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ACERCA DE LA ALOTRIOFAGIA Por ALFREDO SAAVEDRA y MANUEL ESCOBAR No obstante su difusi6n casi universal, tanto en el hombre cuanto en los animales, no obstante su presentacién en diversas enfermedades organicas como en los desérdenes endocrinos y del metabolismo y su constancia en ciertas condiciones normales, como en el embarazo, y so- bre todo su frecuentisima aparicién en los mas variados desérdenes men- tales, la alotriofagia ha sido casi olvidada en los principales tratados de psiquiatria: ni siguiera es mencionada en la obra de Kraereuin, ni en Ja tan documentada de Bumxe y colaboradores, ni en las de MayEr- Gross, Grune, LANGE y otras que hemos revisado para Ja realiza- cion del presente trabajo, como tampoco en tratados aparecidos dlti- mamente en idiomas extranjeros. Entre las obras en lengua castellana tampoco aparecen en los tratados de Mira y Lépez, Noyes (traducido del inglés); en la obra de Vatteyo NAyERA hay una breve revisién, tan sucinta como la que se puede consultar en la mayoria de dicciona- tios de términos médicos —CARDENAL entre otros—. Publicaciones so- bre Ja materia aparecen mas bien dispersas en revistas de etnolo: de obstetricia, de medicina y cultura general. Entre nosotros, el tema ha sido tratado por Pepro Weiss, Ricarvo Parma, Lucio D. Castro y principalmente por Honorio Detcano en su Curso de Psiquiatria y en un trabajo muy documentado aparecido en 1938. Esta circunstancia nos ha movido a la publicacién de ta presente comunicacién en una revista de Ja especialidad por la importancia que tiene tanto en el dominio de Ja medicina general y en especial en el de la obstetricia, cuanto en el campo de la psicologia, la psicopatologia y Ja psiquiatria. No esta de- mas advertir que algunas de las formas de alotriofagia, presentes en las enfermedades mentales, de modo particular en la esquizofrenia, pueden obedecer a perturbacién profunda de las tendencias instintivas o tener su raiz en la falta de atencién y en la deficiente alimentacion de los enfermos y cuya dilucidacion puede prestarse a explicaciones aparen- ACERCA DE LA ALOTRIOFAGIA 15 temente satisfactorias que de seguirse, sin la critica serena y libre de prejuicios, pueden redundar en la agravacién del trastorno Desde los estudios de Cannon, STERNBERG y LauTER el hambre es la necesidad inespecifica de alimentarse, mientras que el apetito es la preferencia © seleccién cualitativa de los alimentos; ambos, no sélo dependen de la nutricion que requieren los tejidos y que el instinto tra- ta de asegurar sino de las costumbres y de la experiencia. Uno y otro pueden alterarse por los mas variados factores. Nosotros vamos a re- feritnos exclusivamente a las anormalidades del apetito conocidas con el nombre de alotriofagia o pica, consistentes en el habito de comer subs- tancias aparentemente insusceptibles de digestion y por ende de ser asi- miladas, por cuya raz6n se les designa como perversiones en el sentido de gue entrafian una falla de la tendencia que dirige la alimentacion del organismo. Antes de pasar a la discusién de los problemas involucrados en la alotriofagia, relataremos la observacién clinica que motiva la presente comunicacién y en la cual el desorden parece no ser sintomatico de per- turbacién neurética 0 psicética, y se acompafia de alotriogeusia. Observacion. M. M. R. de V., de 21 afios, natural de Lima, casada, catolica, negra, residente en la barriada denominada "La Huerta Perdida’’, con instruccion ele- mental (apenas Jee deletreando). en cuyos antecedentes famillares, la bisabuela ma- teroa sufrié crisis convulsivas, el abuelo paterno fallecié ignorandose la causa, la abue~ la paterna de 60 affos, sana; el abuelo materno de 61 aflos, sano, Ja abuela materna de 62 afios, hipertensa, con la edad se ha vuelto regafona e irascible; el padre de 40 aftos, alcohdlico; la madre de 38 afios, sana. Han sido 3 hermanos, siendo la pa- ciente Ia