Sie sind auf Seite 1von 11

c   c

El siglo XVII es un periodo de gran inestabilidad, muchos Estados europeos llevan


a cabo su expansionismo colonial. Se origina la guerra de los Treinta años (1618-
1648) entre los estados católicos y protestantes del Imperio Alemán.

Este siglo se caracteriza por lo que se podría llamar la crisis espiritual o de las
mentalidades, que se manifiesta en el progreso del espíritu científico y en la
exaltación del valor de la razón. Hacia la mitad del siglo va perdiendo fuerza la
creencia en hechicerías y ganando terreno la mentalidad racionalista por influencia
del desarrollo científico y del Cartesianismo, que determinara una nueva
explicación del mundo basada en un nuevo concepto de la Razón.

   c 

René Descartes, filósofo y científico francés, nació el 31 de marzo de 1596 en La


Haye en Touraine.Estudio en el colegio de los jesuitas de la Fléche. A los 18 años
de edad, ingresó a la Universidad de Poitiers para estudiar derecho y algo de
medicina. 

Se alista en el ejército holandés protestante con el que participa en la guerra de


los Treinta Años. A partir de 1629 vive en Holanda.

Aunque era católico, compartió las ideas de Galileo condenadas por la Iglesia.
Filósofo, matemático y hombre de ciencia, su obra tuvo gran repercusión en estas
áreas. Fue el fundador de la geometría analítica: uno de sus aportes
trascendentales fue el sistema de coordenadas que lleva su nombre
(³coordenadas cartesianas´).

La reina Cristina de Suecia, lo llamo a Estocolmo y la dureza de este clima le


ocasiono la muerte el 11 de febrero de 1650.
Entre sus obras destacan: El Discurso del método, las Meditaciones metafísicas y
Las pasiones del Alma.

 

 

En la primera de sus reglas para la dirección del espíritu afirma Descartes que las
distintas ciencias y los distintos saberes son manifestaciones de un saber único.

Esta concepción unitaria del saber proviene de una concepción unitaria de la


razón: La sabiduría es única porque la Razón es única. La razón distingue lo
verdadero de lo falso, lo conveniente de lo inconveniente; la razón se aplica al
conocimiento teórico de la verdad y al ordenamiento practico de la conducta es
una.

  

Puesto que la razón, la inteligencia, es única, interesa primordialmente conocer


cual es su estructura, su funcionamiento a fin de que sea posible aplicarla
correctamente y de este modo alcanzar conocimientos verdaderos y provechosos.

Dos son para Descartes esos mecanismos mentales o procesos de conocimiento


racional:

þ La Intuición es una especie de ³Luz natural´ que permite que la razón capte
inmediatamente ideas simples sin que quede posibilidad de dudad o error.
þ La Deducción es el modo de conocimiento por el que la razón descubre las
conexiones que se dan entre ideas simples. Significa obtener unas
verdades a partir de otras.
La descripción del método es sencilla, consiste en partir de una primera verdad de
absoluta evidencia de la cual deriven sucesivamente otras verdades, de tal
manera que cada una de ellas se apoye en la anterior, constituya un
encadenamiento de verdades.

 !

Descartes establece cuatro principios o reglas para pasar así con seguridad de
unas verdades a otras y verificar los pasos sucesivos que se dan en una
deducción. La primera se refiere a la intuición y las tres restantes a la deducción.

1. Es la evidencia intelectual. Prescribe que solo hay que admitir como ciertas
las ideas que se presentan con claridad y distinción de la mente. Este
precepto excluye cualquier fuente de conocimiento distinta de la ³luz
natural´ de la razón.
2. Es la del análisis, prescribe reducir un problema a los aspectos mas
simples; consiste en descomponer los múltiples datos del conocimiento en
sus elementos básicos.
3. De la síntesis, trata del paso de lo simple a lo complejo. Se refiere a la
formación de estructuras cada vez más complejas: partiendo de los
principios conocidos intuitivamente, podemos deducir el resto de
proposiciones, de modo que cada una sigue necesariamente de la anterior.
4. Prescribe hacer enumeraciones de los pasos que se van dado. Con ello se
trata de no perder de vista ningún paso en la deducción y garantizar que no
hay saltos o lagunas en la misma.

³Esta forma de proceder es el único que responde a la dinámica interna de una


razón única. Descartes pensaba que la razón ha sido utilizada de este modo solo
en el ámbito de las matemáticas, produciendo resultados admirables. Nada
impide, sin embargo, que su utilización se extienda a todos los ámbitos del saber,
produciendo unos frutos admirables´1.

