Sie sind auf Seite 1von 38

UN LIBRO DE

VAMPIROS

Colección Babor de Poesía


CABALLO RESURRECTO EDITORES
1
“¡Utiliza esa energía libre de Odio
Para elevar la Tierra a su Estado
Divino!”
RELATO DE NAEL BROCK EN LA CIUDAD

FÁCIL SER VAMPIRO

MASCULLO EN MI FOSA

LA MAÑANA DEL VAMPIRO

LA FORMA DE LA CASA

CELEBRACIÓN

VISITA AL NOTARIO

VISITA AL NOTARIO EN DO

NAEL BROCK SALE EN LA


CIUDAD QUE NO CONOCE

PRIMO DE LA ARAÑA

BROCK’S PLANS

CONSEJO A UNA MUCHACHA

...
TESTIMONIO DE ELIZABETH STRIDE

RESUELLO DEL VAMPIRO


ATERRADO POR LA GUERRA

YO VACILO ANTE TU NOMBRE

ROMANCE DEL VAMPIRO

LA PULGA

MELISSA NECK

POEMA DE LA OBLITERACIÓN Y EL CAOS

OPACIDAD

CIERRO MIS OJOS

LA MUERTE FABRICA SUS DÍAS

CLONAREMOS AL DIABLO

SOMBRAS REFLEJADAS

GLASLOW EL HERRERO
...
LA NOCHE DEL VAMPIRO

FINAL
ÍNDICE
Oigo en el falso silencio de la calle Me parece que pusieran
el trastornado temblor de los motores, sus gritos de dolor y de espanto en mis entrañas
el roce majestuoso de animales como una forma de invitarme
jugando con faros de automóviles y árboles. al gran convite de sus carnes.
Olfateo el movimiento de cuellos femeninos ¡Ah! Miles de cuellos sueltos flotando por ahí,
adormilados entre la seda rumorosa como rodajas, como anillos o señuelos,
de camisones de noche terminarán por enfermarme.
o entre ruido de sábanas
dando media vuelta a mi oponente La dulce yugular es un torrente.
(esos rumores me avisan Mi lengua da dos vueltas o chasquea
que estoy muy cerca de la presa). en el delirio sediento.
Me parece que pusieran Es ya casi el día por encima de esta casa.
el pulso virgen de sus venas
en mi oído ansioso, Está servido el territorio delicioso de este cuello.
o el contacto de sus dedos alejándome,
como aquella que dice con fuerza que me vaya
y algo me precipita con deseo hacia su boca.

Ponen en mi cabeza
el sonido lácteo de sus senos
que chocan desnudos como círculos hirviendo
o el osario santo de caderas
y vértebras dichosas
RELATO DE
de sostener músculo, piel, cartílago indefensos. NAËL BRÖCK
5
EN LA CIUDAD
Es fácil vencer los días Es fácil escurrirse en los abrigos,
cuando se es vampiro, perpetrar en aposentos de cobriza pulcritud;
correr los velos permanecer alelado en un reflejo sanguíneo
y las moronas yacentes o dando palos de ciego
bendecidas por la santidad en las prendas sudorosas de la víctima.
de un fuego mortal, inalcanzable
o cuando el tembloroso frenesí Se hace fácil ser vampiro.
de los cuerpos que tumbados por el sueño Merecer el tedio,
favorecen al miedo y a la pesadilla. abrazar la estirpe
de los que van y vienen
Se hace fácil ser vampiro entre la estepa lunar
cuando el deseo y una calle solitaria.
adormece las plateadas encías
y algún astro Lo que no resulta fácil
serpentea en las líneas del cuadrante. es cuidarse del espejo y el reflejo
porque en ellos hacen señas
No brilla más el sol. la crueldad, la soledad,
Escasea la luz la vida que no acaba.
o es la luz apenas una escarcha
de silencioso centípedo
que vacilante arrastra
a las tímidas presencias de la noche. FÁCIL SER
VAMPIRO
7
Mascullo en mi fosa. Así voy yo
He puesto una piedra en esta tabla pendular,
sobre otra en esta barca de muerte sin final,
en mi sepulcro converso como alguien que cae mil veces
para atraer las formas hacia una boca aspersora
que se mueven en la noche en el fondo de la tierra.
aunque permanezco boca abajo
en mi sala personal Doy estertores en mi caja.
y largos sean los seis metros
que hay desde la tapa hasta la fosa Espero que alguien oiga
y pesadas sean las paladas de tierra infértil allá en la superficie.
que pusieron sobre mí.

