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DIFUSOS Y COLECTIVOS
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS
MECANISMOS DE TUTELA
DE LOS INTERESES DIFUSOS
Y COLECTIVOS
ISBN 968-36-5763-X
ÍNDICE
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
PRIMERA PARTE
MARCO CONTEXTUAL
1. Consideraciones preliminares . . . . . . . . . . . . . . 17
2. Del Estado Liberal individualista al Estado social de derecho . 18
3. De la igualdad ante la ley a la igualación ante la justicia . . . 21
4. El derecho de acción como derecho constitucional . . . . . . 25
5. La apertura del nuevo orden normativo hacia la realidad social . 26
SEGUNDA PARTE
MARCO CONCEPTUAL
221
222 ÍNDICE
1. Consideraciones preliminares . . . . . . . . . . . . . . . 39
2. El interés como concepto no jurídico . . . . . . . . . . . . 42
2.1. El interés en el plano etimológico . . . . . . . . . . . 42
2.2. El interés en su acepción semántica . . . . . . . . . . 43
2.3. El interés como concepto filosófico . . . . . . . . . . 44
2.4. Los elementos del interés . . . . . . . . . . . . . . 44
3. Concepto personal de interés . . . . . . . . . . . . . . . 45
4. El interés en el ámbito jurídico . . . . . . . . . . . . . . 45
4.1. El interés jurídicamente relevante (interés jurídicamente
protegido) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
4.2. La doctrina procesalista en torno al interés . . . . . . . 47
4.2.1. La posición objetivista . . . . . . . . . . . . 48
4.2.2. La posición voluntarista . . . . . . . . . . . . 48
5. Los intereses jurídicos. Su clasificación . . . . . . . . . . 49
5.1. Clasificación general de los intereses desde el punto de
vista material . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
5.2. Interés público e interés general. Perspectiva iuspublis-
cística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
5.2.1. El interés público . . . . . . . . . . . . . . . 58
5.2.2. El interés general . . . . . . . . . . . . . . . 61
5.3. Interés colectivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
6. Proceso, jurisdicción administrativa, legitimación procesal y
derecho subjetivo público . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
6.1. El papel de los derechos subjetivos y derechos subjeti-
vos públicos: instrumentos para salvar las exigencias
de afectación de un derecho subjetivo o de un interés
legítimo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
6.2. Los derechos públicos subjetivos: instrumento de protec-
ción social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
1. Consideraciones generales . . . . . . . . . . . . . . . . 77
2. Interés difuso e interés colectivo . . . . . . . . . . . . . 85
3. La estructura del interés colectivo y su caracterización como
interés difuso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
4. El interés difuso. Criterios de recognoscibilidad y tutela . . . 95
ÍNDICE 223
TERCERA PARTE
DERECHO COMPARADO
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Mecanismos de tutela de los intereses difu-
sos y colectivos, editado por el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, se
terminó de imprimir en los talleres de J. L.
Servicios Gráficos, S. A. de C. V., el 22 de
enero de 1997. En esta edición se utilizó
papel bond de 70 x 95 de 50 k en las páginas
interiores y cartulina couché de 162 k para
los forros; se imprimieron 1,000 ejemplares.
INTRODUCCIÓN
11
12 INTRODUCCIÓN
1. Consideraciones preliminares . . . . . . . . . . . . . . 17
2. Del Estado Liberal individualista al Estado social de derecho . 18
3. De la igualdad ante la ley a la igualación ante la justicia . . . 21
4. El derecho de acción como derecho constitucional . . . . . . 25
5. La apertura del nuevo orden normativo hacia la realidad social . 26
221
CAPÍTULO PRIMERO
EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
17
18 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
2 Cappelletti, Mauro (coord.), L’accès a la justice et État providence, París, Económica, 1984,
p. 33.
3 En cuanto a las transformación sufrida en el esquema propio y originario del Estado de derecho,
cfr.: Vergara, Vicenzo, Lo stato di Diritto en evoluzione, Padova, CEDAM, aprile-giugno, 1983;
Kant, Emmanuelle, Stato di Diritto, Roma, 1978, pp. 61 y ss.; Ruggiero, Guido de, Historia del
liberalismo europeo, tr. al español por Adolfo Posada, Madrid, Editorial Pegaso, 1942; Treves, G.,
‘‘Considerazioni sullo stato di diritto’’, Rivista Trimestrale di Diritto Pubblico, núm. 3, 1959; García
Pelayo, Manuel, ‘‘El status del Tribunal Constitucional’’, Revista de Derecho Constitucional, núm.
1, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, enero-abril de 1988.
4 Conviene recordar que, históricamente, el Estado de derecho se haya vinculado al siglo XIX,
tanto en su origen como en sus relaciones sociales y políticas. En la base de su organización y en su
propio sistema de libertades constitucionalmente garantizadas se evidencia la antinomia de una
sociedad independiente del Estado. Pero si bien esto es cierto, no por ello lo es menos la relación de
subordinación que se configura por el sometimiento del Estado al derecho: el Estado de derecho se
traduce así, en la garantía de seguridad jurídica de sus ciudadanos, ‘‘en la creación de un área para
el libre despliegue de la personalidad y en una organización del Estado racionalmente adecuada a la
consecución de tales objetivos’’. Cfr., García Pelayo, ‘‘El status del Tribunal...’’, p. 16.
5 Por virtud del contexto sociopolítico en el que se da, la Constitución del Estado derecho se
caracteriza por un alto grado de formalización que conlleva a la afirmación de que sus principales
elementos estructurales ----división de poderes, concepto de ley, principio de legalidad de la
administración, garantía de los derechos fundamentales e independencia de los tribunales---- llevan en
sí mismos la condición de su eficacia.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 19
6 Es importante señalar que la primera constitución en la que se consagran los derechos económicos
y sociales, en el siglo XX, es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. La
Constitución del Estado de derecho es una constitución de garantías que, en síntesis, no son otra cosa
que los derechos fundamentales, con una lógica que les viene dada por el concepto de ley y que hoy
día no sólo implican límites al poder del Estado, sino facultades prestacionales a cargo de éste. Vid.,
además: Forsthoff, Ernest, Sociedad industrial y administración pública, Madrid, Escuela Nacional
de Administración Pública, 1967, p. 67. Respecto de la función garantista de la ley, específicamente
en su actual insuficiencia: Mortati, Constantino, La persona, lo stato e la comunità intermedie, Torino,
ERI, 1977, p. 29.
7 Mortati, Constantino, Istituzioni di Diritto Pubblico, Padova, CEDAM, 1979, vol. II, p. 1135.
8 Forsthoff, Ernest, ‘‘Problemas constitucionales del Estado social’’, El Estado social, Madrid,
Centro de Estudios Constitucionales, 1986, pp. 60-61; en la misma obra, Dohering, Karl, ‘‘El Estado
social y la obligación de igualdad de trato’’, El Estado social..., pp. 160-164.
9 Fosrsthoff, Ernest. ‘‘Concepto y esencia del Estado social de derecho’’, El Estado social..., pp.
87 a 89.; Díaz, Elías, Estado social y sociedad democrática, Madrid, Taurus, 1986, p. 84; García
de Enterría, Eduardo, ‘‘La institucionalización del poder, una nueva perspectiva de la ‘ pacem in
terris’ ’’, Comentarios civiles a la Encíclica Pacem in Terris, Madrid, Taurus, 1963, pp. 142 y ss.;
Heck, Bruno (prólogo al artículo de Dohering, Karl), ‘‘Estado social, Estado de derecho y orden
democrático’’, El Estado social..., p. 113.
20 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
10 Street, H., ‘‘Accès a la Justice et Etat Providence. Le point de vue d’ un specialiste de droit
administratif: Raport pour l’ Europe’’, Accès a la Justice dans l’État Providence, Paris, Económica,
1988, pp. 287 y ss. En la misma obra: Tunc, A., ‘‘Enquete de Justice’’, pp. 303 y ss.
11 Forsthoff, Ernest, Sociedad industrial y administración..., cit., p. 57. Al decir de este autor,
‘‘el Estado se encuentra en una fase de transformación que también necesariamente tiene que afectar
y alterar la procura existencial, si bien ese concepto fue forjado inicialmente con la finalidad de
posibilitar la protección jurídica frente a la administración aportadora de prestaciones, hace ya tiempo
que ha sido recibida por las transformaciones constitucionales del moderno Estado. Esto se puntualiza
ya en el hecho de que el Estado es caracterizado y denominado como Estado distribuidor, Estado
social o Estado de la procura existencial’’.
12 Ejemplos de enunciados programáticos los tenemos, a guisa de ejemplo de algunos documentos
fudamentales, entre otros: los artículos 3 (derecho a la educación), 4 (principio de igualdad formal o
ante la ley, derecho a la protección de la salud, derecho a la vivienda, derecho a la protección del
medio ambiente), 123 (derecho al trabajo) de la Constitución Mexicana de 1917; en el artículo 3; de
la Constitución Italiana de 1948; la cláusula del Estado social de derecho de la Ley Fundamental de Bonn
(artículo 20, párrafo 1) ha elevado a obligación jurídica el establecimiento de la igualdad de
oportunidades. Según el Tribunal Constitucional alemán, el artículo 19, apartado 4 de la misma Ley
Fundamental, no sólo garantiza el derecho formal y la posibilidad teórica de acudir a los tribunales,
sino también la efectividad de la tutela jurídica. Vid., Gómez Colomer, J. L., ‘‘La asistencia
extrajudicial gratuita en la República Federal de Alemania’’, Justicia, núm. 84, Barcelona, 1984, p.
266. Respecto de esta última garantía es de señalar que el maestro Fix-Zamudio ha realizado un
parangón con el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
13 Mortati, Istituzioni di Diritto..., cit., pp. 24-27.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 21
14 Offe, Claus, Los partidos políticos y los nuevos movimientos sociales, Madrid, Sistema, 1988,
pp. 163-244.
15 Habermas, Jürgen, ‘‘Concepto de participación política’’, Capital monopolista y sociedad
autoritaria, Barcelona, 1973, p. 53.
16 Heck, Bruno, ‘‘Prólogo al artículo de...’’, cit., p. 113.
22 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
17 Dohering, K., ‘‘El Estado social y la obligación de igualdad de trato’’, en El Estado social...,
cit., p. 164.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 23
21 Idem.
22 La Constitución Española en su artículo 24.1 consagra el derecho a la tutela judicial efectiva de
los jueces y tribunales así como las debidas garantías en el proceso (artículo 24.2). Este artículo se
encuentra en estrecha vinculación con los artículos 14 ----principio de igualdad formal ante la ley---- y
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 25
9.2 ----igualdad material----, constituyendo de manera integral, desde nuestra óptica, la trilogía que
hace efectiva la tutela judicial de los que acuden ante los tribunales en protección de sus intereses, en
el caso particular, difusos. Cfr., González Pérez, Jesús, El derecho a la tutela jurisdiccional, Madrid,
Civitas, 1984, pp. 29 y ss. Respecto de la constitucionalización de las garantías procesales, vid.:
Calamandrei, Pietro, Proceso y democracia, tr. por Héctor Fix-Zamudio, Buenos Aires, EJEA, 1960,
p. 178; id. La relatividad del concepto de acción, tr. por Santiago Sentís Melendo, Buenos Aires,
EUDEBA, 1945, p. 135; Couture, E. J., ‘‘Las garantías constitucionales en el proceso civil’’, Estudios
de derecho procesal civil, Buenos Aires, De Palma, 1978, vol. I, pp. 19 y ss. Por su parte, el artículo
24, apartado tercero de la Constitución Italiana, asegura a los no pudientes los medios idóneos para
actuar en justicia y defenderse ante cualquier jurisdicción, en el caso mexicano es el artículo 17
(CPEUM) el que consagra el derecho de acudir a los tribunales para obetener justicia pronta y expedita,
por su parte, los artículos 17 a 23 son los que contienen las garantías del procesado.
23 Idem, además, Véscovi, La garantía de la igualdad frente a la desigualdad económica de las
partes. Ponencia del VII Congreso Nacional de Derecho Procesal, actas del mismo, vol. III, p. 216.
En la misma obra Davis Echandia, H., Derecho y deber de jurisdicción y la igualdad de las personas
frente aquélla y en el proceso, vol. II, pp. 180 y ss.
24 Fix-Zamudio, Héctor, ‘‘Ejercicio de las garantías constitucionales sobre la eficacia del proceso’’,
ponencia presentada en las IX Jornadas Iberoamericanas de Derecho Procesal, Madrid, 1985,
núm. 46.
26 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
28 En cuanto a la investigación social y sus métodos, ver: Duverger, Maurice, Métodos de las
ciencias sociales, Barcelona, Ariel, 1951, pp. 115 y ss.; Galtung, Teoría y métodos de la investigación
social, Buenos Aires, EUDEBA, 1982; Goran, Therbon, Ciencia, clase y sociedad, Madrid, Siglo
XXI, 1980; Touraine, A., La sociedad postindustrial, Barcelona, Ariel, 1973.
29 Carbonnier, J., El derecho flexible, tr. por Luis Diez Picaso, Madrid, Tecnos, 1974, pp.
115-130; Hernández Gil, A., La ciencia jurídica tradicional y su transformación, Madrid, 1981, pp.
87 y ss.
