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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
JUZGADO TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA DE JUICIO DEL
REGIMEN PROCESAL TRANSITORIO DEL TRABAJO DE LA
CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL AREA METROPOLITANA DE
CARACAS

Caracas, cinco (05) de octubre de 2006


196º y 147º

ASUNTO: AH24-S-2003-000046

PARTE ACTORA: José Ramón Moreno Cárdenas, venezolano, mayor de edad,


titular de la cédula de identidad Nº 4.848.208.

APODERADOS JUDICIALES DE LA PARTE ACTORA: Rene Plaz Bruzual,


Enrique Itriago Alfonzo, Alfredo de Armas Basterrechea, Pedro Uriola, Luis
Ortiz Alvarez, Noemi Fischbach, Listnubia Mendez, José Fereira Villafranca,
Carlos Urbina, Tabayre Rios, Angelo Cutolo, Gustavo Fleury, Vitina Asdizzone y
Brunilda Carolina Marin, todos abogados, inscritos en el Instituto de Previsión
Social del Abogado bajo los números: 2.097, 7.515, 22.804, 27.961, 55.570,
52.236, 59.196, 77.227, 91.871, 91.279, 56.394 y 59.218, respectivamente.

PARTE DEMANDADA: Sociedad Mercantil PETROQUIMICA DE


VENEZUELA (PEQUIVEN), domiciliada en Caracas, Distrito Metropolitano,
inscrita en el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial del
Distrito Federal y Estado Miranda, el día 01 de diciembre de 1977, bajo el Nº 35,
Tomo 148-A.
APODERADOS JUDICIALES DE LA PARTE DEMANDADA: Teodora
Hernández, Ana Luna, María Carvallo, Manuel León, Fernando Betancourt,
María González, Adriana Riera, Mirbelia Armas, Irving Márquez, Milagros
Acevedo, Beatriz Rodríguez, Bobb Lencelot, Janitza Rodríguez, Carlos Romero,
Rinna Bozo, Olaf Ciliberto, Nayleth Bermúdez, Luz Chacón, Edison Patiño,
Críspulo Rodríguez y Pasqualino Volpicelli, todos abogados, inscritos en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los números:18.027, 18.917,
19.129, 19.355, 27.708, 29.949, 38.529, 44.744, 47.229, 60.361, 61.275, 64.566,
70.403, 70.481, 75.340, 80.381, 83.525, 90.701, 92.884, 94.730, 96.703, 101.403,
101.716, 63.553 y 40.982, respectivamente.
MOTIVO: Reenganche y Pago de Salarios Caídos

I. ANTECEDENTES
Se inicia el presente juicio mediante libelo de demanda interpuesta en fecha 30 de
mayo de 2003, por ante el Extinto Juzgado Noveno de Primera Instancia del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, por el
abogado ANGELO CUTOLO, inscrito en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el N°91.872, actuando en su carácter de apoderado judicial del
ciudadano JOSÉ RAMORN MORENO CARDENAS, contra la Sociedad
Mercantil PETROQUIMICA DE VENEZUELA (PEQUIVEN), antes plenamente
identificados, siendo admitida mediante auto dictado en fecha 06 de diciembre de
2004, por el Juzgado Sexto de Primera Instancia para el Régimen Procesal
Transitorio de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Circuito Judicial del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en la
cual se emplazó a la demandada a objeto de celebrar la Audiencia Preliminar.
Posteriormente, el mismo, mediante auto de fecha 27 de abril de 2006, remitió el
conocimiento de la causa a los Tribunales de Juicio, dado el hecho de no haberse
logrado un acuerdo entre las partes, anexándose los escritos de prueba
correspondientes, así como el de contestación al fondo de la demanda realizado
por la demandada de autos, evidenciándose del expediente la notificación
realizada al Procurador General de la República, según consignación de fecha 28
de enero de 2005. Vista esta situación, este Tribunal se avocó al conocimiento de
la presente causa mediante auto de fecha cinco (05) de octubre de 2006,
estimando pertinente y luego de un análisis exhaustivo de las actas que integran el
presente expediente pronunciarse sobre la Jurisdicción del Poder Judicial para
conocer y resolver el conflicto que ha sido sometido a su conocimiento y
resolución en los términos que a continuación se exponen:

