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ANTONI DE MELLO EN DESPIERTA: HACIA UN LENGUAJE PROACTIVO

DE MELLO, Antoni. ¡Despierta!. Universidad

Ford ham. Nueva York 1992.

Por: Zulma Espinel Sáenz

Comunicadora social-periodista. Especialista


en Docencia Universitaria

La obra “Despierta” es Mello, su pensamiento, su particularidad


religiosa (hindú-jesuita), es simplemente chocante al análisis judeocristiano,
pero enigmático en cuanto al lenguaje. Un lenguaje proactivo, como si fuera
un mecanismo retador; provocando un seguimiento crítico de lo que
expone, a ver a qué otra cosa más se resiste el lector occidental.

Mello sabe que no puede haber más que resistencia a lo que invita.

LAS DOS FUENTES DE RESISTENCIA: EL RENUNCIAR Y EL AMAR

A. Renunciar sí es la solución

Si consideramos que los deseos son la fuente de la frustración y que


debemos eliminarlos porque al resistirlos nos desgastamos, es decir: “a lo
que más me resisto, es a lo que más estoy llamado”, entonces, ¿ser
asertivo (sublimar el deseo, o decirle nó) está perjudicándome como ser
humano?

Todos decimos no en algún momento. Según Jung (1) aparece entonces


una sombra de lo que rechazamos, de lo que no dijimos, que también es un
no fuimos o un no hicimos. Es una sombra que nos persigue mientras
nuestros deseos persistan, es una sombra de “lo que pudo haber sido y no
fue” o quizás “aquello que se quiere, pero no se puede”. Mello parte de las
ideologías orientales y específicamente del hinduismo cuando sostiene que
lo preferible es eliminar los deseos, para evitar la frustración ocasionada por
esas negativas.

Además, se manifiesta alejado de aquel ser humano moral, definido y


autónomo, programado según sus deseos, enteramente responsable ante la
escogencia de sus buenas o malas decisiones, sin olvidar que muchos de
éstas, no se optaron. Si los occidentales siempre hemos propugnado por
concebir sueños para su realización, y éstos parten de los deseos del ser
humano, la pregunta es ¿seremos felices si nuestra existencia carece de
deseos?, en otras palabras ¿qué tan feliz nos hace tomar posición en
cuanto a lo que deseo “ser”, “vivir”, “sentir”, “hacer”, “tener”?

Para Mello, tomar posición, tener o buscar definirse en la vida (por ejemplo
acoger una creencia religiosa o definirse por un partido político) es
desgastante porque produce resistencia, por lo cual es menester evitar esta
acción, en pro de la mente despojada de la carga moral, intencionalmente
holística, y aparentemente neutral y objetiva.

El peligro de esta mente es su desarraigo, sus vaivenes producidos por el


azar, siendo impulsada en algunos escenarios, por el afán de preservación
de lo doctrinal, y en otros por circunstancias, entornos de aprendizaje o las
más diversas creencias; hacia lo absurdo y lo sublime en su “dichosa
pretensión” de alcanzar la imparcialidad (desde la justificación de la
búsqueda de lo holístico y lo universal).

B. Algo sobre el amor

A lo que se puede llegar a través de lo afirmado, es concerniente al


amor. Que no se dará como efecto de evitar los deseos y con ellos la falsa
expectación, como lo sostiene Mello; sino más bien como la posición
histórica en la existencia del ser humano, al asumir una forma definida sus
creencias y valores, carácter de la esperanza y la prosperidad.

La expresión “preferiría ser feliz a tenerte” indica, o muestra que se


prefiere ser feliz respetando la libertad de amar de la otra persona. En otras
palabras, que el verdadero amor implica desapego (término muy empleado
por Mello). Lo cual es cierto siempre y cuando exista una confianza
establecida y con el correspondiente ingrediente de compromiso derivado
de la misma.

Miguel Ángel Cornejo (2) hace un símil:

“-¿Qué prefiere usted, ser la gallina que pone el huevo y se va. O el cerdo
que pone el pellejo y muere y se compromete con todo, para que los huevos
del desayuno tengan tocineta?”

Aclara además el conferencista mexicano que la gallina se involucró, en


tanto que el cerdo puso su vida, es decir se comprometió. Por eso el amor
sin compromiso no tiene la materia prima, la esencia, la evolución
progresiva y estimulante de la seguridad y la permanencia.