30 Luhmann, R., Sociología y jurisprudencia, tr. por Ernesto Garzón Valdés, Buenos Aires,
Editorial Sur, 1974, p. 21; Denti, Vittorio, Estudios de derecho probatorio, Buenos Aires, EJEA,
1974, p. 155.
31 En cuanto a la apertura y aportes que se han dado en materia procesal: Gelsi Bidart, A., ‘‘Proceso
y época de cambio’’, Problemática actual del derecho procesal. Libro Homenaje a A. M. Mercader,
La Plata, Editorial Platense, 1971, pp. 419-445; con especial atención se tratan estos temas en la obra
colectiva de Morello, A. M., Berizonce, R., Hitters, J. y Nogueira, C., La justicia entre dos épocas,
La Plata, Editorial Platense, 1983, pp. 15-56.
28 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
221
CAPÍTULO SEGUNDO
NUEVOS MOVIMIENTOS DE ACCESO A LA JUSTICIA
29
30 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
34 Cappelletti, Mauro, Guistizia e Società, Milano, Edizioni di comunità, 1972; Cappelletti et alli,
Toward Equal Justice: A comparative Study of legal Aid in modern scocieties, Milano, N.Y., Bobbs
Ferry/Giuffrè, Oceana, 1973; reimpreso en 1981. Association Internationale des Sciencies Juridiques,
Les garanties fondamentales des parties dans le proces civil/Fondamental Guarantes of the Paries in
civil litigation (bajo la dirección de Cappelletti y D. Tallon), Milano, Dobbs Ferry, N.Y.,
Giuffrè/Oceana, 1973.
35 La importancia constitucional de la ayuda judicial ha sido reafirmada por la Corte Europea de
Derechos del Hombre de Estrasburgo, como ‘‘medio de asegurar un derecho efectivo de acceso a la
justicia’’, vid., Fallos de la Corte Europea de los Derechos del Hombre de 9 de octubre de 1979 y de
13 de mayo de 1980, que recayeron sobre el caso ‘‘Airey’’ en Irlanda.
36 El sistema de judicare es practicado en los países como Alemania y Francia; por su parte, en
los Estados Unidos de Norteamérica se practica el staff system (a través de las oficinas de assalaried
staff attorneys); en cuanto a la oposición de valores que se dan entre ambos sistemas, vid., Cappelletti,
Toward Equal Justice: A comparative Study..., pp. 271 y ss.
37 Ibid., pp. 525 y ss.
32 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
Tal como hemos visto, la primera oleada tiende a remover los obstáculos
de la ignorancia y la pobreza para la obtención de un efectivo acceso a la
justicia, estimulando las reformas conducentes y proveyendo las solucio-
nes técnicas adecuadas. Pero debemos pensar que existen también otro
tipo de obstáculos que impiden que se actúe ante los tribunales para exigir
el respeto del derecho o interés que consideramos se nos ha lesionado.
No es desconocido para los juristas el hecho de que, por circunstancias
de hecho o de derecho, un alto índice de personas que acuden a los
tribunales a demandar lo que es conforme a su derecho o interés, se
encuentran con que no tienen ‘‘calidad’’ para hacerlo, esto es, no tienen
reconocida legitimación, trátese en lo individual o en lo colectivo; la
negativa de acceso a la jurisdicción por falta de legitimación resulta lógico
a la luz de la legislación, conformación y funcionamiento decimonónicos
de los tribunales.
La obsolescencia de la legislación imperante en diversas materias y,
particularmente aquellas que se enderezan a la protección de derechos en
torno a los cuales se nuclean intereses difusos, no ha sido valorada en su
real dimensión por el jurista nacional, no obstante los diversos, pero
escasos, estudios que sobre la materia han realizado nuestros doctrinarios,
valoración que ha llevado a otros países a proveer de lo de mecanismos
de protección así como la legislación necesaria a garantizar no sólo la
gama de derechos tradicionales de corte individual, derechos subjetivos,
sino también los intereses derivados de los derechos sociales; intereses,
en definitiva, que les son propios a los individuos y que se consideran de
afectación difusa o colectiva ----más adelante veremos la diferencia entre
estas clases----, que lo son en tanto comunes a todo un grupo o categoría
de personas, tales como los que ya hemos indicado, y entre los que se
cuentan los pertenecientes a los consumidores, defensores del medio
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 33
38 Cappelletti, Mauro, ‘‘Governmental and Private advocates for the public Interest in Civil
Litigation: A comparative study’’, Acces to Justice. Promosing Institution 767 (Alphen an den
Rijan/Milano, Sijthoff and Noordhoff/Giuffrè, vol. II, of the Florence Acces-to-Justice Project Series
(Mauro Cappelletti and J. Wiesner, eds., 1979) pp. 87 y ss.
34 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
39 En cuanto al carácter de los derechos sociales en tanto derechos de participación, vid., Forsthoff,
‘‘Problemas constitucionales del Estado...’’, pp. 46-67; del mismo autor y en la misma obra:
‘‘Concepto y esencia del Estado social’’, pp. 71-106, Dohering, ‘‘El Estado social y la obligación
de...’’, cit., pp. 115 y ss.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 35
1. Consideraciones preliminares . . . . . . . . . . . . . . . 39
2. El interés como concepto no jurídico . . . . . . . . . . . . 42
2.1. El interés en el plano etimológico . . . . . . . . . . . 42
2.2. El interés en su acepción semántica . . . . . . . . . . 43
2.3. El interés como concepto filosófico . . . . . . . . . . 44
2.4. Los elementos del interés . . . . . . . . . . . . . . 44
3. Concepto personal de interés . . . . . . . . . . . . . . . 45
4. El interés en el ámbito jurídico . . . . . . . . . . . . . . 45
4.1. El interés jurídicamente relevante (interés jurídicamente
protegido) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
4.2. La doctrina procesalista en torno al interés . . . . . . . 47
4.2.1. La posición objetivista . . . . . . . . . . . . 48
4.2.2. La posición voluntarista . . . . . . . . . . . . 48
5. Los intereses jurídicos. Su clasificación . . . . . . . . . . 49
5.1. Clasificación general de los intereses desde el punto de
vista material . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
5.2. Interés público e interés general. Perspectiva iuspublis-
cística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
5.2.1. El interés público . . . . . . . . . . . . . . . 58
5.2.2. El interés general . . . . . . . . . . . . . . . 61
5.3. Interés colectivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
6. Proceso, jurisdicción administrativa, legitimación procesal y
derecho subjetivo público . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
6.1. El papel de los derechos subjetivos y derechos subjeti-
vos públicos: instrumentos para salvar las exigencias
de afectación de un derecho subjetivo o de un interés
legítimo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
6.2. Los derechos públicos subjetivos: instrumento de protec-
ción social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
221
CAPÍTULO TERCERO
PROSPECTIVA EN TORNO AL INTERÉS:
LAS FIGURAS JURÍDICAS TRADICIONALES DE TUTELA
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
40 Consultar bibliografía citada en el parágrafo 3 y 4 del capítulo segundo, así como: Cappelletti,
Mauro, ‘‘Formazioni sociali e interessi di grupo davanti dalla giustizia civile’’, en Rivista di Diritto
Processuale, luglio-settembre, 1975, p. 362.
41 Forsthoff, Ernest, ‘‘Problemas constitucionales del...’’, cit., p. 45; Sánchez Morón, Miguel,
La participación del ciudadano en la administración pública, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 1980, p. 18.
39
40 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
cada día más punzada por el intervencionismo estatalizador, ora por el de las
grandes empresas de despliegue planetario, hallan adecuada respuesta norma-
tiva en sistemas jurídicos estructurados en torno a figuras como: interés indi-
vidual o interés directo, interés público o general, interés colectivo, interés
legítimo o bien derecho subjetivo... que son absolutamente decimonónicos...42
45 En lo que hace a dos de los ordenamientos a los que aquí haremos referencia es de sentar que
las constituciones mexicana y española tienen ya consagrados, y por tanto garantizados, los
fundamentos materiales de la democracia (artículos 3º, fracción II, inciso a) de la CPEUM y 1.1 CE),
los derechos fundamentales (artículos 1 a 24, 27 y 123 CPEUM y 14 a 29 y 30.2 CE), los derechos
económicos y sociales (artículos 39 a 52), el principio de igualdad formal y material unidos a la idea
de participación (artículos 39 CPEUM y 14 y 9.2 CE) y un sistema de protección legal, administrativa
y jurisdiccional de todas las garantías constitucionales (artículos 14 al 24 CPEUM y 24, 53, 54, 117,
120, 161, 162, entre otros de la CE); en consecuencia tienen garantizados el contenido real de la idea
de Estado social.
42 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
46 Corominas, J., Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, 3ª ed., Madrid, 1980,
p. 338.
47 Guasp, J., Derecho, Madrid, Gráficas Hergón, 1971, p. 271.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 43
Llegados a este momento podemos decir que son cuatro los elementos
que integran la noción de interés, ya individual, ya colectivo, a saber:
52 Ibid., p. 1742.
53 Habermas, Jürgen, Conocimiento e interés, Madrid, Taurus, 1982, pp. 201 y ss.
54 Betti, op. cit., p. 839. Nos señala este autor diferentes formas en que se puede presentar el
interés, utilizando la terminología alemana: en tanto exigencia (anforderung); en tanto invitación
(aufforderung); incitación o instigación (ansinnen, ansprüchen).
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 45
55 Como es sabido, un bien adquiere tal carácter en la medida en que le es atribuido un valor por
el individuo, valor que se determina en virtud de la finalidad útil a la que está destinado dicho bien,
en tanto no sea así, sólo podemos hablar de cosas. Cfr., Jellinek, Giorgio, Sistema dei diritti pubblici
subbietivi, Milano, Società Editrice Libraria, 1912, pp. 26 y ss.
46 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
6. Que en los casos en que no hubiere ley que contemplare tal tipo de
conflicto de intereses, en términos generales, el juez deberá realizar
en términos concretos, respecto de la controversia que se somete a
su jurisdicción, las mismas operaciones (sicológicas y estimativas)
que incumben al legislador, los factores implicados en el litigio para,
inmediatamente, aclarar el criterio axiológico válido.58
58 Idem.
59 La expresión ‘‘bien de la vida’’ ----lebensgut----, acuñada por la pandectística alemana, es
equiparable a ‘‘bien jurídicamente relevante en el lenguaje jurídico general, y se puede designar,
globalmente con la expresión ‘‘la esfera jurídica o el círculo de derecho del individuo’’. Cfr.,
Ennecerus, Tratado de derecho civil, 2ª ed., Barcelona, 1952, t. I, 1, p. 282.
60 Ennecerus, Tratado de derecho..., cit., p. 282; Lozano Higuero-Pinto, La protección
procesal..., cit., p. 38.
61 Guasp, Derecho, cit., pp. 269 y ss.
48 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
77 Carnelutti, Francesco, Sistema de derecho..., cit., pp. 17 y ss. Como antecedente de las
concepciones carneluttianas debe citarse a E. Bonaudi quien en su libro de Tutela degli interessi
collettivi (Torino, 1911, pp. 175 y ss.), ya apuntaba que la tutela de los intereses colectivos es el
principal punto de orientación de la actividad jurídica moderna.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 53
78 Vigoriti, Vicenso, Interessi collettive e processo. La legitimazione ad agire, Milano, Giuffrè, 1979.
79 Bricola, Franco, ‘‘La tutela degli interessi collettivi nel processo penale’’, Le azioni a tutela de
interessi collettivi..., pp. 105 y ss.
80 Es importante señalar que Bricola distingue los grupos en: sindicatos profesionales, asociaciones,
personas jurídicas públicas y grupos sin personalidad jurídica. En cuanto a los sindicatos profesionales,
el derecho ha de promover la acción civil en el proceso penal por la violación del interés colectivo que
les ha atribuido, tal solución se encuentra en el artículo 11, libro II, del Código del Trabajo Italiano.
54 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
81 Bricola, Franco, ‘‘La tutela degli interessi collettivi’’, Le azioni a tutela di interessi collettivi...,
p. 160.
82 Gasparri, Introduzione alla analisi del penseiro giuridico, Bologna, 1951, pp. 27 y ss.
83 Corasaniti, Aldo, ‘‘La tutela degli interessi diffusi davanti al giudice ordinario’’, Rivelanza e
tutela degli interessi diffusi: modi e forme di individuazione e protezione degli interessi della colletivita.
Atti del XXIIIº Convegno di studi di scienza dell’amministrazione, 22-24 settembre 1977, Centro di
Studi Amministrativi della Provincia de Como, Milano, Dott. A. Giuffrè Editore, 1978, pp. 62 y ss.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 55
84 Vale señalar la coincidencia de los autores con lo expuesto por Severo Giannini, Massimo,
‘‘Relazione al Convengno di Pavia’’, en Le azioni a tutela de interessi collettivi..., cit., pp. 23 y ss.
85 Cocco, Giovanni, ‘‘Spunti problematici in ordine alla individuazione ed alla tutela degli interessi
diffusi’’, Rilevanza e tutela..., cit., p. 348.
86 Pardolesi, Roberto, ‘‘Il problema degli interessi colletivi e i problemi dei guristi’’, Le azioni...,
cit., p. 246.
