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EDITORIAL ................................................................................. 5
EL PARTIDO COMUNISTA
ANTE LA CRISIS CAPITALISTA
Comité Ejecutivo del PCPE . ....................................................... 27
Editorial
en una situación desesperada en 1973 por culpa de los procesos internos recurrentes
del capitalismo. Los mismos procesos que Karl Marx había descrito un siglo antes.
Karl Marx nos permitió entender los procesos recurrentes del capitalismo. Explicó
claramente por qué estos procesos conducen inevitablemente a las crisis de sobrepro-
ducción. Existe objetivamente una contradicción fundamental en la base del capi-
talismo: los medios de producción (fábricas, materias primas...) son de propiedad
privada, mientras la propia producción tiene lugar en base a un modo cada vez más
social. Esto es cien veces más cierto hoy que en la época de Marx. Los complejos apa-
ratos productivos, extendidos a menudo por todo el mundo, trabajan en beneficio
sólo de unos pocos accionistas. La única planificación existente tiene como objetivo
acabar con la competencia. Para lograr esto, uno tiene que obtener más beneficios
que la competencia y acumular más y más capital. Al elevar la tasa de inversión,
cada parte espera ganar esferas de mercado frente a sus rivales. Pero, para lograr
esto, los costes de producción deben ser reducidos y continuamente racionalizados
para producir más utilizando menos trabajo (recorte de salarios). Este proceso lleva
inevitablemente a la crisis de sobreproducción por la contradicción entre capacidad
productiva y un decreciente poder adquisitivo de la gente.
Marx lo resumía de la siguiente manera: “La razón última de todas las crisis reales
es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de
la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuvieran más
límite que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad” (1).
Éste es el resultado del caos social, donde sólo funciona la ley del máximo bene-
ficio. La producción no está organizada de ninguna manera para satisfacer amplia-
mente las necesidades de la sociedad.
de Reagan. Esta situación llevó a que se adoptaran medidas radicales que tuvieron
mucha influencia en el desarrollo de la crisis en todo el mundo. Debido a algunas de
esas medidas, la crisis se trasladó a otros países. Otras medidas ralentizaron la crisis
transitoriamente e impulsaron artificialmente la economía global. Esto explica por
qué esta crisis en concreto ha sido tan compleja. Las soluciones que EEUU ofreció
han contribuido al colapso financiero actual. Un resumen de estas soluciones nos
permitirá entender mejor cómo de seria es la crisis realmente y por qué la única salida
a esta crisis de sobreproducción retardada es la masiva destrucción de capital.
mitad de este incremento. Esto muestra el creciente papel de la deuda y las compras
apalancadas financiadas(2) como motor del proceso(3).
En 2004, el comercio diario de derivados(4) alcanzó los 57.000 millones de dóla-
res y el comercio de divisas los 1.900 millones de dólares. En conjunto, sumaban
76.000 millones de dólares al día. Eso es más que el valor de las exportaciones anua-
les(5).
¿Cómo apareció esta tendencia? Para mantener su posición preeminente, Estados
Unidos siguió caminos en los 80 que contribuyeron a inflar la burbuja financiera.
1. En 1979, Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal, decidió, sin previo
aviso, elevar los tipos de interés. En pocos meses, subieron de un 11% a un 22%.
Tal porcentaje era increíblemente alto, especialmente con la depresión todavía muy
presente. El hecho de que el crédito aún fuera desmesuradamente caro siguió fre-
nando la economía. Una tasa de inflación del 10% suponía que los capitalistas per-
dían anualmente el 10% de su fortuna. La alta inflación es buena para quien está
endeudado porque está devolviendo el dinero que debe con dinero de bajo valor. Los
bancos, sin embargo, veían que los préstamos que habían concedido perdían el 10%
de su valor. Reagan y Volcker rápidamente tomaron una decisión(6).
Esta decisión también estuvo condicionada por el hecho de que la deuda previa a
la alta inflación podía atribuirse a los altos salarios y los “excesivos” beneficios socia-
les. En resumen, los poseedores de capital querían que la lucha contra la inflación
tuviera preferencia, y lo lograron. Como resultado, la inflación bajó al 2-3% a finales
de los 80. Fue el primer gran regalo de EEUU al mundo financiero.
Las consecuencias aparecieron rápidamente. La crisis empeoró y llegó a su cima.
Las principales víctimas fueron quienes estaban fuertemente endeudados y no podían
hacer otra cosa más que ver cómo los tipos de interés se incrementaban vertiginosa-
mente. Fue un desastre para los países latinoamericanos.
Los bancos occidentales habían concedido préstamos a países del Tercer Mundo,
que se alegraron al ver que se inyectaba capital que ayudase a construir sus indus-
trias. EEUU estaba en una particularmente buena situación económica: el 40% de
2)Una compra apalancada tiene lugar cuando un patrocinador financiero adquiere un porcentaje de control
en la propiedad de una empresa y cuando un porcentaje importante del precio de compra es financiado por
medio del apalancamiento (préstamo). Los activos de la compañía adquirida se utilizan como garantía del
capital prestado, en ocasiones con activos de la empresa adquirente. Los títulos u otros documentos emitidos
para las compras financiadas apalancadas no se suelen considerar inversión por los importantes riesgos que
conllevan.
3)McKinsey Global Institute, 2006.
Partido del Trabajo de Bélgica 15
todos los préstamos lo hacían sus bancos, y las empresas de EEUU recibían muchos
pedidos de equipamiento para la industrialización de los países del Tercer Mundo,
industrialización que, a menudo, estaba dando sus primeros pasos. Todo parecía pro-
metedor hasta que los tipos de interés se dispararon y los países que habían pedido
dinero prestado tuvieron que pagar en intereses más de lo que estaban ganando con
sus exportaciones. En 1982, Mexico estuvo al borde de la bancarrota. En 1983 fue
el turno de Argentina, y Brasil fue detrás, en 1984. Como es natural, la industria
bancaria también se encontró en serios problemas pero, al mismo tiempo, se trataba
de una nueva oportunidad para que Estados Unidos, vía el FMI, presionase para la
adopción de estrategias radicales de reestructuración que abrirían las economías del
Tercer Mundo a las multinacionales estadounidenses. En nombre del libre mercado,
todas las barreras nacionales fueron derribadas en beneficio de las compañías trans-
nacionales.
La decisión de Volcker de subir los tipos de interés hizo al dólar más atractivo. El
tipo de cambio del dólar dejó de caer y los altos tipos de interés ayudaron a atraer
inversores. El camino estaba así despejado para la entrada de los dos siguientes ele-
mentos: el crédito y la especulación.
2. Los poseedores de capital también exigían una reforma fiscal. Reagan les conce-
dió la Ley de Impuestos para la Recuparción de la Economía, de 1981. El tipo impo-
sitivo sobre los ingresos más elevados se redujo durante los años 80 y 90 del 70% al
28%, con Reagan y, en parte, con Clinton, en la presidencia. Como el ingreso de
los más ricos de EEUU (1% de los ciudadanos) se incrementó un 50% durante ese
período, el tipo impositivo medio sobre sus ingresos se redujo del 37% en 1979 al
29% en 1990. Esto supuso un incremento del 70% en la liquidez tras impuestos.
Para los más pobres de EEUU (el 20% de los ciudadanos), sin embargo, el ingreso
y la presión fiscal se mantuvieron igual. En 1980, ese mismo 1% de los más ricos
ciudadanos de EEUU poseían el 30% de todos los activos, un porcentaje que alcanzó
4)Los derivados son contratos financieros, o instrumentos financieros, cuyo valor se deriva del valor de
otra cosa (conocido como subyacente). El subyacente sobre el que se basa un derivado puede ser un activo
(p.ej., mercancías, participaciones (acciones), hipotecas residenciales, inmuebles comerciales, préstamos,
bonos), un índice (p.ej., tipos de interés, tipos de cambio, índices de bolsa, índices de precios al conusmo
(IPC) – ver derivados de inflación), y otros elementos (p.ej., condiciones meteorológicas u otros derivados).
Los derivados del crédito se basan en préstamos, títulos u otras formas de crédito. Los tipos principales de
derivados son los forward, los futuros, las opciones y swaps.
5)Chandrasekhar, 12 de julio de 2007.
6)La política de Reagan se inspiró en los monetaristas como Milton Friedman, para los cuales la ortodoxia
monetaria es el bien más preciado.
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rápidamente el 38% en los 80(7). En 1998, el 5% de los más ricos de EEUU poseía
el 59% de la riqueza, es decir, más que lo que poseía el 95% restante.
El consumo de los bien posicionados económicamente experimentó un doble
incentivo. Primero, porque tenían mayores ingresos; segundo, porque el incremento
de sus activos les proporcionaba cobertura si querían obtener préstamos. La parte del
consumo privado en el PIB(8) se incrementó del 62%, en 1980, al 68%, en 2000.
Esto se reflejaba en los ahorros de las familias de EEUU. El 50% de las familias
norteamericanas con ingresos bajos casi no lograba ahorrar dinero, pero, indepen-
dientemente de esto, los ahorros anuales hechos por todas las familias cayeron del
8% del PIB, en 1980, al 5%, en 1990, y al 1,5% en 2000. Se incrementó y se
alentó la deuda privada. En 1980, las deudas de las familias norteamericanas suponía
aproximadamente el 50% del PIB y alcanzaron el 65% en 1990, el 75% en 2000 y
el 100% en 2007. El segundo elemento había entrado en escena.
Este gigantesco crecimiento del crédito no tuvo lugar sin producir consecuencias
para la economía global. El consumo de EEUU, que alcanza una media del 30% del
consumo privado global, promovió la demanda global. De hecho, desde los años 60,
las compañías multinacionales estadounidenses habían estado produciendo cada vez
más en el extranjero: en Europa y en países donde el trabajo era barato. El consumo
se incrementaba, lo que suponía que las importaciones crecían. Estados Unidos tuvo
que enfrentarse, rápidamente, a un creciente déficit comercial.
El creciente tipo de cambio del dólar (debido a los altos tipos de interés) tuvo
un doble efecto. Por un lado, un dólar fuerte permitía a la gente comprar bienes de
importación de mejor valor; por otro lado, también se atraía a inversores extranjeros.
Así que los dólares que abandonaban el país cuando se pagaban las importaciones, se
reinvertían como capital en los bonos del gobierno de EEUU y los bancos de EEUU.
El dólar garantizaba que el sobreconsumo de la riqueza se perpetuase. En otras pala-
bras, la economía de EEUU estaba siendo sostenida por el resto del planeta.
3. Al mismo tiempo, tuvo lugar una evolución crucial en la vida empresarial.
Las empresas trabajaban cada vez más para la bolsa. Fue Jack Welch quien marcó la
pauta. En 1981, Jack Welch era el Director de General Electric, con una plantilla de
400.000 trabajadores. Su ambición era convertir a General Electric en la empresa más
7)Luego, se mantuvo estable durante los años 90. Ésta es una estimación hecha por Henri Houben sobre
la base del trabajo de Edward Wolff La creciente desigualdad en la riqueza de América. En Bélgica, se estima
que el 1% tiene el 25% de todas las fortunas privadas.
8)El PIB (producto interior bruto) es el valor total de todos los bienes y servicios finales producidos por
una economía concreta en un año.
Partido del Trabajo de Bélgica 17
competitiva del mundo, y tenía sus propios métodos para alcanzar tal meta. ¿Cuál
era el primer paso? Despedir al 10% de los trabajadores menos eficientes cada año.
¿Cuál era el segundo paso? Al estar la empresa en lo alto de la actividad industrial,
introducirla en el mundo financiero. Esto es lo que Welch hizo con General Electric.
Los ingresos del grupo se elevaron de 1.500 millones de dólares, en 1980, a 4.000
millones, en 1990, y a 7.300 millones en 2000. Los accionistas estaban exultantes.
El método de Welch tuvo tanto éxito que pronto se convirtió en la norma en
EEUU e, incluso, en todo el mundo empresarial occidental. Las ganancias se fijaban
de antemano, generalmente alrededor del 15%, lo que era un índice mucho más alto
que la tasa media de beneficio. Y el margen de beneficio ya se calculaba de antemano
en los costes de producción. La deducción de beneficio se hacía antes, no después.
Esto hizo que las compañías ahorrasen constantemente allí donde fuera posible y
asumieran muchos riesgos financieros. Se precipitaron en el mundo financiero, tra-
bajando principalmente con dinero prestado y contando con la palanca financiera(9).
