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Tambin se habla de los cultivos de cuatro meses, los cuales si bien se pueden
sembrar en la costa y en la sierra, desgraciadamente constituyen un cimiento agrario
dbil porque para producirlos no se requiere que el pas tenga una estructura paralela
costosa difcil de crear de un da para el otro. Por la misma razn, de un momento a
otro cualquiera en el mundo puede sembrarlos y hacer que su demanda desaparezca,
como ocurre con las verduras, menestras, cebollas, etctera.
Antes,
por
ejemplo,
haba un Cdigo de Aguas que contemplaba la realidad hdrica de la costa. Por ello,
determinaba los derechos en horas de riego con un porcentaje del agua disponible en un
ro o canal y no en un volumen fijo, porque la escasez de agua en ciertos momentos del
ao vuelve imposible hacerlo. Por ese motivo, las crticas al Cdigo de Aguas no estn
dirigidas a cmo se va a distribuir un agua que no hay, sino a quin la va a distribuir
porque todos quieren quedarse con la mayor parte.
Lo anterior, por supuesto, obvia el conocido tema de propiedad, respecto del cual,
irnicamente, hoy en da la tendencia en las haciendas de caa es que los
inversionistas tengan ms tierras que antes. Y dado el contexto actual del mercado, hasta
podran ocurrir casos paradjicos en los que un solo grupo empresarial podra acabar
controlando ms tierras que las que aos atrs manejaban cuatro distintas familias
supuestamente latifundistas.
Segn la naturaleza de las inversiones, eso podra traer como consecuencia un
monopsonio, que controla la demanda (precio de un insumo por ejemplo) y que por lo
tanto es posible que acabe monopolizando la oferta (precio que paga el consumidor). Y
a la larga, la situacin propietaria, si nuestros legisladores no tienen nocin de futuro,
podra ser ms compleja que la que exista antes de una Reforma que en la prctica y
siempre en trminos de derechos de propiedad a estas alturas ya se habra producido
por s sola de forma mucho ms ordenada, ya que las familias terratenientes habran
tenido, por presiones familiares, que repartir la mayora de los fundos entre su
descendencia. A estas alturas, las generaciones de primos segundos actuales o los
terceros que hubieran adquirido las tierras de ellos estaran llevando a cabo sus propios
negocios individuales.
FUENTE DE INFORMACIN CONSULTADA:
Artculo: El Agro Peruano por el Ing. Agro. Jaime Miranda Sousa, 2009.