primera; el segundo de 17 aos sufrié un proceso infeccioso durante su ni- fez, con fiebre elevada, habiendo quedado desde entonces con una monoplejia crural; el tercer hermano, de 12 afios, desde hace 3 sufre crisis convulsivas; en la linea com Tateral sdlo se tiene datos de dos tios, uno es alcohélico, otro delincuente. De Ios 3 hijos: la primera de 3 afios, es de mal cardcter. el segundo de un aio y ocho me- ses, cuando gateaba comia abundante tierra: el tercero de mes y .dias es sano. El esposo de 24 afios, ayudante de camidn, alcobélico ocasional, de buen caracter, Ea los antecedentes personales, nacié a término el 10 de octubre de 1936; primeros pasos ¥ primeras palabras al afi; enuresis nocturna hasta los dos afos, Ingres6 a una escuela de primeras Jetras, no le agradaba el estudio, era muy inquieta y a menudo dejaba de concurrir siendo por ello castigada por su madre; sélo ha aprendido a leer deletreando; menarauia a los 11 aflos, catamenia 3-4/30 en poca cantidad, primera relacion hetero-sexual a los 17 aflos, con su. actual esposo. con quien cas6 civil y religiosamente cuando ya tenian dos hijos: el deseo sexual aparece s6lo hace dos afios ¥ el orgasio Io experimenta s6lo hace 3 meses y medio: ha tenido 3 embarazos a termino en 4 afics, en el primer embarazo no tuvo niuseas ni vomitos, a Jos 6 meses comenz6 a edematitarse. generalizindose el edema en el curso de los meses siguientes, 16 A. SAAVEDRA M. ESCOBAR ¥ registréndase hipertensién arterial; lncto a su primer hijo baste el ano y med: fen el segundo embarazo tuvo escasas aduseas y vémitos: lacté a sis segindo hilo hasta los 3 meses: en eo tercer embarazo uvo muy ligeras nauseas y vomitos y al final presents moderado edema en los miembros inferiores; el tercer hijo tiene mes y dias y Ie da alimentacion mixta por carecer de leche. Habitos: tabaco: foma un ci- sorrillo diario; alcohol: cuando era soltera se embriagaba a veces con sus amistades: en la actualided no bebe: ha sufrido pleuresin a los 12 afios, Cardeter: siempre ha sido violenta e irritable, caprichosa y voluatariosa, en el hogar paterno sostenia com finuas dlsputas sobre todo con el hermano menor que también es de mal caracteri en su hogar son frecuentes los cambios de palabras con si espaso que a veces van has- ta Ia agresiéa mutua por Jo menos una vez al mes. Ambiente: reside en una barriada suburbana, Ia calle no tiene veredas, ai pistas. el piso de su casa es ce tierra, Jas pa. redes y techos de materiales heterogéncos quincha, maderas, eartones, etc.. a través €e las paredes se ven las habitaciones vecinas: la casa no dispone de_ servicios de ‘agua, desagtie nt electrividad: en total dispone [a Lamilia de dos habitaciones: en una vive la paciente con su esposo y sus 3 hijos menores, en Is otra los padres y los dos hermanos de Is paciente: el esposo es holgazan, se embriaga con cierta frecuencia y en le actislidad esta complicado en un atentado contra el patrimonio. Tipo de alimentacién: es varinda, pero por las condiciones ceondmicas, muy incompleta; gusta poco de Ia carne, no le agradan In quinua, el trigo, ba pulenta ni el Jocro: Je agradan en especial el frejol el garbanzo, el arroz, los huevos, pero éstos consume poco: le gusta mucho ef t€ que consume en grandes cancidades durante sus emborazos. Pese 2 todo lo referido se balla al parecer resignada con su destino y no es motivo de mayor preccupacién sus limitadas recursos econdmicos Enfermedad actual. Hace 4 afies, durante ol tercer mes de sti primer embarazo, tun buen dia, de buenas a primeras cuando se hallaba en le casa anterior a la que actualmente habita, le viniecon deseos de comer Ia mezcla de construccion con que se unian los ladrillos de las paredes, para lo cual procedi a desprenderla restregan- do con un cuchillo e ingiriéndola como Ja cal que come el coguero durante la ma ticaciOn de hojas de coca: desde entonces diariamente se proveia de mezcla de cons- truccién ya sea en forma semejante