Sie sind auf Seite 1von 38
3. ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO Gerarda -Y essas dos palabritas, ;dénde son, Teodora? Bien di- go yo, que se pega la habla como la sarna. Teodora —Comer a gusto, y hablar y vestir al uso. ‘Lope DE VEGA Gran cantidad de tinta y papel se ha gastado para abordar el tema. Enes- te momento mucho se habla del enfoque comunicativo en la ensefianza de la lengua materna, acerca del cual no hay maestro de Espafiol que no haya leido algo o al menos lo haya ofdo mencionar. Y nos preguntamos, gquedard claro de lo que se trata? ;Se estara manejando como un cambio més dictado por las autoridades? 2Se tendré conciencia de la importan- cia de esta propuesta comunicativa para la ensefianza, en particular de nuestra materia? ;Se conocerdn los presupuestos tedricos que subyacen a ella? Estas y otras inquietudes son el aliento que impulsa este apartado: una suerte de necesidad de ser més explicitos (incluso, en ocasiones, re- dundantes) con la intencién de explorar, aunque sea someramente, las ideas emanadas de diferentes disciplinas ~sustento tedrico del enfoque-, as{ como el cambio de rumbo que éste nos sefiala en la ensefianza del espafiol. Empezaremos por rastrear algunas nociones que pueden considerar- se como los orfgenes del enfoque comunicativo (conscientes de que na- da es nuevo, que viene encadenéndose desde muy atrds), para revisar después de manera breve las diversas disciplinas que lo sostienen. 109 0 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO Para emprender la tarea nos situaremos a mediados del siglo Xx, mo- mento en que se manifiestan las inquietudes que serén las principales Ii- neas de pensamiento que dan origen al enfoque. Los ACTOS DEL HABLA En esos ajfios, la filosoffa, en las voces de Wittgenstein, Austin y, mds tar- de, de Searle, Grice y otros, de quienes nos ocuparemos a continuacién, plantean diversas concepciones sobre la lengua desde el punto de vista de su uso. Consideran que hablar es hacer cosas, tal y como lo sefiala el titulo de la obra de Austin. Todas estas ideas pasaran més tarde a ser ob- jeto de estudio de la pragmatica. Para Wittgenstein, que rechaza la separaci6n entre lengua y pensa- miento, no existe un espacio interior en el que el pensamiento se ordene antes de ser formulado con palabras. El lenguaje se organiza de confor- midad con reglas de uso: “el significado de las palabras reside en su uso cultural, regulado y publico y, por lo tanto es la cultura, las “formas de vida” -concepto paralelo al de “juegos del lenguaje”-, la que confiere significado a los enunciados” (Lomas, Osoro y Tusén: 33). Por juego del lenguaje se entiende su uso reglamentado. Y estas re- glas de uso socialmente marcadas son de lo que se aduefia el nifio duran- te el proceso de adquisicién de la lengua. Los “juegos del lenguaje” de Wittgenstein estan emparentados con los “actos de habla” de Austin y Searle: ordenar, presionar, amenazar, sugerir, obedecer, relatar un acon- tecimiento, formular y comprobar una hipotesis, etcétera. Lo que los une es que en ambos casos se atiende al uso més que a la forma de la lengua. “El lenguaje no es, segdn Wittgenstein, un simple instrumento para ex- presar lo que uno piensa, sino una forma de actividad, regulada y pdbli- ca” (Idem). Austin!, preocupado por el estudio del “lenguaje comun”, bosquejo una teorfa general de los actos lingiifsticos. Para él, en el lenguaje comin John L. Austin (1911-1960) no dejé una obra escrita extensa. A la que aqui nos referiremos es un conjunto de conferencias dictadas por é] en la universidad de Harvard, en 1995. Se publicaron por primera vez en inglés dos afios después de su muerte bajo el titulo Cémo hacer cosas con pa- labras. LOS ACTOS DEL HABLA 11 o natural se retinen las diferencias mds importantes que se deben sefia- lar, al menos en los aspectos practicos de la vida diaria. Reflexionar so- bre el lenguaje a partir de su teoria constituye su punto de partida para acercarse a su objeto de estudio con la intencién de reconocer y explicar la gran cantidad de distinciones y matices que presenta el lenguaje co- min: “Debemos saber qué es lo que queremos decir y qué es lo que no queremos decir, y es menester que estemos precavidos contra las tram- pas que el lenguaje nos tiende”, afirma el filésofo (Austin citado por Ge- naro Carrié y Eduardo A. Rabossi, “La filosoffa de John L. Austin”, estu- dio introductorio de su obra. Austin: 17). En Cémo hacer cosas con palabras Austin desarrolla su idea primordial: “decir algo es hacer algo”; dicho de otro modo, al hablar realizamos ac- ciones, actuamos, no simplemente comunicamos algo. En las primeras conferencias se refiere a las expresiones realizativas? (en las que se expre- sa con claridad el objeto del acto ilocucionario) con el objeto de demos- trar que la emisién de una expresién lingiifstica no es simplemente decir algo, sino hacer algo; y que esa expresién no es un informe, verdadero 0 falso, de algo. Afirma que decir las palabras no basta para que se produz- ca el acto; es necesario ademas que las circunstancias en que las palabras se expresan sean apropiadas, de alguna manera o maneras. Ademés, de ordinario, es menes- ter que el que habla, o bien otras personas, deban también llevar a cabo otras acciones determinadas “fisicas” o “mentales”, o aun actos que consisten en expresar otras palabras (Austin: 49). Austin considera tres tipos de actos de habla, el acto locucionario (simplemente decir algo). El acto ilocucionario (la manera o intencién en que usamos la locucién que va més alld del simple enunciar algo (pre- guntar, aconsejar, advertir...); en sus propias palabras, un acto ilocucio- nario es “llevar a cabo un acto al decir algo, como cosa diferente de rea- lizar el acto de decir algo” (144). Por ejemplo, te molestaria prestarme el diccionario? Por ultimo, sefiala la existencia del acto perlocucionario, aquél en que el acto locucionario e ilocucionario realizan un acto de otro 2.Se habla también de verbos performativos o realizativos, pedir, rogar, sugerir, exigir, en los que el hablante no se describe a sf mismo en la ejecucién de un acto sino que lo realiza: “Te exijo que respondas mi pregunta”. 112 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO tipo: producir “ciertas consecuencias 0 efectos sobre los sentimientos, pensamientos 0 acciones del auditorio, 0 de quien emite la expresién, 0 de otras personas” (145). Dicho de otra manera, actos como pedir, amenazar, vender, dar una or- den, persuadir, advertir, etcétera, se consideran como actos perlocutivos siempre y cuando se logre la intencién de quien los emite. Estos actos pueden realizarse por medios diversos, no necesariamente lingiifsticos. Lo que para efectos de esta revisién nos interesa hacer notar es la importancia que juegan en la teoria de Austin los conceptos de uso y de intencién del hablante, conceptos de los que posteriormente se ocuparan en detalle otras disciplinas como la pragmitica, la sociolingiiistica y la et- nograffa de la comunicaci6n. Para terminar este breve apartado citaremos unas palabras del estu- dioso alemén Wilhelm von Humboldt, que reflejan ya en 1822 la misma preocupacién de Austin: las relaciones gramaticales en particular dependen totalmente de la intencién que se deposita en ellas. Mas que depender de la palabras en sf mismas, estas relaciones son introducidas por el pensamiento del que escucha y del que habla (9). La teoria de los actos del habla Mas adelante, John Searle continuaré desarrollando las ideas de Austin en su Teoria de los actos de habla (1980). En ella se parte del principio de que cualquier acto de comunicacién no es una oraci6n ni un enunciado de al- gun tipo especifico, sino la realizacién de un acto (preguntar, describir, aconsejar, prevenir). Al producir un acto de habla evidentemente el emisor se vale de oraciones, pero éstas no deben confundirse con el acto mismo. En Speech Act Theory and Pragmatics, Searle, Fiefer y Bierwisch van més all de lo esbozado por Austin en sus conferencias al hacer una dis- tincién entre actos ilocucionarios y propositivos, dado que hay actos ilo- cucionarios que pueden referirse a un objeto, por ejemplo, o que expre- san una proposicién. Esta distincién se hace necesaria debido a que la misma expresién de una proposicién puede aparecer en actos ilocucio- narios que son diferentes. Ejemplifican lo anterior con una serie de enunciados: “Please, leave the room.”, “You will leave the room.” y “Will you leave the room?”* que, a pesar Los ACTOS DEL HABLA 113 de que contienen la misma proposicién, “salir de la habitacién”, expre- san tres actos ilocucionarios diferentes: pedir, predecir y preguntar? (Cf. Searle et al., 1980: vi-viil). Esto ha sido motivo de reflexién entre los estudiosos que piensan que debe haber una forma légica, propia de los actos ilocucionarios, que ha- ce que cuando una proposicién se presenta con determinada fuerza ilo- cucionaria, se produzca un cierto acto de habla. Otra distincién importante que propone la teoria de los actos de habla tiene que ver con los actos directos e indirectos. Los primeros son aquellos en que se expresa exactamente lo que se quiere decir, y los indirectos, en los que la intencién va més alla de lo que se enuncia literalmente. Si deci- mos “Tienes otro lépiz?”, el acto directo consiste en preguntar si el oyen- te posee més de un lapiz; el indirecto, en pedir prestado un lépiz. Ideas tan sucintamente esbozadas aqu{ dan lugar a una gran canti- dad de estudios sobre la relacién entre lengua y aspectos sociales, estu- dios de tal importancia que han modificado de manera sustancial el rumbo de la investigacion linguistica.’ A propdsito de ello, dice Wolfang, Motsh: “Language is more and more considered to be an instrument of interaction, after a long period of favouring the investigation of linguistic expressions used to describe facts in reality”> (155). El peso de la investigacién lingiifstica estaba puesto en la descripcién de la lengua, cuestién de gran importancia y utilidad para conocerla, por supuesto, pero que pasé por alto sus estrechos vinculos con el uso y; por ende, con Ja comunicacién. En la actualidad, en cambiv, es diffcil imaginar el lenguaje desvinculado de las cuestiones sociales. 