Sie sind auf Seite 1von 48
sICICLETA more 24 08 100 398 MEIGS po 55 011 a0 nto amino hum por un C APARECIDO ysu vida @ sus canci SOS IU ivimerlavelCelarccwmittiimrenitey Mera Re aN oe Re ne Re RCC I) elo cod eo neta ek ee Cue See ete ek eu pa en ia a Kel ce NK ce a rk Te ALC a eit Se AoC gS Erte eke ol Sen enn ket eter Oru ar Re toot Re UR nok SRC Nia ee PRN ca tte ele eerste Ure Ke elt oe LORS ab od ion de-cuna para un nifio vago @ el pimiento ® poema 15 ® ya parte el galgo terrible @ paloma quiero cont ete ecekeen ey ok he ted ke a Re ie eR ay Werdad! lo dijo Cooperativa. Esa es su opinidn, y la de cientos de miles de personas, que encuentran en Radio Cooperativa el sélido principio de ser informados de toda la verdad, a través de un agil equipo de profesiona- les que investiga y analiza todos los hechos que preocupan al pais. Ese es nuestro compromiso con Ud. y los miles de amigos que se identifican con nuestro estilo de hacer radio Saber la verdad es su derecho. Decirla es nuestro deber. Radio POR ESO UD. PUEDE DECIR CONoRGULLo: Cooperativa COOPERATIVA ES MI RADIO EN EL 76 DE SU DIAL A.M. canto que ha sido valiente siempre sera cancion nueva co 8 ext sri, aa J EX aun OR... Bajo un brillante cielo tachonado de estrellas, al final de un largo y calu: 080 verano, las llamas de una enorme fogata iluminaban al grupo de hom bresymujeres y nifios acuclillados sobre fa tierra seca. Sacaban las hojas de los choclos maduros, las mazorcas_ de ‘mafz, que juntaban en enormes pilas, listas para poner a secar sobre los ba- jos tejados de las casas de adobe. En la pequefia poblacion de Lonquén, los ‘campesinos estaban reunidos en una tradicional trilla, A, menos de ochenta kilometras de Santiago, pero comple- tamente aislada de ésta, Lonquén ere luna zona entre los cerros corcanos a Talagante y s6lo se comunicaba con la carretera principal por medio de un ca: mino de tierra, Era una regién donde el fokklor y la supersticién formaban parte de la vida cotidiana, el mobilia rio st fabricaba con juncos de aque. los parajes, y en la cual, aunque no habie tiendas, podian comprarse ceacharros de arcilla en el cercano pue blo aifarero de Pomaire Cuando el mafz estaba maduro, las familias de los campesinos que eran inquilinos los trabajadores de las grandes propiedades, se turnaban pa ra ayudarse entre sia recoger las mo- estas coseches que cultivaban para uso propio, trabajando hasta altas horas de le noche, en los Gnicos ratos que les pertenecian. Con un trago de chicha un potente jugo de uvas samifermentado—, contando historias y, sobre todo, tocando la guitarra y ‘cantando canciones tradicionales, con. vertfan una larga noche de trabajo co lectivo en una celebracién, La mayorfa de los nifios mayores trabajaban junto a los adultos, pero los mas pequefios jugaban alrededor de los montones de maiz sin apartarse del cfrculo de luz de la fogate, temero- s08 de las sombras vacilantes y la oscu ridad circundante. Ese era el primer recuerdo de infan- cia de Victor, Me cont6 que se tendia en el suelo y contemplaba las estrellas, ‘mientras vefa a su madre sentada sobre tuna de las pilas de maiz, cantendo y tocando la guitarra, charlando y bro- meando con la gente que la rodeaba EI se quedaba dormido al son de su canto, Lonquén pertenecia en su casi tota lidad a la familia RuizTagle. La tierra de los alrededores era de su propiedad y su gran mansi6n dominaba el pobla do, que solo estaba compuesto por una iglesia, una escuela y una calle sin pavi: ‘mentar, con las casasde los trabsjadores ‘alineadas a ambos lados. En su condi cidn de propietaria de un latifundio, la familia Ruiz-Tagle, poderosa insnensamente rica, pertenecfa a la oli garquia chilena, Como otros miembros do su clase, organizaban sus dominios por sistemas casi feudales. Cada inqui: line recibia una casucha con una pequefia parcela de tierra alrededor, que junto con otra franja, situada a cierta distancia, tenia que bastar para proporcionar alimento a Ia familia de por Joan Jara aquél; los productos consistian sobre todo en mafz, porotos y papas. A los inquilinos se asignaban tas tierras més pobres, de las que no era fécil ‘obtener buenas cosechas. Los salarios eran exiguos y por lo general hab/an sido gastados por anticipado en harina azdcar, mate y acaso, une vez por afi, lun poco de tela para confeccionar ropa. ‘A cambio, el patron exigia largas horas de trabajo. Cada casa tenia que proporcionar Ia labor de dos hombres, como minimo, al tiempo que a las mu jeres sa Ine asignaban cus_proplas ‘Obligaciones. $i los nifios eran dema siado pequefios para trabajar, el inguilino teni@ que “emplear” a alguien en peor situacién que la propia, y esa persona, a cambio de ca ‘ma y comida, debfa satisfacer la cuota necesaria de trabajo. Las casas de los inquilinos eran idénticas: de adobe, con un pesado techo de tejas de arcilla onduladas que eubrfan también una angosta galerta delantera y otra deteds. Sélo tenfan tres pequefias habitaciones oscuras, ccon persianas, carecfan de electricidad y se iluminaban con lémparas de acei te 0 con velas, recogian el agua en un ozo 0 en el arroyo cercano, y se coci aba afuera, en un horno redondo, de barro, con una parrilla para poner a hervir loscazos. En las afueras de Longuén, donde conclufar las tierras de los Ruiz Tagle y empezaba la propiedad de Fernan. do Prieto, vivian Manuel Jara y su esposa Amanda con sus hijos Marfa, Georgina (Coca), Eduardo (Lalo) y el menor en esa época,Victor. Manuel era un hombre delgado, mo- reno, de rasgos aguilefios curtidos por la intemperie. Estaba amargado por e! fatigoso trabajo de! inquilino y vera a ‘sus hijos més como mano de obra su- plementaria que como seres humanos independientes. A los seis o siete afios de edad, Victor solia acompafiar a su padre a trabajar en el campo. A veces, ‘como recompensa extraordinaria, da a una vuelta en el trillo, pero lo que més recordabe eran las penosas ‘caminatas junto al surco, ayudando a uiar los pesados bueyes, mientras su padre hundfa en la tierra el primitivo arado de madera, de un lado a otro el dia entero, Aprieto firme mi mano y hundo el aredo en la tierra hhace afios que llevo en ella ‘como no estar agotado, Vuelan mariposas, cantan la piel se me pone negra yel sol brill, brilla y bri El sudor me hace surcos yo hago surcos a la tierra sin parar. Elarado ‘Amanda era una mujer baja y re choncha, con una maravillosa sonrise ‘que iluminabe todo su rostro. Era riunda de Quiriquine, un mindsculo poblado de la provincia de Ruble, al sur de Chile, y era evidente que por sus vvenas corrfa sangre mapuche. Nunca hhabl6 de su madre ni sabfa quién era su padre, pero de nifia habfa aprendido ta misica popular del campo, las can- cciones que se cantan en bodes y fune- rales y en tiempos de cosecha. Tenia luna voz dulce y fuerte y era muy solicitada como anfmacora, ademas de ser respeteda como esforzada traba- jndera, Victor solfa acompafiar a su madre ‘8 otras casas del pueblo cuando, como ‘ocurria con harta frecuencia, mor tun nifle de corta edad. Curiosamente, el velatorio, que se profongaba toda la noche, era una ocasion festiva, La pente crefa, 0 trataba de creer, que el bebé muerto se habfa convertido en un angelito que aguardar‘a @ sus padres en fl cielo y probablemente, entretanto, hablaria bien de ellos a Dios, Por tradi cién, el cadéver_ de la guagua se sentaba, se maquillaba, se vestis con papel blanco y se rodeaba con flores, ccaseras de papel, pues las naturales eran muy caras. EI canto duraba toda la noche, Durante las primeras horas se trataba de un canto a fo divino, para consolar 2 los padres por su pérdida, a menudo ‘como si la criatura muerta cantara, Pe- ro hacia la madrugada pasaban al canto 2 lo humano, con canciones de conte nnido més terrenal y_picaresco. Aun- que la forma musical y el estilo eran ‘radicionales —una suerte de extratio. sonsonete en el que se arrastraba la voz al final de cada frase—, los versos eran improvisados hasta el infinito por los cantores. A medias dormido y 2 me- dias despierto, Victor se acurrucaba en el suelo junto a su madre mientras ésta cantaba, hipnotizado por la larga cere monia @ la luz de las velas, oyendo los gemidos y sollozos de la madre de! imuerto y las risas ebrias, al amanecer. ‘Como tantas campesinas chilenas, Amanda era el pilar de su casa. Todas las noches amasaba mafz y dejaba tor- tillas chatas enterradas en el rescoldo, ara que, a la mafiana siguiente, una vez raspado el chamuscado exterior, cl pan estuviese listo para el desayuno, A Ios nifios, hambrientos, les. sabia ‘muy bien, Amanda cultivaba verduras y eriaba gallinas, ademas de un cerdo, en la vequefla parcela situada detrés de la casa, También hacfa queso con le- che de cabra, de modo que, si bien Ja carne era un lujo para ocasiones especiales, 1a dieta familiar resultaba bastante sana, A los hijos les eorrepondfa recoger lefia todas las tardes. antes del cre Pusculo, por to que Lalo y Coca, con Victor a la zaga, salfan al bosque de nogales, armados con una gran cuchilla Y un hacha, para volver arrastrando ha ‘ces més grandes que ellos y con los brazos cargados de hierba para el cerdo. ‘Amanda hacfa todo lo posible por ‘completar el presupuesto familiar y movilizaba a sus hijos pare que la ayu daran recogiendo en las laderas-hier- bas que ataban en pequefios fardos, ara venderias con la gran canasta llena de huevos que levabe una vez por semana a la vecina poblacién de Tala: gante, Trabajaba también como leche: ra y cuando sobraba leche los nifios la ayudaban a preparar quesillos en forma de salchichas. Para ganar un poco de dinero extra, ‘Amanda tomé ademés un pensionista, ‘el maestro de la escuela local. Le pro- 'y disputas, porcionaba habitacién y comida, ade- més de lavar su ropa junto con la del resto de la familia en un calderén, so- bre el fuego. Victor era feliz con aquel estado de cosas, pues el joven maestro tocaba Ia guitarra, lo que le daba a la posibilidad no s6lo de escuchar, sino de tener el instrumento entre las manos y aprender los _primeros acordes. Su madre siempre estaba de- ‘masiado atareada para enseftarie. Victor y Lalo compartian una ca- ma en la habitacién de sus padres, que ‘en invierno era muy fria, pero @ pri: mera hora de la mafiana Amanda los sacaba de la cama, para que fueran a lavarse al arroyo cercano antes del de- sayuno. Los zapatos eran un lujo des- conocido. En el mejor de los casos use- ban ojotas, unas bastas sandalias case- ras con tiras de cuero y gruesas suelas hechas con recortes de viejos neumiti- cos. Le ropa también escaseaba, de modo que tiritaban de frio bajo la hhelada matinal no de la escuela, Recuerdo el rostro de mi padre ‘como un hueco en la muralla sabanas manchadas de barro piso de tierra mi madre dia y noche trabajando, antos y gritos. La luna siempre es muy linda La relacion entre sus padres era tensa siendo Victor pequefio. Su pad se volvié cada vez més hosco, aparent mente poco deseoso de afrontar la res- onsabilidad de mantener a su familia, Ya habia empezado a beber copiosa- mente y desaparecia de la casa varios dias seguidos, dejando todo el trabajo fen manos de Amanda. Solia volver borracho y agresivo, discut/a con ella y la golpeaba, Después de castigar tam: bidn a los hijos, Manuel se sentaba a es perar que lo atendieran y alimentarar Esas escenas de violencia familiar des- pertaron en Victor un sentimiento de rencor hacia su padre, sentimiento que rnunea lo abandond, Desde muy pequefto Victor empez6 considerar obligacién suya ayudar y apoyar a su madre, Su trabajo, su opti- mismo y disciplina mantentan unida 2 Ia familia y, como decia Victor, “volvian soportables las penurias” Cuando la casa se llenaba de gritos ictor hula a la ladera que se elevaba detrés de la casa, buscando Fefugio en le quietud del espacio andi- no, El cerro estaba rematado por una tosea cruz de madera cuya misién era mantener alejados a los malos espiti- tus, y hab/a una enorme losa con le hhuella de une pata hendida, a la que la gente daba el nombre de Pisada de! Diablo, Era un lugar misterioso, pero en los dias de verano a Victor le encantaba tenderse sobre la roca tibia yy contemplar las anchas extensiones de fértil Jlanura donde las lineas rectas de sauces