Aún logro escuchar


la secreta vida
de las mariposas roedoras
y de los artrópodos tatuados por la luna
cavando túneles de enmarañados círculos
que no conducen a ningún lado. MASCULLO
EN MI FOSA
9
Aturden las mañanas del vampiro, Hacen un hoyo en el cajón de cedro
dulces, para hablarle de penas y placeres,
sollozantes muchachas que parece hubiesen sido
arrancadas con violencia del turgente centro de pero el fino caballero nada puede hacer
las aguas. para alegrarlas;
por eso las invita mejor
Y nada provoca tanto a la fiesta vinícola del sexo,
a la refinada mansedumbre de los upiros alados, a la algarabía de los tormentos eróticos,
como que su casa sea visitada por alguna virgen
abatida y les dice: vuelvan más tarde,
y aterrada por olvidos cuando ya no sea más el día.
encerrada en una torre
y tal vez acostumbrada al triste eco de los acanti-
lados.

Vienen para despertarlo


con lágrimas de ópalo siniestro,
estas viudas del crepúsculo
(exiliadas de la puesta del sol)
en una hora entumecida
que no es propia para ordenar los pensamientos
ni los sobresaltos LA MAÑANA
del aterido corazón de la tiniebla.
DEL VA MPIRO

11
He tomado la forma de la casa. Y lo mejor,
Al igual que una de esas ratas que traen la peste todo mi cuerpo está amoldado a mi cajón
o el mortecino desde los basureros removidos que a veces confundo con una piel distinta
y a medianoche entran a roer los libros, o con un cómodo traje de esos que uno no quiere
el arroz de la alacena y el mango del cuchillo, quitarse
saltando aterrorizadas de sí mismas ni para dormir
por encima de sus colas parecidas a cordones ya que pernocta en él.
de zapatos,
adelgazando el esqueleto para colarse en lo II
recóndito; así he tomado la forma de esta vieja casa Cuando llueve es en mí donde gotea
donde las sombras penetran en las cosas y debo soportar cuando amanece
como arena lunar removida por el viento el trino de los pájaros.
y entonces lo contemplo todo, La casa y yo somos la misma sábana mortuoria.
palpando sin dejar la huella dactilar Tapiamos la sombra
y la casa está llena de mí y la noche queda amortajada más allá de las
y paso como un soplo nocturno, transilvano, ventanas.
silbando la tonada del que se acostumbró
a la indigesta merienda de la obliteración
y el olvido.
LA FORMA DE LA
CASA
15
Se diría que repta
entre las cosas de la noche
Entre las aguas calladas de
pero se posa en verdad erguido
donde crece silvestre
en dos extremidades
la dulce camomila
lánguidas
camina el vampiro
como las de la grácil garza
y no se le escucha
que viene a descansar aquí en las mañanas.
aun si quebrara
En esto es quizá más parecido a su hermano el
la hierba
murciélago
seca
y de cualquier modo
de
su sapiencia sempietérea
las
le hace mirar el cielo de la noche de soslayo
hojas
y abre entonces sus brazos

...
entumecidas por el sol
para caminar en el aire de las nubes
o por el viento.
con los otros pájaros nocturnos.