3 Por favor, sal de la habitacién. ‘Vas a salir de la habitacién. {Vas a salir de la habitacién? Nos referimos aqui a los varios caminos por los que esta disciplina ha transitado durante la se- gunda mitad del siglo xx. En esos momentos la lingifstica se ve en la necesidad de valerse de otras disciplinas para poder explicar el fenémeno lengua desde diversas 6pticas y de una mane- ra més completa. Aparecen o se consolidan diversas ciencias interdisciplinarias: la pragmética, la sociolingiifstica, la psicolingifstica, la etnograffa de la comunicacién, la antropologia lingiiis- tica 0 etnolingiifstica, la lingiifstica aplicada, entre otras. Cabe mencionar también las direccio- nes que a partir de estas ideas siguen los estudios sobre la lengua: la lingifstica funcional y la lingatstica del texto, por ejemplo. 5 Cada vez mas y més se considera la lengua como un instrumento de interaccién, después de un largo tiempo en que se favorecié la investigacién de las expresiones lingiiisticas empleadas para describir hechos de la realidad. m4 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO Esa situacién fue mucho mas aguda en los paises de habla espafiola, puesto que en Europa y en los Estados Unidos si se realizaron multiples investigaciones en el campo de la sociolingiiistica, la antropologia, la et- nografia de la comunicacién, la pragmitica y varias otras disciplinas que no sdlo han contribuido a un mejor conocimiento de la lengua a partir de diversos puntos de vista, sino que también se han reflejado en la educacién. A propésito de la investigacién lingiiistica, no podemos olvidar que en México en particular esa investigacién se abocé durante muchos afios. a la descripcion tanto de la lengua espafiola como de las lenguas indigenas. En La investigacién lingiiistica en México (1981), Claudia Parodi presenta un panorama sobre el tema durante la década de los afios setenta. Una ojeada al indice y a la bibliografia de la obra nos basta para confirmar lo que de- cimos: en ese momento la investigacién sociolingiiistica, psicolingiiistica y, muy en particular, la relacionada con la ensefianza eran practicamente inexistentes.° Lo anterior, entre otras cosas, nos permite comprender la raz6n por la cual es tan grande la desinformacién que ha privado (gpriva?) entre el magisterio y entre las mismas autoridades educativas, hasta hace poco tiempo. ° Esta situacién no ha cambiado sustancialmente en lo que se refiere a investigaciGn sobre la ense- fianza y aprendizaje de la lengua. Gilbert de Landsheere en La investigacién education en ol mundo. Con un capitulo especial sobre México, FCE, México, 1996, hace un recuento de la historia de la inves- tigaciGn educativa en nuestro pafs durante las tiltimas décadas. Ofrece datos interesantes sobre los temas tratados en el Segundo Congreso Nacional de Investigacién Educativa (1993). Se presenta- ron 6432 trabajos, de los cuales tinicamente 241 se refieren al tema “Lenguaje. Lectura. Lenguas Extranjeras”. En sus conclusiones el autor, apoyado en datos del Sistema Nacional de Investiga- ores, afirma que en México, estrictamente hablando, en ese momento existian “s6lo alrededor de 80 personas dedicadas a estudiar temas educativos de los aproximadamente 7 000 investigadores que figuran en total” (368). Esta cifra tan alarmante resulta al eliminar a todos aquellos que tienen un nombramiento de investigador o que afirman serlo, peru que ent la realidad ny producen inves tigaci6n (368). Pablo Latapf Sarre, (La investigacién education en México, rE, México, 1994) menciona siete “elementos tematicos distintivos” en la innovacién e investigacién sobre el tema: revision de planes de estudio; “el proceso educativo micro (...) Educacién personalizada, mastery learning, etc.” (57); llevar preescolar y primaria a grupos marginados; reformas a la secundaria y a la nor- ‘mal, ensefianza terminal posprimaria y posecundaria: formacién de técnicos; educacién de adultos; los medios de comunicacién como “instrumentos educativos y culturales", y la relacién de la educacién con el trabajo. En el capitulo VII. “Las prioridades de investigacién educativa en México”, tampoco encontramos reflejados fuertemente nuestros intereses. LOS ACTOS DEL HABLA 115 La difusién e investigacién en el campo de la ensefianza de nuestra lengua empieza a surgit en la década de los ochenta en Espafia y Argentina y, en menor medida, en diversos pafses hispanoamericanos.’ Sin duda alguna, todo el trabajo realizado en diversos pafses nos es de suma utilidad; sin embargo, es ya menester abrir un espacio parti- cular en México para que se lleve a cabo y se difunda una investigacion educativa seria y sistemética, incluyendo propuestas didécticas idé- neas para nuestra realidad social. Resulta esencial manejar datos pro- pios que tomen en consideracién las diversas variables sociales, cultu- rales, lingiifsticas, econémicas y educativas de nuestro pats. El haber tomado modelos extranjeros no nos ha conducido a nada, las diferen- cias sociales entre los paises son muchas; el magisterio, diferente, sobre todo en lo que se refiere a su nivel econémico y a su tipo de prepara- cién; la cultura, otra. Es ya necesario dejar ofr nuestras voces y hacer al- go en este sentido. Volviendo a la teorfa de los actos de habla y para cerrar este aparta- do, solo nos falta anadir que existe un largo camino por recorrer —cami- no extenso y espinoso- para lograr un nivel de explicacién avanzado. Los investigadores se plantean dos cuestiones fundamentales: “Is there a specific linguistic approach to the study of actions performed by means of language?” y “To what extent does a linguistic analysis depend on a more general theory of social action?’”® (Motsch: 155). ? Se citan, entre muchos otros, algunos autores espafioles representativos: Carlos Lomas, Andrés Osoro, Amparo Tus6n, Isabel Solé. César Coll, Teresa Mauri, Daniel Cassany, Teresa Colomer y ‘A. Camps, José Romera Castillo, Luci Nussbaum, Martin Rodriguez Rojo, Marfa Victoria Reyza- bal y Pedro Tenorio. Autora argentina representativa es Liliana Tolchinsky Landsmann. En México: Emilia Ferreiro y Margarita Gémez Palacio (comps.), Emilia Ferreiro y A., Teberosky, Sonia Araceli Gardufo y Eugenio Nufiez Ang. La lista no es exhaustiva, es simplemente una muestra. Ademas hay que mencionar el auge que han tenido las revistas espectalizadas en enseftanza de la lengua: en Espana, (Cuadernos de educacién 1cE&+Horsori; Serie Pedagégica, Temas bdsicos; Signos, Teoria y prdctica de la educaci6n; Comunicaci6n, Lenguaje y Educacién. En México, Educacién, Educar, Diddctica xxt. En Argentina, Cuadernos de Pedagogia Rosario. Es notorio también el interés en la educacién de algunas casas editoriales: Paidés, Visor _y Gra, en Espafia; FCE en México y Aique, en Argentina, entre ellas. 8 JExiste un acercamiento lingiifstico especifico para el estudio de las acciones realizadas por medios lingiifsticos? y zHasta qué medida un andlisis lingiiistico depende de una teorfa mas general de la accién social? 116 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO Un buen ntimero de estudiosos de la teoria de los actos de habla -y de la pragmatica, que de ella se desprende- parte de la hipétesis de la existencia de una relacion estrecha entre los aspectos lingiiisticos y las condiciones o circunstancias de la interaccién. Motsch sefiala que, dado que se trata de un componente de la actividad social, la comunicacién a través de la lengua sélo puede comprenderse si la estudiamos como una parte de la totalidad de las actividades sociales en conductas concretas, que a través de la historia han desarrollado los sistemas sociales. El cen- tro de esta compleja totalidad que determina otras clases de actividades es el proceso de reproduccién de la vida social. Siendo asi, la comunica- cién no puede estudiarse desde el punto de vista de una comunidad so- cial ideal, dado que las condiciones de vida son diferentes en los diver- sos grupos y clases sociales (véase Motsch: 156, 157). Lo anterior nos lleva al concepto de “contexto situacional” —datos 0 cir- cunstancias que rodean al enunciado en el momento de su emisién-, tema de estudio de la teorfa de la interaccién simbélica y de diversas disciplinas que deberan ofrecernos la posibilidad de descubrir las propiedades que nos son de utilidad para la interpretacién adecuada de un enunciado. Dentro de la teorfa de Ja interaccién simbélica se insertarfa la pragma- tica lingiifstica abocada al estudio de los medios de que se vale la lengua para sefialar los aspectos del contexto interaccional en el que se produce una expresién. Esto, desde luego, no puede obtenerse sélo a partir del anilisis lingiifstico. Es necesario aproximarse a la informacién dentro de su contexto situacional puesto que el significado no resulta s6lo de lo meramente lingiifstico, se desprende también de las circunstancias en las que se produce una determinada expresién. Una teoria de la interaccién simbélica, entre otras cosas, tiene que es- pecificar los aspectos y las propiedades del contexto situacional que el hablante tiene que tomar en consideracién cuando esboza un plan para producir una expresién lingiifstica. Una situacién se vuelve comunica- tiva debido a la intencién de la persona de influir en la mente de su oyente (0 auditorio) a través de sus palabras. Esto es, el hablante planea su accién lingiifstica con el objeto de transmitir su propésito, deseo, vo- luntad, decisién, etcétera, a quien lo escucha. Puede suponerse que este tiltimo emplea el mismo tipo de conocimiento, siguiendo, sin embargo, otro mecanismo. El hablante atribuye un rol al oyente y hace suposicio- nes acerca de su habilidad para especificar la situacién en un caso ideal. Los ACTOS DEL HABLA 17 El emisor s6lo ofrece en su realizacién lingiifstica la informacién que considera que el receptor no puede deducir de la situacién. En muchos casos, aunque no en todos, se trata de informacion acerca de sus intencio- nes y actitudes (véase Motsch: 158-159). Searle, entre otros temas, estudia también el significado literal y el sig- nificado del contexto. Explora las posibles relaciones entre lo que se expre- sa y el contexto en el cual se produce. Se opone a quienes sostienen que una oracién tiene un determinado significado independientemente del contexto. Lo que se conoce como significado literal (“null context", “zero context”), afirma, s6lo producira un significado si se toman en cuenta las diversas circunstancias que rodean la expresién; esto es, el contexto. Ilustra lo anterior con unos ejemplos por medio de los cuales mues- tra la imposibilidad de interpretar incluso oraciones muy sencillas, si no se parte del conjunto de suposiciones y practicas que el oyente conoce; esto es, de conocimientos y funcionamientos culturales, de todo el baga- je cultural que aporta el oyente. Searle ofrece los siguientes ejemplos: 1, Guillermo corta el pasto. 