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Los dioses han muerto, los dioses han muerto! murmuraban las
gentes del lugar, mientras se hacan preguntas tales como: los
dioses no pueden morir, nadie puede acabar con ellos, alguien
tiene pruebas?, pero nadie contestaba a esas preguntas. Todos
estaban confusos, iban de un lado para otro como si hubieran
perdido el rumbo, yo mientras tanto les observaba y con talante
sereno me deca: Mralos se sienten tan vacos y tan confusos
ante el temor de haber perdido a sus dioses que no saben qu
hacer. De repente se oy decir, vallamos a la gran plaza (la
gran plaza era el lugar donde se erigan los templos de las
distintas religiones) mir y vi que todos corran hacia la gran
plaza, cristianos, musulmanes, hindes, judos, budistas iban a
refugiarse en sus templos y creencias al encuentro de sus dolos
y sacerdotes.
Cuando llegu a la gran plaza me vi rodeado de gentes de las
distintas religiones, conversaban entre ellos acerca de tal fatal
noticia, pero algo me sorprendi, nadie discuta nadie peleaba,
musulmanes, judos, hindes, budistas, cristianos compartan
esos momentos de confusin sin reparar en el odio y rencor que
les distanciaba antes de ocurrir dicho suceso, me volv a decir
para mis adentros: mralos hay estn tan confusos que por unos
momentos han olvidado las barreras que les separaban.
De repente comenc ha abrirme paso entre la multitud y me
dirig hacia el centro de la gran plaza, una vez all rodeado de
gentes tan distintas pero tan iguales decid decirles algo: Los
dioses no han muerto, los dioses no han muerto! de repente
todos callaron, respire hondo abr mi corazn y les volv a
hablar: Los dioses no han muerto ni pueden morir por que nunca
existieron, algunas voces exclamaron: Charlatn, mentiroso t
que nos dices esas palabras dinos cual es tu dios.
El silencio se hizo de nuevo y les volv a hablar: yo no tengo ni
he tenido dioses, pues yo creo en el amor y la justicia y esto
conlleva el compartir, el respetar, es la unin de todos y se
encuentra libre de dogmas y tradiciones absurdas slo mi
corazn me puede mostrar el camino!, sin embargo vosotros
antes de que entrases en esta gran plaza, vuestros dioses os