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ÍNDICE

Introducción 3

I Definición de Trastorno por Déficit de Atención (TDA) 4

II Causas que producen el TDA 4

III Características del alumno que padece TDA 6

V Diagnósticos para detectar el TDA 7

IV Tratamiento para el TDA 8

VI Recomendaciones para el manejo del alumno en el aula con TDA 9

Conclusión 12

Bibliografía 14

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Trastorno por Déficit de Atención.

Elaborado por Claudia Bautista Constancio

INTRODUCCIÓN

De lo que trata la presente investigación, es estipular, de una manera simplificada


el concepto de Trastorno por Déficit de Atención y a la vez otorgar
recomendaciones para que el docente cuente con un apoyo, a manera de
herramientas que le facilite llevar a cabo la práctica en el aula.
Puesto que en un salón de clases se tiene que atender a un grupo, en donde
existe una serie de factores que el profesor deberá enfrentar y que a su vez
deberá resolver problemáticas que se susciten, tal es el caso de los niños que
padecen el Trastorno por Déficit de Atención.

Aunque este problema no le corresponde resolver al 100% al docente, este se ve


en la necesidad de tener conocimiento de ello, para así no etiquetar o tachar al
alumno de flojo o niño problema.
Por ende existe la necesidad de canalizar al profesor, para que tenga un amplio
repertorio en cuanto a recursos educativos, y que este pueda resolver dicha
problemática, con el objeto de que apoye a sus alumnos a un mejor aprendizaje.

Es por esta razón, la importancia de tener conocimiento sobre el tema, para no dar
un mal trato al alumno con dicho padecimiento.

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I Definición de Trastorno por Déficit de Atención (TDA)

El trastorno por déficit de atención es la incapacidad para mantener la atención o


concentración en cualquier actividad.

Esta enfermedad implica, una dificultad para mantener y regular la atención, y una
actividad motora excesiva (hiperactividad). Debido a esto las personas con este
padecimiento dedican menos tiempo a las tareas cognitivas.

Además pueden tener un resultado negativo en el proceso de la educación, en la


habilidad motriz y también en la autoestima porque suelen sentirse
incomprendidos e impotentes ante el rechazo que sufren por los demás.

II Causas que producen el TDA.

Este padecimiento, es un desorden orgánico de origen neurobiológico, no se


conoce a ciencia
cierta la causa del
problema, pero las
recientes
investigaciones
indican que es una
alteración en la
producción de
neurotransmisores
inhibidores como lo
son la dopamina y la
noreprinefrina; es
decir, las personas con déficit de atención presentan un mecanismo deficiente de

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los neurotransmisores que definen, inhiben o detienen la transmisión de los
impulsos nerviosos, para evitar que lleguen a la corteza cerebral alta y sean
integrados y con esto percibidos.

Una de las alteraciones se encuentra


relacionada con la reabsorción en la
neurona de los neurotransmisores
liberados en la sinopsis; las personas con
el trastorno por déficit de atención no
reabsorben del todo lo que liberan, de tal
manera que en la siguiente conexión
neuronal hay un exceso de
neurotransmisor sináptico (dopamina) y se
cree que es este exceso de
neurotransmisores en la sinapsis neural,
que nunca se reabsorbe y que constantemente queda en el sistema, lo que
produce la excesiva inquietud, la impulsividad y el movimiento constante.1

Es muy importante destacar que el TDA no es un problema de voluntad o de


manejo disciplinario, sino como ya se dijo es una alteración bioquímica del sistema
nervioso que modifica el funcionamiento de las habilidades intelectuales.

Y por lo tanto un alumno con el trastorno por déficit de


atención, puede presentar dislexia, incapacidad para leer;
disgrafía, incapacidad para escribir; inhabilidad para realizar
cálculos numéricos y una pobre coordinación motora.

Al tener conocimiento de este padecimiento se hace más fácil


el poder resolver este problema, en cuanto al contexto
educativo.

