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MUJERES PREDICADORAS, PROHIBIDO EN LA BIBLIA?

Este tema pueda sonar “machista” para algunas personas o simplemente molesto por la
realidad de las falsas iglesias. Sin embargo, DIOS no cambia, la palabra de DIOS no cambia y
sus verdades son las mismas. No significa que el hombre o la mujer sean mejores ante DIOS,
no hay judío, ni griego, ni hombre, ni mujer delante de DIOS. Sin embargo, DIOS ha
establecido un orden y cuando obedecemos ese orden, todo toma su lugar correctamente.

“Los hombres como las mujeres son dotados para servir a la iglesia, pero el oficio de pastor
esta limitado a los hombres.”

La redención de CRISTO da a los hombres y las mujeres igual parte en las bendiciones de
salvación, pero los roles de gobierno y enseñanza están restringidos a los hombres.(Galatas
3:28; 1 Corintios 11:2-16; 1 Timoteo 2:11-15.)

Puede predicar una mujer? Llama DIOS a mujeres a ser pastoras? Evangelistas? Maestras
de la Biblia en grupos mixtos de hombres y mujeres? Si resolvemos este asunto por la
opinión del hombre, nunca estaría asentado en forma satisfactoria.

El asunto no puede ser resuelto por opiniones. No puede ser resuelto por observaciones. No
puede ser resuelto por lógica. Hay un solo lugar para resolver este asunto acerca de si DIOS
quiere que una mujer predique o no. Es por la misma palabra de DIOS! La Biblia es el lugar
donde encontrar lo que DIOS quiere al respecto de este asunto. La Biblia nos dice como la
obra de DIOS debe ser conducida.

Las mujeres a veces dicen que se sienten llamadas a predicar. Dicen a veces que el ESPIRITU
SANTO ha dicho a ellas plenamente que deben predicar. Pero debemos tomar en cuenta que
cada doctrina falsa en el mundo es apoyada por ese argumento.

Pero la respuesta a todo esto es muy simple. El ESPIRITU SANTO de DIOS dicto la Biblia.
Santos hombres de DIOS hablaron siendo inspirados por el ESPIRITU SANTO. El ESPIRITU
SANTO nunca contradecirá su propia Palabra. Cualquier impulso que se cree ser del ESPIRITU
SANTO debe ser examinado por la Biblia. Cualquier impulso que no coincide con la plena
enseñanza de DIOS es falso, y no proviene del Espíritu de DIOS.
Por esta razón la Escritura nos dice y manda:

2 Timoteo 3:16.- Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para


enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra.

1 Juan 4:1

El Espíritu de Dios y el espíritu del anticristo.

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de


Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.

Este asunto debe ser resuelto por la Biblia, la practica regla suprema de la fe
para los cristianos. Encontraremos que lo que DIOS quiso para la mujer en
tiempos bíblicos El quiere para ellas ahora también.

1 Timoteo 2:11-15, Dice que ninguna mujer


debe ensenar o usurpar autoridad sobre el
hombre.
1 Timoteo 2:11-15.-

11
La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12 Porque no
permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino
estar en silencio. 13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;14
y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada,
incurrió en transgresión. 15 Pero se salvará engendrando hijos, si
permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.

Pablo no permitía ninguna mujer predicadora ni ninguna maestra de hombres,


ni ninguna mujer que ejercite autoridad sobre el hombre, en ninguna de las
iglesias Nuevo Testamentarias. La palabra de Pablo fue aceptada como ley a
través del imperio romano entre la gente fundamentalista firme. En Roma, en
Corinto, en Éfeso, los grandes centros, y entre todos estos lugares la autoridad
de Pablo como un apóstol de DIOS es reconocido. Y en ningún lugar, dice Pablo,
permitía una mujer ensenar ni ejercer dominio sobre el hombre.

Pablo explica que “Adán fue creado primero, después Eva; y Adán no fue
engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. DIOS
hizo a Adán primero. Eva fue creada segundo y como su ayuda idónea, sujeto a
él. Por esa razón, dice Pablo, las mujeres no deben ensenar a los hombres en la
iglesia, y no deben ser oficiales en la iglesia ni ejercitar autoridad sobre el
hombre. Una mujer tomando tal autoridad consistiría de usurpación, imponerse
indebidamente en una posición de autoridad que no es propio ni naturalmente
perteneciente a ellas. Desde la creación, la Biblia dice, la mujer debe tomar el
lugar de sujeción, porque no fueron creadas para tener autoridad sobre los
hombres ni ensenarles.

