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Academia

Número 17
CONTENIDO
Octubre - Noviembre 2000
Editorial
La educación frente al nuevo siglo

Pedagogía
Formación universitaria
en la era de la información

La educación médica en el nuevo milenio


¿Verdaderamente educamos científicos?

Pedagogía
Educación en el arte

Habilidades de comunicación
Importancia de la “escritura creativa”

Filosofía
El debate entre varones y mujeres

Pedagogía
Influencia del equilibrio mental
del educador PORTADA:
"Los cuatro filósofos" (1611-1612), Palacio Pitti,
Para leer y guardar Florencia. Peter Paul Rubens.
De un jalisciense a los jóvenes
universitarios
E D I T O R I A L

La educación frente
al nuevo siglo

ES INDISCUTIBLE QUE VIVIMOS UNA ÉPOCA de importantes cambios en el mundo y que estos tienen un impacto
significativo en el ámbito educativo: las nuevas tecnologías, los nuevos requerimientos de la sociedad, el mundo cada
vez más globalizado, etcétera, exigen de las instituciones educativas y, principalmente, de los educadores, asumir los
grandes retos que ello implica, pero sin perder de vista la finalidad del proceso educativo.

La sociedad,hoy al igual que lo ha sido a lo largo de la historia de la humanidad, requiere de la formación integral
de hombres y mujeres, y esta solo se logrará en la medida que se atienda adecuadamente los aspectos substanciales
de la naturaleza humana. A los estudiantes se les ha de preparar, no solo para el dominio conceptual de tal o cual
disciplina , arte o ciencia, sino también para que sepan distinguir el bien del mal (para que actúen conforme a la recta
moral), y la verdad de la falsedad (para que actúen conforme a la recta razón), y que se comprometan a actuar en
congruencia de los más altos principios y valores de la humanidad. Para ello es que debemos preparar a las nuevas
generaciones.

Las nuevas métodos y técnicas, la adopción de nuevas estrategias, el uso de las nuevas tecnologías y todas las
bondades que nos ofrece la civilización, no son ni pueden ser fines en sí mismas, sino que debemos utilizarlas como
medios para hacer más fácil y enriquecedor ese proceso de perfeccionamiento que es la educación.

Pero, lo antes dicho implica también que no nos podemos quedar atrás en la adopción de los mejores medios,
y para ello se requiere que los dominemos, que seamos capaces de arrancarles todas sus bondades, pero que
también estemos prevenidos contra sus riesgos y peligros para evitarlos o minimizar su impacto.

La labor del educador en el nuevo siglo es cada vez más exigente, pero no por ello debemos resistirnos a asumir
el reto de seguir siendo “forjadores de almas”, que piensen y actúen con los pies en la tierra, pero con los ojos
puestos en el cielo.

EL EDITOR
P E D A G O G Í A

PRIMERA PARTE

For mación universitaria en la


era de la infor mación
Por: Ismael Zamora Tovar

1. La era de la información y la educación

Los continuos avances tecnológicos han producido un gran impacto en todas las sociedades del orbe. Este
choque ha sido mayor en Latinoamérica y particularmente en el ámbito universitario. La telemática se ha consolidado
e impuesto en el escenario mundial logrando el liderazgo, hoy se publican aproximadamente dos millones de artículos
científicos por año en ochenta mil fuentes, lo cual ha obligado a la humanidad a buscar tecnologías para procesarla,
ordenarla, almacenarla y difundirla (Avila 1997).

Las nuevas tecnologías ofrecen nuevas oportunidades y presentan nuevas amenazas y problemas. La explosión
de la información, el ancho de banda de las redes de datos y la potencialidad de las tecnologías basadas en internet,
hacen de los centros educativos unas de las principales áreas de aplicación de la infraestructura de la información. La
información necesaria para las universidades y para los académicos probablemente cambie rápidamente. Estos
últimos años nos hemos concentrado en el mejoramiento de la información tradicional, que es casi exclusivamente
una información acerca de lo que ocurre en el interior de la organización. La rendición de cuentas, es el sistema
tradicional de información y el único, en que todavía confían la mayoría de los ejecutivos de las universidades, pues
registra lo que ocurre dentro de la universidad.

Todos los cambios y mejoras que se producen, transitan por la rendición de cuentas, el directivo innovador y el
análisis del valor económico, todavía basados en la información acerca de los acontecimientos dentro de la institu-
ción. Los datos producidos por la mayor parte de los nuevos sistemas de información tienen ese propósito. En
realidad, aproximadamente el 90 por ciento o más de los datos recogidos por cualquier universidad constituye
información acerca de los acontecimientos internos. Para Cetto y Vessury (1998):

“Los partidarios del enfoque pragmático consideran que el grueso de las universidades latinoamerica-
nas mas que centros productores de conocimientos, han sido productores de diplomas para mercados no
competitivos”.

Una estrategia ganadora, exigirá cada vez más información acerca de los hechos y circunstancias externas a la
institución: los estudiantes de niveles anteriores, otras tecnologías diferentes de las utilizadas corrientemente y sus
competidores actuales, los sectores de la sociedad a los que no se llega.
Foto. Y. Velasco V.
Sólo con esta información, una universidad puede decidir cómo asignar
sus recursos de conocimiento para producir el más alto rendimiento. Ade-
más, solamente con esta información la universidad puede prepararse para
los nuevos cambios y desafíos que sudan de las modificaciones repentinas
en la ciencia, la tecnología y la economía mundial, y en la naturaleza y
contenido del conocimiento mismo.

La magnitud y alcance de la información producida constituye un


recurso crucial que caracteriza a nuestros tiempos, así como la evidente
interdependencia entre las naciones.

Si como dice Cleveland (1986), tomamos en serio la idea de que la


información, mediante su perfeccionamiento, el conocimiento y la sabidu-
ría, es un reto crucial. Entonces, la información debe ser considerada como
un componente importante y el desarrollo de habilidades informativas esen-
ciales para las nuevas estrategias de desarrollo. En esta perspectiva las
instituciones educativas deben considerar el desarrollo de habilidades in-
formativas como una prioridad de aprendizaje. Es evidente que la infor-
mación es un elemento estratégico en cualquier propuesta de desarrollo.

El desarrollo de métodos rigurosos para recoger y analizar la infor-


mación externa llegará a ser un desafío cada vez mayor para los rectores, directores de escuela, profesores y para los
expertos en información.

Por otra parte, es pertinente señalar que ciertamente nos encontramos en un océano de información y no en una
explosión de conocimientos y que información no es igual a educación. De hecho, el fundamento de la excelencia
educativa se encuentra en la Verdad y el Bien y su búsqueda se da por el desarrollo de las habilidades intelec-
tuales y hábitos morales.

Este siglo es el siglo de la información, la cual aumenta a un ritmo superior en relación a los recursos para
captarla, por lo que surge la expectativa acerca de qué caminos tomar, qué campos penetrar, qué metas trazar. La
universidad debe dedicarse a enfrentar esta realidad que la afecta como totalidad. No obstante, lo más importante es
afrontar el cambio constante y aprender a dimensionar los conocimientos para abstraer lo permanente, la esencia que
sirve como principio para la mejora.

En virtud del desarrollo científico y tecnológico el conocimiento se vuelve constantemente


obsoleto, por el perfeccionamiento del mismo. El conocimiento está sometido a cambios abrup-
El funda- tos y rápidos; por ejemplo, de la farmacología a la genética en la industria de la salud, o de la PC
mento de al Internet en la industria de la computación. La productividad del conocimiento y de los trabaja-
dores instruidos no será el único factor decisivo de la economía mundial. Sin embargo, es proba-
la excelen- ble que llegue a ser el factor decisivo, al menos para la mayoría de las industrias en las naciones
cia educa- desarrolladas. La probabilidad de esta predicción tiene aplicaciones para las universidades y para
tiva se las empresas. (Druker, 2000)
encuentra
en la Ver- La modificación del conocimiento relevante y de su contenido hará que la economía mundial
dad y el continúe siendo altamente turbulenta y competitiva, propensa a cambios abruptos.
Bien
Foto. Y. Velasco V.
El conocimiento hace móviles los recursos.
Los profesores expertos tienen el conocimiento
en sus mentes y por lo tanto pueden llevárselo
con ellos. Al mismo tiempo, el conocimiento ne-
cesario para las organizaciones es probable que
cambie continuamente. Como resultado, en las
universidades desarrolladas, una proporción cre-
ciente de los maestros más capaces, consistirá
cada vez más en individuos que no podrán ser
“manejados” en el sentido tradicional de la pala-
bra. En muchos casos, ni siquiera serán emplea-
dos de la universidad para la cual trabajan, sino
más bien asesores, expertos, profesores de tiempo
parcial, socios en programas conjuntos, etc., y una cantidad creciente de esas personas se identificará por su propio
conocimiento más que por la organización que les paga.

Hay un cambio verdadero en el significado de la organización y administración universitaria, pues cada entidad
tendrá que ser concebida para una tarea, momento y lugar específicos. El área más importante para el desarrollo de
nuevos conceptos, métodos y prácticas estará en la administración de los recursos de conocimiento que posee la
universidad.

2. Enseñar a pensar el objetivo de la educación en la era de la información:

El contexto de la sociedad de la información fortalece la necesidad de desarrollar dos tipos de compe-


tencia en los universitarios del Siglo XXI, por un lado el desarrollo de habilidades del pensamiento y de
información y por otro, la permanencia y fidelidad en la búsqueda de la Verdad y el Bien que dan sentido y
significado a lo que se aprende.

El reto que tienen planteado los profesores universitarios es orientar a los estudiantes acerca de cuáles informa-
ciones seleccionar, procesar y adaptarlas a sus investigaciones y trabajos. Esto con el fin de que el estudiante no
pierda tiempo valioso en la selección e interpretación de la información; pero la información carece de sentido si
quien la utiliza no tiene las habilidades del pensamiento necesarias para interpretarla y con ello darle el significado, el
sentido, y el valor que esta tiene.

Se identifican cinco tipos de conocimiento en el enfoque de la economía basada en la información los cuales
son: el saber qué, el cual se refiere a hechos; el saber por qué, es el conocimiento científico y tecnológico de las
leyes y principios de la naturaleza; el saber cómo, se conforma por las habilidades y capacidades para hacer algo,
este tipo de conocimiento se genera principalmente en las empresas industriales generando con su necesidad las
alianzas estratégicas. El saber quién, se refiere a la información sobre quién sabe qué y quién sabe cómo hacer algo;
este tipo de conocimiento permite establecer contactos profesionales y científicos con expertos. La información se
identifica con los dos primeros y se caracteriza por que puede ser codificada. El saber cómo y el saber quién, es el
conocimiento denominado tácito utilizado en las funciones de producción económica y tienen un valor en el mercado.
(González Cuevas 1997.-S-9). Finalmente se identifica un quinto tipo de conocimiento que es el saber para qué,
que da sentido, significado, relevancia y pertinencia al quehacer del hombre y se relaciona con la filosofía.

La acumulación del conocimiento tácito necesario para manejar en forma eficiente el conocimiento codificado,
solo puede lograrse a través del aprendizaje, lo que requiere que las instituciones educativas realicen inversiones para
que los universitarios adquieran habilidades relacionadas con los conocimientos codificados y tácitos.
En la actualidad no es necesario salir del hogar para tener acceso a las mejores bibliotecas de los grandes
centros de información mundial. Los libros de texto, podrán ser sustituidos por enciclopedias y grandes cantidades
de información en áreas específicas del conocimiento, almacenadas en discos compactos. Con estas tecnologías el
estudiante podrá definir cómo desea aprender y en lugar de apoyarse en las actividades unidireccionales que acon-
tecen en el aula y de los denominados libros de texto, tendrá a su disposición una fuente amplia de recursos que
contribuirán al aprendizaje innovador durante toda su vida.