1
Mendoza Estrada, ¿Qué es Trastorno por Déficit de Atención?, pág. 15.

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Por otra parte, la participación activa de los alumnos y la buena comunicación
entre alumno-profesor permitirá conocer de manera más profunda el
comportamiento y desarrollo de cada alumno dentro del aula y así el profesor
podrá identificar al alumno que tenga el TDA.

Por esta razón es preciso que el educando conozca las características de un


alumno con TDA, para que pueda controlar la situación dentro del salón de clases.

III Características del alumno que padece TDA.

El alumno con el trastorno por déficit de atención se caracteriza por lo siguiente:

 Falta de atención.
No puede completar sus tareas, pasan de una actividad
a otra sin terminar alguna.
Se distraen con facilidad ante estímulos sin importancia.
Tienen dificultades para mantener la atención incluso en
los juegos.
A menudo extravían objetos necesarios para las tareas o actividades
(ejercicios escolares, juguetes, lápices, etc.) y son descuidados con sus
cosas.
No pueden organizar sus tareas o actividades.

 Impulsividad.
Hablan en exceso, interrumpen a la persona que
está hablando, no puede esperar su turno,
responde antes de que se termine de formular la
pregunta.

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Están inquietos con las manos o los pies y no pueden estar sentados por
mucho tiempo. Corren o saltan en ocasiones que debieran estar quietos.
Experimentan dificultades para jugar.

 Su comportamiento es imprevisto e inapropiado para su edad.


Se pueden mostrar violentos y agresivos, física y
verbalmente. Con frecuencia mienten y cometen
robos.
Les cuesta seguir instrucciones.
Presentan cambios bruscos de humor, no
aceptan perder.

 La mayoría de estos niños presentan dificultades en


la lectura, escritura y el cálculo.
En la lectura omiten palabras, silabas e incluso
renglones, no comprenden lo que leen.
Tienen dificultad para memorizar y para generalizar
la información adquirida. Su escritura es
desordenada y su ortografía es muy deficiente.

Por estas características es que alumnos con TDA, se les


llega a catalogar como flojos, inquietos o alumnos
problema y en ocasiones el profesor no busca una solución
que le ayude a superar la deficiencia del alumno.

IV Diagnósticos para detectar el TDA.

Estos diagnósticos los debe realizar un especialista en psiquiatría, debe utilizar


una batería de pruebas para lograr un diagnóstico preciso, a continuación se
enumeran los más comunes:

1. Evaluación del Nivel de Desarrollo Intelectual

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2. Evaluación de las Habilidades y Aptitudes en la Atención de una persona
con el objetivo de distinguir a los Hiperactivos de los Inatentos.
3. Evaluación de Niveles de Ansiedad y Estrés, pues los niños bajo estrés
crónico se comportan de forma parecida.
4. Evaluación de Situación Social y Académica.
5. Evaluación de Estilos y Hábitos Educativos de Padres y Educadores.

Por otra parte el médico recurre a otras pruebas, con el fin de confirmar y
determinar el padecimiento (TDA). Las cuáles son las siguientes:

1. Electroencefalograma simple, para detectar la presencia


de focos de epilepsia.
2. Electroencefalograma cuantificado (cartografía).
3. Tomografía (escáner), para detectar posibles tumores.
4. Análisis cromosómico, para descartar otros problemas
neurológicos, como el síndrome de X frágil.

V Tratamiento para el TDA.

La terapia familiar es un factor muy importante en el tratamiento de un niño con


TDA, porque mantiene a los padres informados del padecimiento
del hijo y les muestra maneras de trabajar con sus hijos para
ayudarlos.
Pero también ayuda a mejorar la comunicación dentro de la
familia y resolver problemas que surgen entre los niños o
adolescentes con sus padres en el hogar.

El Tratamiento Psicológico va dirigido a padres, profesores


y niños. Este tratamiento consiste en informar sobre el
TDAH, que estrategias de manejo de la conducta se
deben tomar, que estrategias de comunicación existen y

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como aumentar el propio autocontrol del niño.

