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Diccionarios Akal Diccionario razonade del Occidente medieval Jacques Le Goff y Jean-Claude Schmitt (eds.) CATEDRAL I término -catedral- alude a una realidad arquitectonica muy precisa: designa la iglesia de ‘una didcesis eclesiistica, la sede del obispo. En Francia existe una catedral por didcesis. nandlisis més profundo hace aflorar una realidad mas compleja ligada a la evo- luci6n administrativa ya Jos movimicntos de poblacién. La creacion de nucvos departamen tos administrativos uajo como consecuencia el que. en la corona parisien. diversas ighesias Pantoqniales fheran transformadas de hasilicas en caterrales (Versalles, Saint-Denis) Fr un sentido inverso, determinadas catedrales dejaron de ser sedes episcopales pero conservaron st titulo. En cuanto al vocablo «catedrale, puede decirse que su sentido también ha evolucio- nado considerablemente desde el osigen del cristianismo. El vocablo latino cathedra, en el siglo 1v, en el momento en que tuvo lugar el reconocimiento oficial del cristianismo, desig aba Ia silla del obispo, situada generalmente al fondo del abside, enfrente del altar y de los ficles, No obstante hay que anotar que, en ot10s idiomas y en otras sociedades, es del térmi no latino dons. «casa. de donde procede el vocablo que servira para designar la catedral (duomo ex italiano, Dom, cnitemsin). Dicho vocablo se refiere mis bien a la casa de Dios. y ho tanto a la casa del obispo. El término cathedra, no tardé en ser adjetivado. asoctindose al término ecclesta que designaba a la comunidad de fieles. Finalmente designard el con junto arquitectonico, antes de sustamtivarse en cathedralis. A lo largo del siglo Vitel titulo €s aiadido al edificio y la ecclesia parisiaca se convierte en la catedral de San Esteban. Es a este tiltimo significado, al significado asquitecténico, de uso mas costiente actualmente, al que nos dedicaremos en este articulo. Para medir la importancia de la cuestin es necesa fio remontarse a los origenes del existianisme y seguir au evoltci6n hasta finales de la Edad Media. LOS ORIGENES: EL SIGLO IV Resulta indispensable evocar varios elementos originales que han sido determinantes para la evolucion de la catedral, El primero afecta a la organizacion administrativa de la Iglesia, EL cambio de actitud de Constantino frente al cristianismo, tras la victoria del puente Milvio (312), est marcada por el edicto de Milin, que toleraba- la nueva religiOn, Répidamente, es nue va seligién no s6lo sera tolemda, sino también favorecida. Numesosas igkesias son edificadas. Desde la primera mitad del siglo 1, Constantino hizo construir San Juan de Letrin, destinada a scrvir de sede al obispo de Roma, Hasta el siglo xv. el papa residira en cl palacio adyacen- te. La basilica, «cabeza y madre de todas las iglesias de la ciudad y del mundos, todavia hoy es la catedral de Roma, Las repercusiones fueron inmediatas. La Iglesia copi6 su organiza- ion admmistrativa de la admmistracion del Impenio, kn cada Civitas es instalado win ObIspo (episcopus) 0 pomtifice, sitiada a la cabeza de la comunidad cristiana. Este obispo se encon- tmaba investido con un triple poder: jurisdiccional, educative y sacerdotal en su mAs alto nivel, putes es el encargado de bantizar y de confirmar. Este poder era ejercido sobre el conjtinto de la didcesis CATEDRAL 129 eee — Fl segundo aspecto afecta a Ia instalacion topogrifica de la sede episcopal. En la Galia, di- cha instalaci6n adquitié un significado particular: la sede se encuentra situada en la ciudad, pero no en ka ciudad abierta de Ia -Pax romana-, sino en la parte cerrada por lt muralla pro tectora cuya construccién tuvo su origen en una orden llegada. precisamente, de Roma (396). cjestamente, el conjunto de ka poblacién no iesidia en cl intcrior de este perimetro, cuya su perficic, muy reducida (de dos a treinta hectareas). s¢ cncontraba ocupada en