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(Aplicaciones de la Teoría de Juegos al fenómeno de la Transferencia)
I....................... Introducción
II....................... El “Juego del Vampiro”: El Modelo Halcones/Palomas en el contexto de los
procesos de Transferencia de Memoria Celular
III....................... El “Juego Vampiro/Presa”, estrategias reactivas en el marco del Modelo “Guerra
de los Sexos”
IV....................... Conclusiones
V........................ Bibliografía y Referencias
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Introducción
Los fenómenos de interacción entre entidades psicobiológicas basados en el intercambio bio‐energético
y de unidades de código informativo bio‐molecular retro‐transcriptor de tipo epigenético o vinculado a
la transmisión de memoria celular, descritas en los ensayos anteriores de este autor (Ver Referencias) –
denominadas en general mecanismos de Transferencia – pueden ser abordados y formalizados como si
dichos procesos fuesen una Partida en el contexto de la Teoría de Juegos y, más en concreto, dentro de
los supuestos hipotéticos del Teorema de Nash.
Obviamente, en este caso los Jugadores son el Donante y el Receptor, las Reglas la modalidad de
relación mutua sometida en todo caso a los Principios bio‐físicos y termodinámicos fundamentales que
controlan la Transferencia y las Estrategias corresponden a las diferentes opciones de intercambio
transferente entre ellos compatibles con las primeras.
Supondremos a priori que nuestros escenarios cumplen las condiciones establecidas por el análisis
original del genial matemático norteamericano John Forbes Nash, es decir, que la Transferencia es un
“Juego Estratégico No‐Cooperativo”. Dicha premisa es evidente, pues en casi todas las formas de
Transferencia, la acción mutua entre Donante y Receptor equivale a un enfrentamiento entre dos
organismos, en las que las “decisiones” o “cursos estratégicos” del uno tienden a reducir los beneficios
o ventajas del otro – lo que se definen como “pagos” en el Modelo de Nash – excepto si tal opción
implica un mayor perjuicio propio. Si consultan mis trabajos precedentes al respecto, comprobarán sin
dificultad que tanto el caso Donante‐Presa/Depredador‐Receptor como el de Libre Competencia
Perfecta entre organismos “transferentes”, se ajustan de modo absoluto a las presunciones de Nash y
sus “jugadores aislados (es decir, incapaces de conocer de antemano la jugada del contrario o
negociarla), y “egoístas” (o sea, que operan bajo el axioma de lograr la máxima ganancia propia a
expensas o no del oponente según les convenga). En el contexto del Método Báthory y su posterior
“generalización” y diversificación a gran escala dentro de la Teoría de Evolución por Transferencia TET
la convergencia de ambos paradigmas es diáfana y profunda y, de hecho, el Teorema de Nash y sus
consecuencias ha sido masivamente aplicado al campo de las bio‐matemáticas de la Teoría Neo‐
Darwiniana de forma variada y fecunda.
Pues bien, el Teorema de Nash demuestra que: “Para cualquier Juego No‐Cooperativo de estas
características, siempre existe, al menos, una estrategia o combinación mixta de ellas entre ambos
jugadores que conduce a un estado estable, o lo que es lo mismo, al máximo beneficio o menor pérdida
posible para ambos, de modo que la pareja de jugadores tienden a optar por ella racionalmente, pues si
cualquiera de los dos no la cambia, el otro tampoco lo hará jamás, al suponer la mayor ventaja
permitida para él si su adversario no varía la jugada. Dicho “Punto de Estabilidad” se conoce como
“Equilibrio de Nash”.
Además, en general, nuestros casos de Doble Transferencia constituyen “Juegos Bipersonales sin
Repetición” (cada “Jugada” o interacción es única e irrepetible) y “Asimétricos” (habitualmente, uno de
los jugadores posee “dominancia” o ventaja selectiva frente al otro derivada de las propias reglas del
Juego). Y este tipo de Juegos son los mejor descritos por el Modelo de Nash.
Tan sólo cabría plantear una excepción o dificultad a esto: En los casos de Bio‐Resonancia Imperfecta o
Perfecta (Simbiosis), los supuestos del Teorema de Nash no parecen cumplirse: Cabe argumentar, sin
embargo, que posteriormente a su inicial , brillante y famosa tesis – publicada en Princeton en 1.950,
cuando su autor contaba con tan sólo 21 años – el genial matemático extendió su método a los Juegos
Bipersonales Cooperativos, a través, de la llamada “Solución de Regateo de Nash” y propuso asimismo
un potente algoritmo, el “Programa de Nash”, que reduce todos los Juegos Cooperativos a un marco
No‐Cooperativo como modalidades particulares.
Pero de ello nos ocuparemos más tarde. De momento, aplicaremos la Teoría de Juegos de Nash a las
situaciones de Transferencia más directamente abordables por su Modelo al cumplir en rigor las
condiciones hipotéticas de su Teorema.
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II
El “Juego del Vampiro”: El Modelo Halcones/Palomas en el contexto de los procesos de
Transferencia de Memoria Celular
Para formalizar el Juego, al que llamaremos “El Juego o Dilema del Vampiro”, definamos sus
elementos de la siguiente manera:
• Jugador 1: “Vampiro Halcón” o “Amo Oscuro”
• Jugador 2: “Vampiro Paloma” o “Consumidor”
• Estrategia 1: El Vampiro “Halcón” o “Amo Oscuro” se alimenta de la sangre y energía vital
de sus Donantes/Presas, pero les cede una mínima cantidad de las suyas y los mantiene vivos
para procurar siempre su Conversión en “Sumisos Oscuros”, y así conseguir en el futuro la
máxima ventaja y alcance Transferente posible y reutilizarlos como fuente de factores
biológicos favorables o regenerativos una y otra vez. Su estrategia es selectiva, no
cuantitativa y enfocada a medio‐largo plazo
• Estrategia 2: El Vampiro “Paloma” o “Consumidor” tan sólo emplea a sus Donantes/Presas
como ganado nutritivo y regenerativo, consumiendo el máximo posible de su sangre y
energía psicobiológica de las mismas. Su estrategia es puramente cuantitativa‐acumulativa y
corto‐placista. No le importa si su víctima muere o se convierte. Si esta se transforma en
neonato, no ejercerá de Maestro o Padre/Madre Oscuro con ella, abandonándola a su suerte.