Los dividendos se convirtieron en el criterio último; la valoración bursátil de una
empresa se convirtió en el único modo de medir su valor. Cuanto más alto fuera el
valor de mercado, más inversores se atraía. Así es como apareció el tercer elemento.
La industria de EEUU comenzó a centrarse principalmente en productos de alta
tecnología y en actividades centrales de rama, es decir, en los sectores más rentables.
La actividad secundaria se subcontrataba y, a menudo, se trasladaba a países donde
el trabajo era más barato. Así es como se desarrollaron las maquiladoras mexica-
nas: de 620, en 1980, (con 120.000 trabajadores), llegaron, en 2006, a ser 2.800,
empleando a 1,2 millones de personas. Una evolución similar tuvo lugar en países
como Malasia, Singapur y Taiwán.
Los mismos métodos se utilizaban en todo el mundo. Actualmente, muchos
monopolios utilizan la regla del 15% para satisfacer a sus accionistas, y muchos
monopolios europeos y japoneses ganan más con sus operaciones financieras que con
su producción industrial real.
4. La desregulación financiera y la proliferación desenfrenada aceleraron el colapso
financiero actual.
Estados Unidos adoptó varias medidas tras el crack de 1929 y después de que
varios bancos fueran a la bancarrota para intentar evitar que estos sucesos se repitie-
ran. La Ley Glass-Steagall, de 1933, introdujo la separación de tipos de bancos según
9)La palanca financiera toma la forma de un préstamo (deuda), cuyas ganancias se (re)invierten con la
intención de obtener una tasa de retorno más alta que el coste del interés.
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12)El tipo preferente es un tipo de referencia utilizado por los bancos. El término indicaba originalmente
el tipo de interés al que los bancos prestaban dinero a los clientes preferentes.
13)La solvencia es la capacidad de una entidad para pagar sus deudas.
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das,(14) que emitían títulos en el mercado cubiertos por estas hipotecas. Como resul-
tado de ello, los bancos hipotecarios podían seguir prestando dinero. Entre 2001
y 2006, la máquina siguió funcionando y las hipotecas de EEUU sumaban 11,5
billones de dólares. Estos títulos fueron esparcidos por todo el mundo en bancos,
fondos de pensiones, bancos mercantiles, fondos especulativos y fondos de cober-
tura, quienes estaban particularmente aficionados a ellos.
Cuando la Reserva Federal subió progresivamente el tipo de interés hasta el
5,25%, muchos nuevos compradores se quedaron sin un céntimo. Una gran can-
tidad de ejecuciones hipotecarias tuvo lugar y el mercado inmobiliario cambió. El
número de insolventes se incrementaba trimestre a trimestre y, a finales de 2006,
empezaron los problemas en los bancos y fondos de cobertura.
La avalancha ya no se pudo detener y, en septiembre de 2008, la crisis bancaria
alcanzó su cénit.
Las consecuencias fueron devastadoras para los propietarios de las casas. Más de
dos millones de propietarios perdieron la casa que acababan de comprar y se queda-
ron en la calle.
Sin embargo, la crisis no se ha producido sólo en EEUU. En todo el mundo, más
de 1 billón de dólares en bonos basura ha sido debitado (cargado en el debe) y, uno
tras otro, los bancos están declarando pérdidas. La situación empeora cuando, como
precaución, los bancos inundan el mercado interbancario porque la desconfianza
general crece. Esta desconfianza llega al público y persiste la amenaza de serios pro-
blemas bancarios.
Todavía no ha terminado
¿Cómo es posible que el pinchazo de la burbuja inmobiliaria haya sido un golpe
mucho más fuerte que el ocasionado por la burbuja anterior y que todo el sistema
financiero se encuentre al borde del abismo? Ésta es la mayor burbuja financiera de la
historia y ha contaminado a todo el sistema con sus bonos basura. Todas las medidas
de protección y control gubernamental han sido desmontadas de tal manera que
nadie es capaz de comprobar el verdadero valor de los títulos basados en hipotecas o
cuál es su localización. Esto ha hecho inevitable una reacción en cadena.
La seriedad de nuestra actual situación puede observarse por el pánico que ha
llevado a prácticamente todos los Estados a proceder al rescate raudo de sus bancos y
por la amplitud de sus intervenciones. Para medir esta amplitud, es útil conocer que
los siete años de guerra en Irak y Afganistán han costado 750 mil millones de dólares.
14)Se denominan SPV’s (vehículos de propósito especial, en inglés)
Partido del Trabajo de Bélgica 23
Esta cantidad es sólo un poco mayor que el plan de Paulson de 700 mil millones de
dólares destinado a que el gobierno de EEUU adquiriese la deuda impagada de los
bancos. Pero eso no es todo. Se gastaron otro par de cientos de miles de millones para
rescatar bancos, como el Bear Stearns, y para nacionalizar instituciones financieras,
como Fannie Mae, Freddy Mac y AIG. Sumando las diferentes intervenciones, el
total se acerca a los 1,8 billones de dólares. Hay que señalar el dato de que el PIB
de todo el continente africano fue, en 2007, de 2,15 billones de dólares. Es obvio
que un agujero tan grande tendrá consecuencias nefastas en la deuda pública, en
el presupuesto y, finalmente, en el ingreso neto del ciudadano norteamericano. Se
estima que éste tendrá que desembolsar al menos 2.000 dólares.
¿Será capaz el Presidente de la Reserva Federal, Ben Shalom Bernanke, de encon-
trar un nuevo sector que infle una nueva burbuja y traiga algo de alivio? Es completa-
mente improbable. El consumo de EEUU se ha colapsado y muchos inversores han
perdido grandes cantidades de dinero en la Bolsa. Los instrumentos financieros y los
bienes inmobiliarios han perdido mucho valor y no se pueden utilizar para cubrir
nuevos créditos. Créditos que, por razones entendibles, la industria bancaria es reacia
a conceder. El recorte de los tipos de interés para impulsar la economía tampoco es
una opción, puesto que, estando al 3%, ya se encuentran en su mínimo.
Está claro que la única salida de esta crisis de sobreproducción constantemente
retrasada es la aniquilación de la capacidad productiva. Esto significa que lo peor está
por venir. La crisis promete ser larga y profunda. Los países del Tercer Mundo serán
los primeros en ver cómo sus exportaciones disminuyen, proporcionarán menos
materias primas y, pronto, se encontrarán nuevamente bajo el dominio férreo del
FMI y sus planes de reestructuración.
disputada. El orden global está dando un giro y se está formando un mundo más
multipolar.
EEUU todavía es la mayor economía mundial. No obstante, en las últimas déca-
das la economía ha sido inflada artificialmente para que siguiera siendo el motor de
la actual situación, y, por eso, EEUU está pagando ahora un alto peaje: su situación
actual muestra un extremadamente alto déficit, lo que es principalmente atribuible
a su descompensada balanza comercial. Como resultado de lo anterior, los dólares
están siendo esparcidos por todo el mundo y vuelven a EEUU como inversiones o
capital. Esto sólo será posible que continúe mientras el dólar siga siendo la divisa del
comercio y las reservas internacionales. Sin embargo, el colapso del sector financiero,
tarde o temprano, pondrá fin a esta posición excepcional.
Las sumas astronómicas que el gobierno de EEUU inyecta en su industria banca-
ria sólo servirán para incrementar la deuda pública, la cual ya es de colosales dimen-
siones debido a los costes de la guerra. Cada vez menos países estarán inclinados
a invertir incondicionalmente sus reservas en Estados Unidos y, de esta manera, a
dar su apoyo a que el dólar sea la divisa de reserva internacional. Tarde o temprano
llegará el final del imperio del dólar.
Se va perfilando el papel de China. Como principal potencia emergente, el país
ya tiene una importante influencia en la economía global debido a la creciente plus-
valía de su balanza comercial y sus considerables reservas financieras. El déficit de
Estados Unidos asciende a 800 mil millones de dólares al año. Según Zhu Min,
Vicepresidente del Banco de China, Estados Unidos no podrá contar más con China
para colocar los bonos estatales necesarios para financiar el rescate de los bancos
estadounidenses.
¿Cómo reaccionará el imperio estadounidense? ¿Incrementando aún más sus gas-
tos en la guerra y manteniendo sus aventuras militares? Por el momento, sigue siendo
una cuestión abierta, pero es un hecho histórico que sólo la destrucción masiva de la
capacidad de producción por medio de la guerra ha sido capaz de hallar la salida a la
última crisis importante del sistema, la de los años 30.
Una crisis del sistema tiene que solucionarse sustituyendo al propio sistema
El dique ha acabado reventando. Tras el colapso financiero, tras el crack de la
burbuja gigante, se está viniendo abajo todo el suelo de la crisis de sobreproducción,
con la apariencia de una depresión larga más que de un breve período de descenso de
actividad. Ni siquiera las enormes cantidades de dinero implicadas serán capaces de
mantener este tsunami bajo control.
Partido del Trabajo de Bélgica 25
En cuanto a las causas, los dedos apuntan en todas direcciones: es por las suprime,
por los fondos de cobertura, por EEUU... Según Karel Van Miert, antiguo dirigente
del SP.a (Partido Socialista flamenco), antiguo comisario europeo y administrador de
la Philips, es a la carrera de los banqueros por el beneficio a quien hay que culpar del
colapso. ¿Son tan codiciosos? Nada esconde el hecho de que tras esta carrera por el
beneficio –encabezada no sólo por los banqueros, sino también por empresas como
la Philips– yace una constante, un fenómeno recurrente. Karl Marx descubrió este
fenómeno hace más de 150 años. Su conclusión fue que el capitalismo no puede
existir sin crisis.
Cuando se trata de dar soluciones hay un considerable consenso, desde los social-
demócratas a los liberales: es necesaria más transparencia, más regulación y más
control.
No, ya no se trata de la codicia de un puñado de gente. No, no se trata de la
carrera por el beneficio de un par de banqueros. No, no se trata de aprobar regula-
ciones financieras, como muchos piden. No, la situación no se resolverá aplicando
“el genuino libre mercado, el único que obedece a leyes”. La crisis es inherente al
propio sistema.
Nunca antes la humanidad había producido tanta prosperidad, ni tampoco había
producido tanta pobreza. Es el trabajo de todos –y sólo el trabajo– lo que produce la
prosperidad, no el capital. No es más que lógica elemental el exigir que la prosperidad
producida colectivamente se utilice para mejorar las condiciones de vida de todos los
seres humanos. Esto es imposible en una economía capitalista, que funciona según
los intereses de una pequeña minoría y que, inevitablemente, conduce a la crisis. Por
esto, todos los medios de producción importantes deben ser puestos en manos de la
colectividad.
18 de noviembre de 2008
EL PARTIDO COMUNISTA
ANTE LA CRISIS CAPITALISTA
de 60.000 viviendas que han pasado de manos del pueblo trabajador a manos del
capital en un año son el equivalente a la propiedad de una ciudad de unos 250.000
habitantes. Será en el segundo semestre de 2.009 cuando el desastre inmobiliario
golpee con mayor dureza a los sectores populares, en un país con más viviendas sin
vender que Estados Unidos.
La dictadura del capital se expresa en su verdadera dimensión. El estado poli-
cial se configura por días con modificaciones legislativas y con el acoso y la represión
al pueblo en cada lucha. La “libertad” burguesa se convierte en una pieza de museo
y deja paso a la represión, el fascismo y el anticomunismo.
Las condiciones descritas configuran un escenario donde es perentorio levantar
la alternativa socialista frente al capitalismo agonizante, extendiendo la conciencia y
la lucha organizada de la clase obrera y de sectores crecientes del pueblo trabajador.
Han bastado dos décadas para comprobar que quienes se apartaron del mar-
xismo–leninismo habían abrazado en realidad la línea de la integración en el sistema,
del reformismo pleno y, en alguno casos, del más rancio anticomunismo.
El abandono del marxismo–leninismo no fue sólo una cuestión formal. Conllevó
la destrucción plena de algunos Partidos Comunistas que eliminaron el centralismo
democrático para tratar de convertirse en maquinarias electorales de tipo socialde-
mócrata, desmantelando la estructura leninista, destruyendo el carácter revoluciona-
rio de la militancia comunista y renunciando a la dictadura del proletariado y, por
tanto, a la toma del poder político, compartiendo en lo esencial la crítica imperialista
a los países socialistas.