2. El peluquero le corta el pelo a Tomés. 3. Sandra corta el pastel. 4. Me acabo de cortar. 5. El sastre corta la tela. y afirma que entendemos que el mismo contenido semdntico de “cor- tar” en los ejemplos dados determina diferentes conjuntos de condiciones verdaderas, debido a que sabemos muchas cosas: prdcticas, hechos, for- mas de hacer las cosas propias de nuestra cultura. Esto nos permite com- prender “cortar” de una manera diferente en cada oracién. Se opone asimismo a otra visién tradicional que afirma que el signi- ficado de una oracién determina sus condiciones de verdad. Sosticne, en cambio, que tanto el significado como la determinacién de su condici6n. de verdad se vuelven posibles gracias al conjunto de suposiciones y prdcticas con que cuentan los hablantes; esto es, las “circunstancias” (background, las Mama Searle). Dependiendo de ellas, que no forman parte del contenido semdntico de la oracién, se puede hablar de con- diciones de verdad de la oracién, asf como de comprensién de su sig- 118 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO. nificado. Por lo tanto, “We ougth to make the background fully explicit as part of the semantic content of the sentence or at least as a set of stage directions for using the sentence”? (Searle et al., 1980: 227-228). El mismo, sin embargo, considera esta tarea como inacabable, dado que el significado de una oracién parece estar constituido por un conjun- to de rasgos generales de intencionalidad, incluyendo la intencionalidad perceptual. La teorfa de los actos de habla no es ni la primera ni la tinica que se ha ocupado del uso de la lengua. Ya en 1946 habfa estudiosos de la pragmitica -término acufiado por Charles Morris (1938) y Rudolf Carnap (1942)- que intentaban hacer una distincién entre sintaxis y seménti- ca. Seguin Morris la sintaxis estudia “the formal relations of signs to one another”; la seméntica, “the relations of signs to the objects to which the signs are applicable”, y la pragmatica, “the relations of signs to interpreters”. Mas tarde, en 1946 redefine la pragmitica como la “branch of semiotics which studies the origins, the uses, and the effects of signs”! (Morris citado por Searle et al., 1980: Estas posturas tradicionales sobre la pragmAtica, vinculadas con la fi- losoffa y la seméntica, resultan de importancia debido a que de ellas se desprenden concepciones valiosas para el significado: denotacién, senti- do y uso de las expresiones lingiifsticas. De acuerdo con algunos estudiosos de la década de los setenta, la ptagmatica se ocupa de la interpretacién de una expresién sintdctica a partir de sus condiciones de uso en un contexto dado: “Pragmatics is the study of linguistic acts and the context in which they are performed’™ (Stalna- ker (1972), citado por Searle et al., 1980: ix). Existe otra corriente que considera el sentido, mas que la denotacién, como la parte medular de la nocién seméntica. De acuerdo con esta concepcién, lo que determina el significado de una expresién son sus re- laciones de sentido (sinonimia, antonimia, causalidad). Por lo tanto, de- ° Debemos hacer estas circunstancias completamente explicitas como una parte del contenido se- méntico de la oraci6n 0, al menos, como una serie de instrucciones para usar la oracién. 9 Las relaciones formales de unos signos con otxos. Las relaciones de los signos con los objetos a los que se aplican esos signos. Las relaciones de los signos con sus intérpretes. Rama de la semistica que estudia los orfgenes, los usos y los efectos de los signos. ™ La pragmitica es el estudio de los actos lingiifsticos y del contexto en el cual se ejecutan. Los ACTOS DEL HABLA ng be hacerse una distincién clara cuando la expresién se ve fuera o depen- diente del contexto. Dentro de esta corriente se piensa que la semantica es la que se ocupa del significado literal, y que la pragmatica tiene que ver con las condiciones en que los interlocutores determinan los signifi- cados subordinados al contexto. En 1977 Katz resume la postura anterior cuando afirma: “Pragmatics is performance theory at the semantic level’? (citado por Searle et al.: x). Se considera que el andlisis de expresiones indexicales'? (0 referenciales, aquellas en que se establece una relacién entre una frase nominal y el objeto, real o conceptual, al que se hace referencia en una situacién con- creta), asf como el de los actos de habla pertenece tanto a la seméntica co- mo a la pragmatica. Ponen como ejemplo: “He hurt his hands”, en el que “he” y “his” pueden o no ser vistas como correferenciales; en tanta que en “He hurt her hands”, no es posible que “he” y “her” tengan el mismo refe- rente. Para determinarlo habrfa que acudir a la pragmitica y analizar la oracién dentro de su contexto (véase Searle et al., 1980: x).# Los lingiiistas de los afios setenta sostienen, pues, que el sentido literal de una oraci6n o expresién, visto como parte de la estructura seméntica, es objeto de estudio de la seméntica. Pero es el contexto el que determina el potencial ilocucionario, y esto cae dentro del ambito de la pragmitica. Pueden citarse multiples ejemplos de actos de habla indirectos en los que cl hablante formula una oracién que quicre decir lo que expresa, pero que ademés significa algo més. Por ejemplo, si estamos de visita en un sitio y decimos ”;Qué calor hace aquf!”, puede ser que estemos expresando tini- camente eso 0 realizando un acto con funci6n fatica. Pero lo més probable es que queramos decir algo més, algo como “Abre una ventana”, “Ofréce- me un refresco”, “Vamonos a otra parte”, etcétera. El primer significado per- tenece al campo de estudio de la semantica; el segundo, al de la pragmatica. En sintesis, Searle se opone al punto de vista que sostiene que el sig- nificado de una expresién puede darse por medios semanticos sin tomar el contexto en consideracién. 12 La pragmitica es la teoria de la actuacién a nivel seméntico. "8 Aquéllas cuya interpretaci6n depende de las circunstancias. 4 Quisimos conservar el ejemplo de Searle, aunque en su traducciGn literal al espafol es inope- rante. En nuestra lengua podriamos ofrecer otro: “Lo galped con su libra” en el que “la” y “su” pueden o no ser correferenciales. En cambio, si decimos “Lo golped con mi libro”, no es posible que “lo” y “mi” tengan el mismo referente. 120 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO En las ideas de la teorfa de los actos de habla, brevemente revisadas aqui, reconocemos tanto la importancia de la nocién de significado co- mo lo esencial que resulta el estudio de la fuerza ilocucionaria para po- der acercarse a una explicacién sobre la lengua. Hemos visto ya que el significado de lo que dice un hablante puede contener el significado li- teral, pero también ir ms all4, como en el caso de los actos de habla indirectos. E] significado de lo que se dice también puede partir del significado literal, como en la metéfora, o ser lo opuesto de él, por ejemplo, en la ironfa. La distincién entre el significado del hablante y el de la oracién es comin a todas las teorias de los actos de habla. El problema radica en decidir si esa distincién es la misma que existe en- tre los significados libres de contexto (semantica) y los dependientes del contexto (pragmatica). LA PRAGMATICA Durante las tltimas décadas esta disciplina ha tenido un desarrollo que podria calificarse de vertiginoso. Multiples estudiosos se ocupan de ella, tantos que el espectro que cubre se ha ampliado de tal manera que todo parece caber dentro de ella. Basta simplemente con revisar el indice de los artfculos que contiene la Concise Encyclopedia of Pragmatics (editada por Jacob L. Mey) para en- contrar estudios tan diversos que parece imposible que tengan lugar dentro de una misma disciplina: Lingiifstica aplicada, Inteligencia artifi- cial, Cohesién y coherencia en la literatura, Los comics, La tecnologia cognitiva, Recoleccién de datos en la lingiifstica, El habla de los extran- jeros, Las lenguas de las minorias, La correccién y la norma, Lengua y educacién, Medios de comunicacién[, Sociologia del lenguaje, El turis- mo, Los universales lingiifsticos y muchos mds. Se incluyen diversos articulos, entre los que componen la obra, que parecerfan no tener nin- guna relacién con el resto; sin embargo, cuando nos detenemos a refle- xionar vemos que algo los une: el uso de la lengua. La pragmtica no parece contar todavia con una unidad teérica y me- todolégica; por lo mismo, no resulta facil definirla. Pero, desde luego, se puede ver como una disciplina lingiiistica que centra su interés en el sig- nificado de la lengua en uso. LA PRAGMATICA 121 De entre todo ese vasto campo de estudio haremos una breve revi- sién de la pragmatica lingiifstica. La pragmatica lingiiistica Intentar explicar el significado de las palabras y expresiones en relacién con los interlocutores y los contextos, es la preocupacién mayor de esta disciplina. EL programa de la pragmatica es muy provocativo; se trata de ex- plicar, entre otras cosas, en qué consiste la interpretacién de un enunciado, cudl es la funcién del contexto, qué relacién hay en- tre el significado literal y el significado comunicado, por qué ha- blamos con figuras, cémo afecta la funcién comunicativa a la gramitica de las lenguas (Reyes: 8). A la pragmatica no le interesa explicar el significado literal, sino el significado de los propésitos que encierran las palabras y expresiones empleadas en los actos de comunicaci6n. A esto ultimo, lo llama el “sig- nificado del hablante” al que considera intencional y subordinado a las circunstancias en que se produce el acto de habla. Resulta claro entonces que esta noci6n tiene que ver mas con la pragmatica que con la seménti- ca, abocada al estudio del significado literal. Vemos también la relacién tan cercana entre la pragmatica lingiifstica y la teorfa de los actos de habla, puesto que comparten similares preocu- paciones. Para la pragmatica es primordial lograr explicar el proceso por me- dio del cual las palabras que emite un hablante evocan ciertas imagenes mentales en el oyente; imagenes que, de ser las mismas que el hablante queria provocar, se traducirén en un acto comunicativo. El andlisis de es- te proceso, resulta innecesario decirlo, es intrincado y complejo. Son muchos los ejemplos cuyo significado resulta practicamente im- posible comprender sin tomar en cuenta el contexto y la intencién de quien habla. De la expresién més simple, “Esté lloviendo”, se pueden desprender diversos significados: puede ser conveniente porque ha