87 Vita, Anna de, ‘‘La tutela giuridizionale degli interessi collettivi nella prospettiva del sistema
francese. Aspetti Principali del problema e especificazioni in tema di protezione degli interessi dei
consumatori’’, La tutela degli interessi diffusi nel diritto comparato (con particolare riguardo alla
protezione dell ambiente e dei consumatori), Milano, Dott. A. Giuffrè Editore, 1976, p. 351.
88 Cfr., su intervención en Rilevanza..., cit., p. 280.
56 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
89 Fundamentos de derecho procesal civil, 3a. ed., Buenos Aires, 1977, p. 146.
90 Barbosa Moreira, Jose Carlos, ‘‘A açao popular do dereito brasileiro como instrumento de
tutela jurisdiccional dos chamados Interesses Difusos’’, en Studi in onore di Enrico Tullio Liebman,
Giuffrè Editores, 1979, t. V, pp. 26-74.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 57
todo acto jurídico dirigido a la tutela de los intereses públicos implica una
actividad de identificación de los mismos, que consiste, por un lado, en una
recepción de indicaciones derivadas de la determinación de tales intereses
----realizados a través de precedentes actos o hechos jurídicos (los cuales
operan, pues, como fuentes que los operadores jurídicos especifican a través
de procedimientos más o menos complicados) y eventualmente incluso incons-
y los intereses particulares solución de continuidad; el interés público resulta de una ruptura con los
intereses particulares. La ideología del interés general opera una conciliación entre el interés común,
inmanente de los intereses particulares y el interés público, trascendente de estos mismos intereses.
98 Giannini, Massimo Severo, Diritto Amministrativo, Milano, Dott. A. Giuffrè Editore, 1970,
vol. I, p. 106.
99 Weber, Max, Economía y..., cit., p. 498.
100 Giannini, Massimo Severo, Diritto Amministrativo..., cit., pp. 107-109.
101 Weber, Economía y..., cit., pp. 499 y ss.
60 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
cientes---- y, por el otro lado, en una valoración directa del problema que está
sobre el tapete para recabar también por esta vía indicaciones acerca del interés
público a tutelar.102
Antes que cualquier otro aspecto lo que aquí nos interesa es señalar que
los conceptos de interés público e interés general, independientemente del
campo de su utilización, cumplen siempre una misma función, a saber:
denotan e implican siempre la búsqueda de solidaridad social, de un
consenso, el ir más allá de las opciones y de los conflictos.
Toda sociedad, grande o pequeña, descansa sobre un mínimo de
integración: supone conjuntamente la persuasión y la controversia. Las
nociones de interés público e interés general, son reveladoras de tal
ambivalencia: búsqueda del consenso a través de la permanencia de los
conflictos.
Se puede explicar el carácter contradictorio inherente a la noción de
interés general, en tanto que es definida, generalmente, como la suma y
superación de los intereses particulares.
La noción de interés general tiene una doble función; primera, de índole
teórica que evoca un conjunto de sentimientos gregarios de solidaridad.
Segunda, en el orden práctico, permite a los miembros de una institución
representarse como una unidad y, en un sentido dinámico, su capacidad
de superar divisiones.
La universalidad de la noción de interés general se explica por la
necesidad práctica de toda sociedad, de superar sus antagonismos a fin de
reconocer su propia identidad. El análisis de las formulaciones en torno
al interés general o bien al interés público, permite descubrir un conjunto
de representaciones por las cuales cada institución expresa su ser y se
legitima. Cualquiera que sea el régimen político considerado, el interés
general aparece como un principio de legitimación a reforzar la adhesión
de los gobernados en la acción de los gobernantes.
sino una calidad de los mismos que le proporciona una fuerza cohesiva
superior.109
Podemos decir que el interés colectivo se determina, en el cuadro de
las funciones sociales, como el propio de las comunidades menores u
ordenamientos particulares; no lo debemos confundir con el interés
individual de la organización que constituye el sujeto exponencial o centro
de referencia de esa comunidad, éste como su nombre lo indica sólo se
constituye como representante del interés colectivo que le subyace. Más
aún, el interés colectivo no se identifica de manera subjetiva con la
identificación del sujeto portador, sino que existe una calificación objetiva
del mismo en función de las finalidades específicas de un sector de la
colectividad (o una comunidad) más o menos determinable. En esto se
asemeja al interés difuso y puede, por tanto, decirse que es una especie
del mismo.110
Los intereses difusos adquieren el carácter de genéricos en relación con
los intereses colectivos, en tanto que éstos no son sino una especificación
o sectorialización de aquéllos que se realiza con base en criterios subjeti-
vos. En este sentido, se puede decir que existen tantos intereses como
comunidades menores u ordenamientos particulares se integren, que se
caracterizan ----en tanto centro o grupos de referencias---- por su perma-
nencia o no ocasionalidad, sin embargo esto no siempre es factible. No
obstante tal como lo referimos en nuestra introducción, a efectos de nuestro
trabajo vendremos a utilizar, puesto que en el análisis cabe, los términos
intereses difusos y colectivos, amén de ulterior precisión en el capítulo
siguiente.
Podemos concluir que el interés colectivo no es sino una especificación
del interés difuso que, tal como precisaremos a posteriori,111 se diferencia
éste de aquél en un elemento de tipo subjetivo.
Por otra parte y al efecto de dar completitud a nuestra exposición hemos
de asentar que en el plano de la clasificación que venimos realizando, se
presentan como nucleares tres conceptos en torno a los cuales la doctrina
de los autores aún no se decanta en una posición unitaria de solución, nos
109 Vita, Anna de, ‘‘La tutela giuridiozionale degli interessi collettivi nella pospettiva del sistema
francese’’, La tutela degli interessi diffussi nel diritto comparato..., cit., p. 352.
110 Sánchez Morón, La participación del ciudadano..., cit., p. 127.
111 Nigro, M., Giustizia ammministrativa, Bologna, 1976, p. 107; Sánchez Morón, La
participación del ciudadano..., cit., p. 125.
64 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
117 Kornprobst, Notion de partie et le recours pour excés de pouvoir, Paris, L.G.B.J., 1959, p. 399.
118 Cuando García de Enterría sostiene que ‘‘la legimitación para interponer la acción... es
simplemente la condición material del danado’’, como él mismo aclara, ‘‘remite... a la cuestión del
fondo del proceso’’, por lo cual no parece posible ‘‘distinguir la cuestión de fondo de la legitimación’’.
Vid., el prólogo de García de Enterría al libro de Leguina Villa, La responsabilidad civil de la
administración pública, Madrid, Tecnos, 1970.
68 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
121 Dromi, Roberto, Derecho subjetivo y responsabilidad pública, Bogotá, Temis, 1980.
122 García de Enterría, Eduardo, ‘‘Los derechos públicos subjetivos’’, en Anuario de Derecho
Administrativo, Chile, Universidad de Chile, 1975, p. 78.
123 Ibid., p. 79.
70 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
124 Como lo muestra la doctrina, la categoría de interés legítimo es un verdadero enigma en la ciencia
jurídica.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 71
129 García de Enterría, Eduardo y Ramón Tomás Fernández, Curso de derecho administrativo,
Madrid, Civitas, 1989, p. 38.
74 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
nos que los partidos políticos pueden ser habilitados para la defensa
de los derechos cívicos de los ciudadanos.
5. Concentrar la defensa de los referidos intereses sociales y la
protección del derecho objetivo frente al exceso de poder por parte
de los órganos públicos, en los órganos de ejercicio que la comunidad
representa como es el caso del Defensor del Pueblo (artículo 54 de
la Constitución Española) o bien, del Ministerio Fiscal (artículo 124
de la Constitución Española).
130 Entre los sustentadores de esta posición, ver en particular: Vigoriti, Interessi collettive e
processo..., cit., p. 25; Corasaniti, ‘‘Profili generali di tutela giuridizionale contro danno ecologico’’,
Impresa, ambiente, pubblica amministrazione, Milano, Giuffrè, 1977, t. II, p. 799; Luciani, ‘‘II diritto
costituzionale a la salute’’, en Diritto sociale, 1980, p. 803.
131 Que la doctrina y la jurisprudencia estén orientadas en el sentido de que el interés sea un ‘‘interés
latente en la comunidad pero carente de titular, esto es, sin dueño, y el interés colectivo... aquel que,
emergiendo del estado de latencia, se concentra en torno a un grupo, pero es espontáneo y organizable
sólo en función de aquel interés...’’ lo recuerda Caianiello,Vicenzo, ‘‘Introduzione al tema del
Convegno’’, en Rilevanza..., cit., p. 26.
Capítulo cuarto. El problema de la tutela de los intereses difusos y
colectivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
1. Consideraciones generales . . . . . . . . . . . . . . . . 77
2. Interés difuso e interés colectivo . . . . . . . . . . . . . 85
3. La estructura del interés colectivo y su caracterización como
interés difuso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
4. El interés difuso. Criterios de recognoscibilidad y tutela . . . 95
4.1. El interés difuso en el proceso administrativo . . . . . . 97
221
CAPÍTULO CUARTO
EL PROBLEMA DE LA TUTELA DE LOS INTERESES
DIFUSOS Y COLECTIVOS
1. CONSIDERACIONES GENERALES
132 El término lebensgut en la doctrina germánica hace alusón, como ya se vio en el capítulo
precedente, a un bien de la vida.
133 La más completa y lúcida elaboración de ésta se puede apreciar en la obra de Vigoriti, Vicenso,
Interessi collettivi e proceso..., cit., de la cual nos permitimos reproducir el texto en Italiano: refutando
‘‘una vizione esclusivamente bipolare del rapporto tra signolo e Stato’’ considera aún aceptar la
‘‘doctrina che sembrano considerare gli interessi collecttivi e quelli diffussi come una qualcosa del
tutto diverso dalle posizioni di vantaggio conosciute, un tertium genus ad esse completamente
alternativo’’ (p. 25) y después de haber notado con mucha lucidez ‘‘come punto di riferimento il bene
oggetto dell’interesse’’, por lo tanto en sentido subjetivo, dependiendo de la ‘‘coscienza del carattere
77
78 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
comune dell’ interesse maturata nei diversi titolare’’ (p. 20) individuo como núcleo central del
fenómeno que designa como colectivo, ‘‘no una anonima, e magari involuntatia congiunzione objettiva
di interessi ma una scelta dettata dalla consapevolezza delle manifestazione non esclusivamente
individuale di certe aspirazioni, quidi della volunta di arrivarse ad un coordinamento delle
manifestazionee dirette al raggiungimento si un scopo comune’’ (p. 32), y sostiene que la locución
interés difuso es usada con referencia a un estadio aún fluido del proceso de agregación de los intereses
y está por tanto reservada a aquellas posiciones de ventaja reconocidas por el ordenamiento de
individuos. En la misma posición Giannini, Massimo Severo, ‘‘La tutela degli interessi colettivi nei
procedimenti amministrativi’’, en Le azioni a tutela di interessi collettivi..., cit., p. 23. Al decir de
este autor los intereses colectivos son (la traducción es nuestra): ‘‘aquellos intereses que, en el
ordenamiento positivo se individuan sobre la base de un criterio puramente subjetivo, que es aquel de
su portador, son tales los intereses que tienen como portador (o centro de referencia) un ente
exponencial de un grupo no ocasional (p. 23). Esta tesis presupone que la diferenciación no sea
ontológica sino sólo de grado. En este aspecto ver: Luciani, ‘‘II dirito costituzionale a la salute...’’,
p. 795; en el mismo sentido Nigro, La iustizia ammnistrativa, 2a. ed., Bologna, 1979, p. 118; Cogo,
‘‘Interessi difussi e participazione’’, en Studi parlamentari e di politica costituzionale, Milano, Giuffrè,
1979, pp. 25 y ss.; Pasquini, M., ‘‘Tutela dela salute ed ambiente nei piú recenti orientamenti dottrinali
e giurisprudenziali’’, en La disciplina giuridica della protezione contro gli inquinamenti, Milano,
1980, pp. 79 y ss. Otra tesis que se pone el énfasis en el carácter de conflictualidad con el orden social
expresado en el concepto de interés difuso; Dell’Acqua, La tutela degli interessi difussi, Milano, 1979,
p. 176, parece encontrar la diferenciación no ya en el grado de organización, sino en la diversa
organizabilidad de los intereses difusos; grosso modo son reconducibles a esta noción la posición de
Costantino, Giorgio, ‘‘Brevi note sulla tutela giuridizionale degli interessi collettivi davanti al giudice
civile’’, Le azioni a tutela de interessi collettivi..., cit., pp. 223 y ss.; Sgubbi, ‘‘L’interesse diffusi
come oggetto della tutela penale’’, La tutela degli interessi difussi nel diritto comparato..., cit., pp.
549 y ss.; Bricola, Franco, ‘‘La tutela degli interessi collettivi nel processo penale’’, Le azioni a tutela
de interessi collettivi..., cit., pp. 103 y ss. (en el cual subraya como en efecto la mayor conflictualidad
actual es aquella que se expresa a través de los intereses colectivos). Una perspectiva extremadamente
estimulante es la propuesta por Corasaniti, Aldo, ‘‘Tutela degli interessi diffussi dinanzi al giudice
ordinario’’, en Rilevanza..., cit., pp. 61 y ss. (del mismo autor, cfr., ‘‘Interessi difussi’’, Dizionario
del diritto privato, Milano, 1980, pp. 419 y ss.).
