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1. El santuario celestial fue el modelo, ³tabuit´, del terrenal.

a. A Moisés se le ordenó ³hazlos conforme al modelo (tabnit) que te ha sido


mostrado en el monte´ (Ex. 25:40).

El santuario terrenal fue construido siguiendo un modelo, patrón, diseño


(tabuit), que fue mostrado a Moisés sobre el monte. En el Antiguo Testamento
tabnit se refiere a un modelo para un edificio (2 Rey. 16:10; 1 Crón. 28:11-19). Es
una imagen o figura de algo, una réplica (Jos. 22:28). Generalmente describe un
objeto tridimensional, presuponiendo siempre un original, del cual es una copia.

Dios mora en el cielo (Sal. 11:4; Ecl. 5:2). Esta morada celestial de Dios fue
mostrada a Moisés y sirvió de modelo al santuario que él construyó en el desierto
de Sinaí.

b. Se usan diferentes expresiones para hablar de la morada de Dios en el


cielo: ³Santo templo (Miq. 1:2); ³templo´ (2 Sam. 22:7); ³santuario´ (Sal.
60:6), ³morada´ (Is. 18:4); ³casa´ (Sal. 5:7).

2. Dios, siendo omnipresente, llena cielo y tierra.

a. ³Él desciende a la tierra para observar la conducta del hombre. En Gén.


11:5, 7 se dice, ³descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que
edificaban´, y en 18:21 Dios es presentado diciendo, ³descenderé« y veré´,
y el relato nos lo muestra caminando sobre la tierra con Abraham.

El también desciende sobre su santuario, tanto el tabernáculo como el


templo de Salomón cuando fueron dedicados (Lev. 9:23, 24; 2 Crón. 7:1-3).
Realmente él llena todo con su presencia. Pregunta, ³¿No llevo yo, dice
Jehová, el cielo y la tierra?´ (Jer. 23:24). El sueño de Jacob (Gén. 28:12-
17) nos muestra que ambos están unidos por Cristo. No debemos perder
de vista que Ezequiel nos presenta al trono de Dios desplazándose desde el
templo celestial, el norte, al terrenal, para juzgar. (1:4-28).

b. En un acto de su gracia, Dios levantó su ³tienda´ junto al hombre, uniendo


así el cielo y la tierra. Este vínculo puede ser destruido por la violación del
pacto, entonces el santuario terrenal deja de ser ³mi casa´, o ³la casa de mi
Padre´, para llegar a ser ³vuestra casa´, que es dejada desierta´ (Mat.
23:38), ya que Dios se retira de ella (Ezeq. 10:19; 11:23). Esto sucedió el
587, cuando Babilonia destruyó, no la casa de Dios, sino la del pueblo de
Israel, ya que ella había dejado de ser casa de Dios, porque Israel violó el
pacto, y dejó de ser pueblo de Dios. Debemos recordar que el valor del
templo no estuvo, ni está, en el templo, sino en la presencia de Dios en él.
c. El que se retiró en Ez. 10:19; 11:23, regresó en su encarnación cuando
como Verbo Encarnado ³habitó entre nosotros´. (Juan 1:14). Pero nueva y
definitivamente se retiró de ³su casa el año 31, (Mat. 21:38, 43; 23:38; Juan
19:14; 15) y el año 70 d. C. ella fue definitivamente destruida. Israel
reverenciando lo material perdió lo espiritual. Nuevamente Dios se retira de
la que había sido su casa, y como en los tiempos del Antiguo Testamento
(Ez. 11:23) lo hace desde el ³monte que está al oriente de la ciudad´ el
monte de los Olivos.

d. La destrucción del templo terrenal, el año 70, ayudó a los cristianos a


concentrar su atención en el templo, ³no levantado por manos´, sino en el
levantado ³por el Señor´, el celestial, en Sión la Celestial.

