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Fachada de la basílica
Edificio
Tipo Basílica
Estilo Barroco
Localización Ciudad del Vaticano
Construcción
Inicio 1506 (basílica actual)
Término 1626 (basílica actual)
Altura 44,5 m (cúpula 132 m)
Diámetro 193 m
Equipo diseñador
Bramante, Rafael, Sangallo, Miguel
Arquitecto(s)
Ángel, Maderno y Bernini
Punto principal de peregrinación de los
Otros
fieles católicos.
La Basílica de San Pedro, principal edificio del Vaticano, estado soberano dentro de
Roma, se encuentra en la orilla oeste del río Tíber. Es el más importante edificio religioso
del catolicismo, tanto en términos de volumen (193 m de longitud y 44,5 m de altura) como
de renombre. No es la catedral de la diócesis de Roma, pero sí es la iglesia del Papa, en la
cual celebra las ceremonias litúrgicas más importantes. En su interior se halla la Cathedra
Petri, o «Trono de San Pedro». La auténtica catedral de Roma es la archibasílica de San
Juan de Letrán.
En la basílica está efectivamente enterrado San Pedro, el primer Papa, según las
investigaciones realizadas por la arqueóloga y epigrafista Margherita Guarducci en 1965.
Contenido
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• 1 Historia
• 2 Financiación con Indulgencias
• 3 Datos de interés
• 4 Enlaces externos
Historia [editar]
Imagen conjunta representando el loci Circi Neronis, basílica antigua, basílica nueva.
Proyecto de Bramante.
La Basilica de San Pedro, representada por Viviano Codazzi en una pintura de 1630.
Notese dos torres de campanario más tarde suprimidas.
Baldaquino en San Pedro del Vaticano.
La basílica actual es el resultado de una obra desarrollada durante varios siglos. Comenzó
por ser un monumento conmemorativo, en el lugar donde San Pedro fue martirizado y
enterrado, no lejos del circo de Nerón. Entre el 326 y el 330, Constantino, hizo construir
una basílica, a expensas del Papa Silvestre I, que fue terminada 30 años después. Ante el
altar mayor de esta iglesia, fueron coronados muchos emperadores: en el día de navidad del
año 800, lo fue Carlomagno, a quien el Papa León III impuso la corona imperial romana.
En el siglo XV, debido a que la basílica paleocristiana, se encontraba bastante deteriorada y
amenazaba con derrumbarse, el Papa Nicolás V en 1452 encargó su reconstrucción a
Bernardo Rosellino, pero los trabajos se interrumpieron tan solo tres años después a la
muerte del Papa y los muros tan solo alcanzaban a levantarse un metro del suelo. Es con
Julio II en 1506 (50 años después), cuando se reinician las obras acogiendo el diseño
propuesto por Bramante.
La inscripción que se ve como un cinto en la base de la cúpula, cuyas letras miden 2 metros
de altura, dice:
«Tú eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia, y te daré las llaves del Reino de los
Cielos»
La configuración actual de la basílica en cruz latina fue obra de Carlo Maderno, que
durante el pontificado de Pablo V añadió tres crujías nuevas y proyectó la fachada.
Bernini proyectó la inmensa plaza ovalada de San Pedro y las columnatas perimetrales.
Encima de ellas y por todo el perímetro de la plaza se aprecian numerosas estatuas de
"santos" y "santas" de todas las épocas y lugares. Encima de la fachada de la basílica están
las estatuas de 11 de los Apóstoles (exceptuando Judas Iscariote), San Juan Bautista y, al
centro, Cristo. Fue, también, el responsable de acometer los diseños y planos para las torres
campanario que debían completar la fachada dejada por Maderno; la única torre completada
bajo la dirección de Bernini, entre 1638 y 1641, tuvo que ser demolida poco después de su
elevación ante los evidentes signos de inestabilidad de la estructura, la demolición se
produjo en 1646; los relojes que ocupan los extremos de la fachada se incluyeron a finales
del siglo XVIII, son obra de Giuseppe Valadier, quien, asimismo, situó la inmensa campana
fundida previamente en uno de los cuerpos laterales, que son cuanto puede considerarse
como campanario una vez se determinó no volver a plantear la construcción de torres tras el
desastre de Bernini.