• Reglas y Pagos:
4) Por último, si dos Vampiros “Paloma” fijan sus relucientes ojos sobre idéntica presa
Cálida, como ambos desean lo mismo, o bien combaten o se la reparten. Pero dentro de los
supuestos de Nash, tenderán a escoger la “jugada” menos costosa, pues para los dos la
cantidad/acumulación prima sobre la selectividad cualitativa. Por ello, optarán
“racionalmente” por compartirla: El resultado promedio es – consecuentemente – que cada
uno recibirá la mitad del beneficio máximo posible, V/2
Según estas Reglas, la Matriz de Pagos correspondiente al Juego o Dilema del Vampiro o
Transferencia bajo Libre Competencia Perfecta será igual a:
Competidores Vampiro “Halcón” o “Amo” Vampiro “Paloma” o “Consumidor”
Vampiro “Halcón” o “Amo” (V – C)/2 V
Vampiro “Paloma” o “Consumidor” 0 V/2
Puesto que, en este caso concreto, nos hallamos ante una Juego de Suma Cero, pues las ventajas de uno
de los Jugadores crecen siempre a expensas del otro, debido a que ambos compiten por recursos
comunes abundantes pero finitos, la Solución Estable o “Equilibrio de Nash” del Sistema se puede
calcular de modo muy simple: Corresponderá a aquella Estrategia Mixta que conduzca a la anulación
de la Función Unitaria de Pagos o Ganancias , dada por:
P = F (V – C)/2 + D (V/2)
(Pues el elemento superior derecho no representa una interacción y el inferior izquierdo tampoco y
además es nulo)
Igualando a cero y, como es evidente que D = (1 – F):
P = (V – F C)/2 = 0
Por lo cual:
F = V/C
D = (C – V)/C
Este resultado, tal y como nos enseña el notable ingeniero aeronáutico posteriormente reconvertido de
la mano del gran biólogo J.B.S. Haldane en aún más brillante investigador genetista, ecólogo y etólogo
John Maynard Smith – el primer científico en aplicar la Teoría de Juegos a los Modelos de
Comportamiento y Evolución Biológica – significa que el “Punto de Equilibrio de Nash” o “Estrategia
Evolutivamente Estable (EEE)” para este “Juego” o escenario competitivo supone que la Población de
“Jugadores Tipo 1” (Vampiros Halcones‐Amos) ha de ser tal que equivalga a la fracción V/C de la
Población Total de Vampiros‐Depredadores‐Receptores, y el resto, deberán adoptar el patrón de
conducta alternativo, o sea, asumir el rol de “Jugadores Tipo 2” (Vampiros Palomas‐Consumidores).
Esta es la “Estrategia Mixta” que nos lleva al Estado Estable del Sistema y, por tanto, como impone el
Teorema de Nash, la que tenderá a establecer la dinámica evolutiva TET‐Darwiniana por sí misma de
modo espontáneo.
Desde luego, como Nash desarrolló su original y potente Teoría en un contexto sociológico‐
geoestratégico‐económico, utilizó los términos “Pagos” y “Costes”, habituales en Ciencias Sociales.
Aplicando su Modelo al universo biológico‐evolutivo, es más adecuado emplear la nomenclatura
“Ventajas Adaptativas” y “Riesgos Competitivos”, pero el concepto, en esencia, es el mismo y de muy
sencilla asimilación.
Esto es natural, pues la “filosofía” Darwiniana – cuyo fundamento no modifica sino más bien refuerza
en el fondo mi Teoría Neosintética en realidad – y la del Mercado Libre o las Interacciones Sociales
Humanas analizadas de forma estrictamente racional, rasgando el velo supersticioso y falseador de
mitos y prejuicios religiosos o ideológicos, se antojan sustancialmente análogas.
Otra posible interpretación de esta conclusión, por completo equivalente desde el punto de vista bio‐
estadístico, es suponer que la EEE se logra si cada uno de los “Jugadores” o Vampiros‐Depredadores‐
Receptores “elige” adoptar el patrón de conducta “Halcón‐Amo” una proporción igual a V/C del total
de las veces que caza, y el resto de sus actos depredadores se decanta por comportarse como una
Paloma‐Consumidora.
Cualquier otra “estrategia pura” o “mixta” empuja inexorablemente al Sistema fuera de su Equilibrio,
por lo cual es inestable: Por ejemplo, si suponemos que en principio la gran mayoría de Vampiros
portan genes o son condicionados culturalmente o ambos factores a la vez que les inducen a actuar
como “Halcones”, está claro que, como la minoría de “Vampiros‐Palomas” evitan el enfrentamiento
directo por las presas cálidas como parte de su propio “programa estratégico”, los Halcones
sobrevivirán en mayor proporción y sus genes y patrones de conducta se propagarán enormemente en
el acervo de la Especie y, por Transferencia, en el de sus víctimas “convertidas”, que llamaremos
“neonatos”, con un tremendo efecto multiplicador, aún mayor que en el esquema darwiniano clásico al
aceptar mi Modelo la transmisión de caracteres adquiridos. Así, con terrible rapidez, la fracción de
“Amos‐Halcones” crecerá muy por encima del límite crítico V/C y la variedad de “Palomas‐
Consumidoras” menguará hasta amenazar su extinción. Pero, entonces, como ya no quedarán apenas
“Palomas”, un altísimo porcentaje de los “encuentros competitivos” o actos de cacería de Cálidos
implicarán una forzosa lucha entre agresivos, selectivos y medio‐placistas “sibaritas”, en feroz pugna
por sus víctimas favoritas, portadoras de los más exquisitos factores nutritivos y regeneradores
requeridos para conseguir la máxima adaptación TET “acelerada”. Ello generará un disparo
escalofriante de los Costes, a la larga insoportable para el Sistema. En breve, los daños, lesiones y
muertes producidos por tales choques – o dicho de otra manera, los costos del “Juego” – superarán en
mucho a los Beneficios, la Población de Halcones empezará a bajar y, automáticamente, al dejar más
presas disponibles y ser además nada exigentes en su selección las Palomas, éstas volverán a crecer,
hasta que el conjunto alcance las proporciones exigidas por la EEE, es decir, por el Punto de Equilibrio
de Nash; De igual forma, si imaginamos que inicialmente predomina el esquema de conducta
“Palomas”, como éstas son mayoría y hay humanos cálidos de sobra, sus genes y patrones de caza se
expandirán por el acervo genético de los Vampiros, porque la probabilidad de encuentro entre dos
Palomas será muy superior a la de una Paloma con un Halcón, y mucho más que entre dos Halcones...
Pero en la última parte de la frase se encuentra ahora la clave de la inestabilidad de esta dinámica:
Como hay muy pocos Halcones, los Costes Totales específicos en el seno de su Sub‐Población cada vez
son más escasos, y como sigue existiendo exceso de presas para todos, llegará un momento en que el
sumatorio de Costes por las luchas intraespecíficas Halcón‐Halcón será inferior a la disminución de
Pagos Positivos que supone dividir por dos o compartir las víctimas según el esquema de
comportamiento de las Palomas. A partir de ese instante, empezará a aumentar la proporción de Amos
a costa de Consumidores. Además, como ya empezará a ser más probable el encuentro Halcón‐Paloma,
y todavía mucho más que entre dos Halcones, y las Palomas se retiran ante un Amo, tal convergencia
de estrategias provocará que la Población de Halcones aumente, más velozmente aún que antes decayó
por el efecto sinérgico de la Conversión por Transferencia de sus víctimas‐neonatos, hasta alcanzar la
fracción V/C determinada por el Teorema de Nash. Pero en el momento que la supere, volveremos a la
situación descrita en en primer escenario y ocurrirá lo contrario.
En suma, nos encontramos con una dinámica de leves oscilaciones “rápidas” cíclicas en torno a un
Punto Estable de Equlibrio o Punto de Nash, que definimos como Estrategia Evolutivamente Estable,
EEE. Tal punto equivale a un beneficio menor que el máximo posible para ambas clases de
Depredadores‐Jugadores, pero es el “mínimo‐máximo” (Estrategia “Maximin”) permisible para ambos
según las Reglas del Juego o Interacción y, por ende, el estado final de Equilibrio al que evoluciona el
Sistema por sí mismo, como demostró el genio de John F. Nash.