134 No es posible en este trabajo valorar fonditus la bondad de la tesis que ve en el derecho subjetivo
y en el interés legítimo categorías utilizables también de frente a situaciones que se coloquen en
alternativa a la coordinación socioeconómica de las cual aquellas categorías nacieron. Es suficiente
para nosotros remitir a las dudas que expresa Rodota, Stefano, ‘‘Le azioni civilistiche ’’, Le azioni a
tutela de interessi diffusi..., cit., pp. 81 y ss.; además, sin afán de exhaustividad: Pardolesi, Roberto,
‘‘II problema degli interessi collettivi e i problemi dei giuristi’’, Le azioni a tutela di interessi
collettivi..., cit., pp. 241 y ss.; Denti, ‘‘Relazione Introduttiva’’, Le azioni a tutela di interessi colle-
ttivi..., cit., pp. 3 y ss.; por su parte los autores citados en la nota precedente ponen el acento sobre
el carácter conflictual de los intereses difusos; también autores que, como Vigoriti, sostienen más
brillantemente esta tesis, dedican amplio espacio a la determinación de la hipótesis en la cual el interés
colectivo, o difuso se ha sustanciado en un tertium genus en virtud de la intervención del legislador.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 79
135 Se declara insatisfecho de la sistematización hasta ahora dada al problema de los intereses
difusos Cogo, G., ‘‘Interessi diffussi e participazione...’’, cit.
136 En Italia, Moro ha comparado la Constitución con una pirámide, según el criterio de la
‘‘socialidad progresiva’’ a través de la cual el ciudadano era visto primero en su individualidad, después
e una esfera más amplia, hasta llegar a situarlo en el mundo político. Cfr., Moro, Costituzione e
sviluppo delle situazione en Italia, Bologna, 1978. p. 47.
137 Para una reconstrucción de las formaciones sociales con relevancia constitucional, confrontar
según diversas posiciones: Lavagna, Diritto pubblico, Torino, Editrice Torinense, 1980, pp. 969 y
ss. Este autor subdivide el examen según se trate de formaciones sociales con un contenido en donde
prevalece lo económico o con un contenido en el que prevalece lo ético-social. Ver entre otros: Mortati,
C., Istitizione di diritto pubblico, Padova, CEDAM, 1979, t. II, pp. 1051 y ss. Mortati, C., Stato,
Cittadino, Formazioni Sociali, Bologna, 1979, pp. 129 y ss. Barile, Il soggetto privato nella
contituzione italiana, Milano, 1953, pp. 14 y ss.
138 Entre los autores citados, ver Barile, op. ult. cit., pp. 10. Resigno, ‘‘Ascesa e declino della
società pluralista’’, en Persona e comunitá, Bologna, 1966, p. 5.
139 Barile, voz: ‘‘Associazione (diritto de)’’, Enciclopedie de Diritto, t. III, Milano, 1958, p. 844;
Cheli, ‘‘Libertá di associazione e peteré di polizia: profili storici’’, Atti del Congresso celebrativo del
centenari delle leggi amministrative di unificazione (ISAP); La tutela del citttadino. La pubblica
sicurezza, Vicenza, 1967, t. II, pp. 273 y ss.
80 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
140 Ridola, ‘‘Partiti politici’’, en Enciclopedie di diritto, t. XXXII, Milano, 1982, p. 87.
141 Mortati, C., ‘‘II lavoro nella constituzione italiana’’, Istituzioni..., cit., t. III, pp. 225 y ss.
Calamandrei, Pietro, ‘‘Significato constituzionales del dirittio de sciopero’’, Opere guiridice, Napoli,
1966, t. III, pp. 443 y ss.; Pannuzio, S. P., Sciopero e indirizzo politico, Roma, 1974.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 81
145 El término ‘‘ambiente’’, como puede notarse, es utilizable según diversos esquemas y
significados. De conformidad con un primer esquema (elaborado por M.S.Giannini, ‘‘Ambiente:
saggio sui diversi suoi aspetti giuridici’’, en Rivista trimestrale de diritto pubblico, 1973, pp. 1 y ss.),
el término se refiere a: a) a los institutos concernientes a la tutela de la belleza paisajística y cultural;
b) a los institutos que se dirigen a la lucha contra la contaminación (ambiente agredido-agresor);
c) de los institutos atinentes al gobierno del territorio (actividad urbanística). Según otra tesis, en
cambio, la noción de ambiente estaría asumida en la de ‘‘protección de los asentamientos humanos y
de la calidad de la vida’’. Esta tesis se desarrolla, en el ámbito italiano, en torno a las dos instituciones
consagradas en los artículos 9.2 y 32 de la Constitución Italiana, que se refieren a dos polos, la primera
que se refiere al gobierno del territorio en lo pertinente a la tutela del paisaje y el patrimonio histórico
y artístico de la nación, la segunda a la protección de la salud en España. Esta situación podríase
considerar en torno a los dos preceptos homólogos que vendrían a ser: artículos 43 y 46,
respectivamente. Ver, Torregossa, Profili de tutela dell’ambiente..., cit., p. 875.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 83
146 La noción sicológica que ‘‘identifica el interés con la necesidad y con la decisión’’ es rechazada
por Betti, voz: ‘‘Interesse’’ (teoría general) en Novissimo Digesto Italiano, op. cit., p. 839, que pugna por
una ‘‘noción normativa como exigencia de bienes o valores a realizar o proteger’’; Pound, R., ‘‘Resegna
degli interessi sociali’’, Giustizia, diritto e interesse, Bologna, 1962 (tr. italiana de ‘‘Asurvey social
interest’’, Harvard Law Review, 1943, pp. 281, la noción de interés no parece distinta de pretensión,
exigencia, decisión (ver, por ejemplo, p. 282). El autor, en la búsqueda de los intereses sociales, rechaza
que sea el método de la deducción lógica, en lo que se refiere la sicología social, pero recurre a la concreta
observación de los sistemas sociales (p. 300). Vale la pena recordar que Pound distingue entre intereses
públicos concernientes a la vida de la organización política de la sociedad y afirmados a título de esta
organización ----e intereses sociales---- los concernientes a la vida social de la sociedad civil y afirmados
a títulos de esta vida, p. 282. Una noción objetiva del término interés es aportada por Jaeger, Il interesse
sociale, Milano, 1972, p. 3. Por interés se entiende ‘‘la relación entre un objeto, el cual es portador de
una necesidad, y el bien idóneo para satisfacer tal necesidad, determinada en la previsión general y
abstracta de una norma’’. La definición dada por Jaeger puede ser aceptada como punto de partida,
pero va, a nuestro parecer, integrada de las siguientes advertencias: a) la noción normativa de interés es
el instrumento más conveniente para la investigación jurídica, puesto que no se pierde de vista la estrecha
relación entre realidad jurídica y realidad social; b) por sujeto no se puede entender una persona física o
jurídica, sino cualquier centro de referencia de la norma que asuma cualquier configuración unitaria; c)
‘‘bien’’ no es sólo aquello que es objeto de apropiación, y consecuentemente; d) la relación sujeto-bien
no tiene su modelo paradigmático en la propiedad; e) la determinación de la relación ‘‘en la previsión
general y abstracta de una norma’’ es sólo un modelo tendencial. Para un clásico tratamiento del tema,
vale recordar Jhering, Rudolf von, Lo scopo nel diritto, Torino, 1971.
84 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
149 Ver bibiliografía citada supra capítulo tercero. Para un análisis sobre el uso de la noción y de
otras nociones, ver: Pizzorusso, A., ‘‘Interesse pubblico e interessi publici’’, Riv. trim. dir. proc.
civ., 1972, pp. 57 y ss.; respecto de la heterogeneidad, identificación y clasificación de los intereses
públicos, ver: Giannini, Lezioni, op. cit., p. 106 y ss.
150 Ult. op. cit., p. 172.
151 Sobre el punto, por último, interesantes reflexiones ha considerado en: Noccelli, ‘‘Principio di
partizione e funzione del giudizio ammnistrativo’’, Atti Centocinquantenario..., t. III, pp. 1631 y ss.,
en particular, p. 1673.
86 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
152 Ver la tentativa de Zagrebelsky, G., La giustizia costituzionale, Bologna, 1977. pp. 372-373,
de individuar en un ‘‘complesso di valori larghissimante accetari... che ’ ideologicamente fanno parte
del patrimonio ideale della quasi totalità della forze politico-culturali che operano nel nostro paese...’’
el principal instrumento utilizable de la Corte constitucional en sede de control sobre leyes.
153 Barile, Il soggetto privato..., pp. 10-12.
154 Sandulli, A. M., ‘‘Enti pubbici e enti privati di interessi pubblico’’, en Giustizia civile, 1958,
t. I, pp. 1943 y ss.
155 Se refiere a tal eventualidad, Crisafulli, La sovranità popolare, cit., p. 422; Orsi Battaglini,
Gli accordi sindicali nel pubblico impiego, Milano, 1982, pp. 67-68.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 87
156 El interés para poder devenir en un derecho debe ser personal y especial, situación que excluye
se considere que el interés individual que representa la fracción del interés general de la sociedad,
pueda servir de base a un derecho o a una acción, fuera de los casos taxativos de la acción popular.
157 Como ya anotaba Sforza, Cesarini, ‘‘Studi sul concetto di interesse generale...’’, cit., p. 127.
158 Mortati, C., La costituzione materiale..., cit., p. 77; sustancialmente conformes: Crisafulli,
Lezioni..., t. I, p. 5; Lavagna, Diritto pubblico..., cit., p. 546.
159 Reflexiones similares aparecen contenidadas en Nocelli, op. cit., pp. 1660-1664. Induda-
blemente la acción popular, constituye el límite hacia el cual tiende el interés legítimo, sin que se
confunda con aquélla.
88 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
160 Cfr., por ejemplo, Planiol, M., Nota a Cour d’Apple d’Amiens, 13 de marzo de 1985, t. II, p.
553, que reduce extremadamente la cuestión de las acciones por las cuales es legitimado el sindicato
profesional, así: ‘‘On a confondu dans la profession avec les droit individuels, appropriés et incorporé
dans le patrimoines des particuliers... ’’, pero ‘‘quand il s’ agira de droits individuels, on pourra donc
toujours opposer aux syndicats intervenant... la vieille maxime: Nul en France ne plaide par
procurer...)’’. Para un examen sobre los problemas que suscitó la noción de interés colectivo, ver:
Tonni, ‘‘L’intervento dei sindicati ed associazioni nel proceso penale’’, Riv. trim. dir. pubbl, 1976,
pp. 1449 y ss.
161 Cfr., Ranelletti, Principi di Diritto Ammnistrativo. t. I, 1912, que utiliza instantáneamente las
nociones siguientes: objetos colectivos con los de objeto comunes u objetos sociales (pp. 12-14). Una
posición más precisa y moderna se puede encontrar en: Bonaudi, La tutela degli interessi collettivi,
Torino, 1911; en donde el autor individua la existencia de ‘‘collettivita speciali, o classi di individui,
il cui sorgere ed organizzarssi... costituisce un fenomeno caratteristico dell’ eta nostra... ’’, concluye
con precisión que ‘‘los intereses de semejantes colectividades especiales, que cada vez más están
constituidas simplemente de la suma y de la resultante de los particulares intereses individuales de sus
componentes, algunas otras en cambio, pero comprendiéndolas, no se identifica con éstas, siempre
coinciden o al menos se armonizan con los intereses del cuerpo social considerado en su generalidad’’.
Para un análisis más detallado dela obras ver: Caravita, Beniamino, ‘‘Interessi diffusi e collettivi’’,
Diritto e Società, 1986, p. 184. En la jurisprudencia italiana ejemplos por demás ilustrativos en este
sentido, sobre todo en cuanto al reconocimiento de legitimación colectiva, ver: Consiglio di Stato
(Cons. Stato), 31 de diciembre de 1906. Boddano vs. Consorcio Autónomo del puerto de Genova,
Giurisprudenza Italiana, 1907, t. III, pp. 173 y ss., que excluye las asociaciones comerciantes e
industriales para la tutela de intereses profesionales tengan capacidad e interés para recurrir contra
los procedimientos administrativos que conciernen a las relaciones entre industriales y lo relativo a
los trabajadores, mientras tal capacidad e interés de recurrir lo tengan los individuos comerciantes e
industriales asociados (se contiene una nota crítica de Cammeo, así como la jurisprudencia contraria
al argumento aquí referido), Cons. Stato, 24 de mayo 1907.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 89
165 Siempre en el sentido supra determinado de intereses que, en tanto generales, no tengan aun
pertenenencia pública, o aun cuando la tengan, también en este caso, conservan una caracterización
que permite una referencia a todos los ciudadanos uti sunguli. Con significado aparentemente similar,
la noción ‘‘necesidad de salvaguardar los intereses colectivos generales del mundo del trabajo...’’, es
usada en la sentencia emitida por la Corte Constitucional de 5 de febrero de 1975, Giur. Const., núm.
15, 1975, p. 62.
