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Se entiende por materia a todo aquello que ocupa un lugar en el espacio, las
plantas, los animales, los microbios, los gases, los seres humanos, entre otros. La
materia a su vez se presenta en diferentes formas y ella queda representada a través de
los materiales, los cuales, están constituidos de elementos de naturaleza metálica o no
metálica, en cuyo interior encontramos sus unidades fundamentales; es decir, los
átomos. Ahora bien, la materia puede ser percibida a partir de los órganos perceptivos
(óptico, auditivo, tacto, gusto y olfato) desde una perspectiva “Microscópica” es decir,
en función de lo que puede verse, palparse o percibirse a través de los sentido. Sin
embargo, la mayoría de las cosas en ciencias no son fácilmente perceptibles a nuestros
sentidos ordinarios; con frecuencia, muchas de las leyes y principios solo son visibles a
la luz de nuestro propio pensamiento (cognitivo, afectivo y metacognitivo). De allí que
es necesario hacer una reflexión sobre la naturaleza y estructura de la materia, tal cual
se percibe a través del pensamiento del hombre para tratar de comprenderla e
interpretarla.
Desde el punto de vista macroscópico se ha clasificado a la materia en Mezclas y
Substancias, y a estas últimas, en Elementos y Compuestos. También se ha dicho que
los elementos son un tipo de materia que no puede ser descompuesto en substancias más
simples, por métodos convencionales. Pero, ¿De qué están hechos los elementos?
Esta pregunta a generado desde la antigüedad un conjunto de connotaciones
científicas y filosóficas, que abarca más de 20 siglos, por cuanto muchos estudiosos con
sus mentes han tratado de dar respuesta a dicha interrogante. En relación con esta
pregunta, existieron dos corrientes de pensamiento opuesto, hasta el siglo XVIII, época
en la cual la teoría atómica de la materia fue aceptada por la comunidad científica
internacional. Una de estas corrientes suponía el carácter “continuo” de la materia y la
otra su carácter “discontinuo”.
Desde la primera perspectiva, si la materia es continua significa e implica que un
trozo de cualquier elemento, (Fe, Cu, Al, etc.), puede ser fragmentado indefinidamente
sin que los trozos resultantes pierdan alguna de sus características fundamentales que
los identifica como tales; mientras que, desde la visión de la materia discontinua,
significa e implica que el fraccionamiento de un trozo de cualquier elemento, solo puede
realizarse un determinado número de veces, hasta cuando se alcanza un tamaño que
corresponde al tamaño mínimo de las partículas que componen a ese el elemento. Mas
halla de este limite crítico, “no es posible fragmentar nuevamente la partícula y obtener
otros dos fragmentos iguales del mismo elemento”. A estas partículas últimas de las
que están compuestas todos los elementos, es a las que se les conoce con el nombre de
ATOMOS (Strozag, 2000).
En la actualidad, debido al avance del conocimiento científico, se acepta la
naturaleza discontinua de la materia, pero, ya no se consideran a los átomos como las
partículas últimas e indivisibles que la componen. Sobre la base de considerar la materia
como discontinua, implica que los compuestos, se forman cuando se agrupan los
elementos que componen dicho compuesto. No obstante, la Ley de las Proporciones
Definidas, deducida a partir de la experimentación y observación, indica que esto no es
cierto.
La razón nos muestra entonces, que cualquier tipo de materia esta compuesta en
última instancia por “átomos” y que en consecuencia, los “Compuestos”, deben estar
formados por agregados de átomos enlazados fuertemente y de tal forma, que su
composición, sea siempre constante. Este último es un requerimiento necesario para
que las propiedades de un mismo compuesto, sean siempre las mismas en cualquier
parte del universo.
Estructura Atómica
¿De qué están formados los átomos? ¿ qué forma tienen? ¿cómo son? ¿qué
fuerzas mantienen unidos a los átomos entre sí?. Estas preguntas fueron abordadas
desde hace varios siglos por la humanidad y desde entonces, se han venido desarrollado
numerosos modelos que intentan explicar la estructura de los átomos.
N = A − Z
Periodo
h
λ =
m.v
Esta ecuación, permitió obtener los orbitales atómicos análogos a los establecidos
por Bohr y se sugieren al igual que éste, la existencia de números cuánticos como son:
n = número cuántico principal que aporta la forma del orbital y cuyos valores van
desde 1 hasta infinito, luego, existe un segundo número cuántico l,, cuyos valores son
0,1,2,3,....n-1,
1, siendo l=0 el orbital s, l=l el orbital p, l=2 el orbital d; l=3 el orbital f y
así sucesivamente según alfabeto g, h, etc. Finalmente, el número cuántico m designa
la ubicación en el espacio del electrón, que toma los valores de –l y +l.