CELEBRACIÓN

17
Partos y folios hacen de la triste vida de los Es bello amanecer y cada día un poco menos vivo
ministerios o de los juzgados, un eterno retorno de pero más vital que la pista que perdieron entre
fantasmas, un viejo corredor viciado por humo de folios y mamotretos odiosos …
cigarros viejos y negros gabanes de amargados Aquellos que ya no quieren verte, entre fechas
de guerra y aniversarios de héroes que ya no es-
leguleyos:
tán…
sólo una imagen de patrias que se van como estoy yo, a salvo, atrás de tu sonrisa.
la infancia.
Sellos que el tiempo destiñe y un ámbar grasoso de
rosas de ultratumba crecen como hongos magros
de soslayo viendo como se nos escapa el mundo de
las manos como cuando tomas de la cintura a una
muchacha y la haces caminar a tus antojos.
O simples algodones que en los parques
se deslíen con el viento o en la lengua de los tulipanes
y saben al sabor de otras memorias.
Negro es el alféizar del juzgado
como negros los buitres de horas que picotean tu
trino, tu último aliento en las vidrieras.
VISITA AL NOTARIO
19
Visitas al notario muy temprano en la mañana ¿Qué estás buscando en ese infierno?
y tienes la muy agria sensación de que estás en el ¿Acaso un registro de sueño y terremoto?,
infierno. ¿una simple fecha que nunca quisiste olvidar
Tienes que volver antes que la lluvia arrecie en el es- y registrarte?,
pejo del estanque. pero es ahora pues muy tarde,
Largas filas mirando el trazo de los años que arrugas los gusanitos de plata y las cuentanieves han
hacen como un mapa del oprobio, el tiempo y la mordido el folio de tu espera
astucia de las horas en el cuello del vecino. es de noche y quizá es ahora cuando llueve en el
estanque.
Ogros y verdugos parecen caminar de un lado a
otro siempre uniformados con murmullos en el pe-
cho y un algo urgente que nadie sabe si es la vida o
el reloj que se traga las tarjetas en la entrada.
Pero es inútil. Tú vas de tonto entre la fila pues mu-
chos han llegado antes a reclamar las firmas, a
reclamar las actas, a buscar algo más entre la risa
torpe de las secretarias con úlceras y los coléricos
notarios.

VISITAS AL NOTARIO
21
EN DO
Para Isabel

Voy perdido en la ciudad. Me pierdo en la ciudad;


luego me hallo si la zona tórrida
Necesito de su estrépito famoso de tus piernas separadas
de sus gritos acostumbrados a mi sombra, me espera(n) frágil(es)
a mi larga sombra de rebelde, en lo yerto de la cripta.
a mi sombra que doblega otras sombras,
a mi mal canicular que hace más pesada la sombra Salgo de paseo en la ciudad.
presentada en el fondo de las calles. Perdona que me escurra entre otras sombras
amada mía
Voy perdido en la ciudad, que diga no conocer esta ciudad que se repite
pero me hallo y resucito cuando el cuello como la sombra de un espejo,
penosamente estropeado siempre es buena la sangre conocida
de una doncella hermosa pero la sangre ajena
golpea el suelo es apenas embriagante.
de una acera solitaria.