a esa primera vez o recogiéndola de los edifi- ios en constraccién; siempre Ia ingeria sola, coléndola previamemte en un peuerio colador de ios usados para el te; la cantidad ingerida diariamente era aproximada- mente un jarro de Jos usados coménmente (350 gramos); la mezcla no tenia ningén sabor, pero el masticarla y engulliria le producia un gran placer, ademas de que Je aliviaba cierta molestia epigastrica que habia comenzado a sentir desde la misma fecha que empezé a ingerisla. EJ consumo de un jarro diario de mezcla continud durante todo el embarazo, en el puerperio y prosiquié sin interrupcion hasta hace siete meses; diariamente iba a proveerse de su “golosina” en Jos lugares en construc: ‘Gdn con Ta misma obligacién con que iba a los mercados a provecrse de comesti- bles; los familiares cue vivian con ella en la misma casa la resondraban por tal hi- bito, pero en realidad sin darle mayor importaneia y sin temer que ello pudiera oca- sionar dao a la paciente, pero con todo ésta siempre procuraba hacerlo a escondi- das. Hace siete meses, cuando cursaba el tercer mes de su segundo embarazo, salio un dia a buscar su mezcla, pero como no pudiera encontrarla régresd a su casa, agit hallé unas tizas blancas que le despertaron el deseo de comerles, deseo que con- ACERCA DE LA ALOTRIOPAGIA 7 untié y desde ese momento come digriamente desde 6 hasta 15 tizas, sequin pueda facontrarlas; las dimensiones de las tizas que come son: 8 em, de largo, 12 mm, de iametro mayor, 8 mm. de diimetro menor: el peso es de $ gramos por tiza, El limi te de su consumo depende de sus medios econémicos, pues compra cada tiza por Cinco centavos; a veces hace un esfuerzo grande para no salir a comprar las tizas, pero siempre termina cediendo, pues a niedida que la tentacién se hace mas fuerte la boca se lena de saliva (se me hace agua In boca”): ewande no come las tizas siente desasosiego, intranguilidad, nerviosidad. camiina de un Indo a otra en au habitaciéa tiene la sensacién como si “le latiera” el est6mago y presenta abundante sialorrea tales manifestaciones son semejantes a las que se presentaban cuando no podia antes conseguir la mezcla; para ella Ins tigas Uenen un sabor muy agradable, que Te recuer- da el propio de! queso y su masticacion y deglucion se acompatian de placer: les ine iiere con el estomago vacio o después de los alimentos: las molestias epigastricas, tales como ardor, quemnzén, a veces may iatensas, sobre tedo en los cltimos tiem: pos, calman con Ia ingestién de algin alimento, pero més a memido cuando come las tizas, como antes cuando inigerta la mezcla: sobre todo el dolor epigistrico que se presenta mayormente en ayvinas y en la tarde cede mis 0 menos cdipidamente Examen clinico. Desarrollo normal, buen estado general, biotipo normosdmice: ninguna anormalidad en el aparato respiratorio: en el cardiovascular: pulso 76 por minuto, ficilmente depresible, ritmico: corazén: sople funcional holosistolico; presién arterial 11-6; nada anormal en el examen del abdomen, nt en el sistena nervioso. Pa- ciente liicida, bien orientada en el ciempe y en el espacio, ninguna anormalidad en la percepcion, pensamiento, ni afectivicad: en las tendencias instintivas y en la vo- untad: la alotriofagia seftalada cuyas caracteristicas se parecen a la de ciertos impul- 0 sistematizados, acompaftada de alotviogeusia Examenes de laboratories radioscopia pulmonar: engrosamiento cisaral derecho: ra- diogralia de estomago y duodeno: ingerida la substancia baritada se aprecié un buen recorrido a través del es6fago, con morfologia normal; la opacificacién del estémago se efectud en forma normal, su conformacion es de tipo ortot6nico: el desplazamiento pasivo, el peristaltismo y el vatiamiento pilorico se allan conservades: no hay dolor a Ia presion manual del estomago y auodeno; las radiogralias del estomago, obte- nidas en posicién de pie, muestran estémago ortoténico, con ligero rechazo hacia arriba y derecha, con ligera deformacién de Ja curvatura mayor, por compresion del Angulo esplénico del colon gue se halla con contenido fecal; las radiogratias seriadas del bulbo ducdenal muestran: excentricidad del canal pildrico, con presencia de bur- buja de aire en el nivel superior de la imagen bulbar (Dr. Cesar Chinchavin Me- zeses). Numeracién y formula: hematies 2'970,000; leucocitos 9,300; Hemoglobina: 8.47 9F.