Pablo escribe de la debilidad de una mujer y su aptitud de ser mal guiada


porque “Adán no fue engañado, sino la mujer, siendo engañada, incurrió en
transgresión “. Satanás encontró que pudo engañar a Eva con más facilidad que
Adán. DIOS creó a la mujer de tal manera que puede sentirse cómoda siendo
una ayuda idónea, una esposa que se acomoda en su voluntad y plan. Entonces,
en la naturaleza del caso, las mujeres no fueron tan bien equipadas para
autoridad ejecutiva. Si las mujeres pueden ser guiadas fácilmente, no son tan
buenas como líderes. Cualquier pastor sabe que es más fácil encontrar a una
mujer que está dispuesta a hacer un buen trabajo. Pero buenos observadores
admitirán que ellas son más fácilmente guidas a falsas doctrinas y errores de
todas clases. Pero el argumento aquí en 1 Timoteo 2:14 es que Satanás pudo
engañar a Eva cuando no pudo engañar a Adán, y eso es evidencia que las
mujeres no deben ser puestas en autoridad en las iglesias y en obras cristianas.

Esto significa que las mujeres son más propensas a entrar en herejías doctrinales
y practicas inescriturales que los hombres. Las mujeres no están equipadas para
ensenar a los hombres ni ejercer autoridad sobre el hombre, nos dice esta
Escritura. Pero DIOS también tiene un deber especial y privilegio para les
mujeres en dar a luz y criar hijos. Si se someten al plan de DIOS en humildad y
mansedumbre.

La mujer debe aprender en silencio, con toda sujeción.


Una mujer no debe ensenar. Ciertamente no debe ensenar a hombres, pero es
evidente que no debe ensenar a grupos en general, que incluye hombres.

Una mujer nunca debe tener autoridad sobre el hombre.

Y otra vez se enfatiza que una mujer debe mantenerse ‘’en silencio ‘’en tales
reuniones publicas .

Sabemos bien que Dios no quiere que las mujeres cristianas se mantengan
silenciosas fuera de reuniones públicas mixtas. Tito 2:3-4 manda plenamente
“Las ancianas asimismo … que ensenen a las mujeres jóvenes”. Aquí vemos
claramente que las mujeres de edad más avanzada que pueden enseñar a las
mujeres más jóvenes, y que lo deben hacer. Deben enseñarlas, entre otras cosas,
a ser “sujetas a sus maridos”

Es muy claro que una madre puede enseñar a sus propios hijos, tal como la
madre y abuela de Timoteo aparentemente le enseñaron (2 Tim. 1:5).
Proverbios 1:8 nos manda: “no desprecies la dirección de tu madre”. Proverbios
6:20 dice “no dejes la enseñanza de tu madre”. Proverbios 30:17 dice: “El ojo
que escarnece a su padre Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos
de la cañada lo saquen, Y lo devoren los hijos del águila”. Una mujer puede
enseñar a otras mujeres y puede enseñar a niños. Pero en ninguno de estos
casos mencionados se refiere a la enseñanza pública como una oficial de la
iglesia, o la enseñanza de grupos grandes mixtos. Priscila ayudó a su esposo, y
Aquila le enseñó a Apolos el camino del Señor más perfectamente. Pero en esto
podemos estar asegurados que lo hizo en el espíritu manso como una ayuda
idónea para su marido. Ella habló en conversación personal, y no como una
maestra oficial o como uno teniendo autoridad. Entonces cuando Pablo dijo
“Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino
estar en silencio”, parece claro que está prohibiendo a la mujer tomar su lugar
como una maestra pública de hombres. Una mujer debe estar en silencio en la
asamblea pública en el sentido que ella no debe enseñar como una oficial de la
iglesia.

También es claro que ninguna mujer debe ocupar un lugar como una oficial de
la iglesia, teniendo autoridad sobre hombres. Ninguna mujer podría ser una
pastora de una iglesia, de acuerdo con este versículo claro. Tal cosa sería una
usurpación de autoridad que es prohibida a ella.

En las iglesias Nuevo Testamentarias el lugar de la mujer era de ser enseñada,


no de enseñar. El lugar de la mujer era de mantener silencio, no el de ser una
voz pública. El lugar de la mujer era de mantenerse en sujeción, y de no estar en
autoridad. Ciertamente esta Escritura prohíbe que cualquier mujer sea
predicadora, pastora o evangelista.

