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CONTENIDO
Editorial
Reflexiones sobre ciencia y fe
Bioética
¿Es el embrión un ser humano?
Educación
En torno al desarrollo de habilidades de pensamiento
Tecnología
La red en la escuela
Medicina
El humanismo en el ejercicio médico
Educación
PORTADA:
¿Se ha convertido la escuela en un campo de batalla? "La escuela de Atenas" (detalle) de Rafael Sanzio de Urbino
(1483 - 1520).
Filosofía
¿Por qué es necesario filosofar?
Educación
Familia y escuela unidas contra las drogas
Reflexiones
sobre fe y ciencia
Por: Ernesto Ávalos López
APENAS AL ABRIR LAS PÁGINAS del libro “Hombres que vuelven a la Iglesia”, de Severing Lamping (1945), topé con un
párrafo que me resultó bastante revelador. Dice el autor en cuestión: “La verdad no se fabrica artificialmente. Se nos
presenta, por el contrario, como cosa dada. Se puede prescindir de ella por ignorancia o por malicia, pero no se la puede
cambiar ni desviar en su ser ni en su manera de ser. Frente a todos los conatos de falsificación y oscurecimiento se
afirmará siempre victoriosa la verdad, aun cuando para ello tuvieran que pasar milenios” 1.
Ciertamente que no es nuevo lo que Lamping nos señala, muchos pensadores a lo largo de la historia habían llegado
ya a las mismas conclusiones, pero es contundente en la afirmación y por lo mismo nos resulta singular el asunto y nos
servirá como punto de partida para hacer algunas reflexiones sobre la relación actual que guardan la ciencia y la fe.
Ante el fracaso iluminista y modernista contemporáneo para dar sentido a la vida, la humanidad atraviesa por una
época de tanteos en busca de nuevos valores y principios. Pero, en esa búsqueda, parece que el hombre marcha a
ciegas, sin alguna luz que le ilumine en el camino. Y es que la gran fatalidad, o por lo menos así se percibe en esta
vorágine de los tiempos
modernos, es que se cree y
se vive como si la verdad
dependiera del hombre -y
más aún, de cada hombre en
lo individual- y no que el
hombre depende de la
Verdad.
En esa confusa visión del mundo, se nos plantea la relación entre ciencia y fe como una contradicción insoluble, que
pretende sostener la aniquilación de la fe por la omnipoderosa tecno-ciencia. En palabras del publicitado científico
contemporáneo Carl Sagan, esta versión de la ciencia sería en el siguiente tono: “Desde que el nacimiento del universo
puede ser explicado por medio de las leyes de la física, un supuesto Dios creador se ha quedado sin trabajo que hacer” 2.
Está por demás advertir que esta clase de hombres tiene una fe ciega en el progreso, pero desprecia y reniega de su
Creador, sin admitir como válidas otras formas del conocimiento que no sean las de las ciencias fácticas. Como se podrá
comprender, los cientistas, en su desesperada búsqueda del conocimiento, han marginado la esfera sobrenatural de su
quehacer científico y de nuevo lanzan a los cuatro vientos el grito de “non serviam” que otrora pronunciara Luzbel, pero
ahora proferido por el hombre, en un loco afán de usurpar un sitio que no le corresponde.
Parece, incluso, que el concepto de ciencia ha sido trastocado radicalmente, limitándose a lo útil, dejando de lado el
saber, en aras del lucro o de la vanidad; convirtiéndose, de genuino esfuerzo del hombre por descubrir la verdad, en un
mero acervo de información. La concepción actual de la ciencia, la de consumo popular por decirlo de alguna manera,
es que ésta es algo casi mágico, que tiene la clave de un mundo mejor, en donde los males del ser humano quedarán
excluidos, es decir, la ciencia tendría la clave para instaurar un nuevo paraíso terrenal en lucha contra el Paraíso
prometido por nuestro Redentor.
En este sentido, el mundo en que vivimos se vuelve cada vez más dependiente de la tecno - ciencia. Resulta
innegable que la ciencia y la técnica están presentes en bastos territorios de la vida concreta de la sociedad, y en
consecuencia del hombre particular, desde los niveles más elementales hasta los más complejos. Desde los más ínfimos
artificios que se han inventado para “hacer más fácil y cómoda” la vida del hombre, hasta las más elaboradas herramientas
para escudriñar y explicar los fenómenos de la naturaleza, nos dan clara muestra de ese deslumbrante y en apariencia
avasallador, avance de la ciencia y la técnica.
En la antigüedad los filósofos y hombres de ciencia, ansiosos de conocer debieron iniciar sin más elementos que la
realidad y su intelecto. Se conmovieron ante las fuerzas de la naturaleza y ante el misterio que muchos fenómenos
representaban para ellos, pero a tanteos fueron develando algunos porqués; mas este proceso no terminó, y aún sigue la
búsqueda de causas.
Tal como lo afirma, con pleno conocimiento
de causa, Heisenberg: “Los conceptos
científicos existentes siempre abarcan solo una
parte limitada de la realidad, y la otra parte que
aún no ha sido comprendida es infinita”3.
Y si el conocimiento científico es conocimiento de causas, entonces, como dice Sertillanges, “la ciencia es un
conocimiento por las causas... Los detalles nada significan; los hechos tampoco; lo que importa son las dependencias,
las mutuas influencias, las vinculaciones, los intercambios que constituyen la vida de la naturaleza. Pero, por sobre todas
las dependencias, existe la dependencia primera; en el nudo central de todas las vinculaciones, está el supremo Vínculo;
en la cumbre de todas las ramificaciones, está la Fuente; bajo los intercambios, el Don...”6 y se pregunta Sertillanges:
“¿No es indispensable, por tanto, que el espíritu se refiera a todo eso incesantemente, y no pierda ni por un momento el
contacto con lo que es el todo de las cosas, y en consecuencia también de la ciencia?” 7.
A lo cual respondemos que sí: la ciencia del creyente le permite solazarse con la grandiosidad del Creador. Creemos,
como nuestros maestros nos han enseñado, que mucha ciencia conduce al científico a Dios y, por el contrario, el solo
probar de las migajas de la ciencia lo aleja de Él casi de manera inexorable.
Así como la hiedra, entrelazada con un árbol, puede alcanzar grandes alturas, y carente de ese sostén, seguro
terminará por los suelos y será fácil presa de los pasos de los transeúntes, de igual manera nos parece que sucede con
la ciencia: afianzada en el tronco de la fe, bajo el amparo del Verbo, la ciencia puede alcanzar alturas extraordinarias;
pero sin esa fuerza sobrenatural, como desafortunadamente parece estar en nuestros días, se contentará con experimentar
logros efímeros y parciales.
De este modo, nos parece despejado el camino para el entendimiento entre fe y ciencia, al tiempo que vislumbramos
la destrucción de la falsa oposición planteada por los cientistas. Indudablemente, la tarea del científico es difícil, vive en
medio de un estado de permanente tensión espiritual, buscando las huellas del conocimiento para, a través de ellas,
alcanzar la verdad. Pero, tiene su recompensa, en medio de ese camino, en la búsqueda de la verdad, el hombre de
ciencia seguramente tendrá la oportunidad de maravillarse ante la innegable presencia de Dios; siempre habrá un
momento en la vida del científico, por lo menos en la del científico que actúe con ánimo sincero de alcanzar la verdad, y
con un espíritu que por lo menos esté abierto y dispuesto a recibir la luz de la fe, en que caerá de hinojos, ante la
evidencia de la existencia de Dios, de su Omnipotencia y de su Providencia.
Al final, aun cuando deban pasar milenios, como decía Lamping, la verdad saldrá airosa de esta batalla y con ella la
humanidad se liberará auténticamente, pues está ahí la promesa evangélica de que “la verdad nos hará libres”.
_________
REFERENCIAS:
1) Severing Lamping (1945), “Hombres que vuelven a la iglesia”, Ediciones y publicaciones españolas, Madrid. P. 9.
2) Citado en: “Cómo ven los científicos a Dios”, en Muy Interesante, Año XVII, No. 7. P. 26.
4) Citado por Héctor Jorge Padrón, “Tecnociencia y ética”, en Anales de la Corporación de Científicos Católicos, Ano II, No, 2, p. 47.
5) Sáenz, Alfredo, P. (1995), “Ciencia y misterio”, homilía publicada en Anales de la Corporación de Científicos Católicos, 1996, No. 2, p. 23.
6) A.D. Sertillanges (1994). “La vida intelectual”, Porrúa, Sepan cuántos No. 437, p.22
7) Idem.
BI0ÉTICA
a) El cigoto cuenta con las especificaciones genéticas codificadas y posee, por tanto, todas la potencialidades para el
desarrollo de un nuevo ser humano.
1.- El embrión debe ser considerado, desde los primeros instantes de la vida como una persona y recibir el respeto
debido a toda persona, según los derechos del hombre.
2.- Toda atentado a la vida biológica o a la humanidad del embrión es un atentado directo al hombre que es.
La mirada del médico o del biólogo frente al embrión, no puede ser más que una mirada de asombro y de respeto ante
este ser humano que se desarrolla frente a él. Debemos conocerlo bien. “Aceptar el hecho de que después de la
fecundación, un nuevo ser humano ha conseguido el ser, no es una cuestión de gusto o de opinión. La naturaleza
humana del ser humano, desde su concepción hasta la vejez no es una hipótesis metafísica sino una evidencia experi-
mental".
3.- Debemos rechazar de una manera categórica todos los atentados a la dignidad del embrión. Es a título de esto que
a toda destrucción o experimentación sobre el embrión debe ser declarada ilícita, lo mismo que toda congelación del
embrión con intención de almacenamiento. El diagnóstico pre-implantatorio que no tiene finalidad más que una selección
y por lo tanto un desecho de ciertos embriones debe ser también considerado ilícito. La toma de una célula del embrión
durante los quince primeros días de desarrollo embrionario expone al riesgo de tomar una célula totipotencial, que por el
hecho mismo de su individualización y de su carácter totipotente va a constituir un nuevo ser autónomo.
Este embrión, que es una persona desde el primer instante de su concepción, por estar formado de cuerpo y espíritu,
tiene derecho a la protección que debe ser dada a toda persona, es decir:
Derecho a la vida.
Derecho a la libertad.
Derecho al amor.
Todo lo que se oponga a uno de estos derechos debe ser reconocido como una violación de los derechos del hombre.
En todo embrión que se menosprecia o se destruye, es al hombre que está en cada uno de nosotros al que se menosprecia
o destruye.
Bibliografía.
* Carrasco de Paula, I. “ Transplantes de tejido fetal” en Manual de Bioética General. 2° Ed. Madrid, Ed. RIALP, 1994. pp 193-203.
* Casas Martínez, Ma. de Luz. “ Estatuto interdiciplinario del embrión humano” en Ecos del IV Encuentro Latinoamericano de
Bióetica. México. Ed. Universidad de Guanajuato, 1996. pp 165-173
* Colombo, Roberto. “ La Naturaleza y el estatuto del embrión humano”, En Medicina Ética, IX número IV (Octubre-Diciembre) pp
437-443
* GAUER, Philippe. “ Reglamentación sobre el embrión: Investigación Médica” En temas actuales de Bioética. México: Ed. Porrúa,
1999. pp 199-229.