hecho mucho calor, inconveniente, porque fbamos a comer en un jardin; también puede ser un aviso: recoger la ropa tendida, cerrar las ventanas, etcétera, o una advertencia, alguien que est resfriado puede empeorar 122 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO si sale ahora. Con las mismas palabras podemos referirnos a algo que puede resultar conveniente o lo contrario: realizamos diferentes actos de habla. Si tomamos como ejemplo la oracién “Estamos a 26° de temperatura” vemos que puede interpretarse como algo conveniente o inconveniente, agradable o desagradable, segiin el sitio al que se refiera. Si se dice en un lugar habitualmente fresco, quiere decir que hace mucho calor; en cam- bio, en el trépico, significaria que el tiempo esta fresco. Otro caso para ejemplificar lo anterior podrian ser las ambigiiedades producidas por posesivos y pronombres personales, por ejemplo. En “Carlos le pregunté a Jorge por su padre”, s6lo podriamos descifrar el significado valiéndonos de un conocimiento anterior que Carlos y Jorge comparten; esto es, la expresién se interpreta debidamente a partir de otra informacién implicita, informacién que no se formula con palabras. Enel ejemplo propuesto, para poder saber al padre de quién se refiere la oracién necesitariamos conocer la situacién: ambos saben que el padre de Jorge esté enfermo, y que Carlos pregunta por él; Carlos busca a su propio padre y supone que Jorge puede haberlo visto. Vemos entonces que el significado (entendido como lo que el ha- blante quiere comunicar) tiene una parte explicita y otra implicita; asf, su interpretacién tiene que ver, por un lado, con la descodificacién de los signos lingiifsticos y, por otro, con lo que inferimos que nos quie- ren decir. La expresién “Es tarde” puede significar, de acuerdo con el contexto y la situacin, una insinuacién para que nos vayamos, temor de no acabar a tiempo lo que estamos haciendo, una manifestacién de preocupacién porque alguien no ha llegado, etcétera. Es el oyente el que deduce “el significado del hablante” valiéndose de las inferencias que realiza a par- tir de lo que ya sabe. Aunque no se pretende aqu{ profundizar en el tema de la pragmati- ca lingiifstica, parece titil acercarnos a algunas de sus inquietudes centra- les. Una de ellas es el contexto. Para la pragmatica un enunciado es una unidad comunicativa, esto es, esté contextualizado. Puede estar constituido por un par de palabras, una sola, una 0 varias oraciones. En palabras de Graciela Reyes puede decirse “que los enunciados son oraciones puestas en uso, es decir, pues- tas en contexto” (13). LA PRAGMATICA 123 Y son estos enunciados —oraciones en uso- el interés central de esta disciplina. De los demds, de los significados convencionales, se ocupan la morfosintaxis, la fonologia y la semantica. Elementos muy estudiados por la pragmatica son los defcticos, que no pueden comprenderse sin el contexto. En, por ejemplo, “No quiere és- te, prefiere aquél”, es imposible descifrar el significado a menos que se- pamos quién no quiere (“él”, “usted” 0 “ella”), qué es “éste” y en qué se diferencia de “aquél’. Para interpretarla debidamente, debemos saber, por ejemplo, que “él” es un hermano de los que hablan, que “éste” y “aquél” son dos de tres v més libros entre los cuales el hermano debe ele- gir uno. Si nos detuviéramos a observar lo que decimos y ofmos -y tam- bién, claro est4, lo que leemos y escribimos- nos darfamos cuenta con gran claridad de lo que venimos diciendo: una explicacién gramatical 0 seméntica no nos permite descifrar el significado de las expresiones; s6lo podemos apoderarnos de él valiéndonos del contexto. Desde luego eso no es en absoluto sencillo, ya que la pragmatica y la seméntica se tocan en muchos momentos y, en ocasiones, no resulta facil deslindarlas, establecer los limites de una y otra. La nocién de contexto que hemos mencionado varias veces -y con la que seguiremos ms adelante- no resulta facil de definir, ya que diferen- tes teorfas le asignan interpretaciones particulares.'4 En términos gene- 14 El contexto es la “CATEGORIA lingiiistica que cumple dos funciones basicas en la COMUNI- CACION: (a) fijar el SIGNIFICADO de una UNIDAD LINGUISTICA; y (b) convertir a una o més coraciones en un ENUNCIADO". (DLM: 145) Es un concepto que desempefia un papel de gran importancia dentro de la pragmatica, la sociolingiifstica y la psicolingiifstica, que lo consideran ‘como un “marco coordinador de las dimensiones lingiifsticas”. Se concibe como un conjunto d variables que pueden agruparse en tres bloques: 1. Relacionado con la situacién, el entorno fisi co inmediato (lugar, tiempo, identidad de las personas que participan, objetos importantes en la medida en que condicionan expectativas). El bloque 2, 0 “cotexto’, se refiere al contexto textual. E13, contexto o “presuposicién pragmiética” se refiere a ideas, visién del mundo, valores y cono- ‘cimientos que comparten los participantes de un acto comunicativo. Este contexto da lugar a que los participantes se sientan solidarios dado que les permite comprender de qué trata la comuni- cacién y sentirse dentro de ella. En otra acepcién de “contexto”, éste puede conformarse por dos aspectos: contexto lingiifstico y extralingiifstico; el primero puede ser verbal o no verbal, el se- gundo puede ser objetivo (el lugar, los interlocutores, el tiempo, los hechos) o subjetivo (el ém- bito de las ideas, conceptos, relaciones entre las ideas, creencias ¢ ideologta). Para Halliday (The Functions of language, 1978) existe un contexto social, “la situacién en don- de se inrercambian significados”. Cf. DLM: 145, 146. 124 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO. rales, se pueden mencionar tres tipos de contexto: lingiifstico, situacional y sociocultural. El primero es una categoria lingiiistica, se refiere a las palabras y expre- siones que anteceden o siguen a la palabra o enunciado en cuestion. En palabras de Helena Beristain es el “Contorno que enmarca a una unidad lingiistica en el sitio concreto de su actualizacién [realizacin concreta] y que condiciona su funcién’” (112). El segundo, el contexto situacional, alude a todos los datos o circuns- tancias que rodean al enunciado en el momento en que se emite. Por ejemplo, si alguien dice “Vonte el vestido blanco”, reconocemos que hay cuestiones alrededor de los interlocutores que permiten la existencia de ese enunciado: que los que hablan estan en una habitaci6n, que alguien se va a vestir o se esta vistiendo, que hay un vestido blanco y otros de di- ferentes colores; es posible suponer también que existen los accesorios adecuados para complementar el vestido blanco. Por ultimo, el contexto sociocultural tiene que ver con regulaciones sociales y culturales que comparten los interlocutores, regulaciones que configuran su actuacién lingitistica. En el ejemplo anterior son las cir- cunstancias socioculturales las que permiten el tuteo, por ejemplo, asi co- mo el hecho de que alguien opine sobre el vestido que debe llevar otra persona. Se infiere entonces que se trata de dos amigas o de una pareja, con relaciones cercanas o intimas. Por otra parte, el contexto sociocultural cuenta con una serie de mar- cos de referencia que permiten clasificar la situacién comunicativa y el papel que desempefian los participantes. Se trata de condiciones sociales (valores, ideas, creencias, tradiciones) que en ocasiones gobiernan el uso del lenguaje. Un marco puede ser también, por ejemplo, el que indica que se habla en broma, en forma irénica, con doble sentido... Las convenciones sociales que regulan el lenguaje son muy podero- sas, capaces, incluso, de producir cambios lingiiisticos que esta discipli- na no podria explicar. Muchos ejemplos de lo anterior encontramos en la vida cotidiana: algunos pueden ser producto de los medios de comuni- cacién; otros, del uso. Pero casi todos ellos nos los explica mejor la cien- cia social que la propia lingiifstica. Aeste respecto, afirma Reyes: “A veces puede pasar que las condicio- nes sociales que rigen el lenguaje sean més fuertes que las reglas de la gramitica (...) Un buen ejemplo son expresiones como Ia catedritico, la LA PRAGMATICA 125 médico, la ingeniero, de uso normal en Espafia” (21). En México encontra- mos un caso semejante en el mundo de la diplomacia, en donde se em- plean expresiones como Ia consejero, la secretario, la ministro, pero, la emba- jadora. En estos ejemplos parece dificil que la gramética pueda explicar por qué expresiones que contienen tal discordancia, sean de uso comin y cuenten con la aceptacién de los hablantes de la lengua, ademés de la ra- z6n por la cual se producen en unos casos y en otros no. Vemos, pues, hasta qué grado la pragmatica se ha ganado un lugar, al lado de la gramatica, dentro de la lingiifstica, entre otras cosas porque ambas disciplinas se ocupan de aspectos diferentes de la lengua. Y, des- de luego, también nos queda claro que el dominio y manejo de las reglas gramaticales no serfa suficiente para comunicarse. Es evidente que no son la sintaxis, la semantica y la fonologfa las que aportan el significado de lo que queremos expresar; son diversos campos de estudio los que dan luza la interrogante: ;cOmo nos comunicamos eficazmente por medio de la lengua? La pragmatica no est sola en esta empresa. El uso y el significado de la lengua, asf como el estudio de los procesos y mecanismos de los que se ha venido hablando son también preocupaci6n de la filosofta, la socio- logfa, la psicologta cognitiva, y varias disciplinas més, tal y como se vio anteriormente en la Concise Encyclopedia of Pragmatics, editada por Jacob L. Mey. Mey se distancia de los estudins centradas exchisivamente en los mecanismos psicolégicos de interpretacién (...) para insistir en las condiciones sociales, politicas, culturales, histéricas, que determinan nuestro uso del lenguaje, o como él dice, determinan “de quién” es el lenguaje (Reyes: 25). La pragmética no rechaza ni niega el valor de las graméticas oracio- nales ni sus formas de andlisis; lo que si sostiene es que cuando usamos Ia lengua encontramos regularidades lingiifsticas que no provienen sdlo de la gramatica, sino de la forma en que el hablante emplea la lengua. Existe una buena cantidad de ejemplos que ilustran lo anterior: el uso de “se los dije” en vez de “se lo dije”, 0 de “le pregunté la verdad a ellos”, ejemplos cotidianos en el habla mexicana, en donde se viola abier- tamente la gramética, pero que el uso ha impuesto en México. 