El Pantedn, consagrado en 6109 a la Virgen Maria cons tituye un precedente durante cerca de trescientos alos. En esta labor salvadora de los papas resulta dificil fronteras entee las medidas utiltarias y las inspiradas por el interés la voluntad de afirmar una identidad a través de los monumentos. Dos memorias son simulrineamente requeridas por dos seties de “monumentos”; aguélla mis inmediata de una instauracion religiosa que estructura la vida cotidiana y define su horizonce, y aquella mas lejana de un pasado temporal y glorioso, Estas dos me- morias, entrelaza Coliseo, ent San Juan de Letrin y Ia columna de Marco Aurelio, en Santa Maria de Trastevere y el arco de Tito, y ast las reune la bula de Luis el Bavaro en su estrecho campo dorado. La presencia visual simaltinea de esas dos tipos de monumentos en Roma, remit to de diferenci respecto a la antigiedad. EI edicto por el cual el Senada romano pro: rege la columna de Trajano es ambivalence: “Queremos que perma nneeca intacta mientras dure el mundo [..J. El que inte sera condenado y sus bienes serin donadas al fisco”. ;Se esta hablan- do ya de monumento © de monumento historico? Es imposible sab- erlo, Al reescribir la historia es posible imaginar que, si los papas no hubieran tenido que dejar Rom leza, el monumento histrico habria nacido un siglo ances, ‘Cuando Martin V regresa definitivamente en 1420, Roma se ha transformado en el desabitato para su poblacién de ans 17,000 ha bitantes. Los grandes monumentos de la antigiedad yacen en medio de villas y pastizales o han sido ocupados para albergar viviendas, La estructura de la Roma imperia’ ha sido borrada por los trazadas pro- ss, son invacaclas conjuntamente en San Pedro y cl endoa dos cradiciones tan discantes, requerfa un efec ion y la creacidn de un segundo distanciamiento con) bandonandola al pillaje y a la ma- cesionales de una ciudad de peregeinacion. En el marco de la revolucion del saber que en ese momento se vive en Italia, esta imagen ruinosa de una antigiiedad rocien descu bierta en fa asombrosa luminosidad de los textos abliga a otc dimensidn historica a la miraca que se posa ett los monumentos Fo manos, Fl nacimiento del monumento historico —bajo la designacion ee eeaellleeeeie eel plural de “antuiedades"— debe ser situado en ese contesto mental, gars, tin sera necesarios tres siglos mas para que adguie bre detinitivo, La fase antiquizante del Quattrocento Denomino antiguizante a la primera fase de este desarrollo porque el interés hacia los vestigios del pasado en cuanto tales se focaliza dni antiguedad, excluyendo cualquier otra época, Numerosos :estimonios permiten fijan, aprox: madamente, en la década de 1430 el singular despertar de la mirada s pasiones medievales que, al posarse sobre los cdificios antiguas, los meramorfosea en abjetos de contemplacion, Sin embargo, repitimoslo, esta actitud nueva se ha ido fraguando desde la segunda mitad del Trocento. Los historiadores ¢ historiadores del arte que se han interesado por los camente en los edificios y obras de arte de l distanciada y estetizante liberada de reflexion yd movimientos artisticos ¢ intelectuales que se desarallaron en la lealia del Quattrocento han idemtificado y distinguido en el Trecento dos actitudes originales propias, respectivamente, de los humanistas y de los artistas, Estas dos actitudes han conteibuiide a tna primera con ceptualizacisn de la historia como disciplina y del arte como activi dad aurénoma. Son también e igualmente la condicisn nocesatia para que se constituya el objeto que nosotros hemos llamado monumeito histérico y que, por una relacion generativa, se vincula a las dos no ciones de historia y de arte Nos encontramos ance una afvoximacion literaria por una par- te, introduciendo lo gue podriamos lamar “el efecto Petrarca”. A través de los textos casicos —que una lectua filologica y critica bus- ca restanrar en su pureza original— Petrarea desvela una antiguedad {vetustas) deseonocidas a ka que veags los calificativos de santa y de -ada en su pocma Africa (1333). Esta antigiedad radiante releya en la noche de la ignorancia 1 los siglos del Oceidente cristiano que han contribuide a su desconocirriento y a la falsificacion de sus obras de arte, En su halo de luminosidad, toma valor de perfeccion y de modelo, y también, por primera vez, revela su fundamental alter: dad. La lectura puriticadora del poeta que deseaba leer los versos de Virgilio sin glo miento hist6rico que sera crecientemente acentuado por sus suceso: res humanistas, y sin barbarismos descubre y funda el distancia 36 Alegoria del patrimonio Des para Petear cenconces, los edificins antiguos adquieren un nuevo valor y su circulo de amigos, Son portadores de una segunda aguélla de los libros. Atestiguan ado terminado. Son arraneados del dominio fa miliar v banalizador del presente para itradiar la gloria de los si rmediacicin que autentifica y confirm: la reali lean pas ten que se edificaron, Con su presencia disipan la resonancia fabulosa de los textos griegos y latinos, y ese poder no se manifiesta ent ningu na parte mejor que en Roma, Sin embare n Ia epoca en que Petrarca escribe su poema Afri: «a, los edificios clasicos estan todavia al servieio de ana relacion ex clusivamente textual con Ia a jgdedad. La forma y la apariencia de los monumentos romanos no estimulan la sensibilidad visual, sino ‘ororgan legitimidad a la memoria literaria. Es Roma en su tore Tidad, mis que sus monumentos individuales, la que evoca “un modo de vida ejemplar |... la virtue y la virilidad”,** en suma, un clima oral. Fn 1375, el médico Giovanni Dondi —un hombre de letras ami go de Petrarca— envia a Fray Guglielmo de Cremona sus impresio: ney de Roma: “He visto —dice— estatuas de bronce o de marmol preservadas hasta hoy y los numerosos fragmentos dispersos de las esculturas roras, los arcos de triunfo geandiosos y las columnas sobre Jas cuales esta esculpida Ia historia de acciones notables y otros mo- umentos erigidos publicamente honor de los grandes hombres gue habvan establecido la paz y salvado al pais de peligros amenazan tes [..| tal como recuerdo haber Icidos he visto toda esto no sin un notable excitacion, deseando que «ii también pnedas verlo alyin di caminando, deteniendote al azar, diciéndote tal vez a th mismo: ‘He aqui ciertamente las pruebas (argamenta) de los grandes hombres.” De esea car reas a ella, se ha podido decir que entregaban una im si como de otras correspondencias contempars fiticamente no-visual” de Roma.”! Su pertenencia cast exclusiva al mundo de lo escrito y sus preocupaciones esencialmente filologicas, rias, morales, politicas v historicas sig » del siglo Xv —y a menudo todavia despues— condicionando el enfogue y la mirada de los humaniseas que realiean el viaje a Roma, ven hasta las primeras dé Coluto Salurati, que fue el elemento esencial del humanismo florenti rho desde la diltima década de siglo Sty y el que en 1396 llama al grie yo Manuel Chrysoloras a Florencia; y Leonardo Bruni, el eanciller- historiadon tampoco escapan a esta cegla. Si st visita esta mejor orientada es porque sus fecturas son mas numerosas y precisas. Ade- Los huntanisinos y ef monumenta antigua 3 mas, también se encuentra facilitada por la presencia en Ruma de hombres de letras como Poggio,” qae desempenan con pasion y com Sin embargo, salvo alguna excepeidn, estos visitantes no estén interesadas en lox monumentas miamos. Para ellos, el restimonic del texto sobre el pasado se impone sobre todos los dems, Los humanis tas acuden pa ‘in, a Tito Livin, a Seneca. Antes que a los edificios anriguos, peefieren las inscripciones que los recubren, Alberti resume los limites de esta ac tucud en el prélogo de De re acdificatoria, en 1452, que él mismo ya ha superados “a partir de las tumbas y los vieios restos de su magni: fivencia, que vemos por todos lados, hemos aprenal joa creerles a los historiadores muchas cosas que, de otra manera, parecian quiz me nos verosimiles Por otra parte, a esta aproximaciin literaria de los tiguos se opone —netamente mas tarde, en la articulacién del siglo XIV al X\— una aproximacicin sensible por parte de “los hombres de arte” (artifices)” qu dos esencialmente en las formas. Faeron los escultores"" y los aqui recros, de hecho, los que descubrieron en Roma el universo formal del arte clisico. Es lo que se podria llamar el “efecto Brunelleschi”, en ka medida en que el arquitecto de la cipula de Nuestra Sefiora de lay Flores es el mis ilustre de sus descubridores. Pero no el primero, La carta de Giovanni Dondi, citada mas arriba, muestra ya este ces ¥ quey lejos de confun ‘efecto Petrarea”, resuka ajeno y extraho a los humanis: 1 diferencia de los humanistas, estan interesa segundo “efecto” impulsado por les ar dirse con el tas. Después de haber confiado a su corresponsal sus propias reaccio- nes de hombre de letras, Dondi les opone aquéllas “de nuestros Ws anciguios edificios, las estatuas ‘otros objetos analogos “de la Roma antigua” “los examinan de ce artifices modernos” los cuales, ante| cca, quedan estupefactos, Yo mismo conocia a un escultor de marmol tun virtuoso en su dominic entre los que Italia poseia enton es [ns Mis de una vez lo he escuchado evocar las estatuas y las es eulguras que habia visto en Roma con tal admiracion y veneracion que parecia estar fuera de sf [a.Je AMlababa el genio de los autores de esas figuras hasta lo inimaginable y concluia que si esas eseulturas tu ieran solamente una chispa de vida, serian mejores de lo que haria Ia naturaleza’ Los teansportes del eseultor ardnimo parecen identicos a los de Henry de Winchester 0 a los de Gregorius. Sin embargo, la similitud 38 Uegori del patrinsomie de la formulaci6n oculta una diferencia capital: el que intermedi presa por de Dondi ya no es an hombre de letras, es un artifex, El placer por el que se deja sub zado a la espevificidad de su actividad. De mas esta decir que un tal placer, engendrado tinicamen: te por Ia calidad de las esculmeas de Ins edificios antiguos indepen de su valor simbalico, ya habia sido expresado en mas sin por mas de un maestro constructor o escultor medic vales. La novedad de la experiencia relatada por Dondi reside en el hecho de que la contemplacidn desinteresada de Ja obra antigua esta cexplicitamente asumida y reivindicada. Se estableve asi un distancia iento respecto a los vestigios de la antigiiedad, andlogo al que adop: taban, en la misma época, los sucesores de Petrarca. Fl enfoque del artifex y el mundo de las formas phisticas no son ‘menos inaccesibles, por lo general, a Ia sensibilidad de log hombres de letras. Y asi permanecen todavia durante las primeras décadas del si ula, mientras Filippo Brunelleschi repite los viajes de estudio a Roma’ donde realiza los levantamientos de los editicios antiguos y, al igual que él y a veces conjuntamente con él, Donatello, Lorenzo Ghiberti, Luca della Robbia van y zar los modelos de la escultura clasica. Seguin ciertos historiadores, sin embargo, la sintesis entre las dos aproximaciones —la del artista y la de sido realizada durante el dltimo cuarto del siglo Xtv. La carta de Don di a Guglielmo de Cremona no marcaria la oposicion entre dos ¢0- andlisis jenen desde Florencia para anal hombre de letras— habria rrientes paralelas ¢ independientes, sino que representaria ¢ de dos componentes sirmados en pie de juncamente en los primeros aficionados Niccolo Niccoli es la fi Este crudito florentino que empers por coleccionar manuseritos raldad, Estos operarian con arte anriguo, de los que ura tutelar.” autores clisicos, se apasiono —desde 1380— por la escultura an ay ordenaba su biisqueda por toda Italia. La coleveion que lega 2, Cosme de Medicis lo sitda como el primer aficionado de arte en el sentido modero del rerming, Para Ernst Gombrich,” Niccoli es el atalizador que ha permitido la eclosion de los coleecivmistas —prin capes, sabios, artistas— del Q lartrocento italiano, Sw habilidad como experto y su sensibilidad son conocidas gracias a su corresponden cia,” particularmente con Poggio Bracciolini, del gue fuera el conse Niccoli no deja de ser una exeepeidn. Entre los hombres de letras de fines del siglo xtvy de principios de siglo XV los aficionados al art ee Los bumanignas y ef montunrent 39 antiguo constituyen una infima minoria, dominada por la figura com: pleja y precoz de Poggio, quien parece haber logrado —quiad por pri mera vez—la alianza de las dos miradas, la del erudito y la del este ta, La correspondencia y los escritos de este hombre de letras al que fe debe el redes shrimionta de Viruvio,” revelan come. proggresiva mente y no sin aprehensiones, con cierto apuro y una especie de mala conciencia, da libre curso a la delecracion estétiea que le procuran las cesculturas y' los edificios antiguos, Llega a ser un coleccionista, pero no es casual que le pida a Donatello la confirmacién de sus entus as mos, Donatello y Brunelleschi son los que han educado su mirada y su Sensibilidad, los que le han ensefado a ver la arquitectura y la es eultura clisicas, un poco antes que sus colegas de la euria romana y que Sus compatriotas florentinos. Fn efveto, durante las décadas de 1420 y 1430 se establece un ddilogo sin precedentes entre artistas y humanistas, Por una parte, los primeros forman la mirada de los segundos, ensefiindoles a ver con ‘orr0s ojos, Los tltimos revelan Ia perspectiva historica y la riqueza de Ja bumanitas greco-romana a las arguitectos y a los escultores, cono: cimiento que reviste su vision de las formas antiguas de una precision y una profundidad nuevas. Donatello, Brunelleschi, Ghiberti descu- bren a Alberti el arte de Roma desde su primera visita en 1420. Re cipcocamente, la influencia de Alberti explica como, en 1429, Ghiber ti descarta completamente al anriguo hombre medieval y crea la Puerta del Paraiso,“ A raiz de este proceso de “mutua impregnaciéin”.