II. DE LOS HECHOS


De un estudio exhaustivo del expediente contentivo de la presente causa,
especialmente del libelo de demanda y del escrito de contestación al fondo de la
misma, da cuenta este Tribunal que lo que se pretende es el Reenganche y Pago
de Salarios Caídos del ciudadano José Ramón Moreno Cárdenas, plenamente
identificado en autos, quien alega haber prestado servicios como “Gerente de
Ventas Exportación de CORAMER” para la empresa Petroquímica de Venezuela
(PEQUIVEN), también identificada en autos, devengando un salario básico
mensual de Bs. 4.037.500,00, por haber sido despedido injustificadamente en
fecha 22 de abril de 2003, a través de un aviso publicado en la página 31 del
Diario Últimas Noticias de fecha 24 de mayo de 2003.

El actor alega que en ningún momento incurrió en falta alguna que justificara su
despido conforme a lo dispuesto en el artículo 102 de la Ley Orgánica del
Trabajo, invocando en su favor las disposiciones consagradas en los artículos 116
de la Ley Orgánica del Trabajo, artículos 48 y 49 de su Reglamento, en
concordancia con lo dispuesto en el artículo 32 del Decreto con Rango y Fuerza
de Ley Orgánica de Hidrocarburos, publicada en Gaceta Oficia nº 37.323 de fecha
13 de noviembre de 2001, todo lo cual fue contradicho por la demandada en su
escrito de contestación al fondo de la demanda, alegando en tal sentido que el
actora incurrió en causal de despido injustificado prevista en el literal f del
artículo 102 de la Ley Orgánica del Trabajo en concordancia con lo establecido
en los artículos 17, 44 y 45 de su Reglamento, relacionado con la inasistencia
injustificada al trabajo durante tres (3) días hábiles en el período de un (1) mes, en
tal sentido alega que el actor dejó de asistir a su puesto de trabajo los días 21, 23,
23, 24, 25, 28, 29 y 30 de abril de 2003, así como los días 02, 05, 06, 07, 08, 09,
12, 13, 14, 15, 16, 19, 20 y 21 de mayo de 2003, en forma injustificada.

De igual manera argumentó la demandada como punto previo en su defensa, la


falta de jurisdicción por suspensión de la relación laboral, dado el argumento de la
actora, que sin aceptarlo la demandada, señaló que sus inasistencias al puesto de
trabajo fueron motivadas a que “existían condiciones objetivas que se
constituyeron en causas justificadas de inasistencia que afectaron sus obligaciones
laborales mediante el desmejoramiento de las condiciones de trabajo y hechos
discriminatorios” (Entrecomillado extraído del escrito de contestación de la
demanda). Al respecto alegó la demandada que para los casos previstos en los
artículos 94, 96, 384, 387, 449, 450, 451, 452, 458, 506 y 520 de la Ley Orgánica
del Trabajo, debe conocer la Inspectoría del Trabajo conforme a lo dispuesto en el
artículo 454 de la mencionada Ley Orgánica del Trabajo, estando referido el
artículo 94 antes mencionado a las causas de suspensión de la relación laboral, lo
cual a decir de la demandada debe se considerado por el Tribunal para declarar la
Falta de Jurisdicción, dado el argumento de la actora cuando señala que “no
estaba obligado a cumplir con sus obligaciones laborales” y que ello se subsume
en un supuesto de suspensión de la relación laboral, según puede evidenciarse del
escrito de promoción de pruebas presentado por la actora.

