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CET) -TSRAEL Joseph Hodara TIES een ew a) Coordinacién de Humanidades Primera edicin, 1986 Universidad Nacional Auténoma de México Ciudad Universitaria, 4510 Mexico, DF. Coordinacion de Humanidades ISBN 968-837-654. Impreso en Mexico Graxpes Texpencis Pottricas ConTEMpoRANEAS Consejo Editorial Jorge Carpizo Federico Reyes Heroles Diego Valades José Francisco Ruiz Massieu ‘Arnaldo Cérdova Rodolfo Stavenhagen José Luis Reyna Tacobo Casillas jador de la Coleccidn: Marcos Kaplan Universidad Nacional Auténoma de México Rector Jonge Carpizo {Secretar General: Jose Narro Robles | Seretrio General Administarv: Jose Manuel Covarrubis | Secretaria de Recto: ‘Cation Barros Horcastas | Abogado General Eduardo Andrade Sanchez Coordinador de Humanidader: Federico Reyes Heroles A. Antecedentes ELS de mayo de 1948 e! proceso de la revolucién sionista cristalizé uno de sus designios fundamentales: el levantamiento de un Estado inde- endiente debidamente reconocido por las Naciones Unidas:Se habla de un proceso pues la autonomia plena del Estado fue precedida por ‘iis de medio siglo de empeios diplomaticos, ideol6gicos, econémicos e institucionales, primero en el marco del Imperio Otomano y luego en el seno de la competencia interimperial de franceses e ingleses que pretendian adueniarse del Cercano (adjetivo que proviene de la proxi- midad relativa a Europa) Oriente. Hacia 1948, la poblacién israeli contaba con 650 000 miembros; pe- 0 a principios del siglo apenas llegaba a 50 000. Constantes corrien- tes migratorias oriundas de Europa oriental y central construyeron las bbases econdmicas ¢ institucionales de una colectividad politica que pre- tendia edificar “un nuevo pais", bajo “un nuevo cielo”, con un “nuevo. hombre”. La utopia social acompané con diversos matices al sionis- ‘mo, que desde 1897 —fecha del Primer Congreso Sionista reunido en Basilea, Suiza— fue concebido como un movimiento de liberacién y de redefinicién del judio moderno, cuya existencia se habia tornado pro- blematica al irrumpir en Europa nacionalismos excluyentes, ademés de un antisemitismo social que impregné la participacién diversifica- da de los judios en campos institucionales y econémicos importantes de Ia vida europea. ‘Tres circunstancias complejas coincidieron en el inicio y en la tra yeetoria del sionismo, y continuaron influyendo aun después de la in- dependencia politica. La primera se refiere al cardcter nacional de la religin judi; la segunda alude a la apertura de la sociedad judia euro- pea a través del socionacionalismo liberal y del capitalismo meritocré 3 tico: y la tercera toca la indole de la lucha anti-imperialista que los israclies libraron contra turcos, ingleses y franceses sin menoscabo de la resistencia activa que revelaron contra el nazismo. Veamos cada t6- pico por separado, a) Cardcter nacional de la religién judia La religién judia es una de las primeras versiones monoteistas que se ‘conocen. Pero en contraste con el cristianismo y el Islam que tomaron ‘caracteres transnacionales, en el judaismo se presenta una coexisten- ‘cia entre orientaciones universales y un particularismo étnico. Esta co- wwe con muy poca frecuencia tuvo un caricter proselitista y militante; tendi6 mas bien a constrefiirse a sus miembros natos acep- tando conversos si pasaban una serie de rituales complejos. Este pai ticularismo se acentué al tomar impulso la dispersion geografica (0 Didspora) de los judios al perder éstos la autonomia politica con la des- ‘truccién del Segundo Templo (aft 70 d.C.) y la conquista de Jerusalén por los romanos, El Antiguo Testamento, primero, y la literatura talmadica, después, se convirtieron en la ‘patria portatil” de los judios, en el equivalente funcional y simbélica del Estado perdido. Estos escritos, leidos y rein- terpretados con veneracién sagrada, dieron respuesta a todos los pro- blemas del pueblo disperso y le otorgaron una identidad colectiva cconsistente a pesar de la fragmentacién politica y de los desplazamien- ‘tos geogréficos. Componente principal de esta identidad fue la aspira- ccién obstinada al Retorno, es decir, el regreso a la Tierra Prometida ‘en los tiempos y con los medios que la Divinidad dispusiera. Esta acti tud entrafiaba un determinismo teolégico pues dejaba en manos de Dios, ‘0 de su reconocido Enviado (el Mesias), la tarea del reeneuentro y de la reconstruccién nacionales. Esta configuracién colectiva persistié casi dos mil aftos, y tuvo cen- tos hegeménicos sucesivos en Babilonia, en Espana, en Europa orien- tal y central y, en la segunda mitad del siglo x1x, en Estados Unidos. Agrupaciones periféricas sobrevivieron en casi todos los rincones del ‘mundo, ajustandose a las condiciones locales y a las restricciones que las autoridades les impusieron, Asi, en la civilizacién feudal y cristia- 1a, los judios no podian comprar tierras ni dedicarse a la agricultura; s6io algunos fueron consejeros o médicos de la aristocracia dominan- te, La mayoria debié dedicarse a tareas intermediarias (pequetio co- mercio y servicios financieros) que no merecian el aprecio social de esa civilizacién. Desde la éptica cristiana, la posicién vulnerable y vulne- rada de los judios constitufa una evidencia empirica de que Dios los habia abandonado definitivamente. A pesar dela dispersion y de los apremios ambientales, los judios constituyeron marcos sociales relativamente similares, com tna satin tficaién propia ormada tanto por la riguera individual como pore conocimiento de las Excrturas, Como otras minorias del munde few dal gran de independence