3. La contaminación del Santuario Celestial.

a. Una pregunta fundamental es la siguiente: ¿los acontecimientos sobre la


tierra pueden contaminar lo celestial? ¿hay en el cielo algo que necesita ser
purificado? Por extraño que pueda parecer, la Biblia contesta positivamente
ambos interrogantes, ella afirma que la maldad humana sube ³delante de él´
(Jonás 1:2) y que los delitos cometidos en la tierra han crecido hasta el
cielo. (Esd. 9:6). Y en cuanto a la segunda pregunta, Hebreos 9:23 nos da
la respuesta al decir: ³Fue pues necesario que las figuras de las cosas
celestiales fuesen purificados así; pero las cosas celestiales con mejores
sacrificios que los terrenales.

b. Los pecados que suben delante de Dios quedan registrados en el cielo.


Aún antes que hubiese santuario la solución final del problema del pecado
fue proyectado a la esfera divina, ya que Dios dice a Moisés ³al que pecare
contra mí, a este raeré yo de mi libro que he escrito´ (Ex. 32:33).

c. Los registros genealógicos del santuario terrenal señalan a registros


llevados en el santuario celestial, y si los del santuario terrenal eran
cuidadosamente llevados y conservados (Neh. 7:63-65) ¡cuánto más los
registros divinos! Por el bautismo un registro es llevado en la tierra y en el
cielo. Dice Jesús, en Mat. 16:19, ³todo lo que atares en la tierra será atado
en los cielos, y todo lo que destares en la tierra será desatado en los cielos´
(Ver 18:18). Y aunque se pierdan los registros humanos, los celestiales
serán preservados. San Pablo, en Hebreos 12:23, nos habla de ³la
congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos´.

d. En la Biblia se nos menciona por nombre dos de los libros celestiales: el de


la vida, que es el más mencionado, (Ver Fil: 4:3; Apoc. 20:12; 15), y el libro
de memoria (Mal. 3:16). La existencia de otros es sugerida.

4. La relación entre el santuario terrenal y el celestial.


a. En Éxodo 25:40 se llama al Santuario Celestial, ³tabnit´, ³molde´, que sirvió
de modelo a Moisés para la construcción del tabernáculo en el desierto. El
santuario celestial es llamado en Hebreos ³el verdadero´ (Heb. 8:2) ³el más
amplio y más perfecto«, no hecho de manos,« no de esta creación´ (Heb.
9:11).

b. El santuario terrenal es llamado en Hebreos ³figura (Hupodeigma) y sombra


(skía) de las cosas celestiales´ (Heb. 8:5) es ³el hecho de mano, figura del
verdadero´ (Heb. 9:24). Es claro que no puede ser sombra de una sombra.
Y si la sombra, el santuario terrenal, tenía una existencia real, e
indudablemente la tenía en le tiempo y en el espacio, ¡cuánto más
existencia real debe tener el que sirvió de modelo!

5. El santuario celestial en la Biblia

A. En el Antiguo Testamento.

a. Comenzando por Éxodo 25:9, 40, se señala que el santuario terrenal fue
hecho siguiendo un ³tabnit´ (molde, símil, imagen, figura, forma) presentado
por Dios a Moisés (Ex. 26:30; 27:8; Núm. 8:4). Cuando David encargó a
Salomón construir el majestuoso templo, le entrega planos de todo lo ³que
tenía en mente´ (2 Crón. 28: 11, 12) indicando en el Vs. 19 ³Todas estas
cosas« me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender
todas las obras del diseño´ (Vs. 19). En otras palabras: es evidente que un
santuario celestial, no hecho por manos humanas, sirvió de modelo para el
tabernáculo del desierto y el templo de Salomón. E. G. de White lo presenta
de la siguiente manera. ³Dios mismo le dio a Moisés el plano con
instrucciones detalladas acerca del tamaño y forma, así como de los
materiales que debían emplearse« Los dos lugares santos, hechos a
mano, había de ser figuras del verdadero, ³figuras de las cosas celestiales´
(Heb. 9:24, 23) es decir, una representación en miniatura del templo
celestial´. P.P., pág. 356. Y en el libro Historia de la Redención, p. 154
añade: ³No se permitió que ni Moisés ni sus obreros planificaran ni la forma
ni los métodos de la construcción del edificio. Dios mismo trazó el plano y
se lo dio a Moisés con indicaciones definidas en cuanto a su tamaño y sus
formas y el material que debía emplearse« Le presentó un patrón en
miniatura del Santuario celestial, y le ordenó que hiciese todo de acuerdo al
modelo´. Y en la página 395 añade: ³El santuario que está en el cielo, en el
cual oficia Jesús a nuestro favor, es el gran original, del cual el santuario
construido por Moisés es una copia´.