Los profesores tendrán ahora que orientar a sus estudiantes en la selección adecuada de datos, información y
conocimientos.

Ninguna de las Nuevas Tecnologías reemplazan al profesor, antes por el contrario, se requiere un docente
conocedor de la asignatura que enseña, con una formación axiológica sólida que le permita ser ejemplo para el
estudiante, pero también es necesario que sea competente en el uso de la tecnología a fin de utilizar las mejores
combinaciones de estrategiasnes de estrategias educativas para el logro del aprendizaje.

Las universidades del futuro se modificarán, no sólo por los roles que se le asignen o por el tipo de relación que
se establezca en ellos, sino, también porque su enseñanza se apoyará en nuevas herramientas tecnológicas. Serán
centros con más información y, sobre todo, con nuevos modos de tratamiento de esa información, afectados, por las
nuevas tecnologías y sus productos: el enorme crecimiento de la cantidad de información y de las posibilidades de
comunicación y la conversión del conocimiento en recurso.

El proceso de enseñanza y aprendizaje desde la perspectiva de la teoría de la comunicación , se establece en


ámbitos de relación maestro, alumno, contenidos, actividades, recursos y evaluación. En este enfoque es más fácil
comprender la inclusión de las tecnologías de la información como “mediadores” en dicho proceso. En este contexto
los elementos “en relación” que integran y perfilan el proceso didáctico (profesores, alumnos, actividades, conteni-
dos, recursos, evaluación) pueden ser el eje central de la acción didáctica y en esta forma tendríamos procesos
centrados en la enseñanza de los profesores, en el aprendizaje de los alumnos, en las actividades de docentes y
discentes, en los contenidos o en los recursos de información.

Las tecnologías de la información y de la comunicación, desde el punto de vista didáctico, deben considerarse
como medios y recursos, esto es, hemos de entenderlas como herramientas, al servicio de los procesos de enseñanza
aprendizaje. Su utilización se justifica por la propia naturaleza de ese proceso de enseñanza aprendizaje. Su impor-
tancia dependerá del tipo de alumno, actividad, con-
tenido u objetivo pretendido y en el establecimien-
Foto: E. A.L.

to de su sentido en el contexto de su acción didác-


tica.

Las Nuevas Tecnologías de la Información y


la Comunicación (NTIC) deben entenderse como
el conjunto de herramientas, soportes y canales para
el tratamiento y acceso a la información , que gene-
ran nuevas formas de expresión, nuevos modos de
acceso y nuevos modelos de participación y re-
creación cultural.

No es extraño que se esté dando un nuevo


concepto de mediación educativa, en la medida en
que su incorporación afecta el modelo de relación
entre el individuo, la cultura y la enseñanza. Por esto su uso exige formación. Hay que estudiar su inclusión, analizar
su eficacia, los efectos psicológicos de su uso, el funcionamiento de programas articulados sobre esos medios, los
efectos en el aprendizaje, etc., para poder aprovechar sus ventajas y también para poner a la enseñanza al nivel de
los avances que pueden ayudar a mejorarla.

Beynoon y MacKay (1999) afirman que un maestro tecnológicamente alfabetizado necesita:

“Tener acceso a las lecturas e ideas relacionadas con el uso de la tecnología.

Apreciar el carácter no neutral de la tecnología y adquirir un marco de referencia tecnológica amplio que le
permita saber por qué está haciendo lo que hace y por qué no hace otras cosas.

Sentirse seguro en su habilidad para apropiarse de la tecnología y no enfrentarlo a prácticas tecnológicas que
van más allá de sus capacidades.

Adquirir un marco conceptual y un discurso que les permita hablar acerca de la comunicación mediada por
computador y evaluar su uso.

Teorizar acerca de su propia experiencia tecnológica y no caer en la copia de modelos e


implementaciones ajenos”. (Citados por Moreno, 2000 p. 62).

Las uni- Se trata de mejorar la estructura comunicacional al sistema educativo a fin de superar algu-
versida- nas de las brechas que más nos dé la sociedad del conocimiento.
des del
futuro Las tecnologías de la información y la comunicación al incorporarse en la enseñanza y apren-
serán dizaje ofrecen (Salinas, 1994:16):
centros * Posibilidades de estandarización y de adecuación a las necesidades individuales y de la
con nue- enseñanza. Descentralización de la enseñanza y el aprendizaje.
vos mo-
dos de * Reducir el tiempo y el costo de la formación.
trata-
miento * Atender un mayor número de necesidades de aprendizaje.
de infor- * Variar el tiempo y el espacio de la enseñanza.
mación...
* La autoformación.

* La disponibilidad de informaciones de diferente tipología en todo tiempo y lugar.

* La interacción con grandes audiencias.

* La interactividad bajo el control del usuario.

* La apertura, sobre todo con el uso de las redes de información y formación.

* Flexibilidad / adaptación a gran número de necesidades de los alumnos, de estrategias de aprendizaje, de


enseñanza, etc.
* Facilidad de acceso.

* Sistemas de apoyo a usuarios.

* La organización de complejas actividades de enseñanza.

* Rentabilidad de tiempo, esfuerzo y costo.

* La incorporación de sistemas multimedia.

En la formación inicial y permanente del profesorado, se ha de procurar que los profesores posean (González,
2000:8-9):

* Conocimientos sobre los procesos de comunicación y de significación de los contenidos que generan las
NTIC, así como, un consumo equilibrado de sus mensajes.
Foto: Dpto. de Producciones, ICB

* Conocimientos sobre las diferentes formas de


trabajar las nuevas tecnologías en las distintas disci-
plinas y áreas, es decir sus estructuras epistemológicas
y contenidos.

* Conocimientos organizativos y didácticos so-


bre el uso de las NTIC en la planificación de clase,
programa y del centro educativo.

* Conocimientos teórico - prácticos para anali-


zar, comprender y tomar decisiones en los procesos
de enseñanza - aprendizaje con las NTIC.

* Dominio y conocimiento del uso de estas tec-


nologías para la comunicación y la formación perma-
nente.

El futuro docente deberá poseer criterios válidos para la selección de materiales, así como, conocimientos
técnicos suficientes para permitirle rehacer y estructurar de nuevo los materiales existentes en el mercado para
adaptarlo a sus necesidades.

El usuario universitario actual tiene más recursos informativos a su alcance, pero difícilmente tiene mayores
habilidades para aprovechar la información, porque pertenece todavía a una generación donde los recursos informa-
tivos no son el factor indispensable para su progreso escolar.

El autor es Coordinador Académico del Área de Humanidades y profesor del posgrado en Educación, en la UAG.
P E D A G O G Í A

LA EDUCACIÓN MÉDICA DEL NUEVO MILENIO

¿Verdaderamente
educamos científicos?
Por: Ma. Teresa Ramos López

«Repruebo la educación que prepara alumnos


para la escuela y no hombres para la vida»
Séneca

EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS LA SOCIEDAD ha percibido que el objetivo de la profesión médica no es solamente el curar
enfermos y tratar enfermedades, sino que además debe de cubrir otros aspectos básicos que la disciplina reclama; es
determinante la manera como han sido educados los médicos en las diferentes facultades del país, en donde tal vez,
se ha perdido el objetivo fundamental de preparar científicos con mentes críticas y los conocimientos necesarios para
satisfacer las necesidades que la sociedad requiere. Bajo esta preocupación, en 1996, la Asociación Americana de
Escuelas de Medicina (AAMC) estableció un proyecto de objetivos en la enseñanza médica en donde se plantearon
cuatro líneas que debían cubrir un médico egresado de una facultad de los Estados Unidos:

1. Los médicos deben ser altruistas, respetar la dignidad de sus pacientes y elaborar tratamientos contemplan-
do todos los aspectos biopsicosociales del ser hu-
IMSI, Master Clip.

mano.

2. Los médicos deben ser sabios en su pro-


fesión; tener todos los conocimientos necesarios
para el cuidado preciso de sus pacientes.

3. Deben poseer todas las habilidades ne-


cesarias para el ejercicio de la profesión, tales
como diagnósticos certeros, interpretación de es-
tudios, tratamientos efectivos, etc.

4. Deben tener un sentido de la responsabi-


lidad extrema hacia la comunidad en donde se des-
empeñan, incluyendo a sus colegas. 1

Estos objetivos concuerdan a los que Delors


IMSI, Master Clip

llamó “los cuatro pilares de la educación”: apren-


der a ser, aprender a conocer, aprendersolo la par-
te del conocimiento y las habilidades, además debe
incluir aspectos personales y de sociedad, para
poder llamarla “integral”.

En México, al menos en el sistema privado de


enseñanza de la medicina, los programas educati-
vos están encaminados a enseñar a los futuros mé-
dicos la teoría respecto a la ciencia médica, sin em-
bargo, parece que hemos olvidado enseñar aspec-
tos fundamentales como la investigación y, sobre
todo, el ejercicio humanitario de las actividades de
asistencia (aprender a convivir), el respeto y la éti-
ca para con nuestros colegas.

De hecho, según menciona Pablo Latapí, la


educación ha perdido con su disciplina e idea de
uniformidad, el desarrollo de la imaginación, la libertad y el gozo de los estudiantes, haciendo más frío este proceso
de enseñanza - aprendizaje 3 y, tal vez, considero, que el dar la libertad a los alumnos para expresar sus sentimientos,
pensamientos e ideas, haría definitivamente más humana esta profesión.

En mi opinión, el médico debe sustentar el ejercicio de su profesión en un “banco de tres patas”:

1. Actividades asistenciales con la mejor calidad humana posible, tomando en cuenta al ser humano como una
unidad y no solamente como un contenedor de órganos con predisposición a la enfermedad.

2. La investigación: el espíritu de curiosidad permite ir siempre en busca del “más allá” de las cosas, ofrece una
mentalidad educada metodológicamente y crítica que resuelva problemas con un mínimo de margen de error y que
genere nuevo conocimiento científico. Ricardo Puentes afirma que la investigación científica es dinámica y está inte-
grada por un conjunto de quehaceres en los que concurren numerosas operaciones estrechamente relacionadas entre
sí, menciona a la investigación como un proceso estructurado e invita enérgicamente a ejercer el oficio de investiga-
dor.
3. La docencia: El médico que tiene una práctica asistencial sistematizada

Foto: E.A.L.
y que además aporta nuevos conocimientos a través de sus investigaciones,
necesariamente debe convertirse en un profesor que no solamente transmita
los conocimientos del libro al alumno, sino que además los enriquezca con
su propia experiencia.

a hacer y aprender a convivir 2, correlacionándolos con los objetivos


antes citados, observamos que finalmente la educación debe cubrir no Par-
timos entonces de la premisa de que la ciencia está basada en valores huma-
nos y es en sí misma un sistema de valores. Las necesidades humanas: emo-
cionales, cognitivas, de expresión y estéticas, dan a la ciencia sus orígenes y
sus metas 5 cabe entonces hacer mención de la importancia de desarrollar
no solamente las habilidades y los conocimientos necesarios para el ejerci-
cio de la medicina, sino además, promover aspectos emocionales (aprender
a ser) y de convivencia (aprender a convivir) en cada uno de los alumnos.

11
En la actualidad contamos con una infinidad

Foto: E.A.L.
de avances científicos y un conocimiento muy am-
plio de la medicina que facilita el entendimiento y la
enseñanza de esta, además, con los avances tecno-
lógicos es posible tener acceso a programas de com-
putación interactivos que permiten a los alumnos
enfrentarse a situaciones en donde demuestren su
acervo de conocimiento y habilidades clínicas en
las áreas de cardiología, terapia intensiva, neurolo-
gía, etc. 6

Especialmente, las universidades privadas


cuentan ya, en la actualidad, con avanzados siste-
mas de cómputo en donde es posible adiestrar a
los alumnos en programas estadísticos avanzados,
sin embargo, no les hemos enseñado la utilidad ver-
dadera de estos; es alarmante reconocer, además,
que son muy pocas las facultades que cuentan con cursos de metodología de investigación dentro de su currícula,
incluso con los nuevos métodos de titulación que excluyen ya la presentación de una tesis, estamos dejando en el
olvido el deseo de la investigación. Esto necesariamente convierte una profesión científica en solamente el ejercicio
técnico de algunas habilidades clínicas aprendidas en el aula. Cabe preguntarnos, entonces, ¿estamos verdadera-
mente formando científicos?