juris querllas negara suclas con codigos particulares que se fundaban en la exegesls de prescripcionsbibieaytalmilias. Esta autonomla les permito ute obernarsey preservar la esperanza teologen del Retoreo que sete teraba en los ezos y en las Indagacionesfilosicas Antes de gue el nacionalismo burgues se instituctonalizaa en Europa al inicio del elo xm, los judios preservaron la particularida einen carcetnde embargo, d'un terior defini y dene Sdentdad poliea indepen b) La reaccién al antisemitismo moderno La revolucién protestantee industrial introdujo mutaciones en la ine sercion de los juios en la sociedad europea, De un lado se beneficin ron indirectaimente de la igualdad de derechos profesads por el racionalismo liberal y por la apertura amplia de mercado ychudades Ia sociedad tradicional y eerrada que habia contenido als judioe nk cla asi un proceso de fagmentacion interna, Pore otros judioe auc aprovecharon las nuevas oportunidadestuvieron la posibildad des milarseal medio europco adguiriendo una profesiono actividad sntes Feservada a la mayorta cristina Pero esta expansion tuvo efectos paradjicos:seculariz6 cl odio al {dio de modo que éste ue rechazado en algunos pases (como Resta © Francia) con argumentos mas sociales que teologicon, I otros (os smo Inglaterra, Holanda incluso Alemania) se permits plens ad tacion al medio como ciudadano Ive de na libre sociedad La biogetia de Carlos Mars iustra claramente este ambivalente proceve Alingresar de llenoa la sociedad europea, algunos judios entendie: ron —especialmente en Europa oriental que debian abandonar sa 108 de su particulardad colctva sin poser garantias de que to sean solocadosopersepuies pore entoro Los ideale nacionaie. tas que forjaron una nueva historiogratiay dispensaronlegitimided alla restruturacion dels Estado, imprestonaronsivamenee gstos krupos que rehusaron perder la identidad ancestral. Los precursoree de sinismo moderno(Kalishet,Alkalay) fueron rubinop gue vshane braron el Retorno, por designio humano, como una mangrs de Yecons truir la nacionalidad judia en Palestina, conforme als efnoncspolitces de la sociedad europea y al trasfondo biblic. ‘Bien pronto se foro una generacion nica, reacia alas tradicions, 5 mas ansiosa de imitar a os nacioalismos apasionados de Europa, La fe dl etomo ecient cltralyplcameneaunaue s tg apuntando hacia el Orient. Los idedlogos del Fon saul la posbildad de tender pucntesculturale y de trabajar un ener desintesisentre la modernidad occidental las condiciones re Segndas dela Palestina de entonces. Por aadidura el Retornotendria “itavanpado contenido social igualitrio pues procuraba crear un nuevo tipo de judo, que habria sido distorsionado y socialmente afeado por lap condiciones asfixantes de Ia Didspora Asansol anarglstarpermearonl sini mo derno'y estamparon un sllo singular la reeonstruccion socioeconé- thica, Eas primeras ola deinmigrantes (en 1881-1882 y en 1902-1914) qeldedicarenafanosamente ala agricultra, yas paraconstituiruna Sociedad sana" "desde abajo como querian los fisioratas, ya sea para reencontrarge con la naturalez, como pediaTolsol. La aspira- cidn final de estos grupos era construir una soot pol eicanenta ine Gcpendiente ysocalmenteequitaiva, Las lachas de la scialdemocracia fuzay, ms tarde la Revolucion Bolcheviqe, tuviron también ascen diene en esta confluencia de proyectos de reconstruccion colectva, ©) El sionismo maniobra entre los imperialismos Estas intenciones no fueron alteradas ni por el cambio de cardcter de [as conientes migratorias (mds cereanas al iberaismo burgue) ni por Ia realtenee activa del inipientenacionalismo arabe, po la tervenciones del imperalismo brtdnico. Desde los iicios de ln colo- tizsclon agrcsl, los eres del “Estado en marcha” —tanto en la Falcstina como as asableas de organismos sonatas ubcados en Europes sdoptaron une atitud compulsivamente activa ala par que deciloncsdiplomilicase institucional lexibes, con el propesito de mantener azos de negociacin con terceros hostile, As, as autorda- {es lrnclicsyjudiascolaboraron politic y iltarmente con el Impe Ho. Brianico durante la Primera, Guerra. Mundial, y- fueron ‘ompensatas por una equivora Carta de Intenclones(conocida co: tho Declaracion Balfour) publicada en 1917. En ese documento ol In perio prometia brindar apoyo. al estableciminto. de un “hogar Racional™ Al mismo tempo, los ingles deron promesas similares a {iferenes corientesabesyforzaron la fundaci de Jordanian 192, sin perder de vista los intereses ingleses en Egipto, Sudan y Arabia Sau: {ita En la década delos trent, Inglaterra acentud su hostilidad con tra el movimiento sionsta, obstaculizando principalmente la liegada {ie inmigrantes que escapaban de Europa, ensombrecida por el nais: mo, Caleulaba ets pals quede este modo podia apaciguaralos drabes 6 yy tenerlos como aliados en el inminente choque con Alemania. Los is raelies decidieron, conforme a la formula de Ben Gurién, “luchar con- tra Inglaterra como si el nazismo no existiera, y contra el nazismo, como si Inglaterra no fuera hostil”. Esta aparente ambigiiedad obligé a la poblacién israeli a combatir en varios frentes simulténeamente, y el ‘movimiento sionista conocis divisiones internas porque sus miembros pusieron énfasis desigual a cada uno de los objetivos de la lucha. Do- ‘miné la tendencia de Ben Gurién, que consistia en seguir colaborando con los britanicos mediante unidades militares y paramilitares propias (la Hagana), que asi recogieron experiencia para encarar més tarde el encono briténico y la invasion arabe, Esta estrategia combinada de lucha anti-imperial y de