Bernini también hizo el espectacular baldaquino de bronce macizo sobre el altar mayor de
la basílica. El bronce utilizado en la construcción del baldaquino fue extraído de los
casetones de la cúpula del Panteón de Agripa de Roma, con lo cuál dio pie a la frase [[Quod
non fecerunt barbari, fecerunt Barberini] expresión latina que, traducida literalmente,
significa: Aquello que no han hecho los bárbaros, lo han hecho los Barberini. en referencia
al barbarismo ejecutado por el Pontífice, Este baldaquino está decorado con abejas, símbolo
heráldico de la familia Barberini, a la cual pertenecía el Papa Urbano VIII, bajo cuyo
pontificado se completó.
• El altar mayor se le llama también "altar de la confesión" por estar encima del lugar
conocido como "Confesión de San Pedro", lugar donde está enterrado el Apóstol. Se
llama así porque según la tradición, en ese lugar fue martirizado, "confesando" de
esa manera su fe.
• En los cuatro enormes pilares que sostienen la cúpula hay cuatro grandes nichos con
estatuas de santos, con un balcón encima de cada uno, en los cuales, tras sendas
rejas, hay relicarios con diversas reliquias: encima de la estatua de San Longinos (el
soldado romano que atravesó con su lanza el costado de Cristo, posteriormente
convertido al cristianismo) se encuentra la reliquia de la misma Lanza Santa;
encima de la estatua de la emperatriz Santa Elena (la madre de Constantino, quien
trajo de Tierra Santa las reliquias de la Pasión), se encuentra un gran trozo de la
Cruz; encima de la estatua de Santa Verónica (la mujer que según la tradición le
secó el rostro a Jesús durante el Vía Crucis) se conserva esta misma tela con el
rostro de Cristo impreso (lo cual dio origen a la devoción al Divino Rostro);
finalmente, encima de la estatua del apóstol San Andrés, hermano de Pedro, se
conservaba el craneo de este apóstol, pero Pablo VI lo regaló a los ortodoxos
(quienes veneran especialmente a este santo) como signo de buena voluntad. En lo
alto de cada pilar hay también cuatro enormes medallones de mosaico que
representan a los cuatro evangelistas con su respectivo animal simbólico.
• En la fachada se abren cinco puertas, aunque una de ellas (la Puerta Santa)
permanece cerrada, incluso tapada con cemento por su lado interior. Esta puerta
sólo se abre cada 25 años para los años santos (años jubilares). La abre
solemnemente el Papa al inicio de ese año, permaneciendo abierta para que los
fieles puedan acceder a la basílica y ganar la Indulgencia jubilar. Al final de dicho
año, el Papa la clausura. Las otras tres basílicas papales de Roma también tienen
puertas santas.
Planimetría
• Desde 1277, está conectada con el Castillo Sant'Angelo por un corredor fortificado,
llamado Passetto, de unos 800 metros de longitud.
La Capilla Sixtina es uno de los más famosos tesoros artísticos de la Ciudad del Vaticano.
Fue construida entre 1471 y 1484, en la época del papa Sixto XIV, de donde procede el
nombre por el que es conocida, aunque inicialmente se llamó Capilla Palatina. Su
arquitecto fue Giovanni d'Dolci siguiendo los modelos de las antiguas plantas basilicales
romanas las cuales por su parte se inspiraban estructural y arquitectónicamente en antiguos
edificios griegos como el Concejo del Ágora ateniense.
Es conocida en todo el mundo no sólo por ser la sala en la que se celebra el cónclave y otras
ceremonias oficiales (como las coronaciones papales), sino sobre todo por sus murales
pintados por Michelangelo Buonarroti (Miguel Ángel). Se encuentra a la derecha de la
Basílica de San Pedro, después de la Scala Regia ('Escalera Real'), y originalmente servía
como capilla al interior de la fortaleza vaticana.
La capilla es de forma rectangular y mide 40.93 m de longitud por 13.41 de anchura (las
dimensiones del Templo de Salomón según el Antiguo Testamento). Su altura es de 20.7 m.
Su decoración pictórica al fresco se inició recién terminadas las obras y en ella participaron
los pintores más exitosos de finales del siglo XV: Sandro Botticelli, Luca Signorelli,
Perugino, Pinturicchio y Ghirlandaio, entre otros. Años después, ya bajo el papado de Julio
II, Miguel Ángel pintó el techo (con escenas como La creación de Adán). La pared sobre el
altar mayor (con una superficie de 13.7 m por 12.2 m) la ocupa el Juicio Final, pintado por
el mismo genio tres décadas después.
Debe su nombre al Papa Sixto IV della Rovere (pontífice desde 1471 hasta 1484) quien
hizo reestructurar la antigua Capilla Magna entre el año 1477 y el 1480.