126 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO Otro caso en el que resultarfa insuficiente el mero dominio de la gra- miatica se observa en las posibles respuestas a la pregunta “Tienes ga- nas de ir al cine?”. Una podria ser “No tengo ganas”, expresién negativa en la que el hablante asegura o afirma no tener ganas y de la que se in- fiere que no va a ir. Otra respuesta seria: “Ganas no tengo”, en la que no existe una negacion terminante y queda abierta la posibilidad de ir al ci- ne. En estos ejemplos, podemos advertir que el empleo de exactamente las mismas palabras puede dar como resultado significados diferentes. Como ya se dijo antes, la pragmatica es heredera de las inquietudes filosoficas de Austin, Searle y Grice entre otros, interesados en mostrar la importancia de la “intenci6n”, aspecto que se volverd clave en los estu- dios pragmaticos. Recordemos aqui los actos de habla indirectos en los que se encuentran dos actos superpuestos: uno literal y otro que aporta el verdadero significado, esto es, que representa la intencién del hablan- te. En el caso de “;Te importarfa ayudarme con estos libros?”, el oyente dificilmente interpretard literalmente la pregunta, excepto como una broma. Entendera que el hablante le esta pidiendo ayuda y no pregun- tandole si le importa hacerlo. Lo anterior -el concepto de significado intencional— es de suma im- portancia para la pragmatica, dado que su finalidad es estudiar lo que se quiere decir y no lo que se dice literalmente. Y eso es precisamente la comunicaci6n, el ser capaz de expresar y comprender més alld del significado literal de las palabras: el significa- do intencional. Este es hoy en dia uno de los campos mds desarrollados de la pragmAtica: todo aquello que se relaciona con los procesos inferen- ciales que permiten la comunicacién. Esbozaremos muy someramente dos de las teorfas més reconocidas en este campo: la teorfa de Grice, mas tarde ampliada por los neogricea- nos, como Levinson y Harris; y la teorfa de la relevancia (pertinencia), propuesta por Dan Sperberg y Deirdre Wilson. Cuando iniciamos un acto comunicativo sabemos muchas cosas, tanto sobre el lenguaje como sobre el oyente. Sabemos que nuestro in- terlocutor —cercano, lejano o desconocido- va a escucharnos y a respon- dernos. Sabemos también que va a tratar de comprender aquello que deseamos comunicarle. Seguin la teorfa de Grice lo anterior sucede debido a que entre los in- terlocutores existe una suerte de acuerdo tacito para colaborar mutua- image not available image not available LA PRAGMATICA 129 Por otra parte, Mey, uno de sus mayores crfticos, afirma que las mdaximas propuestas por Grice ignoran las desigualdades sociales de los hablantes; en ese sentido las considera invalidas. Para Mey, esas desi- gualdades predominan en los intercambios comunicativos y no son excepciones a las reglas (“non observance”), como se ha sugerido. La con- versaci6n, para Mey, es Io que realmente ocurre en ella, sin contar a priori con los principios planteados por Grice. Sin embargo, no se puede ignorar la gran aportacién de Grice al me- jor conocimiento del uso lingiifstico: el planteamiento de interesantes cuestiones que han logrado que se vea desde una perspectiva diferente. Dan Sperberg y Deirdre Wilson, por su parte, proponen la teorfa de la relevancia (pertinencia): otra de las corrientes importantes dentro de la pragmitica actual. Esta teorfa sugiere otra via para explicar el proceso de comunica- ci6n lingiifstica. A grandes trazos, puede decirse que sostiene que la re- levancia es el unico principio posible para dilucidar el acto lingiifstico comunicativo; esto es asf porque se parte del principio de que atendemos anuestro interlocutor debido a que lo que nos comunica es importante pa- ra nosotros. Si no lo consideréramos como tal, no lo tomarfamos en cuenta. Segiin Grice los hablantes somos cooperativos y tenemos expectati- vas sobre el comportamiento del interlocutor. La teorfa de la relevancia se pregunta la causa de esta cooperaci6n, y considera que ésta se da por un cierto interés que consiste en que, a través de la comunicacién, enri- quecemos nuestro conocimiento del mundo. En otras palabras, la cooperacién que aportamos (atencién, tiempo, reflexién, etcétera) nos da algo, produce efectos cognoscitivos. El ha- blante espera que su interlocutor trate de ser “relevante”; que le diga al- go importante, interesante, de utilidad para él, y que a la vez no le pida un esfuerzo desmedido para comprenderlo. Esto es, “Cuantos mds efectos cognoscitivos produzca un enunciado y menos esfuerzo de inter- pretaci6n exija, mds relevante sera” (Reyes: 54). En su momento Grice se ocupé de la cuestién de la inferencia; la teo- rfa de la relevancia intents ir més all4 con su concepto de relevancia que, al ser un principio cognoscitivo, se considera como universal. De acuerdo con este postulado, la comunicacién lingiifstica est ci- mentada en un principio cognoscitivo universal dentro del cual se en- 130 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO cuentra la cooperacién. As‘, el principio de cooperacién es innecesario puesto que el principio de relevancia es suficiente para definir la comu- nicaci6n lingiifstica. Entre otras cosas, porque estd presente en todos los actos comunicativos intencionales. El contexto, la explicatura y la metdfora son conceptos importantes para la teoria de la relevancia. El contexto, que se considera desde un punto de vista psicolégico, es todo lo que sabe y lo que cree un individuo: desde conocimientos teéri- cos hasta la informaci6n que tiene sobre su interlocutor, pasando por sa- beres religiosos, sociales, econémicos, referidos a la situacién, etcétera. En este sentido la comunicaci6n, en gran medida, esté subordinada a los conocimientos previos que los hablantes comparten. El concepto de “explicatura” sirve para ampliar la distincién de Gri- ce entre “Io dicho” y “lo implicado”, conceptos que resultan algo impre- cisos, en la medida en que dejan a un lado el contexto que, en muchas ocasiones, es necesario para interpretar una expresi6n. La teoria de la relevancia de Sperberg y Wilson, a diferencia de la de Grice, propone tres niveles de significado: el convencional, lo dicho y lo comunicado. Esto se debe a que consideran insuficiente la distincién gri- ceana, puesto que para ellos “lo dicho” es la explicatura del enunciado, esto es, que no se compone sélo del significado literal, sino también del “resultado de las referencias de la desambiguacién y el enriquecimiento de algunas expresiones” (Reyes: 59). En el caso de, por ejemplo, la ex- presion “Hableme de usted”, para poder reconstruir la explicatura es necesario que el propio hablante elimine la ambigiiedad, afiadiendo mas informacién: “Prefiero el trato formal”, “Me interesa conocer su curriculum’... Entre otras cosas, esta teorfa se ocupa también del sentido figurado de la lengua -las metéforas y el doble sentido, entre ellas— a las que con- sidera implicaturas que requieren un mayor esfuerzo inferencial por par- te del oyente, pero que a la vez lo recompensan con mayores logros cognoscitivos. Esta forma de interpretacién del lenguaje cotidiano es exactamente igual -segiin la teorfa de la relevancia~ a la comprensién del texto literario: descifrarlo puede ser més arduo, pero también la gratificacién es mayor. Para terminar con este apartado citaremos unas palabras de Jacob L. Mey, que aparecen en el Prefacio de la Concise Encyclopedia of Pragmatics LA COMUNICACION 131 y que refuerzan lo que se ha venido delineando aqui. Cuando Mey ex- plica la forma en que se hizo la seleccién de los articulos que forman la enciclopedia, comenta que uno de los propésitos de ella es informar al lector sobre los principales temas de la pragmatica hoy en dia, y que el asunto central de todos ellos es el usuario de la lengua. Mas adelante afirma: the most important issue concerns precisely one of those activities: that of people talking together in conversation (which is more than just idly passing the time of day). Hence, conversation analysis looms large among the 274 articles that make up the bulk of the book. What we do in conversation, as in language use, is to write a blank check on our interlocutor’s account: we take it for granted that they will honor the claims we implicitly are forwarding, when we ‘take the floor’, as it is called. One of the major implications of this attitude is that it presupposes 4 minimum degree of cooperation as always been present; pragmatics such as Grice have codified this in a number of maxims that form the backbone of much of pragmatic thinking today!” (xvi). La COMUNICACION Antes de abordar la cuestién del enfoque comunicativo (EC) -de interés central para nosotros parece necesario acercarse, aunque sea somera- mente, a la comunicacién. Esto, con el objeto de reflexionar sobre sus puntos de vista acerca de la lengua y la comunicacién, asf como de con- tinuar observando la forma en que se entretejen los diversos hilos que forman el tapiz que es el enfoque. 1” La cuestién més importante se refiere precisamente a una de esas actividades: la de las perso- nas que entablan una conversacién (que es més que simplemente pasar el tiempo de una mane- ra insustancial). De ah{ que el andlisis de la conversacién destaque a lo largo de los 274 articulos que constituyen el grueso de la obra. Lo que hacemos en una conversacién, como en el uso de la lengua, es escribir un cheque en blanco a la cuenta de nuestro interlocutor, dando por sentado que é! respetard las demandas que implicitamente estamos planteando cuando “tomamos la pa- labra”, como suele decirse. Una de las implicaciones mayores de esta actitud es que presupone ‘que siempre existe un grado minimo de cooperacién: la pragmitica tal y como fue codificada por Grice en una cantidad de méximas forma la columna vertebral de buena parte del pensamiento pragmético hoy en dia. 132 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO De una manera muy general, K. L. Berge define la comunicacién co- mo el proceso en el que al menos dos personas intercambian informacio- nes, dentro de un contexto y situaci6n determinados. “More specifically” —dice Berge— “communication can be defined as a generic term covering all messages uttered in different contexts and situations”'® (140) . En el ambito mismo de las ciencias de la comunicacién, su descrip- cién resulta bastante imprecisa. Hay diversas definiciones que depen- den, claro esta, de otros tantos puntos de vista. Seguin especialistas en la materia, el mundo de la comunicacién ac- tualmente parece bastante confuso, en el sentido de que se siguen diver- sas direcciones y enfoques. Nos acercaremos brevemente a algunos mo- delos, considerados bdsicos por los estudiosos. El més sencillo de los todos es el modelo lineal que considera las language functions as a sort of channel, or tool for transfering a linguistic message from a source (or sender) to a destination (or hearer). This idea of communication has some of its roots in information theory’? (Berge: 40). Con el objeto de establecer una linea divisoria entre las teorfas de la informacién y las de la comunicacién, algunos filésofos del lenguaje afir- man que esta tiltima se caracteriza fundamentalmente por ser intencio- nal. Recordamos a Grice cuando sostiene que comunicarse significa el intento que hace el emisor de que su mensaje cause un determinado efec- to en el receptor. Sin embargo, no se pierde de vista que se han criticado los postula- dos de Grice, a los que se califica de vagos e imprecisos. En ese sentido el modelo lineal parece bastante frégil, dado que no se ve la posibilidad de construir una teorfa de la comunicacién a partir de él. Un segundo modelo, el circular o dialégico, parte del principio de que para llevar a cabo la comunicacién no basta con que el emisor manifies- te su intencién en un mensaje que produzca efecto en el receptor; éste también debe ser una parte activa de un proceso consciente de interpre- 18 Mas especificamente, la comunicacién se puede definir como un término genérico que cubre todos los mensajes producidos en los diferentes contextos y situaciones. 