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Cada año el ICOM propone un tema para propiciar la reflexión. Este año, el
tema seleccionado se denomina: Los Museos para la armonía social.
Nuestro país está definido en la constitución del Estado como un país,
pluricultural, pluriétnico y multilingüe, así, esta convocatoria está destinada
a promover la interculuralidad, la tolerancia y el mutuo respeto.
Los museos no son mas los edificios con colecciones encerrados en vitrinas
o reservas técnicas, los museos son espacios culturales para la transmisión
del conocimiento y la memoria colectiva de los que nos precedieron, para
ver el futuro con optimismo, para reconocernos, para autoafirmarnos, para
celebrarnos de ser una civilización capaz de seguir aceptando y venciendo
retos.
Los museos son espacios abiertos, son territorios con sus habitantes y los
objetos que éstos elaboraron como respuesta a la adversidad, son lugares
donde se exponen las manifestaciones artísticas, no sólo de las bellas artes
sino de todo aquello que es capaz de reconocernos en la diversidad y de
identificarnos en el panorama del contexto internacional de naciones.
Dónde está la diferencia, es que no seguimos viendo para qué sirven los
museos, por qué temerle a esta palabra que viene desde la antigüedad,
generada en Grecia como el templo de las musas y que en estos más de
2.000 años no ha hecho otra cosa que transformarse en lo que hoy
aspiramos: la preservación y conservación del patrimonio en todas sus
manifestaciones para las generaciones futuras.
Me parece que el debate que se llevó a cabo en nuestro país el año 2009 en
relación a este tema sirvió para madurar el concepto y asumir que es
indispensable contar también con estos espacios físicos para recordar, para
valorar el precio de la democracia y de vivir en orden y paz. Es una historia
negra que no debemos ocultar, que debemos conocer, que debemos valorar,
que debemos colocar en su verdadera dimensión.
Por eso este 18 de mayo será un tiempo y un espacio para la reflexión para
retomar este permanente tema de la memoria y los museos y la armonía
social. Tal vez, la definición de museos más lúcida de los últimos tiempos
la haya brindado Mario Vargas Llosa cuando nos devela que:
“Los museos son tan necesarios para los países como las escuelas y los
hospitales. Ellos educan tanto y a veces más que las aulas y sobre todo de
una manera más sutil, privada y permanente que como lo hacen los
maestros. Ellos también curan, no los cuerpos, pero sí las mentes, de la
tiniebla que es la ignorancia, el prejuicio, la superstición y todas las taras
que incomunican a los seres humanos entre sí y los enconan y empujan a
matarse. Los museos reemplazan la visión pequeñita, provinciana,
mezquina, unilateral, de campanario, de la vida y las cosas por una visión
ancha, generosa, plural. Afinan la sensibilidad, estimulan la imaginación,
refinan los sentimientos y despiertan en las personas un espíritu crítico y
autocrítico. El progreso no significa sólo muchos colegios, hospitales y
carreteras. También, y acaso, sobre todo, esa sabiduría que nos hace
capaces de diferenciar lo feo de lo bello, lo inteligente de lo estúpido, lo
bueno de lo malo y lo tolerable de lo intolerable, que llamamos la cultura".