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY
YYY 

Y
Yv   
 Y  YY
 Y Y Y

 

Según Descartes, existen tres diferentes tipos de ideas que el hombre maneja: las
ideas adventicias, que provienen de la percepción; las ideas facticias, que son
producto de la imaginación y las ideas innatas o son nociones comunes, que están
virtualmente presentes en el mismo intelecto humano. Solamente estas últimas
son claras y distintas, porque resultan de la misma naturaleza humana, y en
última instancia de Dios. Descartes no afirma que estas ideas innatas estén
actualmente presentes desde el nacimiento, sino que el mismo intelecto las puede
producir de si mismo a raíz de una presencia virtual. Justamente estas ideas
como claras y distintas sirven como fundamento indudable para deducir todo el
resto de las ideas ciertas, en la metafísica y en la física. De cierto modo,
Descartes pretende llegar a todo conocimiento por vía a priori, deduciéndolo de
ideas innatas o a prior.

Para llegar a conocer como evidencia indudable estas ideas innatas o primeros
principios racionales, Descartes nos propone La duda metódica como el único
camino. La duda de Descartes es el único instrumento para encontrar la certeza
absoluta o el fundamento indudable; es como un proceso reduccionista de poner
en paréntesis todo de lo cual de una u otra manera se puede dudar, con el fin de
encontrar el término indudable. La duda es metódica, es decir se trata de un
experimento intelectual, y no es una duda existencial (crisis de fe, desesperación,
etc.). La duda además es universal comprende entonces todos los (supuestos)
conocimientos y no se limita a un cierto campo. Es también provisional, porque
tiene el propósito de llegar a un fundamento indudable, logrado esto, la duda se
suspenderá.

Además es teórica, porque no implica una duda cotidiana en los sentidos o el


intelecto; una duda practica haría imposible la vida y nuestro actuar cotidiano.

La duda metódica sigue el proceso del análisis que descartes ha puesto para
llegar a los axiomas evidentes: descompone entonces sistemáticamente los
múltiples datos de nuestro conocimiento y somete cada una de las partes a la
duda. Si resiste ala duda, hemos encontrado el fundamento indudable, si no
resiste tenemos que ponerlo mientras entre paréntesis, es decir, no aceptarlo
como verdadero y cierto. En sus Meditaciones, Descartes nos lleva al camino de
su experimento intelectual que consiste en cuatro pasos de duda:

1.- Las formas sensibles— es decir, los accidentes de los entes materiales,
percibidos por los sentidos.

Según Descartes es fácil de dudar de ellas, porque muchas veces nos


equivocamos, si solamente confiamos en nuestros sentidos. Las ilusiones ópticas
(rieles que se juntan, el tamaño de un objeto a distancia, etc.) nos indican que no
existe certeza en el como de los entes corpóreos sensibles.

2.-La existencia del mundo exterior. Aunque es mucho más difícil dudar de que
existían realmente cosas fuera del sujeto, sin embargo podemos imaginarnos que
nuestra percepción es como un sueño permanente y universal; y no existe
manera de determinar si se trata de una proyección síquica o de una existencia
real. Por lo tanto tenemos que dudar, mientras, también de la existencia del
mundo exterior.

3.-Las proposiciones matemáticas y lógicas, es decir, todos los conocimientos a


priori (que no dependen de la percepción) o proposiciones analíticas.

Tanto en la realidad como en el sueño, cinco mas dos son siete, por lo tanto,
parece que se trata de proposiciones indudables. Pero mientras exista la
posibilidad de una hipótesis que hace dudosa esta certeza, no podemos afirmarla
como indudable. Descartes introduce aquí la hipótesis de un genio maligno
universal que nos engaña siempre y a todos(es decir, nuestra naturaleza humana)
de tal modo que nos presenta las proposiciones analíticas como verdaderas,
mientras que no lo son. Esta duda hiperbólica nos hace dudar hasta de nuestro
conocimiento a priori.

4.-La existencia de Dios. Mientras que no se descarte por completo la hipótesis de


un genio maligno, no podemos afirmar con certeza absoluta la existencia de Dios.
El genio maligno nos podría engañar de tal manera que nos haga presente la idea
de Dios mientras que no exista. Por lo tanto, tenemos que dudar (metódicamente)
de Dios, hasta que se despeje cada duda en torno a su existencia sobre la base
de un principio indudable y ni alcanzable por un hipotético genio maligno.