Es apropiado mencionar, ya que Dios ha prohibido a la mujer tener autoridad en


asuntos religiosos, que los pastores sí tienen autoridad de Dios. Considere el
tercer capítulo de Timoteo, que le sigue a este pasaje, y su tratamiento del oficio
de obispo. La palabra obispo significa administrador o capataz, y es una palabra
Nuevo Testamentaria para pastor. Ciertamente un administrador tiene
autoridad. Esta autoridad es indicada también en 1 Timoteo 3:5 “pues el que no
sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?” Un hombre
necesita saber cómo gobernar para ser un obispo o un administrador o pastor
de una iglesia. Pero a la mujer le es claramente prohibida gobernar, entonces
una mujer no puede ser una pastora de acuerdo al plan Nuevo Testamentario.

En Hebreos 13:17 somos mandados “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a


ellos” y el habla de líderes espirituales que vigilan sus almas, eso es, pastores y
líderes cristianos. Los pastores y predicadores tienen una verdadera autoridad
de Dios para ejercer su liderato. Pero la mujer no debe tener autoridad sobre el
hombre, entonces una mujer no podría ser una pastora de una iglesia, o un
predicador del evangelio, en el sentido ordinario.

Un evangelista debe pregonar con autoridad. Pablo le mandó a Timoteo, “haz


obra de evangelista” (2 Timoteo 4:5). Pero Timoteo, el evangelista, fue dado las
siguientes instrucciones:

“Esto manda y enseña. Ninguno tenga en poco tu juventud…” (1 Timoteo 4:11-


12). Un evangelista tiene autoridad de Dios y no debe ser menospreciado,
aunque sea joven. Pero ninguna mujer debe ejercer autoridad sobre el hombre,
y ninguna mujer puede ser una evangelista en el sentido bíblico. No había
mujeres evangelistas en tiempos bíblicos, y no debe haber ninguno ahora.
1 CORINTIOS 14:34-35 MANDA A LAS MUJERES
A MANTENER SILENCIO EN LA IGLESIA
Otra vez las Escrituras instruye claramente a las mujeres que guarden silencio
en las iglesias, que no se les permite hablar, sino que deben mantenerse en
obediencia, tal como era en el Antiguo Testamento.

Algunos pueden llegar a decir que este reglamente era tan solo para la iglesia
en Corinto. Pero eso no es cierto. La epístola no solamente fue escrita a los
cristianos en Corinto, pero también a “todos los que en cualquier lugar invocan
el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”, como se puede
notar en el segundo versículo del primer capítulo. Las instrucciones de 1
Corintios fueron dadas por el Espíritu Santo a todos los cristianos en todo lugar.
Por tanto, a todos los cristianos en todo lugar, el Señor manda diciendo:
“Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido
hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice”, y “es indecoroso
que una mujer hable en la congregación”.

Ahora note que en este asunto de las relaciones del hombre y la mujer, la
voluntad de Dios nunca cambió. Las mujeres deben estar en obediencia en las
iglesias en estos días tal como debían estar en obediencia manteniendo silencio
en la adoración de la época del Antiguo Testamento. En la familia Antiguo
Testamentaria, la mujer era sujeta a su marido. En el tabernáculo del Antiguo
Testamento y la alabanza del templo, no había mujeres sacerdotisas, ni mujeres
escribas, ni mujeres en capacidades oficiales. Y este pasaje nos dice que lo
mismo debe ser cierto en cuanto a la mujer Nuevo Testamentaria.

Repasando otra vez los dos pasajes de la Escritura que particularmente prohíben
mujeres predicadoras, note que en 1 Corintios 14:34-35, la mujer debe mantener
silencio “en las congregaciones”. Pero en 1 Timoteo 2:11-12 se prohíbe que una
mujer enseñe o usurpe autoridad sobre los hombres en cualquier lugar. La
iglesia no es mencionada. Sí, se prohíbe que una mujer tome una parte oficial de
la reunión de una iglesia. Pero de igual modo se le prohíbe a las mujeres
enseñar a los hombres o usurpar la autoridad de los hombres fuera de las
reuniones de la iglesia. Es tan erróneo que una mujer tome el lugar de un
maestro de la Biblia o pastor o evangelista en un hogar privado o en una clase
de Escuela Dominical como si fuese una reunión oficial de una iglesia.
Simplemente no fue la intención de Dios que la mujer asuma un puesto de
autoridad o liderazgo sobre los hombres o que enseñe a hombres.