y élamos marcaban los canales de irrigacion hacia las cadenas de mon: taflas costeras en lontananza. Detrés, las cumbres nevadas de los Andes; cer «a, los altos y retorcidos cactus, los es- ppinos secos y las rocas desnudas de la ladera. Le hacfan compafifa grillos y lagartijas. Observaba la vida y las rela clones de los insectos y siempre reco- 4a piedras o plantas peculiares que lla- maban su atencién. Después las quardaba bajo su cama. Con el tiempo, Coca me comentaria: “Victor siempre se fijaba on la forma y en la textura de las cosas”. Al caer la tarde, se desliza- ba ladera abajo y corria a su casa como si lo persiguiera el diablo. El diablo atormenté la infancia de Victor como une figura real y amena- zadora que se lo llevaria al eterno cas ‘igo del infierno si se portaba mal. En la casa no habia radio y las noches de verano los adultos solfan sentarse a ‘tomar el aire en la galeria, donde con- versaban y contaban historias, Victor, acostado con los demés chicos, ofa el murmullo de las voces 2 través de las persianas abiertas. Oia los cuentos que relataban sobre los malos espiritus, so- bre la Calchona, mitad mujer y mitad cabra, de quien decian que acechaba en el. campo, para asustar 2 los caminantes a fin de que le entregaran sus bienes. Se enteré de la existencia de luces fugaces, que le alejaban a uno. ara siempre si las seguia, y prest6 atencién sobre todo a las apariciones del diablo, ‘Aunque la familia no asistia regular- mente a algunos ritos religiosos formaban parte esencial de su vida. Més por supersticién que por un senti miento auténticamente eligioso, entregaba a la virgen, para que shu yentara a la mala suerte, un dinero muy necesario para comprar comida y ropa. jugando al hijo que no va a nacer {as veles siempre encendidas hay que refugiarse en algo de dénde sale dinero para pagar la fe Al pobre tanto lo asustan para que trague todos sus dolores para que su miseria la cubra de imagenes la luna siempre es muy linda el sol muere cada tarde La luna siempre es muy linds Las huellas de ese trasfondo supers- ticioso y la sensibilidad a lo magico ‘acompafiarfan a Victor a lo largo de toda su vida, ya fuera en pequetieces, ‘como una inexplicable aunque siempre lograda cura de las verrugas, o en cues: tiones mas importantes, como une extrafia_sensacién premonitoria, casi una clarividene! Los hermanos eran de personalidad muy diferente. Maria, la mayor, estaba muy crecida para su edad. Coca era ‘una marimacho y rechazaba las tareas “para nifias”; preferia correr como una salvaje con Lalo y sabia pelear. Entre os dos provocaban a Victor, que no s6l0 era el menor y el més tranquilo, sino que los fastidiaba porque era in- dependiente y parecie tener vida propia. Manuel era analfabeto. Lo dnico que esperaba de sus hijos era verlcs en. edad de ayudarle en el trabajo de la tierra, Las ideas de Amanda eran otras. ‘Saba leer y escribir —algo insélito en tuna persona de su condicién— y esta- ba decidida @ que sus hijos recibieran la mejor educacién posible. Todos ellos asistieron regularmente a ta escuela, Victor era muy buen alumno, Se interesaba por todo y abrumaba a los ‘maestros con preguntas, absorbiendo informacion e ideas como una esponja. LLe gustaba participar en las funciones de fin de curso con obras cortas impro: visadas e inventadas por los propios ni: fos y tenia mucho éxito como actor. Dos afios sequidos fue elegido mejor compafiero por sus condiscipulos, lo que no s6lo significaba que era el alumno més popular de la clase, sino la persona més idénea para represen- tarlos. Con posterioridad, los chicos recor- darian los dfas de Lonquén como una época feliz. Pese a las ausencias de Manuel y a la vide espartana que lleva: ban, siempre habia algo que comer y cierta paz y continuidad. Todo esto termind draméticamen: te undia.en que, habiendo salido Aman: da, como de costumbre, para el re: parto de la leche, y estando los chicos solos en la casa, Maria, que entonces tenfa trece afios, lavaba la ropa de toda la familia, Tenfa un calderén de agua hirviente sobre ol fogén e intent em: ujar un gran tronco en el fuego, para avivar las llamas, Sus hermanos vieron como, casi en camara lenta, el caldero se le volcaba encima, Marfa chillaba y_chillaba, pero no sabian ‘qué hacer para.ayudarla. Desesperada, la nifia salid a la carrera de la casa y se arrojé en el arroyo, para tratar de ali viar el dolor. Coca fue a pedir auxilio, y Amanda, al volver, logr6 organizar Un transporte que la llevaba a un hos- pital de Santiago, pues Lonquén care- cla de servicios médicos. Marfa pas6 casi un afio en el hospi- tal, Amanda estaba embarazada del hijo menor de la familia, Roberto. La ayuda de Marfa en el cuidado de sus hermanos era indispensable, pues daba libertad 2 su madre para salir 2 ganar dinero extra, No se podfa confier en Manvel para reemplazarla y, ante la inminente llegada de otro nifio, Aman: dda tomé la decision de mudarse a San. tlago, con la esperanza de encontrar un trabajo que pudiera hacer sin abando- ar a sus hijos. La Estacion Central de Santiago, una construccién de hierro refundido disefada por Eiffel, se asentaba en el corazbn de un barrio que parecta te nner vinculos perdurables con el leia no sur chileno y también con la cer cana campifia circundante. Alrededor de las siete de la mafiana llegaban los lentos trenes desde Puerto Montt y Te- muco, repletos de mapuches cargados con ponchos, mantas y ramos de flores rojasde copihue para vender. Los ° vagones de madera iban llenos de fe rmilias campesinas que emigraban a la ciudad, acarreando paquetes de comi- da, pollos vivos y chorizos picantes de Chillin, No parectan alojarse de la esta: cién més de lo que sus piernas les per mitian, y se mezclaban con los campe- sinos de la cercana terminal de autobu- ses, legados desde Talagante, la Isla de Maipo y las provincias proximas a San: tiago, Algunas familias contaban con parientes instalados ya en le ciudad. Otras tenian que empezar sin nada. Alrededor de la estaci6n habia un concurrido centro comercial con pe- quefas tiendas que vendian ropa de VICTOR a tos 12 anos trabajo barata, artfculos de mercerts y material eléctrico, También habia far rmacias, restaurantes de aspecto sospe: choso ¥ bares que permanecian abier- tos toda la noche en los bajos de edi clos destartalados cuyas plantas supe riores se habfan convertido en vivien: das, Angostas y oscuras escaleras dese parecian en lo alto, entre desconcha: das paredes. Era el distrito de las pros titutas, Los burdeles estaban concen trados en la calle Maip6, frente a Ia es tacion, y era peligroso transitar de no: che por alli. A un par de manzanas de distancia, detrés de las tiendas de la Alameda, se alzaba un enorme edificio rectangular de aspecto lastimoso. Se trataba de un estadio cubierto, el Estadio Chile, un centro local de entretenimientos que se usaba con regularidad para torneos de boxeo, combates de lucha libre y, en ocasiones, para festivales musicales 1 temporadas de opereta. El recinto, con un aforo de cinco mil espectado res, desempettarfa un papel importante en la vide de Victor. Muy cerca, sobre todo a un lado de la via férrea que Hevaba al sur, so extendian manzanas y manzanas de casas bajas de techo ple ro, en sérdidas calles. Cuanto més te alejabas de la Alameda, més sucias y miserables so las calles, se vefan més chiquillos sucios y descal: zs, més borrachos deambulaban en las esquinas, los perros callejeros ham: brientos revolvian la basura desparra mada en las calzadas sin pavimentar, Hlenas de baches; el estuco desmoro nado daba paso a un paisaje de made ra, plancha ondulada, lata y carton Mas alld de los gasémetros, que carga ban el alte con sus emanaciones, llega bas a un descampado donde habia surgide la Poblacion Nogales. Era un lugar gris y deprimente; caluroso y pol: 7 y Envi voriento en verano, se convertia en ba ro que llegaba alas rodilas con la apa- Ficion de las lluvas invernales, Lo atra vesaba una alcamtarila al aire libre, pa- tio de juego para los niios, que huras- ban los detritos de sus orilas infesta das de ratas e incluso se bafieban en é| cuando heeta calor. Aquélla fue la primera experiencia urbana de Victor. Apifiados en una sola habitacion, durmiendo juntos en tolchones sobre el suelo de terra, 1os chicos se sentfan en un medio hostil Después de le calma campestre, los ruidos, la mugre y a falta de intimi dad eran insoportables, Las pandilas de crfor les parecieron agresvas, maleadas y demesiado independientes. ‘Amanda hizo todo lo que pudo por proteger a sus hijos imponiendo nor- mas y deberes estrctos, tratando de mantener los mismos niveles de higiene y orden que antes, pero no era facil Vietor y a Lalo a una escuela catolica de lar cercantas, el Li 20 Ruiz-Tagle, que llevaba el nombre de la familia propietaria de Lonquén. Jiulio Morgado —un amigo de Pobl edn Nogales y compafero de clase de Vietor— me dijo que tanto Victor como Lalo eran estudiantes muy aplicados que siompre entregaban sus ddeberes puntuaimente, ""Liegaban jun- tos tempranisimo todos los dias”, me conto, “y siempre iban limpios y puleros. No” lez permitian quedarse fn la calle después de clase, como al resto de nosotros". Probablemente eso fuera resultado de la disciplina de Amanda Victor coneluyé sus estudios pri marios en esta escuela; obtuvo las me- jores calficaciones en todes las asigne- turas, excepto en trabajos manuales, lo cual es extraio, dado que siempre fuy muy hébil con las manos. Como la excuela ora catélica, la instruccion re- lige. ere ssignature. obligatorig El deer de confesar los pecados parece haber provocado la reaparicion de las pesadillas infantiles de Victor acerca del diablo. Con posterioridad decia: “"Estaba azustado. Me hicieron apren- der | catecismo de memoria, para to- mar la comunién... pero cuando tle- 46 el momento de confesar, mo sen ¥ abrumado por una terrible presion.. pensé que era Una mala persona y que no decia la verdad sobre mi mismo, que s6l0 estaba conferando algunas do las cosas malas que habia hecho" Por mediacién de un amigo, Aman da haba consequido trabajo de cocine- a en un pequefio restaurante enfrente de la estacion y la familia pudo mudar- se a la vivienda del piso superior. Des pues de un par de afios de trabajar co: ‘mo una esclava, Amanda habia ahorra: do lo suficiente para comprar un pues to en el mercado ¢ instalar su propia pensién, donde los trabajadores del mereado le pagaban semanelmente las ‘comidas diarias. No feltaban los clien tes y la familia habfa mejorado, pero ‘Amanda rara vez estaba en la casa y los ijos echaban de menos su com: afia, Victor solfa pasar las noches fen la cama despierto, preocupado por lo mucho que trabajaba su madre, de- testando a su padre por sus largas au: soncias y sus bruteles y repentinas apariciones. Pronto se mudaron a una casita de Jotabeche, una calle situada al sur de la Alameda.Era un progreso con respecto al alojamiento de encima del restaurante, aunque s6lo fuese porque tenia detrés un pequefio patio con fru: tales, Estaba a buena distancia del mer: ado y dierlamente Amanda partia a las dos de la mafiana, con la Gnica pro: teccién de su perro, para cruzar la pe sarela de hierro dol puente del ferroce- rril y llegar desde allf al mercado de sierto, Tenfa que preparar la sopa y el quiso, ademés de cocer el pan, para te- nerlos listos cuando llegaran los prime- ros trabajadores, alrededor de las cua~ tro: a los hombres les gustaba empe- zar el dia con una comida como Dios manda, ‘Al amanecer se un/an a los pueste- ros los clientes que hab/an pasado la noche en los burdeles de la calle Mai PU o en los bares de alrededor de la es- tacién, Engullfan los mariscos con cebolla o el caldo de cabeza de cerdo para despojarse la mente antes de vol- ver a suscasas y enfrentarse a la esposa. Amanda trabajaba sin parar haste las seis de la tarde —cocinaba, servia,trega- ba y por la noche llegaba agotada a su casa, Los dias de labor, después de clase, y los sébados por la maflana, Victor solfa ayudarla en el puesto o se ‘ganaba unos pesos acarreando sacos 0 canastas de los clientes del mercado. ‘Amanda ya no cahtaba, en parte porque no tenia tiempo pero también porque nadie se lo pedia. En la