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Primer i eretee= | “4 ORDEN ROSACRUZ AMOR, fen —Anzrica— . ZZ che teete paca LOO Id Orden Rosacruz, AMORC 25, Carrick Street Londres, W. I. Diciembre 1957 VIAJE _DE UN PEREGRINO AL ESTE NOTA:~ Mucho se conoce en él plano material del Dr. Lewis, primer Impera tor de 1a Orden Rosacruz en América: en otro plano se puede estar atin en entonamiento con él por medio de sus escritos. La informacién que contie ne este trabajo se ofrece como un privilegio a los miembros. El presente Imperator, Frater Ralph M. Lewis, desea que se entienda que no pueden res ponderse preguntas en relacién con el. contenido y que no se cursar4 corres pondencia alguna. Es una publicacién de la historia tal como fué escrita por el Dr. Lewis y, por lo tanto, habiendo pasado por la transicién, nadie est calificado para estatlecer una correspondencia con répecto a sus ex periencias personales. . INTRODUCCION Mientras daba algunos toques fi. nales al trabajo de publicar seis biograffas de caracteres bien cong cidos, del tipo mfstico, ejecutadas por nuestro Gran Maestro, Frater Raymund Andrea, experimenté un im pulso sfibito: el deseo de publicar la historia relatada por el Dr. Le wis de su viaje a Francia cuando buscaba los medios de revivir la Or den en los Estados Unidos de Améri ca. Esta autobiografia: fué publica da’ por vez primera en 1916 y ha es tado sin re-imprimir por largo tiem po. Se pensé que su re-publicacién serfa un gran servicio a los mien bros dé Inglaterra que se habfan uni, do a 1a Orden en afios recientes y durante la Asamblea Rosacruz de Lon Gres, de 1957, se solicit6 permiso del presente Inperator, Frater Ralph M. Lewis, para llevar a cabo este trabajo, siendo concedido’ prontamen te. El Dr. Lewis, primer Imperator de 1a Orden en América, fu6 uno de os hombres notables de su tiempo. Esto no. es una exageracién, Si él no hubiera escogido el dedicar su vida al servicio de la Orden podria haber sido una gran figura en el mundo de las finanzas. Estaba inte resado ampliamente en my variados campos. Este pafs no le era extra fio, . como nos hizo saber una Soror que lo conocié en sus primeros tien pos en San José y que'se lo encon tr6é otra vez aqui, déndonos en po cas palabras un cuadro de las pala bras proféticas que expresé en un Almerzo Rosacruz celebrado en su honor en Londres. Dejé impreso en los miembros de este pafs la importancia de mante ner nuestras antiguas tradiciones, que habfa resistido la prueba del tiempo, la prueba de las tribulacio nes y las experiencias nacionales. Expres6 que otras naciones serfan las primeras en lamentarlo y culpar, nos si dejébamos de hacerlo. Soror Rectifier En la década anterior a esta vi sita a Francia, que acontecié en 1909, el Dr. Lewis se habfa dedica do a la investigacién oculta y mfs tica y, -a causa de que era descen diente de un miembro del primer cuerpo Rosacruz en América, tuvo acceso a muchos de sus antiguos do cumentos, manuscritos secretos y en sefianzas. Muchas personas prominen tes estuvieron asociadas con 61 en este trabajo, pero comprendiendo que todavfa no estaban autorizadas para usar la palabra Rosacriiz, la sociedad operé piblicamente bajo el nombre de "Instituo de Investiga cién Sfquica de New York", Dejemos ahora que el Dr. Lewis relate con sus propias palabras el perfodo in mediato anterior a su ida a Francia, que est tomado de "Preguntas y Res puestas Rosacruces, con la Historia Completa de la Orden. Scl?mente se ofrecé lo suificiente para suple mentar esta autobiograffa. "Precisamente antes de 1909 so licité ingreso a nuestra sociedad uno que presenté documentos de de signacién como "Delegado! de la Or den Rosacruz do la India. Muchas semanas de fntima asociacién con es te membro me revelaron el. hecho de que podria obtener éxito en la bis queda de alguna forme de autoridad para introducir en América el verda dero trabajo Rosacrug cuando llega se el tiempo marcado. Se me negd todo medio de