%:; neutrOtilos 54, abastonados, 2, segmentados 52; cosinéfilos 6, monocitos 5, kinfo- ‘tos 35. Examen de heces: huevos de tricocéfalo dispar y quistes de ameba coli. Velo- idad de sedimentacién (Cuttler) a Ia hora 30 m.m., curva diagonal: reacciones sero- logicas: cardiolipina, Mazzini, Kahn en sangre: negativas: Orina: densidad 1,023, reac- iG acida; en el sedimento: algunos leucocitos, abundantes eélulas epiteliales y cris- taies de uratos de sodio. Dosaje de elecirolitos en el suero sanguinco: sodio: 138 q/L {normal 137-147): potasio: 5.10 mEq/L (normal: 4 3 5.6): caleio: 7.8 mor.% (mormal 9-11.5%}: fosforo: 4.5 mgr.% (normal: 3 a 4.5%}, Después de vencer re- 18 A. SAAVEDRA - M. ESCOBAR sistencias, basadas en prejuicios y falsas apreciaciones que oponia la paciente, se efectud un tubaje gistrico, con el fin de investigar la acidez y trazar Ia curva co- rrespondiente, pero que. desgraciadamente, resulté falseado, presumiblemente por ta ingestion de algunas tizas, a pesar de que Ia paciente nego esto ultimo Resumen. Paciente de 21 afios, casada, catélica, negra, en cuyos antecedentes familiares, la bisabuela materna sufrié crisis convulsivas, un hermano sufre también de ataques epilépticos, otro hermano presen- ta monoplejia crural después de una encefalomielitis: el padre y un son alcohélicos, otro tio es delincuente; el esposo es flojo para el trabajo y se embriaga a menudo; en los antecedentes personales desde nifia ha sido discola, caprichosa, voluntariosa, de mal cardcter, sin que el matrimonio lo haya modificado favorablemente; su condicién econé- mica es muy modesta y su alimentacién muy deficiente, pese a lo cual ha vivido resignada a su destino. La enfermedad actual empieza hace 4 aiios durante el tercer mes de su primer embarazo con molestias epi- gastricas tipo ardor y dolor y vehemente deseo de comer la mezcla de las construcciones, Hegando a consumir al poco tiempo de haber adqui- rido este habito hasta un jarro diario (350 gramos); la ingestion de la mezcla se acompafinba de sensacién placentera y su privacién Je pro- ducia un estado de malestar, inquietud, desasosiego que s6lo calmaba con Ia ingesta, la cual a la vez atenuaba las molestias epigastricas: des- ae hace 7 meses, al no encontrar la mezcla empieza a comer tizas blan- cas, legando a ingerir hasta 15 al dia (15 % 5 = 75 gramos); las ti- zas las paladea como si tuviesen un sabor exquisito y su ingestion se sigue de sensacién placentera, produciéndose el mismo estado de 4nimo penoso referido para la mezcla cuando no las consume; igualmente las tizas calman bastante sus molestias digestivas. En los eximenes de la- boratorio se verifica anemia hipocrémica intensa, hipocalcemia y parasi- tosis intestinal a tricocéfalo dispar. DISCUSION En condiciones normales o casi normales asi como en numerosos casos de clinica general y psiquiatrica son de observacién corriente di- versas formas de alotriofagia. Un examen atento demuestra a menudo que no siempre se trata de una perversién verdadera o sea de una ina- decuacién del objeto a la finalidad del instinto; en muchos casos se tra- ta de una perturbacién temporal motivada por éxigencias fisiolégicas es- peciales 0 pot condiciones mérbidas, pasadas las cuales desaparece: otras ACERCA DE LA ALOTRIOPAGIA 19 veces, concliida Ja causa originaria persiste la anormalidad como un habito facticio sobre todo si aquella ha actuado un tiempo largo, unas veces debido a factores psicoldgicos, otras sin que pueda descubrirse uma explicacién plausible, con frecuencia en relaci6n mas bien