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oer " FERNANDO GUZMAN Representaciones del Paraiso. ba aT ORS XAT NOG oy 726.5296 Fernando Guzman GppirGuzmée, Femando ‘Representciones del Paraiso. Retablos en Chile, siglos XVII y XIX/ Femando Gums ed, Santiago de Chil: Universitaria, 2009, 144, 40 po. eo) 15,5 x23 ms. Bibogrti:p, 135-142 ISBN 978.956.11-2067-9 1. Reablos. 1. © 2m raanooaczmay Ines 1S, Sag de Che Representaciones del Paraiso. Derechos de edicin reservados para todos ls pases po ‘© Editorial Unive S.A. Retablos en Chile, siglos XVII y XIX. ‘Avia. Bernardo O'Higgins 1050, Saigo de Chile editor@universtarin cl |Ninguna parte de este bo, nc ido die de a porta, Puede ser reproducida, transmit. almacenaa, sex por rocedimientos mecisices, pico, quimicos 0 lectinicos, inludas is fotoepias, sin permiso escrito del edtor. ‘Texto compuesto on ipgrala Fines 10.5714 Sete de imprimir est PRIMERA EDICION en os alees de Saesinos Impresores .A.. ‘General Gana 1486, Santiago de Chil, en agosto de 200 DISERO Y DIAGRAMACION erm lla Rodri ‘Norma Dia San Marti www.universitaria.el IMRESO EN CHILE /ensTED em EDITORIAL UNIVERSITARIA ENTRE LA POMPA Y EL ENCANTO. FORMAS GERMANAS EN CHILE ‘ormas germdnicas a comienzos del siglo Xvin en Chile el siglo XVI, probablemente en 1712, Heg6 a Chile el hermano je- Bitterich. El 15 de abril de 1720, e1 habil escultor de origen tirolés envi6 Airigida al padre Nicolés Pottu, ex provincial de la Renania, cuyo texto tuido en pieza clave para comprender las acciones que Ia Compa Axlelante con el objeto de promover los oficios artisticos en Chile. Analizar Su contenido arroja luces decisivas en torn al tépico de los retablos. ‘comiienza haciendo una descripcién de su trabajo: ‘cuanto a mi cargo y ocupacién: debo trabajar mucho para toda la vincia de Chile. Nuestros superiores en las diferentes casas necesitan altares,imdigenes y retablosy los piden con insstencia ya que no mira en este pats ni un escultor o constructor que domine su oficio ‘del diagnéstico propone la solucién: procuradores provinciales irdn a Roma, llevardn consigo esta carta, con el deseo y el encargo de traer jesuitas jovenes de Alemania, espe- lente hermanos que sepan algtin oficio. Se necesitan dos carpinteros, albahiles y un escultor.."*. ke Hermano Juan Biterich al puke Nicol Pot, Santiago 15 de abil de 1720, En Mts, "Lo primero estas germans en Chile en Bolerin dela Academla Ciena dela Historia Top. 186 47 ‘A partir del juicio del hermano Bitterich surge una primera conclusién: a co- sminio de la estructura arquitect6nica,diseito de un cuerpo y una calle ‘mienzos del siglo XVI habia en el pais carpinteros, talladores y doradores que le- lidad en el banco, las columnas y el entablamento. Dichos retablos los vyantaban altares y retablos, incluso podria pensarse que en niimero suficiente para antar con la ayuda de carpinteros locales, dando, de este modo, inicio a la Ja demanda local, pero al jesuita le parece que la preparacién de los artesanos y la de las formas germanas en la retablistca chilena, Sin embargo no se calidad de su trabajo es insuficiente. Se puede suponer entonces que las obras re- ningsin ejemplar que se pueda atribuir a una accién direeta de Bitterich. stltantes presentaban fallas técnicas 0 no se adecuaron alas inclinaciones estéticas -careneia de obras impide medir el impacto que produjo su trabajo en la del tirolés; no se debe olvidar que la escultura de San Sebastin, aceptando que e: de los retablos; sin embargo, como se veri, su queja por exceso de trabajo suyo, presenta una fuerte influencia del barroco italiano, particularmente de ‘efectos de gran importancia, La solicitud para que se enviaran mas su vertiente mas clasicista y, por tanto, es razonable que su autor no sea receptivo fue escuchada, asegurando con ello la penetracién de las nuevas influen- la sensibilidad artistica quitefia, imefia 0 altopervana, fantasiosa y anticlisica, Ja zona central de Chile. {que marcaba la produccién escult6rica y retabistica chilena. En este sentido hay {de los procuradores provinciales que viajaron a Roma, mencionado en la tina coincidencia con las observaciones de otros jesuitas germanos que vivieron Bitterich, el padre Lorenzo Castillo, vuelve a Chile desde Espaiia el afio en zonas apartadas de los centros