19 funciones de la lengua como una clase de canal o herramienta para transferir un mensaje lin- gilfstico desde una fuente (0 emisario) hasta un destino (u oyente). Esta idea de la comunicaci6n tiene algunas de sus rafces en la teoria de la informacién. LA COMUNICACION 133 tacién, es decir, debe involucrarse en todo ese proceso para que el men- saje llegue a su término. Asimismo, es necesario que el receptor manifieste de alguna manera que se logré el efecto deseado por el emisor: hablando, gesticulando, ac- tuando, etcétera. De esta manera, el emisor comprueba que lo que emi- tié es verdaderamente un mensaje, puesto que fue recibido. Si no fuera as{ podrfa parecer que el emisor habla solo. Entonces, del mismo modo que el receptor acusa recibo, por asf decirlo, de la llegada del mensaje, también el emisor, debe obtener un aviso de que se ha recibido su men- saje: una forma de respuesta a su mensaje. En este modelo circular, como su nombre lo indica, la comunicacién se ve como un sistema de preguntas y respuestas, un tipo de coopera- cién en el que los dos interlocutores estén activamente organizados en la construccién del mensaje. Se trata, entonces, de un proceso de cons- truccién que avanza a medida que continua la interaccién entre los par- ticipantes. La diferencia con el modelo anterior es que no se trata s6lo de la transferencia de intenciones que utiliza la lengua como su herramienta, sino de un proceso dindmico y creativo. Lo que si comparten ambos modelos es el concepto de intencién: que ambos comunicadores tratan de participar en la conversacién y que aceptan los principios conversacionales. Un tercer modelo se conoce como modelo de retroalimentacién. A dife- rencia de los dos anteriores, en él no se considera en lo absoluto el con- cepto de intencién. Estos estudiosos proponen un modelo mucho més abierto y general en el que la comunicacién incluye todos los procesos que utilizan los seres humanos para influir unos sobre otros. Para ellos la interaccidn entre los seres humanos es como una suerte de necesidad que se basa no sélo en el deseo de comunicar sino también en el de interpretar; en este sentido puede verse como parte de la percepcién. Toman en cuenta los principios de reciprocidad como requisitos bésicos para que se dé la comunicacién, pero no consideran que estén gobernados por reglas (como lo piensa Grice) ni por la bisqueda de co- nocimientos mutuos (como sugiere la teorfa de la relevancia). Ellos pien- san que una persona no puede compartir las experiencias de otros ni sus pensamientos e intenciones; consecuentemente, al no ver estas tltimas como una precondici6n para la informacién resulta dificil distinguir en- tre informacién y comunicaci6n. 134 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO El modelo autorregulador es una version del modelo anterior, pero Ile- vada a su extremo. Para los seguidores de este modelo los interlocutores no se comunican para crear y transterir un mensaje, sino para integrar los elementos de una situacién comunicativa que contribuya a la auto- rregulacién y autocreaci6n. Estas son una manera de crear una forma de interaccién individual, personal: A basic goal of this self-regulation or autopoesis is to create a difference with respect to all other (real or potential) communicators. In this sense, communication is necessary for the individual in order to be constituted as an individual” (Berge: 142). Estos estudiosos consideran el didlogo sélo como un tipo de comuni- cacién entre varios, ya que conceden atencién también a los textos escritos que se ven como més comunicativos y creativos. En este sentido parecen tener una visién mas avanzada de los mensajes lingiiisticos. Comunicacién y lengua Este sencillo esbozo de algunos modelos que propone la comunicacién nos Ileva a indagar un poco sobre la manera en que los comunicadores ven la lengua y su relacién con la comunicacién. Cuestién de gran im- portancia para quienes estamos explorando el campo de la educacion. Se valen de los términos objetivismo abstracto y escepticismo para refe- rirse el primero a la visién tradicional sobre la lengua y el segundo a los criticos de ella, quienes consideran que la comunicaci6n debe jugar un papel mucho mas importante en el estudio e investigacién lingiifsticos. De acuerdo con la visién llamada objetivista abstracta, la lengua es un sistema invariable de significaci6n, finito y relativamente estable; en otras palabras, un sistema que cumple una tinica funcién: la socializa- cin, La relacién entre ese sistema de significacién y las expresiones pro- ducidas por un hablante se considera como una oposici6n (langue/parole, schemalusage, competencia/actuacién); por lo tanto, sugieren que la lengua debe estudiarse como sistema, en forma metédica 0 no estudiarse en lo absoluto. 2 Una meta basica de este modelo de autorregulacién 0 autopoesis consiste en crear una dife- rencia en relacién con todos los demas comunicadores (reales o potenciales). En este sentido, la comunicacién es necesaria para el individuo para que pueda constituirse como individuo. LA COMUNICACION 135 Por otra parte, la lengua se ve como una precondicién para la comu- nicacién, sea una gramitica o un cédigo de algiin tipo que definen la di- ferencia entre lo significativo y lo no significativo. El codigo se considera necesario para poder transmitir un mensaje. Aesta posicién objetivista abstracta entre el sistema de significacién y las expresiones derivadas del sistema se oponen rotundamente dife- rentes grupos de estudiosos, los escépticos. El primero de ellos lo conforman los fildsofos del lenguaje comin! ~a algunos de los cuales nos hemos referido antes: Austin, Searle, Grice- que rechazan el concebir la lengua como un simple sistema de significa- dos. Esto en principio les parece imposible ya que para ellos el significado de una expresi6n esta determinado por un gran numero de componentes: la situaci6n comunicativa (que ademés sufre cambios frecuentes), la in- tenci6n, el contexto fisico y las restricciones situacionales, etcétera. Otro grupo de estudiosos que se opone a la visién objetivista abstracta asegura que la comunicacién debe verse como determinante de la lengua. La comunicacién (el conjunto de mensajes, no de expresiones lingiifsticas) es anterior y precondicién del sistema de significacién, y no al contrario. Un tercer grupo sostiene que los elementos que se ven como una opo- sici6n son mas bien complementarios. Seguin ellos la lengua es las dos cosas: sistema de significacién y de comunicacién (conjunto de mensa- jes), que deben entenderse a partir de la relacién mutua que establecen, ya que aisladamente no serfa posible hacerlo. Conciben el fenémenc lingiifstico como un proceso y como un producto a la vez. El proceso es la comunicacién de mensajes; el producto, el sistema de significacién. Se considera éste como un sistema abierto 0 semiosis, sistema que no es finito, sino abierto a modificaciones de diversa indole como la reestruc- turacién y la creatividad. Entonces, el sistema de significacién tiene la for- ma de una gramatica variacional, un sistema de potencialidades multi- funcionales que hacen posibles la variacién y las regularidades. Sin em- bargo, estas tltimas no se pueden describir como reglas abstractas, sino como normas sociales, esto es, convenciones vagas fundamentadas en la 21 Se trata de una perspectiva filoséfica asociada principalmente a J. L. Austin y sus seguidores alla cual, en ocasiones, se le ha dado este nombre. Austin (1957) recomendé a los fildsofos anglo- hablantes estudiar los significados y los usos de las palabras sobre la base de que el lenguaje co- miin de los hablantes de las comunidades inglesas expresan “Ia experiencia y la sagacidad here- dadas de muchas generaciones de hombres” (Cf. L. J. Cohen: 35-36). 