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PRIMER MISTERIO
Consideremos en ste primer misterio el
vivsimo deseo con el cual las Almas del
Purgatorio estaban esperando el feliz
momento de ser consoladas en aquella
dolorosa crcel con la vista del Redentor,
despus de su muerte; y pensemos que
las Almas que al presente se encuentran
entre aquellas atrocsimas llamas, estn
esperando con igual deseo, de nuestra
piedad, una abundante copia de
sufragios que puedan hacerlas felices para siempre.
Pidamos por tanto al Seor y a la Santsima Virgen que
concedan tanta eficacia a nuestras oraciones que puedan
plenamente satisfacer sus deseos.
1 Padre nuestro, 10 Ave Maras y jaculatoria:
Concdeles, Seor, el descanso eterno
y que les ilumine tu luz perpetua.
Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de
Dios descansen en paz.
Amn.
SEGUNDO MISTERIO
Consideremos en ste segundo misterio la dulce
sorpresa que experimentaron las Almas del
Purgatorio cuando al aparecerse en medio de
Ellas el Redentor, vieron extinguirse el fuego
que las abrasaba, y cesar todas las penas que
por tanto tiempo las haban atormentado.
Y pensemos que con nuestros sufragios,
podemos tambin nosotros apagar aquellas
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