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Octubre 2008
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El Plan de Protección de la Salud Mental en Situaciones de Emergencias y Desastres, es un
componente indispensable del Plan General de Atención Sanitaria en Emergencias y
Desastres.
I. Antecedentes.
Los efectos de los desastres sobre la salud mental, están siendo identificados y abordados
recién en los últimos 30 años. La investigación y los resultados de la experiencia internacional,
ofrecen ya evidencias sobre la naturaleza y origen de tales efectos, su prevención y, en
relación a su manejo, han permitido superar un enfoque centrado en la identificación de los
síntomas, la medicación y la hospitalización, por otro más integral y comunitario 1.
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enfermedad y la reparación de los daños materiales, la respuesta de las instituciones y de
los programas de salud se mantiene en niveles insuficientes de efectividad y de oportunidad.
Nuestro país cuenta con una política nacional, con una institucionalidad (ONEMI) y un
procedimiento de gestión presupuestaria para atender las necesidades propias de las
situaciones de emergencia. Por su parte, el Ministerio de Salud cuenta con una instancia
equivalente, el Departamento de Emergencias y Desastres y los Servicios de Salud disponen
de planes de emergencias y contingencias y un cierto soporte de personal. Sin embargo, en
relación a la protección de la salud mental, se hace necesario una incorporación más
orgánica de ella, conceptual, normativo y operacional y este Plan es una contribución a ello”.
En la larga historia de eventos que ha sufrido el país3, los Servicios de Salud, han debido
responder a las diversas necesidades de atención, sin contar con un marco o plan
previamente establecido, ni con personal con preparación o experiencia en este tipo de
eventos.
Aunque no constituyen propiamente cuadros clínicos, sí son un factor de riesgo para llegar a
ellos. (Mayores detalles en Anexo N° 1).
3 Por mencionar sólo los de los últimos años: aluviones en Antofagasta y en Santiago, a comienzos
de los 90’s, terremotos de Ovalle en 1997 e Iquique en el 2005, recurrencia sísmica prolongada, en la
zona del fiordo de Aysén, en el 2007 y sismo de Tocopilla, también en el 2007.
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Se encuentran también aquí los comportamientos grupales disfuncionales; las necesidades y
problemas que surgen en los grupos de albergados o de quienes deben cambiar su lugar de
residencia por tiempos largos (desplazados), etc.
Para estas personas, se requiere proveer apoyo psicosocial, orientación para mantenerse en
actividad con propósito e información oportuna, clara y creíble. Diversos actores, encuentran
aquí un campo de acción relevante al momento de una emergencia.
Por cierto, en primer lugar, la propia comunidad, las familias, los vecinos, las organizaciones
sociales, se brindan apoyos mutua y espontáneamente. Estos apoyos serán muy relevantes
a medida que transcurre el tiempo y, si se cuidan y fortalecen, pueden constituirse en un
valioso complemento de las acciones de los equipos de salud.
La Red Asistencial de Salud local recibirá una demanda no habitual. La Atención Primaria de
Salud será la más requerida. También los establecimientos de urgencia, en los primeros
momentos. La preparación previa de su personal le permitirá atender con efectividad y
oportunidad, a las manifestaciones propias de la respuesta a la amenaza, evitando el sobre
diagnóstico de condiciones patológicas, al mismo tiempo que reconociendo a quienes sí las
tienen y proveyendo intervenciones que contribuyan a que las personas afectadas hagan
uso de sus propias fortalezas, comprendan y acepten su nueva realidad, así como la
naturaleza de sus propias reacciones, expresen sus emociones y elaboren el duelo,
favorezcan las prácticas de apoyo mutuo y la solidaridad.
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c) La Atención Primaria de Salud cumple un rol preponderante en este Programa
considerando que será quién otorgue el primer apoyo a las personas afectadas por
un evento, además deberá velar por la protección integral de la infancia, a través de
La detección temprana y periódica de factores de riesgo y rezagos en el proceso de
desarrollo, la implementación de modalidades de apoyo a los niños y niñas que
presenten algún rezago en su desarrollo, y las visitas domiciliarias del personal de
salud a niños y niñas que presenten factores de riesgo. En general la Atención
Primaria velará por la protección y cuidado de las personas más vulnerables de su
área de jurisdicción.