5.-Mi propia existenciaë Descartes se pregunta, al haber recorrido todo el camino


de una posible duda, si puede dudar de su propia existencia. En este punto llega
al fin de la duda, y por lo tanto al primer principio indudable: Cogito ergo sum.

c!!ë

Yo puedo dudar de todo, salvo de mi propia existencia; porque si dudo de que yo


existía, a la vez afirmo en el mismo acto de dudar la existencia de un dudador, y si
caigo en un circulo vicioso: yo presupongo en el acto de dudar, lo de lo cual dudo;
es decir, cada duda supone la existencia de alguien que duda. O expresado de
una manera más amplia (porque dudar es una forma de pensar): cada pensar
supone la existencia de un pensador. Descartes expresa esta evidencia indudable
por la famosa formula: Cogito ergo sum (Pienso, luego existo)

Esta evidencia es indudable porque no puede ser puesta en duda, ni por el


argumento de la ilusión óptica (no se trata de algo sensible) ni del sueño( porque
también el soñar presupone la existencia de un soñador), ni de la duda hiperbólica
de un genio maligno ( porque solo puede ser engañado si existo ). Esta misma
evidencia existencial ya la habría expresado San Agustín en la forma Si fallor,
sum (Si soy engañado, existo), y también Campanella en la forma mas cercana a
Descartes: Si dudor, sum (Si dudo, existo).La indurabilidad del Cogito se capta por
intuición directa e inmediata y no por un proceso discursivo de deducción. Por eso,
el ergo (luego) de ninguna manera hay que entenderlo en un sentido temporal
(después), sino en sentido analítico: la existencia esta implicada en el acto de
pensar. Si analizamos la preposición pienso (Cogito), es decir, si
descomponemos esta proposición, encontramos en si misma la proposición existo
(sum). En términos modernos hablaríamos de una proposición analítica, en
donde el predicado esta incluido en o implicado por el sujeto (por ejemplo: en la
proposición analítica ³el circulo es redondo ³esta incluido en el sujeto circulo); el
predicado existo esta implicado por el sujeto pienso.

El Cogito ergo sum es entonces el principio o axioma indudable, encontrado a


través de una duda metódica y un proceso de análisis. Tenemos que corregir dos
opiniones que a menudo surgen de esta afirmación: la evidencia del Cogito no
significa que solamente existo cuando pienso. Descartes no afirma esta posición
idealista y solipsista, más bien afirma que mi propia existencia es evidente en y
por el mismo acto de pensar, pero no se constituye (en sentido idealista) por este
acto. Otra opinión equivocada sostiene que Descartes fuera partidario de un
solipsismo (solo yo existo). Hay que tomar en cuenta que el Cogito ergo sum es
para Descartes lo primero en el orden gnoseológico (ordo essendi).

El Cogito es el punto arquimédico gnoseológico de certeza absoluta, pero no el


arkhe absoluto antológico (sigue siendo Dios también para Descartes).

El Cogito es el primer juicio existencial indudable y tiene que servir como


fundamento y condición imprescindible para todas las demás verdades. Descartes
lo concibe-a manera matemática- como axioma evidente de toda la filosofía, del
cual por deducción estricta se puede inferir la certeza y la veda de otras
proposiciones existenciales y esenciales. Para tal fin, tenemos que fijarnos primero
en el Cogito ergo sum; con esta proposición afirmamos la existencia de algo que
piensa o de una cosa pensante (res cogitans), es decir, afirmamos la existencia de
un yo pensador que piensa algo. Parece Que Descartes supone que el pensar
requiere un sujeto pensante (yo) y que este sujeto es una sustancia o ente (res).
Efectivamente es difícil concebir un acto (pensar) sin una causa (algo o alguien
que piensa). Este yo del pensamiento no es el yo empírico (un hombre de carne y
hueso), porque inclusive el propio cuerpo todavía esta bajo la duda; mas bien es el
yo pensante y esto significa el conjunto de ideas, pensamientos, sentimientos,
fantasías y proposiciones pertenecientes a un sujeto.
El Cogito entonces no es solamente el acto de pensar sino también su contenido u
objeto inmediato: yo pienso algo. Este algo son todas mis ideas o conceptos que
tienen (con el mismo Cogito) existencia intelectual o formal; pero no podemos
todavía determinar su existencia real o eminente, mientras que sigue vigente la
hipótesis del genio maligno universal. La única manera de trascender la evidencia
inmanente del Cogito hacia la afirmación existencial de algo mas allá del yo
pensante consiste en la demostración de la existencia de un Dios veraz y perfecto
que seria incompatible con un genio maligno y que pueda garantizar la verdad de
mis ideas claras y distintas.

" 

Entre las ideas innatas, Descartes descubre la idea del infinito, que se apresura a
identificar con la idea de dios (Dios=Infinito).