NO HUBO PASTORAS, MUJERES EVANGELISTAS,


MAESTRAS DE LA BIBLIA, NI PREDICADORAS EN
ÉPOCAS NUEVO TESTAMENTARIAS
Hemos considerado los plenos mandatos de la Biblia que prohíben que la mujer
predique. Ahora quiero llamarle la atención a la certeza de que estos
mandamientos fueron obedecidos en todo lugar en las iglesias del Nuevo
Testamento. En ninguna iglesia Nuevo Testamentaria se permitía que una mujer
sea pastora o evangelista o maestra de la Biblia. No había ni siquiera una mujer
predicadora en las iglesias del Nuevo Testamento. Hubo 12 apóstoles originales,
sus nombres fueron dados, pero no hubo ni una mujer entre ellas. Hay relatos de
sermones predicados, pero nunca se menciona un sermón predicado por
ninguna mujer.

Todas las palabras usadas para predicadores en la Biblia son palabras


masculinas. Anciano es una palabra masculina. Obispo es una palabra
masculina. Los que se mencionan como maestros en el Nuevo Testamento eran
hombres.

Muchas mujeres piadosas se mencionan en el Nuevo Testamento. No permitas


que nadie te engañe acerca de las mujeres del Nuevo Testamento. En muchas
ocasiones eran tan entrenadas, devotas e instruidas como los hombres.
Considere la fe (doctrina) de Loida y Eunice, la abuela y madre de Timoteo (2
Timoteo 1:5). Considere el discernimiento espiritual increíble dada a María, la
madre de Jesús, como ella guardaba las cosas, meditándolas en su corazón, aun
antes del nacimiento del Salvador.

María era una joven espiritual, aun llena del Espíritu Santo, como vemos de sus
alabanzas a Dios en la presencia de Elisabeth, en Lucas 1:46-55. María iba con
Jesús la mayoría de las veces. ¡Qué cristiana maravillosa y desarrollada habrá
sido! A pesar de todos esto, María nunca predicó, ni enseñó a hombres, ni
asumió un puesto oficial en ninguna iglesia.
Considere a otra María, la hermana de Lázaro y Marta. Ella se sentó a los pies
de Jesús y oyó su enseñanza. Ella parecía comprender mejor que los apóstoles
que Jesús iba a la cruz. Jesús sintió gran gozo al notar el discernimiento
espiritual de esta mujer piadosa y sabia, y prometió que lo que ella había hecho
sería proclamado a través del mundo en memoria de ella. Pero a pesar de cuan
sabia e instruida era ella, ¡nunca fue una predicadora, ni pastora, nunca fue una
maestra de la Biblia!

Un número de otras mujeres prominentes fueron mencionadas en el Nuevo


Testamento. Febe, la sirviente o diaconisa de la iglesia en Crencia, era una mujer
muy útil y piadosa (ROM 16:1-2). Pero nunca se menciona a ella como una
maestra o una oficial. Ella se sintió contenta en ayudar a los pobres y en hacer el
trabajo de una sirvienta de la iglesia, no como una administradora o maestra o
predicadora.

Priscila, la esposa de Aquila, es mencionada varias veces en el Nuevo


Testamento, y debe ser que fue una cristiana muy devota, pero nunca se
menciona a ella como una predicadora, maestra, pastora ni evangelista.

No hubo predicadoras, pastoras, mujeres evangelistas ni maestras de la Biblia


en las iglesias del Nuevo Testamento.

¿ERAN PREDICADORAS LAS PROFETISAS?


En la Biblia varias mujeres fueron llamadas profetisas, incluyendo María (Éxodo
15:20), Débora (Jueces 4:4), Hulda (2 Reyes 22:14), Noadías (Nehemías 6:14),
Ana (Lucas 2:36) y cuatro hijas doncellas de Felipe (Hechos 21:9). Algunas
personas que nunca estudiaron el asunto piensan que las profetisas eran
predicadoras. Pero no eran. No se menciona ni siquiera que una de estas
profetisas predicó o tuvo un discurso en una congregación pública en alguna
forma. Las profetisas no eran predicadoras. No predicaban; no desempeñaban
el trabajo de pastor ni evangelista, ni la de una maestra de la Biblia.

Profetizar significa hablar por revelación divina. Una profecía es una revelación
especial por el Espíritu de Dios. Un profeta es un hombre que recibe revelación
divina. Una profetisa es una mujer que recibe revelación divina en cuanto al
futuro.
Los profetas (masculino) en veces eran predicadores. Isaías, Jeremías, Daniel y
Ezequiel eran predicadores. Pero mayormente eran profetas, o sea, ellos
recibían revelación divina de lo que le iba a acontecer a Israel. También eran
predicadores, aunque se les llaman profetas. Pero las profetisas nunca
predicaban en la Biblia. Ellas recibieron breves revelaciones divinas para
compartir con individuos, pero nunca fueron enviadas a predicar, ni dirigir una
asamblea pública como expositoras de la Palabra, ni de hacer la obra de pastora
o evangelista.