136 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO comunicacién. Mas especificamente, se considera la lengua como una red de relaciones, una red sistémica y no simplemente un sistema de reglas. Lengua y comunicacién Cémo es concebida la comunicaci6n por la ciencia lingiifstica? Qué pa- pel ha jugado en la investigacién sobre la lengua? Salvo en contadas excepciones, el fenémeno de la comunicacién no fue un importante objeto de estudio dentro de la investigacién lingiifstica. La comunicacién, por lo general, se vefa como una de las posibles funciones de la lengua y se le otorgaba un peso ciertamente menor dentro de la cien- cia lingiifstica. Sin embargo, esto ha cambiado durante las tltimas décadas. Entre las escuelas 0 estudiosos que le dieron importancia a la comu- nicacién, podemos sefialar, por ejemplo, a los soviéticos preestalinistas, a Ja Escuela de Praga y a la lingiifstica funcional. Los soviéticos preestalinistas En la vida intelectual de la época preestalinista, surge un grupo de estu- diosos que comparten una misma visi6n sobre el lenguaje, la cognici6n y la comunicaci6n: el filésofo Voloshinov, el psicdlogo Vygotsky y el cri- tico literario Bajtin. Todos ellos —cuya postura se conoce como el dialo- gismo semiético soviético— atacaron las ideas basicas del objetivismo abs- tracto; esto es, la visién tradicional sobre la lengua, considerada como un sistema invariable de significacién, finito y relativamente estable que de- be ser analizado como sistema, en forma metédica y rigurosa. Parten de una idea basica: la lengua es esencialmente dialdgica. Esta dialogicidad no debe confundirse con el uso externo e instrumental de la lengua; es dialégica en su sentido més radical, es decir, debido a la calidad dialéctica interna del signo lingiifstico. El emisario y el receptor estén integrados como parte de la naturaleza de la lengua; ésta nunca existe como un sistema cerrado, unifuncional; por el contrario, es un proceso de comunicacién. Este proceso se caracteriza ademds por las no- ciones de multiacentualidad, heterogeneidad, polifonia, intertextualidad y, en particular, voz (voicing), todas ellas referidas a la naturaleza social de la lengua. En la comunicaci6n la lengua nunca aparece como una voz tinica (single-voice): la situacién, la tradicién, las relaciones de poder entre los comunicadores, entre otras cosas, dejan todas su marca en el ‘LA COMUNICACION 137 mensaje. Entonces, la lengua en realidad es esta mulliplicidad de voces (multivoiced), mensaje o proceso de habla. Los dialogistas soviéticos ven la naturaleza de la lengua como tunda- mentalmente social. El estudio del plano del contenido de los mensajes forma parte del estudio de la ideologfa; mientras que el objeto de estu- dio en el plano de la expresién son los llamados géneros de habla (didlo- go, discurso, relato, etcétera). En consecuencia, incluso la cognicién se interpreta como un proceso de comunicacién 0 como lo que se ha Ilamado discurso interno (inner speech). La cognicién o pensamiento sélo es posible a través de la lengua, y sta es un proceso de interaccién. La Glosemitica y el Circulo de Praga Otras contribuciones importantes sobre el estudio de la lengua en rela- cién con las funciones comunicativas se deben a la Glosemitica, a Hjelmslev en particular? Tradicionalmente se entendia por funcién el valor que adquiere un elemento lingiifstico dentro de una estructura sintdctica 0 seméntica, debido a su relacién con otro elemento. En cambio, para Hjelmslev la funcién es la relacién que existe entre dos elementos: la expresion y el contenido. Cuando se trata de enunciados, la funcién se ve como la fina- lidad que tiene el enunciado visto como acto comunicativo: funcin apelativa: su finalidad es influir en el interlocutor para que realice algo; © funcién referencial: su objetivo es informar sobre cierto estado de cosas, y * funcién expresiva: manifiesta estados de 4nimo del emisor. Lo anterior nos Ieva a Jakobson y su esquema de la comunicacién conformado por seis elementos: el emisor, el receptor, el mensaje, el con- tacto (0 canal), y el cédigo; y seis funciones del lenguaje, asociada cada 2 Entre las obras principales de este autor se puede mencionar: Prolegémenos de una teoria de len- ‘guaje, Gredos, Madrid, 1971; El lenguaje, Gredos, Madrid, 1971, y Ensayos lingitsticos, Gredos, Madrid, 1972. 138 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO una con uno de los elementos: funcién expresiva (emisor), funcién cona- tiva (receptor), funcién referencial (contexto), funcién poética (mensaje), funcién fatica (contacto), funcién metalingiifstica (cédigo). Estas funcio- nes de la comunicacién parten de la consideracién de que los fines con- cretos de la comunicacién son la meta fundamental del lenguaje. ESQUEMA DE LA COMUNICACION DE JAKOBSON funcién referencial (contexto) funcién, funcién funcién expresiva ———————_ poética ——-———_ conativa (emisor) (mensaje) (receptor) funcién fatica (contacto) funcién metalingiifstica (cédigo) LA COMUNICACION 139 © La funcién expresiva (o emotiva) tiene como finalidad manifestar el estado de Animo de quien habla; asf, el mensaje est4 centrado en el emisor. * La funcién referencial est4 centrada en el contexto, como cuando se habla de la vida, de la situacién, del mundo, etcétera. © La funcién conativa tiene como finalidad establecer relaciones entre el emisor y el receptor. Esta focalizada en este ultimo. © La funci6n fatica sirve para establecer la comunicaci6n, para prolon- garla o para verificar si funciona el canal o contacto en el cual esta centrada. La funci6n metalingiiistica es aquélla en que se usa la lengua para ha- blar sobre ella misma. Esté centrada en el cédigo. * Dirigida al mensaje, la funcién poética se emplea para llamar la aten- cién hacia la forma misma del mensaje. Por otra parte, el Circulo de Praga tampoco limité su estudio de la lengua a expresiones aisladas en las llamadas “situaciones normales”. Por el contrario, se enfocé a un buen numero de diferentes tipos de co- municaci6n humana en los que la lengua se emplea como una herramien- ta, como, por ejempla, la literatura y el cine. Al estudiar la comunicacién desarrollan una teorfa de la sintaxis, y formulan la distincién entre tema y rema. Estos términos se refieren a diferentes cualidades lingiifsticas dentro del mensaje. El tema se refiere al segmento de la expresién que contiene la informacién ya conocida; el rema, a los elementos del mensa- je que el emisor supone desconocidos para el receptor. Igual que los dialogistas soviéticos, aunque quizd de una manera me- nos radical, los praguenses se negaron a reducir la esencia de las funcio- nes de la lengua a una representacién intelectual. Para ellos, la lengua es un potencial multifuncional y sus diferentes funciones estén gramatica- lizadas en diferentes estratos del sistema lingiifstico. Mas todavia, cada expresin individual de una lengua se ve como un potencial que se reduce y adquiere una estructura coherente durante el proceso de interpretacion. Esta, entonces, se realiza de acuerdo con una eleccién més o menos cons- ciente de lo que se ha llamado “dominante”: se selecciona la funcién que se considera mas importante en el mensaje entre las otras posibles fun- ciones de una expresién, en una situacién comunicativa especifica. De esta manera fue como Jakobson explicé la cualidad poética del lenguaje: no como algo extrinseco, sino como una cualidad inherente. 140 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO El funcionalismo Por tiltimo, y asociado con lo anterior, al mencionar a los lingiiistas o es- cuelas que se han ocupado de la comunicacién no podemos ignorar el funcionalismo: corriente lingiifstica que se opone al formalismo (que pretende explicar la organizacién general y abstracta de la lengua enten- dida como cédigo o sistema).23 Los funcionalistas, por el contrario, tienden a realizar descripciones funcionales de la lengua; en otras palabras, analizar las funciones de la lengua vista esta ultima como instrumento de comunicaci6n. Afirman que es imposible dominar o comprender algo, sea lo que sea -la lengua, en este caso-, si no se conocen antes los usos, fines 0 funcio- nes de ese objeto. Para ellos la lengua es un instrumento de accién social a la vez que una actividad, cuya finalidad general es la comunicaci6n, y sus finalidades especificas, las funciones. Esto es de suma importancia para el funcionalismo ya que, como se dijo antes, consideran la lengua como un sistema de instrumentos de expresién empleados con una fina- lidad; en consecuencia, el andlisis lingiifstico deberd Ilevarse a cabo des- de el punto de vista de la funcién. El funcionalismo se considera actualmente como uno de los caminos més prometedores para llegar a una explicacién de la lengua. Como ejemplo de la corriente funcionalista, citaremos a Halliday y su gramatica sistémica. Halliday parte de la base de que las lenguas se de- sarrollaron para satisfacer necesidades humanas; en consecuencia, la gramatica nos debe explicar cémo se usa la lengua. Es por ello que se les ® Dentro de esta corriente no se recoge un grupo homogéneo de modelos de descripcin gramati- cal. Se concepttian como funcionales “tanto los trabajos surgidos de las directrices gramaticales de la escuela de Praga, como la Gramética sistémica de M.A-K. Halliday, el funcionalismo ‘realista’ més tradicional, de A. Martinet, la denominada, especificamente, Gramética funcional de S. Dik, 0 las gra- ‘miticas ‘funcionales’ més préximas al concepto de funcién desarrollado por Hjelmslev”. (Alcaraz y Martinez, 278,279.) Obras representativas: M.A.K. Halliday, Explorations in the functions of language, Edward Amold, Londres, 1973; El lenguaje como semitica social. La interpretacién social del lenguaje y del significado. RCE, México, 1982. André Martinet, El lenguaje desde el punto de vista funcional, Gredos, Madrid, 1971; La lingiistica, Anagrama, Barcelona, 1972; Estudios de sintaxis funcional, Gredos, Ma- drid, 1987; Sintaxis general, Gredos, Madrid, 1978. S.C. Dik, Studies in Functional Grammar, Academic Press, Londres, 1980; Gramdtica funcional, Sociedad General Espafiola de Librerfa, S. A., Madrid, 1981. 24 Término acufiado y desarrollado por M. A. K. Halliday en la década de los sesenta. Su gramé- tica se inscribe en el Ambito del funcionalismo que considera que nada se puede comprender por completo si no se conocen los usos, fines o funciones del objeto que se estudia. La COMUNICACION 141 da gran importancia a las funciones comunicativas y a los aspectos so- ciales de la lengua. También afirma Halliday que el sistema lingiifstico es como una red de opciones interrelacionadas, debido a lo cual la grama- tica sistémica debe ser una teorfa de la construccién de significados como eleccién. El mismo se refiere a su teorfa como una gramatica etnogrdfica o descriptiva de la lengua, lengua vista como el producto de un proce- so social, como una realidad social que se codifica a la manera de un sis- tema seméntico. Considera que la lengua es sélo uno de lo varios sistemas que cons- truyen la cultura; sin embargo, también apunta que la lengua es uno de los mas importantes entre ellos, puesto que el resto de los sistemas se- mi6ticos esté necesariamente mediado por ella. Halliday se esfuerza por explicar la estructura de la lengua como una consecuencia del didlogo social, del cual, de algtin modo, es una abstraccién. Sin embargo, este proceso dialégico no es un proceso mo- nolftico, sino el desarrollo de diversas realizaciones en los diferentes niveles lingiifsticos. Su teorfa, una teorfa de la construccién de signifi- cados, estd estructurada, como se dijo antes, como una red de opciones interrelacionadas. El producto del proceso social es el “c6digo” para cuya explicacién