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Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti clamamos
los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lgrimas.
Ea, pues, Seora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos,
y despus de este destierro,
mustranos a Jess,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clementsima, oh, piadosa,
oh, dulce Virgen Mara!
Amn.
Papa Francisco, 8/10/2013
Santiago 5,16
Eclesistico 37,13-15
Isaas 50,4-5
El Seor es mi Pastor,
que no me priva de nada,
en las praderas fresquitas
de pasto verde me sacia,
y me lleva a los arroyos
donde el agita es ms clara.
Como una cuestin de honor
se preocupa de mi vida,
me lleva por buena senda
y me asiste en las fatigas.
Qu lindo saber que tengo
su cario y su alegra,
que siempre vendr conmigo
a lo largo de la vida,
y un da ser mi casa,
la casa donde l habita.
IV - CONSOLAR AL TRISTE
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Seor
Jesucristo, Padre de las misericordias
y Dios de todo consuelo, que nos reconforta
en todas nuestras tribulaciones,
para que nosotros podamos dar a los que sufren
el mismo consuelo que recibimos de Dios.
2 Corintios 1,3-5
Maestro,
que no busquemos tanto:
ser consolados, como consolar;
ser comprendidos, como comprender;
ser amados, como amar.
Porque dando, se recibe;
perdonando, se es perdonado;
y muriendo
se resucita a la vida eterna.
San Francisco de Ass