El significado de la palabra profeta o profetisa en el Antiguo Testamento es el


mismo que la palabra profeta o profetisa en el Nuevo Testamento.

En el Nuevo Testamento, Pedro, Juan y Pablo no fueron llamados profetas


(aunque Dios usó a cada uno de ellos para escribir algunas profecías en su
Palabra), pero su obra primaria era la predicación. Del otro lado, Agabo se
menciona dos veces en el libro de Hechos como un profeta. Su primer profecía se
menciona en Hechos 11:27-28 que dice:

“En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y


levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que
vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo
de Claudio”.

Agabo brevemente compartió una revelación que Dios le había dado acerca de
un hambre que vendría sobre la tierra.

Otra vez, Hechos 21:10-11 nos relata otra profecía de este hombre Agabo en las
siguientes palabras:

“Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta


llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los
pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en
Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los
gentiles”.

Note que esto es un simple mensaje de Dios acerca de lo que le iba a acontecer a
Pablo en Jerusalén. La profecía ocupó menos de un versículo. No contenía un
sermón. El mensaje probablemente fue dado a Pablo y Lucas y posiblemente a
Timoteo u otros amigos. No fue un sermón en ningún sentido, sino simplemente
una revelación de Dios acerca de lo que iba a ocurrir. Eso es lo que compone una
profecía. Poco antes de que se menciona este profeta Agabo en versículo 10, el
versículo anterior dice lo siguiente de Filipo: “Este tenía cuatro hijas doncellas
que profetizaban”, o sea, estas hijas vírgenes recibieron revelaciones especiales
de Dios. No predicaron.

1 Corintios 14:1 y 5 indica que sería una bendición si todos los cristianos
profetizaran. Eso no significa que todo cristiano debe ser un predicador, un
pastor o un evangelista. 1 Corintios 14:24 no significa que si cada persona en la
congregación se levantara y predicara un sermón, que todos los incrédulos
presentes se convertirían. Significa que si cada cristiano estaba en comunión
íntima con Dios como para recibir una revelación de él acerca de lo que
acontecería y que hacer, eso convencería los que contradecían la certeza del
Evangelio.

Hechos 2:17 y 18 nos da una profecía bendita del futuro. Proviene del profeta
Joel y dice:

“Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y
vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y
vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis
siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán”.

Vendrá un tiempo cuando el Espíritu Santo será derramado sobre toda carne
para que ambos hijos e hijas profetizarán, y también los siervos y siervas. Pero
ese acto de profetizar no implica que todos serán predicadores o evangelistas o
maestros de la Biblia. Significa que cada cristiano estará en contacto con Dios
por esa llenura del Espíritu Santo; y Dios se revelará a sí mismo, y las cosas que
debemos saber, a cada cristiano, para que ellos adviertan unos a otros.

Débora, la profetisa en el Antiguo Testamento, no predicó ni ejercitó autoridad


sobre el hombre. La historia se relata en Jueces 4:4-9. Léalo y verá que no
involucraba ninguna autoridad sobre el hombre y por cierto no involucraba
predicación.

“Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de


Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-
el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Y ella envió a
llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha
mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de
Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de
Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de
Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos? Barac le
respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. Ella
dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes,
porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue
con Barac a Cedes”.

Débora se sentaba debajo de una palmera y “los hijos de Israel subían a ella a
juicio”. No había un gobierno en la tierra. Cuando dos vecinos estaban en medio
de una disputa y no podían llegar a un acuerdo, ellos decían “vayamos a Débora
para que ella decida”. Entonces iban a Débora y ella les aconsejaba,
posiblemente bajo revelación divina, como resolver la diferencia. Los que
deseaban aceptaban su decisión. Ella no tenía autoridad. Cualquier buen
cristiano puede ser un mediador entre vecinos hoy día.

Eso es exactamente como los cristianos Nuevo Testamentarios son aconsejados


a resolver sus diferencias. 1 Corintios 6:1-8.

María, la hermana de Moisés y Aarón, es llamada una profetisa en Éxodo 15:20.


Allí se nos dice “Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su
mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y
María les respondía: Cantad a Jehová”. María dirigió a estas mujeres en los
cantos. Ella no dirigió a los hombres en los cantos ni predicó a los hombres.

Pero María la profetisa fue usada por Dios como una lección a las mujeres que
buscan autoridad en asuntos religiosos, y Dios la maldijo con lepra por pecado.
La historia se relata en Números 12:1-15.