Esta pregunta me conecta con algunos datos encontrados en el documento de Eduardo Weiss titulado “Desa-
rrollo de la investigación educativa”, en donde menciona la poca cantidad de investigaciones registrados en el Siste-
ma Nacional de Investigadores (SIN), y que tan solo el 6% de los presupuestos totales de la mayoría de las univer-
sidades, excluyendo la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, está destinado a la investigación 7.

Esto nos habla de la situación tan alarmante en la que se encuentra no solo la investigación en el campo de la
educación, sino en todas las áreas.

Otro aspecto que me parece muy importante retomar es


la mentalidad que los docentes y la misma sociedad hemos
formado en los estudiantes de medicina, en quienes sembra-
mos la idea errónea de que el médico debe ser especialista
para ser considerado como un médico de éxito, dejando de
lado otro tipo de actividades como las maestrías, doctorados,
diplomados o los programas de “fellowship”. Desafortunada-
mente en nuestro país, tan solo el 15% aproximadamente de
todos los egresados de las facultades de medicina, son acep-
tados en los programas de residencia o especialidad, y este
número es susceptible de bajar con las nuevas reformas de la
Secretaría de Salud... ¿ y el resto?

Pudiéramos entonces pensar que una educación médica


IMSI, Master Clip.

integral, necesariamente debería incluir aspectos tales como:


Medicina basada en evidencias, computación básica y avan-
zada, metodología de investigación 8-9 , además de inculcar en
cada alumno aptitudes de liderazgo, habilidades comunicativas, habilidades administrativas, pero sobre todo una
conciencia humanitaria y ética. Esto implica un camino de cambio que debería iniciar con cada uno de los profesores
y los planes y programas educativos de las diferentes escuelas de medicina, quienes son finalmente, los responsables
de formar nuevos médicos preparados integralmente; recordemos que del grado de eficacia con que el profesor
enseñe, depende el éxito o el fracaso, no solo del proceso enseñanza - aprendizaje, sino del futuro de la profesión
médica.

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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1. «Learningobjetives for medical students education guidelines for medical shools: report I of the medical school objetives
project»
2. Delors «Los cuatro pilares de la educación» La educación encierra un tesoro. Informe de la UNESCO. Madrid 1996.
3. Latapí, Pablo «Las fronteras del hombre y la investigación educativa» IV congreso nacional de investigación educativa,
Mérida 1997 pp 13 -23
4. Puentes, Ricardo «Transmitir el oficio mismo de generar conocimientos cientríficos» Enseñar a investigar una didáctica
nueva. ANUIES 1995 pp. 125 - 171.
5. Sánchez, D. «Discusión de los enfoques teóricos y metodológicos en relación al desempeño de los profesores investigadores»
La Academia (IPN): 2 No. 11 Octubre 1997.
6. Petrusa E. «Implementation of a four year multimedia computer curriculum in cardiology at six medical schools» Academis
Medicine vol 72; No. 2 feb 99
7. Weiss, Eduardo «El desarrollo de la investigación educativa» (1963-1996). IV Congreso Nacional de Investigación Educativa.
Mérida 1997; pp. 263 -288.
8. Margetson M.T.. «The relation between undestanding and practice in problem bases medical education», Medical education
vol., 33; pp. 359-364, 1999.
9. Wilkerson L. «Strategies for improving teaching practices: A comprehensive approach to faculty development», Academic
medicine, Vol. 73; no. 4, abril 98.

La autora es médico cirujano, actualmente cursa la maestría en educación. Es coordinadora de investigación a nivel
pregrado de la Facultad de Medicina de la UAG.
P E D A G O G Í A

EDUCACIÓN EN EL ARTE
Por: Yéssica M. Velasco Villanueva

“La humanidad no puede concebir repúblicas ni ciudades sin poetas y


artistas; porque el arte no es únicamente invención exclusiva de un
hombre extraordinario y delectación de un público discreto, sino forma
diferencial de nuestra propia estirpe”

Samuel Vargas Montoya

UNA DE LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES de la inteligencia y la espiritualidad del hombre es el arte. Desde que el
hombre existe y como ser social que es por naturaleza, en su afán y tendencia por comunicarse, además de las
palabras, ideó otro lenguaje que perdurará hasta el final de su existencia: la comunicación a base de imágenes, de
formas moldeadas, de sonidos; estilo que ha ido madurando a través de su historia.

La manifestación artística del hombre es natural en él, de una manera más o menos desarrollada a través de las
diferentes épocas. Sin embargo, aún siendo una inclinación muy propia del ser humano, es una tendencia que requie-
re descubrirse y perfeccionarse, lo que se logra con base en su cultivo, es decir mediante su educación.

Para iniciar con el tema de la educación en el arte, se habrá de definir lo que es educar:

“Educar es admirarse ante el ser de las cosas para plasmar en el interior del educando la perfección acabada y
la belleza”, esta definición (más que didáctica, metafórica y descriptiva) anticipa en el educador, la labor de contem-
plación que debe hacerla previa a la actividad de la enseñanza; es decir, el maestro primero conoce, contempla, se
place de lo que conoce y luego eso que contempló lo transmite al corazón
de sus alumnos, no únicamente al intelecto, sino también a su afectividad.

¿Cuál es la finalidad del acto de educar? Perfeccionar las capacida-


des de los alumnos, llevar su inteligencia a conocer la verdad, guiar su vo-
luntad para que actúe conforme al bien y a su hacer, conforme a la Belleza.
Eso es a lo que en síntesis y de manera general, se dirige toda educación.

Conducir, finalmente al alumno a alcanzar estos fines, verdad, bien y


belleza es acercarlo a lo que naturalmente le place y más le satisface.

En este artículo se esbozará la educación dirigida a la posesión de la


belleza, es decir la educación en el Arte.

¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN EN EL ARTE?

Para empezar aclararemos que el Arte y la “ciencia de la belleza”, es decir, la Estética tienen estrecha relación
aunque son distintas. La estética se ocupa de la belleza; y la belleza se refleja en el arte. La Estética estudia la belleza
artística, es decir las distintas formas en las cuales puede realizarse el arte.

El Arte, del latín Ars, en su sentido general se refiere a todo conjunto de reglas idóneas para dirigir una actividad
cualquiera, así Platón por ejemplo hablaba de un Arte del razonamiento, el Arte médico, etc; confundía entonces
arte con ciencia, hasta que Aristóteles la sustrajo de los saberes especulativos (con los que se confundía) y la colocó
dentro de los saberes “Poiéticos” es decir en las ciencias del hacer, de la producción. Objeto del arte es, entonces,
solamente lo posible que es objeto de producción y dirigido hacia la realización de lo Bello.

Arte, según Santo Tomás de Aquino, es la razón recta de alguna obra factible, cuyo bien consiste, no en afectar
el apetito humano, sino en que la obra en sí misma sea buena. Es un hábito operativo y práctico (por eso se le llama
virtud), referido siempre al Bien ( representado por la Belleza). Su fin es representar lo bello, revelar esta
armonía. Según el Doctor Angélico este es el único destino; cualquier otro fin: la purificación, el mejoramiento
moral, la edificación, la instrucción, son accesorios o consecuencias.

Según Aristóteles el arte es parte de los medios o auxilios de los que el alma se basa para alcanzar la verdad,
por eso la califica como una virtud intelectual. Las cinco virtudes a las que hace referencia son: la ciencia, el arte,
la prudencia, la sabiduría y la inteligencia o el entendimiento.

Como toda virtud o hábito operativo bueno, es susceptible de desa-


rrollarse mediante la Educación. Todo hombre la posee en potencia, solo
falta que el educador, llámese padre y madre o maestro, la actualice o
perfeccione, la extraiga del interior de su alumno, aunque éste diga que no
tiene aptitudes para ello.

Para educar en el arte, es decir para desarrollar en los alumnos cua-


lidades artísticas y despertar en ellos un apego hacia la belleza en las obras
que realicen, se requiere partir de las bases o principios que nos ofrece la
Estética (filosofía del arte y de lo bello).
Una definición que nos ofrece Samuel Vargas Montoya de la Estética - “ciencia interesada en educar la sensi-
bilidad en los dominios de la belleza y cuyo objeto es la apreciación o realización de lo bello” - la podemos
aplicar a lo que debe ser una educación artística auténtica.

Es decir, podríamos llamar educación artística, a aquella acción en la que se dirige al educando en el
dominio de su sensibilidad y en la expresión más pura y perfecta de esa sensibilidad identificada con la
Belleza, manifestada en las obras de sus manos y de su mente.

En sentido más concreto y práctico es orientar ese esfuerzo creador del hombre para copiar o imitar, en alguna
forma, la naturaleza.

L O B E L L O

Es importante determinar lo que es la belleza. Ya se mencionó que ésta es objeto de todo arte. ¿En qué consiste
entonces esta cualidad?

En el pensamiento de Cicerón, es una armonía de formas bien proporcionadas y unidas y una buena disposi-
ción.

Aristóteles relaciona íntimamente la Belleza con el Orden (definiéndolo como la armonía de las partes en el todo
o “unidad resultante de la conveniente disposición de muchas cosas”, según Santo Tomás, en “Suma contra Genti-
les”) y San Agustín retoma esta idea definiendo a la Belleza como “esplendor del orden”, por lo que suponemos que
algo bello es algo ordenado.

Santo Tomás la define como “Esplendor de la Forma” (no referida la forma únicamente en sentido físico sino en
la naturaleza de la cosa, es decir en la esencia misma que se proyecta claramente hacia la intelgencia del que la
percibe y aprecia).

Coinciden todos los autores que han tratado sobre belleza que, sencillamente es “aquello que visto, agrada”
(sin delimitar a la “vista” como simple sentido corporal, sino ampliamente, como inteligencia, como un ojo espiritual
que contempla la realidad).

Con esto queda implícito señalar que la belleza es objetiva, no puede


algo ser bello sin ser ordenadpo y agradable al alma y ser a su vez lo contra-
rio (feo, repugnante y desordenado) porque se opondría al principio evi-
dente de No Contradicción que dice que “una cosa no puede ser y dejar de
ser al mismo tiempo”.

¿Cuáles son las condiciones para que una obra sea bella?

* Plotino, filósofo griego posterior a Aristóteles hablaba de la propor-


ción y la simetría entre las partes de un cuerpo como elementos constituti-
vos del objeto bello.

* Aristóteles señalaba como características de lo bello a:


- La unidad en la variedad
- El orden y simetría
- La proporción y grandeza (proporcionado a la vista, p.ej. “conviene
dar a las fábulas tal extensión, que pueda la memoria retenerla fácilmente”)

* Para San Agustín las condiciones son:


- Unidad e integridad
- Tener valor intrínseco independientemente de lo utilitario.
- Armonía y congruencia de las partes

* Santo Tomás condiciona a lo bello en lo siguiente:


- Integridad o perfección (es decir carencia de defectos)
- Proporción y armonía
- Claridad (esplendor del objeto que se manifiesta en lo que realmente es)

* Vargas Montoya dice acerca de las características: “un objeto precioso lo es por estar constituido principal-
mente por ciertas líneas, cierta forma que nos ha causado placer, no es forzosamente es un objeto costoso”

Es necesario que el alumno conozca y valore estas condiciones en las obras que realice, ya sea de una pintura,
una interpretación musical, una escultura, manualidad, o una obra literaria. Las características que arriba se mencio-
nan son condiciones objetivas y profundamente estudiadas.