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III
El “Juego Vampiro/Presa”, estrategias reactivas en el marco del Modelo “Guerra de los Sexos”
Los componentes de este nuevo “Juego”, que bautizaremos como “Vampiro/Presa”, equivalen al
célebre escenario conocido como “Guerra de los Sexos”, del que hay varias versiones, desde las más
lúdicas o “cotidianas”, como el llamado “Juego Fútbol o Discoteca” hasta las más sesudas y
“neodarwinianas”, como el denominado “Juego Golfo‐Fiel/Fáciles‐Estrechas”...
En ellos, cada sexo (para nuestro Juego cada Especie, Vampiros y Presas Cálidas) posee dos opciones de
“jugada estratégica”, y un orden de “preferencias” diferente respecto a sus posibles combinaciones que
determinan sus Reglas de Distribución de Pagos y, como antes, ninguno de ellos conoce a priori las
intenciones del otro ni pueden negociar. Se trata de un Juego de Suma No‐Cero, que puede ser
simétrico o asimétrico, aunque en las condiciones biológicas evolutivas casi siempre será esto último,
pero igualmente comprendido dentro de las hipótesis del Teorema de Nash.
En nuestro contexto, el Juego “Vampiro Presa” queda formalizado así:
• Jugador 1: Vampiro
• Jugador 2: Presa/Cálido
• Estrategias del Vampiro: Halcón‐Amo (F) o Paloma‐Consumidor (D)
• Estrategias de la Presa: Pragmático (P) o Mártir (M)
• Reglas y Pagos:
1) El Vampiro Halcón prefiere una Presa Pragmática, pues ésta se ajusta a su primera opción
de conducta (Conversión), pero si se cruza con una Mártir la doblegará igualmente a su
superior voluntad, aunque soportando el Coste de su Sometimiento Psíquico. De cualquier
modo, paga también el costo de “entrenamiento” o “crianza” de su nuevo “Hijo Oscuro” o
pupilo neonato, fruto del Abrazo Oscuro, para ayudarle a desenvolverse en su nuevo estado.
Llamaremos C a dicho Coste Total de Conversión y estimaremos que, en promedio, se
reparte por igual entre el Vampiro Amo y su reciente “Discípulo”. Entonces, el Vampiro
Halcón obtiene un beneficio medio V en ambas situaciones por propagar sus códigos de
memoria celular y adquirir los que le interesan y la energía necesaria para su mantenimiento
y regeneración biológica, independientemente de si su víctima es Pragmática o Mártir, pero
si caza al primer tipo no paga la pequeña fracción de C/2 que conlleva la Subyugación de su
voluntad contraria a ser transformada en otro vampiro, factor que estimaremos como 3/20 C.
Por su parte, la Presa obtiene en el intercambio al final de su “Crianza Oscura” el pago
positivo V ligado a la Transferencia Inversa recibida y soporta iguales costes globales, o sea
C/2 si es Pragmática o 13/20 C si es Mártir, pues 1/2+3/20=13/20.
2) El Vampiro Paloma solo caza Presas Pragmáticas, porque no está dispuesto a someterse al
laborioso “flirteo” de la Seducción o Sometimiento Psíquico que exigen las Mártires. Ante
una de ellas, la desangrará todo lo posible y si, por accidente su presa sufre la Conversión,
dejará que esta cargue sola con el peso de asumir su nueva condición. Expresado de otro
modo, si la Presa sobrevive, la única posibilidad relevante desde el punto de vista evolutivo,
carga ella sola con el Coste Total de “Crianza” Oscura, o adaptación a su nueva forma de
existencia, cuyo valor será en promedio el doble del que pagaría si su Progenitor Oscuro la
cuidara y adiestrara tras la transformación, esto es, C. En esta coyuntura el Vampiro Paloma
acapara todas las ventajas sin costo alguno, pues asimismo se ahorra el gasto de Seducción o
Sometimiento Psíquico, 3/20 C, disfrutando en exclusiva del pago V por Transferencia.
3) La Presa Pragmática opta por sobrevivir aunque se transforme en Vampiro Neonato, bien
como “mal menor” o porque anhela poder y longevidad. Prefiere, por tanto, obviamente, ser
cazada por un Vampiro Halcón en todo caso, aunque si la encuentra uno Paloma no puede
evitar ser desangrada‐consumida y, si tiene la suerte de sobrevivir, ha de sostener ella sola
toda la carga que supone su Conversión. Lógicamente, el Coste de su relación con un Halcón
será mucho menor, pues se ahorra la pérdida por Sometimiento o Seducción Oscura y la
mitad de los gastos de su “Crianza Oscura”, como ya apuntamos anteriormente.
4) La Presa Mártir prefiere morir antes que convertirse en Vampiro por miedo a lo
Desconocido y/o sus profundos ideales éticos y/o religiosos. Naturalmente, escogería
encontrase con un Vampiro‐Paloma, pero si tiene la mala suerte de enfrentarse a un Halcón
será “Contra‐Transferido” de todos modos y pasará al estado de Vampiro Neonato pero
ejerciendo una intensa resistencia psíquica a la famosa “fascinación vampírica”. Los Pagos y
Costes variarán entre ambas opciones de igual manera a la ya descrita.
5) Las posibles combinaciones de Jugadas‐Encuentros son:
Halcón‐Pragmático = (F,P)
Halcón‐Mártir = (F,M)
Paloma‐Pragmático = (D,P)
Paloma‐Mártir = (D,M)
Cuyos balances de Pagos y Costes (Función Beneficio) serán, respectivamente y para cada
combinación:
BF(F,M) = V – 13/20 C
BP(F,M) = V – 13/20 C
BF(F,P) = V – C/2
BM(F,P) = V – C/2
BD(D,M) = 0
BP(D,M) = 0
BD(D,P) = V
BD(D,P) = V – C
6) Cada Jugador, si se halla frente a su opción no‐óptima, preferirá de todas formas aquella
combinación que suponga menor Costo para sí o mayor para el adversario. (Principio
Elemental del “Jugador Egoísta de Nash)
La Matriz de Pagos General del Juego Vampiro/Presa es, entonces:
En ella, cada elemento es un vector bidimensional, cuya componente izquierda representa el pago neto
recibido por los Vampiros y la derecha el de sus Presas. Si ahora particularizamos para una razón (V/C)
= ¾, nos queda la Matriz Unitaria de Costos:
Donde cada primera componente de los vectores mide la fracción del Costo Total de “Crianza Oscura”
de los neonatos que corresponde al Beneficio o Pago Neto logrado por los Vampiros en cada interacción
concreta y, a las de la derecha, idéntico parámetro referido a sus Presas.