colocacién de bases para un Estado auténome contiene lecciones para paises que podrian encontrarse ante dilemas similares y puede enriquecer el and: lisis comparativo de los procesos de liberacién nacional. B. La dialéctica de las guerras El mismo dia de la Declaracién de la Independencia (15 de mayo de 1948), Tel Aviv fue bombardeada por la aviacion egipcia, Seis paises rabes mas unieron contingentes para destruir al flamante Estado, que parecia marcadamente vulnerable por la ausencia de recursos, de un ‘eército ordenado y de un esquema coherente de gobierno. La lucha san- grienta duré casi dos afos, silenciada por treguas transitorias y por la intermediacion de funcionarios —Folke Bernadotte y Ralph Bunche— de las Naciones Unidas, quienes ansiaban detener la contiends con ba- seen la decisién del 29 de noviembre de 1947, tomada en el or anismo ‘mundial. Israel sufrié por la suerte de 5 000 ciudadanos —en re muer- tos y heridos—, porcentaje apreciable para una poblacion qe apenas superaba el medio millén. Sin embargo, no sélo el Estado de Israel re- sistié la agresién concertada sino que amplié las fronteras orig nales imprimiendo unidad geografica a un territorio que se extendia en 20.000 kil6metros cuadrados. En 1949 y 1950, Israel firmé acuerdos de armis- ticio con Siria y Jordania en la isla de Rodas, sin que estos paises acep- taran la legitimidad de Israel como entidad independiente. La fronja ‘occidental y parte de Jerusalén quedaron bajo dominio jordano, . el limite con el Libano se convino en Rosh Hanikra. Este desequilibrio militar se ha mantenido hasta hoy con diferen- tes matices ¢ intensidad. Desde 1948 Israel y algunos paises arabes li braron cinco guerras de envergadura, con escaramuzas y ataques fronterizos persistentes. Este ciclo bélico hace pensar a muchos israe- lies y arabes que en el fondo se trata de una constante batalla, en la que dos nacionalismos —con sus respectivos intereses geopoliticos— 7 ‘se enfrentan activamente. Sélo en 1979, Israel y Egipto convinieron en firmar un Acuerdo de Paz (de Campo David) por el cual el primero ce- di los territorios del Sinai que habia conquistado en 1966, y el segun- do reconocia la existencia juridica e internacional de Isiael y ponia bases a una cooperacién bilateral en diferentes temas. a) El-costo de las guerras Es muy dificil estimar el volumen de las cargas economicas y sociales {que Israel se autoimpuso con el objeto de garantizar su existencia en 1un entorno hostil, La Guerra de Independencia le cost6 500 millones de délares, ademés de los recursos humanos y materiales perdidos. En 1949 se consolide el Ejército de Defensa de Israel (Tsahal), despues de que Ben Guirién —primer ministro de Israel— lograra la unidad de Cuerpos militares y paramilitares dispersos. Este lider articulé a las, tunidades escindidas ideolégicamente bajo la tutela dominante y unil cadora del Estado, No fue tarea facil. Antes de la creacion del Estado, ‘cada corriente politica habia establecido cuerpos auténomos de defensa que alimentaban una estrategia particular respecto a arabes y britani- cos, Ben Gurién impuso su autoridad, con la ayuda de los recursos le gitimos que emanaban de su investidura, con el fin de construir un ejército unico, duefio de una estrategia compartida y coherente. El gasto militar ascendié rapidamente hasta consumir més de un tercio del presupuesto nacional. Este porcentaje no tenia ni tiene pa- ralelo en otros paises, y fue financiado al principio con gravosas car gas fiscales y con el auxilio de los judfos que vivian fuera de Israel. ‘Ademas de este costo directo, hay que considerar que cada joven de 18424 afos sirve en elejéreito de dos a tres aos, incluyendo mujeres. Por afiadidura, cada ciudadano debe prestar servicio hasta los 55 afios de edad, en la unidad donde esta inserto. Este caudal de recursos hu ‘manos lesiona severamente al mercado de trabajo y apareja tensiones psicologicas a la poblacién, Sin embargo, existe la conviccion genera: lizada de que el hostigamiento externo no ofrece alternativas. "Adviertase que las reservas constituyen Ia médula del empefio de- fensivo israeli, pues las fuerzas regulares cuentan con 70 000 efectivos ‘mientras que en 48 horas Israel puede poner en pie de guerra a unos 400 000 soldados. Esta estructura demografica del contingente militar involucra por Jo menos dos aspectos: i) la movilizacién répida y discreta de las fuer~ as; ii) el caracter popular —casi de milicia altaménte tecnificada— dei ejército, de modo que ninguna iniciativa defensiva u ofensiva puede em- prenderse si no goza del apoyo voluntario de la mayoria de la poblacién. b) Las implicaciones sociales Las autoridades isracliessupieron aprovechar la formacién de un ejér citoétnicament diferenciado ~consttuido por inmigranteslegadoa de setenta paises en una palanca de cohesion social, En los argos aos de servicio los fovenes experimentaron un proceso de resocal: zacién o de reducacion, de modo que asimilaron no sélo un idioma Comin et hebreo) sino earacterstcas sociales y cultrales compart das, Porlo demas, los apremios de la constantehostilidad arabe fora lecieron el sentido de comunidad ¢ imprimieron a los diferendos ideoldgios ¥ politicos una magnitud menor Desde otro punto de vistanelapreciable gasto militar —que jams dj de ascenderindependieniemsente de astuacion economia local postergo la solucion de problemas sociales derivados de ln diversidad deca ar pro inmigrteny amen a cara ical versos sectores en desmesiro de a actividad empresarialy de la pro. ductividad. i i cee Convieneanadir quel prolongado enfrentamiento con el