b. No debiéramos especular en cuanto a la relación entre los dos. Esa


relación no debe ser definida en términos de su tamaño o los materiales
usados en su construcción, sino más bien en el concepto arquitectónico de
su estructura. La estructura con dos compartimientos del santuario terrenal
apunta, no solamente a un santuario celestial con dos compartimientos, sino
también a dos fases del ministerio de Cristo en ellos.
PP. 371. ³Ningún edificio terrenal podría representar la riqueza y gloria del
templo celestial, la morada del Rey de Reyes, donde millares le sirven, y
millones de millones están delante de Él´.

El templo de Salomón era más grande y hermoso que el tabernáculo, y en


muchos aspectos diferente, sin embargo estuvo edificado de acuerdo al
mismo modelo.

c. El santuario en Salmos

El libro de Salmos presenta al santuario con diferentes nombres, como


³casa´ (Sal. 5:7); templo (5:7), santo templo (11:4); santuario (60:6). Pero,
no importa el nombre que use, es evidente que para el Salmista el santuario
tiene un gran significado, un alto valor. Es allí que él busca misericordia de
Jehová (5:7), es desde su santo templo que los ojos de Dios ven y
examinan a los seres humanos (11:4). Allí se puede ver el poder y la gloria
de Dios (63:2). Solo entrando en el santuario de Dios es posible
comprender lo incomprensible, ³la prosperidad´ de los impíos aquí y ahora
(73:1-17). Y esto porque: ³Vieron tus caminos, oh Dios, los caminos de mi
Dios, de mi Rey, en el santuario (68:24); de allí viene la ayuda, tan
necesaria, del Señor (20:2). Es por ellos que él dice: ¡Cuán amables son
tus moradas«! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de
Jehová´ (84:1, 2).

d. El santuario en los libros proféticos.

También en esta sección de la Escritura el santuario celestial ocupa un


lugar destacado. No siempre es posible diferenciar claramente si el tema es
el santuario celestial o el terrenal. Jonás, cuando huyendo de Dios percibió
que esto era imposible, desde el lugar más improbable, tuvo la seguridad
que, ³mi oración llegó hasta ti en tu santo templo´ (Jon. 2:7). Isaías, en un
momento de crisis nacional, y vivencial, dice, ³Vi yo al Señor´, y esto en su
templo, rodeado de las huestes celestiales (Is. 1:1-6), y Habacuc, viendo la
amenaza de Babilonia surgiendo en el horizonte de Judá, y percibiendo que
la causa de ello es la deteriorización moral y la apostasía de su pueblo,
clama cinco veces, ¡Ay! Cobra ánimo con la seguridad que, a pesar de todo
ello, ³Jehová está en su santo templo´ (Hab. 2:20). Daniel vaticina la
dedicación del santuario celestial, el inicio del ministerio de Cristo en él
(Dan. 9:24) y la venida del día cuando este santuario sería purificado (Dan.
8:13, 14).

B. El santuario celestial en el Nuevo Testamento.

Dos libros del Nuevo Testamento dedican mucho espacio al santuario


celestial, Apocalipsis y hebreos.
1. Cada una de las visiones del Apocalipsis comienza con una escena
introductoria acerca del santuario, que es llamado templo (Naós), 14 veces, y
tabernáculo (skené), tres veces. De este santuario el libro destaca varios
aspecto sobresalientes:

a. Está en el cielo y es diferente a él. Esto es presentado varias veces,


comenzando por 11:19 ³y el templo de Dios fue abierto en el cielo´, esta
expresión es repetida en 14:17; 15:5 y 16:17.