culturales del subcontinente: se admiraron de la “conduciendo a cuarenta y un misioneros, entre ellos dieciocho germanos. impericia de los artesanos, al tiempo que se alarmaron del alto costo que implica pediciGn que llega a Santiago el aio 1724, estaba compuesta entre otros importar productos de Quito, Cuzco o Espaiia, razén por la cual muchos ven Ia hermano Adén Engelhardt, destacado tallista, y por el padre Carlos Hai- necesidad de revertir la situacién, .cuyas iniciativas modificaron totalmente la evolucién artstica del pats. Pero, junto a la incomprensi6n hacia el modelo artistico hispanoamericano se 4 pesar de las promisorias circunstancias, que, a comicnzos del siglo pucde observar en Bitterich una asimilacién de las formas atisticas criollas. pues. |, pareeian augurar un importante florecimiento de la actividad artstica, all al enunciar los encargos de sus superiores,distingue los altares de los retablos. El Aiempo las expectativas se frustraron. La prematura muerte del hermano artista demuestra haberse adaptado a la demanda local, asumiendlo la necesidad de h, en el alo 1722, y el traslado del hermano Engelhardt a Mendoza, provo- ‘contar con un mueble lignario que recogiera un programa iconogrfico y sirviese Juna necesidad de artistas que no serfasatisfecha hasta el afio 1748, de marco a las ceremonias litirgicas. La actitud de Bitterich adelanta lo que sera Allo 1740 el padre lanes y el padre Haimhausen fueron comisionados para el proceder de los artistas jesuitas germanos en los aos posteriores. ‘en Espaiia la licencia necesaria para pasar a América con cuarenta y ¢inco Lanecesidad de contar con retablos no era un asunto totalmente desconocide eros germans, cuarenta sacerdotes y cinco coadjutores. Fueron siete aos gestiones en los cuales el padre Carlos va materializando uno de sus para el escultor, los templos germanos disponfan programas iconogrificos ‘6 menos complejos tras el altar y la madera solia ser el material elegido para su Ivos: reclutar a coadjutores habiles en diversos oficios artisticos. En mayo de ejecucién. E] modelo de altar manierista germénico, en formato de relicario, fue | ya muerto el padre Illanes, Haimhausen se embarca en Lisboa en el navior reemplazado por formas italanas en la segunda mitad del siglo XVil. Durante los J, llevando con él a euarentay cinco misioneros jesuitas y una abultada car- afios en que Bitterich realiz6 esculturas para la iglesia de San Martin en Bamberg, ‘materiales, no sin antes haber conseguido tres autorizaciones extraordinarias: fs decir, entre 1710 y 1712, tabajaba en el templo el artista Giovanni Battista mora para embarcatse en Lisboa y no, como era de rigor, en Cédiz, para To Brenno, E1 italiano tuyo a su cargo el altar mayor y los altares laterales del pres Jugumenté que encontrindose Espafia en guerra con Inglaterra era mis seguro biterio (Fig. 14). Los tres reproducen soluciones caracteristicas de las iglesias ‘on un bareo que saliera desde Portugal; la segunda autorizacién le permitié romans, primando el sentido arquiteetonico y la imitacién de mirmotes war una cuantiosa carga sin otro trémite que exhibir una declaracién jurada Es probable, ala luz de lo que sefiala en la carta citada y de su experiencia en no llevar mds géneros ni efectos que los precisos para el ornato de las igle- ‘Bamberg, que el escultor germano haya disefiado algunos rtablos semejantes alos trabajados por Brenno, En ellos se habrian dado algunos de los rasgos caracteris [cid en Histcin, Maguncia, en 1685, enand sl Copia de Jats en 170, Habra met en xl del siglo {hil anes de 1748, Ctr, Sera Pastor, Vicente, Lox Jesuits Germanos on Hispanoumeica p. 24%, an 48. 