Los hechos han confirmado que la clase obrera necesita de una estructura capaz
de organizar y de dirigir la lucha por el socialismo. Una estructura partidista que,
basada en los principios del centralismo democrático, sea capaz de combinar acerta-
damente las diferentes formas de lucha en función de las condiciones cambiantes de
la lucha de clases. Una estructura capaz de dotar al movimiento obrero y popular de
una estrategia de poder que parta de un análisis riguroso, científico, de la realidad.
Una estructura clasista, organizada en Partido, consciente de que la lucha de la clase
obrera en cada país es parte de la lucha de la clase obrera mundial y que, en conse-
cuencia, levante la bandera del internacionalismo proletario.
El período en que en nuestro país predominó la corriente de derechas “euroco-
munista” se saldó con una derrota histórica para la clase obrera. Hoy, deben supe-
rarse definitivamente los vicios y desviaciones generados durante ese período, lo que
implica recuperar las enseñanzas y el espíritu revolucionario del Partido Bolchevi-
que y analizar detalladamente y defender las experiencias de construcción socialista
durante el siglo XX.
Eleni Belu
Miembro del Politburó del CC del KKE
asiáticos”. Afectó a las economías del sudeste asiático, así como a Japón y países
de América Latina. En 2000 se manifestó también en EEUU, aunque con cierto
retraso. El PMB cayó un 1% mientras el flujo internacional de capitales para inver-
sión directa y el comercio internacional sufrieron una importante reducción.
Fue ahí cuando la reflexión sobre la fortaleza del sistema capitalista reapareció
por vez primera tras la victoria de la contrarrevolución en la URSS y en los países
que estaban construyendo el socialismo. La burguesía expresó la preocupación por la
posibilidad de que su política, en algún momento, tuviera dificultades en controlar
el descontento y la reacción de los trabajadores y los pueblos ante las consecuencias
de la crisis.
Las diversas teorías sobre las causas de la crisis eran parte del esfuerzo por con-
trolar la situación para asegurar la estabilidad del poder del capital. Estas teorías se
centraron en la forma en que funcionaban las bolsas, enfatizaban la transparencia en
la gestión de los fondos de inversión de alto riesgo (hedge funds) y las condiciones de
los préstamos del FMI y del BM a los estados. En otras palabras, se centraron en la
aparente disfunción en la esfera de la circulación del capital en su forma monetaria.
En ese momento, el KKE estimó que había ocurrido una crisis de superproduc-
ción, de sobreacumulación de capital, igual que en años anteriores, con la crisis de
1973 como ejemplo más ilustrativo. Mantuvimos que se trataba de una crisis de
sobreacumulación de capital independientemente de su forma inicial.
A diferencia de las disputas burguesas –comenzando por el propio FMI– relativas
a las medidas de gestión para la aceleración de la salida de la recesión o para una
supuesta previsión de la recesión en EEUU y los otros países capitalistas, el KKE
había predicho que la salida de la recesión, la recuperación y progresión hacia un
nuevo rumbo ascendente de la reproducción ampliada capitalista llevaría al surgi-
miento de una nueva crisis de sobreacumulación más profunda y más sincronizada
que la anterior. Además, el KKE avisó de que las condiciones de trabajo, los salarios
y las condiciones de vida de la clase obrera en estos países no mejorarían, sino, al
contrario, se deteriorarían incluso en la fase de desarrollo capitalista.
Esta predicción se basaba en el hecho de que el grado de participación en la
producción capitalista mundial y el mercado estaba cambiando en beneficio de las
nuevas economías emergentes, con una gran población doméstica y fuerza de trabajo
muy barata. Los derrocamientos contrarrevolucionarios, la erosión oportunista, la
crisis del movimiento comunista y, en general, el retroceso del movimiento obrero
y la asimilación de las organizaciones sindicales al sistema capitalista han llevado a
esto.
Partido Comunista de Grecia 41
tendencia alcista, pero todavía tienen poca participación (en 2007, Rusia, el 2,57%,
e India, el 1,05%).
La tendencia en la participación en las importaciones mundiales es la siguiente:
la eurozona mantiene su primera posición en las importaciones, con una tendencia
a la baja (1980: 34,28%; 2007: 28%). Grecia sigue al mismo nivel (1980: 0,51%;
2007: 0,53%). La participación de Japón se reduce (1980: 6,81; 2007: 4,41%)
mientras la de EEUU crece (1980: 12,39%; 2007: 14,35%) -y mantiene la segunda
posición en importaciones-, al igual que China (1980: 0,96%; 2007: 6,8%), que
tiene la tercera posición. Además, Rusia e India reflejan un incremento limitado de
su participación.
También se están dando reorganizaciones en el ámbito privado (o de fondos
corporativos). Según la lista de los 1000 hombres más ricos en Gran Bretaña,
publicada en la edición semanal del “Sunday Times”, la mitad de los diez primeros
aumentaron su riqueza durante la crisis en 1.054 millones de euros (un 43%),
mientras el resto vio caer su riqueza en 33.738 millones de euros (un -242%).
En condiciones de recesión, mientras el número de compañías con pérdidas se
incrementa, hay empresas que todavía acumulan beneficios, bien con tasas redu-
cidas o crecientes. En el segundo caso, por ejemplo, se incluye la empresa alemana
Siemens, que, en el primer trimestre de 2009, alcanzó unos beneficios de 1.010
millones de euros, mientras, en el primer trimestre de 2008, sus beneficios fueron
de 412 millones de euros (incremento del 145%), con un incremento anual de
ventas del 5%.
Fenómenos similares se dan en la economía griega. La estimación de beneficios
de los 8 bancos principales (National, Alpha, Eurobank, Pireaus, Cyprus, Marfin,
Agricultural Bank of Greece y Emporiki) para el primer trimestre de 2009 estimaba
610 millones de euros, mientras en el primer trimestre del año pasado los beneficios
fueron de 1.195,9 millones de euros, lo que supone una bajada del 50%.
La reclasificación de las acciones también se lleva a cabo en un subsector como
el del transporte aéreo, entre Olympic Airways y Aegean Airlines. La reclasificación
también se promueve por medio de amortizaciones, como las del Grupo Marfin
(Vivartia y Olympic Airways), de la fusión ya incubada de nuevas empresas finan-
cieras en Grecia.
Esta tendencia es obvia en el mercado internacional, particularmente en los
sectores en los que la crisis de sobreproducción se manifestó inicialmente, como la
industria automovilística.
48 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
Estos datos confirman la afirmación del XVIII Congreso del KKE de que Grecia
ocupa una posición intermedia en el sistema imperialista internacional, mante-
niendo la misma posición –la penúltima– en la eurozona, pero con una posición
mejorada en el mercado de los Balcanes.
una tendencia a la expansión del capital ficticio, así como cancelación obligatoria de
la sobreproducción y la devaluación de capital.
El crédito lleva a la sobreproducción, a la sobreacumulación de capital, hasta el
inevitable momento en que la sobreproducción, la producción capitalista ampliada,
finalice. Se interrumpirá cuando alcance sus límites y cuando las consecuencias de la
anarquía y el deterioro (capital ficticio) de la producción capitalista hayan intensifi-
cado la contradicción entre capital y fuerza de trabajo.
Resumiendo la crisis
Lo que está teniendo lugar hoy, la devaluación de capital en toda forma (comer-
cial, financiero) y la devaluación de la fuerza de trabajo (como mercancía), ha ocu-
rrido repetidamente en el pasado, con su primera aparición a comienzos del siglo
XIX, y volverá a ocurrir nuevamente en el futuro mientras exista el capitalismo.
La inevitabilidad de las crisis se encuentra en el ADN del capitalismo: se encuen-
tra en el contradictorio carácter mercantil de la producción capitalista de mercan-
cías, en su anarquía y desigualdad, en su tendencia a asegurar primeramente el
beneficio adicional capitalista con la introducción de nueva maquinaria que es más
productiva, así como con la exportación de capital industrial a países con fuerza de
trabajo más barata, factores que agudizan la contradicción entre capital y fuerza de
trabajo, la contradicción entre el carácter social de la producción y la apropiación
privada de sus productos -debido a la propiedad privada de los medios de produc-
ción. El mismo impulso por el beneficio adicional lleva a la tendencia decreciente
del porcentaje medio de beneficio.
Una economía capitalista supone una fuerza motriz que lleve la reproducción
capitalista a sus extremos, a acumular inmensos beneficios y a que la apropiación de
plusvalía de la clase obrera adopte una forma de especulación monetaria. Significa
que estos inmensos beneficios, expresados en diferentes formas de capital, y, por
supuesto, en la esfera de su circulación (fondos mutuales, bonos, acciones en órga-
nos financieros y compañías de fondos financieros para gestión de capital, Hedge
Funds) reproducidos como capital, como valor autocreciente, deban ser reciclados
en el proceso productivo: chupando nuevo trabajo impagado como vampiros, para
que se transforme en mercancía, que luego se vende y se expresa como nuevo bene-
ficio.
52 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
frentes de lucha
La raíz de la crisis puede arrancarse únicamente con la abolición de la propiedad
capitalista, con el fin de la anarquía de la producción capitalista, con la planifica-
ción central de una reproducción ampliada teniendo como objetivo la producción
de valores de uso para la siempre creciente y ampliada satisfacción de las necesidades
sociales.
Sólo con una base de industria socialista se puede cambiar la distribución de la
fuerza de trabajo, los medios y materiales de producción de la riqueza social. Sólo
así se puede apoyar la producción agrícola cooperativa, puede perder el dinero su
sustancia como forma de valor, como medio de distribución de plusvalía, puede
desaparecer el carácter especulativo del Banco Central.
Ése es el futuro; economía popular, socialista, la alternativa real a la barbarie
capitalista.
Ésta es la necesidad de hoy, de la que se mofan, bien directamente, las fuerzas
liberales burguesas, o indirectamente, las autodenominadas “socialistas democráti-
cas”, que distorsionan y difaman su expresión histórica inicial en la Unión Soviética.
Sin embargo, es un hecho histórico que en la década de los 30 había dos mundos:
un mundo desgarrado por la competencia y la crisis capitalista, y un mundo socia-
lista que se caracterizaba no sólo por impresionantes tasas de producción industrial,
sino por impresionantes tasas de desarrollo en la prosperidad social.
La verdad confirmada históricamente es que la propiedad social y la planifica-
ción central fueron derrotadas cuando la lucha de clases no tenía el conocimiento
y la fuerza para llevar a cabo la destrucción de toda forma de propiedad individual,
de toda fuente de riqueza individual.
Debido a estas posiciones relativas al otro rumbo de la producción social y la
organización de la sociedad, el KKE es acusado de diferir la satisfacción de las
necesidades inmediatas del pueblo trabajador al socialismo. Eso es una mentira
consciente de los partidos burgueses y oportunistas.
El KKE ha sido y será firme en su apoyo a las exigencias de derechos del pueblo
trabajador, de la juventud, de los pensionistas, con coherencia en sus palabras y
hechos, porque tiene una orientación estratégica.
Partido Comunista de Grecia 53
Gyula Thürmer
Presidente del Partido Comunista Obrero Húngaro
nuevo mundo. Debemos demostrar que el socialismo es una alternativa real al capi-
talismo existente. Esto significa que, en Hungría, el movimiento comunista debe
entrar en una nueva situación, que implica nuevas posibilidades y nuevas tareas.
nistración Obama parece entender mejor que los países de la UE que el colapso del
capitalismo húngaro puede conducir a una serie de colapsos en la región. Todavía
no han logrado convencer a sus socios de la UE para que inviertan mucho más
dinero en la consolidación del capitalismo húngaro.
Para EEUU, resulta bastante indiferente qué grupo de la clase capitalista
gobierna políticamente Hungría. Le exigen a cualquier gobierno húngaro absoluta
fidelidad a EEUU y a la OTAN, así como la participación en las misiones militares
de la OTAN. En la política interna, la administración de EEUU espera una lucha
consecuente y ejemplar contra el antisemitismo y las fuerzas comunistas.
Los países dirigentes de la UE no expresan especial preocupación sobre la situa-
ción de los capitalistas húngaros. Según su experiencia, están convencidos de que en
una Hungría miembro de la UE y la OTAN no puede haber revoluciones sociales,
ni siquiera levantamientos sociales de gran envergadura. Los diferentes grupos polí-
ticos de la UE expresan sus simpatías por diferentes partidos políticos de Hungría.
Parece que tanto Alemania como Francia no están satisfechas con la actuación del
Partido Socialista Húngaro y no se opondrían a un cambio de gobierno.