No me conozco;
no me veo en las vidrieras
y a quienes se santiguan a mi espalda
NAËL BRÖCK SALE
o dibujan muecas de disimulado horror en mi presencia, EN LA CIUDAD QUE
mando un ademán o una sonrisa.
NO CONOCE
23
El vampiro Pero es en la noche electrizante
nadie lo notó nadie lo sospecha
es primo de la araña cuando upiro y arácnido
sobre todo en la consaguinidad sopesan los placeres de la vida
de las actividades frescas
de un telar del noctámbulo:
que ambos tienen en el aire. con pases maliciosos
de magia lacerante,
El vampiro, asusta la araña con sus patas
como ese pájaro a una niña que lame una cuchara
que presagia las tormentas, y el vampiro empuja a una muchacha
abre su capa para cambiar el clima y los destinos. para que caiga encima de las mantas
rociadas previamente con nafta y con pureza,
Y la araña en su silencio de mil ojos,
augura la caída de la lluvia precavido
palpando los rincones de un castillo y lleno de ilusión
transilvano. para que ella
le brinde sus favores.
Ambos hacen muecas
y hechizan los espacios
con un tono de ebriedad y de malicia
y hacen que algo salte de la nada:
una tela de ámbar
o una nube de ratones
gratinados por el polvo.
PRIMO DE LA ARAÑA
25
Convoco el mal
y lo consagro.
Bienvenidas sean
la muerte y la putrefacción.
Habré de sentir
los delicados placeres
de la penetración
y de la hoja cortante tumefacta
entrando en pieles delicadas,
casi ausentes
de mil muchachas drogadas
que expiarán mis culpas,
mi dolor, mis ansiedades
por vía de su vejación, de su dolor,
el sufrimiento espléndido.
Cuando la carne expulse sus colores
habrá regocijo en mi corazón
inamovible y austero.
Consagro la pena
mientras afuera llueve
en las construcciones de la ciudad malsana,
envuelta en la bruma sediciosa
de mi premeditado ataque.
BRÖCK’S PLANS
27
Muchacha, ¿Y qué vas a decir mas tarde en casa
en tu lugar daría vuelta a mi camino, cuando noten que tu imagen
esta senda que conduce al cementerio no aparece más en los espejos
te hará descender mas allá de lo que piensas; y que toda la fina platería
come tus pisadas, te parece repugnante?
pon esos piecillos bellos
de regreso a la humareda de tu casa: Muchacha,
allí te esperan la bujía continua de la Phillips vuelve a casa como si nada
que hay encima de la puerta te aseguro que mañana saldrá el sol
y la comida caliente y eso nos hará pensar en otras cosas,
que guarda tu mamá la belleza de la muerte por ejemplo,
porque después de todo esto y no en este gemido eterno y vago
ya será muy tarde, que estremece a los pueblos vecinos,
cuando toques la losa de mi sepulcro frío, a las buenas familias
cuando vuelvas a leer mi nombre y a las muchachas como tú,
en el epitafio azotado por los siglos condenadas a seguir los pasos del vampiro,
nada de esto será bueno para tu salud. sin remedio.
Mira que te resfrías, muchacha,
(Y) estos colmillos crecen a la medianoche
como una flor de amapola
y se te van a instalar en la garganta
como un maligno cultivo.
CONSEJO A UNA
MUCHACHA
29
Cuando chuparemos algo
del extenso mar de la galaxia
y de la cabellera roja del cáncer
viviendo aún
entre la extraña
oscuridad del sueño
los ojos un poco muertos
van a tener que olvidar
el brillo de los cinceles,
la cruz de un cristo ensangrentado
y el dolor de no haber sido
algo más allá
del frenético desvarío

...
de un oscuro dios que nos sueña
en pesadillas de género
y magnética rabia.

31
Fui una de la primeras víctimas
de este raro caballero
militante de las sombras
y es que entre el barullo de la gente
que regresa a casa por la noche
y el sonido de cierres
y de prendas desgarradas
y de timbres
y de broches que ruedan por el suelo
y entre olores tumefactos
que traía él del cementerio
y entre las flores marchitas
que transpiraba en su agitación innatural
y su lascivia metafísica,
me entregué sin remedio,
a él,
que era una mole de olor violeta.

TESTIMONIO DE
ELIZABETH STRIDE
33
Para mí, Yo apelo al relámpago negro,
los rigores del azul a la dulce vista de la colina
son muy suntuosos donde caen madre y soldado.
ya que las hojas caen solas
y secas Me gusta el suave canto de la muerte
de los árboles y el viento. sobre los herbazales
que la guerra trae.
Y son alucinantes.

Sin rigor, El mundo es un campo desolado.


llenas de rito,
son luminosas
como el gesto de los niños
pisoteándolas,
monstruosos.

Por lo menos no más bello


que una adorable,
esbelta, olorosa y
RESUELLO DEL
pálida muchacha,
llena absurdamente
VAMPIRO
de mecanismos de reloj ATERRADO
POR LA GUERRA
y marcas de colmillo.