El tratamiento farmacológico, tiene como objetivo reducir los síntomas básicos del
trastorno.
En este, se pueden utilizar psicoestimulantes, antidepresivos
o clonidina.
El medicamento que más recetan los doctores para el
tratamiento de este trastorno es el Metilfenidato, que es un
neuro-estimulante. Los estudios científicos avalan su eficacia
y seguridad. Suele ser un tratamiento de larga duración que,
en la mayoría de los casos, si está bien pautado, facilita el
correcto desarrollo intelectual y mejora la intervención social familiar.

Los efectos secundarios de un estimulante que suelen presentarse


frecuentemente son: nerviosismo, insomnio, dismi-
nución del apetito. Aunque con menor frecuencia,
también pueden presentarse cefaleas, dolor abdomi-
nal, sequedad de boca, taquicardia o pérdida de
peso.

Estos efectos secundarios suelen presentarse en el


inicio del tratamiento y desaparecer espontáneamente al poco tiempo de su uso,
pero no siempre es así.

La psicopedagogía tiene por objetivo mejorar el desempeño académico del niño,


mejorando la conducta ante las tareas que le son asignadas, mejorando también
la motivación ante el estudio, y por ultimo poner un hábito de estudio al niño que
no lo tiene.

Según la asociación americana de Psiquiatría considera que entre un 3% y 7% de


los niños en edad escolar son más propensos que las niñas a padecer el trastorno
y el porcentaje de niños que reciben medicamentos va de un 32% a un78%.

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Es por eso que este trastorno se ha convertido en una de las mayores
preocupaciones para los profesores y los padres de familia, quienes intentan día
con día entender más y buscar estrategias que permitan un adecuado desarrollo y
adaptación a la sociedad, porque en la edad escolar es cuando el trastorno incide
con mayor gravedad, coincidiendo con las demandas sociales de estar sentado,
atender, obedecer, controlar conductas motores e impulsivas, cooperar, organizar
las acciones y seguir instrucciones.

VI Recomendaciones para el manejo del alumno en el aula con TDA.

Es por ello que para enfrentar este problema es necesario que el docente
considere lo siguiente:

Ante todo, el docente debe estar seguro de que lo


que está enfrentando es realmente tener en el
grupo a un alumno con el trastorno.
Definitivamente, no le toca a los maestros hacer el diagnóstico de TDA,
pero puede y debe hacerse preguntas, específicamente, de que alguien
haya examinado la visión y la audición del alumno recientemente, y
asegúrese de que otros problemas médicos hayan sido descartados. La
responsabilidad por todo esto es de los padres, no del maestro, pero éste
puede enriquecer el proceso de recuperación.

El docente debe estar muy atento ante una situación de esta índole, debe
solicitar la ayuda de profesionales y trabajar en unidad con la familia.

El alumno con este padecimiento, puede


funcionar adecuadamente si se le coloca en un aula con
pocos alumnos, en donde exista una constante
comunicación entre la familia, la escuela y el

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especialista.

El docente debe comprender el problema


del alumno, deberá ser un buen observador y
colaborador, prestando atención a los avances del
alumno y mantener informado a los padres de
familia sobre las actividades escolares.

Sentar al alumno en un lugar adecuado, con compañeros tranquilos, lejos


de estímulos que lo distraigan o cerca del docente.

Estimularlo ante los logros por más pequeños que parezcan, para elevar su
autoestima.

Alternar el trabajo con otras actividades que le


permitan desplazarse.

Darle más tiempo en las actividades escritas, indicarle cuando se está


equivocando, evitar insistir en lo que está mal.

El docente debe dar una sola instrucción siendo lo más precisa y concisa
en el momento de la actividad.

Enseñar al alumno a controlar sus impulsos


emocionales y a que determine la consecuencia de sus actos.

Se le debe enseñar a realizar rutinas, como por


ejemplo que guarde sus cosas, que adquiera hábitos de higiene, etc.

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El docente debe estar bien informado sobre este padecimiento, para lograr
un buen manejo en el aula.