El gobierno MSZP-SZDSZ hace grandes esfuerzos, entre otras cosas, por cam-
biar la constitución e ilegalizar “la negación del Holocausto y la incitación pública
al odio racial”. El gobierno, preocupado porque Hungría fuera el lugar de Europa
donde tuvieron lugar algunos de los peores incidentes neonazis de los últimos
meses, ha planificado la reforma en respuesta a la indignación pública por estas
nuevas provocaciones.
A pesar de todos estos acontecimientos, las fuerzas capitalistas internacionales
no están satisfechas con la actual actuación de la coalición socialista-liberal. La
política económica neoliberal ha llevado a un importante empeoramiento de las
condiciones de vida. Millones de personas están insatisfechas y comienzan a expre-
sar de diferentes formas su actitud antigubernamental e, incluso, anticapitalista. El
empeoramiento de las condiciones de vida ha fortalecido dos tendencias en Hun-
gría, el antisemitismo y las acciones contra los gitanos.
La Fidesz –Unión Cívica Húngara- representa, en gran medida, a los pequeños
y medianos capitalistas, aunque no rechaza al gran capital. Está más orientada hacia
Europa y la UE en general. La Fidesz, que fue originalmente un partido liberal, es
hoy un partido que intenta unificar a todas las fuerzas conservadoras y nacionalistas.
Cooperan estrechamente con el Partido Popular Cristiano-Demócrata (KDNP).
Durante su gobierno entre 1998 y 2002, la Fidesz básicamente cumplió las
expectativas del capital internacional. Hungría tomó parte activa en la guerra contra
Yugoslavia y el “proceso de democratización” de Europa Oriental. La política del
gobierno de la Fidesz de apoyar las demandas de autonomía nacional de las mino-
rías húngaras en Rumanía, Eslovaquia y otros países supuso la crítica de algunos
países de la UE. Los círculos políticos de EEUU criticaron a la Fidesz porque, según
su análisis, no luchaba lo suficiente contra el antisemitismo. La Fidesz, mientras
apoyaba al capital multinacional, llevó a cabo muchas medidas de apoyo al capital
húngaro, principalmente, a los medianos capitalistas.
Desde 2002, la Fidesz ha demostrado que es el mayor partido de la oposición
y que es capaz de influir en los procesos políticos en Hungría. Organizó las gran-
des manifestaciones antigubernamentales en 2005-2006 e impulsó un referéndum
sobre asuntos básicos de política educativa y sanitaria del gobierno MSZP-SZDSZ.
El congreso de la Fidesz declaró que es necesario crear una “nueva mayoría”, inclu-
yendo no sólo a los aliados tradicionales de la Fidesz, sino a otras fuerzas políticas y
también a sindicatos y organizaciones civiles.
62 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
3. En estas condiciones hay dos vías básicas por las que puede transitar la
sociedad húngara: la vía del capitalismo y la vía de la revolución socialista.
Desde el punto de vista de la alternativa capitalista, es de decisiva importancia el
hecho de que el campo de actuación del capitalismo húngaro esté principalmente
determinado por la enorme influencia del capital multinacional en la economía
húngara, por la dependencia política, militar e ideológica de Hungría respecto de
EEUU, la OTAN y la UE.
Dentro del desarrollo capitalista –insistimos, dentro del capitalismo y no como
alternativa al mismo– hay diferentes rumbos posibles. Uno de ellos es una mayor
subordinación de Hungría al FMI, a la UE y a otros centros capitalistas. Los gobier-
nos húngaros servirán a los intereses del capital multinacional liberalizando comple-
tamente todas las áreas del mercado húngaro, liquidando los restos de las empresas
húngaras y reprimiendo toda forma de protesta de las clases trabajadoras. Es la vía
de abandono pleno de la soberanía nacional de Hungría, la vía de la limitación y
opresión de los derechos democráticos.
Esta política continuará si los socialistas siguen en el poder. Lo declaran abierta-
mente y lo manifiestan con la política actual.
No tenemos ilusiones y no podemos tenerlas: esta política puede mantenerse
de una forma u otra, incluso si la Fidesz alcanza el poder. La Fidesz también es
un partido del gran capital, igual que el MSZP; la única diferencia entre ambos es
que en la base social de la Fidesz hay muchos más representantes de la pequeña y
mediana burguesía.
Los comunistas húngaros no debemos apoyar ni apoyaremos esta vía. Los comu-
nistas debemos saber que la vía neoliberal, pro FMI, empeorará las condiciones
del pueblo y puede llevar a una mayor radicalización de las masas. Los comunistas
debemos estar preparados para esta situación. Debemos luchar contra tal suceso, que
conduciría a un giro radical derechista en la política. No hay verdadero peligro de
que las fuerzas fascistas o, incluso, de derecha radical lleguen al poder. Las actuales
fuerzas extremistas no son lo suficientemente fuertes y tal hecho conduciría a una
inmediata intervención de la UE, como pudimos ver en Austria hace algunos años.
64 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
Pero existe la amenaza real de que las fuerzas capitalistas utilicen la crisis en
Hungría y el fortalecimiento de las fuerzas extremistas de derecha para establecer
una “dictadura democrática” dirigida a “salvar la democracia”.
En el marco de la vía capitalista de desarrollo, también podemos imaginar un
rumbo que dé más oportunidades al capital nacional, a las pequeñas y medianas
empresas húngaras. Tampoco podemos descartar la posibilidad de que, para evitar el
resentimiento de las masas y la aparición de conflictos sociales a gran escala, el capi-
tal haga algunas concesiones a las masas, intente mitigar los problemas económicos
y sociales del pueblo. En cuanto a la política exterior, también puede ocurrir que
Hungría siga un rumbo más equilibrado mientras mantiene su compromiso con la
UE y la OTAN. Por ejemplo, puede desarrollar relaciones más estrechas con países
árabes o latinoamericanos. Podemos observar el desarrollo de una alternativa similar
dentro del sistema capitalista en muchos países de América Latina.
Esta vía es posible en las condiciones del capitalismo. El actual gobierno y el
Partido Socialista Húngaro se oponen. El principal partido de la oposición, Fidesz,
que representa los intereses de los capitalistas medios húngaros, expresa su disposi-
ción a poner límites al capital multinacional, a apoyar a los empresarios húngaros y
a limitar los ingresos del gran capital y dar más a las masas. La cuestión es si Fidesz
–al llegar al poder– lo llevará a cabo realmente o buscará un acuerdo con el capital
internacional.
Esta vía no satisface plenamente los intereses de la clase obrera y supone única-
mente mejoras provisionales. Pero esta vía supone algunas mejoras para las masas
trabajadoras. Permite al PCOH cooperar con la pequeña y mediana burguesía sobre
la base de la lucha común contra el capital multinacional, los supermercados y la
explotación extranjera.
Este rumbo tendrá éxito si somos capaces de transformar el resentimiento popu-
lar en fuerza organizada y, así, forzamos a los gobiernos capitalistas a que pongan
restricciones al capital. El Partido Comunista Obrero Húngaro participa en la lucha
sindical, en el movimiento contra los desahucios, en las acciones civiles para incre-
mentar la influencia de los comunistas e instituir las fuerzas del descontento de las
masas.
Lenin escribió en “Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrá-
tica”: “El proletariado debe llevar a término la revolución democrática, atrayéndose a
la masa de los campesinos, para aplastar por la fuerza la resistencia de la autocracia y
paralizar la inestabilidad de la burguesía. El proletariado debe llevar a cabo la revolu-
Partido Comunista Obrero Húngaro 65
Victor Matjushenok
Miembro del Consejo Editorial del periódico “Letonia Socialista”
La contrarrevolución letona:
Es obvio que si el FPL y otras fuerzas políticas, incluyendo a los derrotistas del
PCL, hubieran defendido sólo la restauración de la estructura capitalista, no habrían
tenido un apoyo tan masivo. No obstante, el pueblo letón tenía bastante educación
política y los derechos sociales (como el seguro de paro, la atención médica gratuita,
garantizada por el Estado, educación y vivienda) recibidos durante décadas, práctica-
mente durante una generación, eran tan notables que la gente afrontó la propaganda
del mercado liberal con bastante escepticismo.
Las dudas sobre los sentimientos nacionales, los cuales, por naturaleza, no per-
tenecen a la esfera racional, sino a la emocional, acabaron suponiendo no sólo una
desorientación política de buena parte de la población, sino también permitieron
su división según criterios nacionales, calificando de esta manera a los partidarios
del socialismo como “enemigos de los letones” y otorgando a la contrarrevolución
burguesa cierto tinte de “movimiento de liberación nacional”.
Es más, actualmente, el espectro político letón está dividido no sólo según el crite-
rio sociopolítico (los partidos de la derecha expresan los intereses del capital y los de
la izquierda los de los trabajadores asalariados), sino también según criterios étnicos.
Los partidos letones no son sólo liberales, conservadores o socialdemócratas, sino
nacional-liberales, nacional-conservadores o, incluso, ¡nacional-socialdemócratas!
Además de estos partidos, están los partidos centristas y centroizquierdistas, quienes
tratan de resolver los problemas nacionales a través de acuerdos o, simplemente,
evitando mencionarlos en sus programas. Por último, está el Partido Socialista de
Letonia; este último es un caso único, que realmente defiende las posiciones del
internacionalismo marxista clásico.
En su IV congreso, los socialistas declararon: “La política del régimen actual es
posible porque estábamos divididos; intentan dividirnos bajo criterios nacionales. Está
hecha a propósito, así es más fácil manejar al pueblo y hacerlo callar. ¡Estamos en contra
de esta política!” (1).
Los dos primeros factores son habituales en muchos países del antiguo campo
socialista. En cuanto a los demás, hacen falta algunas explicaciones. La cuestión es
que, aparte de la energía y los medios de comunicación y transporte, que son la base
para unas condiciones de vida normales en el siglo XXI, hoy en día, Letonia prác-
ticamente no tiene industrias que mantengan el valor, la producción y la mano de
obra de la etapa anterior. La mayoría de ellas, básicamente en el ámbito metalúrgico,
la producción de herramientas, la ingeniería mecánica, eléctrica y microeléctrica,
en las que trabajaban decenas de miles de obreros, fueron prácticamente destruidas
en la última década del siglo pasado. No caben dudas de que la situación es muy
particular. Los líderes del país, negando totalmente el socialismo, tendrían que haber
Partido Socialista de Letonia 73
delirante del peligro para el desarrollo nacional en el caso de que existieran en el país
personas de otro país, que hablaran otro idioma, y la necesidad de destruir la base
industrial para facilitar su salida de Letonia.
La mayoría de los no letones que trabajaban en la industria no ha abandonado el
país (vinculaban su vida a Letonia, que, para muchos de ellos, era su tierra natal -los
“extranjeros” son, por regla general, personas nacidas en Letonia). Hoy en día, 18
años después, en este país viven más de 300.000 “extranjeros”, que se ven desgracia-
damente afectados por los objetivos sociopolíticos básicos de la derecha nacionalista.
Bajo la capa del nacionalismo, no sólo se ha producido división social, sino también
una pérdida masiva de solidaridad y conciencia de clase. Los trabajadores de los gran-
des sectores industriales destruidos se han convertido en pequeños comerciantes, en
artesanos, en trabajadores del sector agrícola. Los administradores de las grandes
empresas colectivas agrícolas se convirtieron en propietarios de grandes parcelas y
explotaciones, y los agricultores volvieron a la economía agrícola de subsistencia.
Una parte de los obreros, a causa del caos económico, simplemente vieron degradada
su condición de miembros de pleno derecho de la sociedad.
Un dato muy característico es el siguiente: aunque haya habido períodos difíciles
en cuanto a las condiciones sociales y económicas, e índices alarmantes de paro y
garantías sociales muy limitadas, en Letonia, después del año 1991, no se ha produ-
cido ni una sola huelga en el sector industrial.
de bienes materiales, sino también humillación moral asociada al colapso del viejo
Estado y la incapacidad del nuevo de llevar a cabo las funciones internas y externas,
para los letones eran tiempos bastante creativos: nuevas estructuras de poder y de
gestión del Estado, del sistema monetario, la policía, el ejército, etc. En este caso,
además del factor moral, había uno material: en un período de colapso de la indus-
tria y las grandes empresas agrícolas, el ámbito público y, más que nada, el servicio
público, no sólo suministraba un salario fijo, sino también el máximo posible de
garantías sociales, perspectivas de autorrealización y carrera en el sector público.