Se debe tomar en cuenta, con sinceridad de intención, que lo que es bello, produce en el alma y en la inteligencia
de cualquier persona, una fruición serena y pura; lo que no es arte, lo que no está dirigido a reproducir la belleza de
la naturaleza o de algún pensamiento bueno, cuando se contempla produce todo lo contrario en el alma clara:
repulsión, contradicción, confusión, hedonismo, exasperación, estrés y en el mejor de los casos, hasta risa por lo
incomprensible y ridículo de la obra.

N E C E S I D A D D E U N A F O R M A C I Ó N E N E L A R T E

La necesidad de formar a los alumnos en la apreciación y aspiración por la belleza tiene un sentido muy natural
en el hombre. El hombre es un “animal sediento de belleza”. Todo hombre es un ser espiritual capaz de contemplar
la armonía y la belleza de la naturaleza, por eso tiende a imitarla
con sus obras, pero para ello requiere que alguien le motive a
observarla.

En el hombre hay una tendencia por expresar lo que en su


alma se encierra, es el arte como llamaba Aristóteles una espe-
cie de “catarsis”. El lenguaje artístico es una expresión para el
hombre inevitable. Así, el enamorado canta o escribe; el que
admira lo que ve, lo representa en un lienzo o en mármol, inclu-
so en la sencilla actividad de una prenda de vestir, el gusto por
lo bello resalta.

El arte es para el alma como el alimento para el cuerpo, le


da vida. Es como una necesidad espiritual con el que el hombre
se eleva a alturas sobrenaturales, esta es una característica úni-
ca del ser humano que evidencia claramente su espiritualidad.
¿ PA R A Q U É E D U C A R E N E L A R T E ?

Hablamos de la necesidad de educar en el arte de forma general, pero de manera particular, educar a los
alumnos en el arte sirve entre otras cosas para:

- Fomentar el desarrollo de la sensibilidad del educando.

- Fomentar la habilidad de comunicación y expresión.

- Resaltar el valor de la belleza en su corazón.

- El arte educa al espíritu en la contemplación de la realidad.

- Es un complemento de la educación científica. A esto agregamos con Antonio Caso que “los jóvenes que sólo
educación científica reciben, tienen que convertirse “a fortiori” en nimios calculadores, egoístas... sistemáti-camente
egoístas”.

- Impulsa al niño al buen gusto (porque todos los oficios y profesiones requieren gusto).

- Invita a la evocación de un sentimiento íntimo, personal.

- Desarrolla la afición por la calidad.

- Afición al esfuerzo desinteresado.

- Completa su formación.

- Mejora la iniciativa y la intuición.

En los años infantiles y juveniles, especialmente, es necesario despertar en el alumno esta afición por el arte,
porque de esa manera se educa la sensibilidad. El alumno no es puro intelecto ni pura materia física, requiere de
disciplinas que le ayuden a descubrir la belleza de las cosas y de su misma alma.

¿ C O M O E D U C A R E N E L A R T E ?

Para impulsar la educación artística se requiere primeramente sentar


las bases para practicarla, es decir, en primer lugar es necesario dar a co-
nocer a los educandos las reglas del juego, fundadas en la estética (lo que
ya se señaló anteriormente). A pesar de que frecuentemente sea causa de
conflicto el establecer unas directrices para la inventiva de los alumnos, se
impone siempre en la educación artística, una línea que dirige esas creacio-
nes, pero permitiendo el que brote la sensibilidad del alumno en el tiempo
prudente que él tome para su inspiración y posterior realización.

No es posible establecer un recetario o una tabla exacta e inalterable


de valores plásticos, mas sí es posible enseñar al alumno principios básicos,
generales, que le sirvan de guía para que su obra sea de calidad y sea, sobre todo, auténtico arte.

Es necesario también, que para este tipo de educación el alumno adquiera determinadas técnicas que beneficien
y le faciliten su trabajo; no podemos dejar al alumno que él mismo invente o “construya” su propia técnica o su propia
forma de hacer el trabajo, porque ante la ignorancia en materia artística que posee y más que nada, ante su actitud de
irreverencia por la armonía y la coherencia que debe reinar en una obra, no le es posible al alumno llegar a un
resultado de calidad.

Existen profesores, sobre todo hoy en día, que bajo el dominio de afectos o impulsiones instintivas o dominados
por el medio ambiente, obligan casi autoritariamente a que los alumnos se salgan de toda regla de la armonía, de todo
orden. En este caso el profesor más que formar a sus alumnos en la apreciación y creación artística, causa en ellos
confusión y desorden que terminan mostrándolo en las actividades de su vida diaria.

Cuando el educador desconoce las reglas del juego, o no las


acepta, transmite esa postura a sus alumnos: la falta de disciplina y
de orden.

El profesor que cree formar a sus alumnos y deja a su capri-


cho y elección la creación de alguna obra, sin guía alguna de su
parte, se engaña. A este respecto dice René Jean Clot que “ningu-
na enseñanza se basa exclusivamente en el gozo personal del que
la recibe”. Requieren los alumnos de orientación.

Se dice que la virtud se encuentra en el justo medio. En un


extremo del arte está el peligroso método de pretender que la ex-
presión del alumno sean sentimientos impuestos por el maestro (aun-
que este tenga formación recta) y en el otro extremo se halla otro
método peligroso del dejar hacer sin guía ni orientación.

A este respecto podemos añadir que ningún resultado intere-


sante resulta fácil si es adquirido de antemano en una atmósfera de
libertad ilimitada; pero también se debe tomar en cuenta que el arte es como una aventura, en el sentido de que se le
debe dejar al alumno descubrir, por su propio esfuerzo, la armonía.

Algunos consejos que se pueden dar a los maestros de disciplinas artísticas son las siguientes:

1. Como se trata de un hábito operativo (virtud), se adquiere únicamente por la costumbre, ejercitándolo.

2. El arte, como virtud, no puede ser vivida si se busca tan solo mediante teorías o estudios de la historia del
arte.

3. En base a ejercicios dirigidos, aplaudidos y corregidos por el educando, se adquiere la destreza y por
consiguiente el alumno se motiva.

4. No se puede adquirir la virtud mediante la repetición constante de impulsos irracionales o caprichosos.

5. El alumno requiere de un ambiente adecuado física y psicológicamente, que le inspire.


6. El profesor debe irradiar confianza al tra-
bajo del alumno y amor por el arte.

7. Debe fomentar la ayuda entre los com-


pañeros; cuando uno de ellos se desanime, ade-
más del impulso que habrá de darle el profesor,
debe buscarse el acercamiento y el apoyo de
alumnos más avanzados.

8. El maestro debe reconocer esfuerzos y


corregir con prudencia.

9. Se tomará en cuenta que cada alumno


adquiere y desarrolla su sensibilidad de manera
diferente, y su receptividad es diferente.

10. Habrá que procurar no dirigirse exclu-


sivamente a los alumnos bien dotados.

11. Debe el profesor mostrar respeto y


aceptación por el trabajo de los educandos, sin dejar su misión de corrector (en caso de error), dándole, en todo
momento, las razones de su equivocación y la manera de corregirla.

12. Variar las actividades para que el alumno descubra qué técnica o arte se le facilita y le agrada más, para que
así levante su ánimo.

13. Mostrarse exigente pero en base a la edad y a la recepción progresiva del alumno.

¿QUE REQUIERE EL ALUMNO PARA DESARROLLAR SUS CUALIDADES ARTÍSTICAS?

Para que el alumno aprenda y desarrolle cualidades artísticas requiere de ciertas disposiciones, entre otras, las
siguientes:

- Imaginación.

- Memoria.

- “Ver mucho, oír mucho, vivir mucho y retener mucho”.

- Inspiración.

- Esfuerzo.

- Reflexión y dedicación.

- Constancia y paciencia.

Toda institución educativa debe fomentar la educación artística entre sus educandos, la sociedad requiere de
esa inspiración espiritual para embellecerse y
nutrirse de vida. No le neguemos a nuestros alum-
nos las inclinaciones artísticas justificándonos en
nuestra falta de imaginación, de preparación y
de responsabilidad al enseñar una disciplina ar-
tística.

Aunque no seamos profesores de música,


de pintura, o de alguna otra asignatura que tenga
relación con el arte, es nuestra obligación formar
a nuestros alumnos en la apreciación de la belle-
za. Desde las matemáticas, la química, la educa-
ción física, la estadística, la medicina, hay que
enseñarle al alumno que existe un orden, y ese
orden existe por una razón que nos beneficia, y
que ese orden es digno de reconocimiento y ad-
miración.

Sea cualquiera la asignatura que imparta-


mos es necesario educar a los alumnos en la be-
lleza, empezando por tratar de moldear el alma
de nuestros discípulos en la armonía, en la inte-
gridad, en la proporción y en la claridad, esta es
la descripción de un alma bella, que puede ser
capaz, solo así, de apreciar la belleza y reprodu-
cirla y ser reflejo de la Belleza de su Creador.

_______________

BIBLIOGRAFÍA

* Vargas Montoya, Samuel (1969) “Estética”, Ed. Porrúa, México.

* Gloton, Robert (1978) “El arte en la escuela”, Ed. Planeta, Barcelona.

* Aristóteles “Etica Nicomaquea, Política” Vers española e itr: Antonio Gómez Robledo (1998), 17 ed., Ed. Porrúa, México.

* Guzmán Leal, Roberto (1977) “Estética”, Ed. Porrúa, México.

* Clot, René - Jean (1976) “La educación artística”, Ed. Planeta, México.

* Caso, Antonio (s.a) “Doctrinas e ideas”, Ediciones Botas, México.

* Basave Fernández del Valle, Agustín (1988), “Filosofía del Quijote”, Espasa - Calpe, (Colección Austral), México.

* Abbagnano, Nicola (1992) “Diccionario de Filosofía” Fondo de Cultura Económica, México.


P E D A G O G Í A

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN

Impor tancia
de la “escritura creativa”

Por: Rosa Ma. González Olivo


Foto: E.A.L.

EL TÉRMINO DE ESCRITURA CREATIVA se aplica a las composiciones es-


pontáneas imaginativas que se elaboran como producto de la fantasía o
la experiencia. A la escritura creativa se puede aplicar la diferencia entre
las dos clases de pensamiento: convergente y divergente. El modo con-
vergente de pensamiento tiende a retener lo conocido, aprender lo pre-
determinado-, conservar lo que es. El modo divergente tiende a revisar
lo conocido, explorar lo indeterminado y construir o elaborar lo que po-
dría ser. Aunque todas las personas poseen ambos modos de pensa-
miento, siempre predomina uno, de tal manera que una persona con pen-
samiento convergente tiende hacia lo usual y lo esperado, mientras que
una persona con pensamiento divergente tiende primariamente hacia lo
original y especulativo.

El modo de pensamiento divergente es el que más se relaciona con


la escritura creativa. Por esto mismo, la escritura creativa es uno de los
mejores medios para estimular los procesos de pensamiento, imagina-
ción y divergencia.

En las actividades de escritura creativa se ponen en evidencia las relaciones entre la escritura y las otras expre-
siones del lenguaje. Las experiencias de lectura de los niños son más significativas cuando ellos leen sus propios
materiales. Los niños suelen tener más éxito en sus primeros intentos de lectura cuando ellos mismos han escrito el
contenido. La habilidad de organizar los propios pensamientos para escribirlos, ayuda a la comprensión plena de los
pensamientos escritos por otro.