* Hurtado Oliver, Xavier. "El Derecho a la Vida y ¿y a la muerte?" México: Ed. Porrúa, 1999. pp. 219
* Santos Ruiz A. “Manipulación Genética e intervención de embriones”. En Manual de Biética General. 2° Ed. Madrid, Ed. RIALP,
1994. Pp 179-192
* Sgreccia Elio. "Manual de Bioética". México. Ed. Diana, 1994. Pp. 688
* Tarantino, Antonio. “ Sobre el fundamento de los derechos del que va a nacer”. En Medicina y Ética IX número 1, (Enero-Marzo
1998), pp 27-60.
CUANDO SE TRATA EL TEMA DEL DESARROLLO de habilidades de pensamiento, generalmente surgen varias inquietudes sobre
aspectos de orden práctico que a la postre resultan ser fundamentales: ¿Realmente se puede desarrollar el pensamiento? ¿La
capacidad intelectual aumenta? ¿Es verdad que con este tipo de cursos podemos llegar a ser más creativos y solucionar
problemas de manera más acertada? He aquí algunas reflexiones que tratan de aclarar estas interrogantes.
Hablar de que aumenta la capacidad intelectual es arriesgado. La inteligencia, como potencia, la poseemos desde que
adquirimos la esencia humana. Sin embargo, debido a diversos factores, (entre otros; genéticos, sociales, espirituales y,
desde luego, educacionales) no siempre manifestamos o aplicamos toda la inteligencia de la que somos capaces. Aún la
inteligencia requiere ser educada para que desarrolle y utilice el potencial de que es capaz. En este sentido y hablando con
mayor propiedad quizás podamos afirmar que lo único que podemos hacer al respecto es actualizar las potencias, es decir,
pasar de la condición de posibilidad al acto, en lo que se refiere a capacidad intelectual.
Es difícil afirmar que podemos aumentar nuestra capacidad intelectual con “programas de desarrollo de habilidades de
pensamiento”. Muchos años hace ya que nuestros antecesores reconocieron este hecho: “Lo que natura no da, Salamanca
no lo presta”. Pero lo que sí podemos hacer es educar nuestra inteligencia, y con esto obtener el mayor provecho de esta
capacidad.
Entre los grandes atributos de esta capacidad
podemos mencionar dos, que en este momento nos
El desarrollo de habilidades de pensamiento, ayudan a comprender la educabilidad de la propia
inteligencia: primero, el hecho de que, mediante la
tiene como objetivo obtener más provecho de reflexión, la inteligencia puede tomar conciencia de sí
nuestras capacidades, en el marco de la misma y de su actividad. Este importante hecho
educación de la inteligencia. posibilita el conocer y revisar los procesos mediante
los cuales conocemos y procesamos información.
Significa también que podemos detectar errores o fallas
en los procesos y, en consecuencia, visualizar
alternativas para perfeccionarlos. En segundo término,
el hecho de que la inteligencia es capaz de elección, que implica no solamente la visualización del proceso, sino también la
toma de decisiones sobre el mismo. No se trata de aumentar la capacidad intelectual, pero sí de optimizar la que tenemos.
Esta debe ser la base y fundamento de estos programas.
La idea no es optimizar esta capacidad por el simple hecho de hacerlo. Optimizar una actividad o un proceso que no tiene
una meta o un fin carece de sentido.
La inteligencia tiene como objeto conocer la realidad de las cosas, y es en este sentido y para este fin la mejora de los
procesos de pensamiento.
Entonces, el “desarrollo de las habilidades de pensamiento” se concretará más bien a revisar la forma en que procesamos
la información recibida y a la búsqueda de opciones para hacer más eficaces y eficientes estos procesos. En otras palabras,
su objetivo será el obtener más provecho de nuestras capacidades, en el marco de la educación de la inteligencia.
De forma paralela al pensamiento lógico, el pensamiento creativo es una manifestación más de nuestro potencial intelectual.
La creatividad no debe entenderse como un proceso ilimitado y casi mágico en el que una persona saca de la nada
proyectos, ideas u objetos. La creatividad tiene sus límites, y éstos están determinados por la propia naturaleza humana y el
individuo con sus potencias. Además, la creatividad requiere una serie de aprendizajes previos para poder manifestarse.
Nada hay en la inteligencia que no haya pasado a través de los sentidos. No podremos crear nada si en nuestra mente no
están los elementos necesarios para hacerlo. Entonces la creatividad no es sacar algo de la nada, ni una capacidad ilimitada.
Debe entenderse más bien como un proceso en el que se organizan los elementos de una manera diferente y original, es
buscar nuevas soluciones -en lo posible más viables y apropiadas- a viejos problemas, es emplear nuestra imaginación y
fantasía en la producción de obras bellas y bienes útiles y valiosos. Como un proceso asociado a la inteligencia, la creatividad
participa del mismo fin.
Algunos piensan que los productos creativos son obra del trabajo intencionado, constante, sistemático y disciplinado.
Otros lo atribuyen precisamente a los procesos contrarios, al grado de suponer que entre menos lógica y sistematicidad
tenga un trabajo, más creativo será. La respuesta más apropiada a esta cuestión no parece estar en las posturas extremas,
sino en el justo medio. Si bien la creatividad tiene que ver con la “chispa”, con la inspiración del momento y con la intuición,
también tiene que ver con el trabajo sistemático y disciplinado (para ser productiva) y con procesos lógicos -o al menos de
sentido común- que lo orientan y hacen del producto algo bello, práctico o valioso.
Creatividad es hacer algo nuevo con lo ya aprendido. Es transformar los elementos organizándolos y reorganizándolos.
Es inventar. Es diseñar un producto con originalidad.
La capacidad creativa se relaciona con algunas de las operaciones mentales como la imaginación, la fantasía, la inspiración,
la inventiva y la intuición.
Crear no es un proceso mágico en el que se saca algo de la nada. Para poder “crear” una idea o producto es necesario que
haya ideas en nuestra mente para poder trabajar. Tampoco es una capacidad que podamos desarrollar “al infinito”. Las
posibilidades de desarrollo están en relación con la misma naturaleza humana y las características individuales. Pero sí
podemos aplicar esa capacidad creativa a un número casi ilimitado de casos. Aquí tenemos dos cosas muy importantes: por
una parte, la capacidad creativa, en cuanto potencia, no es ilimitada, pero, por otra parte, sí podemos educar o desarrollar la
capacidad creativa con la que hemos sido dotados, para obtener el mayor beneficio de la misma.
Para comprender mejor el concepto es conveniente hablar también de lo que la creatividad no es:
- No es, en estricto sentido, pura originalidad, aunque sí la requiere. A veces sucede que la originalidad tiene que ver más
con poses estrafalarias y modas que tiene poco o nada de creativas.
- No es una actividad obsesiva, relacionada más con lo complejo y confuso que con lo creativo.
- No es perfeccionamiento técnico. Se puede poseer una gran habilidad técnica sin ser creativo.
Definitivamente, la creatividad es una herramienta valiosa e imprescindible no sólo en el trabajo educativo, sino en
cualquier tipo de actividad humana. Quizás en este tiempo lo sea aún más, pues ahora los jóvenes deben enfrentar retos de
los que no saldrán bien librados si carecen de ella.
La educación o desarrollo del pensamiento creativo se fundamenta en los mismos principios que el desarrollo del pensamiento
lógico, es decir, en la necesidad de perfeccionar el potencial del que somos capaces. Sin embargo, no debe considerarse a la
creatividad como un proceso independiente o hasta antagónico de la inteligencia o la razón; es parte de ella. Forma parte de
esa capacidad que nos permite conocer, de ese "intus legere", leer dentro de las cosas. En todo caso, dado el fuerte contenido
intuitivo e imaginativo del pensamiento creativo, el
acto creativo, como acto humano, libre y
responsable, debe estar también orientado por la
razón, para que resulte constructivo.
T
E
C
N
O
L
O
G
Í
A
La red en la escuela
Por: Yéssica Velaco Villanueva
EN ESTE ARTÍCULO TRATAREMOS DE HACER una breve reflexión acerca de uno de los avances tecnológicos que más han
impactado en la forma de vida de la sociedad moderna, nos referimos a la red mundial de información, llamada Internet.
Más propiamente hablaremos de la utilidad que ha tenido dentro del campo educativo.
El Internet es un tema que se ha convertido en materia popular, su uso comienza a ser prácticamente obligatorio para
los negocios y en materia de investigación.
¿Qué es el internet y cuáles fueron sus objetivos principales con los que nació?
Este sistema en sus orígenes tuvo como objetivo disgregar importante información militar del Departamento de
Defensa de los Estados Unidos como estrategia para protegerse de ser blancos fáciles para el enemigo, al contar con
una computadora como Central de información, con el tiempo se fueron conectando otras redes con información menos
confidencial a esta red primaria.
Posteriormente la National Science Foundation crearía una red, en 1981, con un objetivo académico - científico:
proporcionar acceso a bases de datos y otras fuentes de información de interés en estas áreas, a las instituciones
educativas norteamericanas. Originalmente estas redes permitían el uso de correo electrónico, transferencia de archivos
entre computadoras y el acceso a bancos de información.
Las ventajas que traía la red de información atrajo a instituciones científicas y académicas de otros países como
Canadá; posteriormente, en 1989, México también se unió a la red buscando servicios de información académica.
Dada las innovaciones que ofrecía internet al ser capaz de manejar imágenes, sonidos,video, etc, se convirtió en un
medio muy atractivo para comerciantes. Así el crecimiento de internet resultó inminente.
Como lo hizo la televisión en su tiempo, el internet introducido en los hogares y en la vida social, ha tenido sus
implicaciones.
- las comunicaciones (con el uso de correo electrónico, conferencias y sesiones a distancia, chats, grupos de discusión,
etc)
- los negocios
- el entretenimiento
Unido a otros medios de comunicación como la telefonía celular, televisión por satélite, etc, la “supercarretera de la
información” está cambiando la forma en que la gente se comunica, se informa o hace negocios.
En el ámbito educativo no podemos negar su influencia
y su inminente posibilidad de adaptación y
aprovechamiento.
Es en este último rubro en donde el internet toma relevancia, pues este medio precisamente basa su capacidad
tecnológica en la transmisión de datos a distancia, y almacena gran cantidad de información necesaria para la investigación.
En el medio educativo hay quienes piensan que el internet se ha convertido en un distractor más al que nos
habremos de enfrentar para educar a nuestros alumnos.
Efectivamente este medio es distractor para aquel que basa su uso en la diversión y en el entretenimiento. Para
aquellos que pierden su valioso tiempo delante de una computadora esperando suplir sus deficiencias en las relaciones
sociales mal utilizando los chats, la red se transforma en un obstáculo enorme para su educación; se convierte en un
vicio del que son esclavos. Lamentablemente se ha abusado de esta manera de utilizar el internet, anteponiéndolo sobre
las otras formas de uso.