Establecer límites. Esto es una forma de contener y soltar sin castigar. Se


debe hacer de forma consistente, predecible, oportuna y planificada.

Eliminar o reducir la frecuencia de las


pruebas o evaluaciones con límites de
tiempo. Ya que no permiten que los
alumnos con este padecimiento
demuestren lo que realmente saben.

Permitirle al alumno la salida del salón por un momento, dividir las


actividades largas en cortas para que el alumno no se distraiga o deje
inconclusa la actividad.

Dividir las actividades largas en varias actividades cortas. Esta es una de


las técnicas cruciales entre todas las técnicas de enseñanza para alumnos
con TDA. Las actividades largas rápidamente agotan al alumno y él tendrá
una respuesta emocional: "yo nunca seré capaz de hacer esto". Dividiendo
el trabajo en partes más manejables, el alumno puede dejar de lado la
sensación de estar agotado.

La clase debe ser dinámica, se les debe enseñar a los alumnos técnicas de
aprendizaje ya que se les dificulta la memorización.

El ejercicio es una buena opción para gastar


el exceso de energía, ayuda a enfocar la
atención, estimula ciertas hormonas y
neurotransmisores que son beneficiosos en
estos casos, y es divertido para ellos.

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El docente debe estar atento a los momentos de excelencia. Puesto que
este tipo de alumnos están llenos de creatividad, juegos, espontaneidad,
etc.

Estas técnicas deberán ser aplicadas con


continuidad y constancia. Las personas que rodean al
alumno deberán ser modelos honorables, ya que el
copia constantemente lo que ve en las otras personas.

En la aplicación de castigos, deberán ser


proporcionales a lo que haya hecho diciéndole el
motivo por el cual ha sido castigado. Siempre se deberá cumplir el castigo o
el premio que se le ha prometido al alumno con TDA.

Conclusión

Los niños que sufren TDA no deben ser sacados de la escuela, porque esto tiene
un efecto contraproducente: no se les debe tratar como si fueran personas
especiales.

Por lo tanto, deben seguir estudiando en la escuela que acostumbran, pero el


docente debe tener en cuenta que tiene bajo su responsabilidad un estudiante con
el trastorno y de esta forma establecer estrategias que ayuden al alumno a ser
bueno en los estudios.

El consejo principal es que las aulas cuenten con


un alto nivel de organización y las reglas deben ser
claras y consistentes. En cuanto a la clase, se debe
dar en lugares preferiblemente cerrados para que
no haya distracciones, las reglas deben estar a la
vista y situar al niño en un asiento cerca de
estudiantes que le puedan dar un ejemplo positivo a seguir.
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Los descansos frecuentes son recomendados, se debe entrenar a los alumnos
para que reconozcan cuándo es el tiempo para trabajar y es bueno usar técnicas
distintas para llamar la atención de la clase.

También se puede establecer una señal secreta entre el profesor y el alumno para
avisarle que se está desviando de la tarea o la clase.

Sobre el cumplimiento del programa de estudio, el maestro debería disminuir la


cantidad de tareas o modificarlas, permitiendo al alumno más tiempo para
completar los trabajos o exámenes, combinar las tareas de alto interés con las que
tienen menor interés y alternar las actividades para evitar el aburrimiento de estar
sentado en la butaca.

Otra estrategia es crear asociaciones para el aprendizaje en las que un estudiante


tranquilo o avanzado tenga de pareja a un niño que sufre de este trastorno para
ayudarlo en el aprendizaje de nuevos conceptos o para practicar conocimientos
adquiridos anteriormente.

Por último es importante no hacerle preguntas cuando esté 'distraído', sino más
bien preguntarle cuando preste atención: esto ayudará a no avergonzarlo y
aumentará su autoestima.

Bibliografía.

1. Elías Cuadros, Yolanda. Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.


Ed. Trillas, 2005.

2. Mendoza Estrada, María Teresa. ¿Qué es el trastorno por déficit de


atención? Ed. Trillas, 2003.

3. www.surcultural.info/.

4. www.somosmedicina.com

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