Sie sind auf Seite 1von 4

ESTEREOTIPO

Un estereotipo es una imagen mental muy simplificada y con pocos detalles acerca de
un grupo de gente que comparte ciertas cualidades características y habilidades. Por lo
general, ya fue aceptada por la mayoría como patrón o modelo de cualidades o de
conducta. El término se usa a menudo en un sentido negativo, considerándose que los
estereotipos son creencias ilógicas que limitan la creatividad y que sólo se pueden
cambiar mediante la educación.

Los estereotipos más comunes del pasado incluían una amplia variedad de alegaciones
sobre diversos grupos raciales (véase estereotipo racial y perfil racial) y predicciones de
comportamiento basadas en el estatus social o la riqueza (véase estereotipo social).

En la literatura y el arte los estereotipos son clichés o personajes o situaciones


predecibles. Por ejemplo, un diablo estereotípico es malvado, de color rojo y con
cuernos, cola y tridente.

Originalmente un estereotipo era una impresión tomada de un molde de plomo que se


utilizaba en imprenta en lugar del tipo original. Este uso desembocó en una metáfora
sobre un conjunto de ideas preestablecidas que se podían llevar de un lugar a otro sin
cambios (al igual que era posible con el tipo portable de impresión)*
EGOCENTRISMO

En psicología, egocentrismo es la característica que define a una persona que cree que
sus propias opiniones e intereses son más importantes que las de los demás. El término
deriva del latín ego, que significa "yo". Una persona egocéntrica no puede "ponerse en
los zapatos de los demás (quitándose primero los de él mismo)", y cree que todos
buscan o deben buscar lo que él busca (o lo que él ve, en alguna forma, excede en lo que
otros ve).

Jean Piaget (1896-1980) sostuvo que los niños pequeños son egocéntricos. Esto, de
ninguna manera significa que sean egoístas, sino que no tienen todavía la suficiente
habilidad mental para entender a otras personas que puedan tener diferentes opiniones y
creencias con respecto a la de ellos. Piaget hizo una prueba para investigar el
egocentrismo llamada el estudio de las montañas. Puso a niños delante de una cordillera
sencilla de yeso y entonces les pidió que escogieran, de cuatro retratos, la vista que él,
Piaget, vería. Los niños más pequeños eligieron el retrato que ellos mismos estaban
viendo.

Sin embargo, este estudio ha sido criticado justificando que se trata sencillamente del
conocimiento de la visión espacial de los niños y no del egocentrismo. Un siguiente
estudio relacionado con muñecos de policías mostró que niños pequeños fueron capaces
de decir correctamente lo que el entrevistador estaba viendo. Es de pensar que Piaget
sobreestimó los niveles de egocentrismo en los niños. [cita requerida]

Las personas autistas tienen alta probabilidad de ser egocéntricas.

El egocentrismo es una etapa normal del desarrollo que el niño debe superar
para convivir y
La persona egocéntrica se considera a sí misma el centro de la atención y la
actividad general.

Todos conocemos alguien que “cojea de ese pie”. Es más: de una u otra
manera todos lo somos un poco, ¡aunque algunos francamente se pasan!.

En realidad ni la filosofía ni la psicología hacen grandes diferencias entre


géneros en relación con el egocentrismo y lo distribuyen por igual entre todos
los seres humanos. Por eso tenemos que reconocer: en ese tema no hay quien
arroje la primera piedra.

¿Qué es el egocentrismo? Primero recurrimos al Diccionario de la Real


Academia de la Lengua Española, que nos dice:

1. Del latín egos - yo.


2. Exagerada exaltación de la propia personalidad.
3. Claro deseo de afecto o aceptación. (1)

Otra definición de egocéntrico del Diccionario de Psicología es:

Dispuesto a apegarse a sí mismo y a mirar todas las actuaciones desde un


punto de vista personal. (2)

El Diccionario de psicoanálisis (3) ni siquiera lo menciona, porque el término no


fue utilizado por Sigmund Freud; pero se refiere a un fenómeno parecido al que
llama narcisismo, en alusión al mito de Narciso, y lo define como amor a sí
mismo. (4)

El egocentrismo, concepto utilizado en el ámbito de las teorías del desarrollo,


fue muy utilizado por Jean Piaget (1923) para referirse a la dificultad que tienen
los niños para situarse en una perspectiva distinta a la suya.