#! artistas y bu- manistas delimitan ef territorio del arte y lo conectan con el de la his roria para implantar alli el monumento historico, Pero la nueva mi rada de los humanistas sobre la arquirectura y la escultura de la anrigiiedad clasica no compromete el juicio estetivo. Fl conocimienta historico sigue siendo admitido como el primero y el tinico necesario en cl momento de instituir las “antigiiedadles”. Numecosos ejemplos de Leonardo Bruni a Donato Acciajuoli o Pomponins Leto— ast lo atestiguan, Incontables hombres de letras iran a medir los templos ro manos por la sola sarisfaccién de i expretar el texto de Viteuvio, Fara muchos y durante largo tiempo el analisis visual del historiadon, Por arento y previso que pueda legar a ser, permane ceama del saber recibido. Ta aventura intelectual de Alberti puede ilustrar, en cambio, las «tapas de una simesis de la mirada eruita y dela mirada atisicale= vada a su termina. Su primer encnenteo con Roma se produce a 40 Alegoria de wés de Ia leetura de Tito Livio y de Cicerdn. En ese momento la ciu: dad es para él un conjun tos (altares, templos, basilica de nombres —aguillos de los monumer Famiglia (1428). Pero rina en arquedlogo y hie en arguitecto, Los establece en el prefacio de su trarado De muy pronto se tran editicios percibidos inicialmente como testigos de la historia romana pasan en seguida a ser estudiados y referidos sobre el pla fico que prepara para Nicolas V con vistas a la restauracion de la Ciu. dads Finalmente, la obr 10 topogra ramana es leida como una leccibn de cons. truceidn y, luego, como una introduecidn al problema de la belleza Para el autor del De re aedificatoria, los edificios de Roma son, a la vez, Ia ilustracion de las reglas de La belleza arquiteet6nica —que se csfuerza on formular en términos matematicos— v la culminacion de tuna inaugural “historia de la arqui jgue, segin él, se inicia en la desmesura en Asia y contiria com la experimentacién de las medi- ddas y las proporciones en Grecia hasta al en Roma, ante cuyos vestigios podran formarse los arquitectos del por fin, su perieecidn Quartrocento. Los siglos oscuros que han ignorado csta belleza no son meneianadas. Por ef contrario, otros arquitectos de la misma época, come Lo- renzo Ghiberti o Filarere, no desceflan mencionar en sus escritos las obras de algunos constructores de los siglos ily XIV. Sus analisis! han aportade una contribucién original a la historiogratia de la ar quitectura, Pero siguen, sin emhargo, dominados por la periadizacion tripartita de Petrarea: bella antigitedad, edad oscura y renacimiento moderno, Este esquema, destinado a una larga trayectoria, condicio- na y orienta la vision de los e~nditos, de los artistas y de sus mecenas, excluyenda de su campo tode lo pertenecienre a los periods interme: digs. El monumento histériea silo puede ser antiguo, y el arte solo puede ser antigo o contemporineo. ser dis- pensados por las obras de la antigivedad anticipa su conservacion de La literatura de los humanistas respecto al saher y al pl ganizada, Esta toma formas diferentes segiin se trate de lobjetos muebles o de eddficias. Por una parte, las monedas, inscrip- ciones, esculturas o fragmentos diversos coleceionados por los artis- 15 y por los principes italianos son conservados en los sturdioli, las antocimaras, los cortile y los jardines de sus residen cias, La galeria, drgano especifico, no aparece hasta el siglo Xv, pero aluunos aficionados del siglo Xv construyen edificios para aco, ———————————EE 41 Los hunranismos y el mont en Mai precede al musco. antigiiedades (Villa Mante gabineve de curiosidades, ngue de tipo priva do, ofrece, sin embargo, un primer sjemplo de apertura al publico von titicias del caprolio, que abririn sus puertas una las colecciones p vee al ado desde 1471 Por otra parte, la conservacidn de edificios (monumentos, gran des equipamientos y atros} se prodace nevesariamente in site, Plantea dificuitades técnicas. Es parte del éominio publica y politica, ¥ com- promete mecanismos edilicios, cendmicos, sociales y psicologicos complejos que engendran conilictos ¥ dificulkades, No se emplos ni anfiteatros romanos. No se puede movilizar la pasidn del a proregerlos, La pasion de saber y el amor al arte constituyen la tinica, aleatoria —cuando no irrisoria— proteccion de los edificios antig amenazan, Por est torico y artistico de Jos monumentes de la ar conservacidn efectiva y sistematica en el Quattrocento. La Roma del coleccionista os contra las fuevzas sociales de destruccion que los motivo, la toma de conciencia del doble valor his jedad no conduce a su siglo XV se caracteriza, en este aspe:to, por una notable ambivalencia A partir de la década de 1430 y del pontificado de Eugenio 1V (1431-1447), los humanistas —particularmente los de la corte pont fical—llaman, aniinimes, a la conservacion y a una proteceién aten: ta de los monumentos romanos. Tanto en sus obras coma en su co rrespondencia, estigmatizan, al unisono, la conversion de la ciudad en cantera abierta para alimentar las nuevas construcciones ¥ los hornos de cal, Poggio describe la Roma de Nicolas V a un amigo: “Hay una abundancia casi infinita de editicies, a veces espléndidos, de palacios, rmansiones, tumbas y ornaments diversos, pero completamente arcuinados, Es una verguenza y una aborninacion ver los porfidos y wamente transformados y'la belleza de Roma cesta en vias de destruccidin”.* Favio Biondo le hace eco y confirma la marmoles arrancados a esos edifieos y cont en cal, Las cosas del presente son bastante tr cscena, Denuncia “la mano improba de los que teansfieren e integran Jos antiguos marmoles y las vieias pieceas en otras construcciones, sordidas”, describe las vintas que cecen “alli donde se veian edi soberhios [cuyas| admirables piedras talladas han sido transform en cal”, ¥ atestighia: “AL lado del capitolio yal frente del foro quedsx el pértico de un templo de la Concordia que, cuando vine por prime- ra vez a Roma, ¥i casi entero, faltandole slo su revestimiento de marmol, Posteriormente los romanos lo han reducido enteramente a 42 Megoria det pate Los mis os topoi del esqucleto despojado de sus canes y de a in famia que sigue a la 1 repiten aparecienclo desde en el Ruinarient descriptio urbis Romae (1450-1452) de Poggio hasta en la carta de Ra fael a Leda X (de 1516 aproximadamente pasando por el poema 1453} que el caedenal Piccolemini, future Pio Tl, di pojada de su antigua gloria” y en la que “el pueblo impio arcane las piedras de sus muros y transforma en cal los marmoles duros”."* De un texto a oto, la violencia de las protestas es identica, traduciendo ya sea preocupaciones exclusivamente historicas (Pomponius Leto bajo Sixto TV) a afiadiendo el lament doloroso por una belleca perdida (Fausto Maddalena lei Capo bajo el misto pontificade) Como en la cpoca de Greg rio el Grand a tarea de la preser- vacién incumbe a los papas. Pero ahora se trata de una conservacian moderna, que deja de ser de apropiacion y lesionadora para tornarse distanciada, abjetiva ¢ ir acompanada de medidas de restauracion y Je proteecion de los edificios antiguas concra las maltiples agresiones que sufren, A partir del rerorno de Martin V, las bulas pontificias consagra- das a este fin se suceden, varias veces bajo un mismo pontificado. La bula C aim urbem, publicada el 28 de abril de 1462 por Pio Il Piccolomini es ejemp! am alan nes este respecto. De entrada, el Papa dlstingue entre monumentos ¥ antigiiedades. Con el deseo ce con: var la “ciudad madre en su dignidad y en su esplendae”, quiere “des- plegar el cuidado mis vigilans” no solamente para “mantener y pec- servae” las basilicas, iglesias y eados los otros res santos de esta ciudad sino tambien para que las futuras generaciones encuentren in actos los edificios de la antigiiedad y sus ves “confieren a dicha ciudad su ris hermoso adorno y su mayor encan- a la vez que invitan a seguir los ejemplos es y “sobre toto, 1o que es todavia mas imps En efecto, éstos to" lorinsos de los antece iar 1 e108 MISiTIOS os permiten percibir mejor la tragilidad de las ocupaciones umanas” Emiocionado ante tales consideraciones”, sensible también a los rucgos de su entorno, el Papa pasa a enunciar an conjunta de prohi biciones precisas y formales respecte a Jos edificios antiguos que no acmicen excepeiones, Proclamando su roral acuerdo con “aquellos de sus predecesores que se habian manifestado expresamente contra la demolicion y la degradacion de los edificios antiguas”, restablece el decreto —aun vigente— que las prohihe y castiga con precisas pentas, pecuniarias. Adems, con “el peso de su auroridad apostalica” y bajo es __caetllcmenamecnee=- nie Los hunanisntos y el monumento antiga pena de excomunidn y de severas multas, prohibe “4 todos, religio : der, su dignidad, epcién, cualquiera que sea si 508 0 laicus sin e so pontifical) o mundano con el que estén adornados, demoler, hacer indirectamente, pui so pontifica pedazos, daviar 0 convertir en cal, dieeeramente blica o secretamente, todo editicio pablico de la antigiedad o todo de los editicios antiguos existentes sobre el suelo de dicha civ ddad 0 en sus alrededores, itluso s se encuentran en propicdades que les pertenecen en Ta ciudad o en el campo” diseurso pontifical es firme y de una exhaustiva precision. Las medidas penales concicrnen a “tedos los artesanos 0 a Tos obreros jue han sido sorprendidos en flagrante delito de demolicion o de de Fradacitn, asf como h aguéllos ef cxyo nombre actuaron"- Agentes fad hoc se encuentran asi revestides de “plena y entera auroridad ssanimales, sus instru mentos y otros bienes |... forzarlas a payar sus multas”."° Nadie puede derogar ninguna de estas medidas, salvo el soberano pontitice mismo, y tal procedimiento debera necesariamente ser motivo o de una bula o de un informe apostdieo. Finalmente, y para que nadie pucda pretender ignorar estas disposiciones, &tas son proclamadas y cexpuestas en toda la ciudad Los papas no se contentan con las solas medidas preventivas. para “aprisionar |a los infractores), confiscar Despejan, desescombran, restauran las antigiiedades. Martin V testa blece la funcion de Magister viarson. Eugenio IV renueva la tech bre del Pantedn y despeja las inmediaciones. Nicokis V (1447-1455) enearga a Alberts levantar un plano ropogratico de Roma que sera la base de un gran proyecto de reestructuracitm de la ciudad, con el que se restablecerd una parte de sus ejes antiquos. Alberti queda igual mente encangado de la conservacion y de la valorizacion de los ran: dles monumentos de la antigtiedad, El acueducto Acqua Virgineo™ es ento. E] mura Aurelian es repara jiada del derribo de ciertas edificaciones uevamente puesto en funcionam dos una restauracion ac ar el contorno del Pantedn y el puente San Angelo de permite desocuy as consteucciones parasitas que les ocupan. Pio I (1458-1464) asegura la credibilidad de lx bul abrir, por primera vez, las canteras de marmol en Carrara para atajar 2 extraccidn de material del Coliseo. Pablo Il, por su part 1 fori romano, el Coliseo y la co- rar el arco de Septimo Severo. lumina trajana. Sixto IV (1471-1484) restaura el templo de Vesta, y hace despejar el arco de Tito, todavia encastrado en las fortificacto: 4 Ale el rimnonio as de expro: nes medievales de los Frangipani. Define, ademas, las piacion por causa de unlidad publica y publica el primer edieto con tra la exportacion de las obras de arte ameracion de todas las medidas de protevciin adoptadas, cx: Romi hasta finales del Questrocento seria fastidiosa. No obstan- re, ni la altura de miras de los textos ni la amplitud de los trabajos de conservaci6n realizados deben disimular la aetitud ancitetica que, pa radjicamente, les es coextensiva: Ios mismos protagonistas que se imueseran tan implicados en la causa de la conservacio ello de participar constante, hiida y alegremente en la devastacidn de Roma y de sus antigiedades. En la prictica, los monumentos antiguos nunca dejaron de ser utilizados como canteras de aprovisionamiento de las politicas de nuevas construceiones de los papas. Se han hallado convenios ¥ con tratos establecidos con los contratistas en los archivos pontiticios: se conace asi el nombre de dos contratistas que en 1425, durante el pado de Martin V, reciben el encargo de encontrar en los monumen- tos antiguos las hermosas piedras necesarias para restaurar el pave mento de San Juan de Letrin. Durance el papado de Nicolas V, el Foro, el Circo Maximo y el Aventino entregaban cada a mil guinientas carreradas de marmol y piedras talladas, sin contar con el rravertino ¥ la toba extraidos del Colisco, Se sabe por lo demas que se entregaban trcinta mil ducados anuales a un tal Beleramo de Vare~ se que exploraba sus propios Fornos de cal La revision de las cuentas permite constatar que el mismo Pio I Piccolomini, a pesar de sus propias bulas y de las eanteras que hizo abrir en Carrara, extrajo abunklante marmol y travertina del Coliseo y del capitolio para sus construcciones del Vaticano y de San Pedro, Tambien saque6 el puerto de Ostia y la Villa Adriana, reconociendo la construceion de una ciudadela absorbio casi enteramente Los no dejan por 0 do: que materiales sacados de los vestigios vecinos del noble anfiteatro de Ti voli” De la misma manera, el cardenal veneciano Pierro Barbo, futuro bre pa Pablo Il, obtiene la concesisn del Coliseo para edificar el cé lacio Venezia que acogera sus colecciones de arte antiguo. En cu 2 Sisto TV, nuevamente el Colisea le abastece de los materiales pa el puente gue lleva su nombre, y una media docena de remplos y ar cos de triunfo pagan el costo de su politica de construccién, Como explicar la ambivelencia de estos principes v de estos pa pas que, venccianos, florentinos o sieneses, idénticamente y a lo lar EE Los hana go de los aftos, con una mano protegen y con fa otra degradan los edi ficios antigoos de Roma? La reprabacion de los humanistas se eleva eral contra su papel en la masacre de Roma: Pogo y B sefalan a Nieolas V; Pomponius Leto y Fausto Maddalena a Sixto IV Algo mis tarde —y después de que Lorenzo de Medicis saqueara Roma y Ostia {bajo Inocencio VII) y de que Alejandro VI hiciese que la Camara Apostlica adjudicase el Foro— la carta de Rafacl a Leén X® vuelve a cuestionar la responsabilidad de los papas y de sus familias. Ni siquiera la actitud de los gue protestan, hombres de letras 0 artistas, es siempre coherente, Rafsel no se contenta con Hlorar liica~ [de] esta noble ciudad, antaio reina de mundo, hoy tan miscrablemente pillada y destrozada”. Con singular audacia, denuncia que: “Toda esta nueva Roma gue vemos actual mente, en sti grandeza y en su belleza, con sus palacios y sus iglesias, hha sido enteramente edifieada cor la ¢al