Este es un extremo al que habremos de atacar de frente delante de nuestros alumnos. El mal uso del internet trae
consecuencias muy negativas. Ya hablemos del tiempo desperdiciado o de selección de información perjudicial para la
mente y el espíritu del educando o del mismo educador.
Es un medio de comunicación y como tal es simplemente una herramienta que será buena o mala según el uso que
le demos. Lamentablemente se ha convertido en medio para transmitir y difundir información degradante en todos los
sentidos: imágenes pornográficas, fetichismo, propaganda de antivalores, etc.
Es común denominador en nuestros días, que los medios sean aprovechados por gente sin escrúpulos para dar a
conocer al mundo sus ideas, aprovechando la “tolerancia” en materia de libre expresión, en este sentido el internet se
puede llegar a convertir en un peligro para nuestros alumnos, pues no negamos la existencia de sitios con información
que antes describimos.
Esta situación actual del contenido de los medios no la podemos frenar como educadores, pero sí podemos alertar y
preparar a nuestros alumnos para que sepan seleccionar, de la información que se le presenta, la más adecuada.
En el justo medio está el uso correcto de esta herramienta como instrumento académico. Algunos beneficios que se
le encuentran en el medio educativo son los siguientes:
• Permite el manejo y transmisión de información
a grandes distancias con enorme rapidez y
costos reducidos (dentro de las instalaciones
de las instituciones educativas el servicio es
gratuito).
Foto: Y. Velasco.
• Medio de transmisión multimedia; se pueden
adquirir o transmitir sonidos, imágenes con
movimiento ideales para la enseñanza p.e. de
ingenierías, medicina.
• Permite el intercambio de conocimientos, discusión o consultas con personas especialistas en los temas que nos
interesan.
• Cuenta con catálogos de material educativo disponible bajo pedido, o con páginas elaboradas exclusivamente para el
uso de distintos materiales didácticos.
• Permite la consulta de información al día de distintos periódicos y de noticias relevantes en páginas de empresas de
televisión.
• Permite el contacto inmediato para el intercambio de información de cualquier tema, a cualquier hora del día y a nivel
mundial.
• Se pueden encontrar reportes de investigación recientes a modo de archivos disponibles para copiarse o solicitándolos
por correo electrónico (e-mail) al autor.
• Algunas escuelas y universidades ofrecen sus programas, planes de estudio, formas de admisión completos.
• Este medio es sencillo de usar para quien está interesado en ello y tiene, para su uso, la opción de varios idiomas.
Utilizado de una manera racional, el internet es una invaluable herramienta académica, sin embargo exige de los
maestros disponibilidad e interés por modernizarse en su uso.
Hay quienes, argumentando la supuesta incapacidad por el uso de la tecnología, no se esfuerzan por aprender una
herramienta que, para los alumnos a quienes enseñan, es como el cuaderno o el libro de texto.
Como todo recurso didáctico, deben conocerlo bien los maestros para que puedan actuar como guías ante sus
estudiantes. Las nuevas generaciones nacen rodeados de computadoras y los profesores no podemos hacer a un lado la
obligación de actualizarnos.
También existen aquellos profesores que comienzan a darle un uso práctico a la red, pidiendo a sus alumnos la
entrega de trabajos vía internet, esta es una estrategia muy eficaz para encaminarlos al uso de la herramienta, mas su
utilización debe ser bien planeada para que los alumnos no se vean afectados: previendo el fácil acceso a computadoras
conectadas a internet, y, en materia de investigación, proporcionándoles las rutas de acceso a la información que se
desea con las precauciones debidas, para evitar que se “extravíen” en el extenso mundo de la red.
La marcha se ha comenzado, y “en el camino andamos”, no podemos desviarnos de ese camino si queremos hacer
llegar a nuestros alumnos a la meta de su consagración personal y profesional.
No quiero con esto decir que nos dejemos llevar por la corriente tecnocientifisista que alaba la tecnología como a un
dios, sino que aprovechemos simplemente este medio como eso, como instrumento; como herramienta que puede
proporcionarnos muchos beneficios, pero sin olvidarnos, cuando la utilicemos, que como profesores, como personas
encargadas de educar a nuestros alumnos, no podremos ser sustituidos por las máquinas como pudiera pensar más de
algún romántico de la tecnología, pues ellas nunca suplirán las cualidades de un ser humano.
La escuela, las universidades son fuentes productoras de información, de conocimientos; el internet, puede ser el
distribuidor más eficaz de ese conocimiento, de esta manera serán más los beneficiados por dicho conocimiento.
Por lo tanto, habremos de capacitarnos en este aspecto y capacitar a nuestros alumnos en la selección de información
para sacarle provecho al medio, todo ello para mejorar la calidad de la educación, hacer llegar la educación, los
conocimientos y difundir los logros de las investigaciones y las bondades que tiene la tecnología a mayor número de
seres humanos.
____________
BIBLIOGRAFÍA
• Rossi, Peter H. y Bruce J. Biddle (comp), “Los nuevos medios de comunicación en la enseñanza moderna”. Ed. Paidós. Buenos Aires. 1970
• Martínez Fernández, José Felipe, “La Internet Educativa: Manual básico para el uso y catálogo de recursos Internet para educación e
investigación educativa”. Universidad Autónoma de Aguascalientes/PIIES. México. 1997.
• González Cuevas, Oscar M. “Impacto de la Tecnología Moderna en la Educación”, en Revista de Educación Superior ANUIES. http://
web.anuies.mx/perl/busquedas/anuies/dspdoc.pl?palabras.../txt1.htm&indice=revsup.in
• Piscitelli, Alejandro. “Cómo duermen las jirafas?. Jornadas de Informática Educativa 97 http://www.horizonteweb.com/html/piscite.htm
El humanismo en el ejercicio
médico
Por: Catalina Gómez Magallón
Primera parte
EL DESARROLLO TECNOLÓGICO HA BENEFICIADO grandemente al ejercicio de la medicina, gracias a ello el médico puede
diagnosticar cualquier enfermedad, salvar vidas por la existencia de órganos artificiales, elegir la mejor alternativa para
su paciente debido a que posee la evidencia en sus manos, así como conocer prontamente el avance de la ciencia por
mencionar algunos beneficios, pero a pesar de todas estas ventajas, debido a esa tecnología de punta o de vanguardia
como se quiera denominar, el hombre ha perdido algo muy hermoso que es esencial en esta profesión tan bella que es la
medicina.
Esa persona que decidió ser médico y por ello adquirió la obligación moral para beneficiar a los pacientes a través de
la prevención y eliminación del mal 9 y que protestó cumplir el Juramento de Hipócrates el cual fundamenta la ética
médica, al parecer, está carente (de acuerdo a publicaciones respecto al ejercicio médico) de una virtud, cualidad o parte
de la profesión que se llama humanismo.
Es por esto, que surgió la curiosidad de hacer el presente escrito, el cual pretende reunir algunas ideas que, revistas
de publicación nacional e internacional, abordan sobre el tema HUMANISMO EN LA PRÁCTICA MÉDICA, tema
que en la actualidad se vuelve a considerar.
El significado de la medicina, su valor, sus derechos y toma de decisiones médicas no son aspectos que puedan ser
puestos a discusión. La medicina es una disciplina para servir a las personas, (vista desde el enfoque de la persona
humana) 11.
Foto: Dpto. de Producciones, ICB.
Desde comienzos de la medicina en Grecia, los médicos fueron de alguna forma siempre humanistas, sin embargo la
ciencia médica casi nunca lo fue, el saber médico no ha podido aclarar con precisión en qué consiste la humanidad del
individuo enfermo, por tanto, no se ha fundamentado humanísticamente el diagnóstico clínico hecho por el médico 3.
Hipócrates aún en estos días, a través de sus preceptos descritos en la Deontología de su Juramento, insta al médico
a que convierta en preocupación propia el dolor ajeno; habla de que el profesional de la medicina debe gratificaciones
para los enfermos, esto es, el favor, la benevolencia y amabilidad; sostiene que el médico verdadero es “aquel que
entrega delicada solicitud para hacer tolerable, pasadera y hasta amable la enfermedad, todo lo cual lo hace movido por
amor al hombre” 3.
Además de Hipócrates, con relación al arte de practicar la medicina, otros han reflexionado y
escrito al respecto como lo reflejan algunas citas que a continuación se presentan3,5.
La a) Los médicos, refiere un escrito romano del siglo I d.C., si no tienen un ánimo lleno de miseri-
medicina no cordia y humanidad, según las características de su profesión, deben ser invisibles a todos los dioses
es solo una y a todos los hombres.
ciencia b) El filósofo Sarapión del siglo II d.C., escribió un poema sobre el médico el cual versa: “debe
operativa ser un buen sanador igual para esclavos, pobres, ricos, príncipes y para todo ser humano, esa ayuda
guiada por debe dar”.
saberes c) En 1501 comenzó la corriente antropológica médica que se extendió fuertemente desde los
racionales, siglos XVIII y XIX para ayudar a entender mejor lo humano del enfermo de acuerdo a su dignidad.
sino una Entendiéndose la dignidad como la condición esencial de la persona la cual está dotada de conciencia
y libre albedrío que la llevan a la búsqueda de la verdad y el bien y que la distingue de los demás
empresa seres. La dignidad está conformada por todos aquellos “merecimentos de la condición humana” que
moral la hacen singular (la libertad, justicia, equidad, lealtad, bien común, intimidad e inteligencia, son
fundada en algunos de los merecimientos que la sustentan y que adquieren un valor real cuando se confrontan
con el hacer cotidiano de las personas) 3.
el
humanismo. d) Percival en 1803 declaró que “el médico debe inspirar a sus pacientes gratitud, respeto y
confianza”.
f) En 1928 Ludolf Krehl, sustentó la reinstalación de las ciencias del espíritu y de las relaciones de la vida, como otro
de los fundamentos de la medicina y en igualdad de derechos con la ciencia natural.
Como se puede observar, el tema del respeto al derecho a la dignidad humana en general, y de los pacientes en
particular, no es nuevo. A lo largo de la historia de la medicina se ha visto que como valor, debe estar representado en
la práctica social introyectado y ejercido para convertirlo en norma jurídica y establecerlo en derecho fundamental (el
cual a menudo se ve vulnerado cuando los profesionistas médicos ejercen dejando de lado los valores).
El derecho a un trato digno y respetuoso hacia el paciente se percibe en la aceptabilidad que se refleja en el
comportamiento del médico, tanto en lo verbal como en lo no verbal, va más allá de un simple saludo, por ejemplo:
atenderlo con oportunidad, con delicadeza, cortesía y en conciencia, el proporcionarle la información adecuada y pertinente,
plantearle alternativas de solución adecuadas, cobrarle los honorarios por sus servicios de acuerdo a su capacidad de
pago por el servicio otorgado, procurarle un ambiente de confianza, comodidad y esperanza; digno es tratarle con
paciencia, constancia, tolerancia y prudencia, serle leal y guardián de sus secretos, atenderle en igualdad de circunstancias
independientemente de su origen, color de piel, edad, sexo, credo, situación civil, económica o social, estado de aseo, olor
o patología, consolarle cuando la ciencia ya no puede hacer nada, así como el mostrarse respetuoso hacia sus derechos,
etc. 5.