Se trata de una etapa natural y propia del niño en sus primeros meses de vida,
cuando pasa del mundo de las sensaciones puras —en las cuales sólo existe
para sí mismo— y empieza a descubrir al “otro” en la figura de la madre, y de
ahí a interesarse cada vez más por el mundo exterior. Pero estar en contacto
con los otros y ser parte de la vida familiar y social, tiene un precio y es el
descentrarse cada vez más de sí mismo, de lo que se desea para combinarlo
con las expectativas de los otros.

Desde el punto de vista cognoscitivo Jean Piaget dice que los niños hasta los 3
ó 4 años tienen dificultades para retomar la perspectiva de los otros cuando no
coincide con la propia. Ellos fácilmente tienden a ver las cosas desde su propio
interés y no se percatan de que pueden existir otros.

Así en la teoría piagetiana la dificultad que el niño tiene para descentrarse de


su propio punto de vista y considerar el de otros o de los objetos que construye,
es conocido como egocentrismo. Porque los niños pequeños atribuyen a sus
juguetes y a los objetos de su medio ambiente sus propios pensamientos y
sentimientos, y sólo después de un proceso paulatino desarrollan la capacidad
de empatía y consideran que los otros piensan y sienten diferente

En palabras del mismo Jean Piaget, en un interesante documento llamado


Comentarios sobre las observaciones críticas de Vygotsky (5), donde contesta
tardíamente (puesto que conoce el documento años después de la muerte del
autor ruso) y lamentando no haberlo conocido antes, por todas las
concordancias que compartían. Piaget dice: “He utilizado el término
egocentrismo para designar la inhabilidad inicial para descentrar, para cambiar
una perspectiva cognitiva dada. Hubiera resultado mejor decir simplemente
“centrismo”, pero puesto que la centración inicial de la perspectiva es siempre
relativa a la propia posición y acción, digo “egocentrismo” y pongo de relieve
que el egocentrismo no–consciente del pensamiento al cual me he referido,
estaba bastante desconectado del significado común del término, hipertrofia de
la conciencia de sí”.

Y continúa: “Como he tratado de aclarar, el egocentrismo cognitivo se origina


en la falta de diferenciación entre el propio y los otros puntos de vista posibles.”
(6)

En los últimos años el fenómeno de ubicarse y hacer contacto con el mundo


exterior y el proceso que vive el niño para descentrarse de su propio punto de
vista y comprender a los otros, es abordado por la llamada teoría de la mente,
que estudia el desarrollo de las habilidades sociales que permiten al ser
humano adaptarse a su medio y establecer relaciones interpersonales
satisfactorias. Esta disciplina abre el conocimiento que tenemos de la mente
infantil, a asuntos referentes a la empatía emocional, la comprensión de reglas
disciplinarias, el egocentrismo y la capacidad para mentir, entre otras.

Los padres podemos considerar que nuestros hijos transitan de una etapa en la
que todo gira a su alrededor y son incapaces de aceptar los límites de los otros,
por ejemplo: prestar sus juguetes o esperar su turno en la fila, hasta llegar con
nuestra guía a una convivencia plena, en la que sepan exigir sus derechos en
consonancia y respeto para con los demás.

La capacidad de mentir, hablar por teléfono sabiendo que el otro no tiene la


misma circunstancia, donar algo que le gusta y no sólo cuando no lo quiere.
Permitir que otros usen por un tiempo sus cosas sabiendo que son de él, hacer
algo por los otros incluso cuando es contrario a lo que quiere, son muestras de
que se ha roto la barrera entre su forma personal y única de ver el mundo
(egocentrismo) y la actitud de que los otros sientan y ven las cosas diferentes
de como él lo hace, e incluso saber que las necesidades no son las mismas
pero desea complacerlos a pesar de todo.

Das könnte Ihnen auch gefallen