mundo éra- be ha contrbuid, en especial desde 1977, a una "derechizacion” de la cultura polities, que se raduce en formulas militantesy agresivas para resolver esta hostilided. La poblacion esta emitiendo signos de Aesesperacion yftign despues de asi cuarenta sls de choques cons tantes, este descontento se pone de manifesto en las urnas en un pas ae fa garda celsnmente las radiciones ya istic dom ©) Las implicaciones estratégicas Israel triunfo en todos los encuentros militares, incluso cuando fue ata- cado por sorpresa en 1973 (Yom Kipur). Antes de la devolucién pacifi- «ca dei Sinai, Israel contaba con 100 000 kilémetros cuadrados. El area se redujo ahora a 35 000 kilémetros, pues el Goldin, la Franja Occiden- tal y parte de Gaza se encuentran atin bajo su control, Estas expansiones territoriales han creado un severo problema de- ‘mografico, puesto que 1 300 000 arabes residen en este espacio mos- trando expresiones reiteradas de rebelién y poniendo en jaque la identidad judia del Estado. A pesar de que Israel mantiene relaciones cordiales —o al menos correctas— con las minorias cristianas y con los arabes israelfes que son ciudadanos del Estado, este inquieto con- glomerado palestino —repetidamente incitado por fuerzas externas— constituye un problema estratégico de perceptibles repercusiones. El cespectro politico isracli esta severamente dividido por las formas de reaccionar de este conglomerado. Ademés, la poblacién de las areas 9 conquistadas trabaja en ocupaciones (construccién, servicios) que los judios han abandonado al subir el ingreso personal y las expectativas ‘de avance social. La insercién de la fuerza arabe de trabajo, en circuns tancias de encono nacionalista, gesta tensiones en una esfera institu: ccional (el trabajo fisico) que tiene importancia ideologica en el credo sionista socialista, En todo caso, esta incorporacién acrectenta la fra gilidad y la incertidumbre del aparato productivo israeli y no se vis lumbran soluciones en el corto plazo. En contrapunto con este problema geoeconémico, el ciclo de gue- ras intermitentes ha tenido dos efectos que se consideran en general positivos: i) el levantamiento de industrias muy avanzadas, intensivas cen ciencia y tecnologia, que desemperian funciones militares y civiles a la vez; fi) la integracién internacional y competitiva de la industria israelt Con respecto al primer asunto cabe sefialar que Israel se vio forza da a crear y diversificar una infraestructura cientifica y tecnolégica ‘que cuenta con mas de 30 000 investigadores, en una poblacién que ape- has Ilega a los cuatro millones, Se ha dicho que este pais constituye tuna “eludadela tecnolégica”, pues ha incursionado en ramas industria- les y agricolas muy sofisticadas creando encadenarnientos productivos que propician el crecimiento sostenido. Es muy probable que su dota- cién de factores tecnolégicos supere al de cualquier pais europeo de medianas proporciones (Bélgica, Suecia, Noruega), y en varios secto- res —especialmente los derivados de la electrénica y de la ingenieria médica— puede competir con centros industriales como Francia, Gran Bretafa y Japon. En una palabra, Israel ha extraido provecho econd- mico de la situacién conflictiva con los arabes, al suplir con calidad la masa apreciable del enemigo. El segundo punto sigue del primero. A pesar de que, por un lado, este pais debié consagrar sus mejores talentos y recursos a activida des militares, y de que, por el otro, el abultado gasto militar trajo dis torsiones fiscales, en los precios y en la asignacion de disponibilidades, las pautas de crecimiento —como se ver mas adelante— apuntaron a la integracion econ6mica en los circuitos del comercio internacional; no se fomenté una industrializacién “hacia adentro” indiscriminada; el Estado otorgé incentivos proteccionistas selectos y por breves pe riodos a fin de preparar a los empresarios piblicos y privados a la com- petencia en las economfas de libre mercado, Esta tendencia “aperturista” de la economia israelf es una constan: te, y en este sentido se asemeja a paises europegs. La ascendente ayu- da norteamericana —militar y civil— se tradujo en proyectos de inversion en ramas tecnologicamente dindmicas. Como resultado de esta tendencia, las exportaciones militares, paramilitares y actividades co- nexas se clevaron marcadamente hasta superar los tres mil millones 10 de dolares al afto; estas ventas se dirigieron a mercados de variada es- tructura, desde los mas adelantados hasta los de paises de bajo ingre- so. En paralelo, se incrementaron las exportaciones industriales hasta frisar, en los ochemta, los cinco mil millones de délares. Estos ingresos le permiten tolerara Israel una apreciable deuda externa de 25 mil mi- Ilones de dolares, una de las mas altas del mundo por habitante (algo mas de 6 000 d6lares per eépita) La industrializacion y la militarizacién aceleradas del aparato pro- ductivo y de los recursos cientificos y técnicos del pais le ha permitido a Israel considerar la posibilidad de contribuir tecnolégicamente a la “guerra de las galaxias”, ambicioso proyecto tecnoindustrial que, si crtistaliza, habra de disparar un nuevo encadenamiento de innovaciones, La incorporacién critica a este magno proyecto le facilitaré no s6lo seguir fabricando sus propios aviones y tanques y revolucionando las técnicas de la medicina, de la biotecnologia y de la microelectrénica, sino que le asegurara tna buena dosis de viabilidad estructural en el largo plazo, a pesar desu pequetotamato y de la escasez perceptible le recursos naturales, ‘Como en el pasado, durante el periodo