El ejercicio de la medicina es un arte que se formó en interrelación recíproca con la cultura del más alto refinamiento
metódico y la encarnación de una ética profesional ejemplar, entendiéndose la ética como el área del conocimiento que
trata de la moral y obligación del hombre (en este caso del médico) 2.
La medicina no es solo una ciencia operativa guiada por saberes racionales, sino una empresa moral fundada en el
humanismo. El concepto “humanismo” se empleó por primera vez a principios del siglo XIX por Friedrich Schiller y otros
autores alemanes, se concibió y aún se considera como un interés fundamental por lo que corresponde a la naturaleza
humana7, es pues, el modo de decidir actuar en donde los valores humanos tienen una primaria trascendencia.
En general, son cuatro las formas que conceptualizan el “Humanismo” 3,2. La primera es el humanismo médico en
sentido estricto, el cual emerge en los siglos XV y XVI en el concepto de los textos médicos clásicos griegos y romanos.
En la gran variedad de conceptos de humanismo médico, lo que está en cuestión es la relación entre el “ser y el
hombre”, no el saber si la medicina es más o menos humana, sino que sea apropiada a esa dignidad3.
En el campo de la técnica, ubicándonos en este tema, basta con saber ser un buen técnico, pero en el terreno moral
es distinto, aquí no solo es suficiente saber hacer, sino hacer el bien teniendo en cuenta las oportunidades de un mundo
cambiante4.
La técnica por sí misma no es humanista, hasta puede ser antihumana. Considerándola como una condición de
progreso y no como fin absoluto, no es un obstáculo al enfoque humanista, por el contrario, puede ser aceptada como un
arte, concibiéndose este, como lo que diferencia la teoría de la práctica, constituyendo el problema actual la posición
desmesurada que se le ha otorgado7.
El médico no debe estar sometido a la técnica, sino a la inversa, es la medicina misma la que debe regular el
comportamiento del médico práctico en función de la oportunidad e interés de la humanidad, siendo un error hoy en día
para muchos médicos, considerar la variedad técnica como un argumento suficiente para legitimizar determinados
procedimientos2.
No es un secreto que los grandes cambios sociales y económicos pueden alterar el significado fundamental y valor
de la atención médica, sabido es que la vida moderna exige mayor presión, originando o propiciando que entre los seres
humanos haya más hostilidad, miedo y ansiedad, factores que también a los que practican la medicina afectan, conllevando
a una gran deshumanización a pesar del deslumbrante desarrollo científico y tecnológico (1).
En las últimas décadas ha llegado a ser habitual el desenmascarar la raíz ideológica que está detrás del ideal de la
ciencia libre de valores, mismo que es posible por el apoyo de ideas como son el dominio ilimitado del hombre sobre la
naturaleza, el mito del progreso y la democracia entendida en términos liberales o por aquellas filosofías que coinciden
en la negación de la trascendencia 4.
Debido a lo anterior, es menester que el perfil de la profesión médica contemple habilidades que se desea poseyeran
los nuevos médicos. Para tal, es necesario que la mayoría de los docentes - médicos incluyan como rasgos lo que se han
llamado “virtudes civiles”, éstas comprenden el respeto, compasión y honestidad, mismas que son fundamentales para
cualquier moral y que los profesionales de la medicina deberían abrazar 10.
Además de las virtudes civiles mencionadas anteriormente, otro rasgo de la medicina humanística debe ser la empatía,
entendida como la habilidad para entender a otra persona en lo emocional o en sus experiencias. La empatía médica
requiere comprender las experiencias emocionales de los pacientes incluyendo los sentimientos sobre su ser enfermo,
Foto: Dpto. de Producciones, ICB.
necesitándose para adquirir esta habilidad la práctica constante, ya que tiene metas particulares y riesgos especiales
para ambos: paciente y médico6.
El médico también debe ser altruista, el altruismo es interesarse por los demás por encima de sí mismo. El altruismo
está influenciado por etapas de desarrollo de empatía, ambos involucran habilidad para entender a otros 6. El médico que
modela y demuestra empatía y altruismo como estándar para juzgar y formar parte de un patrón para actuar, no
generará una batería definitiva de normas morales específicas para todas las ocasiones, pero si una guía para los
médicos hacia acciones profesionales y de respeto a sus pacientes10.
_________ ___
REFERENCIAS:
1. Almanza Muñoz Jesús; Monroy Puente, Margarita; Bimbela, Alfredo y C. Holland, Jimmie. 1199. La
Incorporación de la Espiritualidad en el cuidado de los enfermos y sus familias. Rev Sanid Milit Mex. Vol 53,
No. 5, Pág. 336-344.
2. Cruz Coke, m. Ricardo. 1999. La Filosofía Hipocrática. Rev Med Chile. Vol 127, Pág. 611-614.
3. Figueroa C., Gustavo. 1999. ¿Al fin una medicina humanista?. Rev Med chile. Vol 127, pág. 94-100.
4. García Huidoro, Joaquín. 1999. Alcances de la responsabilidad moral por la acción terapéutica. Rev Med
Chile. Vol 127. Pág. 989-9995.
5. López de la Peña, Xavier A. 1999. El derecho al respeto de la dignidad de los pacientes. Gac Med Mex. Vol
135, No. 5 Pág. 545-547.
6. Marcus, Eric R. 1999. Empathy, humanism, and the professionalization process of medical education (Empatía,
humanismo y el proceso de profesionalización del a educación médica). Academic Medicine. Vol. 74, No. 11.
Pág. 1211-1215.
7. Micheli Serra de, Alfredo. 1999. Humanismo en medicina. Homenaje a la memoria del maestro Ignacio
Chávez en el vigésimo aniversario de su fallecimiento. Gac Med Méx. Vol 135, No. 5. Pág. 523-526.
8. Miller Steven, Z. y Schmidt, Hilary J. 1999. The habit of humanism: a framework for marking humanistic care
a reflexive clinical skill (El hábito del humanismo: un antecedente para hacer del humanismo una habilidad de
reflexión clínica). Academic Medicine. Vol 74, No. 7 Pág. 800-803.
9. Rancich, Ana María; Pérez Marta, Lucía; Gelpi, Ricardo Jorge y Mainetti, josé Alberto. 1999. Análisis de los
principios éticos de beneficiencia y de no-maleficiencia en los juramentos médicos, en relación con el Hipocrático.
Gac Med Mex. Vol 135, No. 1. Pág. 345-351.
10. Shelton, Wayne, 1999. Can virtue be taught? (¿Puede la virtud ser enseñada?). Academic Medicine. Vol 74,
No. 6. Pág. 671-674.
11. Sulmasy, Daniel P. 1999. Is medicine a spiritual practice? (¿Es la medicina una práctica espiritual?). Aca-
demic Medicine. Vol 74, No. 9. Pág. 1002-1005.
EDUCACIÓN
Foto: Y. Velasco
¿Se ha convertido la escuela
en un campo de batalla?
-¡Pásame la tarea! Por: Alfredo Vázquez Maldonado
-¡No estés molestando a tu compañero,
Juan!... ¡Pedro, por favor, siéntese en su
lugar!... ¡Martha, deja de estar E STAS Y OTRAS EXPRESIONES SON a diario origen de pequeñas
platicando! escaramuzas y de grandes confrontaciones que se suscitan en el salón
-¡Yo no estoy platicando, es Araceli! de clases de la escuela de nuestros días ¿Por qué debe ser así?
- ¡Muchachos, por favor, pongan
atención! ¡Aurelio, baje los pies de la Maestros y alumnos comparten una cuarta parte de sus vida
butaca! diariamente como para que la relación que se da entre ambos fuese
- ¿Maestro, de dónde salió ese signo? de otra manera; si se comparte un mismo espacio, tiempo, metas y
- ¡No seas idiota! necesidades ¿por qué se presentan tantos incidentes?, ¿a que obedece
- ¡Alberto, por favor, se sale! ese antagonismo, ese alejamiento, esa lucha diaria? ¿Por qué no tro-
- ¿Por qué me salgo? car este estado de cosas? ¡Ya basta!
- ¡Por qué no debe expresarse así de sus
compañeros! Es el momento de analizar cuáles son las causas que han dado
- ¡Sáqueme! origen a las múltiples fallas que se observan en las aulas; por las cuales
- ¡Por favor, le hablan a alguien de se ve seriamente afectada la imagen de la escuela y la autoridad del
disciplina! maestro.
- Antonio, ¿por qué llega a está hora?
¡Tiene usted falta! ¿Qué es lo que realmente ha ocurrido? ¿Será el alumno el cul-
- ¡Llego cinco minutos tarde! ¿Por qué pable?, ¿la permisividad de los reglamentos o lo inflexible de los
me va a poner falta? mismos? ¿será acaso la administración, cuyo único interés es justificar
el presupuesto si cuenta con una membresía numerosa de alumnos?;
¿maestros sin vocación? ¿Profesionales a quienes sólo les importa devengar un sueldo y no les importa en lo más
mínimo la formación de sus discípulos? ¿Serán los padres de familia que nos envían a la escuela hijos carentes de hábitos
adecuados para el estudio y con escasa formación de valores? ¿O serán los medios de comunicación quienes ven en los
jóvenes sólo un negocio y se olvidan de formarles una visión crítica entorno a su alrededor? ¿la sociedad misma que nos
deforma con sus vicios a las generaciones proponiéndoles antimodelos? ¿Quién será en realidad el culpable?
Todos, de una forma u otra, han participado en este proceso de desintegración por el que la escuela parece haberse
convertido en un campo de batalla.
Ya es hora de poner remedio a esta situación. Lo que menos importa es quién es el culpable, sino cómo y hasta
cuándo se van a solucionar los problemas que enfrenta la escuela y en las que queda en entredicho su imagen y,
consecuentemente, la autoridad del maestro .
Si el objetivo de la escuela es formar generaciones de jóvenes que estén en condiciones de enfrentar la vida con
éxito, y que así mismo sean seres valiosos para su patría, su familia y la sociedad, urge establecer un plan que tenga por
finalidad la enmienda de este estado de cosas y corregir el rumbo. Pero, para que el plan anterior tenga éxito es urgente
delimitar el papel que le toca jugar a la escuela, al maestro, guiando a las generaciones a través de un proceso de
formación sistemático que permita a los jóvenes recobrar la sensatez y la cordura e impedir que se precipiten hacia la
anarquía.
Es aquí donde el papel de los docentes adquiere una relevancia especial, por que a él le ha tocado en suerte ser el
agente principal del cambio, imponer el orden y propiciar la formación de la conciencia de los jóvenes para que
comprendan lo errado de su proceder.
Los problemas de disciplina que se observan a diario en la mayoría de las escuelas en México ha ida en aumento,
incrementándose en intensidad y amplitud.