35
Yo vacilo ante tu nombre Soy la cetrería
como una vela que se apaga en el silencio que acecha en tu noche,
y nadie sabe. de caza,
Yo vacilo el guante del halcón de presa,
como una planta trepadora confundida en otra la vana tarde
especie que agoniza en el rojo
o como un lirio casi transparente del día.
que se mece con el viento.
Cuando muerda
Yo casi me abstengo blancas serán tus pupilas.
como el ruido de un roble Blancas las sábanas
cuando cae de sorpresa cuando entre en tu lecho
y aplasta su sombra. y blanco el frenesí
que te confundirá entre cambio de luna,
A veces en el canto ruido de aparejos
que adormila mis deseos y regreso de la muerte.
como un veneno lento que despierta,
yo vacilo.
YO VACILO ANTE
TU NOMBRE
37
Con el frenesí de los que nunca se han visto, o mientras un ejército de hormigas bordea la
durante las más frías noches sinuosa curva de un durazno o de una hoja,
cuando el viento oscuro pasa a través de las puertas, al cabo del sueño de todos los animales,
por debajo de ellas, de las bestias, de la furia de insectos ululantes,
a la misma hora en que animales de razas diferentes lustrosos, encabritados e hirviendo, ciegos,
se saludan con guiños, sin chocar entre las cosas del mundo
con movimientos de patas y pezuñas, o adormilados por la hipnótica luz
cuando el hambre devora y la luz de la lujuria crece de los generadores eléctricos,
un poco más estrellándose en los radiadores de los camiones
y se aferra no muy lejos de las casas, más rápidos en la carretera,
a la vez que el árbol derribado de la enemistad enamorados de una bolsa con agua
y de la injuria ha caído amarrada al cielo raso,
y su tronco está oloroso a nubes, haciendo telas de araña,
entretanto que la jauría sueña mordisqueando atrapando moscas,
y oliendo la delicia de otro mundo corriendo entre el agua
mientras duermen sin pies
y a la vez que una bandada de pájaros perdidos sin manos
hacen la lluvia destilando veneno en el cuello del otro,
y a un tiempo que un murciélago se da vuelta y se espulgando al más grande,
vuelve a acomodar entre sus alas, hallando criaturas pequeñas, piojos y parásitos
perturbado por el olor a frutas que son el otro mundo
nadando en charcos,
lanzando escupitajos lechosos,

39
tumbando al enemigo los gusanos que fermentan el mezcal
y el enemigo es la cena, y otros alcoholes,
masticando perlas, las larvas, las orugas, los artrópodos y el sueño
hablando, gorjeando, cantando, de los minerales asustados
grillando como saltagatos, rodando en los ríos y en los oscuros canales de la
cambiándose de abrigo, mutando, tierra
convirtiéndose en otro de rayas y de adentro, o por los túneles llenos de acobardados demonios,
mudando de piel, sacando alas, las bestezuelas que abren sus ojos al cielo
copulando mientras brilla la luna, y los azules caballos de la alucinación juntos
las feas mariposas del cementerio, graznando,
las moscas desveladas del abrevadero, barritando, aullando como oropéndolas,
las dunas vivas del desierto, ladrando mientras la creciente luna cede territorio
el alud de plagas desconocidas al rito,
que mascan el maíz a medianoche mientras la luz es un lugar aparte en sincronía
y las ratas, las bellas ratas royendo con el polvo y con la enfermedad,
trozos de madera y libros en aquellos dos,
hermosos basureros donde el hedor es otra especie los que no se conocían,
con alas enfermas y sutiles… los que nunca se habían visto,
Ahí, se aman.
como quien prende un fósforo
y ve por vez primera una habitación desconocida,
ROMANCE DEL
VAMPIRO
41
Como es errátil y eterna Su salto es mortal, despavorido
La pulga se muerde a si misma; Como en la vida
Ella es nido y plantación Nunca sabe a dónde va a caer
De huevos y de dunas Entre las ramas, entre las sábanas,
En la quietud del aposento. Entre la tela de la araña
La pulga es también Para que le trituren en esencia
como el vampiro Y a su pesar.
una criatura emparentada No sabemos de su sexo ambiguo
con la sed de sangre. De su horror y de sus penas
Ciega y taciturna Cuando no hay nadie en la cama.
Está hecha con minucia ¿Será que se han ido los amantes?
Por un orfebre maligno. Mientras llueve
Es la plaga Ella se muerde a si misma
Y su mapa de inflamaciones Hasta desaparecer.
Acaso nos despierte a medianoche.
A veces es horrible
Como un cadáver vivo
No sabremos nunca de dónde vino
Y cómo ha hecho nido
En nuestro alcoba,
En los enseres,
En la cama de placeres y de ronchas.
LA PULGA
45
Melissa Neck A su vez,
se mueve en el vaivén de la delicia, la torpe luz furiosa de los cielos
como una dulce planta que, secreta, como una lámpara de aceite temblorosa,
trepa en las ventanas acompaña a Satanás desde su oscuro
como una mala hierba empecinada gabinete y lentamente saltan desde el fondo de
o un amante este caos
y en las noches de tormenta lámpara y demonio
golpea en las ventanas de los niños, y caminan por perdidos barrios
asustándolos, proyectándoles que hasta ahora desconocen.
sombras equívocas,
raras formas retorcidas Alumbrado por el rayo,
que el relámpago multiplica el mal pone su ojo
como en un brioso aquelarre. en la casa que Melissa Neck acecha
para alentarla en su oprobiosa carrera.
Melissa Neck blande su lengua
en los techos de las casas, Un filoso grito como un quebrado cristal
palpa la oscuridad y las presencias cicatriza la erizada noche del vampiro.
con su lengua bifurcada
antes de entrar en aposentos
y resuella en anhelos
por la víctima de turno.
MELISSA NECK
47
Canto a la obliteración,
hay que trasladar la poesía
de los salones mustios
a la maquinación del caos.