del "Estado en marcha”, los lideres israeties han sabido encontrar margenes de maniobra entre los nichos o intersticios de los sistemas imperiales. Jamas han vivido la “dependencia externa” como una debilidad fatal o con fatalismo, sino que, sacando partido de ella, han enunciado un proyecto nacional in- dependiente. Tal objetivo lo han logrado a través de una diversifica- ion intensa de los nexos externos y de su discernimiento claro de las tendencias mundiales que gravitan en los grandes centros de poder. C. Entre la cohesion y el desmembramiento sociales En el lapso previo al Estado, la poblacién israeli era relativamente ho- ‘mogénea. Aunque separada por bruscas fricciones ideologicas, poseia una plataforma comtin de valores que se traducia en el renacimiento del hebreo como idioma comin de la nueva cultura nacional, en una firme vocacién democrética, en un ejemplar pragmatismo, y en el de io de extraer lo mejor del Occidente sin lastimar la identidad co- lectiva judia. Estas coincidencias explican en apreciable medida por {qué los lideres “pre-estatales” (del Ishuv) pudieron establecer una dis ciplina social, sobre fundamentos completamente voluntarios, sin re- currir a la ‘violencia legitima” que monopoliza el Estado moderno. Gracias a esta disciplina, se establecié en 1920 la Confederacién Gene- ral de Trabajadores (Histadrut), se institucionaliz6 la educacién en to- dos sus niveles y formas sociales de convivencia y produccién (el Kibutz, ny el Moshav), y se motivé a los jovenes a plegarse al ejército britanico ‘que se habia embarcado en la lucha contra el nazismo, Aloriginarse el Estado, las discrepancias internas paradéjicamen- te crecieron. El voluntarismo fue desplazado en grado creciente por acicates gubernamentales; la expresién de fricciones se hizo mas os- tensible a través de los canales parlamentarios, pero jamas se presen taron manifestaciones de violencia interna. Delicados equilibrios de fuerza se mantuvieron firmemente, La fisonomia social e institucional del pais empez6 a cambiar con las migraciones masivas. Ya en 1948 llegaron al pais 100 000 personas, {que bien pronto se convirtieron en ciudadanos plenos en virtud de la Ley del Retorno promulgada en julio de 1950. Conforme a esta ley, to- do inmigrante judio se convierte automaticamente en ciudadano isracli al arribar al pais, y puede votar después de seis meses de estancia, Al ao siguiente, las llegadas se duplicaron. Los judios venfan especial- ‘mente de los campamentos de sobrevivientes y desplazados, que se ha- bian levantado en Europa después de la guerra. Hasta 1952, el namero pasa de medio millén; los inmigrantes vienen especialmente de patses ‘musulmanes que los expulsan después de la derrota imprevisible que padecieron en 1949. La expansin demogratica rapida —los habitan- {es se duplicaron en menos de tres aios— incubé problemas dificiles, algunos de caracter coyuntural (como presiones en los mercados de tra: bajo y de vivienda), y otros estructurales como el tipo adecuado de tegracion social. a) Los apremios coyunturales Para resolver la escasez de habitacién, los nuevos inmigrantes fueron instalados en campamentos de transicién (mahavaroi) que estaban do- tados con tiendas de campafa y con servicios elementales de agua y electricidad. Los nifios fueron atendidos por maestros que convivian con ellos o se trasladaban diariamente a esos campamentos, Los j6ve- nes se enlistaron en el ejército, y la poblacién adulta fue acogida por servicios gubernamentales y voluntarios de ayuda social, ‘Mas compleja fue la ausencia de oportunidades de trabajo en una ‘economia poco diversificada. Los inmigrantes, ademas, no tenian pre- paracién adecuada. Con base en un creciente gasto piiblico, el desem- pleo se alivio con medios keynesianos: ofrecimiento de labores superfluas, construccién y apertura de caminos.no siempre indispen- sables, con el objeto de implantar habitos de trabajo y de enriquecer la demanda monetaria, El financiamiento publico de estas acciones y Ia asimilacién i gral de los inmigrantes se vieron favorecidos por diferentes conduc. 12 tos: la obtencién de un préstamo de 100 millones de délares del Banco Norteamericano de Exportaciones e Importaciones (1949); i) el apro- vechamiento de la ayuda proveniente del punto 4 del Plan Truman; ii) la emision de bonos gubernamentales (1950); #v) la aceptacion de “re- paraciones” de Alemania occidental por un monto de 715 millones de délares (septiembre de 1952). A todos estos medios hay que afiadir el propio movimiento ascen- dente de la economia, que con rapidez inusitada no sélo reparé los da- fos de la guerra sino que puso bases a un dinamico patron de crecimiento. ‘Asi, en un periodo de 10 afios fueron resueltas considerablemente las obstrucciones y presignes emanadas de la inmigracién masiva, Por supuesto, se produjeron expresiones de protesta y de impaciencia so. cial; en un caso (Wadi Salib, 1957) los inmigrantes que no encontraban empleo y vivienda satisfactorios salieron a la calle enfrentandose con la policia. Pero el sistema politico israeli tuvo la facultad de ventilar inteligentemente eos conflictos mientras que la dindmica econémica trafa un volumen creciente de empleos. by Las modalidades de integracién Desde la Iegada de los nuevos inmigrantes (1949-1952) se verificé en los cireulos gubernamentaies y universitarios una encendida discusién sobre dos temas: i) la seleccion de los inmigrantes; ii) el cardcter y las orientaciones de la absorcién. El primer t6pico se despejé répidamente. Algunos politicos y exper: tos argumentaron que el pais no podia permitirse