“El modelo de atención es una forma optima de organizar las acciones sanitarias, de modo
de satisfacer las demandas y requerimientos de la comunidad y del propio sector, en el
ámbito público se expresa en un conjunto de redes territoriales de establecimientos con
complejidades diversas y roles definidos, que en conjunto dan cuenta de las acciones de
promoción de la salud, prevención de enfermedades, detección precoz y control de
enfermedades, tratamiento, rehabilitación- reinserción y cuidados paliativos incluyendo
atenciones de urgencia-emergencia”.5
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Para responder a los requerimientos de atención en salud mental el Ministerio de Salud ha
planteado como uno de sus estrategias el “Modelo de Salud Mental Comunitaria” el cual
integra aspectos biológicos, psicológicos y sociales centrados en la persona y familia como
eje fundamental de su propio desarrollo considerando el contexto y realidad sociocultural.
El impacto psicosocial se refiere a los efectos que producen las emergencias y/o desastres
en el ámbito psicológico, individual, familiar y sociocultural de las personas afectadas por el
evento.
Habitualmente estas situaciones generan gran incertidumbre, temor, tristeza, ansiedad etc.
por lo cual se hace imprescindible constituir equipos de salud multidisciplinarios para dar el
primer apoyo y la contención a las personas afectadas.
En lo operativo esto significa conformar los equipos comunitarios de salud mental e iniciar el
acompañamiento a las personas afectadas.
El responsable designado por la dirección del Servicio de Salud para abordar los temas de
salud mental en emergencias junto al coordinador de emergencia, deberán convocar a los
equipos de salud mental con los cuales deberán elaborar dicho plan.
Para las personas que requieran ser derivadas a la atención especializada se hará uso de
los dispositivos de salud mental existente en las respectivas comunas como son los Centros
Comunitarios de Atención en Salud Mental que cuentan con horas de psiquiatria o a otros
establecimientos del nivel de especialidad. Los profesionales de estos establecimientos
serán los responsables de la atención a pacientes con patologías de salud mental
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prexistente y/o descompensada y aquellos pacientes que por efectos del evento de
emergencia presentan una sintomatología aguda que requiere evaluación y tratamiento
especializado.
Etapas:
Preparatoria y de naturaleza permanente, centrada en el planeamiento y en la
gestión anticipatoria.
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Coordinación con el Intersector y las instituciones y organizaciones sociales del
territorio respectivo, a fin de articular una respuesta adecuada y armónica en el
evento de una emergencia.
un período post crítico, después de las 72 horas y hasta los 30 días del evento6.
Con mucha frecuencia, la reparación de los daños psicosociales se prolonga por varios
meses o incluso años. Por convención, se establece que va desde los 30 días en
adelante.
6 OPS. Protección de la salud mental en situaciones de desastres y emergencias, 2004.
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Reevaluar, en conjunto con el intersector, el estado de situación respecto de:
problemas psicosociales no resueltos en la comunidad, secuelas sociales, secuelas
de salud, persistencia de grupos vulnerables (evacuados, albergados, escolares
inactivos), recursos disponibles, etc.
Velar para que las redes de atención de salud, dispongan de los mecanismos de
alerta y de acceso para proveer atención a los consultantes que presentan cuadros
clínicos emergentes en forma tardía, reagudizaciones o prolongación de los cuadros
ya atendidos en la etapa crítica y su personal disponga de la información y las
competencias necesarias para ello.
Un Cuadro Resumen (Ver Anexo N° 2.) incluye las funciones de los responsables del Plan,
en los niveles nacional, regional y de cada Servicio de Salud y entrega un marco orientador
para la formulación de los indicadores que pueden guiar y evaluar las respectivas funciones.
Cada nivel deberá estimar y desarrollar los recursos necesarios para la protección de la
salud mental en una circunstancia de emergencia o desastre, teniendo en cuenta, las
siguientes condiciones:
1. Los recursos humanos del Plan, serán, en su mayoría y al menos en una primera
etapa, compartidos con otras funciones y por conversión” esto es, deberán ser reasignados
desde otras labores habituales. En tal caso, “activan” sus competencias específicas,
previamente adquiridas, asumen nuevas y distintas funciones, adecuadas a la situación de
emergencia o desastre, configuran equipos, se trasladan a otras áreas geográficas si fuera
necesario.