con la persistencia de factores organicos o humorales de entidad variable Las anormalidades cualitativas del apetito con cardcter_ temporal se observan frecuentemente durante el embarazo normal y se llaman vulgarmente “antojos”; con tan corrientes en esta condicién que la ecua- cién antojos = embarazo se ha convertido en una f6rmula universal; a veces se trata de deseos de comer determinados manjares o ingerir de- terminadas bebidas; otras veces son verdaderos impulsos sistematizados ‘© manias con compromiso ya no de la tendencia instintiva misma sino ce la voluntad, como el caso citado por HamBuncer, Sue, CAPURON y M. Cuarpentigr de una embarazada a quien le sobrevino el deseo de aplastar contra la cara de su esposo los huevos que habia comprado en el mercado. Capuron cita el caso de otra embarazada que queria comer la espalda de un robusto panadero que habia visto pasar por la calle, de otra que sentia placer al introducir en la boca un tubo de fue- Hie aspirando a todo pulmén el aire que impulsaba. Frecuente en las gestantes es la perturbacién Hamada malasia o sea la apetencia por man- yares especiados 0 acidos. Los obstetras afirman que la no satisfaccion de los antojos de las embarazadas acarrea en no pocos casos la pérdida del fruto de la concepcién. Lucio D. Castro, entre nosotros, refiere ei caso de una sefiora que aborts por no podérsele satisfacer su vehe- mente deseo de comer uva italia en una época del afio en que no era posible conseguirla; por lo demas dicha fruta nunca fué de su prefe- tencia; dicha seficra contuvo su segundo embarazo al ser satisfecho su deseo de comer nueces de nogal que hubo que conseguir a medianoche en un monasterio; el tercero y cuarto embarazo de esta misma sefiora pasé bien bebiendo a menudo champagne helado. En algunas ocasiones basta que esté a su vista lo apetecido para que cese el antojo; CastRo también refiere el caso de otra sefiora que anhelé comer pera de agua en conserva, en vano se buscé este alimento en todo Lima por no haber en el mercado; por consejos’de un bodeguero se disfraz6 la pera de agua con una conserva de pera corriente con lo que se satisfizo su deseo sin probar el alimento apetecido; esta misma sefiora pas bien su se- gundo embarazo comiendo gran cantidad de pasta dentifrica. Gran par- te de las alteraciones del apetito durante el embarazo pueden deberse al propésito instintive de la gestante de agenciarse determinadas subs- 20 A. SAAVEDRA — M. ESCOBAR tancias que contienen los antojos y que faltan en la alimentacion ordi- naria; otras veces cumplen una finalidad eupéptica: la malasia a menu- Go sirve para estimular el apetito o para corregir una hipoclorhidria 0 equilia gastrica, mas corrientes en las embarazadas de lo que cree el comtin de los médicos; otras veces, aunque no es posible una explica~ cién satisfactoria, se puede sospechar una apetencia vicariante, —como se vera después—, que no siempre cumple su cometido, tal el caso de CHARPENTIER que devoraba cabos de velas, de otra que lamia las pare- des himedas cubiestas de eflorescencias o el de BECK que comia greda, erena, tizas, Otras veces, obedecen a factores de indole psicoldgica, sin hablar de las sintomaticas de perturbacién mental o neurotica. A este ultimo factor parece corresponder Ja observacion de Lucio D. Castro: se trataba de una paciente de 26 afios, normalista en Canta, quien en 1939 vino a Lima para un curso vacacional; tuvo sus primeras relaciones sexuales en enero de 1940 y sali encinta en febrero; los primeros tomas de prefiez aparecieron en marzo: las circunstancias de ser una edu- cadora, e] medio de perfeccionamiento profesional en que vivia, hizo que reprimiese sus naturales sintomas: néuseas, salivacién, vémitos; vuelta a Canta, por su condicién, tuvo que aparentar aun mas. Asi un dia de abril Hovié mucho por breves momentos; al salir de la escuela percibié el vaho que con el calor del sol emanaba de la tierra, le supo muy agra- dable ese