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El ciudadano pakistaní Saif Ur Rehman Khan fue detenido en la Embajada de Estados Unidos el
lunes 10 de mayo. El control de seguridad de esa sede habría encontrado restos de tetryl, un
compuesto derivado del TNT, en Saif Kahn y en sus pertenencias. Esto fue corroborado por la
autoridad competente chilena más adelante. La Embajada hizo la denuncia. El hombre fue
detenido por la policía chilena y llevado a la Cárcel de Alta Seguridad, donde permaneció
cautivo por cinco días.
Leo en El Mercurio de hoy (17/05/10) sobre el caso de este ciudadano pakistaní puesto a
disposición de la Justicia Chilena:
“Los movimientos migratorios, sus entradas y salidas desde y hacia Estados Unidos y otros
países, además de su arribo a Chile. Esa es la información que requerirán los fiscales Xavier
Armendáriz y Francisco Jacir a las autoridades norteamericanas...”
“Según fuentes ligadas a la investigación, se indaga un antecedente que fue aportado por
fuentes de inteligencia: el estudiante de español tendría vínculos con los grupos talibanes
paquistaníes que se adjudicaron el atentado frustrado en Times Square de Nueva York el 1 de
mayo pasado.
Para corroborar este antecedente será vital la información que entregue Estados Unidos, vía
requerimiento oficial, al Ministerio Público.”
Cumplido el tercer día de la detención de Saif Khan, el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter,
presenta una querella en el marco de la Ley Antiterrorista en su contra. Cabe suponer que el
Ministro y su aparato de inteligencia saben de todo esto y tienen el caso preparado y dispuesto
para su presentación ante la Justicia. Como se entiende, un caso así no se monta en un par de
días. ¿Cuánto más demora la revisión e investigación de antecedentes aportados por fuentes
externas?
Pongamos las cosas en orden: Estados Unidos detiene a Saif Khan y hace todo este
requerimiento a Chile y es EE.UU. quien lleva esta investigación y quien empuja el caso. Viene,
acaso, un requerimiento de extradición u otro que satisfaga la intención específica de Estados
Unidos. Las autoridades judiciales y políticas chilenas podrían simplemente explicar todo esto.
Decir que Estados Unidos ha llevado adelante una investigación y ha entregado todos estos
antecedentes a la Justicia Chilena y al Ministerio del Interior. Exponer que Estados Unidos ha
pedido a Chile se lleve adelante esto bajo los estándares de procedimiento anti-terrorista
actualmente vigentes en ese país y en buena parte del mundo. Declarar que Chile ha accedido
a esto, por sus lazos de amistad y colaboración con Estados Unidos. Eso sería “transparencia”,
en mi opinión.
Lo que tenemos, en cambio, es un pobre y polvoriento espectáculo montado para una
soñolienta galería. ¿Para qué sacudirla con la noticia que estamos en guerra desde hace…
¿cuántos años??