ciudad ‘casi todas las familias tenian radio y escuchaban miisica_ de grupos comerciales que interpretaban boleros, ‘mambos, tangos, valses peruanos y co: rridos mexicanos. Aun no habia co- ‘menzado la invasién musical norteame- rieana. La guitarra de su madre yacta aban- donada en un rincén y Victor intente: ba pulsar sus cuerdas descubriendo ‘acordes y melodias de ofdo, haciendo su prople masica, inventando letras de ‘canciones, pero con el desesperado in- tento de aprender a tocar correctamen te, Al lado de la casa habfa una bode- {g8 con un bar ilegal en el patio trasero, pero desde la case que estaba mis allé Victor solfa ofr el sonido de una gui- tarra que alguien tocaba meravillosa- mente, Un dia encontré abierta la puerta de aquella casa y apoyado en la jamba, se quedé escuchando, El intirprete era el joven Omar Pul- ‘gar. Tenis unos dieciocho afios y habfa recibido alguna formacién musical. Su familia, venida a menos al trasladarse a Jotabeche, trateba de no mezclarse con sus vecinos, pues se sentfa supe- rior: No obstante, cuando Omar levan- 16 le vista de la guitarra y vio a aquel chico, con quien se habja cruzado en ‘ocasiones por Ia calle, que lc escuct ba tan callado y atento, se dio cuenta de que la mésica le impresionaba pro- fundamente, ‘Omar invite a Victor a entrar y se ofreci6 aensefiarle lo que sabia. Le sor- rendié la capacidad de Victor para absorber todas sus enseftanzas, y su ha- Dilidad para crear melodfas y cancio- ‘nes. Omar ignoraba que Amanda fuese cantante folklérica —s6lo la conocia ‘como una puestera muy trabsjadora del mercado, pero un dia, habiendo Nevado 2 casa de Victor un disco de luna hermosa cancién popular, noté ‘que Amanda Hloraba al escucharlo. En su hogar Amanda era muy reser vada y ocultaba sus sentimientos a sus hijos. Exteriormente severa y fuerte, Parecia ‘naccesible para ollos, aunque fen el trabajo era muy sociable y de bbuen trato. Sus constantes esfuerzos habian mejorado la fortuna familiar, pero Manuel ya no vivia con ellos. Cul ivaba melones en una pequefia parce- la al sur de Santiago, comprada con las ganancias obtenidas por Amanda en la pensién. A veces Victor to veta por ccasualided, con su caballo y su carrete, ‘cuando levaba productos al mercado, Cuando Marfa —que se habia hecho enfermera— se cas6, ella y su marido se quedaron en la casa de Jotabeche, mientras el resto de la familia se muda. ba a un barrio cercano al mercado, de- trds de la Estacion Central, conocido con el expresivo nombre de Chicago Chico, debido a la concentracion de pistoleros ocasionales, ladronesy delincuentes de todo tipo que alli vivian, La Gnica salida de aquel ambiente de delito organizado, y la dnica fuente de actividad cultural del barrio, era la ia, En la ancha avenida Blanco Encalada habfa un centro cultural para j6venes, perteneciente a la Acci6n Catélica. Temprano sintoma del mo- vimiento centripeto que se extend a través de América Latina on su con- junto, la Accién Catélica apuntaba @ interesar a los jévenes y la clase tra- bajadora en los asuntos de la iglesia y de la comunidad. Més tarde, muchos de aquellos jovenes se hicieron mili tantes del: Partido Demécrata Cristia- no, cusndo éste se cred, Victor se unié a equel grupo comu- nitario en su adolescencia, y allf cono- cid a otros jévenes de sus mismos rigenes, Cantaban, escuchaban misica ica, salian de excursién, jugaban al fdtbol’ y formaron un coro, Por supuesto, la participacion también sig- nificaba asistir regularmente a misa, estudiar la vida de los santos y asur la defensa de la religion contra la here- ita. Entretanto, complaciente con los deseos de su madre y con la idea de po- der ayudarla en el negocio, Victor estudiaba en un instituto comercial, donde Ia educacién se orientaba hacia la contabilidad. Pero Victor odiaba la ‘contabilided y siempre obtenta notas mediocres on sus trabajos. Su suefio secreto consistfa en hacerse sacerdote, que le parecia el ideal més elevado al ‘que podta aspirar. Le preocupaban su hermano y su hermana Coca, que tiempo atrés hhab(an abandonado los estudios. Lalo hhabja sido padre a los dieciséis afios. Coca habia quedado embarazada e in- tentado suicidarse. A pesar de los es- fuerzos de Amanda, ambos se habfan mezolado con las bandas locales. Luego, un dfa. de marzo de 1950, un dia normal de principios del curso escolar, fueron a buscar a Victor a la escuela y le comunicaron que Amanda hhabfa muerto de un ataque cardfaco tras servia la comida en el merca- do, Fue el fin de una época, Victor tenfa quince afios cuando Amanda murié. Su muerte significé ‘una profunda conmocién para él; le queria entrafiablemente y siempre hhabfa crefdo que algin dia podria ayudarla y descargarla de sus duras obligaciones. Y entonces experiment6 tunia sensacién de desolacion y vacto, casi de remordimiento, Fue en Poblacién Nogales donde encontré amigos de verdad que le ayu- daron. Julio y Humberto Morgado ha- bian sido compafteros suyos en Ia es cuela primaria, y su padre, don Pedro Morgado, era un hombre generoso, ue hab/a sido amigo de Amanda, Me- dia un metro ochenta y tres —un gigar te en un barrio bajo _chileno— y era propietario de un camién que parecia @ punto de caerse en pedazos cada vez que se ponfa en marcha el motor. Se ganaba la vida haciendo fetes y mu- danzas. El y su espose, Lydia, propor- cionaron a Victor cama y comida ‘cuando las necesité, y su casa se cconvirtié en lo mas parecido a un ho- gar que afios. Victor no volvié al instituto co- mercial; consigui6 tra brice de muebles, ayudaba a don Pe- dro con el camién y trataba de arreglérselas por su cuenta.t Pidié consejo a uno de los sacerdo- tes de la iglesia de Blanco Encelada de! nocfa los problemas de Victor, com- prendié su sentimiento de soledad y hasta le permitié quedarse en su casa algunas semanas, Creyé detectar en Victor una auténtica vocacién religio- s3 y por consejo suyo, en el invierno de 1950,Victor ingreso en el semina- rio de la Orden de los redentoristas en San Bernardo, una pequefta ciudad al sur de Santiago, En 1973 Victor recordaba: “Para mf fue una decisién muy importante gresar en el seminario, Al pensarlo ‘ahora, desde una perspectiva més ma- dura, creo que lo hice por razones (n- ‘timas y emocionales, por la soledad y a desaparicién de un mundo que hasta entonces habfa sido sélidoy perdura ble, simbolizedo por un hogar y el amor de mi madre, Yo ya estaba rela- clonado con Ia iglesia, y en aquel mo- mento busqué refugio en ella. Enton- ‘ces pensaba que ese refugio me quia- vfa hacia otros valores y me ayudarfa ‘@ encontrar un amor diferente y més profundo que quizé compensarfa la ausencia de amor humano. Crefa que hallarfa ese amor en Ia religion dedi Victor ingresé en el seminario ple- tendrfa durante muchos en una f- no de idealismo y de sentido mist: 0; se encontré formando parte de una comunidad que no tenfa relaciones ‘con el mundo exterior. Aquélla era tuna orden religiosa enclaustrada, con tuna vida de estricta disciplina en el ‘marco de una jerarquta rigida. Para Victor, la parte més positive ¥ soportable de aquella experiencia fue la mdsica sacra —en particular el canto gregoriano y los elementos tea trales de la misa propiamente dicha. Pero encontré insostenible la obligé cién de rechazar lor mandatos de su ‘cuerpo. El pecado original era la forni ccacion 0 la mera tentacién de fornicar, que debja castigarse con la flagelacién, golpesndose el cuerpo desnudo bajo la ducha, Victor consideré antinatural y morbosa aquella préctica. “Durante esos dos afios’, comentarfa més ade- lante, “todo lo que ere saludable, lo {que significaba un estado de bienestar isico, tenfa que dejarse de lado. El cuerpo se convertia en una especie de carga que estabas obligado a sopor- ‘Comprendié que los estudios, el ri- gor y 18 disciplina del seminario exi- gfan una profunda y auténtica voca- cién que é1 no poseia, Hablé de estas dificultades con sus superiores y on marzo de 1952 coincidieron en que lo ‘mejor era que abandonara el seminario. Diez dias después lc llamaron al ser- vicio militar, que era obligatorio para todos los varones de 18 afios, pero aparte de los que elegfan ir a la escue- la militar en condicién de cadetes, mayoria de los lograban eludirio, Sin embargo, Vic tor Io acept6 como inevitable e inclu- 50 conveniente, pues postergaba toda decision sobre ol futuro. El régimen de vida militar, que era espartano, no le arecié penoso; significaba que no te- ‘nia que preocuparse por la vestimenta, la comida y el alojamiento. El contras- te con el seminario no podtas ser mas 10 ‘agudo, Para Victor signified una especie de liberaci6n, y por fin empe- 26 a madurar, Se divertfa durante los ppermisos de fin de semana recorriendo con una pandilla de compaiieros los bares y los burdeles det lugar Muchos afios més tarde, en agosto en 1973, cuando lo interrogaron so: bre el servicio militar, Victor respon: dié: "Creo que el militar profesional, por 8! hecho de llevar uniforme y te- ner autoridad sobre el resto de los efectivos, pierde el sentido de su propia clase. Pienso que el ejercicio del mando le sitéa, consciente 0 ineons clentemente, en otro plano y que ve la Vida desde un punto de vista diferen- te, Se cree superior, Recuerdo que, en mi condicién de soldado raso, ten/a que lustrarle las botas a un oficial 0 limpiarle la casa, y es0 me parecta muy natural... Por cierto, cohsideraba casi un privilegio que me pidieran ha- cerlo, porque significaba que yo era muy disciplinado y se podia confiar en que cumpliria correctamente. Pero ahora, penséndolo sin aquella inocen: ‘a, creo que era un condicionamien: to: el servilismo del recluta condiciona tanto como la superioridad del ofi cial” Pero en aquel entonces Victor no analizaba el pro y el contra. Se limita ba a hacer lo que debfa. Los resulta dos pueden verse en las anotaciones del certificado que recibié al dejar el ser Vieio como sargento de primera, con posbilidad de acceder a la oficialidad Conducta militar Preparacion para el grado superior: Conjunto de condi- ciones militares: Conjunto de con- diciones persona les: Arrestos militares que tuvo durante el tiempo que duré la convocatoria iene valer militar? Excelente Tiene Posee espiritu mili- | tary condiciones de mando Muy trabajador, atento, de buenas | ccostumbres y coo: perador No tuvo si EI 12 de marzo de 1953, en las mis: mas fechas que yo bailaba con Ballets Joss en Sadler's Wells, Victor dejaba la escuela de Infanterfa de San Bornar- do. Volvid a Poblacién Nogales, sin la menor idea de lo que querfa hacer. No tenia preparacion, ni perspectives ni dinero, ni verdadera familia, ni novia, El futuro tebe en bianco, 4 od sistema simple ‘Si quieres ejecutar las canciones en su versin simple: ‘© Reomplaza las posturas que ten gan un asterisco (mim*) por las mis- ‘mas en su versi6n simple (mim). @Haz lo mismo con las postures que aparezcan con un bajo distinto al habitual (lam/SOL) o incluso con las armonfas complejas (lam9); todas ellas pueden ser reemplazadas por las postu- ras habituales (lam), No suenan igual pero se puede cantar. Para hacer las posturas corrects: fjate en ol diagrama de acordes que hay en la cartola, al centro de la ‘05 ndmeros que aparecen sobre cada cuerda indican el dedo que debe presionarla, @ Los puntos que aparecen bajo cada cuerda indican aquellas cuerdas ‘que deben ser pulsadas cuando se trata de punteo: ‘@Los nimeros que aparecen en al- ‘unas posturas, al lado izquierdo, indi can los espacios del diapasén o mango fen que deben ser hechas. Las que no tienen ndmero, se supone que son los ‘tres primeros (ios que estén més cerca por Alvaro Godoy cémo usar este sistema de cifrado sistema complejo Las posturas con asteriscos (mim*) son la misma armonfa hecha de otra forma o en otro espacio de la guitarra, Puede ser reemplazada por su version simple (mim) @Las posturas que aparecen dividi das por una linea oblicua (lam/SOL) indiean que la postura simple (lam) se toca con un bajo no habitual (SOL en vez de LA). El primer término nombra la postura y el segundo el bajo. @En algunas canciones aparecen signos como éste: (VI-1-2). Son los bajos 0 notas de paso que Silvio usa ‘entre armonia y armonia. Los nime- ros romanos indican la cuerda que debe tocarse (I a VI, de abajo para arriba) y los numeros corrientes el es pacio en que deben ser presionadas (1-23... del clavijero hacia la boca de la guitarra). @ Fijate si la cancion esté en su tono original o debes poner un cejillo para obtener el tono de la grabacion. F (jate también si debes afinar la guita- rra en otto tono, como a veces se indi= canciones_ gla _cancionero : abre la ventana Introduccion lam-REsam-RE lam-REtam-RE lam REAamRE. @ Marfa, abre la ventana ta ne mien ¥ deja que'e| 1 alGmibre Por todos los rincones de tu casa. ® Maria, mira hacia afuera Nuestra vida no ha sido hecha para rodearla de sombras y tristezas. mim @ Marta, yaves FAG rem? FAS rem? No basta nacer, crecer, amar Fas ram? FAG mimmin/FAt Para encontrar la felicidad. mim/SOL = mim/L FAS vim ® Pas6 lo més cruel FAG rem? FAS sem? Ahora tus ojo se lenan de luz Y tus manos de micl, tus manos de mel mim | SOL-LASOLLA Tus manos de miel, Marta..