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1. ANTECEDENTES
El principio de la Responsabilidad de proteger, a pesar de haberse formulado en los
primeros años del siglo XXI, guarda una estrecha relación con los acontecimientos,
experiencias y debates que han definido la problemática de la seguridad desde los
primeros años 90. Entre los más significativos habría que destacar: el final de la
Guerra Fría, las intervenciones de la comunidad internacional en los conflictos que
tuvieron lugar durante esos años y la articulación de enfoques teóricos como el de la
Seguridad humana.
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Comunicación presentada al VIII Congreso Vasco de Sociología y Ciencia Política (Bilbao, 10-12 de Febrero de 2010).
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principalmente, dentro de las fronteras de Estados “frágiles” o “fallidos” (Doornbos et
al., 2006); contar con la participación de actores armados estatales y no estatales;
cimentar nuevas identidades (religiosas, étnicas o tribales) que cuestionan el sentido
de comunidad política compartida, y tener como resultado un alto porcentaje de
víctimas civiles. En definitiva, las guerras entre Estados, que enfrentan a sus ejércitos
en defensa del interés nacional, dejan de ser la norma para convertirse en la
excepción.
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en tela de juicio la adecuación de los medios, utilizados por la comunidad
internacional, para hacer frente a los nuevos tipos de amenazas.
La primera reacción significativa fue la publicación del Informe del Grupo sobre las
Operaciones de Paz de las Naciones Unidas en el año 2000, que proponía transformar
el modelo tradicional de las operaciones dedicadas al mantenimiento de la paz. Las
intervenciones militares serían sustituidas por las denominadas “misiones integradas”
que, bajo mando y presencia significativa de civiles, servirían de apoyo a la labor de
los cascos azules y tendrían como objetivo principal consolidar los cimientos para una
paz duradera. Estos debates también se desarrollaron en el seno de instituciones
académicas y ONG‟s, entre otros.
Por un lado, Bernard Kouchner, fundador de Médicos Sin Fronteras, impulsó la idea
del “derecho a intervenir”. Este planteamiento ponía en cuestión la soberanía de los
Estados y defendía el uso de la fuerza, como instrumento de intervención ante crisis
humanitarias. Sin embargo, organizaciones como la Cruz Roja y algunos gobiernos,
principalmente los más indefensos, criticaron esta formulación. Para la primera, la idea
de confundir ayuda humanitaria con intervención militar acabaría con la supuesta
imparcialidad de la ayuda. Los segundos, reivindicaron los principios de no injerencia y
de soberanía ante lo que consideraban una posible amenaza neocolonial.
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Permite realizar análisis integrales abarcando sus dimensiones locales y
globales.
Asimismo, habría que señalar que los debates en torno a la Seguridad Humana2
han ido delimitando dos interpretaciones: un enfoque “restringido” y otro “amplio” El
primero, concibe la seguridad como “freedom from fear” -libertad frente al miedo-, es
decir, ausencia de violencia o su amenaza para las personas. El segundo, que
corresponde a la versión que promoviera el PNUD, entiende la seguridad como
“freedom from want” -libertad frente a la necesidad- y señala como objetivos el
Desarrollo Humano y el bienestar de las personas. La Responsabilidad de proteger,
como se explicará más adelante, se posiciona dentro de los márgenes teóricos de la
Seguridad Humana y, más concretamente, en su “versión restringida”.
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poblaciones de los Estados en situaciones de crisis humanitarias. En su propuesta, la
responsabilidad primera seguiría correspondiendo al Estado, y sólo si no puede y/o no
quiere garantizar la protección, esta tarea sería competencia de la comunidad
internacional. Como indica, García Pérez (2006), la “base para justificar este cambio
conceptual reside en el concepto mismo de soberanía del Estado que pasa de ser
concebida como un ejercicio de control y autoridad a un ejercicio de responsabilidad”.
Por otro lado, la responsabilidad de proteger tendría un sentido más amplio que la
intervención humanitaria; implicaría prevención, intervención y reconstrucción (ICISS,
2001). Estas herramientas pretenden servir para dar una respuesta eficaz a diferentes
tipos de circunstancias. Para los proponentes del término, el primer elemento es el
más importante, pues podría evitar que se necesitara una intervención por la fuerza.
La prevención será la principal preocupación.
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ponentes del documento han tratado de enmarcar, más o menos rigurosamente, los
casos en los que debe aplicarse.
En primer lugar, se requiere causa justa. Para que pueda ser justificable el uso de
la fuerza será necesario que se produzca o esté a punto de producirse un daño
irreparable para la vida de gran cantidad de seres humanos. Los casos de genocidio,
limpieza étnica, matanzas, expulsiones forzosas, actos de violencia y violaciones
masivas serían motivos suficientes para justificar el uso de la fuerza. Aunque, como se
expuso anteriormente, la responsabilidad primera de actuar recaería sobre el propio
Estado, siempre que no fuera éste el presunto culpable de los actos.
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En cuarto lugar, se deben aplicar medios proporcionales. La magnitud, duración e
intensidad de la intervención militar, si es el caso, debe guardar relación con el
cumplimiento mínimo de los objetivos.
Por último, la decisión de actuar debe ser tomada por una autoridad competente.
Se considera que la autoridad más legitimada para tomar decisiones que afectan a la
paz y la seguridad internacionales es el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas. Aunque, si este órgano se encuentra bloqueado, se podrá pedir un
pronunciamiento de la Asamblea General, según el procedimiento de “Unión por la
Paz”3, o pedir la actuación de organizaciones regionales, conforme al Capítulo VIII de
la Carta de las Naciones Unidas, y posteriormente solicitar la autorización del Consejo
de Seguridad4.