C. Mello: Hacia el lenguaje proactivo


En “Despierta” de Mello hay un evidente lenguaje de líder innato, una voz
maestra, firme y seductora, que evoca los sonidos de la naturaleza, pero
que no puede catalogarse bajo ningún tipo de lenguaje imparcial, es más
bien una provocación, un reto íntimo. Con cierto absolutismo, con matiz de
“maestro y espíritu guía” su obra seduce.

Y no se puede evitar aplaudir ese sentido de invitación de “despierta”.


Como también es emancipador no tanto lo que dice, sino cómo lo dice, y por
esto se entiende con facilidad, consecuencia de lo cual se ha convertido en
un texto incorporado a programas académicos, especialmente en las clases
de metodología de la investigación, con el propósito de demostrar a los
estudiantes la forma como este personaje habla.

Las palabras entonadas y dogmáticas, como si fueran a quedarse


eternamente en el aire, van siguiendo un tranquilo cauce único y vivificante;
pero no es por esto que debemos seguir su obra; sino por su versatilidad al
pronosticar la actitud del lector occidental y su consecuente provocación,
consigue con cada una de sus apreciaciones, atraparlo y someterlo a su
propia desprogramación, a su propio desprendimiento de un molde, un
patrón, una definición; aprovechando su desprevenida actitud. ¡Qué
habilidad!.

Conclusión, logra una calidez y un acercamiento personal con el lector, es


decir: la desinstrumentalización del lenguaje. Aquella forma del texto que
resulta inseparable de su esteticidad, con la cual expone sus ideas
desnudas, tal cual como ellas son, sin arandelas o deformaciones
interesadas, sin prejuicios. Para Mello el uso de la palabra es desmitificado
de formulismos y elaboratividad. La forma de su obra, al tener esa
verbalidad desinhibida y contundente, contradice lo que afirma, bregar por
la identidad y la autodefinición.

Corresponde entonces aprender a enlodarse más con la palabra sin


prejuicios, ni falsas expectativas, para poder hablar de esta entrañable
forma en cuanto a los deseos, que aunque no lo quiera Mello, son los que
nos ayudan a definirnos la vida.

(1) JUNG, Carl G. El contenido de las psicosis. Citado por MOORE, Thomas.
El Cuidado del Alma. 2 ed. New York: Urano, S.A., 1998 p. 231

(2) CORNEJO, Miguel Ángel. Historias de Éxito. Miguel Ángel Cornejo


editores. Naucalpan. Edo. de México.

ANTONI DE MELLO EN DESPIERTA: HACIA UN LENGUAJE PROACTIVO


DE MELLO, Antoni. ¡Despierta!. Universidad

Ford ham. Nueva York 1992.

Por: Zulma Espinel Sáenz

Comunicadora social-periodista. Especialista


en Docencia Universitaria

La obra “Despierta” es Mello, su pensamiento, su particularidad


religiosa (hindú-jesuita), es simplemente chocante al análisis judeocristiano,
pero enigmático en cuanto al lenguaje. Un lenguaje proactivo, como si fuera
un mecanismo retador; provocando un seguimiento crítico de lo que
expone, a ver a qué otra cosa más se resiste el lector occidental.

Mello sabe que no puede haber más que resistencia a lo que invita.

LAS DOS FUENTES DE RESISTENCIA: EL RENUNCIAR Y EL AMAR

D. Renunciar sí es la solución

Si consideramos que los deseos son la fuente de la frustración y que


debemos eliminarlos porque al resistirlos nos desgastamos, es decir: “a lo
que más me resisto, es a lo que más estoy llamado”, entonces, ¿ser
asertivo (sublimar el deseo, o decirle nó) está perjudicándome como ser
humano?

Todos decimos no en algún momento. Según Jung (1) aparece entonces


una sombra de lo que rechazamos, de lo que no dijimos, que también es un
no fuimos o un no hicimos. Es una sombra que nos persigue mientras
nuestros deseos persistan, es una sombra de “lo que pudo haber sido y no
fue” o quizás “aquello que se quiere, pero no se puede”. Mello parte de las
ideologías orientales y específicamente del hinduismo cuando sostiene que
lo preferible es eliminar los deseos, para evitar la frustración ocasionada por
esas negativas.

Además, se manifiesta alejado de aquel ser humano moral, definido y


autónomo, programado según sus deseos, enteramente responsable ante la
escogencia de sus buenas o malas decisiones, sin olvidar que muchos de
éstas, no se optaron. Si los occidentales siempre hemos propugnado por
concebir sueños para su realización, y éstos parten de los deseos del ser
humano, la pregunta es ¿seremos felices si nuestra existencia carece de
deseos?, en otras palabras ¿qué tan feliz nos hace tomar posición en
cuanto a lo que deseo “ser”, “vivir”, “sentir”, “hacer”, “tener”?
Para Mello, tomar posición, tener o buscar definirse en la vida (por ejemplo
acoger una creencia religiosa o definirse por un partido político) es
desgastante porque produce resistencia, por lo cual es menester evitar esta
acción, en pro de la mente despojada de la carga moral, intencionalmente
holística, y aparentemente neutral y objetiva.

