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“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa?’ ¿Podemos nosotros contestar? ¿Soy yo el mayordomo fiel al sagrado cometido que se me confió? A cada uno se le da una responsabilidad individual. Los atalayas tienen su obra específica: advertir la presencia del peligro y dar la alarma. Los soldados de la cruz de Cristo han de tener oídos aguzados para oír. En su puesto de responsabilidad han de dar a la trompeta un sonido certero a fin de que cada uno se ciña la armadura para la acción”. (Testimonios para los Ministros, pág. 236)
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa?’ ¿Podemos nosotros contestar? ¿Soy yo el mayordomo fiel al sagrado cometido que se me confió? A cada uno se le da una responsabilidad individual. Los atalayas tienen su obra específica: advertir la presencia del peligro y dar la alarma. Los soldados de la cruz de Cristo han de tener oídos aguzados para oír. En su puesto de responsabilidad han de dar a la trompeta un sonido certero a fin de que cada uno se ciña la armadura para la acción”. (Testimonios para los Ministros, pág. 236)
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa?’ ¿Podemos nosotros contestar? ¿Soy yo el mayordomo fiel al sagrado cometido que se me confió? A cada uno se le da una responsabilidad individual. Los atalayas tienen su obra específica: advertir la presencia del peligro y dar la alarma. Los soldados de la cruz de Cristo han de tener oídos aguzados para oír. En su puesto de responsabilidad han de dar a la trompeta un sonido certero a fin de que cada uno se ciña la armadura para la acción”. (Testimonios para los Ministros, pág. 236)
Jehov. Y Abel trajo tambin de los primognitos de sus ovejas, de lo ms gordo de ellas. Y mir Jehov con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no mir con agrado a Can y a la ofrenda suya. Y se ensa Can en gran manera, y decay su semblante. Can se crea justo, y slo present a Dios una ofrenda de agradecimiento. No hizo ninguna confesin de pecado, y no reconoci ninguna necesidad de misericordia. Abel, en cambio, se present con la sangre que simbolizaba al Cordero de Dios. Lo hizo en calidad de pecador, confesando que estaba perdido; su nica esperanza era el amor inmerecido de Dios. Dios apreci la ofrenda de Abel, pero no tom en cuenta a Can ni a la suya. La sensacin de la necesidad, el reconocimiento de nuestra pobreza y pecado, es la primera condicin para que Dios nos acepte. Bienaventurados los pobres en espritu: porque de ellos es el reino de los cielos.
Gnesis 4:3-5; Palabras de Vida del Gran Maestro, pg. 117
Jehov dijo a Can: Por qu te has ensaado,
y por qu ha decado tu semblante? Si bien hicieres, no sers enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado est a la puerta. Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atrado y seducido. Entonces la concupiscencia, despus que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. El cristianismo tiene un significado muy amplio que el que muchos le han dado hasta aqu. No es un credo. Es la palabra de Aquel que vive y permanece para siempre. Es un principio vivo, animador, que toma posesin de la mente, el corazn, los motivos y el hombre entero. Ojal podamos experimentar cmo obra! Es una experiencia vital, personal, que eleva y ennoblece al hombre entero. Todo hombre es responsable ante Dios quien ha hecho provisin para que todos reciban esta bendicin. Pero muchos no la reciben, aun cuando Cristo la ha comprado para ellos a un costo infinito.
Gnesis 4:6, 7, Santiago 1:14, 15; Testimonios para los Ministros, pg. 421
Y dijo Can a su hermano Abel:
Salgamos al campo. Y aconteci que estando ellos en el campo, Can se levant contra su hermano Abel, y lo mat. Quin es el mentiroso, sino el que niega que Jess es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. La muerte de Abel fue una consecuencia de no haber aceptado Can el plan de Dios en la escuela de la obediencia para ser salvado por la sangre de Jesucristo, simbolizada por las ofrendas de sacrificio que sealaban a Cristo Toda esta ceremonia fue preparada por Dios, y Cristo vino a ser el fundamento de todo el sistema. Este es el comienzo de la obra de la ley como el ayo que lleva a los instrumentos humanos pecaminosos a considerar a Cristo.
hermano? Y l respondi: No s. Hazme entender mi transgresin y mi pecado. O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te gua al arrepentimiento? El fratricida Can tuvo pronto que rendir cuenta por su delito. Y Jehov dijo a Can: Dnde est Abel tu hermano? Y l respondi: No s; soy yo guarda de mi hermano? Can se haba envilecido tanto en el pecado que haba perdido la nocin de la continua presencia de Dios y de su grandeza y omnisciencia. As, recurri a la mentira para ocultar su culpa. Hay una obra que hacer en favor de los ricos. Deben ser despertados a su responsabilidad como personas a quienes se han encomendado los dones del cielo. Necesitan se les recuerde que han de dar cuenta ante Aquel que juzgar a los vivos y los muertos Gnesis 4:9, primera parte, Job 13:23, ltima parte, Romanos 2:4; Historia de los Patriarcas y Profetas, pg. 63, Palabras de Vida del Gran Maestro, pg. 182
Y l le dijo: Qu has hecho? La voz de la
sangre de tu hermano clama a m desde la tierra. Porque me han rodeado males sin nmero; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado ms que los cabellos de mi cabeza, y mi corazn me falla Quin podr entender sus propios errores? Lbrame de los que me son ocultos. Dios haba dado a Can una oportunidad para que confesara su pecado. Haba tenido tiempo para reflexionar. Conoca la enormidad de la accin que haba cometido y de la mentira de que se haba valido para esconder su crimen; pero segua an en su rebelda, y la sentencia no se hizo esperar. En aquel da el Maestro reclamar de su pueblo profeso, Qu habis hecho para salvar a las almas de vuestros prjimos? . Gnesis 4:10, Salmos 40:12; 19:12; Historia de los Patriarcas y Profetas, pg. 63, Review and Herald, 22 de Mayo, 1888
El Rey dir a los de su derecha: Venid, benditos
de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundacin del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la crcel, y vinisteis a m. Y respondiendo el Rey, les dir: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos ms pequeos, a m lo hicisteis. En aquel da, Cristo no presenta a los hombres la gran obra que l hizo para ellos al dar su vida por su redencin. Presenta la obra fiel que hayan hecho ellos para l. A los puestos a su diestra dir: Venid, benditos de mi Padre Pero el amor de Cristo no se limita a una clase. Se identifica con cada hijo de la humanidad. A fin de que pudisemos llegar a ser miembros de la familia celestial, se hizo miembro de la familia terrenal. Es Hijo del hombre, y as hermano de cada hijo e hija de Adn. Sus seguidores no se han de sentir separados del mundo que perece en derredor suyo.
Mateo 25:34-40, El Deseado de Todas las Gentes, pgs. 592, 593
Porque el Hijo del Hombre ha venido
para salvar lo que se haba perdido. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo har, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. La sabidura, el poder y el amor de Dios, son sin paralelo. Son la garanta divina de que ni siquiera una de las ovejas y corderos que se extravan, son pasados por alto, y ni uno queda sin recibir socorro. Una cadena de oro la misericordia y la compasin del poder divino se arroja en derredor de cada una de esas almas en peligro. Entonces no cooperar el agente humano con Dios? Ser pecaminoso, defectuoso, deficiente en su propio carcter, independientemente del alma que est por perecer? Cristo lo ha unido a su trono eterno al ofrecer su propia vida.
Mateo 18:11, Lucas 19:10, Juan 14:3; Fundamentals of Christian Education, pg. 274