Si se plantean la Funciones de Balance o Beneficio adecuadas y se optimizan mediante los métodos
numéricos pertinentes – que se omitirán por ser demasiado engorrosos en esta ocasión – el máximo
beneficio conjunto posible para las poblaciones de las dos Especies – o la EEE del Sistema – se obtiene
cuando las proporciones de cada “estrategia” son iguales a:
F = 5/8 (62% de los Vampiros “Halcones” o “Amos”)
D = 3/8 (38% de los Vampiros “Palomas” o “Consumidores”)
M = 5/6 (83% de las Presas Cálidas “Mártires”)
P = 1/6 (17% de las Presas Cálidas “Pragmáticas”)
El significado de este resultado es semejante al que llevamos a cabo en el caso del Modelo
“Halcones/Palomas” de Competencia Perfecta, aunque algo más intrincado porque aquí disponemos de
dos estrategias para cada tipo de Jugador, pero la esencia del análisis sigue siendo la misma: Cualquier
variación significativa sobre estas proporciones de Equilibrio serán rápidamente penalizadas, haciendo
retornar a ambas Poblaciones al Punto de Nash del Sistema. Por ejemplo, imaginemos un mundo en el
que todas las Presas son Mártires, algo así como la “República Perfecta” soñada por algunos de los
miembros más inspirados de esa curiosa y minoritaria pero ruidosa variedad zoológica de nuestra
especie Cálida que podemos definir como “integristas religiosos” (comentario que sirve para los dos
escenarios del Modelo, tanto el de Dawkins como el mío, dicho sea de paso, además de darse la feliz
circunstancia de que ambos autores les odiamos y despreciamos “cordialmente” por igual, según
parece). En tal mundo, originalmente sólo existirían Vampiros Amos, porque las Presas Mártires no
permiten “transferir” sus especiales cualidades psicobiológicas a los Vampiros que no están
“programados” para consentir el gasto de tiempo y energías que requiere un “cortejo” de fascinación
psíquica. Aparentemente, la situación parece estable, pero se trata de una simple ilusión. Basta que
aparezca de forma espontánea una sola Presa Pragmática, por mutación darwiniana al azar o inducida
por algún estímulo local del ambiente en los términos de mi Teoría TET, para que todo empiece a
cambiar. En efecto, como solo existen de momento Vampiros Halcones, la Pragmática tiene asegurada
la asistencia Post‐Conversión y, como no paga el costo de Fascinación y únicamente su mitad del coste
de Crianza Oscura su balance es mejor que el de la abrumadora mayoría de sus congéneres Mártires.
Además, los Vampiros Amos también ahorran algo, aunque sea poco, el pequeño gasto de Seducción
Psíquica, por lo que muchos de ellos buscarán a las escasas “presas fáciles” como si fuesen oro, aunque
después compartan con ellas devotamente la ardua tarea de entrenamiento para su estado neonato. Es
fácil deducir que en esta fase los genes y unidades sintónicas retro‐transcriptoras de la memoria celular
del carácter “Pragmático” se extenderán como un reguero de pólvora en el acervo cálido, pudiendo en
teoría llegar a igualar o superar la cantidad de población de las “recatadas” y conservadoras
“Mártires”. Ahora bien, como los efectos adaptativos – y, aún más sinérgica y aceleradamente aquellos
vinculados a la Evolución por Transferencia – se refuerzan mutuamente por presión selectiva, en breve
surgirá la inducción/mutación o “Jugada Reactiva”: Con que sólo un Vampiro Paloma surja tras ser
Convertido, de nuevo se iniciará otra nueva “cascada” de reajustes en el Sistema. Ahora, los
minoritarios pero muy activos “Consumidores” cobran brusca y arrolladora ventaja: Como hay
abundancia de Presas Pragmáticas desangrarán a muchas de ellas, convirtiendo a una fracción elevada
de las mismas una y otra vez, puesto que las Pragmáticas aceptan siempre el contacto velozmente, sin
preámbulos y a coste nulo para ellos. De nuevo, los genes y “retro‐transcriptores” de los recién llegados
a la arena de la Batalla de los Vampiros/Presas se propagarán frenéticamente, aún más y con mayor
rapidez que antes ocurrió con los de sus Presas Selectivas, por la dominancia intrínseca en los
beneficios de la Economía Reproductiva de los Vampiros sobre los Cálidos, (debida al coste cero
generado por la absoluta irresponsabilidad de los Palomas para con su “Progenie Oscura),
análogamente a lo que ocurre con los Machos Golfos en el Modelo gemelo de la Batalla de los Sexos. Sin
embargo, en la magnitud, impetuosidad y velocidad de su éxito inicial se halla precisamente la semilla
de sus limitación, porque al cabo de bastante poco tiempo, la legión de Presas neonatas producida ha
de enfrentarse por sus propios medios al tremendo costo de su Conversión o Crianza Oscura, cuyo
balance es negativo, al ser siempre superior al pago disfrutado por la Transferencia (equivalente a la
descendencia en el Juego Vampírico). Consiguientemente, ahora la opción contraria se ve favorecida,
aunque la gran mayoría de los Vampiros sean Palomas y casi todos los reducidos efectivos de Cálidos
Mártires hayan de conformarse con un triste 0 de Balance al ser la probabilidad de encuentro con un
Halcón muy baja, pues no olvidemos que un “0” vale más que un “ – C/4”. En consecuencia, la
población de Pragmáticas comenzará a descender y, naturalmente, a incrementarse de forma
automática la proporción de Mártires. Poco más tarde, cuando el número de éstas vuelva a superar al
de Pragmáticas, empezará a menguar la fracción de Palomas neonatas, y así sucesivamente.
En verdad, tales oscilaciones extremas jamás ocurrirán a medio‐largo plazo en un entorno estable, pues
el Sistema se “estaciona” en la Estrategia Mixta cuyas proporciones para cada patrón de conducta
coinciden con el Punto de Nash del Sistema. Y, de nuevo, recordemos que, en verdad, no se trata
tampoco de que existan dos variedades, “razas” o sub‐especies de Vampiros y otras dos de Cálidos
neta y psicobiológicamente diferenciadas de modo unívoco... Ni el profesor Dawkins ni yo, y mucho
menos el genial Maynard Smith, somos tan simples como para caer en un determinismo genético de tan
radical grosería: Es mucho más próximo a la realidad – aunque sea virtual en mi “Modelo
Vampiros/Presas” – suponer que la EEE implica que, en promedio, la Población de Vampiros tiende a
actuar según el patrón de conducta “Halcón‐Amo” el 62% de su tiempo, y el restante 38% se comporta
como un “Paloma”. De igual modo, el conjunto de sus Presas Cálidas, adoptará el rol de “Mártir” una
media del 83% de las ocasiones en que es cazada y un 17% actuará de acuerdo con el esquema
“Pragmático”.
Así, por ejemplo, podemos imaginar que los neonatos recién convertidos, a causa de la súbita urgencia
y novedad de sus transformados cuerpos y mentes, sentirán tal intensidad incontrolable de su instinto
depredador, que casi ninguno tendrá “serenidad” y “cálculo de futuro” suficientes como para elegir el
papel del “galanteador” y “paternal” Amo Oscuro. Durante esa etapa, se verán impelidos a actuar
como un impulsivo e impaciente “consumidor cuantitativo” y “corto‐placista” Paloma, rechazando de
plano los “exigentes” requisitos del “Cortejo Oscuro” o “Fascinación” impuestos por las Presas
Mártires, y se limitará a correr como un desesperado tras cada “Pragmática” que se le cruce en su
nocturno camino, a semejanza de lo habitual entre los machos adolescentes y jóvenes de edad
estudiantil en nuestro Universo Sexual Mamífero. Pues bien, este periodo de experimentación,
sensualidad arrebatadora y dorada libertad, representará, en promedio, el 38% de su “vida
reproductiva” según el Modelo antes desarrollado. Entre las Presas también existe la pulsión
“romántica”, “aventurera”, “ansiosa de belleza duradera y poderes extraordinarios”, “exploradora de
dimensiones desconocidas” que las puede impulsar a desear ser cazadas y “convertidas por un
Vampiro”... Si lo dudan, consulten la gigantesca cuenta corriente de la escritoras Anne Rice o Stephenie
Meyer, o recuerden el alud de grititos histéricos de ambos sexos en el estreno de “Crepúsculo” en
cualquier sala de cine, por citar tan sólo las más recientes expresiones espectaculares de la perenne
atracción morbosa del Mito. Pero tal actitud se ve frenada por el innegable hecho psicobiológico de que
el proceso de Conversión es mucho más difícil y traumático para un Cálido que para un Vampiro,
sobre todo si ha de afrontarse a solas, abandonado a su suerte por un Paloma irresponsable y volátil.