La crisis de liderazgo y de autoridad de los maestros en la escuela han sido hasta la fecha causas o razones que
intentan explicar el fenómeno que se vive en las aulas, el deterioro o la pérdida paulatina de liderazgo y autoridad en el
maestro, presumiblemente ha sido un factor que explica el aumento, en la actualidad, de los actos de indisciplina en la
escuela.
En las escuelas cada vez es más común observar, la suspensión o expulsión de alumnos por diversas razones
imputables a actos de indisciplina en la escuela.
Cada vez es más común el fenómeno de alumnos que han sido corridos de diversos planteles, arrastrando un lastimoso
historial que los sitúa como candidatos naturales a seguir su peregrinar por más de una escuela; padres desesperados
piden con angustia que terminen por fin sus estudios y solicitan con urgencia la ayuda y comprensión para sus hijos de
parte de la escuela y claman al cielo que termine su calvario.
En muchas de las escuelas que se “interesan”, es común que un alumno indisciplinado sea referido o enviado al
Departamento de Orientación Educativa para ser evaluado y juzgado su caso. Después de esta evaluación se llama al
maestro para informarle de los antecedentes del alumno, su situación familiar, resultados de las pruebas y otra información
descriptiva.
El maestro por lo general ya conoce esta información aún antes de haberlo remitido a dicho departamento, pero es
raro que se utilice para seguir o emprender alguna acción concreta y específica.
El profesor, aunque en ocasiones estime al alumno, con frecuencia se siente incapaz de responder profesionalmente
para atender las demandas o recomendaciones por no considerarlas factibles. Pero no queriendo parecer indiferente o
desinteresado simplemente asiente y se dispone a hacer lo mejor que puede atendiendo a las recomendaciones.
Los psicólogos, preparados para efectuar la orientación, con frecuencia no estándisponibles para intervenir cuando
se necesita, ya sea por tener el tiempo limitado o una carga excesiva en la mayoría de las escuelas. En lugar de atender
a los alumnos se entrevista con los padres, les sugieren orientación individual o familiar en una clínica, y se concretan a
escribir sus reportes y en la mayoría de los casos no se sigue ninguna acción remedial.
El director del plantel frecuentemente queriendo apoyar a sus profesores, está disponible para situaciones de crisis,
las cuales ocurren cada vez con más frecuencia , y por lo general evocan una serie de promesas temporales del alumno
respecto a que va a esforzarse más, y va a portarse mejor. El efecto general de este proceso: ¡ Mucha comprensión y
muy poco cambio!
Las causas de los problemas de disciplina y que repercuten seriamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje se
tratan sin darles el tiempo que requieren, se desperdicia mucho tiempo y energías tratando de comprender por qué los
alumnos se portan mal, y se ha olvidado la importancia que tiene el maestro como elemento y recurso siempre valioso
para intentar a través de él y de la diaria convivencia, cambiar los patrones de conducta del alumno indisciplinado.
Urge por lo tanto que los profesores entiendan y comprendan el contexto en el que los alumnos se desenvuelven para
que aprendan cómo actuar sobre los diferentes factores que influyen en el alumno y que están bajo su control y cómo
vivir con aquellos que no los están.
La violencia en la sociedad.
Sin abundar mucho sobre esta enfermedad social, el hecho es que vivimos en una sociedad donde es común que los
problemas se resuelvan a través de la violencia. A diario leemos o escuchamos acerca de hechos delictivos. No es
novedad la falta de valores y los actos inhumanos que comete una persona con otra. Los jóvenes están constantemente
expuestos a estos hechos y sin quererlos justificar se han vuelto insensibles. Aceptan por lo tanto a la violencia como una
parte natural de la vida.
Trate de observar los programas de televisión y se dará cuenta de cómo los más populares glorifican y hacen
atractivos a los protagonistas que están en contra de la autoridad mientras se comportan irresponsablemente .
Según estudios acerca del impacto de la televisión se concluye que un niño al llegar a la edad de la adolescencia
habrá visto aproximadamente 18 mil actos de violencia , todo lo cual obviamente tendrá un impacto importante en la
conducta que guarde en su vida .
Sprafkin, Kelly y Gadow, en 1987, realizaron un estudio según el cual los alumnos con discapacidad emocional o de
aprendizaje distinguen menos entre la fantasía y la realidad en los programas y comerciales de televisión que el común
de la gente normal, nos podemos imaginar entonces porqué muchas conductas que siguen los jóvenes obedecen
ciegamente, a las “sugerencias que les brindan los medios”.
Estadísticas recientes nos hablan de que en la actualidad sólo en 41% de los jóvenes llegará a sus 18 años enmedio
de una familia tradicional completa.
La familia numerosa ha sido reemplazada por unidades más pequeñas, familias con un sólo padre, familias con
ambos padres que trabajan, tasas de divorcio que se han venido incrementando, todo lo cual genera trastornos que hacen
cada vez más difícil educar a los niños y jóvenes a la manera tradicional .
Foto: Y. Velasco
Temperamentos difíciles.
Es claro que algunos alumnos son difíciles de manejar a causa de presentar problemas de temperamento difícil, lo
cual ocurre a pesar de que en ocasiones los patrones de crianza familiar han sido los adecuados, pero los profesores
pueden influir para que cambien su conducta si se les ofrece apoyo a través de una disciplina firme, consistente y
cariñosa.
Hay alumnos que suelen ser elocuentes para manifestar su aburrimiento y parecen no interesarse por las consecuencias
(bajas calificaciones, ser enviados al departamento de disciplina o turnados a los padres de familia, etc.). La mayoría de
los maestros manifiestan enfado y enojo con este tipo de alumnos, los ven como una perdida de tiempo, saboteadores y
una molestia para la clase. Dichos alumnos manifiestan cierta satisfacción de hacer enojar al maestro. Cuando esto se
presenta se suscita un conflicto, el profesor con frecuencia recurre a etiquetar a dicho alumno de manera negativa, el
alumno acusará al maestro de injusto. Generándose un problema de disciplina y ambos serán responsables.
Algunos alumnos se rebelan contra el maestro como una forma de manifestar su insatisfacción por carecer de poder.
Con frecuencia en la mayor parte de las clases se excluye a los alumnos de participar en la toma de decisiones. Los
alumnos “Sin Poder” tienen más poder de lo que muchas veces el maestro imagina y muchos alumnos están deseosos
de mostrar qué tanto poder tienen realmente. Los alumnos muestran su desacuerdo mediante acciones de indisciplina
cuando se perciben a sí mismos como sin voz en la forma en que se maneja el salón de clases.
Los maestros deben informar clara y específicamente a sus alumnos acerca de las conductas que se consideran
aceptables, e informar qué pasará si no se siguen. A los alumnos se les suele presentar reglas poco claras y sus
consecuencias menos claras aún . En la mayoría de las escuelas, sin pensarlo, se animan los alumnos a romper las reglas
Foto: Y. Velasco
por que no se les informa con anticipación. Cuando los límites no son claros, los alumnos probarán al sistema para
encontrarlos y cerciorarse de si se cumplirán estrictamente.
Ataques a la dignidad.
La mayoría de los alumnos con problemas crónicos de comportamiento creen que no pueden y que no lograrán tener
éxito en la escuela. Tales alumnos con frecuencia parecen rendirse antes de siquiera haber tratado. No creen que
pueden recibir la atención y reconocimiento que necesitan a través del logro escolar. Se ven a sí mismos como perdedores
y han dejado de tratar de ser aceptados. Y ser reconocido como problemático es mejor, desde su punto de vist,a que ser
visto como un tonto.
Por todo lo anterior podemos concluir que la única forma de que vuelva a reinar en la escuela y en el salón de clases
la armonía, se recomienda a los maestros seguir las siguientes normas prácticas de conducta en clase:
1) Cultivar, en relación con los alumnos, una actitud fundamental de interés, comprensión y simpatía. Ser, por encima
de todo, humano y razonable para con ellos; no se deben permitir, sin embargo, los excesos de familiaridad ni se debe ser
demasiado condescendiente; es necesario ser firme e insistente en las exigencias, pero explicando el porqué de las
mismas.
2) Ahondar en la psicología de los alumnos, comprender la psicología de la clase como un todo, por un lado, y la
psicología individual de cada uno de sus miembros, por otro.
Adaptar los procedimientos de manejo a esa psicología de modo que resulten eficaces y no contraproducentes.
3) Evitar durante las clases hablar de uno mismo, de la vida, méritos o problemas y negocios particulares, no desperdiciar
el tiempo de clases en confidencias o en asuntos ajenos a la materia.
4) No ser autoritario, arrogante ni arrollador, no manifestar desprecio hacia los alumnos; ser paternalmente firme y
emplear la necesaria energía de modo sereno, prudente y digno; imponer respeto a los alumnos sin humillarles ni
intimidarlos.
5) Cuidar la propia autoridad y no exponerla al desgaste, abusando de ella en incidentes triviales; en tales casos, es
mejor recurrir al manejo preventivo o indirecto.
6) Zanjar, sin embargo, de forma tajante y sin titubeos, cualquier movimiento más serio de indisciplina o de desorden
colectivo; no dejar navegar el barco hasta que la tempestad estalle.
7) No hacer promesas ni amenazas que después no se podrán o no se querrán cumplir, cuando se haga una advertencia,
no deben tolerarse reincidencias. Las sanciones, si son necesarias, deben ser aplicadas sin tardanza y no días o semanas
después, pero se debe ser moderado e impersonal en su aplicación.
8) Tratar los problemas más graves de modo objetivo e impersonal, sin mostrarse ofendido o enojado personalmente.
La indisciplina debe ser reprobada como conducta inconveniente y antisocial que habla mal de los individuos que la
practican. No interpretarla como afrenta o desacato a la autoridad personal del profesor. Terminado el incidente, no
demostrar resentimiento o intenciones de persecución o venganza; tratar a los alumnos con naturalidad como si nada
hubiera sucedido antes.
9) No reprender nunca a la clase entera por faltas cometidas por algunos alumnos, mucho menos se debe castigar a
todos los alumnos; además de injusto, sería contraproducente. Procurar, por el contrario, aislar a los agentes de la
indisciplina, contrastando su conducta con la de los demás miembros de la clase. Cuando no se consiga identificarlos, no
exigir que los otros los denuncien; invitar a los infractores a presentarse después de la clase para dar explicaciones
personales.
10) Nunca se ofenda personalmente a los alumnos con apodos despectivos, indirectas sarcásticas, alusiones a defectos
físicos o insultos personales. No provocar susceptibilidades ni ofender el sentimiento de dignidad personal o familiar de
los alumnos.
En suma, procurar crear y mantener en las clases una atmósfera sana de responsabilidad, interés y calor humano,
espíritu de trabajo y amor a los estudios. Por encima de todo se debe ser un educador, nunca un fiscal ni un perseguidor
de los alumnos.
El autor es licenciado en Pedagogía. Actualmente es Secretario Académico del Centro de Estudios Técnicos de la UAG.
FILOSOFÍA
¡NECESITO UNA FILOSOFÍA DE VIDA!,- advierte la gente común para dirigir y llevar el timón de su existencia, para resolver
ciertos problemas; en fin, para ser feliz.