166 En el mismo sentido Jaeger, P.G., L’interesse sociale..., cit., p. 10; en sentido parcialmente
deferente, Galgano, Associazioni non reconosciute..., cit., p. 51. El problema de la calificación de
la estructura asociativa como abierta o cerrada ; Pace, ‘‘Commentario art. 18’’, en Commentario della
Costituzione, a cura di G. Branca, Roma/Bologna, 1975, t. I, p. 223.
167 Crisafulli, La soveranità popolare..., cit., pp. 438-439.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 91
169 La necesidad, en efecto, de individuar una noción de interés colectivo de tal manera amplia,
de ser utilizable para diversas situaciones que lleve a aclarar alguna peculiaridad que diferencie, en
la dinámica institucional, la posición del sindicato de aquella otra de las asociaciones de categoría.
En particular, no se tiene la debida cuenta del hecho de que entre los posibles modelos de representación
del trabajo (de naturaleza asociativa o de clase) el sindicato tiende a ser sindicato de clase y a asumir
una representación de tipo general, sobre éstas clasificaciones y sobre las consecuencias que derivan
en orden a la acción sindical, ver: Pizzorno, Azione di classi. Partiti e sindicati, Bologna, 1980, pp.
194 y ss. Tampoco se discute la tesis según la cual ‘‘el interés colectivo que asume relevancia [y] por
tanto, el interés referible al grupo de los trabajadores [porque] en las valoraciones realizadas por el
ordenamiento, no existe, bien visto, alguna simetría entre los intereses expresados y destinados a ser
satisfechos en la organización sindical de los trabajadores y en la de los oferentes de trabajo...’’ (por
lo cual sólo en el primer caso sería justificable la comprensión de los intereses individuales que
frecuentemente derivan del trámite de la necesaria mediación de la organización).
170 A propósito de la noción aquí indicada, es necesario precisar que si de hecho, es el sindicato
el que ‘‘crea’’, ‘‘define’’ la categoría a través de su acción, casos de intereses plurimos no deberían
ser posibles por definición (eventualmente entraríamos de cara a la hipótesis del contraste acerca de
los medios y/o a los fines entre asociaciones que se refieren a la misma categoría), o debieran ser
reducidos a casos marginales; semejante discurso debiera ser aplicable para las organizaciones de
patrones y para muchas organizaciones de categorías. Es diferente el problema en aquellos casos en
los cuales la acción del ente exponencial sea heterodirecta o la pertenencia al ente sea legislativamente
determinada y obligatoria (por ejemplo en el caso de los colegios profesionales). Para un caso clásico
de interés plurimo, Sforza, Cesarini, Studi sul concetto di interesse generale..., cit., p. 139; donde
se cita un caso en el que el procedimiento de apertura de una farmacia es impugnado por el sindicato
de farmacéuticos, en cuanto se considera lesiva de los intereses de la categoría a causa de la probable
disminución su clientela; el Consejo de Estado rechaza el recurso basándose en una errónea valoración
de los intereses de la categoría de los farmacéuticos en ejercicio, que se veían lesionados en
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 93
sus intereses, como en los de aquellos que aún no ejercían la profesión. En la jurisprudencia italiana
un tratamiento más acorde con las necesidades actuales de tutela de los intereses de categoría se puede
apreciar en la sentencia del Consejo de Estado: VI, 12 de marzo de 1932 en Foro italiano, 1932, t.
III, p. 225, con nota de Iaccarino, citado.
171 O’ Connors, James. La crisis fiscal del Estado, Barcelona, Península, 1986: Habermas, J., La
crisis de la razionalita nel capitalismo maturo, Bari, 1979.
172 Ver primera parte de este trabajo.
173 Habermas, J., Historia crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la opinión
pública, Barcelona, G. Gilli, 1981. Habla de una ‘‘refeudalación de la esfera pública’’, entendida ésta,
en vía de primera aproximación, ‘‘como el ámbito de nuestra vida social en la cual se puede formar
aquello que se llama ‘ opinión pública’ ’’.
174 Poulantzas, Nicos, Estado y lucha de clases, México, FCE, 1976, p. 298. La temática está
presente en todos los autores que han examinado el Estado del capitalismo maduro; ver, entre otros,
Offe-Lenhart, Teoria dello satato e politica sociale, Milano, 1979. La tesis se acerca a las posiciones
de gran parte de la doctrina alemana que, superando, pero al mismo tiempo en una posición de
consecuencialidad con la tesis weberiana veía en el Estado social una ruptura del Estado de derecho
en favor de un Estado de carácter administrativo (ver, por ejemplo: Forsthoff, Ernest, Concepto
94 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
y esencia del Estado social de derecho..., cit., pp. 69-106; respecto de la doctrina y la jurisprudencia
en torno al principio de igualdad en España: Alonso García, Enrique, ‘‘El principio de igualdad del
artículo 14 de la Constitución Española’’, en Revista de la Administración Pública, núms. 100-102,
Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1983, vol. I, enero-diciembre, pp. 21-92; Jiménez
Campos, Javier, ‘‘La igualdad jurídica como límite frente al legislador’’, en Revista Española de
Derecho Constitucional, núm. 3, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1983, año 3,
septiembre-diciembre; Laporta, J. F., ‘‘El principio de igualdad: Introducción a su análisis’’, Revista
de Ciencias Socieles, núm. 67, Madrid, Sistema, julio de 1985; López Rodo, Laureano, ‘‘El principio
de igualdad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional’’, Revista de Administración Pública,
Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1983, vol. I, núms. 100-102, enero-diciembre; Ollero
Tasara, Andrés, ‘‘Principio de igualdad y teoría del derecho. Apuntes sobre la jurisprudencia relativa
al artículo 14 de la Constitución’’, en Anuario de Derechos Humanos, Madrid, Universidad
Complutense de Madrid, 1986-1987; id., El principio de igualdad en la aplicación de la ley, Madrid,
Centro de Estudios Constitucionales, 1989; Pérez-Luño, Antonio, ‘‘El concepto de igualdad como
fundamento de los derechos económicos, sociales y culturales’’, en Anuario de Derechos Humanos,
Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1982, entre otros. En la doctrina italiana, cfr., por
todos, Baldasarre, Partiti e societa: una crisi di legitimazione?, Roma, 1981.
175 Sandulli, A. M., Il procedimiento amministrativo, Milano, 1959, pp. 14, 22, 35-36; id.,
Manuale di diritto amministrativo, Napoli, 1982. pp. 569 y ss; Nigro, ‘‘Trasformazioni
nell’ amministrazione e tutela giuridizionale diferenciata’’, La riforma del processo amministrativo,
Milano, Dott. A. Giuffrè Editore, 1980, pp. 204-205.
176 Sandulli, A. M., Il procedimento..., cit., p. 578, que subraya como ‘‘los casos en los cuales
es requerida, consentida, la previa audiencia de los directamente interesados (y los contrainteresados),
son distintos aquellos en los cuales son admitidos (necesariamente o facultivamente) para representar
el propio punto de vista, en un procedimiento administrativo, tornado contradictorio, entes públicos
(comunitarios o no), entes o asociados exponencial de categoría y grupos... Estamos en presencia de
uno de los aspectos del fenómeno participativo... que, para diferenciarlo de la participación
institucional, se designa como participación ‘funcional’, y que... tiene como objeto el perseguir una
gestión del poder posiblemente ‘ consentido’...’’; más en general sobre diversos aspectos del fenómeno
participativo, cfr., entre otros: Sánchez Morón, Miguel, La participación del ciudadano..., cit.;
Lozano Higuero-Pinto, Manuel, La protección procesal de los intereses difusos..., cit.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 95
1. Cuentan con una radicación y una dimensión territorial, esto es, son
portadores (consciente o inconscientemente), sujetos entre sí reuni-
dos (o reunibles) en una dimensión territorial.
2. Expresan una necesidad de reorganización en un determinado ámbito
territorial en forma tal, que les permite satisfacer exigencias prima-
rias o también no primarias, en tanto que este término se entienda
en el estricto sentido de materiales, de los sujetos allí asentados.178
scelto e scelge (sic.) di esercitere la propria attività e influenza...’’ (p. 1064), a estos intereses denomina
‘‘colectivos’’ decantándose por un nominalismo que da lugar a que resulte claro que son inintereses
difusos, así, para el autor en cita éstos son: ‘‘sorta di coacervo di tensioni individuali dominante dal
comune riferimento ad un bene giuridico idoneo a soddisfare congiuntamente la pluralità di situazioni
suscettibile di aggregazione e di coagulo...’’, a los cuales ‘‘mancan un dimensionamiento di segno
unitario in rapporto ad un ambito spaziale definito e ad colletività di riferimento...’’ (p. 1063). La
crítica a la posición de éste autor reside, desde nuestra óptica, en que se olvida de la historia que
distingue a los intereses colectivos, claramente identificable tal como ya lo hemos visto en el presente
trabajo de los difusos.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 97
183 Esta tesis permitirá ampliar la esfera de la tutela de los intereses considerados como difusos sin
echar por tierra la concepción del juicio administrativo como ‘‘jurisdicción puesta al servicio de la
tutela de posiciones jurídicas subjetivas y una jurisdicción que puede ser definida de derecho
‘ objetivo’.’’ En la investigación de los instrumentos que amplíen en acceso al juez administrativo,
cfr., Sánchez Morón, Miguel, Almagro Nosete, Jose y Romano, Alberto, ‘‘Il giudice amministrativo
di fronte al problema della tutela degli interessi diffusi’’, Rilevanza..., cit., p. 37, entre otros.
184 Respecto de la fuerza vinculatoria de los preceptos en el textos citados, existe una amplia
bibliografía en la doctrina de los autores españoles, véase por ejemplo las obras de Pablo Lucas Verdú,
Enrique Alonso García, Francisco Rubio Llorente, Manuel Aragón, Eduardo García de Enterría,
Ignacio de Otto y Pardo, por citar sólo algunos de los autores más relevantes. Para un primer examen
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 99
188 No es posible en esta sede realizar un listado de las actividades a través de las cuales la
administración pública incide directa e indirectamente sobre un determinado orden territorial, teniendo
en consideración la multiplicidad de materias atigentes al territorio.
189 Naturalmente, la mala o deficiente instalacion de un servicio, de un centro comercial o de una
zona verde tiene efectos no sólo en el ámbito territorial sometida a la autoridad de planificación que
se considere, sino que proyecta sus efectos sobre ámbitos territoriales externos. El hecho es que la
norma que atribuye competencia de planificación a una autoridad individua (con base en las
valoraciones empíricas realizadas atendiendo a datos históricos, económicos, sociales, políticos), el
nivel óptimo del ámbito de planificación. Por otra parte, propio a estos fines, son previstos instrumentos
institucionales de carácter colectivo.
190 Sandulli, Manuale de diritto amministrativo..., cit., p. 368-369, en el que hace a las
circustancias territoriales de la administración del Estado.
191 La organización territorial de la administración se encuentra entre dos exigencias: por una parte,
la necesidad de individuar ámbitos territoriales de referencia que sean lo más homogéneos posibles,
a fin de poder coordinar mejor los niveles de actividad; por el otro, la necesidad de no respetar
‘‘artificialmente’’ la ‘‘espacialidad’’ y la discontinuidad de la organización del espacio, así como de
no sobrepasar los modelos pensados a priori a los procesos de deshomogenización de los ambientes
especiales de referencia de las diferentes actividades.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 101
192 En general el problema de la identificación de la ‘‘dimensión’’ del interés sirve para individuar,
por una parte, la dimensión óptima de gestión de tal interés y, consecuentemente, el ente público al
cual confiar el cuidado (teniendo presente, naturalmente, otras consideraciones diversas a la
dimensional), por otra parte, la colectividad a la cual hace referencia el ‘‘bien’’(que podrá ser
local-comunal o subcomunal, regional o general).
a
193 Cfr., Paladin, Diritto regional, 3 ed., Padova, CEDAM, 1979, pp. 75-105, 349-369.
194 Ferri, P., ‘‘Parchi’’, Enc. dir, t. XXXI, Milano, 1981, pp. 623 y ss.
195 Lise, de, ‘‘Assetto del territorio e localizzazione delle centrale nucleari’’, Rass. giur., ENEL,
1977, pp. 553 y ss.
102 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
199 La incertidumbre en tomar y aplicar este dato a la observación de los intereses colectivos y
difusos, pudo haber sido causada por el hecho de que el grupo unido a un vínculo territorial encuentra
ya institucionalizado un ente exponencial en la comunidad misma, mientras el grupo determinado por
un estatus común debe asumir un nivel satisfactorio de agregación y de organización de los posibles
participantes en los casos específicos. Otra razón podría ser la existencia de colectividades radicadas
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 105
sobre ámbitos territoriales menores de los municipales, pero que, no obstante, son portadoras de
‘‘intereses diferenciados’’ (v. gr., las unidades habitacionales). Cfr., Sandulli, Manuale..., cit., pp.