A esto hay que añadir el apoyo político y, en parte, económico a la restauración
del sistema capitalista por parte del imperialismo internacional y el buen uso de la
“ventaja de la posición geográfica” y de la potente infraestructura creada en la época
soviética en forma de carreteras, oleoductos y puertos. Durante el saqueo total del
legado económico socialista, Letonia fue lugar de paso de materias primas valoradas
en miles de millones de dólares, y los flujos financieros dejaban una mínima pero
significativa parte para un país pequeño en forma de impuestos y otros ingresos
diversos. En este caso, el tránsito y la exportación de capital tenía frecuentemente un
origen dudoso, incluso desde el punto de vista de las nuevas leyes del mercado, que
también influyeron en el comportamiento de los políticos locales y las características
de los partidos políticos, que servían a los intereses de la nueva burguesía. Aparte
de los casos de corrupción real, han aparecido centros específicos, zonas de mayor
prosperidad, en Riga, Ventspils, Jurmala, lugares de desarrollo de los negocios de
tránsito, de concentración del capital bancario y de residencia de los “nuevos ricos”.
En consecuencia, aquellos grupos de trabajadores que estaban empleados en esas
áreas, o que trabajaban para los propietarios del capital, tenían más rasgos de peque-
ñoburgueses que de proletarios.
Todo esto lo entendió la gente que era activa y que defendía las posiciones marxis-
tas. En 1995, en el primer congreso del PSL, en las resoluciones especiales se incluyó
el fragmento siguiente: “La dirección que lleva el Estado en nombre del máximo órgano
legislativo, el Gobierno y el Banco Central conduce a la degradación del país. Las fuerzas
políticas actualmente en el poder han convertido la economía en su propia fuente de
recursos y resuelven frenéticamente sus problemas de propiedad”.(5)
Sin embargo, la crítica de los socialistas hacia la estructura sociopolítica y las
acciones de las autoridades, dados los factores anteriormente citados, fue percibida
por la sociedad de manera muy débil, aunque en general la injusticia política y
social y la discriminación étnica eran más que claras en el país y una buena parte
5 “Partido Socialista de Letonia. Documentos Históricos”, p. 68
76 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
6 Lenin, V.I. “La consigna de los Estados Unidos de Europa”. Ed. Gospolitizdat, Moscú, 1952, vol.21, p. 310
Partido Socialista de Letonia 77
este sentido, son también posibles los Estados Unidos de Europa, como un acuerdo entre
los capitalistas europeos... ¿Sobre qué? Sólo sobre el modo de aplastar en común el socia-
lismo en Europa”.(6)
Por lo tanto, para los socialistas letones, fueron claramente razones políticas las
que hicieron que se promoviera la entrada en la UE de estos países; su aceptación
previa en la OTAN lo demuestra francamente, ya que no estaban de ninguna manera
preparados para esa entrada en cuanto a los criterios económicos.
Al mismo tiempo, el Partido Socialista trató de utilizar las oportunidades de con-
tacto a nivel del Parlamento Europeo para establecer vínculos más estrechos con
representantes de partidos comunistas y obreros de los países europeos y establecer
con ellos una cooperación fructífera en interés de los trabajadores letones.
Incluso en 2000, cuando estos asuntos apenas habían comenzado a comentarse
en la sociedad, el PSL había definido claramente su posición: “... no vemos la via-
bilidad económica y política de la adhesión de Letonia a la UE. Al unirse a la UE,
Letonia perderá la mayor parte de su independencia económica, política, cultural, toda
la economía nacional en sentido global”.(7)
Desde la integración de Letonia en la UE han pasado ya cinco años. Las conse-
cuencias a corto plazo de la falta de preparación de Letonia y la actitud francamente
aventurera e irresponsable de los políticos de la derecha, quienes estaban ocupados,
ante todo, en la integración económica europea, demuestra que la posición socialista
era la correcta. La presencia de Letonia en la UE no ha aportado prácticamente
nada al pueblo en materia de seguridad social o en cuanto a garantía de derechos
civiles y políticos: el sistema de garantías sociales es, como antes, débil e imperfecto,
las prohibiciones políticas siguen ahí. Las condiciones salvajes y humillantes de los
“extranjeros” se mantienen; la persecución de opiniones políticas, también.
No obstante, las inyecciones monetarias de las estructuras de la UE y la actividad
del capital internacional (principalmente, financiero y especulativo) han provocado
un aumento de la actividad económica. El crecimiento del PIB alcanzó un record del
11% en 2007, permitiendo que los propagandistas de la derecha hablaran de Letonia
como si fuera “el tigre económico del Báltico”, y permitiendo también la alianza de
los partidos de derecha nacional y liberales para obtener la victoria en las elecciones
parlamentarias de 2006.
Año, trimestre, millones de lats 2004 III 2005 III 2006 III 2007 III 2008 III
Deuda externa (neto) 2 002.4 2 787.5 4 275.8 6 940.2 8 684.0
8 “El Capital”, C. Marx y F. Engels. Textos, Ed. Gospolitizdat. Moscú, 1961, vol. 25, p. 485
Partido Socialista de Letonia 79
del Parlamento, y disturbios en las calles), en el país no había nada que se pudiera
llamar protesta social seria.
El PSL, a través de sus organizaciones de base, con la ayuda del periódico “Leto-
nia Socialista”, una página propia en internet y varias acciones, tanto en las campa-
ñas electorales como en fechas de importancia histórica (como el 1º de mayo o la
celebración de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial),
siempre ha explicado a los trabajadores lo que está pasando en el país, sus causas y
sus consecuencias, y propone la alternativa. No obstante, debemos reconocer que,
a pesar de la popularidad de las ideas socialistas entre los trabajadores (algo que se
expresa también por la cantidad de votos recibidos por el PSL en varias elecciones),
aún no ha habido una consolidación a nivel de demandas sociales y económicas y de
incremento de la conciencia de clase.
Las razones, mencionadas anteriormente, de la pasividad social a comienzos de
los años noventa, durante el período de la restauración capitalista, que conducen a
una posición residual de los sectores obreros activos en la última década, se dan por-
que, después de la integración de Letonia en la UE, las fuerzas políticas dominantes
pudieron “exportar” una parte de los problemas sociales graves. Los más sensibles,
como el paro y los salarios bajos, fueron eliminados con la apertura de los mercados
laborales en países como Irlanda y Gran Bretaña.
En el informe al XI Congreso del PSL se señalaba: “La gente se va a trabajar fuera
no porque Letonia sea un país desagradable, sino porque, viviendo y trabajando aquí, no
pueden apoyar a sus familias. La gente está dispuesta a sufrir privaciones, a separarse de la
familia y parientes para vivir, para mantener a sus ancianos padres, cuyas pensiones mise-
rables ni siquiera cubren las necesidades básicas, y para que sus hijos puedan estudiar.”(9)
Dada la circunstancia de que en dos horas (duración del vuelo de Letonia a Gran
Bretaña), el parado letón llega a un país en el que incluso el salario mínimo es cinco
o más veces superior al que podría obtener en su patria, es muy difícil convencerle de
que no aproveche esta posibilidad y se quede para lograr una mejora en las condicio-
nes de vida en su patria por medio de la lucha de clases.
A estos procesos se añade la denominada “fiebre del crédito”. Los trabajadores de
los países europeos están familiarizados con los métodos utilizados por los grandes
bancos internacionales, y la experiencia de la vida bajo el capitalismo les hace reac-
cionar de manera más adecuada a las promesas generosas de los anuncios bancarios.
Los letones (igual que los habitantes de otros antiguos países socialistas) están psico-
9 “Partido Socialista de Letonia. Actas del XI Congreso”, Riga, 2008 p.
80 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
expresaron voluntad de alcanzar objetivos comunes. No se puede pasar por alto que
casi todos los grupos ya mencionados de insatisfechos se hallan en la esfera no pro-
ductiva. En cuanto a los productores, únicamente los agricultores han emprendido
acciones como la ocupación de carreteras o “manifestaciones de tractores” en Riga,
que tuvieron lugar el invierno pasado. Sin embargo, sus exigencias, por una parte,
tenían un carácter muy específico de su sector, por otra, únicamente expresaban su
deseo de obtener las subvenciones presupuestarias y, en este aspecto, no se diferen-
ciaron mucho de las protestas de los funcionarios. Hay que tener en cuenta que a
la mayoría de estos agricultores no le interesa la agricultura. Siendo propietarios de
grandes terrenos y, frecuentemente, también de las empresas de elaboración, tienen
capital, contratan a mano de obra y, objetivamente, son representantes de la capa
media de la burguesía rural.
La ausencia de solidaridad afecta a casi cualquier protesta u oposición a las polí-
ticas derechistas del gobierno. Por ejemplo, durante el referéndum del 2008 sobre el
cambio del sistema de pensiones, los partidos en el poder consiguieron convencer a
los jóvenes trabajadores de que se abstuvieran, ya que, en la caja social, el incremento
en el pago de la jubilación a los pensionistas actuales podría dañar a sus ahorros
futuros. El referéndum fracasó a causa de la baja participación.
Una situación similar de contraposición de intereses de los trabajadores se pro-
duce en los pequeños y grandes hospitales rurales y urbanos, así como en las escuelas,
provocada por la realización de “reformas” en la educación y en los servicios de salud
pública, que sufrirán los efectos de la crisis por medio de recortes presupuestarios
llevados a cabo por los partidos de derechas.
1 Director de El Comunista, órgano del Comité Central del Partido de los Comunistas.
86 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
2 Así, por ejemplo, la investigadora de la Universidad Obrera de México, Laura Juárez Sánchez, afirma con
razón que aquellas naciones que se subordinaron a las políticas económicas de la restructuración capitalista
conocida como neoliberalismo, acentuando la dependencia, “pagarán el mayor costo de la crisis económico-
financiera, particularmente su población trabajadora. Consideramos que México es uno de esos países debido
a que profundizó su relación de dependencia con Estados Unidos al firmar un tratado comercial totalmente
desventajoso, que lo llevó a realizar con este país 85,7% de sus exportaciones, 53,4% de sus importaciones
y 62,6% de la captación de la Inversión Extranjera Directa, lo que derivó en hacerlo más sujeto de sus ciclos
económicos y en estar más dominado por sus grandes empresas trasnacionales, que avanzan en el control de
sus sectores estratégicos.”
Partido de los Comunistas de México 87
3 La crisis del capitalismo y las tareas de los comunistas en México. Edición mimeografiada del Comité
Central del Partido de los Comunistas; marzo del 2009.
88 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
Este acuerdo se pretende generalizar a toda América. A pesar del gran descalabro
que sufrió la iniciativa norteamericana de un acuerdo total, lo cierto es que, a través de
acuerdos bilaterales y regionales, insiste en su proyecto, acompañándola de acuerdos
militares y represivos.
Es importante señalar que la primera derrota del ALCA se debió a la gran resisten-
cia popular, social, política y armada. Cabe señalar el papel central de la Revolución
Cubana, que logró agrupar, con su convocatoria a los Encuentros Hemisféricos de Lucha
contra el ALCA, en un solo frente, a movimientos obreros, campesinos, fuerzas sociales
y a los intelectuales y artistas, articulando jornadas continentales y planes de acción
que prestaron un gran servicio; otro rol lo jugó el proceso bolivariano de Venezuela;
fue decisivo en esa batalla el papel de la resistencia colombiana al Plan Colombia y al
Plan Patriota, fundamentalmente de las FARC-EP. La creciente oposición de la clase
obrera mexicana y de los campesinos e indígenas al TLCAN contribuyó a concientizar
a los pueblos sobre el riesgo de aceptar el ALCA(5).
Con el eufemismo del libre comercio(6) Estados Unidos pretende, en América Latina,
asegurar su hegemonismo frente a la Unión Europea. Como TLCAN, CAFTA, Plan
Puebla-Panamá, ASPAN, acuerdos bilaterales son la misma estrategia, acompañados
de planes represivos militares, como el Plan Colombia o la Iniciativa Mérida, así como
de la instalación de bases militares norteamericanas por doquier(7) y la reactivación
de la IV Flota.
Contando, en primer lugar, con la inercia de la llamada desideologización, el impe-
rialismo se maquilló y, en nombre de la “libertad”, la “democracia”, el “libre comercio”,
la “interdependencia”, “nuevo orden mundial”, intentó sofocar cualquier resistencia
a su política de dominación neocolonial en América Latina. Fueron las condiciones
de la contrarrevolución internacional las que impusieron el TLCAN, calificado por
investigadores y académicos como la compra-venta de México(8) (el cual sólo encuen-
tra una analogía con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, terrible mutilación del terri-
torio nacional de México después de la injusta guerra de 1847-1848 y que legalizó el
despojo de 2.263.866 km2); por lo que, 15 años después, el TLCAN arruinó el campo
5 Tampoco se puede olvidar el importante papel de la rebelión indígena y campesina mexicana contra el
TLCAN, justamente el día que entraba en vigor, el 1 de enero de 1994. Organizada en Chiapas, en el sureste
mexicano, por el EZLN, el levantamiento armado expresó con crudeza que el acuerdo imperialista es una
condena de muerte para los pueblos indios.
