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Territorios libres
De Boever concluye que el arte deviene territorio libre, libre de las
normas de la vida cotidiana, al elegir las propias reglas para la
representacin. De manera que a pesar de que ciertas respuestas de
los personajes perpetan el trauma, el nivel narrativo de las obras
integra reglas del juego que suspenden la violencia que el estado de
excepcin desencaden:
El uso de la alegora del tigre en la historia de Pi permite representar
la ambigedad de su vida al ser lanzado a la nuda vida. La tensin
entre verdad y ficcin en la autobiografa final de Cal, en Middlesex, le
permite hablar al autor no solo de la indeterminacin sexual de Cal si
no de la indeterminacin dentro de la propia categora de identidad.
La focalizacin rigurosa en Lucy, en Disgrace, introduce la parte de
los sin parte, de las mujeres, en la historia. Y la mezcla entre texto e
imagen, permite que Austerlitz de consistencia a un testimonio
colectivo, estando advertido de que hay diferentes manera de
combinar las imgenes y de contar la historia.
De Boever considera estas reglas del arte (alegora, tensin entre
verdad y ficcin, focalizacin rigurosa y mezcla entre texto e imagen)
otras formas de estado de excepcin, ya que las reglas de la realidad
estn suspendidas, sin embargo es una suspensin donde el sujeto
puede elegir sus propias formas de hablar y escribir.
La transmigracin de los cuerpos
Estado de excepcin
La novela de Herrera1 se mueve en un espacio de alegora desde su
apertura. No nos remite a ningn estado de excepcin concreto, pero
nos hace saber que el derecho a la libre circulacin en la ciudad est
trastornado. Un mensaje del gobierno, recomendando a la poblacin
no salir de sus casas para protegerse de una epidemia causada por
un mosquito egipcio, nos remite a una emergencia, un peligro. Sin
embargo este aviso est tambin relacionado con una guerra:
[..] tampoco es para preocuparse, tenemos a la gente ms astuta
persiguiendo a lo que sea que es, y tambin tenemos hospitales,
pero, por si las dudas, pues, mejor qudese en casita y mejor no bese
a nadie y no toque a nadie y cbrase la nariz y la boca y reporte
cualquier sntoma, pero sobre todo no se preocupe. Lo cual,
razonablemente, fue entendido como Si no se encierran, se los va a
cargar la chingada, a alguien hemos hecho desatinar. (p.15)