comunicacién con cual quier oficial de 1a Orden en tie rras extranjeras hasta principios del afio 1909, en que fuf informado gue habfa liegado el momento para la aparicién péblica de la Orden en América y que se habfan completado arreglos definitivos para el nuevo ciclo. El, “Delegado" de la India me estimilé para que siguiera el im pulso que me habfa animado durante seis o més afios, sin reparar en cualquier obstdculo o pruebas que pudieran tender a desanimar mis pro Pésitos impersonales.!! "Por lo tanto, fuf a Francia en el verano de 1909.y después de una breve entrevista con uno que rehus6 muy définidamente accién alguna, ful dirigido hacia varias ciudades y en cada caso vuelto a dirigir has ta que finalmente en Tolosa me apro ximé a un contacto definido. Allf encontré eventualmente que mis pla “nes y deseos habiin sido anticipados y conocidos hacfa algin tiempo, y se ‘me permitié encontrar no solo a uno de los oficiales de la Orden Ro sacruz.en Francia, sino a un nfmero de ellos, asf como a algunos que eran miembros del Consejo Interna cional de cuerpos Rosacruces de va rias naciones europeas. En una reu nién consejera regular y en varias sesiones especiales de la Orden en *otras ciudades, celebradas en meses posteriozes, ful debidamente inicia do y recibf documentos de instruc cién preliminares para ser presenta dos a otros cuyos nombres se me ha bfan. dado. También fuf instrufdo para hacer arreglos para celebrar una reunién preliminar de fundacién con el propésito de organizar un grupo: secreto de trabajadores, quig nes recibirfan m4s instrucciones de los Delegados de la Orden en la In dia y Suiza. Hstas instrucciones estaban firmadas por él Conde Bell castle-Ligne, ‘el Secretario del Con sejo Internacional y el Venerable Lasalle, el bien conocido autor de muchos. documentos histéricos Rosa cruces, y el Gran Maestro de la Or den Rosae Crucis o Rose Croix de Francia. Antes de partir de Fran cia tuve el placer de hacer cont. to con varios de los mfs altos o: ciales y al volver a América encon tré al Delegado de la India, quien me presenté las Joyas y Documentos que habfan sido preservados desde la primera fundacién americana." Guando estaba discutiendo este “VIAJE DE UN PEREGRINO AL ESTE" con Frater Pensator, 61 dijo que podfa suplir. alguna informacién adicional que pudiera ser adicionada conve nientemente como un ‘Bpflogot, y asf le somos deudores por su penosa biisqueda en viejos nfmeros del "Ame rican Rosae Crucis", "The Mystic Triangle" y el "Rosicrucian Digestt. Frater Pensator es un.Pasado Maes tro de las Ordenes Rosacruz y Marti. nista y ha hecho"un estudio: espe’ cial de este inspirador fundamento del trabajo de la Gran Hermandad Blanca, Cuando se comparan "VIAJE DE UN PEREGRINO AL ESTE" y el "Epflogo", dos cosas son evidentes al instante. En el primero’no: podemos menos que « darnos cuenta .de las esperanzas y temores del Dr. Lewis por 6l futuro, mientras que en el. otro-el ms evo lucionado entre. nosotros queda aba tido, pero al misno tienpo estima do a la accién, sintiendo que sola mente hemos de lograr algo siguien do sus hucllas. Hay también un pro fundo ‘reconocimiento de que el sen dero que 41 recorrié est4 bien cla ramente mareado, ‘para nuestra emila eign, en el material de las monogra ffas. Como un instructor, el Dr. Le vis se esforz6 en grado sumo para elevar a otros a su nivel y peri bié con ecuanimidad el hecho de que algunos~-podrfan - sobrepasarlo. No hay"atajos, solo Ia dedicacién'a un nett nos Llevarf a las alturas rv 8L alcanzadas, Benefactor VIAJE _DE UN PEREGRINO AL ESTE "Y Yo Viajé a la Puerta del Orientett por H. SPENCER LEWIS, Phe D., Fe Re Co Primer Imperator de la Orden Rosacruz en América oo00 "Si usted va a Parfs y le place visitar él estudio de Monsieur "Xn, el profesor de idiomas que vive en ~---——-Boulevard St. Germain, 1 po a@r& decirle algo del cfrculo que busca. Serfa aconsejable que le presentase esta nota. Ciertamente, una carta en que le