proveniente de mirmol anti: uo. Yo no sabria pensar sin profundo dolor en que, desde mi legs dda a Roma, no hace ain doce ais, tantos belles monumentos ha sida destruidost la Piera, el arco ce entrada a no, el templo de Ceres en la via Sacra, una parte del Foro —ineendia- do hace pocos dias y cuyos marmoles han sido convertidos en cal [.. mente sobre “fel] cad: las batios de Dioelecia Es una vergiinza para esta Cpaca el haber tolerado semejantes cosas {ca}. Hannibal y lox otros enemigos de Roma no habrian actuado mas cnuelmente”. El mismo Rafael e5 heneficiario, sin embargo. de wn Brevis del mismo Leon X confiandole “en tanto que arquitecto de San Pedro, la inspeccion general de todas las excavaciones v de todos los descubrimientos de piedras y de mirmol que desde ahora se haran en Roma y en una circunferencia de diez millas a fin de que pueda com- prar todo lo que [le] sera nevesario para la construccién del nuevo templo”. Fn tealidad, esos hombres maravillados por la luminosidad de antigiiedad y de sus antigitedades no podian, de un dia para otro, lik berarse de una mentalidad ances:ral mi olvidar los comport Jos y que seguian siendo los de la mayo: inscritos a lo largo de los ria de sus contemporincos, lerrados ¢ ilettados. La toma de distancia ante los edificios del pasado requiere un largo aprendizaje, exige un tiempo que el saber no puede comprimir y que es necesarin a fin de que el respeto sustituya a fa familiaridad. El desarrollo de las colecciones y la gula de los coleccionistas por hacerse con inseripciones 0 esculturas encontraron, por fo demas, —————— 46 Alegoria del patrimnan tn terreno privilegiado en Los edificios cuyas piezas fueron desver gonzadamente arrane ida que aumenta el numero de aficionados y que florece el comercio del arte La actitud comtea de los papas y de su entorno viene dic tada, sobre todo, por las politicas téenicas y econdmieas asociadas a la necesidad de modernizar y de embellecer la ciudad para transfor rmarla en una gran capital secular, La urgencia de la accion exige con ar con materiales de construccion sin suficiente disponibilidad, asi como de espacios libres para realizar nuevos programas y rivalizar J, Tal como sucederi més tarde, en el marco de las modernizaciones territoriales emprendidas durante et clasicismo o después de la venta de los bienes nacionales iniciada por la Revolucién Francesa, y tal como continga ocurriendo todavia hoy ante nuestra vista y por las mismas razones, los ejecutores del traba- jo sucio de la destruccion fueron, a menudo, los promotores y los Degradaciones que se incrementan a me- ‘con las obras de la antigite Y quiais esea ambivalencia de los papas, que se asemeja a ona duplicidad, anuncia una de las dimensiones mas importantes del dis: ‘curso occidental sobre la conservacion y la proteccion patrimonial en general, y sobre la de los monumentos hist6ricos y de las antig dles en particular, Este discurso, independientemente de que se base fa razén o en el sentimiento, justificara la buena conciencia de quien denuele y garantizara la demolici6n, Al asociar la nocion de las an tigtiedades con la de su preservacion, sacando asi del jucgo el concep to de destruccion, el papa y sus consejeros fundan una proteceion ide al cuya naturaleca, puramente discursiva, sirve para ocultar y para autorizar las deserucciones reales de estas mismas antigiiedades. Asi, en el escenario del Quattrocento iraliano en Roma, los tres, dliscursos de la perspectiva historica, de ls perspectiva artistica y de la conservacion contribuyen al surgimiento de un nuevo objeto que, aunque limitado @ las antigiiedades, por y para un publico reducido 1 una minoria de eruditos, artistas y principes, no deja, sin embargo, de constituir el origen del monumento hist6rice, CE Los humanisnios ¥ el monumento aig Notas sve citar algasios trabajos que incluyen extensa bibliogralias; ALSOP, Se en Taclatons The History of 47 Collecting ad Rts Liked ona Harper & Raw, Nueva York, 1982, donk ¢ Porn nce su deuda cot TAYLOR, Fens Henry Ts MeN Boston, 1218, KKAUTHEINTR, Richard, pep brmcenon University Press Prise, 2000; ean, Inpence aoe Part tx Mayen Age fas [1937], Ed hu CTHB, Par, 1996, 2 HANSEN, Fsther Vi Gnmerity Pras aca 1 3 AISOB, Joseph, op. cts piss 195. 4. Retetioe ao que up Pare Yee aol eqn Sei, Para, 1976 5 en Elegie evatigue roma ce Se si terest 1s media qUe char es el wworzador de Gia epnternclog de a deren is of Pergamin [1947], Comell & Vesela inal ce Piso Gry “es aes Spaz tos lisse politique romaine a fa fin du TI izle avant JC)" e a es Belles “etres, Paris, 1979. 1 botin de guerra y su cantidad simbolizan el valor muita de quienes to on eauaimense 2 Ror, ch desiles qu los Hranceses imiarian durante Ia Revolucion de 1789 y tras las eampaias de oma > Sylla estaba parsculaemente apegad» a una estauila en oro de Apolo, hasta {i pram ie leerla en eodas 0s camnpatas,Psvo cabs prezuntarse em ue seis cae comportamienta estaba motwado por I supersnici. 8 En Roma, ene aio 459, wn decree legalia la expolacin de ediicios euyo estads ao peraitereparachin 4) Epos anadidi sean destruids yl monumento despeiad en 1837 Lae At de Niza haan Si ovupadas de ht misma manera 10. MARROU, Hine lenge, Histuirede elication dons FAntiqet’ (1938) Seu ats 195, praasone spa Le Chania stacaon Sse coc pogana de po asc, ln que parca deber mponerst M1 Véase ADHIEMAR, Jeans opt 12. PANOFSKY, Erwin Tago}, Sanea diosa, Made, 13. Flrémmino es, por supuesto, impropiv. Me p a bisa maygtral de BRUYNE, Fiat de, tues esthertgme mace 1946), Albin Michel, Pars, 199 14 “De fa adbwinistration”, em Mémoire de Abe Stscr sane fcitads on la ediclon de PANOFSEY, Erwin, Abbr Seger on the Wihey Church of Stnt-Denis, op cits 15. MAGISTER GREGORIUS, Nari de nabs urbe: Rome Max que cons témino de artes, reid design ai a oso Facapitads a lenry de Wiccheser por los butones Ta aestoia Llearigo de k akes pitas que doa Veet 6 leiart : ried obras anemeld, Poli hs memes cone 17. Alain ts pinup erguncar i san Abi es eter eels poles ais cathe Ea i lea een lo verdadero en pintura. Giowanni Villani (+1347) y luego Giovanni aici 18 Un parte del doble poem de Hiebert ha sd repaid por N13 1355) ssoaon a igurade Gono a deride Hovenci Baa segunda RIAU TIILISUEK fihand pe pe S00 208 Rene yu ea de oslo de ts, 0 ene vnc tnmediao con a ha: US IGAN inks Monee oe Ta te tie acer hetmensmimleadan eo ale eee feflestin mural y politca dseciada al senuimiento nacional son en partcalay, las tesis de ALSOP, Josep 20 Consorvada hoy en el Museo del Louse 37. GOMBRICH, Emet, “From the Revieal of Letors to the Refoer of the 21 Citado por ADHEMAR, Jean, 7. cit ‘Ans: Niecolo Niccoli and Filippo Bruncllschi", en The Hersage of Apelles {197%}, Phaidon, Ostord, 194 udencia de Niceolo Niccol: Seguin Adhmae [as granles abadias consideral mantguon come el nica mos de pese mnsacion de ka posteridad”, op. city pags Wi a Meioits le PADS Ser su so Tras el desculviemsento por paste de Vitrubie de un manuscito on la 2 inblioreca dol monasteris de Saint-Gall, en 14149 14l6. La edi De Architctura de Vitravio data de 1486 4 KRAUTHEIMER, Richard, op ity pgs, 191 ys 40 KRAUTHEIMER, Richacd, Ghiberttand Al Bajo el nombre de Santa Maria Ronda. En 61S, ol editicio es consagrado 41 -KRAUTHEIMER, Richacd a tod ls santos yom 830 52 loca altar en su nich principal El segundo temple crisianizado, ede Fe (slam 42. Sobre esta Descriptio arbis Rome ¥ a innowasién mayor que aporta a ky hand ‘srtogeatia romana, weave VAGNETTI, Logs, “Lav ata oh Roma seg srt Slhettani?, en Conveemo interaacionaketadetto nel V centenario di Leon 1328) Actuallmente en el Museo de Muinich, farsta Atbert, 27. Sein el restimoni del auror dela vida de Martin V en Roma, en Taina in lag cela ds be Deseret soe lo Le r ‘ Mand me sma’ esta ealizacion despues de 1443, Subrayand Fel ee een rnorfollica de Alberti qe buses hacer aparece la for lol de Roms, Verse, en partcilat, PANOFSKY, Erwin, Kor 43. Li omisnin, deliherada, es significatsa Ia “his insertada en ¢ Nest em pialas FAN jaunty renaimien Spanked Lite oie ands npn ean cts a {aye occidental oy KRAUTIEDMR, Richard Love Ghat Site ase CHORY, Range lrg rin Ka 196 23. GARIN, ps, Maiooo$ cenit: etinios «mesic Sati, Fan T96y" bl enioqe ogee de Albers sobromene ye era sacri pore eveataes dee eqns has Vliet Vas IKRAUTHEIMER, Rha, Lovneo Giberti of et i298 pa ey a 33 pip 18 aN een, WE 1a apreximnacin 3 Ta historia del arte através dela 4 es de iar Ia carta de Don individuals tal com la elabora Vasar! en 10s Vita. Alber adapta, pot eb 12. FL gran humamsea Hlorentinn permanece all continuamente desde 140) ontario, uta aprons annua, por areas cultures, dela que ne hhasea 1458, con la sola intereupsion de ss vie fenencits navn cemplo camparable hata la Bstetica de Hege EE 45 ta rine ig tl coo apa en Quatro 2. EL TIEMPO DE LOS ANTICUARIOS canatei Kind gue mezea asosta eeastones del MONUMENTOS REALES Y MONUMENTOS cra, trips creas dt here FIGURADOS Tr pale del Nortel eubinte de curiosidades sobreiecs Hasta Sig de las Luss El jesuin Kincher ect cn st muse fas hicieron célebve con amunales tembihamados, conchas, eristales } objetos de Brasil. Horace Walp Rion de ver lSquardun de enbnonesy ck vonchar®. Utne TAYLOR Hine ion rarchar POMIAN, Krauss ie trae saris 94", SCHINAPPER A ei lectomcus cla es arte apes pendant le XV er ea a3 cone ete Mace Después de que los humanistas italianos acudan a Roma desde la Tos cana, la Lombardia y el Véneto para descubrir sus monumentos y apropiarse del concepto de anrigivdades, los hombres de letras de toda Europa cepetiran ese viaje ritual A través de estas idas y venidas Ibert ha estudhada detalladarnents 4 Fronti riz6 a la Europa erudita durante los pblicados por MONTZ, Eugene, Toit mismo de la nocidn de antigiedades no cesa de enriquecerse y su dc la movilidad que caracte los XVII y NVI (SCO, Michela di Coliseo, fleione bole, tried urbana, ; peo exp C ni, Roms 196 Buscan los vestigios de las civilizaciones madres de Grecia, de Exipto y de Asia menor en los confines del limes. ‘Tambien establecen el in 5, sc conservan de esta cats, Taldaseare Casniions [1 ventario de las ruinas ro | shod Dail Frames ale ara pectivos paises. Esa misma sed de informacion los Heva, adenuis, a 54. Dos manuserios,ligerament diferes ‘ubliada por primera vez en las Opere Re Ricciardi, Napoles, 1960. En 17 nueva ediciin formalmente atribuda & Rat as y priegas que se encuentean en sus res: interrogarse sobre sus propios origenes —atestiguadas por otras con. Castigo il Cro) Opinion hon David Passat Ra rad se Vator imaciones materiales que serin Hlamadas “antigiedades nacio- Gatien Sant, Leip, 1838) que considera, sin embargo, que Caseghone nales”, Jacab Spon, médico y erncito de Lyon, prolonga su viaje a ice pop alps Se pha gece de su ailen ES asl Asa Italia hasta Anatolia buscando inscripciones y monumentos grec fad Crrcalmonre el insptador douse petnera pare del tao, fomanos. Al atravesar la Provenza observa, sin embargo: “nuestra $5 Op. of misma Francia puede ofrecernos bellas piezas, tanto como Grecia o " ‘como Italia. .\ veces se descuida lo que se tiene para carrer teas curio Se nous del 27 de agosto de 151 sidades extranjeras que no son mejores”. E indica, en otro escrito, {que no hay que realizar solamente ef levantamiento de kas inseripcio nes de “Ia antigiiedad pagana [..] sino también el de las de la histo nia de Francia Paulatinamente, las antigedades adquieren una nueva coheren: cia visual y semantiea que confirma cl trabajo epistemologice de Siglo d Ele las Luces y su proyecto de democratizacion del saber. El Megoria dl patrintonio ‘museo —que recibe este nombre’ aproximadamente en el mismo mo- mento en que lo recibe el monumenta histérico— institucionaliza la conservacién material de las pincuras, las escultusas y de los objetos de arte antiguos y prepara asi Ia via a la de los monumentos arquitee edlades constituyen el objeco de un enorme estuerzo de conceptualizacién y de inventario entre la segunda mitad del siglo Sv y el segundo cuarto del siglo XIN. Trabajo apoyade por un dispositi nogratice que facilira su paso a la memoria: un vasto corpus de do en un museo de papel. Al recorrido inaugural de los humanistas sigue la investigacion cculta, meticulosa y paciente de erudits que, en ese momenta, son lla mados anticuarios. El termiro, ahora obsoleto en est rece conservarse, sin embargo, por la precisién y sentido concreto de su acepcidn, Segiin la primera edicion del Dietionnaive de Académie Francaise, el anticuario es aquel que es “competente en el conoc miento de las antigiiedades y que se sa por ellas” Para los humanistas del sighs xv y de la primera mitad del siglo XVI, los monumentos anti términos de imagen y textos, va a ser reani acepeion, me os y los vestigios confirmaban ban lo atestiguado por los aurores griegos v romanos, Sin embargo. la hora de demostrar la verdad, su estatus era inferior al de los textos ue conservaban la autoridad incondicional de la palabra. Por el con- trario, los anticuarios desconfian de los libros, particularmente de historiadores” griegos y' latinos. Para ellos, el pasa- do se revela con mas seguridad a traves de los restimonios involunt rios, las inscripeiones piiblicas y, especialmente, el conjunto de pro- du aquellos de los Jones materiales de la civilizacion,” Estos objetos no silo pueden haber buscado engafiar sobre su epoca sino que, ad formaciones originales si ' aportan in. re todos los aspectos que los escritores de Ja antigiiedad han omitido relatas, especialmente respecto a los habi tos y las costumbres. Bien interpretado, este testimonio de las ant: gUedades se impone sobre aguel del discurso, canto por su fiabilidad como por Ia naturaleza de st mensaje. “Es més seguro citar una me dalla que a un autor, porque entonces uno no se en Lampidus sino en el emperador mismo en el Senado romano y el conjunto de sus miembros", afirma Joseph Addison," Su cont poraneo Montfaucon tiene a que los meirmoles y los bronces nos instruyen mas sobre los funera les que los .1 en Svetonio 0 a actitud idéntica: “Esta demostrade tiguos autores: y que los conocimientos que obtenemos El tiempo de los araticuarios, Momumentos reales y monumentos figurados 33 de los monumentos son mas seguros que los que aprendemos de los libros” El mismo autor indica a los lectores