6 Bien sabemos que el capitalismo ya no se encuentra en la fase de la libre concurrencia, la cual
históricamente ha quedado en el pasado.
7 Recientemente, una nueva base militar en Colombia, la de Palenquero, que, por supuesto, está orientada
a continuar la guerra sangrienta contra ese hermano pueblo y sus fuerzas revolucionarias, pero que alcanza
la región andina, el Caribe y Centroamérica. Por cierto, entre otras cosas, confirma que el Presidente
norteamericano continúa el rumbo de sus predecesores. También Obama ratificó todos los recursos
prometidos por Bush a la Iniciativa Mérida, desacreditando a la izquierda oportunista de México, que habla
de una nueva era y que saludó entusiasmada la elección del demócrata norteamericano.
Partido de los Comunistas de México 91
el desempleo, los trabajadores más pobres del país continúan siendo los pagadores
de impuestos cautivos: entre enero y septiembre de 2008, las personas que ganaban
hasta diez salarios mínimos contribuyeron más al Gobierno Federal que aquellas que
perciben más de cien veces el salario mínimo. Finalmente, los trabajadores terminaron
por endeudarse ante el deterioro salarial, el desempleo, el oneroso pago de impuestos
y la precarización general de sus condiciones de trabajo y de vida, dentro de las que se
encuentran problemas de salud y accidentes.
2. Bajo la anarquía de la producción, de vez en cuando, una parte del capital acu-
mulado (como mercancías, medios de producción y dinero) no puede ser utilizada
como medio de explotación, fuente de ganancia adicional. Entonces, tiene lugar un
alto en la producción y, después, su decrecimiento, o sea, se desarrolla la crisis de
sobreproducción.
3. Esta contradicción arriba señalada determina la intención de cada capitalista
de incrementar su oferta en el mercado, a la vez que baja su demanda de medios
de producción y la demanda de los objetos de consumo de sus obreros por la dis-
minución de sus salarios. Bajo cualquiera forma del capitalismo, esto, lógicamente,
conduce a las crisis de superproducción con cierta regularidad vinculada con el ciclo
de la reproducción del capital fijo. Bajo el capitalismo, evitar las crisis es imposible.
Su origen se explica por los procesos siguientes.
Como se sabe, el capitalismo es la economía mercantil universal, es decir, la eco-
nomía mercantil desarrollada hasta tal grado que la fuerza de trabajo se convierte en
una mercancía. La fuerza de trabajo es el conjunto de las potencias físicas y espiritua-
les que se aplican cada vez en la producción de los bienes materiales y de otra índole.
Es la mercancía sui generis capaz de crear un valor mayor que su propio valor.
4. Por la organización espontánea de la economía mercantil capitalista, aún
cuando a los trabajadores asalariados se les pague por completo el valor de su fuerza
de trabajo (un caso muy raro), tarde o temprano llega el momento en que el volumen
de la masa producida de mercancías supera en mucho la demanda solvente, siendo
su parte mayor la demanda de la población mayoritaria trabajadora, y, otra parte,
la demanda de medios de producción por los empresarios capitalistas. Así viene la
crisis. De tal modo, el capitalismo, como un sistema económico mercantil, desde su
nacimiento está preñado de crisis.
5. Este hecho fue señalado especialmente ya en los primeros programas del Par-
tido Socialdemócrata Obrero de Rusia (bolchevique) y Partido Comunista de Rusia
(bolchevique)(1). “La principal peculiaridad de esta sociedad es la producción mercantil
basada en las relaciones de producción capitalistas, en las que la parte más importante y
considerable de los medios de producción y circulación de las mercancías pertenece a una
clase de personas numéricamente pequeña, mientras que la inmensa mayoría de la pobla-
ción consta de proletarios y semiproletarios obligados por su situación económica a vender
permanente o periódicamente su fuerza de trabajo, es decir, alquilarse a los capitalistas y
crear con su trabajo los ingresos de las clases superiores de la sociedad...
Este mismo progreso técnico permite, además, a los empresarios emplear en propor-
ciones cada vez mayores el trabajo de la mujer y del niño en el proceso de la producción
y circulación de mercancías. Y como, por otra parte, ocasiona una reducción relativa en
la necesidad de trabajo vivo de los obreros por los empresarios, la demanda de fuerza de
trabajo desciende necesariamente por debajo de su oferta, en virtud de lo cual aumenta
la dependencia del trabajo asalariado con respecto del capital y se eleva el grado de explo-
tación del trabajo.
Este estado de cosas dentro de los países burgueses y la constante agravación de la
rivalidad entre ellos en el mercado mundial dificultan más y más la venta de mercancías
que se producen en cantidades cada vez mayores. La sobreproducción que se manifiesta
en la forma de crisis industriales más o menos agudas, seguidas de períodos más o menos
largos de estancamiento industrial, es una secuela inevitable del desarrollo de las fuerzas
productivas en la sociedad burguesa. Y, a su vez, las crisis y los períodos de estancamiento
industrial arruinan aún más a los pequeños productores, aumentan aún más la depen-
dencia del trabajo asalariado respecto del capital y conducen aún más rápidamente al
empeoramiento relativo y, a veces, absoluto de la situación de la clase obrera.
Por lo tanto, el perfeccionamiento de la técnica, que significa el incremento de la pro-
ductividad del trabajo y el aumento de la riqueza social, condiciona en la sociedad bur-
guesa el acrecentamiento de la desigualdad social, la ampliación de la distancia entre los
poseedores y los desposeídos y el crecimiento de la inseguridad de la existencia, el desempleo
y toda suerte de privaciones para capas cada vez más vastas de las masas trabajadoras”.
6. Hace falta subrayar especialmente que prácticamente nunca, en ningún país
desarrollado del mundo, el valor de la fuerza de trabajo se paga por completo por
el precio de esta mercancía, o sea, por los salarios. El valor de la fuerza de trabajo se
define como el valor de los medios indispensables para la reproducción y desarrollo
normales (que correspondiesen al nivel del progreso técnico-científico, de la cultura
de la sociedad y del avance de la lucha de la clase obrera) de las fuerzas físicas y
espirituales del trabajador y de su familia. Cabe mencionar que esto lo entendían
bien, por su intuición, los representantes más avanzados de la clase burguesa. Por
ejemplo, a Henry Ford, destacado organizador de la producción y creador de los
primeros conveyers en la industria automotriz, le pertenecen las palabras siguien-
tes(2): “Pagamos al hombre por su trabajo; ¿cuanto debe dar este trabajo a su casa, a su
familia? ¿Cuanto a él mismo como ciudadano del Estado? ¿O como padre? El hombre
cumple su trabajo en la fábrica, y, la mujer, en casa. La fábrica debe pagar a ambos. En
otras palabras, al cumplir el hombre trabajador sus obligaciones respecto a sí mismo y su
familia, al vestirles, nutrirles y asegurarles las ventajas de su nivel de vida, ¿tiene además
el derecho de excedentes en la forma de acopio? ¿Debe todo esto gravar los cálculos de
nuestra jornada laboral? ¡Creo que sí!”
Por supuesto, a Ford no le preocupaba tanto la justicia social como la necesidad
para la producción de mayor demanda de consumo, así como evitar el peligro para
el capitalismo de las eventuales conmociones sociales. Sin embargo, su posición era
avanzada en mucho, no sólo para la primera mitad del siglo XX, sino también para
nuestro tiempo. Lo que los mejores representantes de la clase burguesa entendían, los
típicos lo ven de otro modo. Se ilustra bien por el ejemplo de la Rusia de hoy: en el
año 2008 (antes de la crisis), el salario promedio se acercaba a 16 mil rublos mensua-
les, y el valor de la fuerza de trabajo expresado en rublos (dependiente de la región,
modo de trabajo, cantidad de hijos) oscilaba entre 160 y 240 mil rublos mensuales;
es decir, hoy día, el salario constituye entre 7 y 10% del valor de la fuerza de trabajo.
7. Como es sabido, el trabajador crea el valor de su fuerza de trabajo durante
su tiempo necesario, y todo el resto de la jornada, o sea, el tiempo suplementario,
trabaja para el capitalista creando la plusvalía que después forma parte de la masa
de mercancías; bajo la organización espontánea de la economía capitalista, esta masa
puede quedarse sin la demanda correspondiente, y, de vez en cuando, sí se queda sin
ella. La pequeña obra de Lenin “El salario de los obreros y las ganancias de los capi-
talistas en Rusia” es un notable ejemplo del cálculo de la medida de la explotación de
los obreros en base a los datos estadísticos del año 1908: “Comparemos ahora el salario
de los obreros y las ganancias de los capitalistas. Cada obrero (estos parámetros fueron
calculados por Lenin –nota de los autores) recibe por año, término medio, 246 rublos
en concepto de salario y proporciona al capitalista una ganancia de 252 al año. De aquí
se desprende que el obrero trabaja menos de la mitad de la jornada para sí mismo y más
de la mitad para el capitalista. Si tomamos, por ejemplo, una jornada media de 11 horas,
resulta que el obrero percibe renumeración apenas por 5½ horas e incluso algo menos. Las
5½ restantes las trabaja en balde, sin recibir retribución alguna, y todo lo que produce en
esa media jornada constituye las ganancias de los capitalistas.(3)
Más detalladamente, el tema de la teoría de Carlos Marx de la realización y de lo
inevitable de la crisis de sobreproducción queda expuesto en la obra de V.I.Lenin “El
desarrollo del capitalismo en Rusia”(4). Vladimir Ilich menciona que la formulación
de Marx “la última causa de todas las verdaderas crisis sigue siendo siempre la pobreza
y la limitación del consumo de las masas, que se opone a la tendencia de la producción
capitalista a desarrollar las fuerzas productivas, así como que el límite de su desarrollo
3 Lenin V.I. Obras completas (en ruso). Tomo 22. P. 25.
4 Lenin V.I. Obras completas (en ruso). Tomo 3, p. 46-48.
Partido Comunista Obrero de Rusia 101
fuese sólo la capacidad consumidora absoluta de la sociedad” es, sin dudas, acertada,
pero, en ningún caso (!), puede limitarse a ella. En la formación del mercado interno,
el papel de los medios de producción es mucho mayor que el papel de los bienes
de consumo. El análisis de las leyes de la circulación del capital constante también
muestra lo inevitable de las crisis capitalistas.
8. Así las cosas, subrayemos una vez más: en el curso espontáneo de la reproduc-
ción capitalista vienen inevitablemente, con cierta regularidad, tales momentos de
crisis cuando la demanda solvente sobre los bienes de consumo y medios de produc-
ción es mucho más pequeña que la masa existente de mercancías y servicios. Viene la
crisis y surgen otras preguntas: ¿qué determina la duración de los períodos entre las
crisis y hasta qué grado puede regularse?
11. La introducción del modo de vida “a crédito” resultó una invención muy
eficaz para los capitalistas en la que involucró a individuos, empresas y hasta Estados
-todo, siempre y en todas partes, depende del crédito en dimensión y escala muy
grande. La mayor parte del valor de la fuerza de trabajo de los obreros no se les
desembolsa directamente, sino se les presta a interés. Así las cosas, pareció que la
sociedad vivía normalmente, se mantenía la demanda, pero la deuda iba creciendo,
creciendo… hasta cierto límite.
12. La distribución de los valores, producidos con el progreso técnico-científico y
el crecimiento de las fuerzas productivas, se efectuaba de modo muy desigual. Y esta
desigualdad iba creciendo, también a escala internacional. Como señaló V.I. Lenin
en su obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo”(5): “El capitalismo se ha
transformado en un sistema universal de sojuzgamiento colonial y de la estrangulación
financiera de la inmensa mayoría de la población de la Tierra por un puñado de países
adelantados... El capitalismo ha reservado ahora a un puñado... de países particular-
mente ricos y poderosos que, con el simple “corte de cupón”, saquean a todo el mundo”.