Exactamente lo mismo acontece con las hembras de todas las especies mamíferas: También
experimentan de manera espontánea, en especial durante la pubertad, adolescencia y primera
juventud, idénticas o quizá superiores pulsiones “anárquicas”, “poligámicas” y “promiscuas” de “estilo
fáciles”..., y si tienen la fortuna de vivir en sociedades que no reprimen en exceso los impulsos
naturales, experimentan con ellas casi por igual que sus compañeros masculinos, probablemente
incluso mejor y más satisfactoriamente, pues en verdad los que ya no somos “neonatos” sabemos bien
que el auténtico “sexo fuerte” son ellas... Pero la inexorable carga derivada del inmenso tamaño del
óvulo y su escasez frente a miriadas de diminutos y seleccionados espermatozoides – variable biológica
llevada hasta su máximo dimorfismo evolutivo en los mamíferos – que las obliga a asumir la mayor
parte de los costes de Gestación y Crianza provoca que, nada más madurar, mucho antes y más
nítidamente que sus colegas dotados de pene, posean clara conciencia de las profundas desventajas y
riesgos que conlleva pagar todo ese inmenso coste sin ayuda, y esto las empuja a tornarse mucho más
precavidas, auto‐controladas y selectivas que los machos, movidas por la necesidad de “acertar” en la
elección de parejas fieles cuyos “patrones de conducta” o “madurez” les garanticen que aceptarán
pagar la media de su mitad de costos de crianza. Este “temor al parto solitario” sigue constituyendo el
más poderoso obstáculo asimétrico contra la Estrategia “ Hembra Fácil”, haciéndola menos ventajosa
que la del “Macho Golfo”, justificando así esa diferencia entre el 17% de “Free Play Time” – como dicen
los americanos – entre la Población de las primeras, menos la mitad del que gozan los segundos. Este
“temor al parto solitario”, instintivo e inconsciente debido a su fuerte base genético‐evolutiva en la
práctica totalidad de los mamíferos y reforzado culturalmente en la mayor parte de las sociedades
humanas, equivale al “terror ante Lo Desconocido” en mi Escenario de Vampiros/Presas, provocando
idéntico efecto bio‐estadístico: Más del doble de “tiempo de libre juego” para la Estrategia más
“promiscua” y “aventurera” entre los Vampiros y Machos (los privilegiados en el balance de costes)
que para las Presas y Hembras (las perjudicadas en éste) y, por arrastre sinérgico, un predominio más
moderado de las Estrategias de índole más “responsable” y “paternal” también entre los Depredadores
e Inseminadores, aunque mucho menos pronunciado (únicamente unas 1.34 veces más frecuente o
probable que su alternativa “golfa”).
Espero que las feministas no se enfaden demasiado. Pero se trata de hechos biológicos, y contra los
hechos no se puede discutir: Está claro que los machos mamíferos – y los varones de la especie humana
no son una excepción – al verse físicamente libres de los poderosos costes de gestación,
amamantamiento y crianza, a no ser que acepten este último por “programación de conducta”, tienden
y disponen de mayor “libertad” sexual natural que las hembras y mujeres. Ambos se ven “empujados”
por la “Mano Invisible” de los Genes y Retro‐Transcriptores de Memoria Celular multi‐milenarios a
“escoger” preferentemente una Estrategia Mixta que supone un predominio de los comportamientos
más “maduros”, “contenidos” y “responsables”, a pesar de la potentísima urgencia de la líbido o
impulso sexual menos selectivo, más caótico, puramente “cuantitativo” y desordenado, porque así lo
impone la inapelable necesidad de cooperar para asegurar la supervivencia de la Especie en el hostil
mundo salvaje, donde las probabilidades de escapar de la muerte de una hembra embarazada o
criadora en soledad son bastante limitadas..., pero los genes y sintones y sus “máquinas biológicas
transmisoras” en el Gran Juego de la Vida, como diría Mr. Dawkins, son Jugadores Egoístas de Nash y,
por ende, propenden a conservar el máximo grado de ganancia individual posible. De ahí esa asimetría
entre un modesto 17% femenino de “Free Play Time”, la mayor parte de las veces estrictamente
circunscrito a las épocas más juveniles, y eso en las sociedades más próximas al estado “natural
primitivo” o abiertas, frente al “lujoso” 38% de los hombres, quienes es harto reconocido gozan de
muchas mejores condiciones para prolongar esa “feliz adolescencia” más allá de sus fronteras
temporales objetivas cual juguetones “Peter‐Panes” prolongados. En mi Simulación del Juego Vampiro/
Presa, como el papel de las mujeres corresponde al de las últimas (nuestra Especie Cálida) y el de los
hombres a los Vampiros, ocurre exactamente lo mismo, pero a favor de los Vampiros.
El “Penetrado”, el “Invadido”, el “Inseminado”, el “que sigue la Jugada”, el “Transformado”, la “Presa/
Donante” siempre pierde, aunque gracias a la lógica reproductiva que arrastra al Sistema a su EEE
pierde menos, o “gana lo máximo que puede ganar perdiendo”..., usando la única y humilde pero no
despreciable arma que le ha dejado la Naturaleza: Negarse a “cooperar” (o sea, imponer un coste
suplementario previo a la “cópula” o “Abrazo Oscuro”, al acto reproductivo o Transferente en general)
para “arañar” un poco de “libre juego” para sí mismo...
De hecho, sorprende que hayan conseguido, dada la extrema desventaja de sus posiciones iniciales en
el Tablero, incluso ese modesto 17%...
Sin duda, son mejores Jugadoras... y el poder de los genes y retro‐transcriptores, de las diminutas y
sofisticadas máquinas auto‐replicadoras, en suma, que gobiernan nuestros cuerpos y condicionan más
o menos severamente nuestras mentes, es colosal...
El suyo..., y el del Teorema de Nash, por supuesto.
