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  • "Ensayo de Un Crimen", en Muertos de Papel

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    César García
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    Fragmento de _Muertos de papel_ sobre Ensayo de un crimen de Usigli

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    PRECIO. ——= MaRS Un paseo por la narrativa policial mexicana VICENTE FRANCISCO TORRES o- — HACIA UN Pais DE LECTORES Naw, BIBLIOTECA CENTRAL cuasin LD 2207 DLP ez _ Mate Labo. num, aoa 527702 Primera edicin en Sell Bermejo: 2003, roduccin: CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA, ‘YLAS ARTES. Direccign General de Publicaciones © Vicente Francisco Tores Medina DAR. © 2003, de la presente edicion Direccidn General de Publicaciones Cale. México Coyoacén 371 Xoco, CPO3830 México, DE Las caractristcasgricas ytipogréficas de esta edicin son propiedad de la Direecin ‘General de Publicaciones del conacuza “Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la eproducci total 0 pact {de esta obra por cualquier medio o procedimiento comprendidos la reprograis) tratamiento informtic, la otocopia ola graboeién sin a previa atonzacge ‘por escrito del Consejo Nacional para la Cultura las Antes Dieceién Generd ‘de Publicaciones. ISBN 970-35-0202-4 Impreso y hecho en México Prefacio. 19 de historia oor xico {Cio mica sobre ME) Dos obras masta “pnvayo de un crime Elcomplot mongol ci sre mrad iy damas del erimen.. 574702 iock Holmes en Peralvillo ca se hace trascendente novela policiaca se hace Ghos Fuentes y a novela de espionaje tas Pouianhis {Gents com malas ‘thonbreequvocade Eleaso Tuo atony ehunga Tos mucvos dete Dontestigos ‘aria via Berger Paco tenacio Taibo Tl Pabelon argentino TH asesno desvelado, Los las rotates Boyes eaters plicia El Séqtimo Creu. Ensayony rschas, Lsanologias Seudinimos y coauoras Craciones Cola Bibliografia Hemerografia que aman, odian, El estruendo de 102 107 nz nz ny u7 120 121 124 126 28 130 135 Vw P DOS OBRAS MAESTRAS Ensayo de un erimen tia ier in ems as i ee carmen 18) eri aes ip ain Fs Mave Be ar der re Rl ‘amen eto cncens, dese slg aba de Univer de Calor. xt hep, Manu Feo Gomes xb “a molded polices de ese ‘Crmindacn ensues artvente lta Ende peta apenas ‘EnMaio chaque min In eects yu ad Rta! era ocr Pica tenses ives dro meno cen Enc paca reels abi Humor ‘Rincon vat es Pr fp Mee mma cnc nace oo dees vent compet “ersten ine na ema peo er oe Ha ‘Sema peamao rman ce ur ame sxe ey nats han preside pene” Trae oeisen Menta Men, Bt. 8S 6 —_ | rondaron a este ejercicio de escritura pero que, por una w otra ra- ‘6n, no se materializaron. Voces era una especie de alcancia —y el dramaturgo no se olvi- dade sefialar que, en su infancia, las alcancias eran de barro y en jas se almacenaban monedas de baja denominacion— que mos- Gaba ya al artista que fatalmente seria Usigli. Desde sus afios de javentud, Usigl, apasionadamente, queria ser eseritr. ¥ se pre- rab para ello, tal como muesiran las pistas de sus lecturas, fun Farpentalmente inglesas y francesas, y las convicciones que se apie formado. Pero lo que verdaderamente daba cuenta de esa pacién era el interés por la palabra, que a menudo lo levaria al “feaismo, "a los mots, wittcisms, boutades 0 frases, ecos induda- bes de lecturas juveniles y barrios navurales de los momentos de cfervescencia y euforia literarias. “Eneste aprendizaje de la vida de un escritor encontramos algu- nas constantes como los problemas econémicos —que lograron Molverse cuando, gracias a su beligerancia en la vida cultural y a te urlingdismo autodidacta del que tanto se enorgullecia, el escri- tor se incorpor6 al servicio exterior mexicano —, una feroz miso- finia, diversas reflexiones sobre l amor y la poesia, y sus deseos Sc hacer traducciones y escribir libros propios, Varias fueron las oches en que el futuro dramaturgo, antes de abandonar las tarje- fas en que escribfa, anot6 con vehemencia la gran pasiGn de su vida; j Teatro, teatro, teatro! ero lo que aquf interesa son los parrafos que anticiparan la concepcién de esa rara avis llamada Ensayo de un crimen. Y, en ‘efecto, encontramos varios atisbos tal y como se vera enseguida, En Ensayo de un crimen se manifiestan varios rasgos prove- rientes de la personalidad del autor y algunas de las cosas que se propuso hacer. Al abrir la novela, el lector se topa con el mundo ‘enlonces aristocrético de la colonia Roma —con sus casas llenas de arcos, vitrales, medallones, almenas y gérgolas—, que alber- aban muebles trabajados por ebanistas europeos. Los personajes