Los Servicios de Salud estarán a cargo del diseño y actualización periódica y difusión de un
plan de protección de la salud mental, de respuesta rápida y continuada, que se activa en
una situación de emergencia o desastre. Además, coordinará las actividades de capacitación
del personal del nivel respectivo. En la eventualidad de una situación de emergencia o
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desastre, el Referente Técnico de Salud Mental, secundará la labor del directivo a cargo del
plan general de salud en emergencias y desastres.
La dedicación de tiempo que ello requiera será de resorte de la autoridad respectiva en cada
nivel.
Los Referentes técnicos deberán ser profesionales de salud, con experiencia previa en
tareas de salud mental, que demuestren capacidad de liderazgo, que proyecten mantenerse
en funciones contractuales por un plazo suficiente para la implementación del Plan y
participen de las actividades formativas establecidas.
Entre otras, se pueden señalar las siguientes funciones que requerirán de dedicación de
tiempo variable: contribuir a la evaluación preliminar, prestar atención a casos en
emergencia, respaldar tareas asistenciales desplazándose a establecimientos y/o zonas
afectadas, coordinación con otras instituciones y organizaciones en áreas territoriales
más circunscritas, etc.).
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El Referente, en conjunto con otros profesionales definidos por la autoridad del Servicio de
Salud, será el encargado de diseñar el plan de salud mental en emergencias y, una vez
sancionado por el Director del respectivo Servicio de Salud, se encargará de organizar y
coordinar el proceso preparatorio para su implementación en caso necesario. Además,
frente a un evento de emergencias y/o desastres deberá reorganizar la red asistencial a
partir de los requerimientos de atención de la población afectada por el evento.
El rol del Ministerio de Salud será proporcionar el programa eje del Taller.
Un buen Plan depende en primer lugar de tener claro cuales son las amenazas y
vulnerabilidades, a partir de ello elaborar las estrategias de preparación, prevención y
mitigación adecuadas a la matriz de riesgo definida.
Es relevante también conocer la dotación de salud mental existente, el plan debe ser
conocido y manejado por un grupo relevante de profesionales, además de la preparación
específica de directivos y personal para enfrentar emergencias psicosociales.
Este plan debe estar directamente relacionado con el Plan de Emergencias del Servicio
de Salud y se debe establecer una relación de colaboración y trabajo conjunto entre el
coordinador de emergencia del servicio y el referente técnico de salud mental en
emergencias, de modo que los liderazgos y el manejo de la información en los momentos
críticos sea confiable y rápidamente aceptada.
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ANEXO N ° 1.
•
Reacciones no patológicas ante eventos traumáticos en personas adultas ( )
Ante una situación anormal - como los desastres - ciertos sentimientos y reacciones son
frecuentes. Puede ser que algunas de esas emociones no se hayan experimentado
anteriormente, cada persona es diferente y puede responder de distinta manera en ciertos
momentos.
También es claro que la exposición a eventos traumáticos debe producir un mayor nivel de
tensión y angustia en las personas, así como que el recuerdo de lo sucedido será parte de la
vida de las víctimas y no se borrará de su memoria. Pero se ha demostrado que sólo algunos
sujetos experimentarán problemas más serios o duraderos que podrán calificarse como
psicopatología. La gran mayoría no sufre en ese momento de ninguna enfermedad mental,
sólo están experimentando reacciones esperadas ante un suceso vital significativo.
Sin embargo, las respuestas institucionales más frecuentes están basadas en la atención
psiquiátrica individual y sirven sólo a un número muy reducido de las personas afectadas. Se
ha demostrado que si existe una rápida y adecuada intervención psicosocial estas reacciones
pueden disminuir y los sujetos volver al funcionamiento normal.
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Algunas recomendaciones útiles para los afectados, sus familiares y amigos
• Descansar lo suficiente.
• Saber que los sueños y pensamientos recurrentes acerca del evento traumático son
normales y deben ser compartidos
• Promover ayuda y solidaridad, así como fortalecer vínculos entre familiares y amigos.
• No decirles que tienen "suerte de que no les fue peor". Las personas traumatizadas
no encuentran consuelo en esas frases. En cambio, se puede expresar que lamenta
lo sucedido y que lo entiende.
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