Insana es la respiración del tedio


y enferma la luz que se mece
sombría,
su única razón, su desvarío.

La posesión de la rara quimera


y de las formas, me repugna,
y de las bestezuelas
que aguardan con pánico
entre lo oscuro,
ya sólo queda su queja.

Los que sueñan en Hermes,


en su porfía, cabecean núbiles
sobre morteros y toxinas
hasta que acaso vean su aguda ruina,
POEMA DE LA
revelada entre las aguas
de un sepulcro solo.
OBLITERACIÓN Y EL
CAOS
49
La mañana en el espejo del vampiro es triste
Como tristes son las cosas que moran
en su casa de apagadas luces
y aire austero de convento o cementerio.
Los objetos nunca brillan
Y es que acaso la luz del sol
No les ha tocado todavía
Y han caído así
En esa triste soledad
Que solo da el herrumbre.
El olvido y la desidia de los años.

OPACIDAD
51
Los antiguos miedos de la noche,
más allá del agua pernoctada, o como en un raro candombé:
más allá de toda esencia cien caderas de muchachas
y de todo mal (elucubrado). sudorosas y agitadas
Las secretas presencias de la noche, por el ritmo del tambor,
las famosas sombras o por exceso de drogas conjuradas,
ahora legendarias, mejorando la visión de lo presente
los oscuros gritos presentidos, y augurando males peores todavía por venir,
la fábula y los rumores me arredran en mi casa, al lado de la vela.
una y otra vez considerados,
las secretas yerbas maceradas Y es así,
en cristales de reloj, en ambientes humeantes, cierro mis ojos
o las evanescentes figuras proyectadas en mitad de la tormenta.
sobre robles y oquedales
en hogueras consumadas;

CIERRO MIS OJOS


53
Siento el polvo inasible de los muertos
que muy lejos mueven unas lentas
maquinarias
y en ello gastan sus huesos,
¡es el hollín que recubre mis días!,
polvo de muerto como aguasal petrificada
sobre un piano de cola.
Ellos fabrican los días
de parafina y piel de insecto
y a la hora de comer
tragan cáscaras de animales ovíparos
que descansan en el viento.