es esencial considerar el comportamiento humano. En palabras de Halliday “el sistema est determinado por el proceso”. Sin embargo, no se trata de un proceso monolitico, la lengua desarro- Ila realizaciones caracteristicas en sus diferentes niveles, de acuerdo con lo que Halliday llama “patrones de congruencia”. Asi, la teorfa de la lengua de Halliday esta estructurada como un sis- tema de red, en el cual la expresién plena se ve como una manifestacién de la eleccién de un significado de un sistema seméntico (la realidad so- cial codificada). A pesar de que la nocién de “eleccién’” es central para Halliday no debe confundirse con un acto consciente de eleccién, debe entenderse como un término que se refiere a la naturaleza procesual del sistema sociosemistico de la lengua (véase Halliday, Language as a Code and Language as Behaviour). Conexiones entre lengua y comunicacién Nos acercaremos ahora a la relacién que existe entre la comunicacién y la lengua, siempre desde la perspectiva de las ciencias de la comunica- 142 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO cién. Consideran estos estudiosos que, a partir de la historia de Ia lin- giifstica moderna, el punto de vista objetivista abstracto puede calificar- se como la manera tradicional de ver las cosas. Como ya sefialabamos antes, el objetivista abstracto tfpico ve la lengua como un sistema inva- tiable de significacién, finito y relativamente estable; es decir, como un sistema unifuncional, meta de la socializaci6n; 0 como una instituci6n social (la “langue” de Saussure), 0 una gramdtica universal innata (la “competencia” de Chomsky). La relaci6n entre el sistema de significa- cién y los enunciados se concibe como una oposicién: o se estudia la len- gua sistemdticamente (esto es, como un sistema de significacién) o no se estudia en lo absoluto. Desde esta éptica, la lengua es algo que precede a la comunicaci6n. El acercamiento al estudio de la comunicacién puede llevarse a cabo de dos maneras diferentes. Por un lado, conceptualizarla como un térmi- no genérico para las realizaciones lingiifsticas, esto es, como sinénimo de actuaci6n, usage y parole. Por otro, la comunicacién puede verse como el contexto en el que se usa la lengua entre las comunidades que producen ejemplos de expresiones lingiifsticas propias del esquema de significa- cién, es decir, del sistema de la lengua. En ambos puntos de vista, la lengua se concibe como una precondi- cin para Ja comunicacién, ya sea como una gramatica que estructura simbolos verbales 0 como un cédigo de algiin tipo que define la diferen- cia entre lo que tiene o no significado. El c6digo es necesario para que los comunicadores transfieran tn mensaje, como en el madela lineal; leven a cabo un didlogo, como en el modelo circular; interacttien con otro, co- mo en el modelo de la retroalimentacién, 0 alcancen un estado de auto- poesis, como en el modelo autorregulatorio. Existe, por otra parte, una visién escéptica, una de cuyas caracte- risticas es “the radical critique to the abstract objectivist opposition between the system of signification and the utterances derived from the system”?5 (Berge: 143). Desde tres angulos diferentes —no necesariamente compatibles— los escépticos refutan la oposicién objetivista abstracta entre el sistema de significacién y las expresiones derivadas del sistema. En las tres postu- 5 La critica radical a la oposicién objetivista abstracta entre el sistema de significaci6n y las rea- lizaciones derivadas de sistema, image not available 144 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO proceso de significacién, cuya variaci6n es un indicador de los conflictos entre los diferentes e incompatible esquemas de significaci6n. Un tercer grupo de estudiosos sostiene que los elementos que en los puntos de vista anteriores se ven como una oposicién son complementa- rios uno del otro. La lengua es ambas cosas, un sistema de significacion y un sistema de comunicacién (entendido éste como un conjunto de mensajes); esta relacién no puede entenderse de una u otra de las mane- ras. Asi, el fendmeno lingiifstico se concibe al mismo tiempo como un proceso (la comunicacién del mensaje) y como un producto (el sistema de significacion). Como sistema de significaci6n, la lengua se ve como un sistema abierto o semiosis. Este sistema no es finito, sino que, como una realidad social que es, esta abierto a modificaciones de diversas clases, tales como la reestructuracién y la creatividad durante la comunicacién. Asf, el sistema de significaci6n tiene la forma de una gramatica variacional, un sistema de potencialidades multifuncionales que permiten una variacién ordenada y unas regularidades flexibles. Estas regularidades no pueden describirse en forma de “reglas” 0 “principios” abstractos 0 algo seme- jante, sino como normas sociales e incluso como fuentes potenciales; es- to es, convenciones abstractas fundamentadas en la comunicacién. Mas espectficamente, la lengua se concibe como una red de relaciones: una red sistémica, no como un sistema de reglas. Desde el punto de vista de la comunicaci6n, la lengua puede consi- derarse como una elaboracién y/o modificacién socialmente controlable de una realidad establecida antes, es decir, como un sistema ya interna- lizado. Pero la comunicacién como lenguaje puede también concebirse como la creacin de ese sistema. Esto puede observarse durante el pro- ceso de adquisicion de la lengua materna. A lo largo de este proceso, el nifio no se ve como un agente pasivo, sino como un organismo activo, que busca significados y que trata de adaptarse a sf mismo ~a través del didlogo y la interaccin o del proceso autorregulador- a un medio am- biente, asf como a los otros comunicadores que interacttian con él. La comunicacién como proceso social La comunicacién interpersonal, vista como un proceso social, ha sido también analizada desde la 6ptica particular de la psicologia social, dis- La COMUNICACION 15 ciplina preocupada por explicar la comprensién de los comportamientos sociales, a partir de la interaccién entre los individuos. Estos estudiosos se proponen el andlisis de las dos formas de comunicaci6n, verbal y no ver- bal, como una unidad, ya que las consideran interdependientes. Desde la perspectiva sociopsicol6gica se rechaza la separaci6n de lo verbal y lo no verbal, que con frecuencia se ha Ilevado a cabo con fines de estudio. Consideremos las palabras de Ricci y Zani a propésito de lo que se viene diciendo: El anilisis de los modos en extremo complejos con que los hom- bres se comunican a nivel verbal y no verbal requiere, antes que nada, penetrar en el mecanismo de la comuntcacidn, con el fin de indagar la estructura de la interaccién humana en sus elementos constitutivos, y luego aproximarse al problema del funciona- miento de la comunicacién para poner de relieve los aspectos di- ndinivus de su proceso (19). Cabe afiadir que para ellos la lengua no es simplemente un proceso cognoscitivo, es ademds un “comportamiento simbélico” y una activi- dad social. Pero, “al propio tiempo es vehfculo de preservaci6n, a la par que modifica de continuo la realidad subjetiva del individuo mediante el aparato de la conversacién” (93). Para comprobar lo anterior basta reflexionar sobre el papel que desem- pefia la lengua en el desarrollo del nifio. Por medio de la interaccién verbal el nifio recibe todas las informaciones sociales necesarias para conocer las formas de pensar y actuar, las normas y valores propios de los adultos. La psicologia social se dedica entonces al estudio de la comunicacién como una de las vias para alcanzar la comprensién del comportamiento de las personas. El proceso de comunicacién deja de considerarse como una abstrac- ci6n en la que se separa la lengua de su naturaleza comunicativa para dar paso al interés sobre como se usa la lengua en las diversas activi- dades, y la manera en que se relacionan los varios usos con diferentes situaciones. La psicologfa social puede proporcionar el cuadro conceptual adecuado para volver explicitos y analizar rigurosamente la fun- cién comunicativa del lenguaje, el cardcter social de su produc- ci6n, el vinculo entre la organizacién social considerada desde 146 ANTECEDENTES DEL ENFOQUE COMUNICATIVO unt puny de viota institucional e ideulogivo y las reglas que go- biernan el comportamiento verbal (Moscovici (1972) citado por Ricci y Ditti, 1990. 124). Esta disciplina, interesada en la producci6n 0 generacién de signos, reglas y hechos lingiiisticos, considera los datos lingiifsticos de dos ma- neras diferentes: como indicadores de la relacién que existe entre los ha- blantes © como una cadena de signas lingiifsticos vista como el medio para transmitir informaci6n. En el primer caso, los datos lingiifsticos, -considerados como fndice— son concebidos a la manera de signos exter- nos que comunican posicién social, papel que desempefia un individuo frente a otro. Estos signos externos podrian compararse con otros que co- munican las mismas actitudes o diferencias dentro de una estructura so- cial; por ejemplo, la forma de vestir. Su punto de partida es el andlisis de la competencia camunicativa, que segtin la definicién de Zuanelli Sonino, citada por Ricci, es el “con- junto de precondiciones, conocimientos y reglas que hacen posible y ac- tuable para todo individuo el significar y el comunicar” (19). Siendo asi, para que sea posible analizar la comunicacién es impor- tante describir la CC en toda su complejidad. Esto significarfa: a) formular una determinada teoria de la ejecucién, en el sentido de considerar la acciGn lingiifstica como momento y hecho glo- bal en interaccién con un contexto determinado que la condicio- na de diversa manera (...) b) considerar como importantes y no marginales otros significados, ademas del referencial y cognosci- tivo del mensaje (...) c) analizar para qué sirven los mensajes lin- giiisticos, cuéles son las funciones de la comunicacién (Ricci y Bitti, 1990: 20). Lo anterior debe formar parte de una teorfa de la competencia comu- nicativa y eventualmente de una gramética, cuyo criterio fundamental tiene que ver mas con la propiedad que con la aceptabilidad. A pesar de que mucho se ha avanzado ya en este camino, falta un enorme tramo por recorrer. Pensar en la construcci6n de esa “gramdatica de la competencia comunicativa” lleva a reflexionar sobre la cantidad de factores que habria que tomar en cuenta, dado que consideran que la CC est4 formada por una serie de competencias que, adems se relacionan entre sf.

Das könnte Ihnen auch gefallen