III. CONSIDERACIONES PARA DECIDIR


La Jurisdicción debe ser entendida como la potestad de Estado de realizar el
derecho, a través de los órganos jurisdiccionales, juzgando de modo irrevocable y
ejecutando efectivamente lo juzgado. No obstante ello puede presentarse el caso
que la resolución de un conflicto de intereses no corresponda resolverlo
específicamente al Poder Judicial sino un órgano de la Administración Pública o
bien a un Juez Extranjero.
Al respecto, la Ley Orgánica del Trabajo establece los supuestos de procedencia
de la inamovilidad de los trabajadores derivada de especiales situaciones fácticas
que impiden que el patrono pueda proceder a su despido sin la previa autorización
del inspector del trabajo, a saber: a) la mujer en estado de gravidez, b) los
trabajadores que gocen de fuero sindical, c) los trabajadores que tengan
suspendida su relación laboral y d) los que estén discutiendo convenciones
colectivas. A estos casos se agrega, el supuesto de inamovilidad laboral cuando es
decretada por el Ejecutivo Nacional en uso de sus potestades constitucionales y
legales, casos en los cuales debe determinarse el órgano competente para la
resolución de los mismos.

En este sentido y dados los supuestos fácticos precedentemente mencionados, se


hace necesario determinar si el Poder Judicial tiene jurisdicción para conocer de
los mismos, debiendo el juez al que ha sido sometido el conocimiento del
conflicto, declarar la falta de jurisdicción cuando se evidenciare de autos
elementos que generen una duda razonable acerca de la falta de jurisdicción, por
corresponder el conocimiento de tales conflictos a la Administración Pública o un
Juez Extranjero.

En este sentido debe señalarse que constituye un hecho notorio, conocido por la
colectividad venezolana y alegado por la parte demandada, que para la fecha en
que la demandante alega haber sido objeto de despida, se produjo la interrupción
y disminución de la actividad económica e industrial desarrollada por la industria
petrolera, actividad que constituye un servicio y bien de interés público y de
carácter estratégico, a tenor de lo previsto en el artículo 302 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela y “…de acuerdo al artículo 4 del Decreto
N° 1510 con Fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos, publicado en Gaceta
Oficial N° 37.323, del 13-11-01, es de “utilidad pública y de interés social ....”.
(Sentencia Nº 3342, de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
de fecha 19 de diciembre de 2002, caso: F. Rodríguez en amparo. Jurisprudencia
Ramírez & Garay, Tomo CXCIV), en la cual la Sala decidió acordar “… medida
cautelar innominada consistente en la orden a todas las autoridades y particulares
vinculados con el restablecimiento de la actividad económica e industrial de la
referida sociedad mercantil, de acatar todos aquellos Decretos y Resoluciones
emanados de los órganos competentes cuya finalidad sea lograr la puesta en
funcionamiento de la industria petrolera y sus derivados…”.

En el caso de autos, se trata de una demanda por calificación de despido,


reenganche y pago de salarios caídos en la cual la parte actora alega un
impedimento para cumplir con sus obligaciones laborales por causas imputadas a
la demandada, lo cual devino en una suspensión de la relación laboral. En este
sentido la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en
sentencia de fecha 30 de noviembre de 2005, caso Oscar Lovera Peñaloza contra
PETROQUIMICA DE VENEZUELA, S.A. (PEQUIVEN), en juicio por
calificación de despido, reenganche y pago de salarios caídos, señaló:
“… (omisis) De lo anterior se desprende que el actor, aun cuando expresamente
no lo señala en sus escritos, alega una causal de suspensión de la relación de
trabajo, como defensa a lo que él considera como despido injustificado, más
específicamente, aquella referida a los casos fortuitos o fuerza mayor que tengan
como consecuencia necesaria, inmediata y directa, la suspensión de la relación
laboral, y que está contenida en el literal h) del artículo 94 de la Ley Orgánica del
Trabajo. Igualmente, debe señalar esta Sala que contrariamente a lo sostenido por
el acto, no es necesario que exista un “acuerdo” entre el patrono y el trabajador,
para que proceda la suspensión de la relación de trabajo, pues precisamente la
norma que se utiliza como fundamento de esta afirmación, es decir, el artículo 39
literal a) del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo , establece que además
de las causales previstas en el artículo 94 de la Ley, el “mutuo acuerdo” entre el
patrono y el trabajador también puede considerarse como un supuesto de
suspensión, pero en ningún modo dicho acuerdo constituye un presupuesto
necesario para que se configuren las causales de suspensión previstas en la ley.
Realizadas las anteriores precisiones, observa la Sala que conforme a lo dispuesto
en el artículo 96 de la Ley Orgánica del Trabajo, el procedimiento a seguir para
despedir a un trabajador afectado por la suspensión de la relación laboral, por
cualquiera de las causales previstas en el artículo 94 euisdem, se encuentra
establecido en los artículos 453 y siguientes del Capítulo II del Título VII de la
mencionada Ley” ,