LA MUERTE
FABRICA SUS DÍAS
55
Clonaremos al demonio, De sus pésimas maneras en la mesa
su dulce esqueleto de estigma aprenderemos a comer otra vez
y naftalina, como animales salvajes,
su esencia cristalina como lobeznos que hambrientos
de agua bautismal no ven a sus padres desde el invierno
y sus cuernos de azúcar que sin clemencia los perdió
de sulfuro; y clonaremos tal vez
traeremos a la vida ese abrazo cálido
otra vez sus malas mañas, de la bestia que regresa una vez más
su dudosa conducta, a la dulce madriguera
su vida licenciosa entre las piernas de una joven mujer.
y su sexo inacabable
como una fuente viva
brotando
siempre brotando.

CLONAREMOS
AL DIABLO
57
Los vampiros quedan atrapados en la sombra
cuando el día amenaza entrar por las ventanas
ya que las persianas crean el efecto
de la urdimbre que se mueve y les persigue
al fondo la ciudad corre con engranes de carrusel,
la luz corrige la postura del vampiro,
le crea celdas.
Así la mañana es amenaza
con filos corredizos.

SOMBRAS
REFLEJADAS
59
En las canteras del infierno,
Rodeado por las oscuras presencias de un firma-
mento revuelto,
Glaslow el herrero enciende las brasas del cantero
Repite la tonada del buril con la cansada placidez
de la rutina
Y el mundo abre inocente una vez más sus ojos de
ciego.

En las brasas, en los atriles,


el herrero repasa innombrables los pecados y las
culpas
de numerosos y confusos alfabetos
y acaso levanta su mirada al cielo
para secar el sudor de su frente ominosa
cegada por el fuego.

Las puertas del infierno fueron martilladas aquí,


en estos yunques yace tu nombre y el de tu hermano;
no te fíes de los ruidos
que de lo lejos la tormenta trae hasta tu casa,
pues de allí provienen tu bautizo y tu mortaja. GLASLOW,
EL HERRERO
67
La cabeza aterrada del vampiro sueña entrar en
otras cabezas vacías,
efímeras, sin suerte.
Y lo logra simplemente imaginando
ser la sombra que entra en otra sombra
y no la hace más grande sino canicular, espesa, sombría,
de árboles blancos llena,
que no son un espectro,
sino más bien que su savia es conversa
y se enfría con la noche y el aire de los sueños,
y del amarillo tornasolado se encoleriza un blan-
co más frecuente.

...
Y lo logra aún.

63
La noche del vampiro El vampiro convoca en la ciudad
está colmada de asustados miles de pestes:
espejos sin oficio, la aborrecible peste negra
de reflejos sin luna y la noche,
en lo baldío que es como una insana
de una belleza muerta. inflamación sin cura.

Aterrada,
la noche miserable de todos los muertos,
desfallece
y el reino de los gatos
ulcera la lozanía de las sombras.

Suelen caer despeinadas


almas muertas
entre el dolor y la pena,
chocando entre tinieblas,
como en la frente
de seres suicidados.
LA NOCHE DEL
VAMPIRO
65
No habrá funeral para un vampiro.
Sólo aquel canto pagano
de ignoradas plantas de la noche
y ese trino de colmillos tan común
entre algunas especies de animales redimidos.

Seguirá la serpiente
su curso venenoso:
la propia pista de su piel abandonada.
Y esas luces inmortales de la noche
acaso nos avisen de otros mundos
que sólo son posibles
en la brillante cornada del vampiro,
en ese dardo envenado que es su mordedura,
en su puntazo ágil como aguja
apuntando hacia un día de génesis
sin resurrección.

Sólo habrá quietud


en su sonrisa austera,
en la imaginada prisión de los sabores que él reclama.

FINAL
67
Este libro no posee derechos de autor.
Su distribución es libre y posee copyleft
Podrá ser aumentado y modificado
dentro de las leyes divinas
que rigen el Universo
para bien de quienes lean y hallen en él,
posibles salidas de redención
y hallazgo de la Luz que sea necesaria.

Son infinidad de números


y están firmados por infinitas búsquedas
e incansables hallazgos.

Das könnte Ihnen auch gefallen