anunciase su ida, con la fecha y el nombre del vapor, serfa cortés." Tal fué, en substancia, la car ta que recibf del editor de un pe riédico parisién, a quien habfa he cho esta simple pregunta: 'Cémo puedo saber el método a segyir que me guie con seguridad a la Rosae Crucis?" n verdad, habfa colocado bajo mi nombre una marca particular que habfa sido impresa en mi mente en una serie de suefios, aunque no cong cfa o apreciaba su significacién. Cuando el corazén anhela verda deramente un gran privilegio o ben dicién, cuando la mente se vuelve a cada hora, diariamente, hacia una gran determinacién, se est4 en con diciones para que las horas de sue fo estén pobladas con signos y sim bolos y, a veces,,de mensajes signi ficativos cuya fuente y propésito est4n velados generalmente. Después de muchos afios de estu fio del trabajo exotérico del Rosa crucismo y de un deseo desinteresa do y creciente, obsesionante, de unir me cori la Hermandad en sus labores para el mejoramiento y unidad del hombre, y después de sentir una pro funda impresién interna de hacerlo asf, dico parisién al cual no conocfa. La respuesta fué desalentadora y estimlante al mismo tiempo. Qué ms podfa haber esperado, no lo sa bfa. Me produjo satisfaccién ver que mi pregunta habfa hallado reco nocimiento y pronta respuesta, Hs taba complacido en saber que la gran Fraternidad no estaba "extinta", como proclamaban tantos libros de referencia. Pero el que tuviese que ir a Parfs para saber "algo del cfreulo", .significaba simplemente el posponer la realizacién de mis esperanzas y deseos. Tenfa determinacién, siones sofiadas nfan viva mi ambicién y fe. Fuéa princifios de julio que recibf la carta de Parts y, probablemente, al afio siguiente me serfa posible ir allé. "gQué aNo habfa esperado dos, tres, cua, tro, cinco afios con la esperanza de siquiera saber que atn existfa la Orden? Asf que plegué la carta cuidadosamente colocéndola entre era un afio de espera? escribf al editor de un perié 2 y las vi dfa y noche mante 2 Pa los papeles importantes que consti, tufan mis esperanzas en el futuro. Dfa tras dfa estas palabras re sonaban en mi mentes "Si usted viene a Parts, y ellas aparecfan ante mis ojos en la obscuridad y parecfan deslumbrar. en letras ro jas atravesadas en cada pliego de papel. que sostenfa en mis manos en los momentos de introspeccién. Yentonces, en la semana, lle g6 una carta con una proposicién de negocios ofreciendo la ms ines perada oportunidad para visitar di versas ciudades de Francia. Ysees podrfa visitar Parfs; un descanso y liberacién mental, y la gratifi cacién de mis deseos. Seguramente esta fué una demostracién de un principio Rosacruz. Eseribfa otra vez a Parfs, on esta ocasién, anunciando al profs sor mi ida én el vapor "América que salfa de New York en julio 2h, es decir, quince dfas mfs tarde, Habiendo hecho los preparati vos usuales, coloqué la carta del editor en seguro, en mi cartera, con mis mapas, gufas y notas a ma no y partf en mi viaje hacia él portal oriental de la sabidurfa. El dfa 2, fué sfbado. Tempra no en la mafiana del domingo hice r@laciones con un joven de tez obs cura, quien cref era de la India Oriental. Parecfa que buscaba mi compafifa a cada momento, bajoey so bre cubierta, y sentfa que ya el sfbado por la tarde invadfan nues tros corazones ese sentimiento de soledad que en el mar iguala a to dos. Encontré placentera su compa fifa, El ibaa Francia y después a Jerusalén, segin dijo, en misién se creta de parte de una prominente he redera . americana muy conocida por sus labores caritativas. Sin embargo, habfé algo en’su porsonalidad,, en su interior, «que me hizo una impresién muy profunda y sobrenatural. Recuerdo que un dfa, al pasar del salén a una cubierta superior, lo vi parado bajo la luz del sol con la mirada perdida hacia el mar. Su figura.era erecta, su forma” se déstacaba ‘en toda su altura majeg tuosa y su porte denotaba un poder dominante. Me detuve para estudiar lo. Su