serdn burgueses, politicos y nobles venidos a menos que decoran sus casas como anticuarios y se enjoyan con ostentacién. Usigli ‘aun en sus afios de mayor pobreza, fue cuidadoso de la elegancia ii ah ies Dro de raj 18-193), Mes Senin Ce 2 cambiaba el Saco y I tal como dejé asentado en su diario: no cambiaba €1 SACO Y Ta ga, bata por an minimo de comodidad. José Emilio Pacheco, al prj, gar Tempo y memoria en conversacion desesperada, escrig, Hacia 1930 se presents en las intimidantes tertulias de los Cy, temporaneos quienes no habian crecido como Usigli en las vey dades del centro. Xavier Villaurrutia fo lam, entre et afecto yy, ironia, ef Caballers Usigli. Guantes, sombrero, bast6n. El dan mio como escudo conta la timidez y disfaz de Ia extrema pobyen que agobis a Usigh durante muchos afios. Octavio Paz trzé un, vifeta del dramaturge que conocid en Tos aos teinta: “un sen, vestido con elegancia un poco raida, muy inteligente, muy tim, 1y muy impertinente,aratos sentimental y en otros efnico™ > Por su parte, Margarita Garcfa Flores, cuando se acerca a entre vistar al escritor en 1977, desilusionado y sin proyectos de exci. tura, observa: Su departamento no tiene nada del joven pobre que fue Usigli Hay pposee cientos de objetos bellos coleccionados en sus muchos afo, de vivir en el extranjero. En las paredes cuadros de Manuel Rost ‘guez Lozano, Feliciano Béjar, Sofia Bassi; retratos de Usigli cons inseparable boquilla; fotografias de puestas de escena de las cbr Jos Emilio Pacheco, “Rodolfo Usillndignacin yc amor pe! -memoria en converzociondesesperad, (NAM (Tes de Humeisee Baan “Margarita Garcia Flores, Carat mara tor de Hosein. 3h "ra uc das, UNAM (Teton de Horas dades). 190 28 La novela consta de tres partes, de tres ensayos para cometer un crimen, que sera perfecto no slo por su gratuidad (nada de celos, robo ni venganzas), sino porque sera estético debido a si diseo ("sin una comprobacién, sin quedar registrado dentro del ‘marco de la realidad por Ia potica, la autopsia y los perisdicos, su crimen permanecerfa perdido en una zona irreal, en una especie de limbo, encerrado en el dominio del suefio")* y al sentimiento {que lo anima. {Por qué emparienta Usigl el suelo con la comi- sidn de un crimen? Porque ambos se producen en un momentineo estado de extravio, Es por esto que, cuando Roberto de la Crvz, motivado por la misica de “EI principe rojo”, un vals de Waldteu- fel, concibe deseos de matar,sufre un bochorno repentino y siente que su cabeza, desprendida del cuello, se levanta y gira enloque- ida. Cuando Roberto de la Cruz involuntariamente asesina a su fesposa, sucumbe sin reservas a esa fascinacién por bajar a un abismo desconocido: Entonces hizo un poco de historia. Les recordé que habia estado en la Penitenciaria y que se haba hombreado con la crema de los asesinos mexicanos, y les explicé emo los habia ofdo descriir el horrible delete que habia en hundir una y muchas veces un arma que penettaba como en mantequilla.. En momentos como éste, Usigli construye un personaje de una complicada mentalidad que separa, sideralmente, a Ensayo de un crimen de los novelines de narcos, guaruras y balazos. La patolo- ‘gfa mental del protagonista nacié asf: durante la Revolucién, cier- todia Roberto de la Cruz, siendo nifio, caminaba de la mano de un militar que lo cuidaba. De pronto, éste se detuvo, sacé la pistola y le disparé a un anciano que se desplomé en la acera de enfrente. “Para que te diviertas un poco”, dijo el militar mientras un cilin- dro callejero tocaba en una esquina “El principe rojo” Usigli combina entonces la teorfa del acto gratuito, de André Gide, y la del asesinato considerado como una de las bellas artes, de Thomas de Quincey. Pero agrega un planteamiento personal *Kdolfo Usp Ensayo de un crimen, México, V Siglo Tera Nostra, 1980, p. 208 “id. 286 29 {que ya asomaba en su Diario: para labrarse un destino, et ho, pede ser un gran santo o un gran criminal: My Me doy cuenta de qu 0y Toque ene enguajeconvenid dy lose llama un ser de selecci6n. {ES esto una ventaja? Es yn mma, Me marca yaislaen la multitud asf como en sociedad. zs asarme en a amistad, y acaba por islam onal menciono siquiera la religion, que también me excluye. a’ ‘de ese momento, nada podra acercarme a los hombres si no gran crimen o una obra gigantesca,? i Esta temprana anotacn de nuestro autor no slo bree: ponds sino nda cla comeeposran nee personaje Roberto de la Criz quien, a pesar de que intgresa al ae omio y no logra su crimen perfecto, no esté desposeido de lames

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