Al enseñar escritura creativa los maestros deben tener en cuenta ciertas pautas generales para ayudar a los
niños a superar las dificultades que pudieran encontrar en el desarrollo de la escritura creativa. Se recomienda lo
siguiente:

1. Enfatizar el producto, no el proceso. Los niños pueden desalentarse rápidamente si se les marca demasiados
errores de ortografía o gramaticales en sus primeros trabajos.
Foto: Y. velasco V.

2. Permitir que los niños lean sus trabajos en voz alta.

3 .Tener paciencia con los niños que son lentos para escribir o que no tienen inclinación para hacerlo.

4. No esperar que todos los niños manejen el mismo estilo o patrón de escritura, ni tampoco juzgar la escritura
del niño por las expectativas presentes. Cada expresión escrita es individual.

5. Ayudar a los niños a desarrollar una disposición de escribir para ser escuchados. Con esto tenderán a
mejorar la calidad de la escritura.

6. Plantear tópicos abiertos para dar a los alumnos la libertad necesaria para crear y experimentar.

7. Utilizar escritos de los alumnos como instrumento para diagnosticar sus necesidades en las destrezas de
comunicación.

8. Practicar lo que uno enseñe a los alumnos. Comunicarse a menudo con los alumnos mediante escritura.

9. Solicitar la colaboración de los padres. Darles una lista de actividades de escritura entretenidas que ellos
puedan realizar con sus hijos en el hogar.

10. Recopilar todas las creaciones escritas de los alumnos y realizar con ellas formatos individuales. Se pueden
aplicar las siguientes sugerencias para desarrollar la escritura creativa:

1. Relatos de experiencias.
2. Escribir sobre sensaciones. Por ejemplo, se puede colocar un objeto dentro de una caja o bolsa y los niños
tienen que escribir el nombre y las características del objeto que tocaron sin mirar. Crear sonidos y tratar que los
niños escriban con palabras lo que escucharon.

3. Completar párrafos incompletos. Pedirle al niño que adivine y escriba las palabras o expresiones que falten.
Ejemplo:

Mientras tú_____________________ yo ________________ al mismo tiempo que tú __________________ yo


__________________.

Cuando _________________ nosotros __________________. Después de __________________________


ellos ____________________.

4. Acrósticos. Usar una palabra elegida por el niño y ayudarle a crear un contenido a partir de cada letra.

5. Escritura entre dos. Hacer que dos niños escriban juntos un tema.

6. Trabalenguas.

7. Inventar títulos.

8. Hacer que por parejas, un niño se comunique con otro de forma escrita, sin articular ninguna palabra oral-
mente.

9. Cada niño muestra un objeto a sus compañeros y luego escribe todo lo que ve, sabe, cuestiona u opina sobre
ello.

10.Calificar personajes. Sobre la base de un cuento conocido, los niños describen cualidades, defectos o
características sobre ellos.

11. Oraciones incompletas. Por ejemplo:

Si yo fuera marinero,
_______________________________

Si yo pudiera volar, Foto: Y. velasco V.

_______________________________

Si pudiera convertirme en un animal,


__________________________

12. Escribir sueños y fantasías. Estimular a


los niños a escribir sobre sus sueños nocturnos o
sus fantasías.

13. Completar frases. Completar en forma


espontánea frases significativas desde un punto de
vista emocional. Por ejemplo:
- Durante mis estudios
_______________________________

- Mis compañeros piensan que yo


_______________________________

- Lo que más me molesta es


_______________________________

- Si yo pudiera
_____________________________________

- Lo que más me cuesta es


_______________________________

- En mi tiempo libre yo
_______________________________

14. Presentar láminas con contenidos figurativos interesantes para el niño, que faciliten el escribir sobre aspec-
tos como los siguientes:

- Impresión general dejada por la lámina.

- Preguntas sobre la lámina.

- Una historia con base en el contenido de la lámina.

- Experiencias personales relacionadas con la lámina.

15. Jugar a definir palabras. Solicitar a los niños que escriban todo lo que se les venga a la mente con relación
a esa palabra.

Como podemos apreciar, existe una creciente conciencia de los educadores sobre la importancia de la escritura
dentro del programa del lenguaje. La escritura es importante en la vida escolar y social por diversas razones, una de
ellas es el desarrollo de la imaginación del niño que plasma sus ideas y pensamientos en una hoja de papel y sobre
todo desarrolla sus valores, los comparte y los refuerza.

* La autora es catedrática de la Escuela Primaria Particular Antonio Caso.


F I L O S O F Í A

DE FRENTE AL NUEVO SIGLO

El debate entre
varones y mujeres
Por: Jorge Fernando Sánchez Cu

LAS RELACIONES ENTRE VARONES Y MUJERES han sido, históricamente, muy complejas y hasta conflictivas. En la
actualidad podemos constatar que no se trata de una excepción, hoy igual que ayer las relaciones varones-mujeres es
conflictiva. Sin embargo en la actualidad hemos de agregar los elementos políticos e ideológicos que pretenden
apoderarse de esta situación para llevar agua a su molino. En el presente trabajo pretendemos plantear la situación
actual como un intento de traer algo de objetividad ante esta com-
pleja problemática.
Foto: Y. velasco V.

P O S T U R A S E N D E B A T E

Siendo tan diversas las ideologías presentes en el debate entre


la masculinidad y la feminidad, tratamos de agruparlos en cuatro
orientaciones sistemáticas fácilmente identificables.

a) Los igualitaristas maquiavélicos: Llamaremos así a ese


grupo de expositores cuyo común denominador es el deseo de ha-
lagar al público para el cual escriben o ante el cual hablan. Se trata
de mercaderes deshonestos (¿o ilusos?) carentes de respeto por la
verdad y la integridad humana, que en su afán de “venta” son capa-
ces de sostener la supuesta honorabilidad de cualquier acto humano
por el simple hecho de ser realizado por alguna persona. Podemos
decir que para ellos “el hombre es bueno por naturaleza y todos su
actos lo son por simple consecuencia lógica”. Por ello sostienen que
varones y mujeres pueden hacer todo cuanto se les antoje.

b) Los pesimistas calvinistas: Para este grupo, al igual que


para los fundadores del protestantismo (Zwinglio, Calvino, Lutero),
el hombre es un “perverso polimorfo” (Freud) y por lo tanto todos
Foto: Y. velasco V.
sus actos son malos. Sostienen que la naturaleza humana la convivencia
pacífica. Entre éstos podemos contar a Hobbes y su teoría del despotis-
mo absoluto personificado en el leviatam, o también a Nietzche con su
ideológico superhombre. Podemos decir que para ellos “ el hombre es
malo por naturaleza y, en consecuencia, todos sus actos son malos”. Esta
concepción del hombre los lleva a afirmar una negación de todo acto
humano y, por lo tanto, la perversidad del varón y la mujer.

c) Los dialéctico comunistoides: Siguiendo la tesis marxista de la


lucha de clases, este grupo propone una confrontación entre varones y
mujeres en la cual el grupo oprimido debe destruir a la “clase dominan-
te”. En nuestros lares se ha manifestado principalmente como “feminis-
mo” y han buscado una “liberación” del proletariado impulsándolo a la
perversidad de mil maneras sutiles, y no tan sutiles en muchos casos.
Para este grupo lo fundamental es “la conciencia de clase” cuya nota
práctica es “la lucha violenta de las mujeres por liberarse del burgués
hombre”. Para este grupo la mujer, o las mujeres son el nuevo “mesías”
que gobernará el mundo mediante la “dictadura femenina”. Son, pues,
dictatoriales y vengativos.

d) Los newagers: En este cuarto grupo colocamos a todos aquellos personajes comprometidos con el globalismo
EEUU-ONU y los grupos esotérico-kabalistas. Todos ellos tienen en común sostener que el ser humano “nace”
sexualmente neutro (tipo Walter Mercado), por lo cual cada uno es libre para elegir el “género” más a su gusto, la
ONU les ha dado el espaldarazo decretando la existencia de cinco géneros: hombre, mujer, homosexual, lesbiana y
bisexual. El modelo ideal para todos estos personajes es un ser humano andrógino o hermafrodita dispuesto a
“gozar” sexualmente por cualquier vía posible. Para ellos la cuestión fundamental es ¿cómo re-editar las fiestas
bacanales a nivel masivo? Su esfuerzo a través de la farándula y la moda se manifiesta en la re-edición del hippismo,
el “ago-go” y la moda “psicodélica” tanto en el vestuario como en la conducta juvenil y el consumo de estupefacien-
tes.

D E S B R O Z A N D O L A S E L VA P E R V E R T I D A

Una vez expuestas las cuatro orientaciones de manera breve, hemos de intentar una respuesta igualmente breve
en el espacio que nos resta, tratando de atender lo fundamental.

a) A los igualitaristas maquiavélicos hemos de responder obliga al hombre a la búsqueda constante y


absoluta del interés personal (egoísmo absoluto) por encima del bien común y que ciertamente el hombre posee
muchas virtudes y capacidades con las cuales logra grandes beneficios; pero también podemos y debemos constatar
y reconocer: primero la falibilidad humana, los seres humanos nos equivocamos más de lo que quisiéramos y, aún con
buena voluntad, hacemos cosas indebidas y francamente malas; segundo hemos de aceptar una cierta tendencia o
inclinación humana al egoísmo y la maldad por la cual actuamos más o menos conscientemente mal; y tercero,
debemos aceptar la natural e inevitable imperfección humana unida a la cambiante realidad ante la cual debemos
actuar. Ahora bien, estos problemas no se solucionan ocultándolos o minimizándolos, quien así actúa sólo facilita el
acrecentamiento de los males.

b) A los pesimistas calvinistas ubicados en el otro polo, decimos: el negativismo de principio es igualmente
reductivo como el optimismo de principio de los igualitaristas. Ante ellos aceptamos los errores y la malicia de los
hombres concretos expuesta anteriormente; pero afirmamos con vigor las grandes realizacio-
Masculi- nes nobles tanto las públicamente exhibidas como las ignoradas, incluso por los beneficiarios.
nidad y Como referencia pensemos en esas heroicas y abnegadas madres aún existentes, gracias a
feminei- Dios, que todo lo dan por sus hijos y su familia, sin ellas ¿de dónde nacerían los varones nobles
dad no y sacrificados? No, la naturaleza humana común a varones y mujeres no es absolutamente
son cuali- mala ni es absolutamente buena. El varón y la mujer concretos llevan en ello todo el peso de la
responsabilidad, pues ambos poseen igualmente intelecto para conocer el bien y la verdad,
dades junto con una voluntad para amar lo bueno y lo bello. En el ser humano no hay determinismos
pura- absolutos a este respecto.
mente
sexuales, c) Contra los diálecticos debemos afirmar la complementariedad de los dos sexos.
sino que Ciertamente, como dicen los feministas, la mujer es igual al varón, pero no en absoluto y
afectan a totalmente, varón y mujer son esencialmente iguales: ambos poseen la naturaleza humana por
lo cual son inteligentes, sociables, inventivos y mil cosas más, pero la masculinidad y feminei-
la perso- dad proporcionan aspectos, modos y cualidades muy distintos en todos los ámbitos. De he-
na com- cho, la masculinidad y femineidad no son cualidades puramente sexuales, sino que afectan a la
pleta persona completa, y siendo por la misma sexualidad incompleto cada uno, es claro que no
pueden permanecer ni enfrentados entres sí, sino completarse virtuosamente.