en la introduccion de su obra principal (1 ravieron como origen In necesidad de comprender mejor la obra de JS que sus investigaciones sobre las antiguedades los padres griegos, Durante mas de dos siglos, una red de eruditos pertenecientes 3 todas las naciones de Europa inves dad. De muy diversos origenes (de la burguesia media a la alta aris . ociosos y profesionales, hombres izaron los vestigios de la antigue tocracia}, estado (religiosos y lai de letras y cientificos) y fortuna, estaban unidos todos por una mis ‘ma pasion por la antigitedad y las antigtiedades. Esta comunidad de sabios —que ignoraba las fronteras y cuyo centro de reunidn simbo- Tico era Roma— retine en efecto agentes como como el helenista francés benedlictino Bernard ce Monciaucon’ el jesnica aleman Atha~ nase Kircher quien, establecido en Roma, busca descitrar los jeroxli ficos; el italiano Paolo Maria Paciaudi, fundador de la biblioteca de Parma; o Jean-Jacques Barthélemy, autor del Vovage du jewire Ana charsis en Grice: asi come a numerosos pastores anglicanos, como el obispo Richard Pococke;!” principes, como Federieo Cesi, fundador de la Accademia dei Lincei; hombres de Estado y diplomaticas como lord Arundel, el marqués de Nointel —embajador de Luis XIV en Roma y que ha ya coleccidn de marmoles se encuentra en Oxford, © ria dibujar el auin intacto friso del Pantcon—; profesores y hombres el astrénomo itaiano Francesco Branchini 0 como médicos como Jacob Spon, profesor de la facultad de Lyon, o como el holandes H. Meibonius; juristas como Cassiano dal Pozzo: maxistrados y altos funcionarios como el presidente d’Aiere feuille en Monepellicr, Joseph-Nicolas Foucault, incendente en Nor- mandie bajo Luis XIV, a como Hollander, tesorero en Schaffhouse A esta lista solamente evocadora hay que agregar los artistas que contribuyeron al establecimiento de la iconogratia de las antigueda- des, cua identidad resulta dificil de determinar en algunas ocasio pero quienes tambien fueron auténricos eruditos, Fs el caso indiseuti ble de Peter Paul Rubens 0 Giovanni Piranesi. Y tambien sin duuda del grabador Pietro Santi Bartoli" quien nos dejo la reproduccion sin igual de la columna de Trajano, De la misma manera, enere los arquu rectus formados en Ia téenica de los levantamientas, zhabria que con: no Serlig, a Piero Ligorio, a An- toine Desgodets y a Pierre Mignard —quien realizé levantamientos admirables de lay antigiedades de Aix para Jean-Baptiste tar 0 no como anticuarins a Sebas ‘albert eee | 54 Megoris del patrin Y a Fischer von Erlach, cuyo Ennezr) asocia la imaginacion a una intuicion historiea fundada en vastos conocimientas? Finalmente, hay que mencionar a todos aquellos que hicieron va ler su calidad de aficionados, entze los que se encuentran desde los ‘ od Richard Boyle jer que, durante veintisiete Burlington) hasta el baron belga de Cx afios mantuyo correspondencia con Bernard de Montfaucon.!” La front lerras cuya vasta educacion chisica transtorma en un anticuario en or lo demas, incierta entre el anticuatio y el hombre de potencia, Eruditos a la ver que coleccionistas, los anticuarius acumlan en sus gabinetes no sélo medallas y wtros “trazos” del pasado —camo se decia entonces—, sino tambien verdaderos informes* que, bajo la forma de “recopilas prese ones” y “portafolios”, retinen descripciones y re 's de toda Europa, los eru: ditos se escribian, se visitaban, intereambiaban a menudo objetos ¢ informaciones, discutian sus descubrimientos y sus hipdtesis, Las in- ‘ones de las amtigiiedades, A tra vestigaciones de algunos de estos eruditos —incluso las de los mas im portantes— permanecian inediras en sus archivos, pero eran amplia- mente utilizadas y citadas en las publicaciones de otros autores. Las obras impresas, de las cuales las mis importantes era te traducidas,' eran difundidas, comentadas, a veces debatidas a tra: ves de toda Europa, Un inmenso corpus de objetes se constituyé de esta forma, en- globando sucesivamente en su campo inscripeiones monedas, sellos, cl marco y todos los accesorios de la vida eotidiana publica y priva- da, asi como los grandes edificios religiasos, de prestigio o utilitarios. Algunos autores se espec mediatamen: numismatica,"” 0 delimitan estrictamente su campo de investi ‘Un tal que era habil en lo que se referia a la guerra no sabia casi nada respecto a los trajes [..] otto conoeia bien lo referente a La ma rina ¥ tenia escaso conocimiento sobre funerales”," L'Antiguite ex pliquée et representie en figures (1719-1724), de Montfaucon, pro: pone el inventario met6alico sin dusta mas completo de todos los tipos de antigiedades,” que van desde Jo monumental ( mnedas y joyas emplos, teatros, anfiteatros} a lo minuisculo (i como de los equi pamientos publicos (grandes vias, acvedue rermas} .utensilins domésticos (loza, Limparas), y de las imagenes de dinses a los atavi vis de los hombres. Los monumencos de la arquiteccura eran fuentes de informacién particularmente ricas en la medida en que constitu BL tien an el marco espacial de las otras instituciones. Ademis, su setip- Giones y su decoracién (pintada o esculpida) se referian direcramente alas ercencias, los haibitos y las costumbres de la época. El campo espacial de lay antigiicd-des se expande conjuntamen- te con su nomenclacura gracias a los descubrimientos de los geande emplazamientos argueoligicos de Herculanum (1713), Pompeya (1748) y Paestum (1746), a los que sigacn las primeras excavaciones arqueologieas® en Italia y Sicilia, Tambien se enriquece a medida que se extiende el radio de viaje de los eruditos que exploran ls cuenea mediterrsinea Ilegando hasta el medio oriente y atraviesan Fgipto has ta Sudin—. $i Serlio reconstituia la esting ciones de Herodoto, Frederik Ludwig Norden la dibuja en el lu riismo, en 1737. A lo largo de sus itineragios, estos basindose en las descrip. dejan absorber enteramente por la biisqueda de monumentos perte recientes a las civilizaciones de la alta ancigiiedad o a Ia antixhedad clisica, familiarizsndose con culturas hasta entonees ignoradas, des cuidadas o despreciadas: Jacob Spon queda maravillado con las mez gquitas de Constantinoplag! Norden queda cautivado por “el antigue Cairo” y por * nrigua Alejandria” Antigiiedades nacionales El modelo® de las an Ja apertura de un nuevo campo que intentariar, el de la anrigiic nnacionales: antiguos monumentos erigidos o realizado ddades clisicas inspira ademas a los eruditos antes, 0 mas cesencialmente ises de Europa, Varios factores contribuyeron al desarrollo de este in twrés: en primer lugar, el papel ejemplar y el efecto estimulance buisquedas de vestigios cionaless lnego, de obras y de edificios historicos anslogo a aquel que henchicials despuss de la colonizacicn romana en lo diferentes pa gfeco-romanos efecruadas en los territorios na J deseo de dorar a la tadicion cristiana de un corpus tradicion antigua ({talia sera La primera en desarrollar estudios paleo cristianos): Finalmente, el deseo —diferente— de afirmar la original dad y In excelencia de la civilizacion ozcidental, ya sea para diteren fomanas —con un espicieu que empieza a ilustra ‘9. mas especificamente para cenfoque de los anticua manifestarse «lesde el manicrismo italiano y que en Francia se do por el Parallele de Charles Perraul afirmar las particularidades nacionales sequin waleses entre los que destaca la formulacidn de John Aubrey s6 Alegoria del patrimonio Este nuevo proyecto empieza a ser esbozado en los monasterios abinetes de los eruditos ya desde fines del sigho svt. Adapta for- mas locales, monograficas, fragmentarias o inciertas en sus releren, cias cronologicas y morfoldgicis de edificios de los que sélo se cono- ce el uso al que estaban destinadas, Proyecto que no debe ser confundid con el propésito deotras obras donde el sérmino antiite dlades adquiete un sentido difecente,refiriéndose a origenes hagiogra ficos, legendarios, miticos 0 histoticos de kas ciudades: busquedas ge nealégicas emprendidas a menudo por religiosos.®” Tampoco de contundirse con la literatura de las auias de viajes gue tras elogiat ciudades medievales, asocian todavia en el siglo Xvut— de Forma su: til relatos de fundacion, levendas y crdnicas con descripciones suma- rias de algunos emplazamientos ¥ monumentos urbanos, evacados sas como ejemplo de curiosidades y maravillas que por su valor de conocimiento 0 artisticn.* En 1729, Montfaucon empieza la publicaciéin de sus Monuments de ka nromarchio francaise. Fl prefacio de Lantiquite expliquee et re présentéc on fires le habia dado ya en 1719" la oportunidad de proporcionar una magnifica explicacion sobre esta nueva empresa y sobre el enfogute mas conveniente para el estudio de las antiguedades nacionales, cayo concepto define con su habitual claridad. Para Montfaucon, las prolongadas y exitosas busquedas sobre “la hermosa antigiiedad” deben ser continuadas a fin de satisfacer la absoluta falta de informacion sobre las Epocas entonices justa mente denominadas oscuras. Como todos sus contemporaneos, Montfaucon conserva el esquetna de tres clases de Petrarea y de Va Sari —negando cualquier contribucion de “las épacas intermedias” a las bellas artes—. No obstante, el periodo que separa el reino de Te: ‘odosio del siglo XV no se encuentra desprovisto de rvalizaciones: "hay {que confesar, sin embargo, que debemos varias de las invenciones mas necesatias para Ia vida a eaos sglos de harharic, que ignoraron los an tiguos de la bella antigiedad: molinos movidos por agua o por viet ro, la invencion de las gafas, la brljula, los vidios, los estribos, la im: sarins, Fos una de la belleza de la pin: tuna, de la elegancia de la estacuaria, de las proporciones de la arqusi- tectura, no eesaron de preocuparse por inventar cosas utiles que se han perfeccionada macho en Ins siglos mis recientes y mas cultiva dos”. No se podria sefialar mejor el valor historico de las antigie dades nacionales, >_> El tiempe leza exige una dite edades nacionales ‘ones deben trabajar en sus respectivos Para Montfaucon, esta diferencia de natu rencia de metodo a la hora de estudiar lay anti ‘os eruditos de diferentes fosarese” fa oxcuridad en la que has permanecido los siglos inrerme dios priv sonpresas antigiiedades nacionales, yen To que se refiere a los ves ‘ las caredrales (*los luga- it los eruslitos de puntos de referencia pera les reserva la espera de la organizacion sistematica del campo de las s histor {0s cuyo destino es conocido —las igles res donde habrd que buscar son principalmente las iglesias” }"— pre- fentan un valor documental privilegiado, en particular gracias a la iconogeafia proporcionada por las «sculturas, las vidrieras, las pint: ras ¥ los diversos ormamentos; por esta raz6n, los rcligiosos son los {que estan mejor preparados para construir un Avevo corpH. n efecto, los particos dle las iglesias y sus estaruas, los bajorre Tieves, Jos monumentos ios, las vidrieras y los resoros de los cedificios dedicados al culeo son ampliamente explotados por su cariic- fer figurative. Sin embargo, su interpretacién io sucle reposar sobre bases solidas: asi, los personajes del Antiguo y del Nuevo Testamen- 10 alineados en los porticos romsnivos y goticos se transforman en re yes y reinas de Francia, Para Montfaucon, las estatuas del portico real de Norre-Dame de Chaetees representan a La dinastia merovingia yen eonsecuencia, les atribuye esa fecha de realizacion."' La arquitectura ¥ los restos monumentales presentan problemas aun mas arduos de idemtificacion, de datacion y de interpr a los que contribuye la persistencia de tradiciones orale Par otra parte, el aspecto insélito y misterioso de los restos me: aliticos, atribuidos a veces a los romanos"*o integeados en la here cia cristiana, aviva la curiosidad y stos empiezan a ser repertoriados desde el siglo Xv. ay un invenrario trado de los “megalitos galos” a partir del tercer volumen de st: Re suites (1759), presentacién que podria rivalizar con la de nnuesteas actuales guias turisticas, yylus presenta una tipolo, cueil dant Gitico. La totalidad de los testimonins de Ia arquitectura religiosa eristiana de los siglos Vit al SV sera reunida indistintamente en un nico con La pereepeion de las junto y bajo un unico vocablo: eb “g6ric diferencias estilisticay queda oculta por las dataciones de las erenicas ret 58 Alegoria del patrimonio ue buscaban remontar los edificios a las épocay més lejanas de Da. goberro 0 de Carlomagno:* para los fieles, la genealoyia y la histori de los edificios rel to, Esta conta minologica que, a su ver, condiciona Ix percepeién de esos mismos monumentos, En su Recueil historique de la vi. bres architectes, André Felibien disti el “gotico moderno”. EI primero, llamado también gético viejo y feo. engloba sin distincién todos los estilos atin innombrables (que no os por el gusto) que van des- de la antigtiedad tardia al periodo zomanico, El segundo, Hamado también gotico nuevo y bueno, corresponde al coneepto tuco. Esta terminologia sera todavia la de M Quatremere de Quincy." De hecho, desde fines del siglo Xvi, la arguitectura hoy Hamada sgotica se habia transformado —fuera de Italia— en el simbolo de las antignedades nacionales y la arencidin de los anticuarios se concentea csencialmente en ella: documentada por innumerables archivos, apa- fece simultsneamenre como muy antigua y familiar, Segiin el pais, el proceso de transformacién de los monumentos gaticos en antigueda des ies ouvrages des plus cele pueden ni recibir nombre ni ser analiza de go re-Antoine Laugier y de jomales fue favorecido o frenado por condiciones particulares, acusando asi las diferencias claramente jlusteadas por los ejemplos de Francia y de Inglaterra gusto y de la arguitectura uleramontana en después de las guerras de Italia, acarrca la eaida en des cia-del gotico. A partir de entonces, este estilo es simbolo de ‘mo, rudera y mal gusto para el pablico cultivady o mundano. Las pu blicaciones ‘sobre antigiedades nacionales, particularmente dela arquitectura medieval, reciben una triste acogida y, por ello, som poco. ‘numerosas. El mismo Montfaucon no logra reunir los fondos nevesa- rios para haver ejecutar los grabados de los edificios religiosos de su Monuments Sin embargo, los eruditos prosiguen sus investigaciones, meno- rificas © generales. Algunay sermanecen como manuscritos: Fran sois Roger de Gaigniéres,’" acompaftado de un pintor, inicia a pa tir de 1625— un inventario sistematico de las riquezas monumentales de Francia, tinivo por su amplitud. Sus archivos seran explotados es pecialmente por Montfauicon, quien sacara de alli la tercera parte de las ilustraciones de sus Monumserets, Otras investigaciones seein final mente editadas, pero con un retraso que puede leyar a ser de dos si: ee —e—S = El tiempo 105, Mowumentos reales icunn Gallicanuns (1645-1694), de Miche alos en el caso del Mi erie benedictinos de la congregavion de Saint-Maur” se hacen nota entre los feligioses por la precision de ss analinsy po ef fe is admiractén que testimonian por los edificis xoticos, tal se io que lo preceden o lo sucederan, Dom Mi le Saint-Denys inal beleza Shel Pali tor de la Histoire de Pabbaye roy chel Félibien. on F 1706); “Esta augusta basilica obbtiene su pri Ge su estructura ¥ de su ligereza —capaz de provocar asombro [ou Habicndo sido te-edificada numerosas veces [-.] puede que no este compuista con un gusto que guard proporcion con lox diterentess elo [.