Dew socialista que, por tina faz de
u espiritu que podriamos llamar doc-
trinaria, ha hecho sonar una cuerda nueva
en
en nuestra poesia.
Después del libro «Poemas del campo y
—S sp de la montana», donde nos diera colma-
\das espigas y esbeltos quebrachos, obra ini-
/ cial, saturada por un sano ambiente de
naturaleza, Mario Bravo se manifesté en
una evolucién cada dia mds definitiva
Respondiendo en gran parte a las imdge-
nes que le sugiere ese mundo de sus con-
vieciones sociales, hemos letdo trabajos
‘én de
suyos que nos produjeron la impre:
un poeta ‘muy original. Su musa fuerte
de dolor y esperanza, muestra a veces
cierto dejo de delicada melancolia y siendo
la contewtura del poeta por lo generat
robusta, el optimismo en él no parece sur.
gir cijo eapontineo, sino md
bien bajo el imperio de su voluntad.
Poesia que expresa una preocupacién
colectiva, senala en Bravo, la tendencia
a hacer del arte una voz por donde hable
el alma de los hombres. En un pats tan
———
Ueno de problemas humanos, el verso pues
cumple con su alta misién.
p
3rwnsto Mario Barrepa
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