También hemos de reconocer, como dicen los machistas, que el hombre debe gobernar sobre la mujer, mas ese
gobierno debe ser político como enseña Santo Tomás. Esto significa un modo de dirección fundamentada en la
mutua comprensión y la prudencia exigida por la realidad, es una guía amorosa cuyo fin principal es la concordia
(con-cordia) en la búsqueda del orden y fin de las relaciones varón-mujer: uno para el otro formando un mismo
cuerpo y un mismo espíritu.

d) Contra los newagers debemos sostener el principio de iden-


tidad sin concesión alguna. Los llamados géneros no son genéticamente
Foto: Y. velasco V.

sostenibles (xx=mujer, xy=varón); ahora, si se trata de un uso sexual


debemos decir que el modo de ser sigue al ser, por lo tanto no es
normal (natural) que el modo de ser se oponga al ser natural del
hombre, esto sería tanto como pretender que un médico juzgara la
salud tomando por criterio la enfermedad. (Si usted se presenta ante
un médico con 40ºC de temperatura y el médico no sabe que la
temperatura normal es de 37ºC ¿cómo sabrá que usted tiene tempe-
ratura alta?

Los newagers, kabalistas y globalistas u holísticos pretenden


sostener la desviación de la norma (en este caso la naturaleza humana
nos dice genéticamente cuál es el criterio) . Para ello toman como
punto de partida los casos de mutación genética o de enfermedad
hormonal, o los casos psiquiátricos o, por último descaro, el franco
vicio antinatural que es el caso abrumadoramente mayoritario entre
homosexuales, lesbianas y bisexuales. Pero si vamos un poco más al
fondo, notaremos la claridad sobre la existencia de las dos únicas
opciones naturales pues ¿cómo distinguir entre homosexual y lesbianas
si no es suponiendo que uno es el comercio carnal antinatural de
varones con varones, que el otro lo es entre mujeres? Por lo tanto,
están de acuerdo en la norma: sólo hay varones y mujeres y los de-
Foto: Y. velasco V.
más son violaciones a la norma, o sea, antinaturales o anormales como
suele decirse.

Sin embargo, en última instancia, el fundamento pretenden tomarlo


en doctrinas kabalistas, las cuales sostienen en el absurdo del hombre
hermafrodita o andrógino que buscan conformar entre sus adeptos. Evi-
dentemente esta doctrina es mucho menos manejada a la luz pública,
pero en algunos autores newagers kabalistas se encuentra con gran cla-
ridad, por ejemplo.

PROYECTANDO LA VERDAD EN EL

U N I V E R S O H U M A N O

No podemos dejar este problema sin intentar una apretadísima sín-


tesis de nuestra postura, nuestra porque la asumimos como propia, pero no de nuestra inspiración pues ha sido
expuesta magistralmente por más de veinte siglos y ha sido fundamento y pilar de la cultura occidental de la cual aún
quedan algunas ruinas a cuya sombra nos acogemos.

1. Varón y mujer son los dos modos naturales de concreción real de la naturaleza humana, todos los demás
modos intentados o no por el hombre, son anormales unos y antinaturales otros. Los anormalidades, sin embargo, no
determinan ni al varón ni a la mujer a los actos antinaturales, pues eso depende de la decisión personal.

2. No existiendo determinismo en esa elección y existiendo una norma naciente de nuestra misma constitución
humana, parece claro que esas desviaciones son decisiones contra natura que deben ser evitadas si queremos restau-
rar el orden natural. Parece muy extraño en quienes se pronuncian a favor de la naturaleza, que se pronuncien
simultáneamente contra la naturaleza humana.

3. Tal como se expresa de modo cotidiano los varones no serían nada sin las mujeres y las mujeres tampoco sin
el hombre. Por consiguiente no es la lucha entre ambos la solución, sino la concordia y la complementación entre
varones y mujeres, pues sólo así logran, incluso, su existencia unos y otros.

4. El ser humano, en ambas concreciones, es imperfecto, errable y en muchos casos soberbio. Pero el error y
la imperfección no se superan inventando leyes y decretos en contra de la verdad y la perfección: no es válido llegar
a fines buenos siguiendo medios malos: suponga que para evitar el robo, una so-
Foto: Y. velasco V.

ciedad decretara la validez de todos los medios habidos y por haber de obtención
de bienes materiales, servicios, etc. ¿No se derivaría de esta ley la destrucción de
todo orden social? ¿Quedaría en pie alguna garantía personal? Lo mismo ocurre
con los intentos de legalizar los modos antinaturales de lo sexual.

Con todo lo anterior esperamos haber planteado el problema en lo esencial


y haber mostrado, al menos en lo elemental, que el único camino verdaderamente
racional para fortalecer nuestra sociedad, el orden y la subsistencia humana, es
restaurar el orden dictado por la misma naturaleza y oponiéndonos, por lo mismo,
a cualquier intento ideológico de desnaturalizarnos a nosotros, a nuestros hijos y
alumnos.

A. M. D. G.
P E D A G O G Í A

Influencia del equilibrio


mental del educador
Por: María Gabriela Reyna Zazueta

TODA ACTIVIDAD HUMANA TIENE UN FIN PERSONAL: perfeccionarse a sí mismo física, intelectual y moralmente. Toda
persona emocionalmente equilibrada ve en el trabajo una oportunidad de crecimiento y formación constante. Es por
medio de la educación como desarrollamos nuestra vida y nos introducimos en un mundo social y cultural destacando
nuestra propia actividad.

Es el acto educativo el que nos induce o encauza a actividades formativas y productivas mediante las cuales
logramos plena satisfacción. El trabajo es entonces un medio de desarrollo humano que provoca satisfacción y la
satisfacción es una comprobación de desarrollo.

Es primordial que el acto educativo brinde plena satisfacción al educador y que sea el mismo educador quien
proyecte este sentimiento de autorrealización hacia el educando para que fomente en él un sentido de respeto y amor al
trabajo y a la educación como una necesidad de formación para el trabajo pleno.

El hombre que vive en el mundo se pregunta constantemente por el sentido de su existencia. Quien no tiene valores
y objetivos válidos que den sentido y orientación a su vida no sabe, en medio de todo esto, de dónde viene y a dónde va.
Siente un vacío interior, experimenta un disgusto profundo y se rebela.

Quienes trabajamos en Educación tenemos una necesidad creciente de conocer el sentido de nuestra existencia
de poseer una valoración del mundo, de nuestra vida y de nuestra actuación en el mismo.

Como educadores necesitamos desarrollar todas las facultades superiores que la naturaleza nos ha brindado, esa
inclinación social, esa ansia de saber más, de ser más capaz , ese sentido de realización y estima personal, esa satisfac-
ción por el reconocimiento de los demás, el anhelo de crear y de autorrealizarnos . De no ser así el educador experimen-
ta frustración, hastío, sentimientos de inutilidad o esclavitud y un enorme sentimiento de insatisfacción. Sentimientos a
los cuales los educadores no podemos permitirnos llegar, como seres que estamos en contacto continuo y directo con
personas que dependen en gran parte de nosotros; porque para ellos debemos ser ejemplo de madurez, de equilibrio
interior. Nuestra persona debe llegar a ser digno ejemplo y nuestra imagen debe llegar a atraer por nuestra integridad .

Este trabajo personal de todo educador es propio de cualquier ser humano, pero es más imperativo para quienes
nos dedicamos a la formación de otros. A este respecto es necesario nuestra reflexión constante sobre la propia
formación, no solo profesional sino espiritual y emocional.
Dentro del ámbito profesional el per-
fil del educador nos exige cualidades inte-
lectuales, capacidades didácticas y mora-
les.

Analizando la situación educativa a


la que actualmente nos enfrentamos to-
dos los educadores y las instituciones edu-
cativas -por la demanda creciente de la
sociedad en cuanto a nuestro desempeño
como formadores de espíritu, de valores y
como principales ejecutores de autoridad,
incluso muchas veces dentro del ámbito
familiar-, cabe destacar la poca importan-
cia que se le ha dado en nuestra forma-
ción profesional al ámbito del desarrollo
de nuestras capacidades morales, emocio-
nales y espirituales, quizá con la idea de que esta parte del desarrollo, es personal. Pero ¿no es por medio de esta misma
educación por la que deberíamos detectar esta necesidad creciente de nuestra labor?

Según un reporte de la UNESCO, la vocación docente como servicio público exige:

•Una forma concreta de vocación pedagógica .

•Una carrera universitaria.

•Una carrera al servicio de la ciencia y asistida por el poder de la Pedagogía.

•Una carrera de perfeccionamiento continuo.

Por otro lado, entre los factores que condicionan la calidad de la educación, el profesor ocupa un primerísimo
lugar, lo que explica la atención que hoy se presta a todo lo que determina su eficacia, especialmente a su formación y
perfeccionamiento.

Esta formación suele abarcar cuatro grandes áreas en la mayor parte de los sistemas educativos actuales :

•Formación Científica

•Formación Pedagógica

•Formación práctica.

•Formación actitudinal ( Conciencia profesional )

El informe de OIT-UNESCO relativo al cumplimiento de la recomendación concerniente a la situación del perso-


nal docente, muestra que la formación en la enseñanza elemental se dedica aproximadamente el 60% a formación
general , el 25% a formación pedagógica y el 15 por ciento a prácticas de enseñanza

De igual manera en educación media los porcentajes son de un 70% a formación general, un 2O% a formación
pedagógica y un 10 % a prácticas de enseñanza.

De ocupar un primer lugar el profesor dentro del proceso de la educación, y tomando en cuenta que en la actua-
lidad la creciente tecnología educativa pone en contacto directo al alumno con la información, se puede deducir que ese
Foto: Y. velasco V.
lugar del educador es primordialmente como formador,
como orientador, como guía, cuya personalidad influye al-
tamente en el educando . Debemos entonces dar mayor
énfasis en el desarrollo personal de cada educador como
parte importante de su formación pedagógica.

Como toda persona, el educador se encuentra en con-


flicto constante ante las experiencias de su labor; de no
contar con una armonía emocional, el educador puede oca-
sionar daños emocionales en sus alumnos, mermando su
rendimiento.

Estos daños pueden provocar sentimientos de des-


aliento, pérdida del gusto por la enseñanza, ésto se refleja
a los alumnos.

Estas emociones surgen cuando nuestra labor no nos


satisface, cuando experimentamos un vacío de desarrollo:

•No nos brinda un crecimiento personal y profesio-


nal.

•No desarrollamos nuestra creatividad personal.

•No nos ayuda a planear un proyecto de vida y de


carrera.

Cuando nuestro trabajo educativo no nos satisface, no nos sentimos plenos ante el acto de educar, tenemos
diversas reacciones que denotan nuestra insatisfacción como: apatía , cansancio físico y mental, depresión, fatiga,
agotamiento, intolerancia, inseguridad , pesimismo, pasividad , negativismo.

Estos síntomas son señales que debemos detectar para controlarlos a tiempo.

Cuando estas emociones negativas rebasan el umbral de la persona, repercuten enteramente en todo el ámbito
educativo, proyectando un desequilibrio emocional y mental ante el grupo y ante la Institución . Este desequilibrio puede
expresarse física o psicológicamente mediante mecanismos de defensa en situaciones educativas de la vida diaria.
Algunos indicios de desequilibrio ante nuestra labor podrían ser :

El educador ante sí mismo:

•Tiene una escasa disposición para actuar. No obedece a sus directivos.


•Pesimismo pedagógico. Es inseguro, no muestra consistencia en sus opiniones actitudes o conductas.
•Muestra inmadurez afectiva. No se integra al equipo de trabajo .
•No se acepta a sí mismo ni siquiera físicamente.
•Muestra cambios de estados de ánimo y de humor.
•Tiene sentimientos y pensamientos negativos sobre su labor.
•Tiene cansancio, fatiga, agotamiento excesivos.
•Disminución de su rendimiento intelectual.
•Falta de concentración.
•Apatía en su vida personal y profesional.
•Baja autoestima, se clasifica de deficiente u ordinario .
•Le preocupa su reputación social.
•Desarrolla un desconcierto y una

Foto: Y. velasco V.
pérdida de status.
•Abusa de su poder.
•Muestra claros síntomas de an-
siedad y de estrés.