Podemos advertir que es necesario filosofar para poder ser dueños de nuestra vida.
En épocas no muy remotas, había suficiente tiempo para ponerse a pensar en cosas “intrascendentes” (como mucha
gente dice) pero hoy en día, en esta vida agitada que llevamos, se hace estrictamente necesario filosofar y hacernos las
siguientes preguntas:
¿A dónde voy?
¿Quién soy?
El sol, por ejemplo, fue hecho para dar luz y calor a la Tierra, para dar vida a las plantas, para que los animales se
alimentaran de ellas y el hombre a su vez, se nutriera de estas plantas y de estos animales.
Así podemos darnos cuenta que todo lo encaminó Dios, a favorecer a su creatura predilecta: el hombre.
Toda la naturaleza fue creada para el beneficio del ser humano y su perfección estará en virtud que sirva al hombre.
El hombre, como ser creado también tiene una finalidad.
Dios nos ha asignado un fin específico, uno terrenal, otro divino y mientras estemos aquí en la Tierra, tenemos que
cumplir con nuestro fin, pero, ¿cuál es cada fin particular?
También es fácil encontrarlo, basta otra vez con filosofar, reflexionar, pensar y escuchar nuestro fuero interno,
advirtiendo nuestros talentos, nuestras preferencias y de esa manera descubrir nuestra vocación, para con ello servir a
nuestro prójimo y al Ser que nos creó.
Mediante el perfecto desarrollo de ese fin particular, así como mediante las normas que Dios mismo nos ha dado,
cumplir con nuestro fin último que es volver de donde venimos. Como aquél que se va de viaje a tierras lejanas a
aventurarse y luego regresa ávido de consuelo y de la paz del hogar abandonado, pues encontró que ese país lejano no
era como su imaginación se lo había presentado.
Así deducimos que nuestro fin último es volver con quien nos creó y contemplar su magnificencia. Si el universo es
tan infinitamente sorprendente y bello, ¿qué tan sorprendente y hermoso será quien lo creó?
Estas explica-ciones tan sencillas y elementales son los cimientos de una Filosofía sólida de la que se desprenden
todas las respuestas a nuestras inquie-tudes como seres humanos.
Aunque por nuestra naturaleza somos falibles y cometemos frecuentemente errores, tenemos la capacidad de
pensar sobre lo que nos rodean y reflexionar sobre nosotros mismos para explicarnos el porqué de las cosas y saciar el
hambre de saber tan natural en el hombre.
Toda actividad de nuestra inteligencia para encontrar la verdad que tanto buscamos, si la realizamos con esa finalidad
y con sincera intención, nos lleva siempre a entendimientos más altos, a conocimientos como al del Ser Divino, a partir
de aquí es de donde emanan las respuestas a nuestra vida, y con ella adoptamos entonces una “filosofía de vida” que no
es otra cosa que una manera de ser y de actuar, en este caso, orientada hacia Dios.
EDUCACIÓN
El porqué algunas personas tienen problemas con las drogas obedece en cierta forma
a sus características individuales y a la influencia de su entorno social. A su vez, las
características individuales están determinadas tanto por la forma de ser de la persona
como por la educación que recibe en su familia y en la escuela; y es por ello que estos dos
fuertes pilares de la juventud tienden a unirse en una lucha de prevención continua contra
las drogas.
Prevenir significa evitar un daño antes de que aparezca y dicha prevención debe ir
guiada a que nuestros jóvenes no consuman drogas, o bien, en caso que llegaran a caer en
este
problema, poder frenar su avance y evitar que se convierta en un problema mayor.
La prevención que tanto la familia como la escuela deben procurar debe ir enfocada
hacia la creación de ambientes sanos para que los jóvenes puedan desarrollarse integralmente. Podemos definir un ambiente
sano como aquel que provee a los jóvenes las posibilidades para crecer en los aspectos físicos, psicológicos, culturales,
morales, etc., en el cual se atiendan sus diversas necesidades.
EMPEZAR EN CASA
No hay un único modo de educar, cada familia tiene que encontrar su propio estilo educativo. Pero sí podemos decir que
cualquier familia puede mejorar su funcionamiento y que en toda familia se puede hacer algo para educar con más eficiencia.
Una de las principales funciones de la familia es la educación y trasmisión de valores a los hijos. Muchos padres pueden
pensar que ellos no lo saben todo y que para eso mandan a sus hijos a la escuela. Efectivamente, también la escuela y la
sociedad educan , pero el papel de la familia es determinante en los hijos, ya que la relación que se establece es única.
Podemos decir que educamos a nuestros hijos en base a valores que indican lo que está bien y lo que está mal, y que
guían su comportamiento, enseñándoles lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer. Ser padres no es tarea fácil, pero
debemos de hacer lo posible por formar en nuestros hogares ambientes sanos que promuevan la prevención contra las
drogas. A continuación mencionaremos algunos consejos que se pueden seguir en la formación de dicho ambiente:
1. Es bueno que hable con sus hijos acerca del tabaco, el alcohol y las demás drogas. Quizás encuentre que poseen ideas
erróneas y falsos mitos en torno a las propiedades de las drogas. Usted puede ayudar a que sus hijos dispongan de la
información adecuada.
2. Es excelente que escuche realmente a sus hijos. Los niños pueden hablar mejor sobre un tema con aquellos padres que
saben escuchar. Si usted les escucha atenta y activamente, sus hijos compartirán sus experiencias.
3. Es importante que ayude a sus hijos a sentirse bien consigo mismo. Sus hijos se sentirán mejor si usted tiende a valorar
sus logros, así como sus esfuerzos (independientemente de los resultados). Fortalecerá su autoestima si evalúa con ellos sus
acciones y no los critica a ellos como personas.
4. Es muy importante que ayude a sus hijos a desarrollar valores firmes y adecuados. Un sistema firme de principios y
valores puede ayudarles a tomar decisiones basadas en hechos reales y no en la presión ejercida por sus amigos o
compañeros. Para ayudarles, sus propios mensajes al respecto tendrían que ser claros y coherentes, razonando juntos sus
afirmaciones.
5. Ser un buen ejemplo para ellos. Los padres son modelos para sus hijos, aunque no lo quieran. Por eso, sus actitudes
hacia las drogas y sus hábitos de consumo influyen decisivamente en el comportamiento de su hijo. Ser un ejemplo saludable,
es uno de los pilares de la prevención. Los hijos no hacen lo que uno dice, sino lo que uno hace.
6. Es muy importante ayudar a sus hijos a afrontar la presión de los compañeros. Los hijos que han aprendido a ser
respetuosos, cariñosos, seguros y responsables de sí mismos, tienen más posibilidades de afrontar la presión de cualquier
grupo y pueden tomar decisiones sanas. 7. Establecer normas dentro de la familia sobre las drogas, es muy apropiado.
Es muy útil establecer reglas específicas respecto al consumo de alcohol, tabaco y demás drogas dentro del hogar, así
como las consecuencias de su uso indebido. Las normas claras en una familia favorecen el desarrollo del individuo en
relación con la sociedad.
8. Fomentar actividades sanas y recreativas. Estimule la participación de sus hijos en este tipo de actividades, procurando
su diversión y desarrollo: deportes, lectura, música, asociaciones juveniles, Tan importante como lo anterior, es realizar1
actividades “con” sus hijos, de acuerdo con las diferentes edades: excursiones, juegos, visita a museos, caminatas, etc.
9. Agruparse con otros padres. Conozca a los padres de los amigos de sus hijos y sepa qué piensan acerca del consumo
y la prevención del tabaco, el alcohol y las demás drogas. Esto le ayudará a comparar y reforzar las pautas de actuación que
lleva a cabo dentro de su familia.
10. Solicite ayuda si tiene algún problema relacionado con el alcohol o demás drogas. Acercarse, conversar y observar
a su hijo le permitirá discernir, si quizás su hijo se está iniciando en el consumo de alcohol o drogas. Si descubre que puede
haber un problema, no dude en pedir ayuda lo antes posible. Sin embargo:
No se desespere . No todos los que se inician en el consumo de las drogas se convierten en drogadictos. Tampoco vamos
a esperar que esto suceda. SEA PRUDENTE.
No lo culpe, ni le eche en cara todo lo que usted ha hecho por él, ni lo mucho que usted sufre, ni se sienta víctima por nada.
No se convierta en perseguidor, obsesionado por seguir sus pasos, o revisar sus cosas.
La escuela no es solo un lugar donde se adquieren aprendizajes conceptuales, sino que sirve también para adquirir
aprendizajes relacionados con la conducta social, aprendizajes afectivos y de actitudes que son necesarios para enfrentarse
adecuadamente al consumo de drogas.
2
La educación para la salud es uno de los temas transversales sobre los que la
escuela ha de trabajar proporcionando el marco apropiado para incorporar la prevención
del abuso de drogas, ya que las conductas de consumo de drogas forman parte de una
serie de posibles estilos de vida no saludables.
Educar para la salud supone informar y responsabilizar al individuo para que adquiera los conocimientos, procedimientos,
actitudes y hábitos básicos para la defensa y formación de la salud individual y colectiva.
No debemos identificar la educación para la salud con la prevención del consumo problemático de drogas. Hacer prevención
del consumo problemático de drogas supone, además de trabajar hábitos de alimentación, higiene, etc,. tratar otros factores
tales como autoestima, presión de grupo, etc.; y en algunas ocasiones, dependiendo de la edad de los alumnos y su relación
con las drogas, se necesitará de intervenciones más específicamente centradas en el uso de drogas.
_______
REFERENCIAS:
1
Prevenir el uso indebido de las drogas: Orientación para Padres, en www.casinada.com
2 Idem.
En Grecia, aproximadamente hacia los 600 a.C., se inicia la sistematización del pensamiento en búsqueda de la verdad, es
el surgimiento de los sistemas filosóficos o, lo que es lo mismo, el uso racional de la razón para explicar la realidad y
encontrar el principio de todas las cosas, lo que permanece a pesar de todos los cambios. En esta época llamada “Clásica”
se van a presentar sistemas que postulan la existencia de uno o varios elementos como principio y origen de todo cuanto
existe; lentamente se va presentando la idea de algo inmaterial como el verdadero sustrato de la realidad. Sobreviene así el
sistema filosófico que algunos llaman “humanismo” griego, que al postular la existencia de un Dios único -aún imperfecta
esta idea- diferente a los venerados en ese entonces, va a costar la vida al maestro Sócrates; este asesinato es el que
protegerá a Platón para desarrollar la idea sobre el “topos uranos” o mundo de las ideas y que posteriormente Aristóteles
fundirá con el motor inmóvil -casi la idea de Dios- que perfeccionaría Santo Tomás de Aquino en el Siglo XIII. El estagirita
logra pues, una intuición de Dios y del Alma casi perfecta.
Durante este esplendor griego van a surgir los sofistas que serán combatidos por Aristóteles al demostrar la falacia que
encierran esos sistemas. También surgirá el florecimiento del Imperio con Carlo Magno y, a su caída, el triunfo y esplendor
del pueblo romano que extenderá la cultura griega a todo el mundo conocido, perpetúandolo hasta nuestros días. Hay que
recordar que el pueblo griego no era perfecto y que existía al final una degradación que se recuerda con los bacanales,
perversión tan característica del estoicismo.
