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Lubricación vaginal

La falta de lubricación vaginal es la molestia


principal de las mujeres con trastorno de
excitación sexual. Es importante que toda mujer,
especialmente aquella que se encuentre en su
menopausia y comience a sentir sequedad
vaginal, sepa cómo evitar que esto sea un
obstáculo para disfrutar de sus relaciones
sexuales.

Por regla general, toda mujer que comience a percibir sequedad vaginal y/o
insuficiente lubricación en sus relaciones sexuales, con independencia de su
edad, debe dedicar especial atención al disfrute del juego sexual previo a la
penetración. Si bien las caricias de todo tipo son clave para el disfrute de
cualquier pareja, en estos casos pueden suponer la diferencia entre sentir placer
o molestias, en el momento del coito.

Así como podemos cuidar cualquier parte de nuestro cuerpo, es muy importante
cuidar la vulva y la vagina. Si proporcionamos a nuestro cutis cuidados con
cremas, la vulva y la vagina también requieren de atención cuando aparece la
sequedad vaginal.

En la farmacia puedes encontrar, sin necesidad de receta médica, geles que


contienen isoflavonas de soja, con propiedades hidratantes y suavizantes que te
ayudan a evitar la sequedad vaginal, proveyendote de mayor lubricación. Los
comprimidos de isoflavonas, las cápsulas de aceite de onagra o las vitaminas A y
E, también mejoran el estado de la piel de todo el cuerpo y las mucosas.

A tu médico puedes consultar sobre la conveniencia de la Terapia Hormonal


Sustitutoria (THS), que consiste en la reposición hormonal con estrógenos y
progestágenos. Tanto si recurres a la THS como si no lo haces, es destacable la
ventaja, en cuanto a calidad de vida y facilidad para continuar disfrutando de tu
sexualidad, el uso de lubricantes y geles vaginales antes mencionados.

Si optas por el uso de lubricantes, es preferible que sean de base hídrica o


solubles en agua. Los lubricantes que no se disuelven en agua proceden del
petróleo, de manera fundamental se trata de la vaselina y otros aceites
minerales. Éstos, a causa de su indisolubilidad en agua, se adhieren a la mucosa
vaginal, lo que puede facilitar el desarrollo de gérmenes y ocultar las infecciones
hasta que están demasiado avanzadas.

Es conveniente que uses un lubricante que tenga un pH ligeramente ácido, que


no supere el 5.0, similar al habitual de la vagina y que le permite la mejor
defensa frente a infecciones o desequilibrios en la flora bacteriana vaginal.

Con un gel ligero, de fácil aplicación, que carezca de sustancias que le confieran
sabor, olor o color, corres menor riesgo de posible irritación vaginal.

Mejor aún si su efecto lubricante es de larga duración. Eso te facilitará la


espontaneidad en el encuentro sexual sin necesidad de estar pendiente del
momento de su aplicación previa al coito. Los geles de isoflavonas cumplen esa
función.

Por último, es recomendable que el lubricante sea fácil de eliminar con el lavado,
cosa que también ocurre cuanto más soluble es en agua. En el caso de los geles
de isoflavonas, que mencionábamos antes, no requieren de lavado porque
actúan como una crema hidratante y suavizante.

A mayor hidratación vaginal, mayor disfrute sexual…


El Equipo de PsicoAyuda

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