El educador ante el grupo :

• Es permisivo.
• Muestra inseguridad en su con-
ducta.
• Se muestra impaciente ante las
opiniones del grupo.
• Muestra conductas infantiles
ante el grupo.
• No logra establecer relaciones
armónicas con y en el grupo.
• Se le dificulta expresarse.
• Es indiferente ante la dinámica
que ha tomado el grupo.
• Clima de clase altamente permisivo o directivo .
• El clima del grupo es hostil.
• Presencia de conflictos constantes.
• Bajo rendimiento escolar.
• Desorden y desorganización.
• El grupo presenta angustia y desconcierto.
• Clima de tensión.
• Interpretación emocional negativa por ambas partes.
• Abuso de poder.
• Minimiza o exagera emociones.
• Presenta constantemente mal humor.
• Ataques de furia.

El educador ante la institución:

• Falta de iniciativa propia.


• No obedece o realiza lo contrario de lo que le han pedido.
• Es influenciable.
• Cede ante otros fácilmente.
• Intolerancia ante los acuerdos de la institución.
• Falta de adaptación con el personal.
• Disminución de su capacidad de decisión.
• Clima de tensión.
• Muestra objetivos profesionales opuestos.
• No se preocupa por su reputación profesional.
• Escucha y habla a la defensiva.
• Se siente juzgado.
• Se muestra inconforme.

En definitiva, el proceso educativo requiere la presencia de una persona que actúe como modelo y que permita al
educando construir su personalidad.
La influencia del contacto humano entre educador y educando es cada vez más elevada ante la demanda continua
de la sociedad, es entonces de gran importancia que el educador logre alcanzar una armonía, no solo con el alumno, sino
con el grupo en general, así como colaborar en la armonía de la institución en donde labora. Solo de esta manera el
educador podrá encontrar gratificante su trabajo educativo, y este será fuente de satisfacción constante en su vida
personal y profesional.

A lo largo de nuestra vida profesional los educadores nos enfrentamos con retos y dificultades que nos obligan a
dar respuestas no siempre seguras, sino con algún grado de riesgo. Sin embargo, esta superación de dificultades nos va
permitiendo crecer y fortalecernos.

Es de gran importancia mejorar continuamente nuestra labor, nuestro contacto humano.

Formemos un proyecto de vida y lleguemos a conocernos a nosotros mismos:

* Buscando un cambio positivo en una o mas áreas de nuestra vida.

* Aprendiendo una metodología para elaborar nuestro proyecto de vida.

* Logrando un mayor autodominio de nuestra vida.

* Busquemos un camino para llegar a nuestra realización.

* Aprendamos técnicas para modificar nuestras conductas o actitudes que requieran un cambio.

*********

Como educadores nuestro equilibrio provee de equilibrio a los que estamos formando, nuestra
armonía armoniza el ambiente donde nos encontramos, nuestro camino a la integridad personal,
ilumina también el camino de quienes van de nuestra mano.
C U L T U R A

PARA LEER Y GUARDAR

De un jalisciense
a los jóvenes universitarios
Selección y notas de José Chávez Chávez

Es de un ameritado orador mexicano, jalisciense, la lectura que ofrecemos hoy. Su autor, José María Lozano nació
en San Miguel el Alto, Jalisco, en 1873. Estudió en Guadalajara y en la Escuela Nacional de Jurisprudencia en México
D. F. Escribió en el periódico “El Debate”, del Partido Reeleccionista, en 1909. Constituyó, con Querido Moheno,
Francisco Olaguíbel y Nemesio García Naranjo el grupo parlamentario “El cuadrilátero constitucionalista”. Al triunfo de
la revolución constitucionalista, 1914, se exilió en La Habana, de donde regresó hasta 1921.

El gran poeta Salvador Díaz Mirón así lo describe: “Su palabra pasó por la escuela de Demóstenes, cuando el
inmenso ateniense apostrofaba olas bravías y mascullaba correctivos... diamantes”. “Soberbio de actitud, voz un poco
sorda, pero melódica, que tenía resonancias de campana de bronce, golpeada por un badajo de oro. Prodigiosos de
elocuencia el ademán y el gesto, que decían antes que el acento, capaz de rajar almas de granito y corazones de
pedernal”.

Y el historiador Victoriano Salado Álvarez dice que, “no es Lozano el conferencista fino y sutil que juega con las
ideas, las acaricia, las colorea, las pule, les da formas y concluye por desecharlas con gesto de suprema elegancia. No
es el orador discreto y elegante que no va a conmover muchedumbres indoctas, sino a persuadir a entendimientos ya
formados y quizá hostiles.

Sus armas son la poesía y la cultura. A ellas ha llegado con paciencia, con tesón, con esfuerzo y con habilidad”.

El texto que hoy ofrecemos (1) parten de una conferencia en el Anfiteatro Bolívar, el año de 1931, evidencia las
características señaladas por el poeta y el historiador.

A L A J U V E N T U D U N I V E R S I TA R I A

Por: José Ma. Lozano.

¿Cuál debe ser, en el momento actual, la posición y actitud de la juventud estudiantil? El estudiante ¿deberá ser un
cenobita, consagrado exclusivamente a estudiar, a pulirse intelectualmente pero sordo y hermético a las múltiples solici-
taciones de la vida social? O bien, el estudiante, sin descuidar su técnica, ¿deberá sumergirse en el pleamar de la vida y,
más concretamente en la huracanada corriente política y so-
cial?

Mi respuesta no ha conocido el titubeo: el estudiante no


debe limitarse a ser simple entelequia, mero silogismo ambu-
lante, sino fuerza vital que se derrame por todos los poros del
organismo nacional.

¿Con qué bagaje, con cuál preparación debe el estu-


diante invadir el estadio político, para no convertirse en un
elemento perturbador y nocivo?

Tal es para mí el verdadero tema, el meollo útil y precio-


so de la anhelante interrogación juvenil (...)

Sobre la savia juventud, de suyo cálida e impetuosa, no


es lava la que debe verterse, sino sólidos bloques de granito
que neutralice invertebradas y combustas fiebres. Pero esta
premisa admitida, ¿dónde encontrar la cantera que nos surta
del material salvador?

En la educación, y sólo en la educación (...)

Yo no voy a dibujar ante ustedes, porque no hay tiempo ni competencia, todo el plano arquitectónico de la educa-
ción apetecible y ambicionada; voy a trazar simplemente en escorzo las disciplinas a que debéis sujetaros, para que
vuestra actuación en la Universidad y fuera de la Universidad sea compatible con los postulados de la democracia, en el
momento actual. La educación del pueblo -y vosotros sois su más preciado cogollo-, en los tiempos actuales, es tan
necesaria, como lo que ayer la educación del príncipe. Con atingencia y lucidez debe vigilarse desde su desarrollo físico
hasta su máxima eclosión espiritual (...)

En la vida de la Universidad se conjugan tres elementos esenciales: alumnos, maestros y el saber que se trasmite
(...)

Examinemos, por lo tanto, en su orden, las cualidades que deberá procurar adquirir el estudiante y después los
elementos nutritivos, las virtudes que deberán contener los conocimientos que se les impartan, como entrenamiento para
futuras actividades.

El escolar debe procurar la adquisición de dos virtudes fundamentales para su técnica: humildad y laboriosidad.
Antes de penetrar en el desarrollo del tema, yo invito a la juventud a una pequeña composición de lugar. Ciertamente la
juventud es eterna como la vida, pero su contenido individual es efímero, fugitivo, como el agua corrediza de los ríos: la
juventud no es una profesión que se tenga ab aeterno; dolorosamente, es demasiado breve. A menos de incurrir tempra-
no en la sanción de la muerte, pronto os abandonará la infiel juventud, y el bosque lo ocuparán nuevos retoños, nuevos
pájaros (...)

Levantarnos a la visión exacta de nuestro yo, sin abyección ni soberbia e imbuirnos de la convicción de que
cualquiera que sea el valorímetro de las funciones sociales, nadie vale ni aumenta un centímetro a su estatura por la
función que desempeñe, sino por la forma y eficacia de su desempeño; y que el obrero de Monterrey, el hortelano de
Xochimilco y el zapatero de León, que cumplen a conciencia con su tarea, están más cerca de Dios y de la Patria, que
el pomposo profesionista, mílite y sacerdote que camina a tumbos y trastabillando por su ministerio: tal debe ser la actitud
de los jóvenes frente a la vida. Crear: he ahí lo que santifica, y se crea en el taller, en la mina, en el campo, en el
laboratorio: en todos los lugares en que se trabaja con ardor y sinceridad y no se afea y esteriliza la existencia con la
mueca de la caricatura.
El reino de la verdad es también de los hu-
mildes; por los angostos senderos de la ciencia
no puede caminar la obesa vanidad; a los he-
chos hay que acercarse con sumisión y acata-
miento: “Es inútil encolerizarse contra los hechos,
decía Eurípides, porque esto los deja perfecta-
mente indiferentes”. Si el ojo desfigurado de
nuestras pasiones no los sorprende en su
primigenia pureza, el mal recaerá sobre noso-
tros, porque ellos no necesitan de nuestra venia
para perdurar. Humildad, paciencia, cautela, por-
que la naturaleza está también llena de espejis-
mo, de inocentes trampas; tal debe ser la gimna-

Foto: M. E. Romo
sia diaria, el breviario del que more en el alcázar
severo de la sabiduría.

En los tres últimos siglos el aumento de los


conocimiento ha sido tan caudaloso, que el tiem-
po actual ya no puede producir receptores como Erasmo y Aristóteles, y hay que conformarse con especialistas patina-
dos de una educación general.

La Universidad tiene la misión de preparar buenos técnicos (2), gente que sepa su oficio de la mejor manera posible,
pero también hombres que estén en aptitud de oír a todos los especialistas y opinar de la solución por ellos encontrada,
porque de otra manera la cultura se convertiría en un archipiélago de islotes incomunicados, en caótica Babel. Esta
lubricación espiritual no es llana, pero tampoco dificultosa en extremo; está al alcance de todas las inteligencias medias,
el secreto está en la organización de los estudios (...)

Para adquirir el criterio científico no es preciso, ni sería posible, recorrer todos los túneles del saber, almacenando
hechos, leyes, teorías; el viaje sería tan fatigoso que acabaríamos aburridos y odiando la ciencia. La educación mejor no
es la que nos atiborra de nociones, sino la que suscita la dinámica de la curiosidad, siempre insaciable de aprender y para
esto es preciso simplificar; unos cuantos hechos, leyes, teorías, pero eso sí bien expuestos, bien diafanizados. La expo-
sición verbal o escrita no basta, esto sería mnemotecnia de rápida evaporación; la experiencia de laboratorio tampoco es
suficiente: porque se cae fácilmente en el mecanismo de la cocinera, del chofer, que constantemente manejan leyes
científicas, pero sin percatarse de su alcance; lo útil, lo germinativo, lo educador es la reivindicación de la ley, del
descubrimiento. Situarnos en el alma del sabio, del inventor y asistir minuto por minuto a sus tanteos, a sus exploraciones,
a sus dudas y fallecimientos, a sus torpezas y a sus errores, hasta el momento en que la lengua de luz baja a su espíritu
con la revelación, y estalla en el grito triunfal de Arquímedes : Eureka.

Hay que ir a la homeopatía en la transmisión de la ciencia; ello basta en una cultura general para saturarnos de sus
métodos, de sus principales adquisiciones y también es suficiente para formar ciudadanos, hombres de espíritu claro y
razonador, que sepan percibir detrás de la palabra, la idea y detrás de la idea, el hecho; porque el simple palabrero o
grafómano es ejemplar vacuo, aunque casi siempre inofensivo; pero el ideólogo, con falsa representación de las cosas,
es un espécimen frecuentemente pútrido y venenoso; sólo las cosas salutíferas y ellas son las que deben escrutarse.
Sirviéndome de una imagen tomada de la economía política, podríamos decir, grosso modo, que la palabra, hablada o
escrita, es la moneda metálica del cambio inmaterial; la idea, el billete de banco, representación de riqueza, y las cosas
el verdadero valor. El ideal sería reunir oro rutilante y artísticamente cincelado; billetes de una firme institución de
crédito y las cosas como asiento inmanente y nutricio de la vida.