“María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había
tomado; porque él había tomado mujer cusita. Y dijeron: ¿Solamente por Moisés
ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. Y
aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre
la tierra. Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al
tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. Entonces Jehová descendió en la
columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a
María; y salieron ambos. Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya
entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con
él. No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré
con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué,
pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés? Entonces la ira de
Jehová se encendió contra ellos; y se fue. Y la nube se apartó del tabernáculo, y
he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he
aquí que estaba leprosa. Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas
ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos
pecado. No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre
de su madre, tiene ya medio consumida su carne. Entonces Moisés clamó a
Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. Respondió Jehová a
Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por
siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a
la congregación. Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo
no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos”.

Note arriba que María y Aarón dijeron “¿Solamente por Moisés ha hablado
Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?” María y Aarón estaban en el
mismo pecado. El versículo 9 de la Escritura dice “Entonces la ira de Jehová se
encendió contra ellos” Dios estaba enojado con María y Aarón porque cada uno
quiso usurpar la autoridad. ¡PERO TAN SOLAMENTE MARÍA FUE AFLIGIDA CON
LEPRA POR SU PECADO! La diferencia es que Aarón había sido asignado por Dios
como sumo sacerdote. Aarón fue un hombre y se le asignó el puesto de un
hombre. Entonces el pecado de María fue más malvado que el de Aarón, y Dios
estaba enseñando a ella y a todas las mujeres una lección por si acaso buscaran
asumir autoridad o liderazgo sobre o junto con el hombre. María era una
profetisa, pero aún una mujer profetisa peca terriblemente contra Dios cuando
busca una posición de liderazgo como predicadora, maestra, evangelista o líder
sobre los hombres.

En Mateo 28:10 Jesús impartió una revelación divina, un mensaje a dos mujeres.
Él dijo “No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea,
y allí me verán”. Nunca es fuera de lugar cuando una mujer sigue las
instrucciones del Señor. Pero eso no consiste en predicar. No consiste de hacer la
obra de un pastor o el de evangelista. No autoriza a ninguna mujer hacer
discursos públicos en congregaciones mixtas.
Por tanto la Biblia coloca a todo en su lugar; en práctica y en la enseñanza Pablo
dice “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la
mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio” (1
Timoteo 2:11-12). Estaba de acuerdo exactamente con la enseñanza y práctica
de todo el Antiguo y Nuevo Testamento. Ninguna profetisa en la Biblia violó
este mandato pleno. Ellas no enseñaban a hombres ni enseñaban en la iglesia y
no asumían autoridad sobre el hombre.

Aun las profetisas obedecían el mandato de 1 Corintios 14:34-15 de mantener


silencio en las iglesias y estar en sujeción, y si querían saber algo, le
preguntaban a sus maridos en el hogar.

RESPONDIENDO A LOS ARGUMENTOS


FAVORECIENDO MUJERES PREDICADORAS
Se debe notar que poca gente intenta comprobar desde la Biblia que mujeres
deben predicar. No hay mandato en la Biblia para que las mujeres prediquen.
Entonces cuando una mujer quiere predicar, normalmente salen con sus razones
extra bíblicas y acuden a argumentos de observación o razón humana. Notemos
algunos de los argumentos.

(1) “Las mujeres predicadoras han hecho tanto bien, por tanto debe ser que
Dios las ha llamado”. El otro día un hombre querido me dijo “pero tantas
almas han sido salvas bajo el ministerio de mujeres predicadoras. ‘Por sus
obras los conoceréis’. ¿No comprueba eso que Dios quiere mujeres
predicadoras?” Otros han sido convertidos bajo el ministerio de mujeres, y
serían sinceramente entristecidos y sorprendidos al oír la creencia que
mujeres no debiesen predicar. Quizás ellos mismos se sienten como que se
hubieran perdido para siempre si no fuese por la predicación de alguna
mujer. Entiendo su punto de vista, pero eso no es una buena razón para
que mujeres desobedezcan la Biblia. Las predicadoras, al desobedecer a
Dios, han hecho más mal que bien. Hay varias cosas que hace falta
compartir acerca de este asunto. En primer lugar, la misericordia de Dios
es tan grande que él usa a nosotros, unos instrumentos pobres e
imperfectos. Él usa los esfuerzos erróneos de muchos que no hacen las
cosas de acuerdo a sus métodos, porque son ignorantes del plan de Dios.
Mujeres que no han sido enseñadas lo que Dios tiene para decir acerca de
este asunto tratan de predicar.