457-459. En Italia la legislación regional en materia de circunscripciones comunales permite la
creación de nuevas comunas cuando la fracción tiene intereses distintos de aquellos de la comuna
originaria o de colectividades radicadas sobre el mismo ámbito, pero portadoras de intereses
diferenciados respecto de la comunidad territorial mayor, y que no se configuran, todavía, en intereses
colectivos, stricto sensu, a causa del carácter prevalente que asume la identificación territorial:
pensemos en este caso en las minorías linguísticas, Sandulli, Manuale..., cit., p. 10. Al efecto se
torna ilustrativa la sentencia del Consejo de Estado, de 6 de mayo de 1980, que consideró a la provincia
de Balzano legitimada para tutelar determinados fines, específicamente los de las minorías alóglotas
de esa provincia; en otras ocasiones el Consejo de Estado ha reconocido legitimación a ciertas
comunidades religiosas, como fue el caso de los fieles de la Pretura de Giosa Jonica, al efecto de
accionar judicialmente en tutela de algunas situaciones de ventaja o, más aún, a determinadas
experiencias o culturales de base, o experiencias laborales o empresariales ligadas fuertemente al
territorio, etcétera.
200 Cfr., Rossi, G. P., Gli enti pubblici associativi. Aspetti del rapporto tra gruppi sociali e potere
pubblico, Napoli, 1979.
106 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
201 En Francia es con la ley 292 Vendimiando del año 5, que se rompe la disputa acerca de la
posibilidad de que ‘‘les habitants pouvaient exercer une action qui n’ appartient qu’ a la commune’’,
imputando finalmente al ente aquello que se consideraba propio de los bienes comunales.
202 Cfr., Giannini, Massimo Severo, I beni pubblici..., cit., pp. 34 y ss.
203 Sobre estos autores ver la reconstrución en: Fiavorinti, Giuristi e costituzione politica
nell’ottocento tedesco. Per la storia del pensiero moderno, vol. 8, Milano, Dott. A. Giuffrè Editore,
1979.
204 Cfr., por todos, Weber, Max, Economía y sociedad..., cit., pp. 96 y ss.
205 Caravita, Beniamino, ‘‘Reflessi delle strutture edilizie e dei ‘ mores’ su problemi concernetti la
case nella iurisprudenza fra i secoli XIV-XIX (brevi cenni sul XX)’’, Foro Italiano, 1978, V, pp. 93 y ss.
Capítulo quinto. Análisis recomprensivo de la tutela de los intere-
ses difusos: La tutela supraindividual. . . . . . . . . . . . 107
107
108 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
206 En los que han subrayado este aspecto: cfr., Cappeletti, Mauro, ‘‘Formazioni sociali e interessi
di grupo’’..., cit., p. 361.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 109
211 Podemos decir que la acción popular adquiere un carácter supletorio en razón de que la
titularidad del intéres sustancial deducido en juicio no compete al actor (sustituto procesal) sino al
sustituido, el poder de actuar en nombre propio para la tutela del aquel interés se configura como
derecho subjetivo autónomo, conferido al particular uti cives, o sea, en función de su pertenencia a
un determinado grupo y de un interés cívico que se constituye, más específicamente, en un derecho
subjetivo público, afectando los fines del interés público.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 113
212 Y de preguntarse si tal unión deba ser estable y no efímera, en razón de los criterios adoptados
para reconocer la legitimación en materia de licencias municipales, esto es, institucionalmente
reconocida, escogiendo la segunda solución, la tutela de los bienes ligados al territorio sería reconocida
sólo en las casas residenciales, tiendas de descuento, etcétera (también la posibilidad reconocida al
municipio o a otros entes territoriales) o, eventualmente, en personas jurídicas privadas que operen
sólo en el ámbito local; en el primer caso, en cambio, la tutela sería ejercitable por aquellas
organizaciones espontáneas que se formasen en el ámbito territorial en donde se encuentra radicado
el bien lesionado, correspondiéndole al juez controlar el carácter de estable y no efímero. Ver sentencia
Ad. plen. 224/1979 (caso Italia Nostra) en la que se afirma que el reconocimiento gubernativo no es
condición suficiente de la legitimación sustancial, y mucho menos presupuesto necesario de la procesal,
y que la legitimación de Italia Nostra se considera insuficiente porque ‘‘falta... la posibilidad de
reconocer... la función de espontaneidad del concreto interés de los individuos integrantes de una
determinada colectividad’’.
213 Ver Sentencia de 23 de mayo de 1980, núm. 211, que define como relevante interés público
la actividad de Italia Nostra.
114 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
214 Cuanto se tiene es válido no sólo para los bienes ambientales estrictamente entendidos si no
que, con algunas precisiones, puede ser aplicado, también, para los bienes culturales.
215 Esto se ha dicho para los solos fines del juicio administrativo; por lo que se refiere a la
recognocibilidad de un daño no patrimonial a la persona jurídica y, por unánime extensión a las
asociaciones, ver: Cupis, de, II danno, Milano, Dott. A. Giuffrè Editore, 1979. pp. 62-63. Más
general, es la tesis del daño a la honorabilidad del ente o de la lesión de la finalidad estatutaria que
debería ser más considerada, debiéndose allegar criterios de unión del interés que no sean meras
ficciones jurídicas.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 115
el precio por permanecer inmunes del poder estatal y de sus controles deberá
ser pagado por las asociaciones, con el restringir en torno a fines específicos
su actividad; organizando intereses sustancialmente homogéneos; o bien,
constitucionalizado el proceso a través del cual se determina y pueden actuarse
los fines generales y particulares de la escala política.216
216 Rescigno, P., ‘‘Ascesa e declino della società pluralista’’, Persona e comunità, cit., pp. 25-26.
116 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte
a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la
persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la
sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de
fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los
privilegios de razas, de religión de grupos, de sexos o de individuos.
TERCERA PARTE
DERECHO COMPARADO
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
123
124 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
deben ser tomados por el juez en el curso de la acción, la notificación a cumplirse, los efectos del
juicio. En una acción iniciada como class actions las partes no pueden renunciar o asumir una
transacción sin la aprobación de la Corte.
220 Las definiciones son de Black’s Law Dictionary, voz: ‘‘Class’’, St. Paul Minnesota, 1968, p.
315.
126 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
Cabe indicar que las class actions, son examinadas por los tribunales
americanos como las demás acciones. Sin embargo, según las reglas del
procedimiento civil y de conformidad con la Federal Rule 23, compete al
tribunal:
221 En lo que se refiere a la tutela del ambiente, cfr., Patti, ‘‘L’esperienza delle class actions en
due libri recenti’’, Riv. trim. dir. proc. civ. 1979, p. 1560, en lo que se refiere a las minorías Note,
Antidiscrimination Class Action Under the Federal Rules of Civil Procedure: The Transformatin of
Rule 23 (b) (2), Yale Law Journal, 88 (1978-79), pp. 868 y ss.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 127
222 Kotz, Hein, ‘‘La protección en justice des interets collectifs, Tlabeau de Droit Comparé’’, Acces
a la Justicie et Etat Providence..., cit., p. 104.
128 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
223 Este asunto fue motivo de voto particular disidente por parte del juez Lumbard. Eisen vs.
Carliste & Jaquelin, 39 1 fj. 2d 555, 572; 1968.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 129
224 Prescott vs. Birminghame Corporation (1955) Ch. 210. Attorney General (on the relation of
Mc. Whiter) vs. Idependent Boadcasting Autory (1973)1 All E. R. 689 (C.A.).
225 Vid., el asunto Gouriet vs. Unión Poist Office Workers (1977) 3 Western Law Review, 300,
319, 328. Criterio sostenido por el Lord Benning.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 133
celle que le syndicat exerce en son prope comme personne civil chargée de la
défense des interets professionnel colletif dont elle à la garde... il faut, pour
quelle puisse exister, qu’il s’agisse d’un interet professionel collectif et que les
conclusions ne continnet rient ayant un caractere purement individuel... 229
233 Sobre los límites de la legitimación procesal de las associations déclarées y sobre la ley Royer,
cfr., Vita, Anna de, ‘‘La tutela giudidizionale degli interessi colletivi nella prospettiva’’, La tutela
degli interessi diffusi nel diritto comparato..., cit., pp. 349 y ss.
234 Fisch, ‘‘Europpean analogues to the class action...’’, cit., pp. 72-74.
136 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
238 Fish, ‘‘Europpean Analogues ti the class actions: Group Action in France and Germany’’, 27
American Journal of Comparative Law 51 (1979) p. 62; Sows, H. and Perrot, ‘‘Droit judiciare privé,
Paris, Sirey, 1961, pp. 228-229, 251; Larguier. ‘‘L’action publique menacée’’, Recueil Dalloz, Paris,
1958. Cronique 29; Larguier, ‘‘The civil action of damages in French Criminal Procedure’’, 39 Tulane
Law Review 687 (1965); Boulan, ‘‘Le double visage de láction civil exercée devant les jurisdictions
represives’’, Jurisclasseur périodique I, Paris, 1973, p. 2563; Audinent, ‘‘La protection judiciare des
fins poursuives par les associations’’, Revue Trimestrielle de Droit Civil. no. 312, 1955; Vouin,
‘‘L’unique action civil’’, Recueil Dalloz, Sirey, 1979, Cronique 265. Campedron, ‘‘Láction colletive
ordinale’’, Jurisclasseur périodique I, 1979, p. 2943.
138 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
241 Cfr., el proyecto de ley tendente a modificar la ley contra concurrencia ilícita, de 29 de
septiembre de 1979, Bundestang Drucksache 8/2145.
242 La legitimidad es reconocida a las asociaciones comerciales o de consumidores en cierto número
de leyes alemanas. Un ejemplo interesante nos lo proporciona el artículo 13 de la ley sobre las cláusulas de
los contratos de adhesión del 9 de diciembre de 1976; este artículo reconoce calidad para actuar a las
asociaciones de consumidores para permitirles obtener una injoction prohibitiva al demandado en el
sentido de estipular o recomendar aquellas cláusulas que que ley declara ilícitas en los contratos de
adhesión. Cfr., Hondius, ‘‘Unfer contract terms: New Control systems’’, 26 de American Journal of
Comparative Law, 525 (1978).
140 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
245 Cons. Stato. Ad. plen. 19 de octubre de 1979, no. 24, en Foro italiano, 1980, III, col. I, con
nota de A. Romano.
246 345 Cons. Stato. Sez. V, 2 de mayo de 1980, sentencia no. 457 en Rass. Cons. Stato., 1980,
p. 705.
142 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
5.3. Personalidad del ente lesionado y los fines estatutarios del ente
colectivo
251 TAR, Piamonte, 25 de julio de 1978, sentencia núm. 415 en Rass. TAR, 1978, I, p. 3939;
TAR, 1979, de Emilia Romagna, Bologna, 31 de octubre de 1979 sentencia núm. 453 en Rass. TAR,
1979, I, 3883; TAR, 1902, I, p. 2707.
252 TAR, Marche, 6 de septiembre de 1979, sentencia núm. 253, Rass. TAR, 1979, I, p. 3350;
también el 29 de enero de 1980, sentencia núm. 21 en Rass. TAR, 1980, I, p. 1081; TAR de Emilia
Romagna, el 29 de abril de 1982, sentencia núm. 224, en Rass. TAR, 1982, I, p. 2094.
253 Respecto del tratamiento y vinculación que la doctrina italiana realiza en torno a los bienes
paisajísticos y el medio ambiente, por todos, vid., Giannini, Massimo Severo, ‘‘Ambiente: saggio sui
deversi suoi aspetti giuridici’’, Rivista Trimestrale de Diritto Pubblico, 1973, I, pp. 15 y ss.
254 Rass. Cons. Stato. 1973, I, 419. El principio sentado por esta sentencia fue posteriormente aplicado
por los tribunales administrativos regionales, así, TAR Lazio, Sez, I. p. 720 (legitimación de Italia Nostra
para impugnar una licencia de construcción que tentaba contra la belleza natural, entre otras).
255 Sentencia núm. 2207 de la Cass. S.S. V.V. de 8 de mayo de 1978 en Foro italiano, 1978 I, p. 190.
256 Plen. Ad. 19 de octubre, sentencia núm. 24, en Foro italiano, 1978, I, p. 190.
257 Cons. Stato, Sez. IV, de 29 de abril de 1980, sentencia núm. 473; TAR, Abruzzo, L’Aquila,
12 de noviembre de 1981, sentencia núm. 406 en Rass. TAR, 1982, I, 241; exclusión de Italia Nostra,
sentencias núms. 114 1980; 4 de julio.
144 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
258 Sobre la legitimación para intervenir de las asociaciones Italia Nostra y World Wildlife Fund:
Cons. Stato, Sez, IV, de 22 de febrero de 1980, sentencia núm. 114, cit., TAR, Lazio, Sez. III, 6 de
abril de 1978, sentencia núm. 131, en Rass. TAR, 1978, I, p. 916; en el mismo sentido: Sez, 4 de junio
de 1950, sentencia núm. 432, Rass. TAR, 1980, I, p. 2256. En sentido contrario: TAR Compania,
Napoli, 8 de octubre 1980, sentencia núm. 772 en Rass. TAR, 1980, I, p. 4400. Asociaciones que
tengan una finalidad económico-turística pueden intervenir en juicio a fin de evitar daños a la playa
por la realización de obras públicas.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 145
259 Como puntualizaremos en el capítulo siguiente, tal situación ha cambiado un poco a raíz de la
publicación de la ley 349-1986, que instituye el Ministerio del Ambiente, por todo, ver el estudio
completísimo y de autores varios: Propietà, danno ambientale e tutela dellambiente, a cura di Lelio
Barbiera (introduzione di Massivo Severo Giannini; conclusioni di Pietro Rescigno), Napoli, Jovene
Edit, 1989.
