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La controversia iconoclasta del siglo VIII surgió sobre el uso de imágenes en la adoración religiosa. El emperador León el Isaurio emitió un edicto prohibiendo las imágenes, pero el papa Gregorio II argumentó que las imágenes preservan la memoria de Cristo y los santos y que su veneración no constituye culto. La controversia continuó por más de un siglo hasta que el séptimo concilio ecuménico de Nicea en 787 permitió el culto a las imágenes, aunque Carlomagno se opuso a esta decisión
La controversia iconoclasta del siglo VIII surgió sobre el uso de imágenes en la adoración religiosa. El emperador León el Isaurio emitió un edicto prohibiendo las imágenes, pero el papa Gregorio II argumentó que las imágenes preservan la memoria de Cristo y los santos y que su veneración no constituye culto. La controversia continuó por más de un siglo hasta que el séptimo concilio ecuménico de Nicea en 787 permitió el culto a las imágenes, aunque Carlomagno se opuso a esta decisión
La controversia iconoclasta del siglo VIII surgió sobre el uso de imágenes en la adoración religiosa. El emperador León el Isaurio emitió un edicto prohibiendo las imágenes, pero el papa Gregorio II argumentó que las imágenes preservan la memoria de Cristo y los santos y que su veneración no constituye culto. La controversia continuó por más de un siglo hasta que el séptimo concilio ecuménico de Nicea en 787 permitió el culto a las imágenes, aunque Carlomagno se opuso a esta decisión
Probablemente lo ms amargo de las controversias doctrinales empez en el Siglo VIII, y
es conocido como la "controversia iconoclasta" (destructora de imgenes). El uso de imgenes en la adoracin se haba vuelto muy popular tanto en el cristianismo oriental como en el occidental desde el tiempo de Constantino, que haba muerto en 337. Los cristianos primitivos haban rehusado tener dolos o imgenes en la casa o en el templo, y por esa razn eran llamados ateos por los paganos del Siglo II. Sin embargo, la influencia del paganismo produjo el amplio uso de las imgenes, ostensiblemente al principio con el nico propsito de ensear mediante los cuadros y las estatuas. Esas imgenes pronto empezaron a ser vistas como poseedoras de cualidades divinas. Eran veneradas, besadas, y en algunos casos adoradas por los entusiastas devotos. Los mahometanos objetaron vigorosamente esta idolatra, y, en parte como un movimiento poltico para apaciguar al califa mahometano, el emperador Len el Isaurio (717-41) emiti un edicto en 730 contra el uso de imgenes. Pese a la fantica oposicin de los monjes, las imgenes fueron quitadas de las iglesias orientales. Cuando el emperador orden a las iglesias de Occidente que quitaran las imgenes, encontr ms oposicin. El argument al papa que la adoracin de imgenes est prohibida tanto por el Antiguo como por el Nuevo Testamento y por los padres primitivos, y que es pagana en su arte y hertica en sus doctrinas. En respuesta el papa Gregorio II (715-31) dijo que Dios haba mandado que se hicieran querubines y serafines (imgenes); que las imgenes preservan para el futuro los retratos de Cristo y de los santos; que el mandamiento contra las imgenes era necesario para prevenir a los israelitas de la idolatra pagana, pero que este peligro ya no exista; y que la adoracin y postracin ante las imgenes no constituye culto, sino sencillamente veneracin. La controversia continu por ms de un siglo. Por medio de maniobras polticas de la regente Irene, el sptimo concilio universal de Nicea en 787 sostuvo el derecho de culto a las imgenes. Carlomagno, emperador en Occidente, se opuso de plano al decreto de este concilio y a la posicin de los papas, insistiendo en que las imgenes eran para ornamento, no para culto. Durante la controversia el papa Gregorio III (731-41) pronunci la sentencia de excomunin contra cualquiera que quitara, destruyera o daara las imgenes de Mara, de Cristo, y de los santos. Esta actitud fue continuada por los papas, a pesar de la oposicin de Carlomagno. El emperador Len el armenio (813-20) anul los decretos del Segundo Concilio de Nicea de 787 tan pronto como asumi su oficio, pero el culto a las imgenes obtuvo la victoria final cuando la regente Teodora (842-67) orden que las imgenes fueran restauradas y los iconoclastas perseguidos. En el Oriente se puso una limitacin a las imgenes, permitiendo solamente pinturas y mosaicos en los templos. Las estatuas que se proyectaran ms all del plano de la superficie fueron prohibidas. No se hizo limitacin de esta clase en el Occidente. Las imgenes fueron todava ms veneradas y ampliamente usadas como resultado de la controversia.