1) Estos Escenarios constituyen simplificaciones, como todo modelo matemático: Es obvio que no
tienen en cuenta “jugadas minoritarias”, extremas pero factibles, tales como por ejemplo la
violación por parte de los Machos “Golfos” sobre las esquivas Hembras “Estrechas” – o el
“asalto vampírico forzado” de los “Palomas” a las “Mártires”, su análoga en mi Modelo virtual
– una posibilidad brutal, pero claramente operativa, y de hecho relativamente frecuente en
tiempos de escasez de “Presas Fáciles” o en circunstancias específicas como agresiones grupales
y épocas de guerra. Tampoco comprende otras “estrategias reactivas” pasivas pero igualmente
“drásticas” por parte de la otra parte del “Tablero”, tales como abandonar a las crías justo tras
parir – lo que no ahorra el coste de gestación pero sí el mucho más grande de crianza post‐
embrionaria – o su equivalente en mi “Juego”, el suicidio de un neonato “Mártir” tan aferrado a
sus valores morales y creencias anteriores como Cálido que prefiriese morir antes que persistir
en este mundo bajo la forma de Vampiro – “jugada final” que anularía de golpe todo balance
concebible, como “romper la baraja” definitivamente por efecto de la desesperación... Pero hay
que tener en cuenta que tales alternativas representan reacciones de conducta radicales que
chocan de lleno con poderosos y eficientes “programas genéticos básicos” fuerte y tenazmente
“encriptados” en el genoma de las Especies. El instinto maternal y todavía más el de auto‐
preservación conforman potentísimos y casi tiránicos “códigos de alta prioridad” en el conjunto
de “comandos” codificados por nuestros genes egoístas y, por tanto, podemos suponer que
tales actos apenas poseerán escasa relevancia estadística en el mundo animal en estado natural
e, incluso en el seno de nuestra sofisticada, compleja y “artificiosa” sociedad y mente humana
“civilizada”, aunque sean evidentemente posibles, no pasarán de poseer una frecuencia o
probabilidad muy pequeña en relación al tamaño total de la población, como de hecho ocurre
en realidad. Por todo esto, podemos estimar sin cometer un error significativo que al despreciar
su influencia promedio los resultados de nuestras simulaciones no se alejarán mucho de los
datos observables.
2) En cuanto a lo tocante a mi Modelo de “Juego” virtual, soy consciente de que hará fruncir el
ceño a más de un lector “aficionado” como yo mismo al Mito, la literatura o la cinematografía
vampírica, entre quienes se cuentan bastantes más científicos de lo que muchos esperarían. De
hecho, hace pocos meses comprobé con deleite que destacados matemáticos, creo que de la
Universidad de Viena, así como dos profesores de alguna Facultad de Canadá habían publicado
sendos algoritmos numéricos destinado a la programación de una simulación computadorizada
de cómo sería la evolución o impacto de una “invasión masiva de vampiros” y una “plaga
zombi” estilo George A. Romero, respectivamente, en el seno de nuestro intrincado pero frágil
entramado urbano altamente tecnificado, y el mes pasado tuve el placer de leer un sugestivo y
divertido artículo en cierta revista de divulgación española muy conocida y respetada que
explicaba con todo lujo de texto e ilustraciones “cómo sería un vampiro real a la luz de la
Ciencia actual”. Es muy esperanzador y gratificante percibir que el rigor científico no está
reñido con la amenidad lúdica, el talento didáctico y la imaginación racional... A todos los que,
como este modesto autor, son “fans” del “Universo Gótico‐Vampírico” y, en particular, a
quienes unen a ello una sólida formación racionalista sin por ello dejar de ser abierta de mente,
dedico con todo cariño este punto de los comentarios. No somos muchos, pero cada vez más...
¡Ánimo, a ver si establecemos una nueva EEE!... Bien, aparte de bromas, veamos; La primera
objeción de dichos “especialistas” al “Modelo Dawkins/Schreiber Vampiro/Presa” preveo que
será la siguiente: ¿Porqué he decidido suponer unos parámetros de Pagos/Costes idénticos a los
propuestos por Richard Dawkins para su simulación de la “Batalla de los Sexos” entre machos
y hembras mamíferos? Por ejemplo – sospecho que argumentarán bastantes “vampirólogos” –
la asignación de un valor de 3/20 del Coste de “Crianza Oscura” de los neonatos para el “Gasto
de Seducción Psíquica” puede que se les antoje exagerado, pues quizá consideren que a un
Señor de la Oscuridad, un auténtico Amo Tenebroso, le debe resultar bastante más fácil someter
la voluntad de su Presa Cálida que a un esforzado macho “fiel” galantear con éxito a una
hembra renuente y “selectiva”. Siguiendo igual reflexión, quizá crean que “guiar” en el manejo
de sus nuevas necesidades, fisiología, psicología, adecuado comportamiento y facultades físicas
y mentales “especiales” a un “vampiro recién convertido” ha de ser tarea más “barata” que la
de unos padres humanos el criar y educar a sus hijos. Sin embargo, yo pienso – dicho sea con
todo respeto – que quienes sostengan tales opiniones se encuentran demasiado influenciados
subconscientemente por los estereotipos de “Vampiro” en exceso fantásticos y novelescos
difundidos por la literatura y el cine. “Mis” vampiros no son seres sobrenaturales dotados de
poderes casi divinos o demoníacos, según la óptica de su observador... Se trata de imaginar un
tipo de vampiros que pudiesen existir en el mundo real a ojos de la Ciencia, tal y como se los
describe en el número de invierno de la revista “MUY interesante, Preguntas y Respuestas”
del año 2010 al que aludía antes, en su sección “anatomía de un vampiro”, cuya consulta les
recomiendo encarecidamente. En este sentido, se parecen mucho más a los protagonistas de la
asimismo recomendable serie de TV norteamericana “True Blood”, de la HBO, creada por Allan
Ball e inspirada en la saga de novelas “The Southern Vampire Mysteries” que del Conde
Drácula de Bram Stoker o el Lestat de Anne Rice. En verdad, se hallarían como a medio camino
entre la auténtica e histórica Condesa Báthory y los hematófagos de “True Blood”, pues la única
concesión que añado a la escueta y racionalista descripción del artículo de “MUY” es el disfrute
de una capacidad sobrehumana de “fascinación o sometimiento psíquico‐emocional‐hipnótico”,
y tan sólo porque es estrictamente necesario para la dinámica del Modelo, pero apenas más allá
de la exhibida por personajes por completo verídicos, como el famoso Rasputín. Por otra parte,
mi analogía parte de una hipótesis o postulado fundamental cuyo razonamiento es el siguiente:
Supongamos que los vampiros existen. Si fuese así, tan sólo hay dos hechos empíricos ciertos de
los que podamos estar plenamente seguros tras analizar con suficiente profundidad la
información que sobre ellos nos proporcionan la mitología y leyendas procedentes por cierto de
la inmensa mayoría de las principales culturas y civilizaciones históricas, la nuestra incluida,
por supuesto. Una vez depuradas todas las exageraciones, supersticiones, contaminaciones,
elucubraciones y delirios de la imaginación desbocada, nos quedarían dos factores comunes,
universales y constantes, aparte de los que ya justifica su “disección científica aproximada”,