- © Maria, ya ves. ta sou 5 © Tu risa brota como la mafiana SOL-LASOLLA Brota en el jardin SOL-LASOLLA.. Marfa... 1 (TT : we ‘ 13 cancionero © équién mato a carmencita? En pasillos de radios su coraz6n lata mim? tim/RE IMT tmeomim7-mime Deslumbrando sus ojos los idolos del dia. (Cotte ser espacio) Introdueet6n: DO-rnim-OO-mim 2 @® Los frios traficantes de sueftos en revistas Que de la juventud engordan y profitan eet pyreem™ = Torcieron sus anhelos y le dieron me @ Con su mejor vesido bien planchaso tba La dicha embotellada, amor y fantasia, ‘Femblando de ansiedad sus lagrimas corrfan vor s0, et Sh aia pment Ul ea rrmcksclyt 3 A lo'lejos gemidos de perros y bocinas © rye = iim sin/RE mime imme fa El parque estaba oscuro y la cludad dormia. ee ene far 1 Afras since aon y ashca chia Ensue Snes vos sangid 5 - Partié a encontrar su ultima ilusién. El hogar la aplastaba y el colegio aburrfa a ® La muchacha ignoraba que la envenenar/an Que toda aquella fabula no le pertenecfa jim mim/Rt mim? Conocer ese mundo de marihuana y piscina Con Braniff International viajar a la alegria. ® Su mundo era aquél, aqué! del barrio Pila De calles aplastadas llenas de griteria ome Su casa estrecha y baja, ayudar a la cocina Mientras agonizaba, otros se enriquecian. ole 14 HUD ~ Gancionero @ Los diarios comentaron causa desconocida... © Huy... el aparecido Introducclén: mimSOL-RE-mim-RE-mim @ Abre sendas por los cerros soL-mim Bea su huella en el viento Et dguila le da el vuelo SOL-RE-m/:RE-mim Yio cobija el silencio. ® Nunca se quej6 del frio Nunca se quejé del suefio El pobre siente su paso Y lo sigue como ciego. ® cone correlé, ere Por agi, por allf,por allé bo RE Correlé, corre Ié, corre ld ome que te van a matar mim Cortelé, correlé,correla Correlé que te van a matar Correlé, correlé, correlé ® Correlé, correlé, correld. @ Su cabeza es rematada Por cuervos con garra de oro Cémo Io ha crucificado La furia del poderoso. @ Hijo de la rebeldia Lo siguen veinte més veinte Porque regala su vida Ellos le quieren dar muerte, ® Correlé, correlé, correlé... poema 15 texto: Pablo Neruda Introducel6n: D0-DOd-DO4mi/sitastm4-s-fadtm4-S174VE3-2-}-mimRES/FAK po7+/soL & Me gustas cuando callas porque estés como ausente port mims+ Y me oyes desde lejos y mi voz no te toca Parece que los ojos se te hubieran valado faim | tamsoue/stmim Y parece que un beso te cerrara la boca. ® Me gustas cuando callas y estés como distante Y estés como quejéndote, mariposa en arrullo Y me oyes desde lejos y mi voz no te alcanza Déjame que me calle con el silencio tuyo. @ Déjame que te hable también con tu silencio Claro como una lampara, simple como un anillo Te pareces a la noche callada y constelada Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo, ® Me gustas cuando callas porque estés como ausente Distante y dolorosa como si hubieras muerto Una palabra entonces, una sonrisa bastan Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto Una palabra entonces, una sonrisa bastan or+ tam Y estoy alegre, alegre, alegre de que no sea cierto, 5 cancionero cancién de cuna para un nifio vago {ntrogucet6n:mni/S-mim/LA-mimy/SO L;mim/FA#.mien/SOL traci cmien/ Eminem / EA en rim/RE-mim* —mim/PAS-mion*imn/REeni nim /FA mast ® La luna en el agua smim/ RE mim-mim/ A mim « nen/RE-mim* = m/min Va por la ciudad 1 L| tnim/RE= mim mim/PA Henle smn/REnim*-mim/FA #-mim* a Bajo el puente un nifio mim/RE-mim® - mim/F Ad mim* -mim/RE-mim*-mim/FA A -mim* “Ug Suefia con volar. inva minysou 114 ATT @ La ciudad lo encierra ] Jaula de metal a EI nifio envejece Sin saber jus. TU UL imate mim ® Cusntos como ti vagarén 3 L SoUsi00 RELA mim al¢ ¢ E| dinero es todo para amar d DO RE LASOL/S! DO-RE-mim/RE ‘Amargos los dias si no hay. © Otros cuatro nifios a Te van a abrigar sens oust rime /EAR-mien® La luna en el agua © Duérmete, mi nifio Va por la ciudad. ¢ : Nadie va a gritar 416 La vida es tan dura It) Debes descansar. ® Cuéntos como td vagarén... vt cancionero ae z g 9 a £ ®Y con mi caja Vengo cantando Coplas de Tilgaré. ® Porque ya estamo’ Porque ya estamo! En mecio del carnaval © Planta de ajf Planta y tomate Onde estard mi cocinerita Tomando mate . @ Por qué suspira ‘Mi fin de fiesta A Dojia Pispira. ® Onde convidan Onde convidan con Con queso de cabra © Té le he comprado la cocinerita @ Hojita e coca Té le he comprado Y ami molido Pu am Ramita de albahaca A mi cocinera Folclor del altiplano [BO =m = 00am = min - tam - mim = tam 2° Té le he comprado ® Té le he comprado @ Cuchillo e’ palo Té le he comprado ® Té le he comprado... Platito y loza mi Se Ollita de barro. A micocinera © Pianta de aif. {7 cancionero ot eon ee 18 $ ee] [Teel dee deja la vida volar Casio ter. espa Introducchéns slmt'snfentstm*-mln® fadtentsmim*-tedten*-mim*-tastmt-mim? fa tmnt-mim*.sim®-mim*-sim*.mim* @ Entu cuerpo, flor de fuego Tienes palomas Un temblor de primaveras smim*-tadts-mim® Palomitai St¢-mimm®-(S1-mim*) Un voledn corre en tus venas. @ Y mi sangre como brasa Tienes paloma En tu cuerpo quiero hundirme Palomitai Hasta el fondo de tu sangre. mimt LAs mime © El'sol morird, moriré La noche vendrd, vendré Envuélvete en mi carifio sou Deja la vida volar si Tu boca junto a mi boca Paloma, palomitai Envuélvete en mi carifio Deja Ia vida volar Tu boca junto a mi boca Paloma, palomitai LAS mimeLA* —miensin Ay palomai, ay palomai Introducelon: slm9*-mim*-sim9*-mim* tadmemuimttadtmt.enim’ tadee-salen*sen*mien®-simt-mim® @ En tu cuerpo flor de fuego Tienes paloma Una llamarada mia Palomitai Que ha calmado mil heridas. fa3tmt-mim* @ Ahora volemos libres Tierna paloma No pierdas las esperanzas Palomitai La flor crece con el agua. ® El sol volver4, volveré La noche se ird, se ira Envuélvete en mi carifio... cancionero paloma, quiero contarte Paloma, quiero contarte Que estoy solo, que te quiero Paloma, quiero contarte Que estoy solo, que te quiero Que la vida se me acaba Porque te tengo tan lejos Palomita, verte quiero, / Lloro con cada recuerdo A pesar que me contengo :/ Lloro con rabia pa fuera Pero muy hondo pa’ dentro Palomita, verte quiero, /Como tronco de nogal Como la piedra de! certo :/ El hombre puede ser hombre Cuando camina derecho Palomita, verte quiero :/Cémo quitarme del alma Lo que me dejaron negro :/ Siempre estar vuelto hacia afuera Para cuidarse por dentro Palomita, verte quiero, Clio 3er, expacio 19 cancionero qué saco rogar al cielo Introducclén: MI-SOL-MI-SOL- Mt ® Qué saco rogar al cielo Qué saco rogar al cielo Fat Sien tierra me han de enterrar (v-7 3.2087 La tierra me da comida La tierra me hace sudar. @® Qué saco sudando tanto Qué saco sudando tanto Y comiendo poco y na Si mi tierra no es mi tiefra MISOL- m1-SOL- Mt Y el cielo, cielo no més, @ Adonde pongo mis manos ‘Adonde pongo mis manos Brotan claveles y rosas Brotan y brotan las cosas Que no aprovechan mis manos. © Una espiga hay en el campo Una espiga hay en el campo Una espiga colorada Si juntos la cosechamos Grande seré nuestro pan. Red «yt ae ae < ae oo, Pee cancionero, NUESTRO PROXIMO NUMERO PROMETE: cancionero CANCIONES CHILENAS (esto ocurre en septiembre) ‘© REPORTAJE al tercer festival de la nueva cancién latinoamericana en quito; entrevistas a intilimani, dulce miel en la roca, y pete seeger ¢17 DENUNCIAS sobre el hambre © ARTE Y CIUDAD: ¢cudl es la diferencia entre una barricada y una accién de arte? EL CONCEPTO DE LIBERTAD en siquiatria; la conducta anormal segtin el conductismo @ ALLENDE REVIVE en la protesta juvenil entrevista al soci6logo eduardo valenzuela ‘© LA GENTE JOVEN quiere ser feliz hoy: entrevista a paulina veloso, dirigente estudiantil de concepcion LAS PAGINAS ROCKERAS: oye flaquito,¢a tte gusta el heavy metal? © POEMAS Y POSTALES DE LA PATRIA: esto también ocurre en septiembre ‘® SEMIOLOGIA DE LOS COMPADRES: sobreviven a pesar de imperar la ley del gallinero # ENRIQUE LAFOURCADE: “gallende o pinochet? gno podria mejorar las opciones?" @ VICTOR JARA Y EL MOVIMIENTO CULTURAL DELOS ANOS SESENTA @ LA ULTIMA ENTREVISTA canciones ‘cuando voy al trabajo plegaria a un labrador @ a cuba ® ni chicha ni limoné @ el arado @ lo tinico que tengo ® casi, casi @ lamento borincano el alma llena de banderas @ romance del enamorado yy la muerte @ e! cigarrito ® y los nueve ternas de LA POBLACION APARECE EL 9 DE OCTUBRE -CHILENO roz—- PRAT 935 78 70 18 sg prsentan este 0 rer devachoo medi ino 992734 roves 437 #2, 10 RIENDO 0 LLERES, (n,SALAS Pana necureRAciON: \ INTEGRAL A DOMICI : Exquitito pan de harina de > integral, combinada con Sin elementos quimicos 80" clul. Sus pedidor al RSO DE CUECA, B clases en nirez en el 2278017 0 8 bert Covsrrubias 0.757 za gaia) QUIEN LE INTERESA EGRAR —_CONJUNTO CK belistz_y baterista con rumanto) sin pretensiones weld, llamar fono 5585177 mar vecado 3 Guillermo, TARA DE CONCIERTO 36,000, foro 725665 (Rudy smi) NDO GUITARRA TIPO /ATION, 6 cuerdss, clésics cvica, fone 725665 (Rudy sdmaie) PO. ACOUSTIC CON UALIZADOR, 5 bandas y D watts - USA, § 90.000, vo para bajo y guitarra. Ver en calle Wily Brangt 39, por une Mackenns alt. paredero 172, La Flovde, acordes nail ect 0 neTERN a INTERNACIONAL 1985 DE LASUVENTUP __ ainsi TU VIDA CUENTA CUENTA TU VIDA CONVOCATORIA 3 = G ug 06 pl a al m7 oe f A NO ESTAR DE ACUERDO CADA CUAL —HOMBRE 0 MUJER— ES SU BIOGRAFIA, AL ESCRIBIR SU AUTOBIOGRAFIA CADA UNO DE NOSOTROS SE RECUERDA A SI MISMO BIE canto libre LA tar ts @ El verso es una paloma que busca donde anidar re us ta Estalla y abre sus alas para volar y volar. MERE-LAMERE-LAMERELA Mere, A om RE LAMI-RE-LAMI ® Micanto es un canto libre que se quiere regalar Re La Mi RE LAMERELAM A quien le estreche su mano, a quien quiera disparar.. ® Mi canto es una cadena sin comienzo ni final Y en cada eslab6n se encuentra el canto de los demas El canto de los demés... ® Sigamos cantando juntos a toda la humanidad Que el canto es una paloma que vuela para encontrar Estalla y abre sus alas para volar y volar. @® Mi canto es un canto libre... cancionero- ya parte el galgo terrible texto: Pablo Neruda Masica: Sergio Ortega ® Ya parte el galgo terrible A matar nifios morenos Ya parte la cabalgata La jauria se desata rat sim ® Exterminando chilenos IAy, qué haremos! iAy, qué haremos! FA sim Ya parte la cabalgata iAy, qué haremos! iAy, qué haremos! @® Y con el rifle en la mano Disparan al mexicano Y matan al panamefio En la mitad de su suefio Ya matan a los chilenos iAy, qué haremos! iAy, qué haremos! En la mitad de su suefio. iAy, qué haremos! iAy, qué haremos! 