49 ticos de lo que seria la retablistica chileno germana de Ia segunda cia visual correspondfan a los cnones de un barroco mas romano 0 a sias y la asistencia y vestuario de los religiosos”; finalmente consiguié aumentar de cinco a dieciocho el nimero de coadjutores autorizados a viajar, en razon de jciones del rococ6 francés, estilos que en algunas regiones de la Europa “ta escasez que hay de sacerdotes que quieran pasar a la América, y refiriendo Marco Dora, arg rs Hp, Mira Universal del Ae Eipat. Aen Aria» Flin ME et ised eee ertsras gees, pats = » Rat Chie, 29 tte de ray Peo Gone de Ager sera dl ices ue ann rante los aos inmediatamente posteriores a la expulsi6n se debi6 producir {tad lon misoneos de Colegio de Santa Rosa de Osopa en Chilo, Mairi, 8 e juni de 178 lisminucién en las solicitudes de nuevos retablos, pties muchos de los altares (Pereira Salts, Eugenio, opt P17 64 65 jesuitas son asignados a iglesias en construccidn 0 a las ya concluidas pero que ‘no contaban con un alhajamiento adecuado; es el caso de la Catedral de Santiago, 4 la matriz de Los Andes y de la iglesia de Calera de Tango, por sfilar algunos ejemplos. Estas entregas de retablos, junto con producir una merma en el trabajo de los carpinteros, dedicados ahora a desarmar y armar los altaresjesuitas, producird la difusion de las formas germanas, cuya reteracién en manos de artesanos locales se proyect6 hasta el siglo XIX. Las referencias a los diseipulos de los artesanos jesuitas son recurrent la historiografia del arte chileno. Pereira Salas redescubre la figura del Mulato Baldovinos, mencionado por Vidaurre como autor de un San Juan Francisco Regis stibiendo al cielo, que se encontraba en la iglesia de San Miguel” Benavides, al analizar la puerta del sagrario del antiguo altar mayor y el papito de Ia iglesia de Petorea, atribuidos « José Santos Nilo y Figueroa, piensa que se trata de obras del barroco chileno bévaro y por tanto de influencia jesuita, Hegando a afirmar ue el artifice se habria formado con los jesuitas. Otro tanto se puede afirmar de ‘Ambrosio Santelices cuya produccién de retablos, como se ver mis adelante, est muy vineulada con lade los artistas germanos. Como suele ocurtr con los artistas populares, los documentos no recogen muchos antecedentes de su actividad y, por tanto el esfuerzo de reconstruir su historia resulta habitualmente intructuoso. Pero no sélo los posibles disefpulos faclitaron la difusi6n de! nuevo retablo, ros de 1751 el jesuita mejor preparado para asumir la confeccidin de retablos serfa el hermano Jorge Lanz, pues aparece mencionado como poseedor de los oficios de estatuario y artifice". Este religioso debi¢ abandonar la Orden ‘varios afios antes de la expulsién, ya que en algunos documentos, como recoge Pereira Salas, se lo menciona sin hacer referencia a su condicién de religios0, primero cuando es postulado a segundo tallador de la Casa dle Moneda en 1752) luego en 1758 cuando se le paga por el etablo del Santo Cristo en la Iglesia de ‘San Francisco; poco después aparece como escultor en las obras de la iglesia de la Merced y en 1765 se le encarga un retablo para la iglesia de la Veracruz. Obras ‘que no se conservan, Su nombre no esta en las listas de expulsos y en 1770 fue nombrado por el Cabildo como alarfe. No queda constancia de Ia fecha de si defeccisn: lo que sf resulta evidente es que gracias a su trabajo varios templos y capillas de Santiago agregaron a su patrimonio un reablo de inluencia germinica Cl Gémez de Viaute, Felipe Historia Gengrdica, Natural y Civil det Reyna de Chile, Colson de Histriadores, v.40, XV, Santiago, 1880. p_ 301 'AGI, Chile 99, Autos originales infomtivos del iero de religisos sus fis y dads de Is ‘rovincias de Chile. Sant Jos afios 1770 y 1771 se encuentra, junto a una compaiia militar costeada Ja frontera militar de Arauco, momento a partir del cual no aparecen més ‘doctumentales de su persona. Vargas Ugarte, sin exhibir las referencias afirma que por sus servicios en la frontera de Arauco obtuvo carta de 'y habria fallecido en Santiago el afio 1772; la documentacién revisada ‘que su salud se deteriors y fue licenciado”, manos de los artistas mencionados y de otros, cuya identidad no ha registrada en los documentos, dieron forma al nuevo retablo barroco ‘Como ya se ha indicado, no se trata s6lo de la implantacién de soluciones ‘centroeuropeas; el retablo chileno bavaro es el resultado del encuentro ‘6n retablistica hispanoamericana con el barroco y rococé germano. Jaclave de su aceptacién en el medio local, que no desplaz6 al retablo para lo por soluciones ajenas al medio americano, sino por el contrario, la ‘del barroco y rocoeé germanos vinieron a arraigar en este peculiar mueble de la tradici6n ibérica. EH, Captaia Genera, Declarainde Suan Ojeda, Captin dl real Cuerpo de Arilleriay Coman ede In Plaza de Arauco, 6 de marzo de 1771, 184 or

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