-|- Tada la obra es, sin embargo, gotie, pero umo de esos pir » editicio, sélido como es, pa- wills de deboles parccen brorar de cada pilar[o-- Aunque Ia iglesia Fee ae erm L,] La andacay belle de abe cen este genero’ En esa epoca, Ia aproximacién estructural al Francia, Se inscribe en la continuidad de una practica estercométrica yy del anslisis eritico de la arquitectura apoyado en las matematicas y rico es propia de fen el conocimiento técnico,” La percepcion de las audacias goticas no ns reigiosos y de la erudiciéin: en los s- Tor sty av ae da también eave fos protagonists dl lasiciso Amadeo Franses Pree, Jacques Frangos Blondel, Laugier © Quat mia vulgndad y desmesura de In argue ris de Cordemoy, nieros— como Jean-L ‘uiarios, sods conde a gética a la que sc le niega wdo valor artistico. Este deble y conteadictorio enjuiciamiento —que nu deja de sorprender al lector retual— reposa sobre una disociacidn artiticial entre el sistema cons téenica despierta una admieacion mas campleto desden, : uado en la balanza de los ca- sin reservas y el res Alegoria del patrimonig rico modderno”, Quartremére de Quiney reconoce “la lige reza, la a ia sorprendente de sus bévedas [.. que] exigen mucho conocimiento, arte y una infin-ta inteligencia para una realizacion tan extraha como sorprendente”. Pera, para él, una vez abstraida la dis Posicidn y la decoracidn que hacen que la arquitectura sea un arte, se trata solamente de construccian. La decoracion gotica na es mas que “un producto de Ia corrupeion del gusto, de la ignorancia de todas las reglas, de la carencia de todo sentimiento original [.... Una especie de hionstruo engendrado en el caos de todas las ideas, en la noche de lt harbaric. [..] Tenemos, por lo tanto, razones para mirar a la arquitec ‘ura gotica como una mezcla desi al de los diferentes gustos de los si= slos precedentes |... que no presenta mas que] una especie de-caos don de no eabria introducie un andliss Esta actitud no se da entre los ingleses.** El gético es, para ellos, un estilo nacional que no seri cuestionado ni por la evolucién del gusco ni por la moda. Dos factores excepcionales contribuyen al esta blevimiento de este estatus privilegiado ororgado en Gran Bretaha a las construcciones goricas de la edad media y, més particularmente, 2 los edificios rcligiosos: ul triunfo de la Reforma y, en arquitectura, la penctracién rardia del “estilo italiano” Efectos de Ja Reforma: el vandalisma ejercido contra los antiguos ‘monumentos del catolicismo continuars largo tiempo despues de la vie toria reformista. En 1560, una proclama de Isabel [se opone “a la des truccion y a la mutilacidn de los monumentos”2” Pero, sobre todo, la esafectaciéin de los monasterios v otros edifcios rcligiosos erea un dis tanciamiento historico que la familiaridad del uso hace mis dificil, Persistencia del clasicismo: las antigiiedades britsinicas son do. blemente nacionales, a su valor historico —concerniente a la historia nacional— hay que grogar su valor para el arte nacional en tanto que creaciones artisticas. A diferencia de Francia, Inglaterra conserva luna arquitectura gorica que persiste durante todo el periodo elisico. Gran Bretana resiste al “gético italiano” hasta mediados del siglo AVth ¥ éste nunca Hlega a immporerse."' Cuando sit Christopher Wren Feconstruye la catedral de St. Paul en estilo elasica tras el incendia de Londres, esa opeion no es signe de ninguna exclusividad estiistica: en ‘ese mismo momento editic, parroguiales londine tos arquitect6nic 2 en estilo gorico, y terminaba © resta Fstas condiciones explican por que los estudios cons anrigiedades nacionales fueron mas precaces y numerosc § pequefias iglesias aha antiguos conju: addos a las (. °_" 3 lee eee _— ansticuarivs. Monumentos El tiempo de yy mos ogidos por un pablico mas amphio en b queen ete: c Je 1670, y el Monunrenta britdntica de Aubrey aparcoen desde oe mre 1685 y 1673. La dimensién publica del icin anglicaranst 5 Ia creacién de sociedades de anticuarios: en 1585, se funda la So- yer a SA tigitedades de Inglaterr: ne ; Iejos de alcanzar la precision progresat e ilustrar Ia historia de las ¢ anglicanos wratea de los descipciones de Michel de Germain o de Michel de Fremin, gran constr un corpus de incomparahe extension y co herencia. Corpus que plantea por primera vez —amplia y sistemsti- a ine randes tenga sob bs origenes dl win sobre sucesion de sus diferentes fases y que, ademas, trataba —metadica 2 los diferentes estlos me mente— de claborar una terminologia™ p dievales. Finalmente —como se vera a conrinuacién— seran ir ef debate sobre la restauracion de los monumentos 1 pri Advenimiento de la imagen gan a los testimonios materia La importancia que los anticuarios otorgan a los te i les dela cultura v de las bellas artes no es mas que un ejemplo del pre dominio dela observacion de la tradcion oral o escrita del testimo- nio visual sobre la auroridad de los textos, Entre el siglo Xv! y el final de a tira, estudio de as ages evoluciona siguiendo tenfogues comparables a los de las viencias naturales: proponiendo un mismo tio de deseripcin controlable —y poe lo mismo iable— de sus objeros de estudio. De ahi el ereciente protagonismo de Ia ilustracion en el trabajo de los anticuarios. A pesae de su dispersion, la presentacion de las an tgiedades dee permit una contante obseresin ¥ smparacon de sus objeros de estudio por parte de Montfancon senala en 1713: "Por exe terminode antigiedad entien do solamente lo que puede ser visto y fo que se puede representar en imagenes".”” Caylus: "Hay que iuzyir solamente lo que se ve y refle xionar sobre la manera emo ha sido ejecutado. Esta vin es tanto mas 1 porque cl grado de eonocimianto de las artes y de las diferen Jo por los mismos monumentos la comunidad de eruditos. e queda demos tes peacticus. qu 2 legoria del p Thomas Warton afirma en 1762: “Necesitamos una demostracion vie sual y unas pruebas claramente ilustradas™."" Incluso en las obras epi traticas,’* la imagen que repite la realidad llega a set indispensable La Antiguite exp! rminas y “treinta y cuatro mil figuras” de iquée comprende no menos de mil cienta veinte li hermoso tamaha”, iedades — “cuerpo de claridad don: de todas las partes se iluminan mutuamente”—," de los anticuarios es hacer ver el pasado Al reunir su corpus de an el primer objetive particularm zen queda al servicio de tun método comparativo que les permitira establecer series tipologicas ¥en ocasiones, ine cuencias cronolégicas, realizando asi una especie de historia natural de las producciones humans. Esta mane ra de proceder, enunciada claramente por Montfaucon (“darse el tiempo de considerar atentamente las imagenes y el de compararlas alcanza su roral plenitud bajo la pluana de Cayhis: * via de la comparacién [..] ¢s para la antiguedad lo que las obs ciones y la experimentacion. son para el fisico. La revision de nume Fosos monumentos reunides con atencién nos lleva. a descubrir su destino, tal como el examen de numerosos efectos de la naruraleza — combinados de forma ordenada—Hleva a descubrit el prineipio segan el cual se rigen: es tal la bondad de este metodo que la mejor manera de convencer de su error al anticuario y al fisico consiste en enfrenear al primero a nuevos monumentos ¥ a nuevas experiencias al segundo, Pero, mientras el fisico dispone siempre —por asi decirlo— de la na- turaleza a sus Grdenes y de sus instrumentos al aleance de la mano, silencinso, del que no se ha hablado. La im entre ellas” )," pudiendo comprobar y multiplicar los experimentos en todo: momen: fo, a menudo el anticuario no tiene mas remedio que real desplazamientos en busca de aquello de lo que precisa p: cer comparaciones”, Sin embargo, “el grabado iguala [todas las ri- quezas| de todos los pueb Difundida por |a imprenta, la reproduccién iednica opera una reduccion del munde de las antigiedades asf como del mundo de los vivos. Y, al igual qu las ediciones ¢ para la reflexiin y la generalizacion d ar grandes 1 esrable n ef caso de la fisiea, entrega a cambio wn soporce las que depende el estatus ‘entifico tanto del anticuario como del nataralista Todos los anticuarios se muestran de acuerdo en que, en ka que a la arquitectura respecta, la copia dlebe ejecurarse desde ef natural, i site. Nuevamente esta es Ia condicion necesaria para que la imagen od p agen produccion evistan alin valor, yr El tiempo de los anticuarios. Momentos sales jy momamentos figurados a sin embargo, la constitucidn de los museos de imagenes que con Th anicurio debe superar ax res bstiulo prinipales: pew snondad —ycapacad de ocr bd de ls cronies madierdles fern superadits —muy pre de Ia tadicion que asegura cie Jo real— a los autores de la anti guitidas a lo largo del tiempe todos de observacion cientitica —vencidos por las concepeiones medic: la ausencia de preparacién para los me: wales de la represemtacidn y de Ia eopia que privilezian uno © varios imento de la forma global—; clementos, a veces inmateriales, Ia insuficiencia del material arqueols —el Ginico que habria permitido establecer y poner en juego un sistema de referencias generador de sentido y de secuencias historicas—. Debilidades que no podian ser vencidas sin una fuerte resistencia Nicolas-Claude Fabri de Peirese desconfia por principio de todo test monio que no haya visto con sus propios ojos, 0 cuyas medidas y, de ico tepertoriado © disponible ser necesario, su peso no haya confirmado: “como no podia estar pre- sente en todas partes, pedia dimensiones v planos de las misiias cosas a diferentes pecsonas para comparurlas y tomar enseguida la opeién mis segura”."* En su correspondencia no vacila, por lo demds, en des cartar al padre Kircher y su credulidad, 0 en sermonear y reprender és peramente a Cassiano dal Por70 pos la ligereza 0 la imprecision de sus descripciones y, fil a la ensefianza de Girolamo Aleandro,” formula los principios rectores de una observaci6n bien realizada." Se impone aqui la comparacion con las maneras de proceder de las cieticias naturales que —cn ese mismo momento— sufren iguales dificultades y tambign se encuentran invadidas por un similar pseudo conocimiento legendario: animales fantasticos y templos fabulosos son objeto de la misma critica. Se exige el mismo rigor para el estu dio de las naturalia que de las artifcia. Las des disciplinas se apoyan ¥ se educan mutuamente. Frecuentemente, ambas son practicadas por 2 Dal Poze misma mirada un eamafeo y a un camalesn." El ticuario proven a de los jerogliticos que eu: tun mismo erudito: Peirese y cl cabal zal demistitica la representacion fanta brian un obelisco romano que publica Kircher y, en la misma epoca, inces” al demostrar que los dientes que se refuta la “teoria de los les atrihuye son, en realidad, muclas de elefante,"= [EE Sele 64 ia del pat La dependencia respecte a los ilustradores de sus colecciones es otro de los puntos en comin entre natuealistas y anticuarios, Por pe- tos de epocas anteriores, euya fiabilidad es dificil de comprobar. Toda publicacion exige, ademas, la mediacion interpretativa del grabado, Pero, salvo excepciones y a menos que —como en el easo de Ru {queiia que: sea la investigacién, resulta nocesarig hacet uso de documen- bens— ellos mismos sean anticuarias, rampoco se puede contiae en la objetividad de los artistas enntemporaineos: ésa es una quieja perma nente y unanime de los erwlitos, desde Francois-Roger Gaigniéres a Caylus, pasando por Peirese y Montfaucon.