Pero los amos quisieron más y más. En la segunda mitad del siglo XX se impulsó con
fuerza la tendencia al enriquecimiento por medio del capital “bursátil-financiero”,
con la introducción de los “valores” de muchas variedades: acciones, letras de cam-
bio, obligaciones, vouchers, valores de Estado, etc. No hay que pensar que esto fuera
algo nuevo por principio o cualquiera invención del capitalismo moderno. Ya Engels
señaló en un anexo al tercer tomo de “El Capital”, capítulo “Bolsa”: “Junto con esta
acumulación, crecía la masa de los rentistas, gente aburrida de la tensión constante ligada
con los negocios; sólo querían divertirse o tener apenas las leves ocupaciones de directores
o miembros de los consejos observatorios de sus firmas. Y, ...para aliviar la aplicación de
la masa de capital monetario que así se puso en estado movible, se han creado las nuevas
formas jurídicas ya en todas partes, donde faltaban antes, para las sociedades anónimas
limitadas y se han bajado las obligaciones de los accionistas que antes eran responsables en
dimensiones ilimitadas... De aquí la transformación paulatina de la industria en empre-
sas accionistas... Lo mismo con respecto del comercio... Lo mismo respecto de los bancos
e instituciones crediticias... En la esfera de la agricultura, lo mismo... Y la aplicación de
capital en el extranjero, todo en acciones...etc.”(6)
En el siglo XX, y, más aún, en el siglo XXI, surgió una gran multitud de formas de
existencia parasitaria; su perfección tecnológico-intelectual puede causar admiración.
Sin embargo, todas ellas caben en aquella definición del clásico del siglo XIX: “la
masa de gente aburrida de la tensión constante”.
5 Lenin V.I. Obras completas (en ruso). Tomo 27. P. 305, 308.
6 Marx C.; Engels F. El Capital. Tomo III. Anexo II. Bolsa.
Partido Comunista Obrero de Rusia 103
Los así llamados “valores”, supuestos reflejos objetivos del valor real de la produc-
ción, en realidad se inflaban bajo el impacto del agio mercantil, a veces se caían, mas
en la perspectiva larga iban creciendo, creciendo, creciendo.
13. Cabe señalar que el capital logró arrastrar a estos procesos de “capitalización
creciente” de la economía a estratos bastante numerosos de trabajadores, así como a
la masa de los empleados y empresarios pequeñoburgueses, ante todo en los países
desarrollados. En este proceso, jugó un enorme papel la propaganda de las clases
gobernantes para inculcarles los sueños de enriquecimiento posible por azar y el culto
al consumismo. El presidente ruso V. Putin, en su discurso final del 2005, señalaba
con verdadera excitación el ritmo record (¡máximo en el mundo!) de crecimiento
de la capitalización de la economía rusa –hasta unos 80% anuales. Invitaba a los
ciudadanos a participar en esta inversión exitosa en la economía nacional por medio
de los distintos fondos comanditarios de inversiones; o sea, la burbuja financiera se
inflaba con la participación directa del poder estatal.
14. Con el desarrollo de las tecnologías informáticas computarizadas, las burbujas
financieras carentes de todo seguro pasaron a inflarse con intensidad aún mayor.
Sin embargo, vino el momento en que los estratos mayoritarios de la población
no pudieron ya pagar sus obligaciones por deudas y otros gastos considerables. La
burbuja reventó, se levantó la primera ola del pánico y, después, el proceso pasó a
crecer como una avalancha, propagándose tanto geográficamente como a las entra-
ñas de la estructura social de la producción (de la esfera financiero-bancaria hacia la
producción real).
15. Cabe subrayar, una vez más: en nuestro tiempo, también se mantiene el
elemento fundamental de la crisis de la sobreproducción –la solvencia de la parte
mayoritaria de la población es menor que la oferta formada.
lismo ruso tiene un carácter aún más criminal y rapaz, lo que se expresa en los hechos
siguientes.
17. Como se ha dicho ya, en Rusia es muy bajo el nivel de pago del valor de la
fuerza de trabajo: el salario promedio constituye apenas 7-10% del valor de la fuerza
de trabajo. Esta situación es impuesta a los trabajadores por su adversario de clase en
las condiciones de atraso del sindicalismo y la limitación extrema de las oportunida-
des legales de lucha con un régimen policíaco cada vez más acentuado. Así, el bajo
desarrollo de la lucha económica actualmente es una de las causas del bajo nivel del
pago de la fuerza de trabajo en Rusia.
18. La mayoría absoluta de los capitalistas rusos no se atiene a las normas técni-
camente fundadas de la reproducción del capital fijo –prácticamente no cumplen la
cuota de amortización para la restauración y desarrollo de los medios de producción.
De hecho, estos fondos se convierten en los ingresos de los propietarios (las ganan-
cias transferidas hacia los off-shores, los altísimos salarios de los ejecutivos, los bonos,
etc.) y se excluyen del ciclo “producción–circulación”. O sea, del ciclo productivo se
quitan los recursos indispensables para la reproducción simple, sin hablar ya de la
ampliada.
Para dar a entender de qué sumas se trata, digamos que la estadística oficial de
Rusia evalúa el valor de sus fondos productivos fijos en 60,4 millones de millones de
rublos; el coeficiente medio de la renovación de fondos (2007) oscilaba entre 1,9%
(la producción de la energía eléctrica) y 6,6% (la producción manufacturera). Según
las normas soviéticas, en la producción manufacturera este coeficiente tendría que
ser no menos de 13%. O sea, la falta anual de inversiones en la economía real, sólo
por la línea de amortización, sin hablar ya de la acumulación, suma no menos de 6
millones de millones de rublos. Es uno de los factores que explican el crecimiento del
número de los “millarderos de dólares” en Rusia, también en el período del gobierno
de Putin (de los 13, en 1999, a más de los 100, en 2008). Por una parte, la violación
de las leyes de la reproducción del capital fijo llevaba a la disminución de la carga
de la industria rusa y a pérdida de los empleos, lo que, a su vez, reducía la masa
monetaria que podría llegar a los trabajadores y formar su demanda. Por otra parte,
esto llevaba a la degradación de los fondos fijos y del nivel técnico de la producción,
ante todo, de las ramas de alta tecnología. Respectivamente, tanto el volumen de la
producción real como el pago de la fuerza de trabajo declinaban.
19. Una manifestación nueva y poco estudiada de lo específico de Rusia es la
llegada a los mercados en formación de la enorme cantidad de los valores reales
Partido Comunista Obrero de Rusia 105
moderna de Rusia. Las protestas asumieron las formas del bloqueo de carreteras y
ferrocarriles, hasta del ferrocarril estratégico de Trans-Siberia, lo que iba a llamarse
la “guerra de rieles”.
En el momento más agudo de la situación, se cesó al gobierno de los “jóvenes
reformadores”, encabezado por el primer ministro S. Kirienko. Se cargó sobre él
toda la responsabilidad de los errores en la dirección económica. Se nombró al fla-
mante primer ministro E. Primakov, viejo cuadro de Gorbachov. Él proclamó el
rumbo “patriótico nacional” para salvar la economía de la patria. Le apoyó la oposi-
ción parlamentaria, hasta el Partido Comunista de la Federación Rusa, que delegó a
su representante Yu. Masliukov al gobierno.
Este “gobierno de la confianza popular” tapó los enormes huecos de las deudas
del salario con los miles de millones de rublos devaluados. Logró bajar la ola de
las protestas populares. Ayudó a la clase gobernante y a todo el régimen burgués a
superar la crisis por medio de otro saqueo al pueblo, segundo por su tamaño después
del saqueo de 1991. La devaluación del rublo en cuatro veces dio cierto alivio a la
industria rusa.
Al pasar el período más agudo de la crisis (de agosto de 1998 a mayo de 1999),
el “gobierno de la confianza popular” cumplió su función y se le cesó. Se nombró
de primer ministro (mayo-agosto de 1999) a S. Stepashin, anterior Ministro del
Interior, y después le siguió V. Putin, Director del Servicio Federal de Seguridad.
Aquí tenemos el ejemplo clásico: las privaciones de la salida de la crisis se cargan
sobre las espaldas de los trabajadores con la ayuda de la oposición “patriótica” (y, de
hecho, oportunista).
Hoy día, la historia se repite: otra vez las autoridades llaman a la responsabilidad
de la oposición, al consenso nacional, al máximo esfuerzo, al cambio de cuadros en
el bloque gobernante-financiero-económico, etc. El ala oportunista de la izquierda
apoya esta línea de una u otra forma. Aconsejan al gobierno el amplísimo abanico de
medidas “constructivas”: desde la impresión de “obligaciones del crédito estatal anti-
crisis, que podrían comprar todos los que deseen” (¡seguramente, el comprador será el
gran capital!) hasta la “verdadera competividad en el proceso político, la renuncia de las
autoridades a la presión administrativa, el retorno a las elecciones en su función inicial de
comparación de programas y la posibilidad de la libre votación ciudadana”. En opinión
de los líderes del PCFR(7), bajo estas condiciones “se puede hablar de algún formato
de interacción y realización de medidas anti-crisis”.
Distintas de esto por principio son las tareas de los comunistas ortodoxos y su
táctica en el período de la crisis. La tarea en que los comunistas deben trabajar no es
apaciguar la situación, sino utilizarla para explicar las verdaderas causas de la crisis
y propagar la necesidad del máximo desarrollo posible de la lucha propia de la clase
obrera. Las demandas de los comunistas deben, por una parte, contener las reivin-
dicaciones que reduzcan la presión sobre los derechos e intereses socioeconómicos
de los trabajadores, y, por el otro, orientar la resistencia hacia el logro de nuevas
oportunidades de la lucha política y económica en el período del debilitamiento de
todo el sistema capitalista.
La tarea mínima de los comunistas es ayudar a la clase obrera a salir de la crisis
más organizada, más cohesionada y más combativa que antes de ella. En algunos
países con cierta combinación favorable de circunstancias, el desarrollo de la crisis
puede desembocar en una situación revolucionaria. Los comunistas deben estar listos
para ello, y no asustarse, ni tampoco asustar a las masas trabajadoras, por el peligro
de una explosión social. V.I. Lenin decía: “Quien lucha de verdad, naturalmente lucha
por todo; quien prefiere la mediatización a la lucha, naturalmente señala de antemano
los pedacitos con los cuales tiende a satisfacerse en el mejor de los casos (en el caso peor, le
satisface aún la falta de lucha, es decir, se reconcilia por largo tiempo con los señores del
viejo orden...”.(8)
22. Hoy día, entre algunos personeros de la izquierda, se puede escuchar la tesis:
el sistema mundial del capitalismo llegó a la bancarrota final; las conclusiones que la
comunidad mundial hará de la crisis llevarán a un mundo plenamente distinto, ya
no capitalista, sino algún otro mundo más racional, perfecto y justo; la tarea de los
comunistas es coadyuvar a estos procesos, demandar que se mueva en esta dirección,
etc. Por ejemplo, G. Ziugánov, Presidente del PCFR, en su rueda de prensa el 9 de
abril de 2009 declaró lo siguiente: “Es la crisis del sistema capitalista en su conjunto.
La salida de ella sólo puede estar en la dirección socialista. En Occidente, los políticos más
clarividentes y los especialistas cultos ya lo han entendido y toman medidas correspon-
dientes a nivel estatal; pero, en nuestras estructuras de poder, este tema ni siquiera se dis-
cute”. (Cabe señalar que de los partidos comunistas occidentales no hemos escuchado
ninguna declaración semejante sobre la orientación socialista de sus gobiernos).
Permítasenos no sólo estar en desacuerdo, sino oponernos con fuerza a semejantes
declaraciones. Los recursos del capitalismo no quedan agotados, ni a escala mundial
ni tampoco en cada uno de los países capitalistas. Más aún: cabe reconocer que uno
Autores
Alper Birdal(1)
Partido Comunista de Turquía
¿Cuales son las ventajas y desventajas de mirar a la actual crisis del sistema capita-
lista desde una perspectiva histórica de largo plazo?
La desventaja explícita de tal perspectiva es que, cuando se definen términos
históricos largos (en otras palabras, períodos diferentes del sistema capitalista),
muchas especificidades y las dinámicas realmente existentes de la lucha de clases
son necesariamente descartadas o reducidas a meras simplicidades. La investigación
de las hegemonías del sistema capitalista establecido a escala mundial oculta las
particularidades de las relaciones en países diferentes con estructuras hegemónicas
en diferentes momentos de la jerarquía determinada. Mirar a “largo-plazo” lo hace
inevitable.
1 Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Turquía (TKP), editor de la revista teórica del
TKP Gelenek.