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General, es la ausencia de una solución respecto a la posibilidad de que el Consejo de
Seguridad no tome ninguna iniciativa por encontrarse bloqueado. En un aspecto tan
controvertido sorprende el silencio del documento. El informe del Grupo de Alto Nivel,
sí aborda la cuestión, pero lo hace de una manera muy superficial. Plantea que en
“todos los casos habría que recabar autorización del Consejo de Seguridad para
operaciones regionales de paz, reconociendo que en algunas situaciones urgentes tal
vez haya que hacerlo una vez comenzadas las operaciones” (GAN, ob. cit.). Habría
que preguntar qué se entiende por “situaciones urgentes” y por qué se confía en
obtener la autorización del Consejo de Seguridad, después de iniciar la intervención, si
con anterioridad no se había conseguido. Parece que, lejos de resolver aspectos que
pudieron quedar confusos en el documento de la ICISS, estos informes dan un paso
atrás y generan una mayor incertidumbre en la comunidad internacional.
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referida al Estado, sino también a la vida de las personas que viven en el marco de
sus fronteras.
4. CONCLUSIONES GENERALES
Una de las principales innovaciones que aporta la responsabilidad de proteger es,
como se ha destacado a lo largo del texto, la transformación de la noción clásica de
soberanía. El hecho de ser considerada como el reconocimiento de derechos y
obligaciones de los Estados, entre ellos y respecto a sus ciudadanos, implica un
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avance considerable en materia de seguridad humana. Esta definición supone el
reconocimiento de que los conflictos intraestatales tienen un impacto sobre la
seguridad y la estabilidad internacionales y es necesario abordarlos como tales. En
este sentido, la responsabilidad de proteger se configura como una herramienta útil
para el objetivo que persigue.
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la propuesta, para poder saber si prevalecerá su dimensión universalista de los
derechos humanos o su dimensión como facilitadora de injerencias neocoloniales.
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BIBLIOGRAFÍA
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International Peacekeeping, Vol. 11, pp. 59-81.
Duffield, Mark (2004) Las nuevas guerras en el mundo global. La convergencia entre
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debate sobre la reforma de la ONU” en Papeles de Cuestiones Internacionales, n° 91,
pp. 33-43.
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Invierno 2002. Disponible en http://www.nato.int/.
FRIDE/Intermón Oxfam (2009) Responsabilidad de proteger: De las ideas a la
capacidad, Informe de conferencia. Disponible en http://www.intermonoxfam.org/.
García Pérez, Rafael (2006) “La „responsabilidad de proteger‟: un nuevo papel para las
Naciones Unidas en la gestión de la seguridad internacional” en Revista Electrónica de
Estudios Internacionales, n°11, pp. 153-181. Disponible en http://www.reei.org/.
GAN - Grupo de Alto Nivel sobre las Amenazas, los Desafíos y el Cambio - (2004) Un
mundo más seguro: la responsabilidad que compartimos, (A/59/565), Nueva York.
Disponible en http://www.un.org/spanish/secureworld/.
Garrigues, Juan (2007) “La responsabilidad de proteger: De un principio ético a una
política eficaz” en La realidad de la ayuda 2007-2008, Barcelona, Intermón OXFAM,
pp. 155-182.
ICISS (2001) The Responsibility to Protect, Ottawa, International Development
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Kaldor, Mary (2006) “Un nuevo enfoque sobre las guerras” en Papeles de Relaciones
Ecosociales y Cambio Global, n°94, pp. 11-20.
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Naciones Unidas”, (A/55/305-S/2000/809), Nueva York.
Secretario General NNUU (2009) Hacer efectiva la responsabilidad de proteger,
(A/63/677), Nueva York. Disponible en http://globalr2p.org/pdf/SGR2PSpanish.pdf
Secretario General NNUU (2005) Un concepto más amplio de libertad: desarrollo,
seguridad y derechos humanos, (A/59/2005), Nueva York. Disponible en
http://www.un.org/spanish/largefreedom/.
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Notas
1
Sobre este particular pueden consultarse: Peral, Luis (2005) “Las amenazas a la seguridad
humana y el problema de los medios de acción”, FRIDE Working Paper n°15, disponible en
http://www.fride.org; Grupo de Alto Nivel sobre las Amenazas, los Desafíos y el Cambio (2004)
“Un mundo más seguro. La responsabilidad que compartimos” disponible en
http://www.un.org/spanish/secureworld/, y la Resolución 1296 (2000) del Consejo de
Seguridad.
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Para más información sobre la Seguridad Humana y sus interpretaciones: Núñez Villaverde,
J. et al. (2007) “Seguridad humana: recuperando un concepto necesario”, Madrid, IECAH;
Pérez de Armiño, K. (2007) “el concepto y uso de la seguridad humana: análisis crítico de sus
potencialidades y riesgos” en Revista CIDOB D‟Afers Internacionals, n°76, pp. 59-77, y Morillas
Bassedas, Pol (2007) “Génesis y evolución de la expresión de la seguridad humana” en
Revista CIDOB D‟Afers Internacionals, n°76, pp. 46-58.
3
Este procedimiento se utilizó para operaciones de Corea en 1950, Egipto en 1956 y Congo en
1960.
4
Como ocurrió en las intervenciones de Liberia y Sierra Leona en la década de los noventa.
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