22 Rew oro FA © Buscan la sangre y el Los lobos de San Francisco tat bo Golpean a las mujeres Y queman los cobertizos. @ Ya parte la cabalgata iAy, qué haremos! iAy, qué haremos! Exterminando chilenos iAy, qué haremos! ® Ya matan a los chilenos... © Buscan la sangre y el oro... @ Maldita sea la hora Y el oro que se deshizo Y para qué nos vinimos De nuestro Valparaiso, ® Ya parte la cabalgata... cancionero vientos del pueblo versién de Isabel Parra @ De nuevo quieren manchar Mi tierra con sangre obrera um sn Los que hablan de libertad Y tienen las manos negras sou Los que quieren dividir ane faim Ala madre de sus hijos Y quieren reconstruir tam si7 La cruz que arrastrara Cristo, © Quieren ocultar la infamia Que legaron desde siglos Pero el color de asesinos No borrarén de sus caras Ya fueron miles y miles Los que entregaron su sangre Y en caydales generosos Multiplicaron los panes. ® Ahora quiero vivir Junto a mi y mi hermano 37 La primavera que todos Vamos construyendo a diario aostm sou No me asusta la amenaza Patrones de la miseria La estrella de la esperanza Continuard siendo nuestra. rim-mim7-Latam-mim @ Vientos de! pueblo me tlaman Vientos del pueblo me llevan Me esparcen el corazon Y me avientan la garganta Asi cantaré el poeta Mientras el alma le suene Por los caminos del pueblo Dilde anor y abn. 93 cancionero 24 el pimiento ‘En el centro de la pampa Vive un pimiento Sol y viento pa su vida sot rem Sol y viento Sol y viento pa su vida Sol y viento. Coronado por la piedra Vive el pimiento Luna y viento lo vigilan Luna y viento Luna y viento lo vigilan Luna y viento. Cuando sus ramas florecen Es un incendio Tanto rojo que derrama Rojo entero, rojo entero... Nadie lo ve trabajar Debajo el suelo ‘Cuando busca noche y dia Su alimento Cuando busca noche y dia Sualimento, Pimiento rojo del norte Atacamefio Siento el canto de tus ramas. Enel desierto Siento el canto de tus ramas En el desierto. Debes seguir floreciendo Como un incendio Porque el norte es todo tuyo Todo entero, todo entero... cancionero angelita huenuman Enel valle de Pocuno, FA cem7-FA rem7 Donde rebota el viento del mar Donde la lluvia era los musgos ra rem7-FA boven? Vive Angelita Huenumén. Entre el mafifo y los hualles El avellano y el pitrén Entre el aroma de las chilcas Vive Angelita Huenuman. La sangre roja del copihue Corre en sus venas Huenumén Junto a la luz de una ventana Teje Angelita su vida. ‘Sus manos bailan en la hebra Como alitas de chincol Es un milagro como teje Hasta el aroma de la flor. En tus telares, Angelita Hay tiempo, lagrima y sudor Estan las manos ignoradas De éste, mi pueblo creador. Después de meses de trabajo El chamal busca comprador Y como pajaro enjaulado Canta para el mejor postor. Entre el mafifo y los hualles El avellano y el pitrén Entre el aroma de las chilcas Vive Angelita Huenumén. cancionero ‘cao 3er. espacio tam Fart A Cuando el sol se inclinaba lam(i1F-2-D0/MI-MI/SOL-FA/LA-SOL/S!) Lo encontré sous En un rancho sombrio. lam(HI-DO/ML-MI/SOL-FA/LASOL/S!) De Lonquén Fart En un rancho de pobre Lo encontré (LA/D0-51/RE-DO/MI-S/RE-LA/DO-DO/MI-SI/RE) Cuando el sol se inclinaba (©0/M1-S1/RE)4am(DO/ En Lonquén FAT+am-FAT+ Jam FAvtlam Far B Sus manos, siendo tan vi FA7+~ tam FAT#-lam- FATS-lam Eran fuertes pa trenzar bo Eran rudas y eran tiernas ram am-FA7+ 4am Con el cuero del animal. B El lazo como serpiente Se enroscaba en el nogal Y en cada lazo la huella De su vida y de su pan, sous - am sols am © Cuénto tiempo hay en sus manos SOLS-Iam SOL61amSOLE-am Y en su apagado mirar FAT (vb3}amFA7+am Yano debe trabajar. Fart D Las sombras vienen laceando La Giltima luz del dfa Fate El viejo trenza unos versos mim Pa maniatar la alegria,, n.27-s0L7/6-SoL7* 06 ere 2 /SOL-FA/LASOLSI-LA/OO") B Sus lazos han recorrido Sur y norte, cerro y mar Pero el viejo, Ia distancia Nunca la supo explicar. B Su vida deja en los lazos Aferrados al nogal Después llegard la muerte Y también lo laceard. C Qué importa si el lazo Es firme y dura la eternidad Laceando por algtin campo El viejo descansaré. ‘A Cuando el sol se inclinaba Lo encontré En un rancho sombrio De Lonquén En un rancho de pobre Lo encontré Cuando el sol se inclinaba En Lonquén. a el amor es un camino PAs /Redeitastm-solsm-steL Ae mim PAB RES -MESIT-MISI7-MI @ Elviento juega en ta lore Acariciando eltrigel Y en'el viento la paloma Practica su libertad, ims sima_aoitme ® El amor es un camino simacdodtmt - sint-do me Que de repente aparece d9im?_sim7-dostm? sim? Y de tanto éaminario rims si7 wrasrned) Se'te pierde. MUta moist Latsmime-FA#/REMISI7-Mt © Con la primera alborada La tierra voy a regar Descubro el surco de! agua Que corre libre hecia el mar. ® El amor es un camino... @ La vida encontré en tus ojos Fui como el viento y el mar Son mis inicos tesoros Que no me podrén quitar. ® El amor es un camino Que de repente aparece Y de tanto caminarlo Se te pierde, 7 cancionero preguntas por puerto montt Introduccion: rem @ :/Muy bien, voy a preguntar FA Lat Por ti, por ti, por aquél A Lat Por ti que quedaste solo Y el que murié sin saber /: ar rem ue murié sin saber. 8 Murié sin saber por qué po LAT rem Le acribitlaban el pecho FA La? Luchando por el derecho De un suelo para vivir FA Ay, qué ser més infeliz FA rem El que mand6 a disparar Sabiendo como evitar Una matanza tan vil" :/Puerto Montt, oh, Puerto Montt /: Puerto Montt, oh, Puerto Montt. FA rem-La7-rem Puerto Montt, oh, Puerto Montt. © Usted debe responder Sefior Pérez Zujovié Por qué al pueblo indefenso Contestaron con fusil. @ Sefior Pérez, su conciencia La enterré en un ataid Y no limpiaré sus manos Toda la Iluvia del sur. Murié sin saber porqué... ojitos verdes LE vie, nifia de tos ojos negros 2 Vids, de 10s ojos colorados/ Ta Vids tus mayo. ‘Ts mayores son mis suegros [2 Vida tus hermé. Tushermanos mis cufiados sou bom am La vid8, nifia de los ojos negros Gfos negros y pardos Son los bonitos, son los bonitos Pero los de mi gusto Los verdécitos, los verdecitos {0s verdecitos st Gierto y me muero Por una que se llama E) Yani me acuerdo Ya ni me aouerdo/: Cierto y asf se muere El que te quiere, el que te quiere. 30 te recuerdo, amanda ASSOUS-LAt RE (vi-0) fam @ Te recuerdo, Amanda La calle mojada ‘sou, Corriendo a la fabrica Donde trabajaba Manuel. Res (vi0) am @ La sonrisa ancha La lluvia en el pelo No importaba nada Ibas a encontrarte con él Con él, con él, con él. ® Conél ‘Son cinco minutos wart La vida es eterna En cinco minutos __LAT+- SoL7+ ‘Suena la sirena De vuelta al trabajo. tam Y ta caminando sou Lo iluminas todo Los cinco minutos Te hacen florecer. @ Te recuerdo, Amanda... @ La sonrisa ancha ® Con él Que partié a la sierra . Que nunca hizo dafio Que partié a la sierra Y en cinco minutos Quedé destrozado ‘Suena la sirena De vuelta al trabajo Muchos no volvieron Tampoco Manuel. @ Te recuerdo, Amanda Corriendo ata fabrica Donde trabajaba Manuel luchin Ccestto 2° espacio Res Lay nee © Fragil como un volantin sour+ Lar Ree En ios techos de Barrancas, Jugabs el nif Luchin sour+ LA? Ree Con sus manitos moradas. Lay sous © Con la pelota de trapo sous Lar sous Coivel gato y con el perro am LA sims EI caballo lo miraba, @ En el agua de sus ojos Se bafiaba el verde claro Gateaba su corta edad Con el potito embarrado. ® Con la pelota de trapo... A El caballo era otro juego En aquel pequefio espacio Y al animal, parecia Le gustaba ese trabajo. ® Con la pelota de trapo Con el gato y con el perro Y con Luchito mojado. | @Si hay nifios como Luchtn Que comen tierra y gusanos Abramos todas las jaulas Pa que vuelen como péjaros. ® Con Ia pelota de trapo Con el gato y con el perro Y también con el caballo, _ t $¢ al| l ele es | $ i Hl CU eel HT 3 ee VICTOR JARA, APARECIDO por Roberto Brodsky itas de Victor Jara, un canto truncado, de Joan Jara “Correlé, correlé, correla por aqui, por alli, por alls, correlé, correlé, correld, correlé que te van a mata. El Aparecido “No pasaré de los cuarenta”, habia dicho un riendo, Victor Jera. Puede que solo entonces su amplia ¥ geneross_sonrisa hablara realmen- te en serio, escrutara los aconteci- mientos como los suefios nos reve- lan el estado de pesadilla descono- cido en que vivimos. Puede ser. La ‘ocasién, en todo caso, s6lo le sirvio ara recibir una amorosa rechifla de parte de su mujer Joan y de sus hi- jas Manuela y Amanda, quienes desmintieron con risas y bromas la terca premonicion del hombre de la casa, que parecia apelar 2 argumen- tos ‘atales con el Gnico fin de que algura de ellas le sirviera el desayu- ‘no una mafiana de julio de 1973. Acababa de regresar del Pert, adonde habia ido invitado por el Instituto Nacional de Cultura, y ya para entonces Victor Jara era con- siderado entre los mas destacados ‘exponentes del canto popular chi- leno, junto a Angel e Isabel Parra, Quilepayiin, Patricio Manns, Rolan- do Alarcén y el grupo de investiga ‘clon musical Inti-tlimani. Surgidos a la luz pablica a mediados de la década del sesenta y guiados por el trabajo creativo realizado por Violeta Parra, constitufan entonces un reducido y ‘marginado grupo de folkloristas dis uestos a limpiar la cancién popular de los moldes tipicos a que la habia re- ducido la cultura oficial del huaso y la pollerita al viento, desarrollando todas las potencialidades de una cultura pre- sente y silenciose, que habia que redes- Cubrir en sus propios territorios: el de: sierto del norte, las minas, las grandes extensiones de tierra del sur, las fébri- as y poblaciones de los centros urba- nos de mayor importancia, Aunque Victor habia definido su vocacién en el testro, como actor y director, la mii- sica se encontraoa con él por les noches en el numero 340 de Ia calle Carmen, donde los Parra habfan instalado una pefia que llegaria a convertirse en una atraccién turistica a fines de los 60. Era la época de le Nueva Cancién Chi lena, de su primer Festival. Pero ahora, con el triunfo electoral de Salvador Allende, el movimiento vivia su mo- ‘mento de mayor auge, con una extra- ‘ordinaria masificacién y un desarrollo puesto a prueba dia a dian el contac to directo con las transformaciones ue se estaban llevando a cabo en la sociedad y el centro de la lucha politi. ca del momento. Las canciones de Vic~ tor Jara se escuchaban ahora en la ra- dio y Ia televisin, eran cantadas en las peflas en las grandes manifestaciones, eran invitadas a recorrer los paises de ‘América Latina y Europa, tomaban contacto con los primeros rasgueos de la Nueva Trova en Cuba, se instalaban instintivamente casi en las manos y en la voz de su autor, desplazando al tor Jara hombre de teatro, como una mujer desplaza a otra, como si Victor Jara hubiera decidido dedicarse al te: two en el mismo momento en que la cancién decid/a dedicarse a Victor sara. Ambas elecciones eran buenas, y al fin una de las mujeres de su casa termin6 por servirle café y un par de tostadas para que desayunase. el derecho ala guitarra Un bochornoso mediodia de enero dos jévenes de aspecto desalifiado calmaban el hambre paséndose una botella de leche con migas de pan inte: ‘gral adheridas al gollete, Ambos ha- fan acostumbrado' el estémago a la frecuencia de sus deseos: querfan ac: tuar y dirigir obras que los represen- tasen_como individuos y como socie- dad. Victor hacfa proyectos de viajar al sur, 4 la regién da Muble, donde odrian recorrer la zona investigan- do y recogiendo material folkiérico ‘que luego integrarfan al espacio escé nico en un solo espectéculo. Irfan a la finca de los padres de Nelson, habla- rian con la gente del lugar, cantarfan sus canciones yendo de pueblo en pueblo... Sin embargo, no disponian ni siquiera.de una guitarra. Entonces, ‘ctor le conté a Nelson que cierta mujer parecia dispuesta 2 regalarle tuna 2 cambio de... un poco de ternu ra-en la mirada. No hubo que hablar més y Nelson despej6 de a cabeza de su amigo toda culpabilidad posi ble: no habfa compromiso alguno en aceptar un regalo tan codiciado. Se dirigieron donde la amiga de Victor y luego los tres entraron a la Casa Amarilla, dispuestos a llevarse la que mis le satisficiera Joan lo recuerda as “Entraron a la tienda y Margarita ‘tome Ia iniciativa, decidiendo comprar la mejor guitarra que hubiera. Esta re: sult tener una amplia caja actstice, semejante a una mujer con caderas ge- nerosas, y estaba chapeada en nogel. Victor la tomé en sus brazos y pulsd suavemerte las cuerdas, que emitieron el universal fe... Las tanted una a una ¥ comprobé que el instrumento ese taba perfoctamente afinado, Empez6 2 tocar a sy manera caracteristica, sua ve y amorosamente, exigiendo luego fuerza y dureza al sonido. Era obvio que la guitarra ya le pertenecta. Fue amor a primera vista, Victor sonrié plécidamente y abraz6 la guitarra de ‘anchas caderas". Dias después, Vietor y Nelson Vi- Hlagra partfan rumbo al sur en busca de lo que ellos llamaban la “autenti dad rural”, tal vez contagiados de la jerigonza intelectual de la épaca. A los pocos meses, Victor regresaria cargado de una conciencia mucho menos ideal de aquel_ mundo enclavado en sus ‘origenes campesinos. Hacia ya un aflo que estudiaba en la Escuela de Teatro de la Univer- sidad de Chile, adonde habia tlegado siguiendo un accidentado itinerario de Obligaciones y oficios. Tras la muerte de su madre, y con 15 afios cumplidos, Victor se traslad6 a la casa de la fami lia Morgado, en la poblacién Nogales. Los Morgado eran amigos de Victor fen la estuela, y el padre lo acogib mientras comenzaba a trabajar por su cuenta para sobrevivir. Fue por esos aos que ingresé al sominario religio 80, que abandonaria dos aos més tarde, bastante consternado por la ectitud que en el seminario le hacian lasumir respecto de su cuerpo: “Todo lo que era saludable —recordaria més tarde—, lo que significa un estado de bienestar fisico, tenia que dejarse de lado. El cuerpo se convertia en una especie de carga que estabas obligado 2 soporte”. Fue llamado al Servicio Militar y acepté ir, postergando cual- ‘quier dec'sion frente al futuro, ‘Al salir, regres6 a la poblacién No- gales y camenz6 a trabajar como por: tero en un hospital, hastaque se encon. 