260 Vid., Cianello, V., La tutela interessi individuali..., cit., p. 1326.
261 Vid., Garsso, E., ‘‘Una tutela per lambiente’’, Riv. Dir. Proc., núm. 3, 1987, pp. 505 y ss.
146 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
262 Cons. Stato, Sez, IV, de 6 de febrero de 1984, sentencia núm. 69, en Foro amministrativo,
1984, I, p. 40.
263 TAR Lazio, 13 de enero de 1984, sentencia núm. 21 en Rass. TAR, 1984, I, p. 482, en Foro
amministrativo, 1984, I, p. 706; Foro italiano, 1984, III, p. 209; Riv. Amm., 1984, p. 446. En tal
pronunciamiento se deja bien claro que también las ventajas inherentes al disfrute de los bienes
pertenecientes al patrimonio colectivo, plazas, carreteras y el propio medio ambiente, asumen
relevancia del bien legítimo, prescindiendo de su eventual contenido patrimonial, en caso de que los
sujetos que reivindican su goce, pueden justificar una posición diferenciada, calificada por una especial
relación de localización de tales sujetos en relación a dichos bienes, como en el caso en el que fue
reconocida la legitimación a las asociaciones de comerciantes y habitantes, para actuar respecto de
las decisiones comunales que cerraban el tráfico público y privado, en la zona de Plaza de España en
Roma.
264 TAR Lombardia, Brescia, 27 de mayo de 1983, sentencia núm. 264, Foro amministrativo,
1983, I, p. 1932.
265 El caso de la asociación italiana para el Fondo Mundial de la Naturaleza ya citado.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 147
266 TAR, Lazio, Sez. I, de 16 de septiembre de 1982, sentencia núm. 876, en Rass. TAR 1982,
I, p. 1731.
267 La categoría de los intereses difusos no jurisdiccionables por su carácter indiferenciado e
indiferenciable, fue reconducido a la asociación para la protección de la naturaleza Valsusa, con
relación al acto relativo a una concesión de licencia de construcción, por la sentencia TAR, Piamonte,
Sez. I, de 26 de octubre de 1984, sentencia núm. 314, en Rass. TAR, 1984, I, p. 3662. Esta sentencia
causa cierta perplejidad toda vez que pone en causa el criterio-guía de elaboración in loco de los
intereses componentes de la respectiva colectividad.
268 TAR, Lazio, Sez, I, 19 de enero de 1983, sentencia núm. 47, en Foro amministrativo, 1983,
I, p. 1071.
148 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
269 Rehbinder, Umweltrech. 40 Rabels Zeitschrift 363, 407, 1976, citado por Fisch, ‘‘Europpean
analogues to the class actions...’’, cit., p. 114.
149
150 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
274 Administrative Procedure Act. 10, 5 U.S.C. 702 (80 Stat 392).
275 Cfr., Enviromental Defense Fund vs. Hardin, 428 fj. 2d 1093 (D.C. Cir. 1970); Scenic Hudson
Preservation Commitee vs. Federal Power Commission, 354 fj. 2d. 608 (2d Cir. 1965 ); Unites Estates
vs. Students Challenging Regulatory Agency Procedures (S-C-R-A-P-), 412 U.S. 669 (1973).
276 Natural Resources Defense vs. U.S. Enviromental Protection Agency, 481 F. 2d. 116 (10th
Circ. 1973; Warth vs. Seldin, 422 U.S. 90, 1975).
277 Sierra Club vs. Morton, 405 U.S. 490.
278 Ibid., p. 734.
152 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
279 Cfr., Cappelletti, M., ‘‘Govermental and Private Advocates for the public Interest en Civil
Litigation: A comparative Study’’, Acces to Justice: Promosing Institutions, 767 (Alphen aan den
Rijan/Milano, Sijthoff and Noordhoff/Giuffre, vol. II of the Florence Acces-to-Justice Project Series,
M. Cappelleti and J. Wiesner, eds., 1979) pp. 857 y ss.
280 Michigan Comparative Laws. Ann. 691, pp. 1201-691, 1207; Sax y Conner, ‘‘Michigan’ s
Enviromental Protection Act of 1970: A Progress Repport’’, 70 Michigan Law Review 1004 (1972);
Sax y Mento de, ‘‘Environmental Citizen Suits: Three Years. Experience Under the Michigan
Enviromental Protection Act’’, 4 Ecology Law Quaterly 3, 1974.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 153
Hasta ahora nos hemos ocupado de los procedimientos jurídicos por los
cuales los particulares, o los grupos privados, pueden ser legitimados para
actuar jurisdiccionalmente ante los tribunales, en tanto portadores de
intereses difusos, para la protección de sus intereses propios o ajenos, y
siempre bajo el entendido de que se comprendan en la categoría de los
llamados difusos.
Confiar la tutela de los intereses de pertenencia difusa a organismos
administrativos ----facultándoles para que hagan respetar el principio de
legalidad de la administración pública y en consecuencia para que deman-
den ante los tribunales las sentencias declarativas, las resoluciones o, en
su caso, las condenas por daños y perjuicios---- constituye otra de las
manifestaciones del modelos de apertura legitimatoria relativa. Veamos
cuáles han sido las soluciones que se han instaurado.
El organismo en el cual se ha pensado es el Attorney General (países
de common law) o, en su caso, instituciones análogas en los diferentes
países tales como el Ministerio Público, Ministerio Fiscal, Staatswalt y
Prokuratura. Sin embargo, como ha señalado el profesor Cappelletti, estas
instituciones no tienen plenas facultades de intervención en materia civil,
ya que su actuación se restringe a ciertas cuestiones del estado civil de las
personas o del derecho de familia, así como la protección de personas
incapacitadas de proteger sus propios derechos e intereses (menores de
edad).
Recuérdese la intervención que despliega el Attorney General en
Inglaterra, la que en ciertos casos se torna perjudicial para la tutela de los
intereses difusos.
Por lo que se refiere a las materias de protección de los consumidores,
desarrollo y de protección del medio ambiente, así como otros intereses
de pertenencia difusa, existe una tendencia a crear organismos especiali-
zados, prevaleciendo la siguiente postura:
154 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
---- Creación de una oficina o sección que dependa del Ministerio Fiscal
(Público) o del Attorney General; o bien
---- Creación de organismos distintos y autónomos al estilo de la
Direction General of Fair Trading y el Race Ralations Board en
Inglaterra, la Federal Trade Commision y la Securities and Exchange
Commision en los Estados Unidos de Norteamérica; el ombudsman
de los consumidores en los países escandinavos, en el caso de
América Latina, como se sabe, esta última dependencia ha tomado
el nombre de Defensor del Pueblo (Guatemala) o de ComisiónNacional
de Derechos Humanos (México), por citar algunos ejemplos.
283 Idem.
284 Eiseman, Robert, ‘‘Administrative Law and Legitimacy in Anglophone Africa: A problem in
reception of Foreing Law’’, Law and Society Review 161, 1979, p. 200-201 (1979).
156 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
286 Presupuestos plenos de interés han sido realizados por Mertens, Kollektivrechtlicher
Schaderenrsatz als Mittel des Verbraucherschutzes 139 Zeitschrift fur das Gesamte Handelsrecht und
Wiertschaftsrechts 438 (1975) y Koch, Kollektiver rechsschutz im Zivilprozess, Die Class action des
Amerikanischen Rechts un Deutsche Reformprobleme, Frankfurt, Metzner, Arbeiten zur
Rechtsvergleichung no. 83, 1976, pp. 92 y ss.; citados Kotz, Hein, ‘‘La protección en justice des
interets collectifs. Tlabeau de Droit Comparé’’, Accès a la Justice et État Providence..., cit., p. 119.
287 Capelletti, M., ‘‘Vindicating the Public Interestic Throough the Courts: A comapritivists
contribution en Acces to Justice: Emerging Issues and perpectives’’, The Florence Acces-to-Justice
Project Series, Mauro Capelletti and B. Garth, eds., 1979, p. 513, vol. III.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 159
288 Cfr., Chef Justice Burger en Unites States vs. Richardson. 418 U.S. 166, 179 (1973).
226 ÍNDICE
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
161
162 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
289 Nieto, Alejandro, ‘‘La vocación del derecho administrativo de nuestro tiempo’’, Revista de
Administración Pública, nº 76, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, enero-abril de 1975, p. 14.
290 Ibid., pp. 14-15.
291 Gimeno Sendra, Vicente, Constitución y proceso, Madrid, Tecnos, 1988, p. 227.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 163
los intereses colectivos ----tan representables o más que los individuales----, aun
en el supuesto de que estén reconocidos por las normas, carecen de verdadera
operatividad jurídica. Y la razón es muy sencilla: el derecho administrativo,
salvo excepción, sólo reconoce y sólo se extiende a los derechos individuales
o a la suma de ellos.293
292 García de Enterría, Eduardo, Hacia una nueva justicia administrativa, Madrid, Civitas, 1989,
p. 61, del mismo autor: Los ciudadanos y la administración. Nuevas tendencias en el derecho español,
Madrid, REDA, Civitas, núm. 59.
293 Nieto, Alejandro, ‘‘La vocación del derecho administrativo...’’, cit., p. 25.
294 Ibid., p. 26.
295 Nieto, Alejandro, ‘‘La discutible pervivencia del interés directo’’, Revista Española de Derecho
Administrativo, Madrid, Civitas, 1977, p. 41.
296 Almagro Nosete, José, ‘‘Tutela procesal ordinaria y privilegiada (jurisdicción constitucional de
los intereses difusos’’, en Revista de Derecho Político, núm. 16, invierno 1982-1983, pp. 103 y ss.
297 García de Enterría, Eduardo, ‘‘Sobre los derechos públicos subjetivos’’, cit., pp. 442-443.
164 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
298 García de Enterría, Eduardo, Hacia una nueva justicia..., cit., p. 61.
299 Nieto, Alejandro, La discutible supervivencia del interés..., cit., pp. 43-44.
300 Entre los que se deben destacar el procedente de Leguina Villa, J, ‘‘Legitimación. Actos
administrativos generales y reglamentos’’, en Revista de Administración Pública, nº 49, Madrid, IEP,
1966, pp. 93 y ss.
301 Cordón Moreno, F., La legitimación en el proceso contencioso-administrativo, Pamplona,
1979, pp. 88 y ss.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 165
302 García de Enterría, Eduardo y Tomás Ramón Fernández, Curso de derecho administrativo...,
cit., p. 535. En el mismo sentido: González Pérez, Jesús, El derecho a la tutela la Jurisdiccional,
Madrid, Civitas, 1989, pp. 74-75.
303 Mateu-Ros, ‘‘El derecho constitucional a la tutela efectiva y el requisito de legitimación’’, El
Poder Judicial. Madrid, CSJ, 1983, III, pp. 135 y ss.; en el mismo sentido, Cano Mata, Antonio,
Ley reguladora de la Jurisdicción Contensioso Administrativa de 27 de diciembre de 1956. Doctrina
del Tribunal Constitucional. Sobre la derogación de algunos de sus artículos e interpretación de otros,
Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1985, pp. 51 y ss.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 167
interpretación, ya que sólo existe interés si, a través del acto de aplicación,
el particular se siente personalmente lesionado.
Por su parte, la doctrina jurisprudencial no es unánime, pero sí
dominante la que interpreta la normativa de la LJCA en sentido más
favorable a la admisión. En este sentido es importante señalar la sentencia
del Tribunal Constitucional número 160/1985, de 28 de noviembre, así:
309 Cfr., Cano Mata, Antonio, Ley reguladora de la Jurisdicción..., cit., p. 48; González Pérez,
Jesús, El derecho a la tutela jurisdiccional..., cit., pp. 77-78.
172 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
310 Vid., en el mismo sentido, la sentencia de 11 de abril de 1981. Respecto de los señalamientos
que aquí realizamos, cfr., Cano Mata, Ley reguladora de la jurisdicción..., cit., p. 49.
311 Aun cuando la doctrina española no ha dicho nada en torno a que la jurisprudencia hace alusión
a esta correlación y un ente representativo, consideramos que se trata de la figura que en derecho
anglosajón se conoce como adequacy representation.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 173
Importa señalar que aún hoy, el Defensor del Pueblo no sólo responde
a su carácter de supervisor de la legalidad administrativa321 con la que fue
concebido sino que, más todavía, se perfila como un defensor que proyecta
su actividad tuteladora en la consecución de metas más altas, a saber, la
igualdad social y la efectiva participación de la ciudadanía en las cuestiones
administrativas que afectan a sus intereses.