Orbitales s p d f..........
Valores 0 1 2 3…….
Formas de orbitales
Figura 1.
1 Orbital atómico s “spin”
Orbital p: Puede presentarse de tres maneras a lo largo de un eje de coordenadas, así,
para el eje x px, para el eje y py; y, para el eje z pz. Véase figura 2
Figura 2. orbítales Atómico p
Orbitales d: cada serie de orbitales d tiene una serie de cinco miembros; se pueden
representar de diversas maneras tales como: dz cuadrado simétrico en el eje z; dxy, dyz,
dxz en los planos xy, yz, zx.
Orbitales f : se presentan
an en los números cuánticos a partir del 4 y estos sólo tienen
una pequeña función en los enlaces químicos; sus detalles en cuanto a forma hasta ahora
no ha sido debidamente fundamentada en la literatura revisada.
El orden de llenado de los orbitales obedece a la regla general n +1; sin embargo,
esta muchas veces es insuficiente y se deben considerar otras consideraciones como el
Principio de Exclusión de Pauli que establece: “dos electrones deben al men menos diferir
en algún número cuántico” por lo general esto se interpreta como una diferencia en el
número cuántico s (spin). Así, por ejemplo 1s2 2s2 2p2 podría significar para dos
últimos electrones (los ubicados en 2p) que coinciden en n =2, también en 1=1, ya que,
ambos están en p y como la nomenclatura no plantea la ubicación ni dirección en el
espacio (no está descrito el número cuántico m) entonces solo
solo cabe pensar que los dos
electrones difieren en s ( +1/2 uno y el otro –1/2).
Regla de Hund
Veamos un ejemplo:
(otra
opción)
1s 2s 2px 2py 2pz
Las dos últimas opciones están a favor del campo magnético cumplen con Pauli
aunque la primera coinciden en n, p y en m, difieren en s (uno hacia arriba y otro hacia
abajo); mientras que, en las restantes, se coincide en n, p y s pero difiere en m puesto
que un electrón en px y otro en py, pz están orientados en direcciones diferentes. Las dos
últimas opciones, además de cumplir con Pauli, también lo hacen con Hund, puesto que,
los electrones están más separados y por tanto disminuye su repulsión entre ellos al
poseer cargas negativas.
Configuración Electrónica
N º de nivel (n) 1 2 3 4 5 6 7
Nivel o Capa de Energía K L M N O P Q
Máximo de Electrones 2 8 18 32 32 18 8
Tamaño del Átomo
más cerca más lejos
del núcleo del núcleo
Se puede representar la configuración electrónica de cada uno de los elementos
químicos si se considera las siguientes reglas:
1.- Los niveles y subniveles de energía es lo que permite señalar el orden en que
se presentan los orbitales; para ello, se establece el método de la lluvia tal como se
observa seguidamente:
Método de la lluvia
Ejemplo 1:
Para los orbitales d, es más estable lograr que estén llenos o semillenos tomando
electrones de orbítales de menor energía.
Incorrecto s2 d4 s2 d9
Correcto s1 d5 s1 d10
4.- El periodo al cual pertenece un elemento en la tabla periódica está dado por
el número de niveles que el mismo tiene en su corona.
5.- El grupo viene dado por el número de electrones que hay en el último nivel
energético.
Periodo
6.- Existen grupos como los de elementos de transición donde hay que sumar
los electrones de los dos últimos niveles energéticos y restarle luego siete
electrones para establecer el grupo.
Ejemplo 3:
Distribución 1 2 3 4
Niveles K L M N
Electrones 2 8 13 2 ( Configuración instable por Hund)
Grupo: VII
Periodo: 4
13 + 2 = 15 : 15-8 = 7
7.- Si al efectuar la diferencia esta resulta mayor de siete, el elemento pertenece al grupo
ocho de la tabla periódica Ejemplo Z =28
Figura 5.
5 Tomado de Brown (1987)
Referencias
Brown, T (1987). Química. La Ciencia Central. Prentice- may Hispanoamérica. 3ra
Edición
Chang,R.(1999). Química. Mc Graw Hill Interamericana Editores.