la recepcién de un torrente migratorio indiscriminado; que era preciso clasificarlo y do- sificarlo conforme a edad, estado de salud, capacidad de trabajo y otros criterios selectivos. Una segunda postura profesaba que el Estado se habia establecido para aceplar a cualquier judio de toda condicién; que limitar el ingreso significaba burlar la Ley del Retorno, y que una mi- gracion selecta ponia en jaque la legitimidad politica y simbélica del Estado, Esta segunda actitud se impuso. Sanos y enfermos, nifios y an- cianos, analfabetos y lisiados: todos fueron recibidos en igualdad de condiciones. En términos financieros, fue un extravio; politicamente, un acto sabio © historicamente justificado. Documentos. recientemente publicados indican que Ben Gurién decidié este giro de la controversia, oponiéndose tenazmente a los que reclamaban la selectividad. La segunda cuestion fue mucho mas compleja. Retrospectivamente es posible deslindar dos escuelas de pensamiento en torno a la pauta de integracién social de los recién legados. Una puede denominarse la “oceidentalizacién gradual” y la otra, el “pluralismo cultural”. En 13, los discursos de politicos y expertos, la ltima tendencia parecia do- minante. Se preconizaba que cada comunidad migrante tenia una iden- tidad singular que debia ser respetada; que Israel deberia ser “el crisol de las diésporas”; que debia gestarse una solidaridad fundada en seg ‘mentos heterogéneos, unidos por Ia religin judfa, el hebreo, el servi cio militar y Ia simbologia nacional. ero en los hechos se desenvolvié una realidad discrepante. Proce: 805 objetivos y modelos dominantes de imitacion social llevaron a una ‘occidentalizacién superficial, congruente con la cultura politica de los lideres del Estado y con los imperatives del desenvolvimiento eco- Por ejemplo, la familia patriarcal y ampliada, rasgo prevaleciente de los judios oriundos del mundo musulman, se vio socialmente agre- dida por la ruptura que significaba el servicio militar, por el aprendi- zaje rapido del hebreo por parte de jovenes y nifios, que tendieron a perder respeto a los padres culturalmente marginados, y por la secu larizacién creciente de actitudes, conductas y expectativas. Politicamente, los grupos migratorios se dispersaron entre los par- tidos existentes, desvaneciendo la fuerza que, unidos, pudieron alcan: zar. Carecieron de facultad convincente de presién. Sacrificaron la identidad original para obtener alguna oportunidad en las estructuras existentes. Cada partido los coopto, borrando los tazos primarios. Esta occidentalizacion gradual y benevolente parecié exitosa en los afios cincuenta y sesenta, Los inmigramtes experimentaron un proceso de aculturacién que los acercaba a los simbolos y comportamientos de Europa y de Estados Unidos, adquiriendo por afiadidura los trazos de dentidad israeli. El desarrollo politico seguia por cauces democrati- cos sin interferencia alguna; el avance econémico no parecia caer en tun dualismo tecnologico intolerable, y el nacionalismo israeli conju- gaba con equilibrio los elementos religiosos con los seculares, El panorama social empieza a cambiar en los setenta, cuando enun- iados publicos de discriminacion social y cultural se ponen de re- lieve. La integracién de los inmigrantes se desacelera; Ia brecha ceducativa con los “veteranos" y los nacidos en el pais se hace evidente en el reparto y en Ia compensacién de funciones sociales; se acentiia Ia afioranza por los simbolos tradicionales en varios grupos migrato- rios (especialmente entre judios de origen marroqui) y, en fin, surgen partidos que aprovechan y acentan estas fuentes de descontento étni Esta mutacién se debié principalmente a una “nueva demografia”, favorable a los inmigrantes y a sus hijos de origen oriental. De pronto éstos descubrieron la fuerza que habian perdido acausa de una asimi- lacién cultural imitativa; y también percibieron que el balance pobla- clonal —que se refleja en la urna electoral— se desplazaba en favor de estos grupos marginados. 14 Este giro cualitativo de la modalidad de aculturacién tom6 legiti midad politica especialmente en los partidos de derecha —Jerut, enca- bezado por Beguin en lugar sobresaliente—que habian apostado desde Jos cincuenta a dos elientelas 0 segmentos: i) los sectores privados que se inclinaban a un liberalismo econémico individualista, contrarios al credo socializante que presidi6 al establecimiento de las primeras ins- titucfones del Estado: i) los contingentes judios de origen oriental (pat- ses drabes y musulmanes) que empezaban a alimentar resentimientos sociales fundados en una integracién socioeconémica trunca, Al triunfar Beguin en la contienda electoral de 1977, se inicia un clo de populismo econémico y cultural dirigido a satisfacer a estos con- tingentes que se considetan marginados y hasta explotados por la propension occidentalizante de la sociedad isracli. Desde entonces los. ‘nuevos lideres hacen hincapié en un tradicionalismo cuasi-religioso en casos extremos, fundamentalista— que se aviene con una actitud beli gerante hacia el enemigo arabe y su persistente hostigamiento. Beguin y sus colegas tratan de alterar la cultura politica israeli, procurando ja movilidad social de segmentos objetivamente marginados y el desa- rrollo de un paternalismo politico congruente con las tradiciones de estos segmentos. Las elecciones de 1984 —que dieron paridad de fuerzas a los dos par- tidos mayoritaries— no modifican sustancialmente esta situacién. El ‘consenso social y nacional esta seriamente agrietado, debido a un mi litante mesianismo politico que es