112 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
La ventaja de tal periodización, por otra parte, es que permite a uno desarrollar
una noción sobre varios fenómenos dentro del contexto de las leyes del movimiento
del modo de producción capitalista a nivel histórico-mundial, más que ocuparse
de todos esos fenómenos uno por uno. Abstracciones teoréticas sobre las leyes del
movimiento de todo el sistema permite al analista investigar la conducta de un solo
país o región sobre la base de estas construcciones teoréticas. En otras palabras,
dentro de este marco analítico, el movimiento o la conducta de un sistema entero
se consideran como determinantes sobre el movimiento o la conducta de sus partes.
Debido a su profundidad y extensión, la actual crisis actual trae a nuestra mente
las cuestiones relativas al movimiento del sistema de producción capitalista como
un sistema histórico-mundial. Uno debe ver como una gran ironía de la historia
que el orden del mercado haya declarado su “victoria final” en la esfera ideológica
inmediatamente después de la desaparición del socialismo real; y, sin embargo, sólo
dos décadas después, la pregunta que surge es: ¿cómo continuará el capitalismo?.
Actualmente, el punto histórico de referencia más frecuentemente mencionado
es el crac de 1929 y la Gran Depresión de los años 30. Sabemos que esta turbulencia
habría de llevar a una nueva guerra mundial, que cambió la jerarquía imperialista.
La referencia a 1929 tiene sentido dentro de este alcance; la jerarquía imperialista
actual también puede cambiar después de un shock intenso. Los marxistas académi-
cos desde hace mucho tiempo han estado interesados en la cuestión: ¿cómo se verá
el mundo después de tal cambio?.
La deficiencia más grande de apreciar la crisis del sistema capitalista y el período
en el cual estamos de esta manera es la indiferencia que esta apreciación implica para
con el “factor subjetivo” de la historia, es decir, reduce los impactos de la lucha de
clases en el curso de la historia a un tipo de “distribución de probabilidad”. Según
tal idea, el derrumbe del sistema como resultado de intervenciones revolucionarias
es sólo un aspecto dado, una probabilidad, dentro del espectro de la distribución
predeterminada; por consiguiente, esta perspectiva, que anula el papel de la subje-
tividad, no permite desarrollar un esquema analítico que reconozca el proceso en
cuanto a oportunidades, necesidades, desventajas, tareas y responsabilidades puestas
ante el sujeto revolucionario de la historia.
Entonces, ¿cómo avanzamos?, ¿cómo construimos nuestro método analítico? Por
supuesto, percibimos el mundo a través de la lente del marxismo-leninismo. De este
modo, no estamos en una posición de agotarnos con una búsqueda interminable
de metodología. Tenemos nuestra metodología de percepción de los cambios his-
Partido Comunista de Turquía 113
2 Rothermund, Dietmar, The global impact of the Great Depression, 1929-1939, Routledge: London and
New York, 1996, p.16.
3 Giovanni Arrighi llama a esta crisis “la crisis señal” y “la crisis terminal” de lo que el llama “ciclos
sistémicos de acumulación” (Arrighi, G., The Long Twentieth Century, Money, Power and the Origins of Our
Times, Verso: London, 1994). Aunque uno puede o no estar de acuerdo con la teoría de Arrighi de “ciclos
sistémicos de acumulación”, como categoría de periodización de la historia-mundial capitalista, el énfasis
sobre la continuidad de la crisis “señal” o “terminal” de una estructura hegemónica dada parece apropiado.
116 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
China 7 46 250
Otros -131 73 11
Fuente: Compilado por “The Independent Social Scientists Group” del FMI, World Economic Outlook,
2007 (Bagımsız Sosyal Bilimciler, 2008 Kavsagında Türkiye, Siyaset, Iktisat ve Toplum, Yordam Kitap:
Istanbul, 2008, p.28).
Pero hay otro grupo de países que volvieron a configurar sus economías para la
exportación a mercados occidentales, por lo que han quedado más expuestos todavía
a la crisis actual por requisitos exageradamente altos de préstamo. Tabla II presenta
esta bifurcación en economías subordinadas.
(*)
Balance actual de cuenta como porcentaje del PIB. Los datos de 2009 son cálculos del FMI.
(**)
Datos de la “Oficina Estadística Checa”.
(***)
Datos sólo del 2008.
Fuente: Compilado de FMI, World Economic Outlook, datos de Octubre de 2009.
Partido Comunista de Turquía 119
La tabla II recoge diecinueve países que tienen un PIB mayor que 100 mil millo-
nes de dólares estadounidenses, en cuanto al descenso en sus tasas de crecimiento.
En general, observamos que los países que tenían un alto déficit de cuenta corriente
antes de la crisis sufrieron una tasa menor de crecimiento, en promedio. Los pri-
meros nueve países en la lista muestran un promedio de déficit de cuenta corriente
sobre el PIB de 3,6% en 2006-2007, mientras que los últimos diez países tenían un
promedio de déficit de cuenta corriente sobre el PIB de 3,5% en el mismo período.
También observamos que estas economías se afectan mucho más por la crisis que
las del segundo grupo, como se muestra en el brusco declive de sus tasas de creci-
miento(4).
Los países que pertenecen al grupo de déficit alto dedicaron el período de boom
de crédito entre 2002 y 2007 a atraer flujos de capital a corto plazo manteniendo
tasas altas de interés. Cuando la expansión de crédito se fue a la bancarrota, la mayo-
ría de estos países se quedaron con un sistema bancario disfuncional y una estructura
industrial dependiente de insumos importados, que, a la postre, los hicieron más
vulnerables ante los efectos de la crisis. Estos países, la mayoría de los cuales están
en Europa Central y del Este, han pasado las últimas dos décadas bajo la vigilancia
del FMI y, aún así, cayeron en manos de esta misma institución otra vez, a pesar del
hecho de que los programas que esta institución imperialista les impuso han sido
causantes de las vulnerabilidades arriba mencionadas.
La concentración de países que pertenecen a esta categoría en Europa Central
y del Este no es una casualidad, debido a dos razones: Primero, todos los países
ex-socialistas han vivido bajo la vigilancia directa o indirecta del FMI después de su
transición al capitalismo. Segundo, la integración con la Unión Europea ató a estos
países severamente a las recetas neoliberales. Aunque Turquía no ha experimentado
este proceso de transición, estos dos aspectos son válidos con ella también.
Conforme los países de Europa Central y del Este se han convertido en el patio
del capital financiero de Europa Occidental, a la primera oportunidad se les han
quitado los medios de soberanía económica a través de las políticas del FMI y la
UE. Todos los mecanismos que salvaguardaban el desarrollo independiente y la
industrialización, distribución igualitaria de ingreso, pleno empleo y seguridad social
universal se erradicaron a favor de la integración y con subordinación a los mono-
polios imperialistas, que tiene como resultado un aumento inaudito de la pobreza e
injusticia económica, y el derrumbe de la infraestructura industrial y agrícola en un
cortísimo período de tiempo.
4 Por supuesto, hay excepciones, como Polonia, que todavía no ha sentido los efectos de la crisis.
120 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
Me gustaría citar a Boratav, quien proporciona una explicación muy clara del
funcionamiento del mecanismo:
“El balance de la crisis en los primeros cinco meses, como se mostró en la tabla arriba
expuesta, es la siguiente: la entrada neta de capital extranjero por valor de 21,2 mil
millones de dólares en el mismo período del año anterior se convirtió en salida neta de
12,7 mil millones de dólares. Esto implica una ‘inversión’ en cuanto al flujo de fondos
Partido Comunista de Turquía 123
extranjeros, que señala un shock externo duro, que equivale a 5,1% del ingreso nacional
de 2007.
“Sin embargo, miremos la suma de todos los movimientos de capital, incluyendo flujos
extranjeros, internos e informales: en los primeros cinco meses, a los 12,7 mil millones
de dólares de salida neta debido a los flujos extranjeros se añadió una salida de 1,9 mil
millones de dólares de flujo de capital (informal) debido a la burguesía nativa. Pero,
esta ‘hemorragia’ debida a los capitalistas extranjeros y nativos se compensó más que
necesariamente con la entrada de 14,9 mil millones de dólares de capital informal. Este
misterioso ‘fondo externo’ ha registrado entradas netas cada mes; por ello, los movimientos
de capital después de octubre de 2008 todavía podían tener saldo positivo (311 mil
millones de dólares). (
) La cuestión decisiva aquí es que esta entrada de capital informal
de 14,9 mil millones de dólares impidió que los mercados financieros fueran atrapados
por la crisis. (...
)”(6).
El gobierno de AKP, todavía apoyado especialmente por el imperialismo estado-
unidense, pudo ganar la iniciativa ante los grandes grupos capitalistas de Turquía,
probablemente hasta el punto que no había podido alcanzar ningún partido burgués
hasta hoy, al utilizar esta transitividad (confluencia) entre la esfera política y la acu-
mulación de capital. El reaccionario AKP emplea esta fuerza para su propio benefi-
cio en dos dimensiones: primero, mediante la movilización de las redes comunales
de sectas religiosas como una fuente de “acumulación primaria” y, por supuesto,
también mediante el saqueo de fondos públicos, el AKP creó y reforzó sus propias
bases de capital. Segundo, al utilizar sus “conexiones especiales” con el imperialismo
estadounidense, el AKP logró crear mercados y oportunidades nuevos para la mayor
parte de los monopolios.
A medida que se desarrolla la crisis, la segunda dinámica a la que nos referimos
anteriormente, se ha agotado. Sin embargo, el control sobre los fondos públicos y las
conexiones con el gobierno también se han vuelto más importantes, lo que dota al
AKP de la oportunidad de establecer coaliciones con varios monopolios. Los mismos
monopolios que parecen estar en conflicto con el gobierno, un día pueden cambiar
totalmente el sentido porque esperan que el AKP saque más conejos del sombrero.
Pero, hay un determinante en todas estas relaciones, o sea, el imperialismo. En
el centro de una región, cuyo mapa todavía está en la fase de volverse a trazar, que
ha sido el escenario de guerras y ocupaciones, o sea, en el centro del infame Gran
Oriente Medio del imperialismo estadounidense, ahí está Turquía, con todos sus
complejos dinámicos socio-políticos. Para realizar su diseño, que abarca desde Asia
6 Boratav, Korkut, “Ekonomik Bunalım, Finansal Kriz”, Portal de Noticias Sol, www.sol.org.tr, 26.04.2009.
124 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1
Oportunidades revolucionarias
La imagen hasta ahora es deprimente, eso es seguro. Por eso la llamamos “un
desastre”. Sin embargo, sabemos que los saltos revolucionarios pueden y deben lle-
varse a cabo bajo condiciones tan deprimentes.
Partido Comunista de Turquía 125
Turquía es un país capitalista con una clase obrera amplia, a pesar del hecho de
que la clase obrera de Turquía no ha subido al escenario político desde hace tiempo.
Pero la crisis actual puede significar un período en el cual la conciencia de clase de
las masas se reanime. También es posible que formas nuevas de organización y lucha
surjan sobre esta base.
También hay oportunidades que se pueden utilizar para golpear la legitimidad de
la hegemonía burguesa. A pesar de las victorias que el imperialismo ha logrado en los
últimos años en Turquía, la posibilidad de levantamientos en busca de independen-
cia y liberación todavía son válidos. Conforme Turquía se convierte en un escenario
de competencia entre los poderes imperialistas, esta disputa puede crear espacios que
pueden servir para favorecer la lucha antiimperialista, a pesar de todos los aspectos
destructivos del mismo tema.
El imperialismo y el gobierno del AKP han avanzado bastante en el camino de
hacer la sociedad más reaccionaria. Sin embargo, el conflicto entre la reacción y la
postura ilustrada no se ha resuelto completamente. Una sensibilidad entre amplios
sectores de la sociedad vinculada a secularismo (laicismo) y republicanismo todavía
está presente. Esta esfera también puede utilizarse como una oportunidad revolucio-
naria para conectar masas más amplias, para adoptar la idea de que la única alterna-
tiva factible es una república socialista.
Turquía está al borde de un desastre. Hasta ahora, la crisis ha intensificado y
acercado este desastre aún más. Pero, también han aumentado las oportunidades de
un levantamiento revolucionario. La clase obrera de Turquía es la única fuerza que
puede lograr detener este desastre; es la única fuerza capaz de romper completamente
todos los vínculos con el imperialismo y es la única fuerza que puede construir una
república nueva, socialista, en Turquía.