** Ni los dibujantes ni los pintores tienen por costumbre tomar medidas exactas, descuidan los detalles, atribuyen a torpezss rendencias formales que ignoran, tratan de mejorar sus modelos 6 los reconstruyen de memoria, los escenif can, los interpretan segtin el estilo de la épaca o, también, “a si mae neta”, En este sentido, los artistas habiles son tan peligrosos como los medivcres. De ahi el valor documental superior de los croquis —aun cuando sean torpes— ejecutados directamente a partir del modelo por los miymos anticuarios los mejores documentos ilustrados del Voyage de Spon son alzanes dibujos que l mismo ejecute en Cons tantinopla y en Feso." Los sabios recurren igualmente a ingenieros para hacer levantamientos, En Jo que respecta a los dibujos de los arquitectos, éstos son ge nnefalmente tan inexactos como aquellos de los pintores. Y si desde el siglo XV efectian precisos levantamientos en el terreno, hasta media- ddos del siglo xvi se preocuparin muy poco de la exactieud de las re presentaciones que publican, En la mayoria de los casos, las imige nes son reproducidas y difundidas para otros fines, Estan ahi para exponer algin hermoso ideal, para ilustrar teorias, Prese planta, los edificios antiguos son simplificados y absteaidos de todo contexto, error metodoligico denunciado por Peitesc™ igualmente cados en frecuente en las reproducciones de las ciencias naturales. Por otra parte, y esto independientemente de la Gpoca y de los estilos, estan manejados como conjuntos homogencos cuyas diferencias son das al pasar por el tamiz abstracto de su representacién figurativa, lo que conforma su funcidin demosteativa y retérica. Peru el arquitecto. no se contenta con idealizar o con encasillar en canoes normativos los monumentos antiguos que esta representando sino que, delibers damente, inventa. O restituye —con el sélo apoyo de su imagina Gidn™ {que es lo que entoners se denomina “restauear™)— las partes ausentes en los edificios en ruinas: tal ex el caso de Serlio.en Roma, 0 Elle Ei tiempo de los anti femplo a cielo abierto de orden semi-gricyo, semictoscano, Tambig se ds el eso del arqutesto que imi eiisios que nunca ht vito fn 2ipto o el remplo de Jerusalen, objeto de innumerables “+ finge tauraciones” de las cuales la mas eélebre hasta nuesteas dias es la del jesuita espaiiol Juan Bautista Villalpanda. ‘Veamos el 2aso del Partenone” entre la primera imagen, fantasi ada i sit en L444, yn representacion cientifica traida ddescle Atenas y publicada por David Le Roy en la seg fe la Gréce (1770) transcurren tres siglos y medio, jalonados por una sucesidn de figuras inex. recorrido largo y dificil que modo de da edicin de plus beauce monunten uede ser romado como paradigma del mundo de las stitucion de ka reproduccidn exacta en iedades. Con independencia de que este resultado se logre en , lo certo es que el proceso” que con: inaria aa il tifica es siempre el mismo. Los homélogos de las ilustraciones de la de Le Roy y de las Antiquites d’Athenes de James Stuart y Ni cholas Revett son numerosos, dle variados generos ¢ importancia, Es el caso de las laminas dibujadas y grabadas por Germain Soutffloc y Thomas Major para sus modestas Rui (1768, ription d’Fgypte (1809-1824), rea lizadas por orden de Bonaparte y precedidas por las imagenes de Ser~ uubjetiva o im ‘én cien: duce de la representacién como las de la monumental Di lio, de Fischer von Erlach y de Pacocke Ame los editicios estudiados va a contribu lida que se generaliza, la exacrirud de la representacion de al perieccionamiento del con cepto de monumento historico, gue adquiere —significativamente— su denominacién a finales det sigle xvi, La Hustracion Esta renovacion iconagnitica y conceptual de las antigtiedades es in- disaciable det desarrollo del conocimiento durante la Tastracion, Los anticuarios establecen en ese momento Jacion diferente cow la de progreso. La nueva prescncia del tiempo es, simultineamente, deu- 66 Alegoria del pat la todo, del surgimiento de la historiografia moderna, Esta “historia”, f nida por Amaldo Momigliano come la sintesis del enfoque analit d del globo terrestre—, de la paleonte perspicazmente defi 260 dé Iba driticad ioe j del enfoquie {nbcxpretstioe de Hie Aldscfoe- hi roriadores de ls lust Histori La historia del arte se habria fundado, por su parte, por otra sintesis, ritica en la cual la filosofia del arte asume 1 juzado por la fi losotia de la historia, Su instaurador seria Johann Joachim Winckel man —homélogo de Gibbon— con su Historia del arte de i6n: su fundador es Edward Gibbon, con si a decadencia y caida del imperio romano (1776-1788), Winckelman ha sido, efectivamente, el primero en proponer una pe fad (1767). Juicio que, sin embar Fiodizacién general del arte antiguo fundada sobre criterias formales que permitian la critica de las ideas establecidas. Nadie lo reconaci6: de Quincy.” Pero el alcan ex de la obra de Winckelmann se encuentra limitado por los con mis convencimiento que Quatreme que lo llevan a apoyarse en la tradiciGn textual antigua, a atribuir un valor candnico al siglo v griego y a hacer del clasicismo el eje del en foque artistico. Ademas, y a pesar de la ambicidn del proyecto, el au: tor de la Historia del arte de la antigivedad esta interesadio ante todo por la excultura grieg |. 0 lo que él cree conover sobre clla, Su sinte: sis, ambiciosa pero incierta, se ve acompafiada —y pronto continua: da— pe nda edicin de Les los trabajos historingrificos sectoriales de otros autores, La ee ibs Bein: ii uments de la Groce 58) de David le Roy puede considerarse como la primera historia cinta, pero digna de ese nombre— de la arquitectura griega. La transformacion del estatus de las antigiedades reposa, sin smbargo, sobre la importancia y el nueva estarus concedide al arte en se abre a nuevas capas sociales: se instieucionalizan nuevas practi lexposiciones, ventas pliblicas, ediciones de eatilogos de las grandes rticulares) y en las revistas aparece una Fiteratura que —desde el simbdlico articulo de La Font de Saint Yen: ne—~ asocia una critica, inicialmente timid, a Jas tradictonales des cripciones de las obras expuest flexién sobre el arte se em mimesis. Edmund Burke, que inventa lo su scion filostfic sobre el origen is acerea do lo bellr y fo sublin 1757), y Alexander Gottlieb Raumgarten, que otorga a la estética este ventas y de las eolecciones icipa y sobrepasa las teorias clasicas de La El tiompo de thetic, 1750-1758}, conducen a Kant. Al imputarle tuna facultad auronoma del eypuriea, La ert nombre (ste 4 del juicio otorga al No obstai cuarios ha retenido sélo el primere y descuidado el segundo, En sus bras no se encuentra casi ningun apreciacion de la sensibilidad ni juicios sobre gusto, Cuando, por azar, queda de manifiesto alyiin sen. > los ciemplos y adoprando Ia terminologia |soberbio, magnifico) de la tradicion rextual antigua. La historia del arte que esta, como tal, obligada a la sensibilidad arvistica. La ceguera est a de los anticuarios volvis a darse a menudo entre los historiadores del arte Sin embango, en el ambiente cerrado de los debates sobre el arte y el desarrollo de la arqueologia en aquellos mom¢ grupo de anticuatios —Caylus sobre todo— establecid las bases de ‘rea historia del arte menos abscracta, mas sensible y mds atenta a los aspectos propiamente plisticos de las obras. Paolo Maria Paciaudi es cribe a Caylus: “Usted retine dos cyalidades que lo colocan por enc: tel de las artes, Habitualmente, los que eseriben sobre los antiguos ‘monumentos-conocen solo la antigiedad y su tral jo no puede ser de utilidad alguna para los artistas. Usted ha pocos erudiros son capaces de seguitlo”.” La formulacin de Paciaudi cc enfoques e invita a tomar la manera de proceder de Caylus como ina Ja independencia de los dos ciemplo de las modalidades con gue se puede analizar el valor de arte de las antigiedades. Furmulacion que también hace justicia a una personalidad cuyos Recueils d'Antiquités nutrieron a Gotthold Eph ya Winckelman y cuyas intuiciones son, en muchos sentidos, mas proximas a la sensibilidad del siglo XX. que las de estos ilsimos. Este gran sefior fc un aticionedo y un artista” antes de Hegar a convertirse en umn erndito, miembro de la Académie des Inscriptions Como anticwario, su primer objetivo era presentar los materiales de tuna historia de lay formas y dle sus procedhimientos, Lo que le imteresa «8 el objeto mismo y no su destino. De abi la nevesidad de un apren: dizaje del ojo y de ki mano capaz de luchar contra la ceguera esté [EE edimiensos de su realizacion De ahi tambien el papel especial, can diferente de aquél definide por Peiresc o por Montfaucon, que Caylus atribuye al mécado compa. al trabajo de sus Esto explica la desconfianza de Caylus respect mn de los temas que publica” y los escasos edlificios que ce mente Tas diferencias de estilo y su cra- sta reserva, percibe inmedia nologia.” Su vision no confunde las obras de origer romano ni atribuye ningun dejo romanic: Sin haber ido a Fgipto, la simple familiariclad con los objetos de su gabinete lo lleva espontineamente a rectficar los errores de Pococke y de Claude Sicard.* la diversidad de formas y de estilos: anticipaindose eyo, etruseD 0 Esta réceptividad bien cultivaca —acogedora de le permice constatar admirable imientos de la historiogratia del ps a la trans arce alemana, que el arte coneurre con sus propios med mision del espiti Como hace notar Paci e los pueblos y de las eivilizacione fabaia para los artistas, Se iaudi, Caylus ‘ria de los none al servicio de un saber del arte descuidado por la m anticuarios y que nosotros Hamamos historia del arte. Pero Caylus a much Jos monumentos publicades en su Recueil. Al tratar de ha troduce al placer singular ins lejos. Esto se observa en el jubilo con el que describe dimension artistica de las antigiiedades, ido— del que son portadoras, Entre los valo- res inherentes al monumento historico, Caylus asigna un lugar al de leite, Una nueva filosofia queda rrazada desde entonces, de enormes consecuencias para el modo de conservacion de las antigtiedades: el dlleite artistico no es mediatizable sino que requiere la presencia real de su objeto, Caylus fue el primero en interrogarse sobre qué valor tienen para numentos historicos, y tam: jedad. Les reconoce una uti arte [as imagenes que reproducen mi bin fue el primero en subrayar su ambi lidad incitativa y didactica para los ovicios. Tambs sables para ¢l aficionado erudito, para quien —y en la medida en que les" no pasan de ser mds que herramientas de trabajo. Juicio que coloca a Caylus en la historia de las ideas. La metifora de la vida istas y de los anticuarios, simultaneamente controntades a dos con ets - Bl tienipo de los anticuarivs, Minunte cceptos homdlogos mente opacos, el de la vida para los unos yeldel arte para los orros, En cuarto a la nocién de original, se sitia fn la reflexion sobre los monumentos historicas, lugae que continda docupando actualmente, a pesar de as progresns en las téenicas de te praduccién Este amor por el arte que, desde ¢ tisfacerse la presencia ni vilizar titucionalizar u momento parecia haber I J de su objeto, gseria eapaz de llegar a mo nas fuerzas lo bastante poderosas socialr 4 conservacién sisematica de las antiguedades? Ese gado. Ln mercado del arte en expansion constante —asociado a la profundizacion de la reflexion sobre el arte yaa los descubrimicntos arqucoligicos— creaba una mentalidad nuc- va en un publico de aficionados reutado en los estratos sociales mis extendidos y que disponia de una auroridad intelectual y de un poder ‘economico sin precedentes. La ‘olecciones privadas, pertenecientes a Ja misma constelacion de cono miento en el Q des"—, se mulriplicaban a imientos y de pricticas —cuyo naci: rocento es contemporaine la par que la cr ervatorivs oficiales de pintura, escultura, dibujo y ycdin de los primeros mts seos de arte: ec El desarrollo de dichas institu: —inspiradas por los dos modelos del museo de imagenes y de eecién de arte— se inserihe en el gran proyecto lilosotice y po: juntad dominante de di de hacerlo accesible a toxlos, donde las descripciones e imagenes de los dlbumes de antiguedades son sustituidas por abjetos reales; volun tad tambiet la experiencia estétiea grabado destinados al uso publica.” Ia en litico de la Museracion; v nocratizar el saber, —menos general y menos declarada— de democeatizar Nada semejante ocurre, en cambio, con las antigedades arqui rect6nicas. La literatura del arte y el madelo museal han ejercide in cluso efectos per {la fragmemtacion depredadora de los grandes monumentos, cuyos despojos pasan ahora a enrique cer las colecciones piiblicas y las privadas, El caso de los marmoles de Eleuin, por lo demas también codicia Gouitier para Fran por el conde de Choiseu! 1, 10 es mas que el paradigma de operaciones que —cou fines cientificns ¥ pedagogicos— han creado el fondo ar stiropeos en una —a pesar de las protestas de Quatremére de Quiney— este proce queologico de los grandes museus dimiento se considera legitime El desarrollo de una forma de acio ya antigua —que toda ha recibido el nombre de turismo— s6lo tendra efectos sobre la con: 70 Ale servaciéin de los edificios 4 largo plazo. Sin embargo, y a diferencia de Tos dlbumes de antigiiedadsy las guias turisticas tienen un valor op racional ligado a la presencia material de los edificios. Institucionali- zan la tonogratia de las conelucras turistieas. Lo mismo ocurre con las « de los viajeros mulriplican, Las pinturas Jo Panini o los Hubert Robert realizan para ala hos privilegiados y los grasados producidos para una clientela mis esta en los ralleves dc los Piranesi” requieren o recuerdan una ex auto, que las demand que los Giovani-Pa s lugares mismas ast representados, Contrib periencis vivid en yen asi 1 la integracion de los monumentos histéricos en el paisaje real y cambiante de la existencia cotidiana, pero sin invitar nia com rt Ya se trate de edificios antiguos o medievales, esas imagenes —enteramente impregnadas del gusto y de la ideologia de kt ru hho proponen ninguna inte-mediacion entre esa ruina —ransitiva y valor en si— y los monumentos preservados por los usos sociales (Pamteon, granudes basilicas, earedrales Conservacion real y conservacion iconografica Asi, después de casi cres siglos de estudios consagrados a las antigie dades, el modo dominante de su conservacion 8 todo ese 0 parcial su iconogratia grabada. Durai mente en Inglacerra— la arquitectura historiea no ha sido protegida 1 restatirada a no sor por circunstanc cias de personalidades excepcionales. Ni siquiera Roma logra conti nar la labor pionera gue habia inaugurado en ese dominio, El caso de Francia es earacteristivo, Los vestigios greco-romanos ados con pasion por los anticuarios y° los arquizectos desde cl siglo Xv, especialmente en Provenza. Sin embargo, si bien docasionalmente deploran su degradaeiin y su estade de abandono, s6lo una infima minoria se preacupa de su proteccion in situ. Los es casos proyectos de conservacion y de despeje de ruinas antiguas izaddos—"" sont contador, © i or la. administracion publi reo de la ordenacion territorial del reino. $i, por azar, el cea ett el mismo poder real llega a conmoverse, su intervencidn permanece oe Nimes en 1583, Fran: cisco I se arrodillo ante cl antiteatro y decidid la demolicion de las vi futuro. La leyenda cuenta cémo, al pasar EE ttl El tiem viendas que lo ocupahan, Pero no llegé a bacerse nada, Un tarde, en 1668 —con el tinico fin nscrvacior—, Coll rardon a Nimes *donde observars el anfitea | Colbect envia a Frangoiy Gi 0 y la Maison Carré gar en tin proyecto de caiminando partic para saber si son macizas entre una y area columna ¥ desde la colum P nna del muro trasero, y paca estudiar su Seccidn (...). si sus columnas son abombadas 0-0". El mismo objetiv fe documenta guia el encango que recihe Petre Mignard?” de dibuaryrealia elle Francia vglend “el metodo emplendo oor Deseo Rome 1682)" 2" Eq. 1747 JeansJacques Rousseau deplore la degradacion del anfteatoy ext es édific ets en su obra nciens dk matiza la negligencia de los franceses.