consecuencia del viraje demografi co y cultural de la sociedad israeli. D. Pautas de crecimiento econémico La seguridad del pats, la cohesién social y la legitimidad politica estu- vieron intimamente ligadas con el crecimiento econdmico. En este de senvolvimiento se pueden distinguir tres fechas en las que se inicia una ‘Nueva Politica Econémica: 1952, 1962 y 1977. Cabe anticipar que la no- vvedad de cada paso es relativa pues el desarrollo israeli siempre se apo: yé en tna agricultura —colectiva y privada— progresista y tecnolégicamente avanzada, a pesar de que la porcién de Ia fuerza la boral por ella empleada tendié a declinar sensiblemente (5% de Ia po- blacién activa, en los ochenta). La agricultura no s6lo suministré insumos de capital y una firme tendencia a la innovacién de bienes, servicios y procesos, sino que apuntalé la tendencia de las autorida: des econémicas a abrir la economia selectivamente al comercio inter nacional, con el fin de ganar competitividad. La oferta casi ilimitada de recursos calificados ayud6 sin duda a materializar estas aspiraciones. 15 a) La nueva politica econémica: 1952 Durante la guerra de independencia (1948-1949), se pusieron las bases de un programa de austeridad que limits severamente las importacio- nes, salvo la de los bienes de capital. El entusiasmo por la construc cion del Estado, el caracter igualitario de la sociedad, la incorruptibilidad de los lideres politicos: estos Factores propiciaron la aceptacion social de ese programa. Por lo demas, ya se anticips que cl flamante gobierno tuvo éxito en movilizar capitales en el exterior, a través de préstamos, bonos, donaciones y las reparaciones por la des truccién fraguada por el nazismo. Desde 1952, el Estado promovié una linea aérea (ELAL) y una mari tima (ZIM) nacionales; devalus la moneda con el fin de atraer capital extranjero; dispens6 estimulos fiscales al desarrollo regional; amplié y diversifico la educacion superior, y puso el acento en industrias nuc- vas como la metalurgia, la quimica, los fertilizantes, la naciente elec- tricidad y los fosfatos. Experimenté al mismo tiempo la posibilidad de ‘ensamblar automéviles, pero bien pronto abandoné este renglén para invertir esfuerzos en la aerondutica y en Ia ingenieria médica, b) Reorientacién econémica: 1962 La fusion de austeridad en el consumo con inversiones en bienes de capital comenzé a dar frutos. A principios de los sesenta, la economia ccrece a una tasa anual de 10%, con 79 de inflacién. Pero los lideres no estan satisfechos: sienten necesidad de renovar impulsos. Asi, en 1962 toma fuerza la industrializacién ditigida al exterior Europa fundamentalmente. El ndmero de empresas pasa de 4 300 a {6 300; las escalas de produccién se amplian; las inversiones industria. les se decuplican, y el sector secundario genera el 289% del ingreso. Se establece un sistema cambiario mévil para alentar las exportaciones y las inversiones extranjeras, que vacilan en llegar a un pais de pobres Por consideraciones politicas y econémicas, Israel lanza un ambi- cioso programa de ayuda bilateral a paises de Asia, Africa y América Latina. Sus innovaciones en la agricultura y en la medicina se difun- den ampliamente. Con ellas gana un puesto meritorio y firme entre pat del Tercer Mundo, neutralizando en cierta medida las propensiones hostiles disparadas por la Conferencia de Bandurig (1956), Al mismo tiempo, el gobierno toma medidas para atenuar un peligroso dualismo tecnologico que empez6 a insinuarse entre el sector paramilitar —muy dinémico— y el resto de la sociedad civil, Uno de los mecanismos apli- cados con esta finalidad fue la designacién de “cientificos principales" 16 cen la cabecera de cada ministerio y el establecimiento de foros inter- ministeriales de cooperacién y de comunicacién cientificas. La trans- ferencia intersectorial que siguid mitigé en buena medida la brecha amenazante entre la actividad militar y el avance industrial. Este régi- men de enlaces es una de las claves del sostenido crecimiento israeli que s6lo empez6 a decaer a fines de los setenta. ©) El populismo econémico: 1977 Como ya se consideré, el ascenso demografico de segmentos que se per- cibfan discriminados y la desaceleracion —hasta truncarse—de la in- tegracién social fomentaron el brote de una nueva cultura politica y econdmica de cardcter consumista y tradicional. Los origenes de este cambio ya se encuentran en la guerra de Yom Kipur (1973) y en la ero- sion consiguiente del entonces dominante partido laborista (Mapai). El descontento social sé extendio, y nuevos partidos vislumbraron la opor- tunidad de arrebatarle la preeminencia al Mapai. El cambio ocurrié en 197. Apartir de esta fecha, eristalizan cuatro procesos que de momento inhiben el progreso econémico de Israel. Uno es el desmantelamiento relativo de la agricultura. La coalieién dominante de partidos de dere- ‘cha trata de debilitar al movimiento cooperativo (kibutzim, moshavim) argumentando que obstruyeron el desarrollo tecnolégico y se dedican acultivos que tienen demanda decreciente en el mercado internacional. Esta observacién contenia elementos de verdad. Las unidades agrico- las siguieron produciendo bienes de fluctuante rendimiento (citricos, flores) y no tuvieron presente la aparicion de competidores mas eficien tes. Por aiadidura, no se decidieron a elegir unidades industriales, com: plementarias de la acti Pero él argumento tenia también un costado ideoldgico-politico. Es tas cooperativas constituian —y constituyen— la columna vertebral del laborismo; vulnerarlas era una manera de entorpecer esta corriente En