Roma por su parte, recoge la cultura griega y, según su costumbre, incorpora usos,
dioses, etc., a su sistema cultural, pero también incorpora aspectos degradantes. Du-
rante el esplendor romano llega la venida al mundo de N. S. J. C., su nacimiento en el
portal de Belén, la persecución del César romano y, posteriormente, su predicación,
pasión y muerte de Cruz en el Calvario: nace así el cristianismo que, a fuerza de sacrificio,
se habría de extender por todo el mundo. Sobrevienen las persecuciones de la naciente
Iglesia; llega la época de las gloriosas catacumbas; de los mártires cristianos; Constantino se
convierte; promulga el edicto de Milán dándole la libertad a los católicos y, reconociéndolos, se
logra la victoria mundial de la Cruz.
Hagamos un alto en este momento y pensemos que entre las diferentes etapas de la historia,
hasta ahora revisado, se sobreentienden culturas muy diferentes; en este momento podemos
constatar un teocentrismo muy diferente al de los primeros pobladores. ¿Qué ha ocurrido?, ¿Cómo
ha ocurrido este cambio radical?, ¿acaso es producto de azar? Veámoslo de nuevo con una postura
educativa, no ya meramente histórica.
Los griegos tenían como maestros de su juventud a los filósofos que en los liceos,
areópagos, etc., exponían su cátedra que se fundamentaba en un sistema filosófico y eran los Roma. El emperador
Augusto.
filósofos los encargados de educar a los dirigentes de la nación; eran, pues, los que marcaban las
pautas a seguir por la sociedad; elegían al más sobresaliente de sus discípulos para que continuara
con esa obra; se formaba así la élite directora de los destinos del pueblo. Por todo lo antes dicho, es
natural concluir que eran sumamente respetados por su importantísima labor educativa y formativa
de la juventud.
En Roma sucede algo similar y, generalmente, cuando se estudia su cultura, no puede pasar
inadvertido ese sistema de educación por clases, que caracterizaba a los patricios, centuriones,
etc. Es inevitable también, pensar en la época decadente de Roma cuando la élite se vuelve
comodina, aletargada, y cae la dirección del ejército romano en las manos de los bárbaros que
se encontraban en las legiones. Algo similar a lo que sucedió a Grecia con su bacanales y
orgías (llegando al homosexualismo) que provocaron la destrucción del gran imperio de Carlo
Magno, por mencionar a uno.
Al triunfo del cristianismo (313) que se logró después de ríos de sangre cristiana -verdaderos
mártires- sobreviene una nueva moral en el mundo conocido; se conquistan para la fe grandes
extensiones; se crean universidades, monasterios, etc., para educar a la sociedad, para guiar al
hombre a la vida eterna. La filosofía cristiana inicia como respuesta de los católicosa los herejes
que desde los primeros años trataron de destruir la cristianidad, con los apologistas o apologetas
que demuestran racionalmente la validez y veracidad de la doctrina católica como única verdadera.
Surgen, así mismo, los padres de la Iglesia, la época patrística, que sienta las bases o fundamentos
de la teología, protegiendo la religión del racionalismo y de todas las herejías (agnosticismo,
pelagianismo, arrianismo...).
Llegamos así, al tan afamado S.XIII, época del esplendor cristiano, donde la generalidad de
la sociedad finca todo su actuar en el objetivo del Ser Supremo, de la otra vida; todo se hace en
función del beneficio que aporta para la salvación del alma humana. Surge Santo Tomás
de Aquino con la escolástica y las universidades se desarrollan con el objetivo supremo de
la búsqueda de la Verdad, o lo que es lo mismo, llegar a DIOS. En esta época, la llamada
“Edad Media”, “Edad Oscurantista”, etc., se acusa a la Iglesia de evitar el desarrollo y
Grecia. El trágico Sófocles, autor muchas otras cosas más; un análisis ligero nos permite ver que es una sociedad altamente
de Antígona.
moral. Con temor de Dios, se respeta al ser humano por ser hijo de Dios y creatura suya, en fin, es esta fe la que va a
disminuir grandemente la esclavitud y va a impedir que los naturales de América sean tratados como animales con las “Leyes
de Indias”, dadas por los reyes católicos en su momento. Es una época en que la esclavitud era generalizada, común
aceptada por la sociedad.
Pero más claramente se le puede dar la misma respuesta que se dio a los positivistas en México: “¿De dónde salieron tan
cultos estos impugnadores si no fue de las escuelas Católicas?”, recordemos que Benito Juárez, por ejemplo, estudió en un
colegio Jesuita. Así en ese siglo XIII las universidades eran fundadas por la Iglesia y, en esplendor del Cristianismo en el
mundo, es la gloria de la escolástica, son reyes católicos. La fe y la filosofía Cristiana dan sentido y marcan este periodo de
la humanidad.
Consideramos que en este momento ya es claro para ustedes que la historia de los pueblos se desarrolla entre la iniciación,
esplendor y decadencia de una filosofía sobre la vida, una forma de vivir acorde con la respuesta que se dé a las preguntas
sobre Dios, hombre, mundo. Es como un péndulo de reloj que pasa de un extremo al otro. Los filósofos, los maestros y las
élites van a transformar los periodos históricos y dejarán su impronta indeleble sobre la misma; siempre un cambio cultural
es procedimiento por un cambio en las esferas pensantes de la sociedad, pero nunca ocurre lo contrario.
Es necesario explicitar que no porque se hable de cierto periodo y se mencionen sus características, se puede inferir que
absolutamente todos los que viven ese momento comparten la misma opinión, siempre van a existir opositores o, al menos,
personas que no estén totalmente de acuerdo o vivan con la misma intensidad la idea y características de la época. Si esto no
ocurriera la sociedad jamás cambiaría. Por otra parte hay que dejar en claro que el ser humano es, por esencia, imperfecto,
comete errores y fallas, por lo tanto es imposible que llegue a crear una sociedad perfecta; luego entonces habrá edades
mejores que otras, sociedades mejores que otras, pero no en un progreso continuo e irreversible.
El hombre es un ser perfectible, esto es, es sujeto de mejora constante y sus realizaciones también; el perfeccionamiento
del hombre y la civilización dependerán de la cultura y los principios filosóficos-teológicos que la sustenten; la cultura es la
creación objetiva del ser humano y encierra los bienes, valores y fines que cada hombre y la sociedad, en conjunto, tengan
como propios. Es claro que la escala de valores es la que determina a la cultura que se crea en una sociedad determinada, y
será la escala de valores que establezca la capa pensante de la sociedad, la que logre la transformación de la misma: “Los
grandes hombres hacen la historia”.
Montecassino
Por Arturo Ortega Ponce
Contrario a lo que se creía, el Monasterio de Cassino no se hallaba ocupado por los paracaidistas alemanes, tal y
como lo escribió el historiador británico Lidell Hart. El mariscal Kesselring, jefe de las fuerzas que sostenían el de por sí
diezmado frente de Italia, ordenó la instalación de centinelas a la entrada del monasterio para evitar que los soldados lo
utilizasen como refugio. Pero eso sí, permitió que dentro de esos vetustos y venerables muros, símbolos de la Cristiandad,
hallasen refugio una multitud de heridos, prófugos, enfermos, viejos, mujeres y niños que eran acogidos por los monjes.
Es un hecho incuestionable que los aliados especialmente los americanos, sabían que en el interior de la abadía no
había tropas alemanas y también que esos mismos aliados decidieron la destrucción de ese monumento no por motivos
militares, sino empujados por un deseo de destrucción anticatólica. Porque desaparecieron de la faz de la tierra uno de
los símbolos más significativos del catolicismo sin ser un objetivo militar. Fue una operación a todas luces vandálica.
Dice Vittorio Messori que cuando se viaja por Italia hacia el sur de Roma aún se puede observar la abadía de
Montecassino que se alza sobre la acrópolis, aunque sólo se trate de una reconstrucción completa, de una falsificación
histórica.
Como siempre, nos preguntamos ¿Porqué los juzgadores de Nuremberg no han pasado revista por los bombardeos
de los genocidas a ciudades hospitales como Dresde, o por la destrucción de símbolos cristianos como Montecassino y
hasta por la nada salomónica decisión de Truman de arrasar a Hiroshima y Nagasaki cuando Japón ya había perdido la
guerra? ¿Quedarán las víctimas condenadas al olvido?
__________
Bibliografía
Yo no sé a qué nacemos, cuando, con Buda o Jesús, reunciamos al mundo; pero sí es indiscutible la nobleza de una
renuncia que se anticipa al dictado fatal de la muerte y desafía la muerte; sí, es indiscutible que es necesario, después de
conocer la vida, poder decirle:¡Basta! Sin esa renuncia y sin esa exigencia de algo mejor, parece que serán necesarias
nuevas encarnaciones para que intentemos otra vez exceder con el corazón todo lo humano, para alcanzar la estirpe del
semidiós, del ángel, del bienaventurado.
Los buenos libros reprueban la vida, sin por ello transigir con el desaliento y la duda. Para comprenderlo, basta
leerlos, y observar cómo los juzgan los temperamentos sanos y fuertes. Porque el enfermo desea la salud, como el débil
venera la fuerza y como el mediocre ambiciona la dicha, y los tres son optimistas. Pero el sano y alegre de corazón, el
valeroso y audaz, se vuelve exigente y reclama lo que aquí no se encuentra. Frente al sibarita que me brinda deleite y el
profeta que me señala el valle de lágrimas, acaso vacilo, pero comprendo y respeto al que me dice: “Es precioso”, y me
río y desprecio, cuando paso a la vera del que exclama:”Qué bello”, “Qué bueno”.
Y es que la verdad sólo se expresa en tono profético, sólo se percibe en el ambiente trémulo de la catástrofe. Así
habla en el verbo esquiliano, así se teje gloriosamente en el diálogo platónico, así estalla en la opulenta sinfonía moderna2.
También Eurípides, uno de los libres y grandes que por aquí han pasado, comprendió lo humano con tal claridad, que,
movido de compasión, se puso a escribir sus visiones, cuidando de repetir a cada instante el consejo sabio y sincero, para
el que somos tan sordos. “Desconfía, no te engrías en tu goce. No te llames feliz hasta la hora de tu muerte; antes no
sabes lo que el destino te reserva”. “Para qué quieres gloria, hermosura, poder... Mira la casa de Príamo; escucha los
lamentos de Hécuba. ¡La fiel Andrómaca comparte el lecho del vencedor! El pequeño hijo de Héctor acaba de perecer,
y de toda la grey ilustre, queda tan solo la teoría de las troyanas esclavas, implorando en vano, mientras caminan al
destierro! ¡Para qué tienes hijos!”.