Podríamos decir que la justificación final de una institución, tal como
la que aquí tratamos, en un Estado de derecho, hoy adjetivado como social
y democrático (artículo1.1, Constitución Española), se precisa en la
protección de unos intereses que se han conceptualizado bajo el término,
por demás impreciso, de difusos (que ha llevado a algunos autores a
calificarlos de confusos) y que, sin embargo, han servido para develar
realidades concretas y vivenciales de una ciudadanía que no sabe de
oportunos desarrollos legislativos, ni de disponibilidades presupuestarias,
ante lo que ya no es solamente amenaza sino destrucción de un espacio
321 Institución de origen sueco que se consagra constitucionalmente en ese país en 1809 con el
nombre de ombudsman (‘‘hombre de trámite, actualmente reglamentado en la Instrucción para los
Ombudsmannen del Riksdag de 29 de diciembre de 1967); de recibo en los países nórdicos como
Finlandia (1918); Dinamarca (1955); Alemania (1957), Noruega (1962). Rebasa los fronteras de la
Commonwealt, adoptándose en países anglosajones y latinos como Nueva Zelanda 1962, Gran Bretaña
1971, Francia (Méditeur de Justice, 1973), Canadá 1967 y 1975, Israel (comisionado de las relaciones
del público, 1971), Portugal (O proveedor de Justicia, 1977), Italia (Difensore de la Toscana, 1974,
actualmente hay en otras regiones). Cfr., entre otros: Gil-Robles y Gil-Delgado, Álvaro, El control
parlamentario de la administración, Madrid, INAP, 1981, pp. 37-215, así como apéndice legislativo;
Fairén Guillén, Víctor, El Defensor del Pueblo-Ombudsman, Madrid, CEC, 1982, t. I, pp. 33 y ss.;
Fix-Zamudio, Hector, ‘‘Breves reflexiones sobre el asesoramiento jurídico y procesal como institución
de seguridad social‘‘, Anuario Jurídico, núm. 2, México, IIJ-UNAM, 1975, del mismo autor: ‘‘El
derecho de amparo en México y España y su influencia recíproca’’, en Revista de Estudios Políticos,
núm. 7, Madrid, CEC, 1979; La protección procesal de los Derechos Humanos ante las jurisdicciones
nacionales, Madrid, Civitas, 1982, en especial, pp. 326-336.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 179
vital; ante una ciudadanía que sí sabe que tiene derecho a un medio
ambiente salubre, a espacios en donde disfrutar su tiempo de ocio, de
consumir productos que no le envenenen.322
¿Qué puede experimentar el o los ciudadanos cuando piensan se saben
y se sienten con derechos, que al verlos lesionados por decisiones
administrativas o actuaciones de los particulares, acuden en busca de
protección ante quien a sus ojos habrá de restituirles en su pleno goce?
¿con qué se encuentran? capacidad para recurrir, legitimación, rigorismo
procesal de los plazos, lentitud, costes económicos, excepción de acto
político, el privilegio de posible suspensión o inejecución de sentencia,
‘‘por no decir de propio criterio jurisprudencial en ocasiones de excesivo
proteccionismo a la actuación administrativa, etcétera’’, y nos referimos
aquí muy en especial a lo que hace al contenido administrativo, tales
barreras hacen de esta vía jurisdiccional un limitado camino para controlar
a la administración y sólo tiene acceso a ella los beatiposidents.323
Qué duda cabe ante las creciente cotas de intervencionismo administra-
tivo en la vida ciudadana, ante unos procedimientos jurisdiccionales
imbuidos de los clásicos formalismos procesales que son insuficientes,
cuando no inoperantes, para dar cobertura a requerimientos de una
sociedad masiva en donde las necesidades individuales se elevan y
concretan en satisfacción colectiva, tanto de participación de disfrute de
bienes que hoy por hoy son de goce común de la humanidad,324 se hace
inaplazable la funcionalidad plena de una institución como la del Defensor
del Pueblo.
La Constitución Española en sus artículos 54325 y 162.1b), así como en
la Ley Orgánica de 3/1981,326 taxan complementariamente las competen-
cias, designaciones, cese, procedimiento y facultades del ombudsman,
dándole plena independencia, eficacia y autenticidad.
322 Cfr., Cascajo Castro, José Luis, ‘‘Los defensores del pueblo en el Estado social y democrático
de derecho. Una perspectiva teórica’’, Revista Vasca de Administración Pública, núm. 24, 1989, pp.
43 y ss.
323 Gil Robles y Gil Delgado, El control parlamentario..., cit., p. 232. En el mismo sentido,
consultar: Pergola, Antonio la, ‘‘Ombudsman y Defensor del Pueblo: apuntes para una investigación
comparada’’, Revista de Estudios Políticos, nº 7, Madrid, CEC, 1979, pp. 69 y ss.
324 Vid., STC, 62/1983, de 11 de julio (BOE, suplemento al no. 189, de 9 de agosto de 1983)
fj.2A.
325 El artículo 54 determina su naturaleza como Alto Comisionado de las Cortes Generales,
correspondiéndoles a éstas su designación para la defensa de los derechos del hombre, t. I, de la
Constitución Española.
326 LO 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo (BOE de 7 de mayo de 1981).
180 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
327 Pergola, Antonio la, ‘‘Ombudsman y Defensor del Pueblo...’’, cit., p. 75.
328 Principio de legalidad administrativa, artículo 103 Constitución Española.
329 Pergola, Antonio la, ‘‘Ombudsman y Defensor del Pueblo...’’, cit., p. 75 y ss.
330 El artículo 28.2 LOPD, le faculta para que proponga al Legislativo la modificación de las
disposiciones cuando considere que éstas pudieran provocar alguna situación injusta o perjudicial en
caso del incumplimiento. Vid., además, Gil-Robles, El control parlamentario..., cit., p. 257.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 181
331 Idem.
332 Ibid., p. 227.
333 Sobre el concepto de autoristas ver: Fairén Guillén, Víctor, El defensor del pueblo..., cit., pp.
48 y ss.
182 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
336 Son quejas objetivas que se formulan contra actos y resoluciones de la administración pública
o particulares habilitados que producen un daño al sujeto reclamante y que pueden considerarse como
las quejas ocasionadas por el mal funcionamiento del servicio.
337 Son quejas subjetivas aquellas que se presentan contra la conducta individualizada de un
funcionario.
184 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
338 Cazarola Pérez, José y Juan B. Cano Bueso, ‘‘Los defensores del Pueblo: imagen pública e
interrelaciones jurídicas’’, Revista de Estudios Políticos, nº 59, Madrid, CEC, 1988, p. 37. Estos
autores puntualizan un análisis sociológico de la publicidad y opinión pública de la ciudadanía española
en torno al Defensor del Pueblo, estatales y autonómicos. Distinguen el contenido material de las
quejas relativas a los derechos económicos, sociales y culturales, que configuran los conceptos de
igualdad y solidaridad y que constituyen el contenido material del Estado social: a) quejas contra la
imposición tributaria y contra la forma de proceder de este ámbito de la administración; b) el derecho
al trabajo, en especial de los jóvenes; c) problemas derivados del funcionamiento de la sanidad y la
seguridad social (en especial pensiones); d) ejercicio del derecho de huelga y su colisión con los
derechos específicos colectivos (huelga del sector sanitario y derechos del enfermo); e) quejas
relacionadas con los minusválidos y de la tercera edad. Nosotros agregaríamos a este listado los que
se relacionan con el consumo.
339 Vid., Informe del Defensor del Pueblo 1988, cit., p. 144.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 185
340 La queja de la regeneración hídrica del Parque Doñana (queja núm. 15171/84) fue presentada
por la Asociación Andaluz (Asociación para la supervivencia de la Naturaleza y el Medio Ambiente
de Andalucía), exigiendo el cumplimiento el Rd 357/1984, de 8 de febrero, por el que se modifica el
Plan General de Transformación de la zona regable de Almonte-Marismas, para hacerlo compatible
con la conservación del Parque Doñana. Vid., además, el caso de excesivo contenido de nitratos en
la red de distribución de aguas del Torrente (Valencia), queja núm. 8706546, Informe del Defensor
del Pueblo 1988, pp. 207, 208. En el mismo sentido, STC 64/1882, de 4 de noviembre, donde el
Tribunal Constitucional señala que el artículo 45 recoge la preocupación ecológica surgida en las
últimas décadas en amplios sectores de la opinión, con base en la cual no puede considerarse objetivo
primordial y excluyente la explotación al máximo de los recursos naturales, sino que ha de armonizar
la ‘‘utilización racional’’ de estos recursos con la protección de la naturaleza, todo ello para el mejor
desarrollo de la persona y para asegurar una mejor calidad de vida. Todo lo anterior vinculado al
artículo 129.1 Constitución Española.
341 Queja núm. 6722/83, presentada por más de 300 residentes del municipio de Langreo (Asturias).
Informe del Defensor del Pueblo, 1988, p. 202.
342 Ibid., p. 206.
186 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
343 Idem.
344 Almagro Nosete, J., ‘‘La protección procesal de los intereses difusos en España’’, Justicia, nº
1, Madrid, Bosch, 1983, p. 83.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 187
Tal misión debe interpretarse como una acción dirigida a remediar situaciones
injustas, que contradicen lo presupuestado por el artículo 1.1. de la Constitu-
ción Española, en materias tan trascendentes como la protección de la familia,
la infancia, acceso a la cultura, medio ambiente, calidad de vida, derecho a la
vivienda, utilización del suelo y defensa de los consumidores.352
352 Anexo a la Memoria de la Fiscalía del Estado 1980, Madrid, Instituto Editorial REUS,
septiembre de 1981, p. 3. En el mismo sentido Jiménez Blanco y Carrillo Albornoz, Antonio,
‘‘Relevancia Constitucional del Ministerio Fiscal’’, El Poder Judicial, Madrid, Instituto de Estudios
Fiscales, 1983, t. II, p. 1637; en la misma obra: Gil Albert Velarde, J.M., ‘‘El Ministerio Fiscal en
la Constitución’’, El Poder Judicial, t. I, p. 113.
353 Carnelutti, F., ‘‘Poner en su puesto al Ministerio Público’’, en Cuestiones sobre el proceso
penal, tr. Sentís Melendo, Buenos Aires, 1961, p. 213.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 191
354 La participación del Ministerio Fiscal en la administración de justicia no se limita sólo a los
procesos constitucionales, sino que su actuación en el ámbito jurisdiccional, en virtud del artículo 3
del Estatuto Orgánico, se proyecta en los distintos órdenes jurisdiccionales, y así, en el ámbito civil,
interviene en los procesos de incapacitación, estado civil de personas y violación del derecho del honor
y de la propia imagen, en la aplicación de la Ley Orgánica 1/1982, 5 de mayo, sobre protección del
derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Ley modificada por la
Orgánica 3/1985, de 29 de mayo. En el ámbito penal el Ministerio Fiscal ejercita acción penal pública
ante el ógano jurisdiccional en aplicación del artículo 105 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y es
parte pública en dicho proceso, con notable participación en la instrucción y averiguación de
actuaciones delictivas.
355 En estas indicaciones seguimos a Almagro en sus diversos estudios, vid., por todas, Cuestiones
sobre legitimación, cit., pp. 77 y ss.
192 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
356 Idem.
357 Ruiz, César, ‘‘El papel del Defensor del Pueblo en la protección y tutela de los derechos de los
ciudadanos’’, en Introducción a la defensa de los derechos fundamentales. X Jornada, Madrid,
DGSJE, 1988, p. 247; Escuin Palop, Vicente, ‘‘La intervención jurisdiccional de los derechos
fundamentales de la persona’’, Introducción a la Defensa de los Derechos..., cit., pp. 1455 y ss. En
el mismo sentido ver la obra de Almagro en este trabajo citada.
358 Almagro Nosete, Cuestiones sobre legitimación..., cit., p. 59.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 193
362 BOE de 2 de julio de 1985. En materia del ejercicio de la acción penal popular, ver también
los artículos 100 y 200 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Así como el expreso reconocimiento
de la acción penal adhesiva (artículos 109 y 110 LECr) ----en Alemania Klageezwingungsverfahren----,
mediante la cual se reserva al ofendido la facultad de obligar al Ministerio Fiscal a sostener la pretensión
o a comparecer en el procedimiento penal en curso.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 195
363 Almagro, Cuestiones sobre legitimación, cit., p. 59; además del mismo autor, ‘‘La acción
popular ante el Tribunal de Garantías Constitucionales, valoración crítica’’, Revista de Derecho
Público, núm. 12, Madrid, CEC, 1981-1982, p. 81.
364 Dromi, J.R., Derechos subjetivos, responsabilidad pública, Bogotá, Temis, 1980, p. 55.
365 González Pérez, J., El derecho a la tutela jurisdiccional, cit., p. 73.
366 Alonso García, Enrique, ‘‘La participación de los individuos en la toma de decisiones relativas
al medio ambiente en España. Aspectos constitucionales’’, REDA núm. 61, Madrid, Civitas, 1989.
INTERESES DIFUSOS Y COLECTIVOS 197
367 Idem.
368 BOE, 309, 26 de diciembre de 1972 y BOE, 96, de 22 de abril de 1975.
198 MARÍA DEL PILAR HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
7. EL CRITERIO JURISPRUDENCIAL
377 Gomes Canotilho, José Joaquim, Direito Constitucional, Coimbra, ALMEDINA, 1980, p. 223.
CONCLUSIONES
201
202 CONCLUSIONES
1. Cuentan con una radicación y una dimensión territorial, esto es, son
portadores conscientes o inconscientes, sujetos entre sí reunidos (o
reunibles) en una dimensión territorial.
2. Expresan una necesidad de reorganización en un determinado ámbito
territorial en forma tal que les permita satisfacer exigencias prima-
rias (o también no primarias, en tanto que este término se entiende
en el estricto sentido de materiales), de los sujetos allí asentados.
207
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