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EL DIARIO DE LA CRCEL
La obra se abre as:
El cuerpo est en la crcel
y el nimo se evade.
Y mientras ms se eleve el corazn
ms tendr que templarse.
Luego, en Primera pgina del Diario, el autor explica
modestamente el porqu de esos versos:
A m nunca me ha dado por ponerme a hacer versos.
Pero aqu, en esta crcel, "en qu voy a ocuparme?
Componiendo poemas, matar da tras da
y esperar, cantando, el de la libertad.
Ya en la crcel de Tsing-si, recuerda el pasado, Las
aventuras del camino:
Despus de haber salvado tantos pramos,
quin hubiera pensado tropezar en el llano?
All arriba, vi el tigre y nada me pas.
Aqu abajo hall al hombre y me encuentro en la crcel.
Y as
perd una muela,
se me encaneci el pelo.
Demonio flaco y negro, torturado
y hambreado,
voy cubierto de sarna.
Afortunadamente
paciente y testarudo,
no he cedido pulgada.
Me asalta el sufrimiento,
mi moral est firme.
i
Paris.