Mas como la verdad causa terror y muchos se alarman de los corolarios que cualquier espíritu implacablemente
sincero podría deducir de estos evangelios inmortales, los representantes del rebaño que no quiere morir, y que todavía,
además, se encapricha en engendrar, los representantes del rebaño, los hombres inteligentes, con Aristóteles a la cabeza,
nos inventan interpre-taciones moderadas como cuandos nos dicen que la tragedia alivia porque la representación del
dolor causa alegría, y que así el principio de la vida triunfa sobre sus negaciones. ¡Parecen temer que algún día los
hombres comprendan, y por eso escriben los libros que nos vuelven a la calma y al buen sentido, los libros que nos
engañan: los libros que leemos sentados porque nos apegan a la vida!
Es aventurado arrogarse el papel de consejero de los jóvenes. No presumo de serlo. Reconozco que la generación es
dueña de su conciencia y dueña de su propio destino. Lo que puedo decidir tiene otro valor que el de una experiencia
humana, cuya autoridad no es otra que la de ser sincera. Me presento ante vosotros con una conciencia que contempla
su momento histórico, participa de sus angustias y pone a vuestra disposición una parte de las reflexiones que drama tan
intenso suscita. Delante de nosotros muchos viejos sistemas se hallan en bancarrota. Doctrinas que parecían perdurables
han mostrado su interna gangrena, se derrumban impotentes. Ideas que ayer nomás recibían acatamiento general, vense
condenadas al descrédito. Seguimos anhelando la libertad y la justicia, pero han variado totalmente los caminos que
emprendemos para buscarlas. Por todas partes el liberalismo derivado de la Revolución Francesa es enjuiciado, y
nuevos programas conducen a soluciones más certeras del problema social. El fundamento cristiano de toda reforma
fecunda empieza a ser reconocido y adoptado como base de la reconstrucción. Relegamos a un olvido piadoso el
reformismo culpable que hizo de la política un instrumento de mañas que se destrozaban entre sí con el antifaz de
partidarismos que a la postre han debilitado y corrompido el cuerpo de la Patria. La ambición de mando y la codicia
tiemblan hoy ante la exigencia de honestidad y de sinceridad que convierten la política en un apostolado. La renovación
alcanza al pasado inmediato y revisa la historia. Las leyes de la época jua-rista consolidaron la discordia al dividir a la
nación en dos bandos irreconciliables: libe-rales y reaccionarios, que por otra parte y con frecuencia han coincidido tan
sólo en la codicia con que al amparo de libertades falsas se enriquecieron dentro de la impunidad de un capitalismo sin
frenos. Bajo etiquetas aparentemente distintas y al amparo de leyes necias, la riqueza nacional pasó a manos del
extranjero, en tanto que la Iglesia y el campesino se hicieron pobres. Las leyes de amortización, al disolver las comunidades,
dejaron la propiedad agraria a merced del latifundio nativo y de las concesiones imperialistas. La Universidad del
porfirismo recogió la doctrina que se llamó de los científicos, o sea, un evolucionismo que en nombre del filósofo
Spencer, justificaba como derecho de los fuertes el atropello y el abuso de la clase gubernamental.
Vino por fin el estallido revolucionario. Las aspiraciones nacionales quedaron definidas por Francisco I. Madero en
su Plan de San Luis Potosí, que contiene el ideario de todo lo bueno que más tarde se ha hecho o se ha debido hacer.
Desventura para la Patria fue que Madero no hubiese podido llevar al término su obra.
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Con Madero se habrían resuelto en forma sensata todos los problemas económicos. Su política generosa, iluminada
por una inteligencia superior, habría puesto las bases de una unidad nacional fundada no en la mezcolanza de los valores,
sino en una valiente reforma de los preceptos antiliberales de la Constitución, al mismo tiempo que se habría logrado la
paz política en la única forma en que ella es perdurable, o sea, el respeto al sufragio, que garantiza el funcionamiento de
los partidos.
Sacrificado Madero en la forma inicua que todos sabemos, el pueblo mexicano tornó a demostrar su salud y su
entereza levantándose en armas para consumar el castigo de los usurpadores. Pero la Revolución había perdido el
corazón y la cabeza y a la hora del triunfo tan sólo tuvo brazos para lanzar golpes de venganza que acabaron por
volverse contra los mismos vencedores deshonrados por el faccionalismo. Se pretendió desacreditar al amor y se hizo
bandera del odio. Triunfaron ensayos socializantes que engañaron la opinión, en tanto que los más altos jefes ejercían la
dictadura y ávidos de riquezas se burlaban de todas la intenciones nobles que, según decían, eran la causa del fracaso
maderista.
Mientras tanto, el mundo se transformaba como consecuencia de las últimas grandes guerras. En la crisis se vio
claro que el liberalismo se había prostituido falto de algún contenido de piedad que hubiera puesto límite a ambiciones de
lucro que desató el capitalismo. Por su parte, el socialismo se fue encaminando por lógica materialista hacia el odio de
la lucha de clases, para caer finalmente en los horrores de la dictadura política de tipo soviético.
Y llegamos al momento actual en que los pueblos exigen radicalimo, pero en la verdad; vida libre, pero libre de las
intervenciones exageradas del Estado. Fatigados de padecer la hipocrecia y el abuso, cada uno de nosotros vuelve la
vista a los eternos modelos de la conducta del hombre. Volvemos a reconocer, como antaño: que quien ha de ser guía
y jefe de los hombres, ha de comenzar ejercitándose en el riesgo y el sacrificio, antes de
exponerse a las tentaciones del poderío. Los tiempos están maduros para el cambio,
no sólo porque nuevas generaciones educadas en el sufrimiento están ingresando
en la vida pública, sino porque también los viejos sistemas se hayan gastados, no
sólo porque habían llegado a ser abstracciones y palabras vacías de contenido:
igualdad según el capitalismo; fraternidad, no en Cristo, sino en la mafia; y libertad,
según las directivas del partido, sino porque ni siquiera las pobres abstracciones
postuladas se pusieron jamás en práctica. Mentes distinguidas de nuestro país han
insistido en que el peor mal de México se halla en las discrepancias que han venido
subsistiendo entre la ley escrita y las prácticas de nuestra convivencia política. El
contraste deshonroso ha perdurado, quizás porque las doctrinas mismas no eran en
realidad ni sinceras ni generosas. Desprovistas del amor del prójimo a la manera
cristiana, es decir, fundadas no en humanismos huecos, sino en la divinidad
que otorga a cada hombre el ser hijo de Dios, era natural que semejantes
credos políticos cayesen rápidamente en la corrupción y el descrédito.
Ahondando hoy en la verdad, nos damos cuenta de que no es, la etiqueta del
partido lo que debe separar y distinguir a los hombres, sino la fidelidad que unos,
y otros hayn guardado a los principios que están por encima del partidarismo,
la política y la Patria misma, como son: la verdad, la justicia y el bien. En
todos los órdenes, las viejas divisiones pierden sentido; porque es la hora de
levantar nuevas banderas y de construir regímenes altos y limpios. Una
ideología es el umbral de cada periodo progresista y creador. No es hora de
restarurar, sino de crear. Quizás a vuestra generación toque la hora de dar la
vuelta al timón de los destinos patrios. Para merecerla habráis de conquistar
V.
Afortunadamente para nosotros, los pueblos más adelantados de nuestra época están resolviendo los problemas
contemporáneos de modo firme y profundamente justo. En México mismo, el cambio se anuncia, si no todavía en
organizaciones positivas, sí por lo menos en el descrédito en que se hallan las viejas banderías.
Por ahora, sólo podemos decir que padecemos la obscuridad y el tormento de estos años deshonrados por la confusión
y la mentira. No sólo nosotros, todo el mundo, se ha visto envuelto en el terror de transformaciones apocalípticas. Y
cada nación va saliendo del caos depurada en su orgullo y mejor dispuesta para las creaciones del mañana. Nuestros
ancestros españoles iniciaron en la historia de la era oceánica de que habla Toynbee. Y los hispanos de hoy en la
península y en el Nuevo Mundo, tenemos que contribuir a la misión de estructurar nuevas condiciones humanas de
convivencia y de progreso. Un soplo de esperanza conmueve los ánimos de los que son sinceros y honrados. Los
materiales para la reconstrucción seguramente que no nos faltan. Nos hallamos al centro de lo que quizás mañana el
historiador califique de una Edad de Oro de las almas. En todos los órdenes se están produciendo en estos días, nuestras
obras del espíritu de una profundidad que ya parecía imposible lograr. En las ciencias y en el pensamiento, el genio se
está manifestando quizás como nunca en el corto espacio de años, desde la segunda guerra a la fecha. Libros clave
aparecen todos los días. Se diría que el espíritu, en compensación de las múltiples calamidades de nuestro tiempo, se ha
puesto a manar por las fuentes cristalinas de un sinnúmero de conciencias nobles y despejadas. Bebed en sus aguas. No
aceptéis otros maestros que maestros geniales. La dorada mediocridad, el pomposo conformismo, son patrimonio de
fariseos. Los tiempos creadores, encarnan en personalidades valientes y luminosas. Acabo de mencionar los libros de
nuestro tiempo. Anda por allí, lo suficientemente divulgado, uno que debiera pasar a la memoria de todos los jóvenes del
mundo hispánico, el “Felipe II” de Thomas Walsh, que pone en evidencia toda la intriga fraguada por los Francis Bacon
y los dos Cecil y los que, haciendo su prisionera a la reina Isabel, la obligan a renegar de su primitiva fe católica, para
extender por el mundo un dominio que por tantos años logró cobijarse bajo la bandera de la Gran Bretaña. Donde este
dominio no se impuso por las armas, se infiltró mediante la propaganda, Nos llega a nosotros, con Carlos III, calificado
de progresista, el instrumento de la penetración extraña y que en México reemplaza el poder de los municipios, que eran
semilla democrática, con la arrogancia de las intendencias que son el origen de nuestros sistemas militaristas. No es
patriota ni sincero aquel que, confrontado con pruebas de calidad tan evidentes, no comprenda la necesidad de una
reforma total del criterio.
Que el espíritu de la Patria no ha muerto, lo estáis probando vosotros en esta reunión, en la cual he contemplado el
destello de luz de vuestros ojos juveniles y la fuerza de pasión contenida en vuestros corazones. Que mañana seais
vosotros la generación que encarne y realice los anhelos patrios en armonía con las grandes corrientes que buscan hacer
del mañana un mundo radiante, tal es el voto de este amigo vuestro que acosado por los años y no por los combates, ya
no podrá acompañaros en la lucha, pero os ofrece los raudades de su fe para engrosar las fuerzas del espíritu que han
de traernos por sobre lo humano, el triunfo definitivo de lo absoluto. (Tomado de la memoria del XIX Congreso de la
Confederación Nacional de Estudiantes. 27-30 septiembre de 1952, Monterrey, Nuevo León).
________
NOTAS:
1. Dentro de esa clasificación que hace Vasconcelos, se podrían incluir a Cervantes, Milton, Shakespeare, Klopstock, Dostoievsky y Goethe.
2. Muestra magnifica de esos escritos “para leer de pie” es el mensaje de Vasconcelos a la juventud mexicana, mismo que arriba se
transcribió.