16 con un aviso en el periédico donde solicitaban voealistas para el Coro Uni- versitario: el Teatro Municipal prepara- ‘ba el Carmina Burana para el afio si- guiente. Fue aceptado como tenor y el nuevo ambiente lo decidié @ aban: donar su trabajo de portero y viajar al norte con sus amigos de! coro, que par a : 3 33 tian a investigar la mdsica popular de la zona, Al regresar, tuvo la oportu- nidad de presenciar al grupo de panto- mimas de Enrique Noisvander, y tal fue su entusiasmo que solicit el ingre 50 ese mismo dia: las pruebas resulta- ron positivas y Victor pas6 a formar parte del elenco, actuando en Santia go y provincias. Tenia veinte aos ‘cuando uno de sus amigos del grupo de Noisvander lo convenci6 de que postu- lara @ la escuela de teatro de la Uni sidad de Chile; un afio més tarde ya ere estudiante de actuacion, y gracias @ luna pequefia ayuda logr6 sobrellevar su pésima condicién econdmica La guitarra propia llegaria en las va- ceaciones de su primer aio universitario, la dama de rojo Fue al ingresar al coro que conoci6 a Joan, La habia visto bailar en el Carmina Burana, \a primera vez, un afio después de presentarse al llamado del periédico. Ahora ella era su maes- tra de expresion corporal en la Escuela de Teatro. Joan habia llegado a Chi en 1954, acompafiando a su marido chileno Patricio Bunster, bailarin y co- re6grafo que habia viajado a Inglaterra para trabajar junto al Ballets Jooss, donde se habfan conocido y luego casa do, Al trasladarse a Chile, Joan dedicé todo su tiempo a trabajar junto a su marido en el ballet, ingresendo pos- teriormente a la Universidad de Chile como profesora estable de baile y ex- presién corporal. Sin embargo, el ma- trimonio Bunster-Tumer no andaba bien: “Aunque profesionalmente exist(a luna gran compenetracion entre noso- ‘ros, nuestro matrimonio se agoté y sabitamente tuve que afrontar el he- cho de que Patricio se habia enamora- do de una bailarina més joven de la compafifa, una ex candidata al t/tulo Miss Chile que se paseaba a gran velo- cidad en una motoneta color malva. No pude hacer frente a la situacién Por si fuera poco, yo estaba embara- zada por primera vez.... Nuestro ma ‘trimonio acabé antes de! nacimiento de Manuela”. Un dfa, Victor se enteré de que ta misma mujer que hab(a visto bailar en Carmina Burana como la Dama de Rojo, interpretarfa a la Madre en el ballet Ca/aucén, una obra que Pa: tricio Bunster preparaba desde ha: cia tiempo, basindose en algunos versos del Canto General de Neruda Victor solicit6. permiso para asstir 4 Ios ensayos, en parte atraido por el ballet mismo, en parte por la Dama de Rojo: @ sus ojos parecian confun- ditse en una misma cosa. Por esos. tiempos, Joan andobe cerca de los 30 afios y Victor era un entusiasta joven actor y folklorista que acostumbraba a pasar por el café Sao Paulo, en la calle Huérfanos,frecuenta do por artistas e intolectuales de la época, Fue allf donde conocié a Viole- ta Parra y a sus hijos Angel e Isabel Dedicado procesar el material que habfa trefdo de Nuble luego de varios viajes, Victor tuvo la oportunidad de grabar su primera cancién en 1957 junto al grupo Cuncumén, que trabeja- ba en la recopilacion de materiel fol- kalérico rural y con el cual Victor ha- bia estado colaborando desde hacta alain tiempo. Se me ha escapado un suspiro, una cancion de amor cam- pesina, fue incluida en el éibum de Cuncumén, y a ella siguieron otros dos temas compuestos por Violeta Parra para que los interpretara “el cantante folkl6rico némero. uno de Chile”, segin la expresion que em- pleara la propia Violeta. La actividad de Victor comenzaba a intensificarse tanto en el teatro como en la cancién, ya medida que avanzaba en sus estu dios, su vor y su canto adquirfan ma- yor ‘consistencia; paso a ser un inte- grante regular de Cuncumén, apren- diendo danzas y cantos de las egiones més apartades del pats, y al afio si- ‘uiente dirigid su primera obra: Pare- eido a fa felicidad, de su compafiero de estudios Alejandro Sieveking Lo obra fue un éxito rotundo y de. cidié @ Victor a proseguir sus estudios, esta ver de direccién teatral. La com pafifa recibié una llevar la obra a distintos pafses de ‘América Latina y emprendié el viaie. LLuego de visitar Cuba, Venezuela, Co: lombia y Costa Rica, entre otros.pal- ses, regres6 a Santiago, donde una tar dde encontro a Petricio algo inquieto ‘as los bastidores del teatro Antonio Varas: Joan acababa de dar a luz y las relaciones entre ambos no podian estar peor. Finalmente, partieron a la clini 2 aver ala pequefia Manuela Tuvieron que pasat algunos meses antes de que Joan y Victor se encon- ‘raron, Joan haba salido de compres fn busca de un vestido nuevo cuando decidié pasar por el café Sao Paulo: “En la media luz del local miré y no vi caras conocidas, salvo la de Vic- tor Jara, que estaba solo, sentado en tuna mesa y lefa un libro. Levanto la mirada, me sonri6, hizo sefias para que ‘me acercara y sentara con él, pero lo saludé envarada, ocupé otra mesa incluso miré por encima de! hombro, para ver si realmente era a mi a quien saludaba, Cuando terminé el café, me levanté y salf al calor de la calle. Vic- tor debié seguirme. Me alcanz6, me salud6 carifiosamente y me pregunté ‘c6mo estaba y si habia reanudado el trabajo. Descubrié lo que llevaba en a bolsa e intent6 convencerme de que aquella noche saliera con él... Me dio risa la invitacion, El hecho de vstar recién descasada_ me hacia sentir desnuda e indefensa, por lo que me mostré muy poco amable”. Los encuentros se repitieron, y una noche, caminando por el Parque Fores- tal, la hosquedad de Joan se transfor- mé en declarada simpatia cuando sin- 116 a mano de Victor posarse en la su- ya. Era el primer afio de una década crucial: 1960, una carta de amor El trabajo_con Cuncumén prose: guia a toda méquina y el grupo se pre- paraba para una gira que duraria entre cuatro y cinco meses, recorriendo y tocando en las principales ciudad de Europa del Este, Victor habi sido nombrado director artistico del conjunto, y un 30 de mayo empren- dié vuelo, La separacin de Joan, en vez de debilitar la incipiente relacién, parecié fortalecerla. Comenzaron a lle- {gar cartas desde Praga, Minsk, Odessa "28 de septiembre Queridisimo amor mio, ahora en la noche después del re- ital he leido més detenidemente tus cartas y estoy un poco revuelto, depri- mido un poco... Primero me pides que ‘no te idealice, que no te consideras con cuelidades humianas para ser compatie- ra de un comunista; que debo tener presente que no eres sociable; que temes a las personas que viven con tun ideal muy alto; que temes tam- bién la posicién intelectual en el comunismo, Como responderte para que me entiendas, amor mio. Nunca JOAN JARA dije que a ti te idealizo. A ti te quiero, ¥ conociéndote asf tal cual eres, con todas tus virtudes y tus defectos, he aprendido a quererte mucho més to: davia... Y aqui reside el otro punto. Yo tomaré el camino del comunismo. 4Acaso un deber como hombre y el ‘amor son incompatibles? Yo no te exi- jo, vida mfa, que tG también seas co- ‘munieta, No, no te lo puedo exigir. A nadie se le exige que pionse de deter: minaca manera, por més cerca de uno ‘que esté.,. Dices también que tomes 2 los que viven con ideales muy altos. Esté bien. Yo también temo a esas personas, En cuanto a mi, creo que ‘con lo poco que conoces a mi familia y los amigos con que me he criado Puedes comprobar que estoy hecho para conocer la realidad. Y mi ideal coma comunista no tiene més altu: ra que apoyar y reforzar a los que reen que con un régimen del pueblo, el pueblo serd fliz. Trataré de no ser obsesivo y de darme cuenta de que lo que hay debajo de mies tierra, y que los que pasan a mi lado tienen dos ‘ojos y una boca como yo. “No temas de mi, vida mia, s6lo hay que temer no ahondar dentro de ti y de mi para encontrar la simplicidad. En cuanto a ser intelectual, te confieso sinceramente que no soy tan frfo co- ‘mo para eso. Tt me conoces, sabes que poco es lo que puedo intelectualizar. Parece que mi colador no esté en la ca- beza sino en mi alma, Algo me topa adentro y ah( empieza a brotar hasta ue logra salir hacja afuera, Decir que intelectualizo el comunismo es dema- siado decir, porque todavia no sé lo que es un comunista dentro de mi. Al volver @ casa, Victor ahanconé la habitaci6n que alquilaba en la calle Valdivia: fue el principio de su vida fen comin con Joan. Alquilaron una casa en el sector orlente de la ciudad ¥y all permanecieron hasta el final. Al recordarla, pareciera que Joan hablera de un jardin de plantas: “Cuando llegamos, el terreno que rodeaba la casa era un vertedero, pero quitamos, una tras otra, piedra, latas oxidadas y hierros viejos... Con el co: rrer de los afios nuestra casita quedé defendida por una selva de lozanos bambiies, buganvilias y una flor de pluma o glicina, que prosperaba como si de mala hierba se tratase; una mimo: sa, arbustos del sur de Chile, madrese!: va, hiedra y abedules plateados. Las golondrinas anidaban en los aleros y las tardes de verano el cielo se cubria de sus vuelos rasantes; los colibries © picaflores revoloteaban y cruzaban el aire como dardos, iridiscentes de color, y los queltehues aleteaban ¥ chillaban anunciando la lluvia cuan: do las cumbres montafiosas se envol- van en nubes”. Un die, el vientre de Joan comen- 26 a crecer y_a hincharse con los me- ses. Era Amanda que venta en cami- tno; golpeaba, palpitaba, pedia permi- so para entrar. las alas en la garganta El trabajo en Cuncumén siguié has- 1a finales de 1962, afio en que el grupo grabé un slbum que inclufa dos temas ‘de Victor: Cancién del minero y Palo- ‘ma, quiero contarte, dedicado a Joan ¥ compuesto durante su ausencia en Europa. Poco después de la grabaci6n, Victor dacidio apartarse de! grupo, ‘cuya lines, si bien la compartia, era fundamentalmente de investigacion folkiérica, E! queria cantar, sacar la voz, en forma urgente, desplegar las alas: "Cuanto més lo conocia, mejor ‘comprendia cuén profunda era su ne. cesidad do la misica y lo importante que era para él su guitarra. Podria haber llegado a estar celosa de ella, To: ccaba cuando estaba deprimido 0 espe- cialmente feliz, cuando estaba relaia do 0 para relajarse si estaba nervioso" De hecho, la primera vez que Joan lo escuché tocar, todas sus resistencias cedieron: “No puedo decir que se con: virtiera er otra persona, pero se trans- form6; era él mismo pero con al Mostré todo su calor, su ternura, su pasion, su capacidad de divertirse. Su voz expresaba todo es0, asi como fuer: za, Lo contemplé abrazado a la guita ‘ta, inclinado sobre ella o levantan. do la mirada... y vi el palpiter de su garganta, sus ojos cerrados cuando se concentraba, 0 mirindome desde el otro lado de la sala al entonar una cancién tras otra Como no posefa formacién musi cal formal, su gran instrumento era el instinto, apoyado en sus investiga clones de verano en Nuble, donde habia nacido su madre, y que evocaba intuitivamente: “Algo parece echar rafces en mi y luego tengo que encontrar la forma de sacaric”, solia décirle a Joan, Vi 35 3 fa_en un constante estado de exal taci6n; llenando libretas con