Concluyendo la Sala en que:


“De las normas parcialmente transcritas se evidencia que, tal como lo estableció
el Juzgado remitente, corresponde a la administración Pública por órgano de las
Inspectorías del Trabajo, y no al Poder Judicial, determinar si el accionante
efectivamente estaba amparado por la causal de suspensión contenida en el literal
h) del artículo 94 de la Ley Orgánica del trabajo, y pronunciarse, de ser
procedente, acerca de la solicitud de calificación de despido, reenganche y pago
de los salarios caídos”.

En el caso de autos no se encuentra plenamente demostrada la suspensión de la


relación de trabajo que vinculara a las partes, de allí que considera esta Juzgadora,
y en atención a sentencia Nº 01101, de fecha 16 de julio de 2003, de la Sala
Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, que el Tribunal acoge,
donde concluyó en la competencia del Inspector del Trabajo para analizar y
determinar la procedencia de una causal de inamovilidad, y aplicado a este caso
en particular, corresponde de igual manera calificar la suspensión a que se hace
alusión en la presente decisión, tal como también ha sido asentado en sentencia
emanada de la misma Sala Político Administrativa, de fecha 14 de diciembre de
2004, Nº 02824, en la que se estableció:
“.... De las normas supra transcritas, se evidencia que sólo podrá despedirse a un
trabajador que se encuentre afectado por la suspensión de la relación de trabajo,
mediante causa justificada debidamente comprobada por el Inspector del Trabajo,
de conformidad con el procedimiento establecido en el artículo 453 antes
transcrito.
Siendo así, corresponderá a la Inspectoría del Trabajo determinar si en efecto del
accionante estaba afectado por una causal de suspensión de la relación laboral, y
pronunciarse, de ser procedente, acerca de la solicitud de calificación de despido,
reenganche y pago de los salarios caídos incoada. Así se decide”

Por virtud de los argumentos de hecho y de derecho y de conformidad con los


principios previstos en los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, toda vez que lo que se pretende garantizar,
es un procedimiento expedito que no de lugar a reposiciones inútiles y que el
conflicto sea dilucidado por el juez natural, considera este Tribunal que no tiene
jurisdicción para conocer y decidir la presente controversia y declarar en
consecuencia la FALTA DE JURISDICCIÓN respecto de la administración
pública, y más específicamente en el Ministerio del Trabajo, por medio de la
Inspectoría del Trabajo. ASÍ SE DE DECIDE.

Por cuanto no hay norma en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo que regule el
trámite procedimental relacionado con la Falta de Jurisdicción, es por lo que en
virtud de lo dispuesto en el artículo 11 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
aplica analógicamente lo preceptuado en los artículos 59 y 62 del Código de
Procedimiento Civil, y en tal virtud ordena la remisión inmediata del expediente
de la causa a la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,
con el objeto de la Consulta Obligatoria, que para el caso de negativa de
jurisdicción establece la parte in fine del artículo 59 del mencionado Código de
Procedimiento Civil, para lo cual se ordena asimismo se libre el correspondiente
oficio a la mencionada Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia a los fines legales consiguientes. Se ordena la corrección de la foliatura
del expediente. Líbrese Oficio. Cúmplase.

La Juez

Abg. Alba Torrivilla La Secretaria

Abg. Gloria Medina

“2006, AÑO BICENTENARIO DEL JURAMENTO DEL GENERALISIMO


FRANCISCO DE MIRANDA Y DE LA PARTICIPACIÓN PROTAGONICA Y
DEL PODER POPULAR”

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