Por ejemplo, las monjas católicas han hecho mucho bien. Ellas han
atendido a los enfermos, han cuidado a los huérfanos, han entrenado a
niños y han visitado a los pobres. Muchas monjas católicas son personas
sin egoísmo que tratan de agradar a Dios. Pero eso no significa que Dios
quiere que las niñas lleguen a ser monjas. No es así. La Escritura dice en
forma plena “Honroso sea en todos el matrimonio” (Hebreos 13:4). Dios
claramente dice que es “doctrinas de demonios” prohibir casarse, tal
como los católicos prohíben a sus sacerdotes y monjas (1 Timoteo 4:1-3).

¡pero cuanto mal hacen! En primer lugar, el surgimiento de mujeres


predicadoras ha significado un incremento de multitudes de sectas de
personas con doctrinas falsas de todas clases. Las hermanas Fox y el
espiritismo, la señora White y los adventistas del séptimo día, la señora
Mary Baker Eddy y la ciencia cristiana, la señora Filmore y la unidad, la
señora Aimee Semple McPherson y su “evangelio cuadrado”, el
Pentecostalismo y la gran cantidad de predicadoras enseñando una
doctrina de perfección sin pecado, un emocionalismo radical, “hablando
en lenguas”, y trances, y su énfasis exagerado en cuanto a la sanidad que
ha llevado a miles a la desesperación después de falsas pretensiones de
sanidad–estas cosas seguramente nos advierten que hay un daño infinito
con permitir la predicación de mujeres.

Puedes estar seguro que la clase de cristianismo que produce predicadoras como
Aimee Semple McPherson no produce a la misma vez predicadores como
Spurgeon, Moody. El feminismo en las iglesias es una maldición que ha hecho
inefectivo su poder y ha desilusionado a la gente que ha perdido la confianza.
No dudo que millones irán al infierno por causa de la práctica no Escritural de
mujeres predicadoras.

El plan del hombre puede parecer tan bueno como el de Dios, pero nunca
funciona de esa manera. Cuando la Biblia prohíbe que la mujer predique o que
usurpe autoridad sobre el hombre, y las manda que se mantengan en silencio y
en obediencia en las iglesias, entonces esa es la mejor forma de ganar almas, y
de esa forma traerá más gloria a Dios y la bendición más grande a la
humanidad. Si prefieres tu razonamiento en vez de la Biblia, puedes creer en
mujeres predicadoras. Pero algún día llegarás a darte cuenta que tu
razonamiento humano pobre y falible no es tan sabio como la sabiduría de Dios
revelada en su Palabra.

Algunas personas dicen “las mujeres deben ser llamadas de Dios a predicar,
porque algunas de ellas han hecho tanto bien”. Pero los cristianos nunca deben
juzgar por apariencias cuando contradicen la Palabra de Dios. La Palabra de
Dios enseña claramente que a veces Dios prueba su pueblo, para ver si le
obedecen cuando las cosas malvadas tienen éxito. Por ejemplo, Deuteronomio
13:1-4 nos da una clara advertencia sobre esta cuestión. Nos dice:

“Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te


anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te
anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y
sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de
sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a
Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos
de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y
escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis”.

Aquí Dios nos dice que permite que falsos profetas y soñadores den señales o
prodigios y que los lleven a cabo. Pero manda expresamente que si las señales
se cumplen, “no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de
sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a
Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma”.
Entonces, sin duda, Dios ha permitido que la desobediencia prospere
temporariamente y en forma externa para que su pueblo pueda comprobar
realmente si ama al Señor “con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma”.
La gente que se deja llevar por las apariencias y lo que aparenta ser bendecido
por Dios, ignorando su plena Palabra, no aman a Dios con todo su corazón y con
toda su alma.

. El Señor nos da reglas claras para el cristiano a seguir. “En pos de Jehová
vuestro Dios andaréis; a él temeréis, GUARDARÉIS SUS MANDAMIENTOS Y
ESCUCHARÉIS SU VOZ”. Dios quiere que el cristiano obedezca su voz, guardando
los mandamientos de su Palabra, la Biblia.
El éxito aparente de algunas mujeres predicadoras no es excusa por
desobedecer la enseñanza plena de la Palabra de Dios.

(2) Otro argumento para mujeres predicadoras es “pero algunas mujeres


dicen que tienen una llamada divina a predicar”. Sí, en veces ellas dicen
ser llamadas a predicar. Y es cierto que en veces Dios ha estado obrando
en sus corazones y sinceramente dirigiéndolas a una entrega total y a la
obra de ganar almas. Con frecuencia las damas, por causa de su amor real
para Dios y las almas perdidas, se ofrecen al ministerio. Pero
malentienden el llamado de Dios. Dios sí quiere que las mujeres ganen
almas. Él quiere que las damas enseñen a mujeres, que enseñen a los
niños y que hagan trabajo personal con hombres y mujeres y niños. Yo
digo que las damas, mujeres buenas y sinceras, en veces malentienden el
llamado de Dios.