notas, sgarabateando versos arriba de las mi- eros, durante el almuerzo 0 mientras, camingba tarareando una nueva can: ccién que comenzaba a crecer en su interior Fue invitado a crear una escuela de folklor en la Casa de la Cultura de flufioa, y comenzé a preparar, junto a otros artistas, el trabajo para la campafia electoral de 1964, donde Allende volver‘a a presentarse en opo- siclon a Frei, el"candidato demécra tacristiano, Paralelamente, su labor ‘eatral volvia a alcanzar relieve con el montaje de Animas de dia claro, de Alejandro Sieveking, su amigo de la universidad. A su regreso de la gira musical con Cuncumén, Victor habia sido nombrado miembro del equipo permanente de directores del ITUCH (Instituto de Teatro de la Universi dad de Chile), y su trabajo en la nueva obra de Sieveking le valié elo- giosas criticas tanto en Chile como fen el extranjero, adonde fue invita do a presentarla. En Montevideo tuvo ‘ocasi6n de alternar con los grandes directores latinoamericanos. del _mo- mento: Enrique Buenaventura de Co- lombia, Augusto Boal del Brasil y ‘Atahualpa del Cioppo, del Teatro Galpén de Montevideo. Luego dirigié Los invasores de Egon Wolff, que suscit6 una fuerte polémica entre autor y director: mientras el uno ponia el énfasis en el terror de las clases medias a verse invadidas por lun grupo de pordioseros, el otro insistia en realzar la actitud de és tos ltimos, a fin de provocar las simpatias del piblico hacia ellos. Al parecer, Victor Jara no estaba dispuesto a contribuir a la campa fla de terror anti-izquierdista que comenzaba a agitarse en la vispera de las elecciones, De todas formas, el candidato triunfante no fue Allende sino Frei; los invasores no habfan logrado entrar en la casa, y la masica de Los Beatles reinaba en todos los programas radiales de Chile y el mundo. Era la Gp0ca de los disk-lockeys, las Cuatro Brujas y los Cuatro Cuartos, mientras la cancion popular se replegaba tras la derrota de su candidato. E! lugar elegido fue la calle Carmen 340, donde Jos hermanos Parra inauguraron su pefia: “una vieja casa en una calle bastante ruinosa, a pocas manzanas del centro de la ciudad”. CON ALEJANDRO SIEVEKING, actuando en Los bajos fondos de Gorki, en 1958 una nueva cancion “Apretujado en uno de aquellos ineémodos bancos de madera, en una atmésfera enrarecida y cargada de hu ‘mo, tenfas que ser realmente muy afi cionado para resistir las tres 0 cuatro horas de masica. Los intérpretes actua ban en una mindscula plateforma de madera entre ambas habitaciones —euya pared divisoria habia sido derribadz—, iluminados por un peque- fio foco, El efecto era impresionante ¥y creaba un clima de respeto y con centracién a pesar del vino y la infor. malidad de! ambiente” Niel mismo Angel Parra sospechs: ba lo que estaba haciendo entonces. La pefia se convirtié répidamente en tn sitio de expresién alternativa a los programas oficiales del partido gober- ante, y hasta alli llegaron Victor Jara, Rolando Alarcén —ex director musical de Cuncumén— y Patricio Manns, entre otros muchos. La presen- tacién de un canto ya no s6lo chileno, sino latinoamericano, enriquecié la ac: tividad de la pefla y ésta se transform6 ‘en un punto de contacto para compo sitores y masicos de otros paises. Nue- vos instrumentos se dejaron ofr sobre la pequefia plataforma de madera, y el cuatro venezolano, el triple colom- biano, las zampofias bolivianas y los bombos pampeanos contribuyeron @ ensanchar el horizonte musical de los artistas nacionales. Era una forma de decir que la nueva cancién chile- nna no estaba sola, que su propio can- to era de alguna manera el canto de todos, “EL ejemplo de Ia pefia de los Pa: Fra se propagé como un reguero de Pélvora. En 1967 habla pefias por todas partes. Algunas eran puntos de reunién fijos, como la arraigada Chile Rie y Canta, de René Largo Farias, y otras pasajeras, reuniones 2 fin de recaudar fondos para causas de izquierda, pero la mayoria corres: Pond/an a federaciones estudiantiles de las universidades, siendo una de las, primeras y mas importantes la de la Universidad Técnica del Estado" Fue en una de esas pefias-discipu: las, en Valparaiso, donde Victor tomé contacto con los integrantes de un ‘nuevo grupo musical que se hacla Hamar los Quilapaydn. Abordaron a Victor a la salida de la pefia y le pro- pusieron nombrarlo director artistico, trabajo que desarrollé hasta’ 1969, cuando renunci6 ante la insistencia de ps CON EDUARDO CARRASCO, del Quilapayin, el 19 de mayo del 67 Eduardo Carrasco para que dejara de cantar como solista y se integrara al grupe: "Se nego y vio que le criticaban ‘estar interesado on Ia fama personal. Peor aun, se burlaron de él por su ‘eonciencia de ser un campesino que se habla criado en un barrio bajo ur- ano, y por su insistencia en recono- cer su origen familiar, que era la pie- dra angular de cuanto hacia” Para entonces Quilapayiin habia logrado afirmar su presencia musical ‘en el pais y, al parecer, no habia ma yyores motives para permanecer como director artistico. Su_renuncia provo- (66 un distanciamiento innegable entre Jos miembros det grupo y Victor. Mientras, el trabajo en. las pefas continuaba, constante y agotador: "Después de cantar, Victor tenfa la ‘costumbre de'esperar a que la reunion acabara, momento en que todos los artistas cantaban y tocaban juntos en un gran final improvisado. A veces aleanzaba tal impetuquesegu/an tocan- do toda la noche, mucho después de ‘que el piblico se hubiera retirado”. Sin embargo, el entusiasmo tuvo un intermedio doloroso: un dfa de vera- no, 2n febrero de 1967, Violeta Parra 43@ Suicid6 en la soledad de Ia carpa de circo que habia levantado en La Rei: na. Habfa sido la primera trabajadora del canto popular chileno, y su muerte dej6 @ todos con un inigualable senti: miento de pérdida, Recién ahora los ‘compositores més j6venes comenzaban a descubrir toda su talla y creatividad, amanda, el labrador La actividad teatral de Victor conti- nué en forma regular, realizando dos importantes montaies: La remolienda de Alejandro Sieveking y La maffa de Ann Jellicoe, ésta Gitima dirigiendo al grupo ICTUS. Ambas merecieron dos importantes premios en 1965, el de la Critica y el Caupolicén, y en 1967 Victor emprendi6 una gira a los Es tados Unidos, donde tuvo oportuni dad de tomer contacto con el mo- vimiento pacifista norteamericano, que cobraba fuerzas oponiéndose 2 la intervenci6n en Vietnam. Aunque el jipismo no logré convencerio con sus ostulados, la ocasin le sirvid para ‘comunicar su experiencia como latino- americano a la juventud universitaria de la costa oeste de los Estados Uni- dos, observando muy de corca la préc- ica teatral de grupos de vanguardia, ‘como el Open Theatre de Nueva York y el Living Theatre, Mas tarde, a su re- greso a Chile, proyectaria la real clén de Vietrock, especie de creacion colectiva improvisada que buscaba ‘entragar una visi6n global de la guerra 2 través de episodios vitales experimen- tados por sus protagonistas, Mientras, Victor siguié viaje 2 Londres, donde haba sido invitado tras el éxito de La remolienca y La mafia. Asistid como espectador invitado a los montajes de las principalas compafifas inglesas, visi- tando escuelas de teatro y asistiendo a representaciones y ensayos hasta que lNogé la hora de volver. Pero no fue s6lo del Richmond Theatre y. de la Royal Shakespeare Company de lo que hablo Victor @ su regreso, La cancién no hab(a deja- do de acompafiarlo durante todo. su apretado programa de visje, y debe haber sido una de esas noches nubla- das de Londres, de eristales empafia- dos, en la pensién desde la cual se di- vvisaba la bandera de Inglaterra como un simbclo de lo lejos que estaba de aquello que més amaba, cuando ‘compuso Te recuerdo Amanda: “La eaneién contenfa una mezcla de pasado y futuro, con ese extrafio sentido profético que caracterizaba al- ‘qunas de las letras de Victor. La gente se pregunta si la escribié por su madre © por su hija, Creo que no la dedicé espectficanente a ninguna de las dos, si bien contiene la sonrisa de su madre ¥ la promasa de la juventud de su hija”. ‘Se acorcaba el fin de la década y el clima politico chileno se agudizaba a ra(z de las fuertes contradicciones que el gobierno reformista de Frei, lejos de superar, habia. puesto en evidencia al interior de la sociedad chilena. Un ‘afio antes de que os estudiantes de Paris escribieran en los muros de ta Sorbonne “La imaginacién al poder”, zamarreardo al gobierno del general De Gaulle e inoftando a similares re- wueltas en el resto de Europa, le Universidad Catélica de Chile amanecié tomada: el movimiento de la Reforma nacfa como un deseo de participacién real, asf como une as- piracién de cambio a las viejas y an- quilosadas estructuras académicas. Les ppefias cundieron en las federaciones y centros de estudio, al tiempo que co- menzaban los primeros sintomas de luna nueva eleccién presidencial en el pats, El canto popular ya tenia su propio sello grabador, la Discoteca del Canter Popular, DICAP, que hizo su presentacién piblica el afto 68, lanzando a la venta Por Vietnam, un disco de canciones internacionales Interpretadas por Quilapayin. El se- gundo LP fue Pongo tus manos abjer- tas, de Victor Jara, aparecido al afio CON QUILAPAYUN, cantando la Plegaria, en 1969 siguiente, El éxito aleanzado por los dos primeros discos era significative de la actitud del péblico, que se man: tenia atento a lo que pasaba al otro la do de los medios de comunicacién off ciales, y fue este fenémeno el que deci: did a Ricardo Garcia, un locutor que habia estado apoyando permanente. mente la actividad de los nuevos fol- kloristas, a realizar el Primer Festival de la Nueva Canci6n Chilena. Auspicia- do por la Vicerrectorfa de Comunice- ciones de la Universidad Catélica, el Festival se llevé a cabo en el Estadio Chile y fue presentado al piblico co: mo una Investigacion acerca de la si ‘tuaci6n de la misica popular chilena. Paralelamente a la competencia, se rea: lizaban mesas redondis, charlas y dié logos entre compositores, representan: tes de los medios de comunicacion y productores de discos. Isabel cantando a Violeta, Angel, Rolando Alarcén, Patricio Manns, Ri chard Rojas, Victor, Intititimani, Qui: lapaydn... una tras otro recibieron ova: ciones durante las cuales el local pare: cla venirse abajo, pero no fue un triun- fo personal de los artistas, y estoy se- ura de que ninguno lo interpreté en este sentido. Fue més bien la victoria de _un movimiento social muy profun- ai do, dotado de una expresién cultural propia, que en aquel momento empe: zaba a ser reconocido, se reconocia {si mismo, reafirmaba su identidad’” Victor Jara se present6 con un te- ma calificado por £/ Mercurio como sumamente “explosive”: Levantate y mira la montafia de donde viene el viento, el sol y el agua. La Plegaria a un labrador compartié con La Chilenera, de Richard Rojas, e! primer puesto en el Festival. Victor hi 20 su presentacion junto a Quilapayan como grupo invitado; ese mismo afio. se producirfa la separacin. “victor tabajé especialmente con Patricio Castillo, e! miembro més joven del grupo, en el desarrollo de la misica, y éste fue ol comienzo de una fructife- ra colaboracién que perduré atin des- pués que Patricio dejara Quilapayén y durante toda la vida de Victor”. El éxito aleanzado por el Festival abrié las puertas para la masificacién y difusi6n del canto popular. Los me: dios de comunicaci6n repararon en el ‘nuevo estilo de la mésica chilena y die: ron cabida para que sus compositores ingresaran al circuito de radio y television. Pero eso ya no constitu’a una preo- cupacion para los integrantes de la Nueva Cancién: todos miraban hacia las proximas elecciones de 1970. La situacion parecia indicar que, esta vez si, el candidate de la izquierda lograrfa acceder al gobierno; los inva: sores ya estaban en la cocina y en el patio de la casa de Wolf, correlé, correlé, correla... Como consecuencia directa de la polarizacién politica de aquellos afios, ' Victor se le pidié la renuncia a ta Academia de Folklore de Nlufioa, y ‘tuvo que dimitir de su cargo. Comen 26 a trabajar para las elecciones, can: ‘tando en actos y manifestaciones por todo el pais, al tiempo que participa: ba en