Contenido
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• 1 Frescos laterales
• 2 Bóveda de la Capilla Sixtina
• 3 El Juicio Universal
• 4 Enlaces externos
•
o Fresco de Pinturicchio.
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o Fresco de Pinturicchio.
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o Fresco de Sandro Botticelli.
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o Fresco de Sandro Botticelli.
1. El Paso del Mar Rojo: este fresco fue para glorificar la gran victoria conseguida
por las tropas papales sobre los napolitanos en Campomarte.
•
o Fresco de Cósimo Rosselli, asistido por Piero di Cósimo.
•
o Fresco de Ghirlandaio
1. Dios entregando las tablas de la Ley a Moisés que las presenta al pueblo, pero las
rompe cuando ve que éste danza en adoración en derredor del becerro de oro.
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o Fresco de Cósimo Rosselli.
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o Fresco de Cósimo Rosselli.
1. Cristo entregando las llaves a San Pedro: al fondo se ven dos arcos de triunfo y
en el centro un edificio octogonal.
•
o Fresco de Pietro Perugino
Debajo de dichos murales cuelgan en ocasiones especiales diez tapices diseñados por
Rafael, llamados Los hechos de los Apóstoles. Encargados por León X hacia 1515, fueron
tejidos en el taller de Pieter Coecke en Bruselas. Los cartones a tamaño real, pintados como
modelo para los tejedores, causaron gran influencia en los Países Bajos. Siete de ellos
subsisten, en el Victoria and Albert Museum de Londres. Los arazzi o tapices originales se
sustrajeron de la Capilla Sixtina en el Saqueo de Roma de 1527, y no se devolvieron al
Vaticano hasta el siglo XIX.
La bóveda de la Capilla Sixtina estuvo decorada con un cielo raso de estrellas doradas
sobre un fondo azul (simbología que se aplicaba al manto de la Virgen y que ya se
encuentra en las decoraciones de cielorasos precristianos egipcios), obra de Pier Matteo
d'Amelia, desde su construcción en 1484 hasta la intervención de Miguel Ángel entre 1508
y 1512.
El techo de la Capilla Sixtina se divide en varias secciones: La bóveda que es donde están
pintadas las escenas del Génesis, los lunetos y las enjutas laterales que es donde están los
antepasados de Cristo, los triángulos donde se encuentran los profetas y las enjutas de las
esquinas o pechinas donde están las cuatro historias clave de la Salvación del pueblo de
Dios.
Ahí se encuentra La creación de Adán, probablemente la escena más bella o en todo caso la
más conocida.
Arriba, mirando hacia la izquierda está Cristo, este es un juez implacable, con la mano
derecha alzada, en actitud de condenar. La Virgen, que está a su lado, aparece resignada a
la hora de la justicia. Los demás personajes de la corte son los profetas, los apóstoles, los
mártires. A la derecha del Mesías están los elegidos, a la izquierda los réprobos. En el cielo,
entre los lunetos, están alineados los ángeles con los instrumentos de la Pasión.
La Capilla Sixtina fue restaurada entre los años 1980 y 1994 con la ayuda de Japón, que
sufragó los gastos de la obra, valorados en 50 millones de dólares. Algunos repintes de
Volterra fueron eliminados, pero otros se dejaron, tanto por dejar testimonio de dicha
alteración como porque partes originales de Miguel Ángel se habían raspado y no era
posible recuperarlas.
La restauración con muy sensible instrumental moderno quitó la pátina de grasa, humedad
y humo que opacaba al conjunto pictórico quedando a la vista entonces —para sorpresa de
los espectadores— la paleta original de Miguel Ángel: de intensos colores, contrastados
claroscuros, así como meditadas tensiones dramáticas (casi teatrales en la mejor acepción
del término teatral) que resultan ser un antecedente del más excelente manierismo y por
esto ya una ruptura con la pintura típicamente renacentista.
Cabe añadir que, contraviniendo las opiniones de el Bramante, arquitecto ingeniero oficial
que entonces poseía el Vaticano, Miguel Ángel Buonarroti se negó a pintar los frescos
sostenido por un andamiaje que debía colgar de clavijas empotradas en el techo (este
sistema dañaría la composición pictórica), para solucionar un problema que parecía
insoluble Miguel Ángel efectuó un innovador sistema de andamios prácticamente
autoportantes que se soportaban mediante ajustes laterales en las paredes.