tales como aparece en la publicación que acabo de citarles y en cuyos detalles no entraremos
por resultar superfluos en el contexto de este trabajo; 1) Han de ser una población
considerablemente escasa porque, como todos los organismos muy especializados y a la vez
longevos, dispondrán de una tasa reproductiva baja o, lo que es lo mismo, periodos de Crianza
y Maduración largos y costosos, proporcionados a su tiempo de vida media como ocurre en la
mayor parte de los vertebrados superiores en general y los mamíferos en particular Además,
cualquier otra posibilidad es absurda por evidencia... Si se reprodujesen tan rápida y
abundantemente como las mosca de la fruta o las cucarachas, ya habrían invadido y saturado
toda la Tierra, la Humanidad se habría extinguido hace docenas de milenios y ellos mismos
habrían desaparecido por falta de sus presas selectivas, aparte de la absoluta imposibilidad
técnica de mantenerse “ocultos”, estrategia de supervivencia por otra parte típica de las
especies super‐predadoras pero poco numerosas y limitadas en sus ciclos circadianos, como los
vampiros por su fotofobia a la radicación ultravioleta solar plena; 2) El acto fundamental de la
nutrición/regeneración/reproducción vampírica, la succión e intercambio del fluido vital de la
sangre con una presa cálida, mantiene una profunda e intensa analogía con el apareamiento
sexual humano y por ello mamífero en general. Cualquier psicólogo, antropólogo o
psicoanalista , ya sea aficionado al tema o no, “vampirófilo” o “vampirófobo” se mostraría de
acuerdo conmigo en que el arquetipo del vampiro alberga un significado hondamente erótico y
libidonoso, en el aspecto de combinación del “instinto de placer” y el de “permanencia genética
en el tiempo”. Por consiguiente, suponer que sus patrones dominantes de conducta y variables
de Pagos/Costos en la economía reproductiva tendrían que resultar sustancialmente iguales en
promedio al de los mamíferos y en especial los humanos es una hipótesis notablemente lógica
en términos evolutivos. Y, por otro lado, está muy claro que los parámetros numéricos
introducidos por Dawkins en las ecuaciones de su Modelo de la Batalla de los Sexos no fueron
elegidos al azar o por simple capricho: Detrás de ellos hay un serio estudio estadístico empírico
de la etología del cortejo y la cópula en la mayoría de los mamíferos superiores, incluyendo al
Homo Sapiens. De todas formas, admito que esos coeficientes no son los únicos aceptables en
exclusiva, aunque estimo razonablemente que sí los más probables. Al fin y al cabo, se trata tan
sólo de un Juego Virtual... En Internet existe un delicioso programa informático de acceso
gratuito (DAWKS.S o algo similar) que pueden utilizar para alterar los parámetros del Sr.
Dawkins y yo, observando acto seguido en unas preciosas curvas como se modifican las
Soluciones para las EEE del Sistema. Es muy sencillo además de divertido, y también
instructivo... Si lo hacen – tal y como a mi me ocurrió – comprobarán que, aparte del que ya
hemos descrito, hay un Punto de Equilibrio de Nash para un Mundo en el cual todas las
Hembras son “Estrechas” (en nuestro caso todos los Cálidos “Mártires”) y los Machos “Fieles”
y “Golfos” se reparten justo al 50% cada uno (en nuestro Juego correspondería a la mitad de los
Vampiros “Halcones” y la otra mitad “Palomas”). Quizá no sea un Mundo muy placentero i
deseable, especialmente para las “damas contemporáneas occidentales” – algo así como si la
República Islámica de Irán gobernase toda la Tierra, más o menos – pero es “casi” estable. No
del todo, pues ya saben... : “Si surge una sóla “Fácil”...etc”. Mas les apuesto lo que quieran –
menos dinero, porque de eso no sobra – que no conseguirán jamás una EEE en la cual ocurra
exactamente lo contrario: Sería muy excitante, el sueño del simpático pornócrata Hugh Helfner
y “mi amigo” el “mago libertario” Aleister Crowley hecho realidad, pero resulta imposible,
porque las estrategias que “juegan” contra la asimetría de Costes nunca pueden ser otra cosa
que fugaces oscilaciones transitorias y nunca conducirán al Sistema a una EEE.
Es una lástima, pero Darwin y las matemáticas de John Nash, o lo que es lo mismo, la
implacable lógica de “jugadores egoístas” de nuestras moléculas reproductoras son las que
mandan.
En cuanto a la opinión de los Vampiros al respecto, la desconozco... No he tenido tiempo de
preguntarles...
Ya saben..., los Juegos son para jugarlos...
Como suelen decir los compatriotas del gran genio Nash, “enjoy it!”
3) Evidentemente, estos Modelos se limitan a representar una aproximación razonable de posibles
escenarios de interacción entre mamíferos superiores en relación a sus más probables
estrategias o conductas depredatorias, sexuales o de cualquier otra variable evolutiva clásica o
“TET” de supervivencia en términos estrictamente biológicos, mediante las herramientas
matemáticas de la Teoría de Juegos. “Jugadas” tan sofisticadas y artificiosas como la “infinita
represión del impulso depredador vampírico” – la célebre “Sed Roja” – al empalagosamente
hiper‐romántico estilo del “Vampiro Preferido” de las quinceañeras Eddy Cullen de
“Crepúsculo”, el celibato o la opción de abortar en las sociedades más liberales y democráticas
no se hallan “permitidas”. Por descontado, tales alternativas son legítimas e incluso
aconsejables en múltiples ocasiones, y en todo caso por entero respetables como justo derecho a
la libre intimidad personal, pero exceden el ámbito del poder y alcance de control de nuestros
“genes y retro‐transcriptores egoístas”... Ahora bien, el ser humano – y nuestros hipotéticos
vampiros dotados de raciocinio e inteligencia también si existieran – somos los únicos seres
conocidos capaces de, al menos, escapar parcialmente a la férrea tiranía de nuestras moléculas
replicadoras de ADN y ARN..., por más que nos sigan influyendo y condicionando en gran
medida, quizá más de lo que hasta el siglo pasado nuestra arrogancia creía, como bien sabemos
después de las grandiosas, brillantes y al mismo tiempo desoladoras aportaciones de los
“Genios de la Sospecha”, desde Lamarck y Darwin a Richard Dawkins, pasando por Freud y
John Forbes Nash... El propio Dawkins se encarga de destacarlo en el último capítulo de su
famoso y excelente libro con su admirable originalidad habitual, al afirmar que el
extraordinario desarrollo de nuestros cerebros ha generado como epifenómeno la aparición de
un nuevo y sorprendente tipo de “entes reproductores”, los “memes”, o “unidades de
replicación, mutación y recombinación cultural”... Así y sólo así ha sido factible el aparente
“milagro” de que al potente y dictatorial “software” biomolecular inscrito y fluyente en el
núcleo y entre cada una de nuestras células se pueda oponer, a veces al menos, el “software”
emergente de nuestras mentes...
Sin duda, esto abre un campo fascinante, y de la sutil y profunda interacción entre ambos
“códigos‐fuente” tiene y tendrá mucho más que decir en el porvenir la Teoría de la Memoria
Celular.
Es algo absolutamente fascinante y trascendental, pero excede en mucho los objetivos de este
ensayo.
Dejémoslo – pues – en manos del futuro. Y ojalá que podamos ver aunque sea sus primeras
auroras.