La ciencia es tímida, la historia no registra conspiraciones, asonadas, cuartelazos de sabios. Cuando el medio la
dota de amplios y libres invernaderos, crece lozana; libertad de investigación y juicio; eso es lo único que la ciencia pide,
porque sin ella no puede vivir y nadie que no sea un regresivo, un reaccionario de abolengo inquisitorial, podrá negársela.
Foto: E.A.L.
La ciencia es acreedora a la libertad porque sabe usarla, porque
en sus propias entrañas radica el sentido del límite y la tolerancia. La
ciencia sabe que sus verdades son siempre provisionales, sujetas a
perpétua rectificación; de ahí que no se engría con ninguna conquista,
ni aspira a la infalibilidad.

Consciente de sus fronteras, sabe que a pesar de sus descubri-


mientos y de la técnica prodigiosa que ha suscitado, no sirve para
todo; que la vida está llena de numerosas e imprevistas situaciones a
donde su lámpara no alcanza y que tenemos que resolver por noso-
tros mismos, con “el sentido de fineza”, de intuición. Con sentido pro-
fundo el límite reconoce que una densa oscuridad envuelve el origen
del hombre y sus destinos trascendetales, y que a pesar de que ha
aumentado gigantescamente nuestro poder sobre la naturaleza, este
poder no llena, ni menos colma nuestras ansias infinitas de felicidad, y
conociendo su impotencia, deja que esas áreas del corazón la roturen
y cultiven los impulsos dionisíacos y místicos de la vida.

Cuando el intelectualismo pretende resolverlo todo, servir para


todo, yo me sublevo contra esa exclusiva denominación; pero derro-
cada esa dictadura yo depositaré mis más reverentes ofrendas en los
altares de Atenea; la diosa que en la frase peyorativa de Boutmy,
“reservó a los atenienses el procedimiento lógico y entregó la emo-
ción a los bárbaros y a las bestias”. Cultivad vuestra emoción, vuestra
intuición, pero no la que camina a ras del suelo, por la lisa superficie de la vulgaridad, sino que aquella que se conquista
después de penoso acceso, al pisar la cima reverberante de la montaña, llevando en las estremecidas manos: el Decá-
logo, la Vida del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha y la Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, de
Isaac Newton.

Fuertes, bien entrenados por la ciencia, purificados en sus aguas de tolerancia y libertad, avanza, Juventud, por los
múltiples y grávidos senderos de la vida, nunca tan esplendente y turbadora como hoy (...)

Tapad los oídos como ulises y abrid los ojos a la realidad, separando el buen grano de la cizaña; el alimento, de la
ponzoña, haciendo una cuidadosa criba de lo que realmente hemos asimilado , incorporado, de aquello que solo hemos
añadido como obra muerta, como fachada ridícula de arrendajos y copistas frívolos y apresurados. Y si ahondando en el
análisis os encontráis con que la heredad que os trasmitimos es bien parva, casi de insolvencia, no nos maldigáis.

Es muy frecuente que la juventud se encabrite y se enco-


lerice contra las generaciones aledañas, contra aquellas que se
intercurren con ella en el torrente vital; la irritación es explica-
ble: llegaís a la vida como río desbordado, como corceles sin
brida, hambrientos de todo y encontráis que los hombres madu-
ros y viejos ocupan todas las plazas, que hay que subir en un
proceso lento de capilaridad social y vuestra sangre moza hier-
ve de impaciencia y rebeldía (...)

Al lado del Freud en el ara de la veneración laica, Karl


Marx adelanta su halo de icono todopoderoso. Causas comple-
jas e inefables alimentan su culto. El materialismo, la concupis-
Foto: M. E. Romo

cencia, es la abracadabra de todas las clases; todos queremos


inmergirnos en termas de deleite y riqueza; el sentimiento de la
superioridad se desvanece; nadie se cree inferior a los restan-
tes; la jerarquía irrita nuestro amor propio, tanto quizá
como la desigual repartición de la riqueza. La univer-
sal nivelación en la miseria, complace más que el pu-
chero comido en las bohardillas de los palacios; sumad
a esto, reales y nefastas injusticias y presentiréis la
fuerza arrolladora de la máquina comunista, de la ver-
dadera aplanadora rusa. El mudo actual se mece, gira
entre dos polos, dos escantillones: Inglaterra y Rusia.
La convergencia de deseos sobre las mismas cosas,
divide a los hombres, los convierte en mortales enemi-
gos. No pueden ser fraternos, individuos que apetecen
a la misma mujer, el mismo automóvil, idéntico palacio:
Foto: M. E. Romo

por su psiquismo inferior el hombre es lobo del hom-


bre; la verdad agrupa en idéntica contemplación espi-
ritual, pero a su nexo le falta calor: saber que los ángu-
los de un triángulo equivalen a dos rectos, no despide
sobre los que los comprendemos efluvios de amor mutuo, vínculos de aproximación. Solo los imponderables en el
sentimiento religioso nos trascienden y nos juntan en el Padre, pero el Sermón de la Montaña ya no es himno de amor;
lo hemos sacrílegamente profanado, convirtiéndolo en alarido de guerra y la barca de Pedro se bornea y se sumerge en
las olas agitadas del Tiberíades.

Encerrarnos dentro de un aro de virtudes que no sentimos, que no poseemos, obligarnos como manadas de lobos,
a danzar en coro sincronizado bajo el terror del látigo, asumiendo actitudes forzadas, contra naturaleza, y recomendar
esto como un paraíso, es querer que incurramos en el espejismo de que los lúgubres muros de las cárceles son los
celestiales resplandores de la santa ciudad de Sión; es caer convulso de desesperación en las bartolinas del presidio ruso,
creyendo desembarcar en el Edén. La felicidad, la virtud no es planta que se pueda cultivar afuera, a la intemperie: para
que nazca y florezca es menester sembrarla en el macetero vivo de nuestro propio corazón.

Con estos horizontes, entra, Juventud, apresuradamente en la vida; necesitamos de tu concurso, estamos menesterosos
de fuertes núcleos de opinión, de orientación generosa y pura, de almas en estado de gracia que traigan a la superficie
el voto recóndito e inarticulado de la muchedumbre y nos liberten de asociaciones y grupos de vientres podridos de
ignorancia, cinismo y concupiscencia.

Urgen intérpretes sinceros y veraces del alma colectiva; intérpretes he dicho, no histriones que halaguen instintos
inferiores, y para esto, poned en vuestro equipo la norma superior a que debéis servir, aquella ley a la que Goethe aludía
en esta fórmula: “vivir según capricho, es de plebeyos; el noble aspira a ordenación y ley”.

Que vuestra salida no sea en rumbo directo a los campos de Montiel; podad de antemano vuestro optimismo de
ramazones palingenésicas; sin disminuir vuestro entusiasmo, salpicadlo de granos de escepticismo; no creáis que el ideal
es gemelo de la acción, los grandes productores de actos; Napoleón, Bolívar, Krupp, Ford han quedado muy acá de las
nubes en que cirnió su fantasía.

Pero pesimismo no quiere decir incredulidad, inercia: el movimiento cristiano es el más vasto, el más dinámico que
registra el mundo y en sus raíces bullen gérmenes de perpetua desconfianza; en su recorrido se proyecta siempre el
espectro del pecado original. No comencéis vuestra construcción por la bóveda, iniciadla por los sillares del subsuelo; el
capital psíquico de que dispone el hombre es bien limitado, no lo dilapidéis en la quimérica aventura de capturar el pájaro
azul, que anida en remotísimos picachos; emplead vuestra energía en empresas más accesibles, de menos envergadura.
El progreso es obra lenta; millares de siglos, muchísimas generaciones se han necesitado para llegar, de la barbarie al
estado en que nos hallamos, los apocalipsis jamás se han presenciado. Pero no temáis por vuestro esfuerzo encarrilado
en el justo medio, de que hablaba el elocuente Herrera Lasso; el sudor, de la faena creadora, de la energía bien empleada
os inundará el alma de alegría y si por este camino no arribáis a la Tierra prometida, quizá la percibáis como Moisés,
desde las cumbres del Nebo (...)
Foto: E.A.L.
Trabajo; he ahí el inaplazable impera-
tivo; trabajar testarudamente, obstinada-
mente, que ahí cargue el acento de vuestra
personalidad (...)

“En el principio era la acción”, dice


Goethe, pero no solo en el principio, lo será
siempre, mientras no caigamos en el ani-
quilamiento. El rico que no conoce el pla-
cer de dar, la alegría de regalar más grande
que la de recibir y atesorar, obscurece y
ensucia su vida; pero el holgazán subvierte
el orden entero de la Creación”.

A vuestra vida en flor no le espera


una vida, le están reservadas muchas; por
el torbellino apasionado de vuestros cora-
zones desfilarán muchos hombres: “Dios
mío, decía San Pablo, qué guerra tan cruel,
yo siento que dos hombres luchan en mí”. Como todo estáis destinados a pasar horas de frenesí y éxtasis, días alciónicos,
pero probablemente minutos también de desesperanza y desfallecimiento tan profundo, que quizá vuestras mapos se
alarguen a la copa del doctor Fausto ( ... )

Todo esto se irá desenvolviendo en el poema de nuestra vida. Si tenéis ojos para ver, miraréis también con crecien-
te estupor las bellezas que encierra la patria. México, aunque sus potencialidades económicas sean vastísimas, no es
seguramente el país más rico del mundo; pero en mi minúscula geografía y estética sí creo que nadie puede superarlo en
atractivos y encantos naturales: será tierra de felicidad.

Nuestra Sierra Madre contiene en sus numerosos bosques, torrentes, gargantas, valles, y acantilados, espacio
bastante para alojar a muchísimas Suizas; la dulce y acariciante envoltura de nuestros climas y temperaturas hacen de
nuestra Patria, oasis de humanidades azotadas por el hielo y el fuego; Cuernavaca, el Chico, Chapala, Sirahuén y tantos
otros sitios están invitando al hombre a la ufanía de vivir; al manso deleite de derretirse en la pompa de un crepúsculo;
al chapotear gozoso en las linfas tibias de nuestros ríos y de nuestros lagos, arrecostarse como un fauno en la hierba
eternamente floreciente y aspirando la sabia olorosa que trepa por las vértebras y muñones de la selva y al caer de la
extenuada tarde deslizarnos en el cauce melodioso del trino de un pájaro, en el brial de seda de un verso virgiliano o en
la cascada armoniosa de una Pastoral de Beethoven o de un Nocturno de Chopin.

Abre las pupilas, Juventud, para contemplar y gozar de todos estos prodigios y prepara y aprecia tus músculos para
la acción y el trabajo, porque el trabajo es el único catalizador del bienestar y la belleza. El versículo del Génesis, que dice
que “el Séptimo día Dios descansó de toda la que obra que había creado”, no hay que entenderlo en sentido literal,
porque Dios no descansa nunca, constantemente está creando; como no descansan sus creaturas predilectas las hechas
a Su ‘imagen y semejanza, que perpetuamente ensanchan, mejoran y crean el mundo que les dio heredad.

Vigor, libertad, sabiduría y trabajo, y amor en todo; he ahí, juventud, los faros que deben guiarte en la barca que te
conducen; he ahí la actitud frente a la vida.

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NOTAS:

1. Textos seleccionados de “Discursos y conferencias”, de José María Lozano, Editorial Jus, México, 1960.

2. Profesionales.

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