actitud era de una concen tracién intensa, gen qué? gin la salida del sol? ~Asf que lo observa ba sin que se diera cuenta de ello, inmévil como una estatua de bronce, me invadié un sentimiento de reve rencia, de respeto, y no pude por menos que sentir que estaba mirando aun mfstico oriental. Sin embargo, sus placenteras jovialidatles y sus esquiveces positiyas sobre cual quier %ema relacionado con lo ocul to, no me daban. pie sino para pen sar que era un nativo de las Indias Orientales. Pero mis:intentos para conducirlo hacia el. campo de lo oculto y especialmente de 1a filoso ffa oriental, lo familiarizé my fp timamente con mis propios ideales filoséficos y creencias. Natural mente, estos reflejaron, cuando en verdad no expresaron, mi moral e in clinaciones y précticas religiosas. En la mafiana del domingo 1ro. dé agosto arribamos a Cherbourg, en 18 costa. de Francia, encontrando que la habfa estaba engalanada por la -presencia del yate particular del Zar, escoltado por algunos bu ques de guerra. El Zar estaba co rrespondiendo una visita oficial al Ge Presidente de Francia. Después de seis horas da viaje entramos en Parfs mi compafiero y yo, separéndonos en la puerta del hotel en que me habfa de hospedar, plena mente convencido de que no volverfa mos a encontrarnos de nuevo. Antes de llegar a Parfs le ha bfa pedido-a unos cuantos de. los co nocidos en cubierta que subscribie ran sus nombres en un cuadro mos trando el vapor en que viajébamos. Mi compafiero de otras ticrras sugi rié que, en adicién, quizé desezra tener su nombre y direccién en una tarjeta aparte y estando de acuerdo en ello, arrancé una hojita de pa pel grueso de uha libreta cuadrada de notas y escribié lo que parecta ser su direceién y unas cuantas. pa, labras bajo su nombre. Lo coloqué maquinalmente en mi cartera y no en tre mis papeles misceldneos. Nunca pensé estudiar su intencién o signi ficado. Cuando 61 hablaba uno sola mente podfa pensar, autométicamente, como en un suefio. ° Transeurrié una semana antes de que me aventurase a ver al Profesor myn, Haba mencionado las palabras Rosae Crucis en presencia de dife rentes franceses de ambos sexos, con variables resultados. Encontré que las palabras actuaban en la ma yorfa de los casos.como un encanta miento, produciendo una mirada de maravilla, sorpresa, respeto y rev. rencia, pero jam4s una palabra o to de reconocimiento. Hubo una ex cepeién. En el hotel hallé una jo ven, posiblemente de 16 afios de edad, fregando el piso del vestfbu Jo una mafiana temprano. Siguiendo @. método de prueba e investigacién, me situé donde pudiera observar su rostro y dije lentamente: "Ros~a-e Crucis". Se levanté apresuradamen te, quedose erecta y mir&ndome con aquella expresién serena, pero que inspiraba reverencia, - y que desde entonces he visto en el rostro de varias Virgenes Vestales. No pro nuncié una palabra, sino que aguar dé por un signo o palabra de mi par te. Yo.no sabfa qué otra cosa ha cer; ella se agaché lentamente para roseguir su trabajo sin prestarme m4s atencién. Pero de una cosa estaba seguro. El propietario del hotel, un opulen to huésped francés, un visitante de un convento de Parfs, dos choferes de taxi, un conductor de tranvia, dos policias, un vendedor de frutas, un muchacho vendedor de periédicos, una muchacha que fregaba pisos y m chos otros pertenecientes a todas las‘ clases y rangos, conocfan de la Rosae Crucis y, o temfan u bonraban el nombre. . iLa Rosae Crucis to en Parisi * no habfa mer Una mafiana “temprano visité al. Profesor hallando que era el propie tario:de una tienda que se dedicaba tnicamente a la venta de bellas y varas aguas fuertes y fotograffas dé los "monumentos de Francia”, Da ré, lo mejor que pueda, una rela cién fiel de nuestra conversacién en agosto 7, 1909:- ‘gis usted el Profesor "X12" Ha. blé en inglés sin darme. cuenta que lo estaba haciendo a un francés. En verdad, temfa aventurarme en

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