El peligro de esta mente es su desarraigo, sus vaivenes producidos por el


azar, siendo impulsada en algunos escenarios, por el afán de preservación
de lo doctrinal, y en otros por circunstancias, entornos de aprendizaje o las
más diversas creencias; hacia lo absurdo y lo sublime en su “dichosa
pretensión” de alcanzar la imparcialidad (desde la justificación de la
búsqueda de lo holístico y lo universal).

E. Algo sobre el amor

A lo que se puede llegar a través de lo afirmado, es concerniente al


amor. Que no se dará como efecto de evitar los deseos y con ellos la falsa
expectación, como lo sostiene Mello; sino más bien como la posición
histórica en la existencia del ser humano, al asumir una forma definida sus
creencias y valores, carácter de la esperanza y la prosperidad.

La expresión “preferiría ser feliz a tenerte” indica, o muestra que se


prefiere ser feliz respetando la libertad de amar de la otra persona. En otras
palabras, que el verdadero amor implica desapego (término muy empleado
por Mello). Lo cual es cierto siempre y cuando exista una confianza
establecida y con el correspondiente ingrediente de compromiso derivado
de la misma.

Miguel Ángel Cornejo (2) hace un símil:

“-¿Qué prefiere usted, ser la gallina que pone el huevo y se va. O el cerdo
que pone el pellejo y muere y se compromete con todo, para que los huevos
del desayuno tengan tocineta?”

Aclara además el conferencista mexicano que la gallina se involucró, en


tanto que el cerdo puso su vida, es decir se comprometió. Por eso el amor
sin compromiso no tiene la materia prima, la esencia, la evolución
progresiva y estimulante de la seguridad y la permanencia.

F. Mello: Hacia el lenguaje proactivo

En “Despierta” de Mello hay un evidente lenguaje de líder innato, una voz


maestra, firme y seductora, que evoca los sonidos de la naturaleza, pero
que no puede catalogarse bajo ningún tipo de lenguaje imparcial, es más
bien una provocación, un reto íntimo. Con cierto absolutismo, con matiz de
“maestro y espíritu guía” su obra seduce.

Y no se puede evitar aplaudir ese sentido de invitación de “despierta”.


Como también es emancipador no tanto lo que dice, sino cómo lo dice, y por
esto se entiende con facilidad, consecuencia de lo cual se ha convertido en
un texto incorporado a programas académicos, especialmente en las clases
de metodología de la investigación, con el propósito de demostrar a los
estudiantes la forma como este personaje habla.

Las palabras entonadas y dogmáticas, como si fueran a quedarse


eternamente en el aire, van siguiendo un tranquilo cauce único y vivificante;
pero no es por esto que debemos seguir su obra; sino por su versatilidad al
pronosticar la actitud del lector occidental y su consecuente provocación,
consigue con cada una de sus apreciaciones, atraparlo y someterlo a su
propia desprogramación, a su propio desprendimiento de un molde, un
patrón, una definición; aprovechando su desprevenida actitud. ¡Qué
habilidad!.

Conclusión, logra una calidez y un acercamiento personal con el lector, es


decir: la desinstrumentalización del lenguaje. Aquella forma del texto que
resulta inseparable de su esteticidad, con la cual expone sus ideas
desnudas, tal cual como ellas son, sin arandelas o deformaciones
interesadas, sin prejuicios. Para Mello el uso de la palabra es desmitificado
de formulismos y elaboratividad. La forma de su obra, al tener esa
verbalidad desinhibida y contundente, contradice lo que afirma, bregar por
la identidad y la autodefinición.

Corresponde entonces aprender a enlodarse más con la palabra sin


prejuicios, ni falsas expectativas, para poder hablar de esta entrañable
forma en cuanto a los deseos, que aunque no lo quiera Mello, son los que
nos ayudan a definirnos la vida.

(3) JUNG, Carl G. El contenido de las psicosis. Citado por MOORE, Thomas.
El Cuidado del Alma. 2 ed. New York: Urano, S.A., 1998 p. 231

(4) CORNEJO, Miguel Ángel. Historias de Éxito. Miguel Ángel Cornejo


editores. Naucalpan. Edo. de México.

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