Con argumentos convincentes demuestra Descartes que la idea de Dios no es


adventicia ( y no lo es, evidentemente , ya que no poseemos experiencia directa
de Dios) y con argumentos menos convincentes se esfuerza en demostrar que
tampoco es facticia( tradicionalmente se ha mantenido que la idea de infinito
proviene, por negación de los limites, de la idea de lo finito; Descartes invierte esta
relación afirmando que la noción de finitud, de limitación, presupone la idea de
infinitud: esta no deriva, pues, de aquella, no es facticia).

Una vez establecido por Descartes que la idea de Dios- como ser infinito- es
innata, el camino de la deducción queda definitivamente expedito:

La existencia de Dios es demostrada a partir de la idea de Dios. Entre los


argumentos utilizados Descartes merece destacarse dos: en primer lugar, (en la
tercera meditación) es de tipo agustino, a raíz de la introspección o experiencia
interior, mientras que el segundo (en la quinta meditación) es de argumento
ontológico en sentido estricto: ³Dios existe ³es una proposición analítica, porque la
misma existencia como perfección está implicada por la esencia de un ³ser
perfecto y absoluto´. Afirmando el contenido del concepto de ³Dios´ (perfección,
omnipotencia, etc.) y negando a su vez su existencia real, lleva a una
contradicción: ³lo más perfecto no es lo más perfecto´. Vemos que este argumento
es una variante del argumento Anselmie seria reiterado por Leibniz.

Vamos a estudiar detenidamente el argumento por introspección, que debe mucho


San Agustín, pero que tiene un carácter muy propio, debido al punto de partida
del cogito ergo sum. El argumento es el siguiente:

Premisa 1: Entre los contenidos del cogito se encuentre también la idea (o el


concepto) de lo ³infinito y perfecto´.

Esta idea se percibe por la evidencia interna o introspección (intuición o reflexión


intelectual).

La idea de lo ³infinito y perfecto´ es equivalente a la idea ³Dios´ como el ³ente


infinito y perfecto´.

Premisa 2: ³La cusa siempre es igual o mayor que el efecto´. Esto es un principio
metafísico de la causalidad vigente universalmente. Si la causa fuera menor (es
decir, de ³ser´ inferior) que el efecto, no podría producir el efecto. Descartes
presupone aquí la validez de esta proposición analítica, aunque todavía no ha
establecido el criterio de verdad (ideas claras y distintas), garantizado por la
veracidad divina por demostrar.

Parece entonces que Descartes cae en un petitio prinpipii (un circulo vicioso).

Premisa 3: Lo infinito siempre es mayor que lo finito. Esta premisa se da por


evidencia analítica de los conceptos. Las ideas en nuestro intelecto se distinguen
por su ³realidad objetiva´, es decir, por el grado de ser que representan. ³La idea
de lo infinito y perfecto´ tiene máxima ³realidad objetiva´, porque representa un
ente infinito y perfecto supuestamente existente.

Conclusión 1: La causa real de idea de lo ³infinito y perfecto´ no pude ser algo


finito, porque en este caso la causa de la idea de lo ³finito y perfecto´ no puedo ser
yo mismo; yo como ente finito solo puedo crear ³ideas ficticias´ (fantasías).
Tampoco puede ser un ente exterior (porque todo los entes exteriores son finitos),
que producirá a través de la percepción esta idea en mi; ni el ³genio maligno
universal´ (porque carece se perfección absoluta en el aspecto ético).

Conclusión 2: la causa de la idea de lo ³infinito y perfecto´ tiene que ser lo infinito


mismo (porque tiene que ser igual o mayor que su efecto), pero como realmente
existe y no solo intelectualmente. Algo que no existe en realidad, no puede ser
causa de algo.

Conclusión 3: Así tiene que existir lo infinito y perfecto mismo, que es Dios. Es
decir, Dios como causa ha puesto la idea de lo ³infinito y perfecto ³en el intelecto
humano como idea innata
Y

Y
( Y
Y
p"Y
Y
%)Y
Y

Y p"Y
YY Yp"Y

YY

Y Yã   YYYYYYYYã

Y 
YY YYY

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY Y
Y YY Y!
YY

Y YYYY "
 Y Y   YY

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY   Y !  Y

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY Y!
 
YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY Y
 
YY

Y #
Y 
$ YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY
$Y 
$ YY

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYY
Y !YY 
Y! Y !YY

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY% ! YY !


! Y

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYY Y
YY Y Y
Y

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY&YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY'Y

Das könnte Ihnen auch gefallen