la que seria su altima direcci6n teatral como integrante del ITUCH: Vietrock, una obra escrita por Megan Terry, buscaba representar, indagando a través de nuevas formas escénicas, el horror de la guerra del Vietnam, entre: gando al espectador todas las facetas posibles de un conflicto que parecia no tener fin: “Vietrock no puede ser trasladada a la manera USA eseribié Victor Jara al respecto: “Decididamente aqué ‘no hay copias posibles, La autora no sobrepasa un primitivo pacifismo nor- ‘teamericano, No ve al imperialism de su pais con los ojos con que lo vemos los chilenos y latincamericanos. La obra tiene un planteamiento muy Ii: bre... Es mucho més, Es el drama de gran parte de! pueblo norteamericano: de la madre, del soldado que es envia- do a una guerra que a él le parece ex: trafia”. Sin embargo, la urgencia por parti- cipar del momento que vivia el pais lo decidié a dejar su cargo en el ITUCH y ast lograr toda la movilidad posible que la campafia exigla. En agosto de 1970 participé en el Segun- do Festival de la Nueva Cancién y compuso la primera versién, luego ‘modificada, del himno de la Unidad Popular: el Venceremos, que coroné la vietoria de Allende el 4 de septiem- bre de ose afio, Comenzé entonces una intensa actividad donde el canto y el teatro le disputaban cada minuto, de- 38 E biendo salir al extranjero algunas veces ‘como director escénico y otras como folklcrista; pero parecfa obvio que la cancion constitufa su territorio “libre”, ‘en donde podia més instanténeamente Y profundamente expresar sus senti- mientos. La victoria de Allende signifi- ‘66 un vuelco radical en su ritmo de tra- bajo: habia que correr a grabar en una emisora, cantar en un mitin, participar fen un trabajo voluntario, cargar sacos ‘© marchar en las calles: “Me gustarfa ser diez personas para poder hace diez ‘veces todo lo que hay que hacer. Tene: ‘mos la maravillosa posibilidad de crear tuna sociedad socialista por medios pa- cfficos y no debemos desaprove- ccharle... EI mundo nos contempla ppara ver si es posible” Su siguiente disco, publicado en 1971 por DICAP, llevaba por titulo El derecho de vivir en paz, y comuni: aba todo su optimismo personal y social ante los tiempos que se vivian: Mara... abre la ventana ¥ deja que el sol alumbre por todos los rincones de tu casa, Maria... mira hacia afuera nuestra vida no ha sido hecha para rodearla de sombrasyy tristeza... Los afios de trabajo realizado en ‘condiciones adversas se convirtieron de pronto en la politica oficial del gobier- no, y costaba acostumbrarse a las nue- ‘vas responsabilidades. Allende no era un presidente més en la historia politi ca del pais, y tanto sus partidarios como sus adversarios cobraron répida conciencia de ello: “A partir de ese momento nuestra vida se vio catacterizada por el con- texte politico, plenamente vinculado a los acontecimientos —cotidianos. Cuando las cosas iban bien para el go- bierno de la Unidad Popular, éramos felices, y cuando iban mal nos sent(a- mos personalmente afectados, tan grandes eran el sentimiento politico la sensacién de ser participes de una lucha fundamental”. ‘Luego de renunciar al ITUCH, Vic- tor estableci6 contacto con los Inti- Ilimani, trabajando junto a ellos en forma independiente y en el programa de extensi6n cultural de la Universidad ‘Técnica, que habfa solicitado su parti cipacién junto a otros artistas, Parale- lamente, buscaba aprovechar su expe- riencia teatral en la produccién de grandes espectéculos art(sticos en don- de la misica adquiriera fuerza escénica, utilizando a los actores y coredgratos ‘en espectéculos de cardcter_masivo. Los siete estados, un proyecto que na: rraba las etapas de desarrollo de un pueblo, y que habia comenzado a to- mar cuerpo bajo la direcci6n de Patri- Bunster, sirvié de impulso. pi otros montajes de la época, en donde lo principal era el movimiento de am- pplias masas sobre el escenai para el acto de bienvenida que se le oftecié a Pablo Neruda en el Estadio Nacional, tras recibir el Premio Nobel. Un nuevo disco, aparecido en 1972, La poblacién, daba cuenta de su nece- sidad de nuevas técnicas que realzaran y fortalecieran lo quedeseaba expresar: “Victor consideraba que utilizando algunas técnicas teatrales podia desa- rrollar un tema en mayor profundidad que a través de una simple cancién. En la banda sonora del disco incluyé algunas grabaciones que habfa hecho en las poblaciones, con las voces de las mujeres narrando’ su propia histo tun nifio recitando una poesfa, incluso tun gallo cacareando y perros ladrando. Pidi6 ayuda a su viejo amigo el drama: turgo Alejandro Sieveking para la pre- sentacién del disco y el texto de algu- ‘nas canciones, Todo hacfa pensar que los-dos aspectos de la obra de Victor fempezaban a unirse y complemen- tarse”. Poco tiempo después, se acercaron 2 61 los representantes de la Confedera- clon Campesina Ranquil: querfan que ‘compusiera y escribiera la historia de la Contederacion. Entretanto, los actos masivos que habfa estado dirigiendo le hactan pensar en la posibilidad de tun proyecto mayor; el de grandes en- ‘uentros provinciales de teatro, mis! a, danza, muralismo, poesta y canto, reuniendo asf le multiplicided cultural in en un solo gran esfuer- “"Vfetor estaba tanentusiasmado con el proyecto, que hablé de renunciar {2 su trabajo como cantante a fin de explorar todas las posibilidades y las ‘técnicas de este tipo de acontecimien to teatral masivo, Quiz imagin6 a los campesinos de Ranquil representando su propia historia, utilizndo el teatro, la cancién y la mésica, integrando ele- mentos de la cultura mapuche. Induda- blemente, consideraba que se estaba ‘abriendo ‘un nuevo campo de expre- sién popular, un producto de la época que viviamos”. Sélo faltaba tiempo. correlé que te van a matar. El conflicto politico se agudizeba dia a dia, y a principios de 1973 no hhabfa quien no fuese 0 chicha o Ii monada, para utilizar la expresion que Victor Jara hiciera cancién: Durante 1 verano, se zambullé en la ‘campafia parlamentaria de marzo, tra bajando con Inti-|llimani en las zonas periféricas de Santiago. Fue s6lo des- pués de les elecciones que la violencia estall6 en el pals trayendo de la mano al fantasma de la guerra civil. No habia tiempo para la familia, y habja que es ‘tar permanentemente cuidéndose de las agresicnes, ya que, a lo menos tres © cuatro veces, grupos de derecha ha fan intentado acercarse a Victor con fines poco amistosos. “Siempre iba a la carrera de un compromiso a otro, y si querfa hablar con é1, generalmente tenia que hacer cola, por asf decirlo, detrés de diez personas que lo esperaban para pedirle {que interviniera en algo, Obviamente, eso creaba fricciones en nuestra rela cién, aunque todo se resolvia on ‘cuanto podfamos pasar juptog un rato tranquilo. Las activ nf Bvicor ‘no _me molesteban, pebs“me habrio gustado que no tuviera tantas. Siem- pre esperé alguna época imaginaria en la que dispondrfamos de un poco més de tiempo libre En medio de toda esa agitacién, Victor fue invitado al Peri, hacia fina les de junio. Visité numeroses ciude: des, dando recitales y participando en ccharlas sebre la delicada situacion que vivia Chile, Luego del viaje a Cuba que realizara en 1972 junto a Joan, ésts se- fala lta salida fuera del pats, Aun que preccupado por regreser lo més pronto Je al enterarse del leven tamiento) de un sector del ejército, ‘en Io qu se conocié como el “tance 20", Vidor aproveché la estadfa en Perd pare conocer las ruinas incas de Machu Picchu y alternar con los cam: pesinos y el canto quechua: “El canto una soga que puede unir los senti mientos o los puede ahorcar", escri- bid entonces a Joan desde El Cuzco 39 “No hay otra alternativa. Los que fati- {gosamente buscan los dominios perso- niales, los que profitan de la inocencia y [a pureza, no comprenderén nunca ‘que el canto es como el agua que limpia las piedras, el viento que nos limpia, el fuego que nos une, y que ‘queda ahi, en el fondo de nosotros ara mejorarnos' A su regreso a Chile, percibié clai mente lo que sucedia, aunque no las proporciones ase ~arfa llegar a tener. El pais se hai)» -emi-paralizado por luna nueva huelga ce comerciantes y transportistas, los estudiantes ocupa: ban las universidades evitando que fue- ran tomadas por elementos de derecha, las fébricas deb‘an resolver urgentes problemas de abastecimiento, mientras la aplicacién de la Ley de Control de ‘Armas permitia a los oficiales oposi tores al gobierno practicar allanamien- ‘os y detenciones sin autorizacién pre- via, La guerra civil habla comenzado, aunque muy a la chilena, “En aquellas semanas Victor com- puso una cancién que sintié que debia escribir antes, de que fuera demasiado tarde, con ol’fin de expresar los moti vyos por los que cantaba, Estaba tran. quilo mientras trabajaba en la can- cién, introvertido y ensimismado. Lo of tararear suavernente en el taller ‘mientras yo trabajaba en casa. Aunque ‘era bellisima, se me encogia el coraz6n al ofrla. Sabia que Victor estaba escr biendo su testamento” Se trataba de Manifiesto, un tema ‘cuya primera estrofa parecia proyectar se hacia el pasado dé su autor para fensequida recogerse hacia su circuns: Yo no canto por cantar Por tener buena voz, canto porque la guitarra tiene sentido y razén... cantar espanto Dias después, el 11 de septiembre, el alzamiento frustrado del 29 de junio ‘se tomé la revancha cuando esta vez las tres ramas de las Fuerzas Armadas se levantaron, unidas, derrocando al gobierno constitucional y acabando con la vida del presidente Allende. No fue hermoso ese dia; habia nubes en el cielo y corria un poco de “Victor esperaba mi regreso para salir. Habia decidido ir a su lugar de trabajo, la Universidad Técnica, obede- ciendo ‘as instrucciones de la CUT. En silencio vertio nuestra dltima lata de gasolina —reservada. para una emer- gencia como aquélia~ en el depdsito del coche y mientras lo hacta vi que tuno de nuestros vecinos, un piloto de las Iineas aéreas nacionales, se asoma- ba al balcén de su casa y le gritaba at- go burlén a Victor, que le respondié ‘con una sonrisa’’. Luego de permanecer toda la noche fen la Universidad, fue arrestado y tras ladado al Estadio Chile, donde los tes: timonios recogidos indican’ que fue atrozmente torturado por un oficial ‘que lo reconocié, solicitando expresa- mente que a Victor Jara se lo “reservar ran para él”. Los presos nunca su- pieron el nombre de ese oficial; 10 apodaron “‘el Principe’, debido a que era rubio, alto y algo aristocrético en ‘su manera de ser. Antes de que los de- tenidos fueran separados para enviarlos al Estadio Nacional, Victor logré con- seguir lapiz y papel para escribir sus Gitimos versos: “" Canto, qué mal mo sales cuando tengo que cantar es panto!” EI domingo 16 de septiembre ya rningtin preso lo volvi6 a ver en el recin« aiweny #1 ep owowe: to. Dos dias después, el 18, dia de la Independencia, un joven golpe6 2 la puerta de la casa de los Jara; venia a buscar a Joan para que identificara el cadaver de su marido. Estaba en la morgue y lo habian reconocido: “Era Victor, aunque Io vi delgado y demacrado... Tenia los ojos abiertos Y pareoia mirar al frente con intensi- dad y desafiante, a pesar de una herida fen la cabeza y terribles moretones en la mejilla, Tenia la ropa hecha jirones, los pantalones alrededor de los tot Nos, el jersey arroliado bajo las axilas, los calzoncillos azules, harapos alrede- dor de las caderas, como si hubieran do cortados por una navaja 0 una ba- yoneta... el pecho acribillado y una hi rida abierta en el abdomen... las manos parecian colgarle de los brazos en ox: trafio angulo, como si tuviera rotaslas mmufecas. Horas después, Joan depositaba el atadd en un nicho del Cementerio Ge- neral, cubriéndolo con una lépida en la que se lea: . VICTOR JARA a 14 de septiembre de 1973 Su premonici6n result ser cier tenia treinta y ocho afios, ahora y en tathora de su muerte... Amén. eS EN SU CASA U OFICINA Y ENTERESE ANTES DE LA VERDAD SUSCRIBASE A LA VERDAD SIN COMPROMISOS VALOR DE LA SUSCRIPCION SEMESTRAL EN LA REGION METROPOLITANA Revista “HOY” , Monsefior Miller N°74 ( Entre Condell y Seminario ) Teléfono: 2236102 LABICICLETA VICTOR JARA

Das könnte Ihnen auch gefallen