Notemos que dice ³fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo´ (15:5).
Hay en el cielo un espacio, lugar, que es el templo. Esto contradice a los que
afirman que el cielo es el templo.

b. Este templo que está en el cielo, tiene un lugar santísimo, que contiene el
arca del pacto: ³Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su
pacto se veía en el templo´ (11:19). En ese lugar, el santísimo, está el arca
con la Shekinah, ³la gloria de Dios´ (15:8), y el trono de Dios (7:15; 16:17).

c. El templo de Dios que está en el cielo también tiene un lugar santo, ya que
de él se mencionan específicamente dos de sus implementos:

 La lámpara o candelabro, que es mencionado más de una vez, en 1:12 y


20 y en 4:5.
 El altar de incienso, que estuvo ante el velo del lugar santísimo. (8:3, 5).
 No se menciona la mesa de los panes de la proposición, ¿lo es el trono?

d. No es mencionado el altar de sacrificios como estando en el cielo, sino


como sobre la tierra. A los pies del altar se derramaba la sangre de las
víctimas sacrificiales y en Ap. 6:9 aparece sobre la tierra (el atrio) el altar,
desde debajo del cual las almas de los mártires claman a Dios por justicia.
Cristo, el Cordero de Dios, fue sacrificado aquí, sobre la tierra.

2. En el santuario celestial se concentran las actividades divinas a favor de la


humanidad. Allí se está decidiendo el destino de cada persona que ha vivido
sobre el planeta tierra. Apocalipsis 4 y 5 muestran la dedicación de ese
santuario y los capítulos 15 y 16 muestran el desarrollo de los últimos eventos.
15:8 presenta la culminación del tiempo de gracia, cuando termine la mediación
de nuestro Sumo Sacerdote Celestial en él.

2. El santuario celestial en el libro de Hebreos.

a. El libro es una comparación entre el santuario terrenal, su ministerio


humano, con sus múltiples sacrificios de animales y el santuario celestial, su
ministerio divino-humano y su único sacrificio, que toma innecesario todo
otro sacrificio.
b. Su argumento es doble.

1. Si es que hay, y lo hay, un sumo sacerdocio celestial, también debe haber un


santuario celestial, en el cual éste sumo sacerdote pueda ejercer su oficio.

 El sumo sacerdote terrenal tiene un santuario en el cual ejerce. Por


ende también el celestial debe tenerlo.

2. Si es que hay un santuario celestial, y lo hay, también debe haber un ministerio


sacerdotal celestial. No es concebible un santuario sin un sacerdocio que
oficina en él.

 El santuario terreno tuvo su ministerio sacerdotal, el celestial también debe


tenerlo.

c. El Santuario celestial es el verdadero Hebreos lo llama ³atethinos´


(verdadero) (Heb. 8:2; 9:24), real en oposición a lo aparente. El terrenal es
llamado hupodeigma (figura) y skía (sombra) del original celestial (18:5). De
Cristo como nuestro sumo sacerdote, se nos dice que él ³no entró en el
santuario hecho de mano, figura del verdadero´ (9:24).

F.F. Bruce. En su libro Hebrews, p. 165, dice: ³El sumo sacerdote de la línea
de Aarón, ministraba en el santuario terrenal. Jesús ejerce su ministerio
sumosacerdotal en el santuario celestial, del cual el terrenal es solo una
réplica´.

d. Mientras que ³el primer tabernáculo (protéskené) (el terreno) estuviese en


pie´ (tuviese vigencia) no habría camino abierto al santuario celestial
(tonhagíon), que es el más amplio y perfecto tabernáculo, no hecho de
manos«, no de esta creación´ (Heb. 9:8, 11).

