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Sobre los sistemas operativos se puede usar una gran gama de editores o
aplicaciones orientadas a la creación de datos. Así, los textos se trabajan con
procesadores de textos; los gráficos, con graficadores; hay software para la
creación o edición de animaciones 2D o 3D; editores de vídeo, de sonido o de
partituras musicales. Algunos vienen con el sistema operativo, mientras que otros
deben adquirirse por separado. Los que vienen con el sistema operativo son
particularmente atractivos por su bajo costo. Por ejemplo, líneas atrás dijimos que,
para enseñar a escribir, se puede usar los procesadores de textos que vienen
incorporados a los sistemas operativos (5) en lugar de los caros Procesadores de
textos profesionales. Existen además opciones intermedias en capacidad y costo,
como lo atestigua la legión de procesadores de textos shareware - pruebe primero
y pague después - que circula en internet y en las librerías en CD-ROM o los
procesadores de palabras de dominio público - de uso gratuito.
Las aplicaciones más interesantes por ahora, en mi opinión, son los bancos de
conocimientos, que permiten una gran disponibilidad de datos adecuadamente
explicados, y el correo electrónico, que dinamiza la comunicación entre docentes y
alumnos, permite la discrepancia y el debate y elimina el escollo de la distancia
física.
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Los ejemplos más populares de bases de conocimientos son las enciclopedias en
discos compactos, aunque hay bases de conocimientos destinadas a
profesionales o a estudiantes universitarios. Menos difundidas son las bases de
conocimientos accesibles en Internet o en BBSs privadas. Estos bancos son
estructuralmente bases de datos, es decir, ficheros organizados alrededor de un
tópico principal cuyas fichas han sido indexadas - indizadas en la jerga informática
castellana - para facilitar la búsqueda de información determinada. Estas bases de
datos sirven como obras de consulta y pueden contener todo tipo de documentos :
obras literarias, contenidos de los cursos escolares o universitarios, resúmenes,
investigaciones en todas las áreas del saber, etc. En otras palabras, está abierta la
posibilidad de popularizar conocimientos de calidad, y así, al elevar el hoy por hoy
decreciente nivel intelectual en Internet, posibilitar también la mejoría de la
preparación de los ciudadanos.
Esta alternativa podría ser onerosa para muchos colegios, pero no tanto para
universidades, organismos del gobierno como el Ministerio de Educación u
organismos no gubernamentales. Es necesario recalcar que si alguna institución
se animara a llevar a cabo un proyecto de este tipo, los beneficios serían
incalculables para los estudiantes peruanos en tanto el correo electrónico funciona
en PCs antiguas (XT o AT 286) y los estudiantes y profesores de sitios apartados
podrían acceder a él desde cualquier punto del país. El contacto de los miembros
de la comunidad educativa permite a los que saben menos, sean profesores o
alumnos, aprender de los que más saben, sean profesores o alumnos.