Las manecillas marcan la hora deseada, la incandescente luz da paso a
un tenue atardecer de primavera y, poco a poco, la oscuridad roba terreno. Una leve corriente de aire altera mi cabello al tiempo que un escalofro recorre mi cuerpo. Ya casi es de noche. Las pupilas se dilatan conforme mi sombra se funde con el resto del concreto. Rojizos tonos manchan el cielo como pincelazos que slo la naturaleza sabe hacer. La Luna toma un intenso brillo provisto por el ltimo haz de luz solar. Los crteres de nuestra fiel compaera toman mejor definicin, a la par que espordicos puntos se hacen visibles. Ya casi es de noche. La nica luz ahora percibida es aquella reflejada por la Luna y el gigante Jpiter toma su lugar junto a ella. Las estrellas van dando lugar a las constelaciones, mientras los sentidos se agudizan y a cada regin que escaneo de la bveda celeste contemplo ms estrellas. Ya es de noche. El cosmos mismo se expone frente a mis diminutos ojos que luchan por mandar cada mnimo detalle al cerebro. Los segundos pasan y soy testigo de la majestuosidad con la que el universo est construido, por la distancia a la que se encuentran, contemplo el pasado de las estrellas. Ya es de noche. La luz de las estrellas, que apenas va alcanzando la Tierra, lleva aos viajando en el vaco del espacio interestelar. Un corto vistazo al cielo significa un viaje en el tiempo de unos millones, e incluso miles de millones de aos. Un vistazo por los sistemas binarios Sirius y Capella me hacen reflexionar sobre las fuerzas gravitacionales que rigen al cosmos mismo. Ubicar a Aldebarn y Betelgeuse me provoca un escalofro con tan slo pensar en cuntas veces son monstruosamente ms grandes que el Sol. Ya es de noche. Una sola mirada a la bveda celeste significa un viaje al pasado, tener contacto con la naturaleza. Alguna vez Carl Sagan escribi: Nuestras ms ligeras contemplaciones del cosmos nos hacen estremecer: sentimos que un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensacin como de un recuerdo lejano o como si cayramos desde gran altura. Sabemos que nos aproximamos al ms grande de los misterios. . Ese misterio aparece cada noche cuando veo la bveda celeste. Pronto un intenso brillo me encandila y pasa a gran velocidad un auto. El semforo marca el color verde y avanzo por el cruce. Una vez ms, soy el nico volteando al cielo en varias cuadras a la redonda. Ya es de noche.