El camino se abrió cuando, a la muerte de Cristo, se rasgó el velo del


templo (Mat. 27:51). Con ello Dios indicó que el sistema celestial entró en
vigencia.

e. Esta relación entre los dos sistemas nos indica que había ciertas
correspondencias entre ambos:

1. Una correspondencia funcional. En el santuario celestial Dios se encuentra


con sus criaturas celestiales, que allí le adoran, y allí él revela a ellos su
voluntad. Desde allí él interactúa con su pueblo en la tierra oyendo sus
oraciones, de allí desciende para auxiliarlos en sus necesidades. (Sal. 18:6,
14 ± 19; 20:2, 6). De allí también él confiere perdón a los suyos (1 Rey.
8:30, 34, 49, 50) y les enseña el camino correcto (Vs. 36).
2. También existe alguna correspondencia estructural, que no se debe definir
en cuanto a tamaño o a materiales empleados en la construcción del
santuario terrenal, sino en el concepto arquitectónico de la estructura.

La estructura de dos departamentos del santuario terrenal, no solo señala a


una estructura de dos departamentos en el santuario celestial, sino que
también señala a un ministerio de dos fases de Cristo en estos dos
departamentos.

Una aplicación coherente de la tipología toma estas dos conclusiones, no


solo lógicas, sino también necesarias.

c. El santuario celestial, ¿es literal o espiritual?

Hay dos escuelas de interpretación en relación al tema:

1. La escuela simbólica alega que la expresión santuario celestial es una


metáfora para el universo. Pablo, en Hebreos 9:1, cuando habla de
santuario terrenal (³habíon kósmikon´) estaría señalando en esta dirección.

Ya Filón de Alejandría, erudito judío del siglo I d. C. perteneció a esta


Escuela de interpretación. Orígenes, dos siglos después, con su
alegorización, influyó mucho en la popularización de este concepto.

De acuerdo a esta Escuela no hay en el cielo un sacerdocio real de Cristo,


con un santuario real. Lo que pareciera indicar en esta dirección debe ser
tomado simbólica, figuradamente, ser espiritualizado. La conclusión a todo
esto es que la purificación del santuario, en Daniel 8:13, 14, también debe
ser tomado como algo simbólico, sin realidad en el tiempo o el espacio.

2. La escuela realista, por el otro lado, alega que, así como el santuario
terrenal, figura y sombra del celestial, era real y tenía un sacerdocio real, el
santuario celestial, el verdadero, debe ser real, y en él Cristo está
desempeñando un ministerio real a favor de los que lo aceptan.

Como evidencia de ellos se presentan cuatro argumentos, tres bíblicos y


uno basado en la lógica:

 La Biblia presenta a Cristo entrando a un lugar en el cielo, para en él


realizar un ministerio. En Hebreos 6:19, 20 se dice: ³dentro del velo,
donde Jesús entró por nosotros´, y en Hebreos 9:11, 12, 24 el autor del
libro añade, ³Cristo« entró una vez para siempre en el lugar santísimo
(tahagía, santuario)« no entró Cristo en el santuario hecho de manos«,
sino en el cielo mismo. ³Así que, como en Apocalipsis hay referencias
explícitas a un lugar.
 También hay en Hebreos un énfasis temporal, algo penetra, no solo en el
espacio, sino también en el tiempo. En el capítulo 2:17 se dice, hablando
de Cristo, que vino ³a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote´. Hubo un
tiempo en el cual no lo era, pero en un tiempo posterior, llega a ser sumo
sacerdote, después de su encarnación, muerte, resurrección y
entronización en el cielo. Y en Hebreos 9:24, 26 se nos dice que ³entró
Cristo en el santuario« para presentarse ahora por nosotros« ahora en
la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre´.

 Hebreos asevera que hay una necesidad de modificar, cambiar, purificar,


cosas celestiales ³fue« necesario« que fuesen purificadas« las cosas
celestiales con mejores sacrificios´ (Heb. 9:23).

 Si la sombra (skia) y la imagen (hupodeigma fue real, y no cabe duda de


ellos, la realidad, lo verdadero, con más razón debe ser real. Solo algo
real, no un espíritu, proyecta una sombra.

El santuario terrenal no puede ser una sombra de una sombra. Es sombra de una
realidad.

Y la sombra proyectada por la realidad se asemeja a ella en cuanto a forma.




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