= A demanda de ta ciudad de Nimes, Luis XVI ordena la recuperacién dk Jos monumentos rom, nos y la restauracion del anfiteatrc: interrampida por la revolucion, la obra es reiniciada en 1805 por Napoleon y el despey del anti tro, comenzado en 1811, se termina sélo cincuenta aiios mas tarde Las an despues de su viaje prospectivo por las provincias, Gaignieres intent convencer al Secretario de Est que el Estado se encargue de Pai derosos como e} amor al conocimiento 0 al arte para que se instaure -dades navionales ro corren mejor suerte, En 170: jo Louis Phelypeaux Pontchartrain de salvaguarda de los antiguos mont franceses. Choca con el recta. sce como si fueran necesanos compromisos afectivos tan po. 0s, asi como las estraregias regladas de detensa y de restauracion qui de mor 1 umentos goticos —como fue el caso de los franceses—. El van so de la Reforma despierta en ellos una indignacion es candalizada a la vex que su sentide practico, va que se trata de an dia son sentid : como un ultraje alas obras vivas de la nacion. Las tablecen una estructura de proteccion —privada y civiea— que, hase ta principios del siglo SX, sera especiticamente britiniea, Apoyadas por los periddicos y la prensa no especializada. que desde el principio papel que més tarde ser asumido en Francia por el Estado. Paralelament por primera ver, med plane rrinales y polemicos— el tema de la restauracion de sus monuments nista? Este debace sobre la naturaleza y Ia legicinvdad™ de la interven: cidn, todavia candente en Ta actualidad, fue iniciado por la Sociedad de Anticuarios de Londres, imic. dades, con ocasi6n de las campafias de restauraciGn conducidas por J arquiteeto James Wyare pa‘a el conjunto de catedrales inglesas en tre 1788 y 1791 En nombre de la transparencia, de la simetria y de la unid estilo, Wyatt elimina en sus restanraciones las tribunas y otros obs ticulos al libre recorride de la mirada de oeste a este; desplaza los monumentos funeratios, derriba los porticos “demasiado antigues” y sustituye los elementos tardies por elementos antiguos reinventados, como al rosetén de la catedral de Durham, El peli lo se reviste de una aparente pericia al ilustrador Car ican su clamor por fa salvaguarda de los mo- Fl reverendo Milner, autor de obras erudit: umentos y denuncian en sus articulos “la devastaciin continuamen las person: nificeneia que, intactas hasta hoy, sol “ocupadas en borrar las huellas de nuestea a pueden ser medioe imitadas y sin duda nunca igualadas’ Su argumentacién,”* basada enreramente en las nociones de cal dad y de aurenticidad, refu voeando el valor nacional de los edificios a punto por punto las tesis de Warr, In- ciencia de la antigiedad” sise deja actuar a Wyatt y a los que se le parecen, Estos combates se adelantan en mis de medio siglo a los que en: frencan a John Ruskin y Williams Me . contra el nuevo, Wyatt (Gil: Scott), Demuestran que la conservacion y la restauracién conere ras y efectivas exigen la conjurcion de una fuerte motivacion de orden progresos de Ia historia del arte. Esta epopeya inglesa permanece, 10 los monumentos hist eee > 4 El tiempo de los artticuarios, Monumentos reales Notas 14. *FL incomparable M. de Peirexe—ice Montiancan— ha reunido Jpnursentos sb if la-ancguce ad que ningun ou ran 1 SPON, Jaco, y WHEELER, Ge aye em tale, de Data ipujdos come en feagtentos, Hlabrislmente, el acompanaha estos Greco ot dn Levant, fait TiS of 157%, Antoane Cellier Lyon, 1678 inoumenis on hres rapcaxunen gi oii enh go i Manusettos, ln que proporsionaa matal a La mayor parte de Ins entend 2, SPON, Jacob, Recherches carienses J Aatiquité, Amaubey Lyon, 168 ra TO RITFALICON, Bernard des op. ee, prefacio, pls VIL F aplication des aniquités graxées au fronaspre”, ra ‘Eon tp de uso en To conceroiene alas anigcdades nacional rept Derivado del ieee m rermplo de las musas, lugar donde residen las rrtiae archivos de Frangois Roger de Gargsnsree quren —en 1695 foemule rusts, lugar del ejerici de la posi, de ay ates. esctla, el termina “nme primer pro nvetnano sistent defn uments fae signuica en frances, inciahent, gabinete de trabajoyIngar consagrado a len nspirado por los viajes terarios de Ios bollandctes » los benedhtaios, adios cemifivos,Inerarios 0 amsticos, En sy accpeion actual evteapalschn El taventato des dijon ha sid pblieado por BOUCHOT, Henn del gabirete de trabajo en ef que se conserva lay colecciones de los amacuation Bublidbogue nationale aaoupe acer , Ye los ahiconados) el musco enpieaa apace durante la witima decid ek Gaigniives et conser au menses estamfes ef des manus velo Xt, ease cap. ML pag Pon, Bais. 1891 4 “Antigua cualtica lo que es uy antigeo, hv pesto 3 moderno”, en 5 La teaduezion mglesa de los quince olimenes mega de gntiguat Dictionnaire def Academe Prams, ph cs a expliquée ct reprtsentée en figires de Nontéasson, Antgraty Expiamed and bari tre, Landtes 1921-1728, aparece al mismo sempe queb 5. Acerca de la diferencia en MOMIGLIANO. Arnalfo, "Anuient hstocy andthe anigearan’s er four 1 the Warirg and anreiamd Tasttutes U3 Lands: 8s, radon 16, Veg gurl pgs ge jen Groen pln lire francesa en Problemes dbistoriographie amcienne et moderne, Gallimard Faber”, cuya respuesta (llena de vehsmencia y de crucles injurias”| deplora Par, 1983 ea Aivhel Germain aa ver que senaa Ia qqubcacion del “joven [quel no deber Giado por Arnaklo Momighino, of cia Big 2 dade Mabon cf. 4¢ Muon ave Flac Par 1846, ere LXXTV 7, MONTFAUCON, Beran dy Cantiguie explignde et rprésentéc em fgut del de enzo de 166 de Michel Geran a Plaid Merron de Ronse Delaule, Pann, 118-1724, MGI Me “Tombeaus eeoters 158196; ean a ditamacion que hace Gers Gale autor de dahon oe Fs ancien et wowtel de tt Relation de Spam, tien tesponde pabicando a ahs gue ms superiors me destinaron a Lis alcones de lon pales griggos $0 M. Gua Arabs Lone 1679 De a songreuacin de Saint Maur, lig! que Jean Mabillon, Michel Un eperaiay fa mannii proporeentron ua fermion enalopedica crouin, Miche Feliven oobeno del cadence sibel side. ees por empl, SFANHIEIN, Freche, Discrtatoes 10 1702-1763, Después de un grand tour pot Europa pasta et xen msmateonagneri, 2 el 1671 Poocke emprenus in sage a Ego y 4 Asa Menor 18. Ope zits pechaw, pg. Vl the Base (Mol, 1744 Obs me, 0 Land, Syed Mesep 14) Por seca parse, Monttaucon pretende realizar una sintesis yn una suma Tee rediccer enol orp de wna ola tod I antigoedad” la cursva es nest "i al como ls desman su cites del Thsseran tigen gracearun LL Pietro Santi finitoh (1635-1700) fue pinter, dibujantey geahaulo Se romanarunague publicada por os holasdeses, cn MONTEAUCON, Bernard i especializ6 en la reproduccion de snjetosantiguos (lamparas aya, pinturas, men 2 1a primera edicion de sue zrabacds cl la columna tajana: Colon sari 0 de Trarana |.) mbeamente dicarsise ntaghuane rat Pietro Santi Batol con 20 Se constata a menue un lapse de rempo signifiativo entre ef momento de sprstcone iting dh Alfoneo Case nba Eas be desire de ut acy de eessacvin arcs tase ‘Gin. Poo Balint et ee ee Herculanuin solo empiens 2 ser excavado de forma sstematica atfaelo Tebrert relisd ong sucra etielOn en 16¥a, 1 Véanse las dlesripsinnes de Spon de la mera de Ache 0 de FISCHER VON ERLACTI, Johann Bernhard, Enter einer bistorsch .quita de La madre cel sultan renanve, "ure de ls mas hermosos ediicio tnd freer Volker [1725], Haremberg el Partnhnd, 198 musray relas, bs arguitectra mu es menos heemoss que stra tgs le Teli, Paea nasorrin, ene incluso 20 Mts sorpretulnte por si rms 13. Conrespondencia de Reenard de Muntiaucon con el barn ee Crass wedi", cn SDON, fs age vt Ttalie, de Daltgete, de Grice et i srqueiloga de Lica, ig), 1955 nig 3385, Mlegoria del patrinsonio 22 NORDEN, Fredenk Ludvig, Vo 1755, torus ay ‘ier Snucho ype or de Nubie, Copenhague ONTEAUCON, Bernard deo onremple esas pacts ile Taeodest al sie pig. XV: “La obra de ‘Sv} no dejan de obrener 24 AUBREY; Jobn, Moninnents Matinicus chromoloicaarchuceuan 167 Tittle Brown, Boston, 1981, tere 25 BERTRAND, Abad até et singulaits de Pabbaye de StDon lar, CORROZET, Gill sngulattes at exeote J oble ot tramp ‘ obra que tuvo dice recdiclones y que contione, en partici ust sre Tos diferente mitos de fndacion de ln cul, teu Finalmente 4 Francion, fj de Hector de Ty 1510-1568}, La vs de la tte Par tina lags 7 Al final del prefacio de Lamtiquitéexpliquée et represen espugs de halcr presenta el gan de 1a obra, ideas fortuta bape la foema de serv futures autores, Montfancan ¢xpone, et Fe mo por una asociacion de nes metouollgcas destinadas dad, los peinepios que han guia idouin, Paris, 1729-1733, de fs moar 28 Ibid, prefaci, 29 “Nos nevesario que las que rabajan segin este plan se imaginen bs Efiempo de los anticnarios, Momumentos reales seine ae sponses LIB ‘ac nesiplh bara yenie, 74, “El erudite Winckelmann ¢s el primera |...] que ha pensad div Se ere ener eet SPA ge la anuiguedad, en analizar las epocas, los pughlos, las escuelas, lis estilis, Los ‘Tema de un estudio por publcarse: TOURNIKIOTIS, Panayoris, Présen ees de est Jud el e el primera que, al clasficar las epocas, ha parte de este notable tabajo, Teurnokiot stab ne e-tiens set ka acscubiern his car confab, fare Répreaneain lela atempora yd rida de sept [it meno, Sa GUTATEMEE DE QUIN Leanne Cy ae tae none Wentever les mouineits dale, Pari, 1796, pare fon de 1830, En dicho texto, por ly detass porspicar (ests ciencia [de ha Ge londatee woe temas teen tane qe a aee| scuba ape Ge acer ‘Come habia podido exc anres Frjysto con los primecos annicuarins ("na anonima de a anterior: priicn cetostilo de orden drico hab sido munca avalizado, pads habia Caylos, de quien reconace, no obstante, es mértos, 1 +4 TOURNIKIOTIS, Panayor rm en corn 78. LAFONT DE SAINT YENNE, *Rellesions sur quelques set de la peinture en France”, Mercare, 1747, Sewun Andee Fontaine, que i coherenci, arden ¥ nahn Innogen 2 fompuest"), ric Insogen 3, de San Gallo inspirada en la reves transforma en janice y tas else fae un edi el pinticn déico — Imagen 5, de Spon, 1678: amalgama dérica de ls versiones 2 y 3, aungu e Spon ha visto el Parton; imagen que sera reproduelda hasta meaiador del Etonga un papel inaugoral an canta exagerado a sate arrcal, “FT sutitute ‘ialo XVbI en la mayoria de las obras solve antusiedades, tlogio tradicional de las revistas por una apreciastom que trataba de se imparcial™ en Doctyines de art en Fy 1908, reimpresion: Slatkin Partenin sobre planos topogritiens abstr Genova, 1389, ico} de los capuchinos (hacia 165. 76 Lotnres de Cyl Pasian, nn 77. Haba estadhado pintura en oa sre-lean Maiere cealiv ls grabdos de todo cl Perse Crovat, ai como de parte del de Luis XY. Je Antoine Wattesa, gedbasa com ide 1 Vista de Arenas del padre Bebien, publicada pox Spon en 1674; ef Pate fe una mczquita ela cumbre de [a cluaela shiner ded fw. Levantamiento cietiticn de los planus de ta Acropolis y del Partendin por el ngeniero J. Milhan Verne ta l sito de Atenas, en 1687. Pablicads tn 78. Vase en ee sentido ln experiencia de Norden, Drags of some Ru 1707 y roproducida hasta el silo XU Colossal Statues at Thebes ir Fert, Rosal Society, Londzes 41 y la obea postuma de al exteactada, Vonage gute of de Nubie, Copenague, 1785 Ena por Christin VI de Dinamacea (737) Ealpuo para eselaccer qué part de levenda alba on as ropesentaciesexstemes de los momumentis ee Frederic Ide Nord tue a st repress evantanvents y dibujes et so, fl comme usted len vets. era Nokon estab grabado en Holaday hyena papel gcse apeceis cai ss ingen amparakts cnt Ls de Pcoxke, Qh Quincy tsa» Ins dow sures part su ohn sobeearguntectns spe uo 11758, fase. Levantamiento completo in stu por Start y Re 1753), separadamente, por Daniel Le Roy, ary = Imagén 1 larquesipica), publcada por Le Roy, 1 sen Djarquepieal, publcada por Stuart y Revere en 1789: presentada sm covrgiendy anteriores epresencactones erzneas imagen de un acta 79 No obstanc enol neve prefact dos Memuments, Mamiaicon ota : | de considerarse entre low hechos historicos”, Pero Tourmiioki es, que yo sepa, el primero en haber transtormade el juicio de val que otorgabeu upesiordad Genie fs images de Sar $ Rev can se a las e Le Roy bes diferente "0 Vease LECLANT, Jean, fat mod Pan regard (1787-1826 ct obvervacion std influenciada por mpresiones extcenas. Esto se evider deseubrien que separa alas estat columns de ls portals Mario Giofirado, ol inventor de sit los eemplos én estilo dorico rena el Sit (bi, laminas Vill, LX, NV). Observacion regisrada tne en ol MOMIGLIANO, Alfredo, “La contribution de Gibbun 3 la méthode tone Ide Lt smut ubra a propésio del Lamas dela tapieria de Bayeux igue’, en Problemes d Pastriographie ative ct mnderne, Gali i." ese, Fa TX), de [a gue pubhs suces vamente des versiones, Ni ars, 1983. 