parte por los cdificios administrativos (residencia del prefecto, cuarteles...) y por los edificios edilicios in dispensables para la vida de la civitas ciudad. A lo largo del siglo IV, a todas esas cons- tmucciones que se agmupaban en el entorno amurillado vino a incorporarse Ia catedral. Ast pues. a pesar de lo que ha seguido afirmindose hasta fecha reciente. los edificios religiosos fueron instakidos desde el principio en el interior de Jos muros de la ciudad, convirtiéndose enun verdadero casirum. Fue preciso, por tanto, despejar un terreno sobrecargado de cons- tnucciones y, a tal efecto, fucron dadas érdenes dirigidas a realizar esas operaciones quirargi- cas. Asi se explica que se hayan descubierto bajo las catedrales actuales restos nivelados de constnicciones antiguas. Es posible que, para limitar estas destrucciones, el terreno hubiera sido elegido por su proximidad a la mural, en el lugar en el que la propia construceion de la muralla hubiera provocado ya importantes destrucciones. En algunos casos. el suelo fue cedido por grandes personajes, como en Tréveris, en donde santa Elena, lt madre de Cons tantino, no dudé en sactificar su propio palacio para cdificar uno de los conjuntos mas im- portantes. De este modo fuc establecide el esquema de It Antigiicdad tardia heredado por la Edad Media, con sus dos puntos fuertes. la residencia del prefecto, que se transformara en. residencia del soherano merovingio, mega del soherino carolingio y. pasteriormente. del senor, y la catedral Desde el punto de vista arquitecténico, ha mandado venix?, La segunda actitud es la codicia, Lejos de desdear las ciudaces, los guerreros se sienten atraidos por siis bondades y sus riquezas, pero solo para explotarlas sin tener que cambiar su modo de vida. Las eiudades son para ellos lngares de privilegios, de los que pueden extraer beneficios econémicos a través de exacciones y rentas. lugares de goce y también centros en donde desanollar actividades guertems: lugares para lt defensa, espacios para la organiza cién de torneos. bases desde donde iniciar expediciones militares. La ciudad es un botin, una mujer a conquistar Pero existe también Ia idealizacion. La ciudad no solamente es bella, buena y rica, sino gne también es el hngar de cahabitacién ammoninsa entre las clases, especialmente entre los caballeros y los burgueses, bajo la égida del rey. Se trata de la utopia social urbana, Ahora bien, con la excepcién de Italia en donde, con gran escindalo de un Ot6n de Freisinga, los nobles se codeaban con los artesanos y meicaderes, los guerreros del siglo Xit se mantenian. apartados de Ins ciudades. Nuestros textos sugicren mas bien una oposicién fundamental con relacién a los espacios de residencia: mercadeses y burgueses en las cindades, nobles y caballeros en los castillos y en el bosque. Para otros, clrigos o intelectuales ubanos, la ciudad cs maravillosa. La alabanza a las ciudhades sc conviertc en un géncio litcrario y las ciudades tendan sus orfgenes mifticos. A los santos patrones vienen a unirse héroes fundadores, creados sobre el modelo de Romulo y Remo, los fincadores de Roma amamantados por la loba. Si las maravillas ce Roma celet das en el siglo Xit por el Maestto Gregorio son las maravillas antiguas, en cambio, las maravi- as de Milin loadas por el pedagogo Bonvesin de la Riva en el siglo Sil, son completamente ‘moderas, contemporineas. En cl orden de las representaciones, Ia ciudad no ocupa el mismo lugar en la Edad Media que en la Antigiiedad. Aunque, fisicamente, como pensaba Marc Bloch, ciudad y campo no estaban rigurosamente separados en la Antigitedad, mentalmente la oposicin entre los dos Ambitos era muy fuerte, Del lado de la ciudad Curbs) y de sus habitantes (los cites) estaban la cultura, la uibanidad, las buenas costumbres. de donde proceden las palabras surbano-, ur banidach, «civismo-,

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