Hay veces que las mujeres dicen ser llamadas a predicar, cuando en
realidad quieren la publicidad, la fama y el aplauso de la gente. Hay
algunos hombres en el ministerio por razones egoístas.

Entonces algunas mujeres honestamente quieren ganar almas, pero quieren ser
vistas por el público también. Y en vez de ganar almas y conformarse al plan de
Dios, estando sujetas a sus maridos y a otros hombres en autoridad en las
iglesias, quieren predicar. Pero el Espíritu Santo quien escribió la Biblia no
contradice la Biblia cuando habla al corazón de la mujer. Dios no llama a
mujeres a ser pastoras o evangelistas, o a enseñar a hombres, o a tener puestos
de autoridad sobre hombres en las iglesias.

(3) A veces las mujeres dicen con irritación “¡pero eso es injusto! Que las mujeres
no puedan predicar es una discriminación injusta”.

La respuesta es fácil. En primer lugar, ¿cuándo mereciste algo de Dios? ¿Qué


hizo algún hombre o alguna mujer para merecer ser llamado a predicar? ¡Decir
que Dios es injusto en cuanto a esto es malvado, irrazonable y rebelde! Es tan
solo la gracia de Dios que nos mantiene fuera del infierno, ¿y por qué debe uno
de nosotros rebelarnos en contra de la posición nuestra dada por Dios en su
obra?

En segundo lugar, no es injusto que Dios prohíba la predicación de mujeres


tomando en cuenta que él prohíbe que la mayoría de los hombres en este
mundo prediquen. En una iglesia local, no todos los hombres pueden ser un
pastor. ¿Será que Dios discriminó contra los otros hombres en el mundo cuando
me llamó a predicar? ¿Es injusto que Dios en su gran misericordia llama algunos
hombres a predicar y deja a otros para ganar almas, y no ser un líder oficial en
autoridad en la iglesia? Este clamor proviene de una voluntad rebelde de querer
guiar, y no de espíritu manso y apacible, lo cual en los ojos de Dios es de gran
precio. Después de todo, el Evangelio es del Señor, y no nuestro, y él ha escogido
su plan para lograrlo. Él no da a todo hombre por igual la misma posición y la
misma autoridad. Y él no ha dado a ninguna mujer el puesto de pastora o
evangelista o maestra de hombres o un puesto de autoridad sobre hombres,
como dice expresamente. Cristianos con corazones obedientes se deleitan en
aceptar la forma que Dios ha delineado en su Palabra.

La Biblia no prohíbe que las damas oren, que canten o que testifiquen. Pero sí
las prohíbe claramente a enseñar o predicar o tener autoridad sobre el hombre.
Se ha dicho sabiamente que las damas pueden enseñar a otras mujeres y niños,
y ellos consisten de tres cuartas partes de los habitantes de la tierra. ¿Qué más
podría pedir una mujer?

Que Dios ayude a traer la practica bíblica a esas sinagogas y que las pongan en
primer lugar. Que retiremos a las mujeres de los púlpitos. Que extraigamos la
mundanalidad de las bancas. Que Dios nos dé gracia para remover la cobardía
de los predicadores. Y que Dios nos dé un corazón para poner a él en primer
lugar.

El Evangelio es sangre, fuego y hierro. Necesitamos más que un show vodevil en


el púlpito. Necesitamos más que prodigios infantiles y niños predicadores y
mujeres evangelistas en el púlpito si la iglesia tomará su posición correcta en la
sociedad, y si el Evangelio ha de ser oído con respeto y convicción por pecadores
impíos. Que Dios bendiga nuestras buenas damas. Él tiene un bendito lugar de
influencia y oportunidades para ganar almas para ellas, pero NO es en el
púlpito. El púlpito es el lugar para los hombres más fuertes que tengamos. El
predicador en el púlpito hablaría con una autoridad que es absolutamente
prohibido que una mujer ejercite.

¡Oh, que tengamos una pasión en las iglesias para hacer las cosas exactamente
del modo de Dios! Entonces, sin duda, el cielo estará sonriendo sobre nosotros y
brotará un gran avivamiento en la tierra donde la gente hacen a Cristo su Señor
y se esfuerzan a agradarle.

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