9 tamven Sta, nota 5 iva nada eel gusty de la pineura de ee temps gusto muy 1 ieee ttm aaa El tmp ds oc att, Momento 82 sir de prin faery ‘ tsp gay er a on opie ot Can te Cae at ne St nae ca abe lt eae a ie er Gea re ool wt eee adenine pacer terete Neary tea Sen Pe ee en eet ds ple Set le desea ar noe mie a Aes es ar ah cs i ere ROUEN ponct eee acetate ben aN enone NCE pen mactants Meets ea Pr ee te a ee ag se of cyl ha Cane il pa be ae shee screener ta He Ges a tee ae Ge wen’s Magazin sritectwral An ies, Part 1, E. St Liaise pleas fait cia cir scares yet se i eee Pe ee ee ae tt Rare ere FAWCET, Jane, op. cit, 82 Hoi, come 1, 12 par ; 55 TIRGiRGAL, 1958; Hemctodi 178, Sakis, aad Deahaas, 1751. Aste en ig WL apy mari ie a ; Slee eee eo caren en A Som pox arn rm acl a sons ae re Spe eetio nn, 8p enn er Be Bar dataptne eeon eel ce ale Sacer ee ao al P calha fated tenth ns Seema re gr oreo ad ae sical crests Peel et ie ech tat lene Jha gor dc penn Ver pos era pee aac toca peciom it Feat SPEARS ob wei oc recur amar cas deena’ econ beri aie yea ort Sopa nen ieeerass ie al eee male Sat Wn Clea pon er Ale cease at cer ae Ua a at erie es serene me RT aN ine stir sce Baie pa rl Desi ¥ ahem ic Soot ts 2 SI i Reis been So A recto igi ie sia acete aaren Ba lbrder ier rate seek ancigiesad sarod Pevsner, ner aut aleanto un Ep nc gh so sh Ms by UM sl a oe Sea Seats Fath de ane Re ra ete ae ree Pa Sams htt treet ec as 86 Giovanni Piranesi acttia con igual virtuosismo en los doy reaistros de [a me neat A ruinas o amenazads de sufrir la rmsma suerte |restauraciones Sr ed ca ete eee mat Gf Repetto ders eerie isi gah Sem tt Ae Rt Meare il Cae ne a cntsathome 3 GOS Pp Mera cee wei Pees Me Sana Sa Ra Bsa hie be Ree ampere aon _fionn teat nue Se i ead SEE eee cretin et opkotr i ea pee N)- Acquitecto de Avitin: nacido en 1640 (sobrino de Merre Mignard fl Romano), umd ae los ochur membros fundadores de fa Academie de Architeture {167 SS 3 LA REVOLUCION FRANCESA Iglesias incendiadas, estacuas voleadas o decapitadas, castillos sa- queados... dest abad Grégoire promuncia el téemino “vanda- femo", la importancia de las destrucciones revolucionarias! no igratico ha sa ser reiterada y la historiografia de su enfoque histor sido establecida con detalle La labor de protecciin del patimonio francés realizada por |: revolucidn, por el contrario, todavia ¢s generalmente poco conocida, oficiales de la época' por Fréde Y, sin embargo, esta obra li de los archivos y de los document rie Ricker, quien ve en ella Les origines de la conservation de mort En efecto, la invencidin de la conservacion del mo sents bis hhumento historica, con sus dispositives juridicos y téenicos, que se suele atribuir a la Monarquia de Julio, fue anticipada en realidad por Jas instancias revalucionarias, cuyo conjunto de ma y en el fondo, ef enfoque y los procedi Merimée y la primera Commis mientos que Ludovic Vitet, Prospe sion des Monuments Historiques estableceran en 1830. > recopilacién de Rucker concierne al conjunto de documentos Js objetivos de eonservacion y de protezcion de los mo- 1790 y 1795, Este conjunto, referentes. mumentos histéricos publicados entre mente siruado por Rucker en el mbito de la tradicién pre-revoluc naria de la filosofia ilustrada, Este punto de vista conrinursta le imp de, sin embargo, subrayar suficientzmente la discontinuidad esenci STS 1 maitana, la conservacidn iconogedtica abstracta de los anticua limina grabada son borradas por la materialidad propia de los abje acién. El 1 de diciembre de dle esta im lista Aubin-Louis Millin —que parece haber sido el inventor del ico” — presenta ance lt Asamblea Nacional Constituyente el primer volumen de sus Antiquités nationales ou r reil de momwnents. “El traspaso de los bienes eelesiisticos a los di ninios nacionales, fa venta peonta y facil de esos dominios va a pro curar a la nacién recursos que —bajo la influencia de la hibertad— la rranstormanin mas feliz y en La mas floreciente del universos no se puede dejar de admisir que esta venta precipitada sea, en este momento, muy funesta para las artes y las cieneias al destruir bras de g ar Jal, Y existe una gran cant nio y monumentos histéricos que seria interesante conser ad de objetos interesantes pata las portadh jque pronto serin inev Y continda: “son sic) apartar de la guadafa destructora del tiempo |... Representare: 308 valiosns monumentos los que proyectamos mos aquello que constituye los diversos monumentos nacionales, tales como los antiguus castillas, las abadias, los monast im, todos los que pueden relatar los grandes suicesos de nuestra his: El proyecto de Millin sigue siendo el de un anticuario. Sw prapés sito es el de salvar por la imagen y ofrecer ka descripeiin de los obje tos destinadas a Ji destrucen.’ Esta representacién ¢s necesaria ro también se la considera suficiente para cumplit su funcién his roriografica ahora que, dejando de ser un dominio reservade hasta tentonces solo a los eruditos, “la historia se ha convertido en uno de los princips cestudios de los verdaderos ciudadanos™. Esta dimen: gue Millin evaliia, reductoramente, la precoz contribucidn de los ingleses, quie nes “desde la destruccion del clero y del momaquismo en su isha [.-] han publicado obras importantes sobre este 1 des crito euidadosamence toxlas sus antigiedades civiles, militares y ecle Millin per manece cautivo de una mentalidad que, por lo demas, —— | risicos designados por lay sucesivas asambleas y sus comités se en trario, en el contacto direct» von contraran involucrados, por el co ucir, sin preparacion alu Tas asperezas de la realidad y deberan con: ra, un combate inédita y multitorm > en el tiempo es ef proceso de de dos procesos distintos. El prim traspaso de los bienes del clero, de la corona y de los emigeados a la nnacién, El segundo es el de a destrucciim por motivos ideologicos que, a partir de 1792 y particularmente durante las etapas del Tecror y del Gobierno de Salvacién Publica, atecta a una parte de estos bien: es. Proceso de destruecion que suscita una reaccidn de detensa inme ata comparable a la provocada por el vandalismo de los reforma- los en Inglaterra. Sin embargo, ena Francia de Ja Revolucién, esta accidn adquiere una amplitul y una si de na eva politica. No se trata solamente de conservar las iglesias me jcaciéin distint dievales, sino la totalidad del patrimonio nacional en toda su riqueza y diversidad. La dlasifi in del patrimonio Uno de los primeras actos revolucianarios de la Asamblea Constitu: yente, el 2 de octubre de 1789, fue el poner los bienes eclesiasticos “a idamente con los Jisposiciin de la nacidin”. Lo mismo ocurre se bienes de los emigeados' y luego con los de la corona. Esta fabulosa transferencia de propiedades y su rural cambio de destino carecian de precedentes, y plantearon problemas tambien sin precedentes Ely: zado al pueblo es, en primer lugar, de tipo econdmico. Para desig ponsables adoptan inmedia- tamente la metaitora de Ia herencia, Sus términos claves son: lor del tesoro asi sucesion, patrimonio yc forman el status de las anrigitedades nacionales, AI see integradas en los bicmes patrimoniales por efecto de La nacionalizacion, las antigiiedades pa san a transformarse en valores de intercambio, en posesiones mate riales que hay que peeservar y mamener para evitar el riesgo de una pérdida financiera, Siuaci6n en la que dejan de depender de la com seryacion iconograica Esta nocidn de patrimonia prewnta el trascender las harreras del tiempo y del gusto, En la categoria de los bienes inmuebles, la nocion agrupa a las antiguedades nacionales, las gico poder de permitie anas ¥; sobre todo, la herencia arquitecténiea moderna o incluso la que se have en ese momento. Armand-Guy Ker ae al recuerdo como pertenecientes a la memoria de toda Fran. cia [..] la Biblioreea Nacional, el Jardin d Observatorio, la Moneda, el soberbio. las Plantas. los Lnvalidos, el ci donde la nacign alana a sus reyes, las aeademias y la universidad”.!" La Iglesia de Santa Geno veva o Ia ineonelusa de la Madelaine, aunque mis tardias, atraen la misma solicitud. Si las antigiedades pasan a transformarse en rique ‘quitectonticas recientes pasan a adkguirin, por su parte, las significaciones historicas y afeetivas propias de nacionales. El concep des de patrimonio induce asi una homogeneidad tuacion que va a reproducitse —aungue s gn un proceso diferente— despues de la IT Guerra Mundial, cuando las arquitecturas de los siglos XIX y xx pasen a ser progresivamente in: radas en la categoria de las monumentos historicos. Como veremos mas adelante, los comités revolucionarios van a cuestionar algunos elementos de esta herencia. Sin embargo, y en lo inmediato, adopran un conjunto de medidas que, tanto en el plana ju ridico como en la prictica, confirman la aplicar “| wetifora de la heren principios de oréen que tendrian unos herederos razoma bles al tomar posesion de una herencia que les legaria un mobiliario inmenso pero disperso en numerosos castillos”." Herencia cuya posesion exigid la elaboracién de métodos que Permitieran establecer su inventario y definie las reglas de su ges. ton, La comision llamada “des Monuments” se er nes. a propuesta del cor 2 para tales fi de de Mirabeau y de Charles-Maurice de Lalleyrand. Como primera tarea, esta comision debe clasificar las diferentes caregorias de bienes heredados por la nacisn.!” Luego, cada categoria tiene que ser inventariada y el estada de los bienes que la componen debe quedar establecido (deereto del 13 de vctw- bre de 1790)."" Finalmente—y sobre todo— antes de adoptar cual auier decision sobre su furura destino, los bienes se proteger saciindolos provisionalmente de circulacion y reuniéndolos en al macenes vigilados », mas purticularmente en e] caso de editicios, La vigilancia y el control no se efectian sin dificultades prieti cas, Pero el problema de fondo queda planteado por la necesidad de decidir —con urgencia y con miras al interés colective— sobre el des tino de las heterogéncos objetos transfocmados en patrimanio de la naci6n, La soluci6n facil consiste en venderlos a los particulares, re (ee cceeereren etl 88 Alegoria el patrimonion ji 89 La revolucion lérmica, Las oteas soluciones requieren determina s nacionales a sus nuevos usuarios y descubnifles nue los nuevos bier vas funciones. Segin un distingo tedavia presente em la base de lt le jslacion francesa sobre los monurentos histiricos, este patrimonic etd reparrido en dos categorias: muebles ¢ inmuebles, que solicitan dos diferentes tipos de tratamiente Los primeros,'* en efecto, seran transferidos desde sus almacenes provisionales al almacén definitive abierto al publico, consagrandose asi el reciente término de Musewot » museo."* Museo cuya funcion es servir a [a instruccidn de la nacién. Al reunir obras de arte y tambicn —conforme al espirita encielopédiso— objeros de las artes aplicadas y maquinaria, los museos enseharan cl civismo, la historia ¥ los oft 1 concehida a la escala de la na don. Desde 1790, Louis Geor el gran proyecto europea de Napoleén, estas grandes ambiciones. Fracasa igualmente la decision —aprobada Sin embargo el 6 de abril de 1791-— de erear un museo de lapidas en ' Beéquigny —presiclente de la com: Saint-Denis, en el que se reuni fo pinturas que hayan pertenecido cca excepcion es Paris, Durante la revolucion, el Lonvre constituye el los reyes y a sus familias”, La uni ugar simbsilico al que se envia y donde se retine la mayor parte de las riquezas artisticas, La historia de su apertura —o, mis bien, de sus aperturas— ilustra la serie de conflictos doctrinales e ideoloa) como las dificultades téenicas y financieras, can las que entonces cho a el proyecto museal.! Fn cuanto al Musée de Monuments Franeais de Mlexandre Le leyenda —todavia noir, hay que reducir a sus justas proporciones persistemte—, gue le atarga un valor de anticipacién."* Su origen fue el almacén creado en 1790 por el pintor Gabriel-Francois Doy propuesta del Comité de Aifaires Ecclésiastiques, en el edificiv: donde se encontraba el anterior convento de los Petits-Agustins, y donde se ian a reunir ahora las obras de arte de las casas de religiosos”. alumno Lenoir quedé como su zuarda general” el 3 de junio de 1791.0 FLS de abril de 1796, Lencir abre al pablice la eoleccion rew 90 Alegoria del patrivnonio ida y organizada segiin sus propios esfuerzos, y se transforma en conservador oficial de lo que, « partir de entonces, se Hamara Musée de Monuments Francais.” Estaba compuesto por una formidable acumulacion de fragmentos de arquitectura y de esculrura “arranca fos de las manos de la destruccién rc iniciativa de Leno parte de esos fragmentos hab. 1 sido trasladados a los Petits-Agus tins: en algunas ocastones provenian de editicios daitados por los re Volucionarios y en otras habian sido extraidos y deymontados preven: fivamente de monuments que permanecian itactos —como los castillos de Ecouen y de Anet—, Durante e Terror, muchos fragmen: tos fueron enviados ditecramente al almacen de Lenoir por los com tes revolucionarios que, frecuentemente, volvian a solicitarlos des putes pensando en otros destinos Dos documentos nos instrayen sobre el contenido y sobre la for 1 four fentos” expuestos, precisando su ori igen pero no la época, la forma ni la funcion, El catélogo 0 Notice historique des W des arts réunis au Depot National des Mo mma de presentaci6n de las salas del mu al de Lenoir pre Je revela, por si anizado. Toialmente comprometido con los valores cli- sicos, Lenoir ignora c¢ bouitt fue org npletamente el resto del arte francés. Preocu: pado, no obstante, por la pedagogia civica y la educacion historiea de Jos ciudadanos, L dera una cronoloy ‘oir ordena los fragmentos siguiendo lo que consi a probable, Tambien “se ha procurado —siempre {que ha sido posible— reunir [..] todo lo que puede dar una idea so- bre las antiguas costumbres, ya ya sea militares, s rados. Los monumentos asi reunidos de then contemplarse solo como modelos ve las jue perteneeen y eonforme al Jugar ocupado por aquellos que estan civiles, de hombres y de mui Fidos seatin las épocas a resentanido”.2! Esto hasté para que —casi un siglo mas rarde- Louis Courajon! afiemare en su bio de su profunda ignorancia, estaba dorado en grado sumo de un esp ritu cientifico’ Animado, en realidad, por un deseo de presurvacién del patrimo- fio nacional que aw respaldaban ningun conocimiento historico ni principio selectivo alguno, Lenoir oponia a la “orgia de destruccién’ Tevolucionaria una verdadera “orgia de conservacion", alimen por los asombrasos m ello es injusto considerar calumnia de la ideologia reaccionaria el icio de Quatremére de Quiney y de Louis-Pierre Deseine sobre “esc La revolucton frat say rerio de las artes donde tamat anque In reatizacion de L ir cone del valor de inpovte atrgue eveld — Po edad musea El papel de conservador de calesione a mi y la mirada del an sido esta lov eriterios de eleccidn de las obras aun ne elaborads Pah ‘ias, castillos, residencias Los bienes inmuebles conve ban orros problemas, & ¢ planteabam otros P Tos almacenes. Des menos preparadas que en el case de¢ los alma smiento, las cornisiones carectan de in Is an perdido su destino original parable a la actual Peracion no tendria mas éxito que la rransformacion BT eatla neocldsico de fa iglesia de Sanca Genoveva —concocdants on Tos ideales de la revolucion— le vale para pantedn frances”. Kersaint Propondria, infructaosamente, planos derallidos para PO cline en sede de [a Asamblea Nacional req como , esias que a menudo habi puesta de Quatremere de Quiney, er i» anstor: uusadas Como muscos.” Pero las eatediales y las ig © f sore ido su cubjetta, fueron convertidas wis blen en depositos Cs auniciones, de salire o de sal, eventwalmente en mercadosy F OO LLCO >

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