IV
Conclusiones
Como resulta obvio, hemos utilizado los ejemplos del Modelo de Competencia Perfecta
(Halcones/Palomas), y el de “Batalla de los Sexos” (Fieles/Golfos vs Estrechas/Fáciles) o su “versión
vampírica” (Amos/Consumidores vs Mártires/Pragmáticas) como simples ejemplos reales o virtuales
de cómo podemos aplicar la Teoría de los Juegos de Nash para describir la dinámica sinérgica de co‐
evolución interactiva entre especies y estrategias adaptativas en el seno de las mismas. El análisis de los
modelos matemáticos correspondientes demuestra que es razonable asumir las siguientes conclusiones
generales:
1) Una vez producido el “Salto Puntual” o “Turbo‐Evolutivo” Mínimo Necesario como Reacción a
un “Estímulo Rápido e Intenso o “Traumático” de Crisis Ambiental superior al “Umbral
Desencadenante”, la propagación estadística de los “paquetes emergentes” de factores
favorables hereditarios adquiridos aceleradamente por Transferencia TET mediante
mecanismos micro‐evolutivos de reajuste Epigenético o macro‐evolutivos por medio de la
incorporación de unidades sintónicas de Memoria Celular – (ver mi estudio anterior “Modelo
Bio‐Matemático de la Turbo‐Evolución por Transferencia”) – obedece a los mismos principios
y dinámicas que la expansión en el acervo genético de las mismas de los caracteres ventajosos
lenta y gradualmente incorporados a través del mecanismo clásico darwiniano de Selección
Natural de las variaciones mutantes al azar y las originadas por la recombinación meiótica en
los gametos y su ulterior Selección Sexual. Esta es una consecuencia directa del Efecto de Doble
Impacto Selectivo EDIS (Cuarto Postulado de mi Teoría Neosintética de Evolución Acelerada
por Transferencia) y fundamenta el contenido del Quinto Postulado: Una vez superada la fase
crítica de “Turbo‐Evolución” por Adaptación TET a la Transición Rápida vinculada a la Crisis
Catastrófica del entorno, las escasas sub‐poblaciones “transferentes” que logran sobrevivir a la
Extinción tienden de a establecer un renovado Ecosistema Emergente donde las Reglas del
Juego vuelven a obedecer a los principios de competencia y selección de los “más aptos entre
los aptos”, esto es, a partir de esa etapa la Selección Natural de Darwin y los fenómenos de
Evolución por Transferencia se refuerzan de forma mutua y positiva, en un bucle de re‐
alimentación sinérgico: De esta manera, los procesos de cambios poblacionales dependientes de
las relaciones intra e inter‐específicas en el escenario del Ecosistema Emergente obedecen a
idénticos patrones y modelos a los ya establecidos por el Neo‐Darwinismo, solo que a un ritmo
o escala temporal varios órdenes más veloz. Esto se ha probado al desarrollar las simulaciones
anteriores, en las que se observa que no existe ninguna dificultad conceptual en representar las
interacciones de Doble Transferencia Directa o Inversa Absolutas o Parciales en los mismos
términos de “Juego” que sus equivalentes darwinianos como el Modelo de Competencia
Perfecta o la Batalla de los Sexos. Para ello decidí emplear como simulación “virtual” la
hipotética relación entre un prototipo científicamente “asumible” de “vampiros” y humanos de
sangre cálida, comparándolos con los esquemas “clásicos” de competitividad biológica entre
depredadores y “estrategias reproductivas reactivas” en la sexualidad mamífera, pero podría
haber elegido explicar lo mismo usando otros casos mucho más “reales” pero muy similares
como el canibalismo entre homínidos, el fagotrofismo durante la evolución celular primitiva
según la Teoría de Thomas Cavalier‐Smith o la recombinación genética de rasgos adaptativos
en el ADN circular bacteriano por vectores virales (fagos lisogénicos) en contraste con la pura
infección lítica y, aunque los valores numéricos de las simulaciones hubieran cambiado, las
interpretaciones y conclusiones finales seguirían siendo las mismas en términos generales. Si
escogí hacerlo así fue por tres razones principales: En primer lugar, como ya hice referencia
unas páginas más atrás, creo que la racionalidad y seriedad analítica no se hallan reñidas con la
imaginación y ciertas dosis controladas de humor lúdico e ironía, sino más bien al contrario,
éstos resultan refrescantes y didácticos para los verdaderos espíritus científicos de mente libre y
los lectores no especializados a los que debe ir dirigida la divulgación de las nuevas ideas,
respectivamente, factor este último de extraordinaria importancia social y cultural que, por
desgracia, se desatiende frecuentemente desde los textos más “sesudos” por exceso de
academicismo formalista. Considero que el verdadero buen investigador o pensador no puede
nunca dejar de ser o al menos intentar ser un aceptable profesor y mi convicción se fortalece
cuando reflexiono que sin maravillosos “populizadores” de la Ciencia como los Drs. Rodriguez
de la Fuente, Isaac Asimov o Carl Sagan ni este humilde autor ni otros muchos más decisivos
que él jamás hubieran sentido la vocación desde sus más tiernos años de interrogar a la
Naturaleza en búsqueda de nuevas y atrevidas respuestas, motivación que es la raiz de todo
Progreso del Conocimiento. La segunda razón es rendir homenaje una vez más a la singular
aristócrata magiar Erzsébet Báthory, cuyo “Método” inspiró el arranque inicial de esta serie de
ensayos y la tercera causa es que deseo dedicar también este trabajo en concreto a dos
descomunales y “extraños” genios tan fulgurantes como poco convencionales, polémicos y sin
duda hasta “estrambóticos”, pero que marcaron y siguen marcando todos los avances
posteriores en el campo de la aplicación de las matemáticas a las Ciencias Biológicas y del
Comportamiento: Richard Dawkins y, por supuesto, John Forbes Nash. Al primero, por haber
creado la inédita y revolucionaria idea de “Meme”... Pues, desde luego, aunque no existan
evidencias de la realidad de los “genes” o “retrovirus transcriptores” vampíricos, ni, en
consecuencia, siguiendo al propio Dawkins, de sus “individuos‐máquinas de guerra y
transmisión reproductora”, es indiscutible que constituyen un complejo de “memes” de alta
difusión, y favorecidos por tanto, según la hipótesis de Dawkins, en su propagación exitosa por
el “acervo mental” de la especie en virtud de mecanismos análogos a la Selección Evolutiva. Por
ello, imagino que a él le divertiría dicha simulación... En cuanto a Nash, estoy seguro que le
gustaría mucho, pues no hay arquetipo más perfecto de sus queridos “Jugadores Egoístas,
Calculadores, Astutos y Aislados en Sí Mismos” que un oscuro, egocéntrico, implacable y
taciturno “Cazador Oscuro...” De hecho, se que le gustaría “demasiado”..., sobre todo en
determinadas épocas de su tumultuosa y enigmática vida...
Pero eso es harina de otro costal...
Bibliografía y Referencias
• Nash, John F: “Non‐Cooperative Games” (1951). Annals of Mathematics.
• Nash, John F: “Essays on Game Theory”. Edward Elgar (Diciembre 1996).
• Maynard Smith, J (1986): “ The Evolution and the Theory of Games”. Cambridge University
Press.
• Maynard Smith, J (1978): “Evolution of Sex”. Cambridge University Press.
• Dawkins, Richard C. “The Selfish Gene” (1976). Oxford University Press.
• Dawkins, Richard C. “The Extended Fenotype (1982). Oxford University Press.
En Sevilla, a 19/02/10
5: 12 A. M.
Por:
Juan R. Schreiber.
(Librepensador y Bioquímico)