cualquier caso, la agricultura deja de desempefiar un papel activo en el crecimiento. El segundo proceso se refiere al acento desmesurado en el consu: mo de bienes duraderos y semiduraderos, Aqui aleanz6 plena manifes- tacién el populismo econémico. Las importaciones se abarataron artificialmente; el tipo de cambio se mantuvo subvaluado desalentan- do exportaciones; el gobierno y los bancos intervinieron especulativa- mente en la bolsa de valores, fomentando la improductividad de Factores reales; se abrieron lineas de ahorro con intereses lesivos @ los intere- ses de largo plazo del pais. En consecuencia, se desaté desde 1979 ur iclo inflacionario que Ileg6 a 400% al afio el porcentaje conocido ha 17 fa oscilado entre 20 y 4096). Las distorsiones en la asignacién de re- cursos se acentuaron; la economia —y los ahorros— tendieron a dolarizarse, en menoscabo de las reservas; la deuda externa se trip 6, y aparecieron signos indudables de un reparto regresivo del ingre- so. El ritmo de crecimiento, que habia llegado a 12% anual a principios de los setenta, se desplomé a cero en los ochenta. La economia se poll tiz6 para ganar cl voto de sectores que se percibian social mente mar- ginados, y que habian descubierto su potencial demografico. Contra estas tendencias se perfilan dos procesos compensatorios que habran de madurar a fines de los ochenta. Uno es el desarrollo regio- nal presidido por ealculos tecnolégicos y geopoliticos; otro es la mil tarizacién de las exportaciones. La moderna tecnologia permite una desagregacién y desconcentra cién de servicios calificados; en esta calidad, es un nuevo recurso del desarrollo regional. En los ochenta, el Ministerio de Ciencias encabe- zado por Yuval Neeman —lider de la linea dura de derecha— estimulé la difusién de pequefios pero muy bien equipados laboratorios indu: ttiales en los territorios palestinos administrados por Israel. Estas uni dades se unian mediante terminales con niicleos tecnoindustriales que dictaban instrucciones y especificaciones. Esta dispersion del esfuer- zo ciemtifico y técnico tenia dos intenciones: i) asegurar la presencia judia en esos territorios; if) promover la investigacién mediante una selecta descongesti6n regional. Programas nacionales de innovacién tec nologica fueron destrenzados y dispersos sin menoscabo de la eficien- cia y con una derrama tecnoeconémica apreciable. Esta es una de las maneras por las que Israel pretende incorporarse a porciones impor- tantes de la revolucion postindustrial que ya ha tomado impulso en las naciones de alto ingreso. Por otra parte, las exportaciones militares y paramilitares (armas, equipos, asistencia técnica) ascienden constantemente merced a una politica competitiva y diversificadora de mercados. A mediados de 1984, Ja prensa mundial informé de una transaccion impresionante entre Is- rael y China, por la cual ésta adquiriria tres mil millones de dolares de bienes israclies a pesar de que ambos paises no sostienen de mo- mento relaciones diplomaticas, También se sabe que Israel esta pro- duciendo un excelente avién de caza (el Lavi), que volaria la proxima década, a pesar de los apreciables costos que involucra. Si este avién, Iega al mercado internacional Israel deber4 competir bruscamente con otros productores. 3 La experiencia econémica internacional indica que Ia industria mi litar entraiia efectos estimulantes (spin offs) para el resto de la econo: ‘mia; tecnologicamente la arrastra hacia nuevos frentes de innovacién cen la medida en que se articulan adyacencias o acoplamientos entre las actividades productivas y entre los sistemas de mercado. Acicatea- da en parte por la hostilidad arabe y en parte por la ambicién de inte- grarse a los mercados internacionales para asegurar su viabilidad nacional, Israel descansa en estas dos acciones que rendirian fruto a ‘mediano plazo. La apuesta es muy arriesgada pues las corrientes de innovacién pueden defraudar y las distorsiones gestadas por el popu- lismo econémico no se despejaran con facilidad. E, Situacién actual y perspectivas Israel se encuentra en una regién sefialada por una crénica incertidum- bre, por alianzas nacionales caprichosas y por un estallido cuasi- irracional de nacionalismos fundamentalistas que rayan en la solida- ridad tribal. ¥ ya se ha dicho que dentro de la sociedad israeli se estan. produciendo mutaciones que ponen a prueba la coherencia colectiva € incluso la flexibilidad de los recursos democréticos. Este contexto debe ponderarse al interpretar la situacién presente y sus probables tendencias. El andlisis se cefira a los tres grandes problemas que se han abordado; la seguridad militar, la cohesién social y el crecimiento. econémico. 2) Los dilemas de la seguridad Con un costo apreciable, que involucra un gasto militar superior a un tercio de su producto nacional y la movilizacién constante de la pobla- cién israeli entre los 18 y $5 afos en menesteres no productivos que suelen traer la pérdida de vidas humanas, Israel ha logrado salirle al paso a todas las agresiones de pafses drabes, y en algunas circunstan- cias ha tomado la iniciativa con el fin de llevar la lucha a territorio ene- igo. Los observadores abrigan justificadas dudas sobre la posibilidad de continuar con esta estrategia. En primer lugar, Israel esté llegando a umbrales eriticos en el gas- to militar. Ya no puede acentuar las cargas fiscales sin desanimar la actividad econ6mica; el apoyo externo norteamericano es incierto y po: dria bajar sustancialmente del presente nivel de tres mil millones de

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