olor y sintié el deseo irresistible de comer un poco de tierra; lo hizo y le agrad6 en tal forma que al llegar a su casa no comia sino devoraba tierra; en adelante para pasar su comida debia echarle tierra al extremo que en los primeros dias de mayo condimentaba con tierra sus alimentos; una vez encargé a sus alumnas que le trajeran diversas clases de tierra porque queria averiguar cual era la mas agradable para el meni, Desde los primeros dias de la geofagia present estrefimiento y pérdida de peso; a comienzos de mayo, diarreas incontenibles y céli- cos, vomitos terzosos y sanguinolentos; el 7 de mayo se agravo: la he» matemesis y los célicos eran intensos y fué conducida a Lima; en los vémitos arrojé gran cantidad de vermes; en medio de su agonia sacaba desesperadamente trozos de tierra de las paredes llevandoselos avida- mente a la boca; en la noche misma de su llegada a Lima, fallecié al parecer con un cuadro de obstruccién intestinal determinado por la para- sitosis y por la geofagia. Aunque Castro atribuye una etiopatogenia ovular a este caso, es evidente que la paciente vivid una situacién psi- colsgica desesperada: su condicién de maestra que debia dar el ejemplo, su situaci6n de gestante fruto de una aventura mal avenida, permiten sos- ACERCA DE LA ALOTRIOFAGIA 21 pechar que aqui le geofagia apenas pareceria disimular una intencién subconsciente de ocultar la vergiienza que representaba su condicién: sin embargo, en este mismo caso también debemos considerar la parasitosis como un factor coadyuvante, pues diversos autores, entce ellos HENRY MeLeNeY Ia sefialan en Ja anquilostomiasis humana y en otras parasito- sis intensas bien los obstetras tratan de explicar hechos de esta naturaleza como dependientes de elementos toxicos producidos por una falla en el poder selectivo de las vellocidades coriénicas, elementos téxicos que pa- sando a la sangre perturbarian las funciones del hipotalamo, resultando ae esto las perversiones del apetito, no es posible esta explicacién uni. Iteral en muchos casos, como el de la observacién de CASTRO que aca- Lamos de traseribir y como el que ahora relatamos, en que la alotriofa- gia se mantiene después del parto. Por ello es pertinente continuar re- visando la intervencién de otros factores. En clinica psiquiatrica se verifica la manifestacién de formas muy variadas de alotriofagia: tierra, cenizas, madera, jabén, parafina, papel, Insectos, gusanos y otros animales vivos, substancias organicas en des- composicion, excrementos; lo iiltimo se observa en idiotas, paraliticos generales, dementes seniles, rara vez en esquizofrénicos y maniacos, ex- cepcionalmnente en histéricos, epilépticos y personalidades anormales. BosTrorm duda gue estos hechos puedan explicarse como anomalias de los fines del instinto: cree que la pérdida del control y la insensibilidad € indiferencia de estos enfermos favorece el desencadenamiento de fuer- tes ganas de devorar lo que se les presenta, sobre todo para los idiotas y paraliticos; en los esquizofrénicos, ocasionalmente, desempeiian papel ciertas representaciones sexuales, en ellos se observa el impulso a engullie objetos que por su naturaleza pueden constituir grave peligro pata su salud y vida: piedras, monedas, clavos, agujas y cuchillos; lo mismo en personalidades anormales; nuestro fenecido y recordado Profesor Ri- caRco PALMA ha publicado valiosas y documentadas observaciones so- bre Jo altimo Una mejor comprensién de la alotriofagia se puede hallar revisando fa fisiologia comparada y lo gue ocurre en el hombre de cultuza primi- tiva. En los animales, las gallinas, por ejemplo, buscan materias calcé- feas en épocas en que ponen huevos, las mismas que les son indiferentes caando estan cluecas; las ovejas se comen mutuamente la lana cuando escasean en sus alimentos los minerales y vitaminas necesarias a su sus- tento; los ratones experimentalmente subnutridos escogen correctamente 22 A. SAAVEDRA - M. ESCOBAR los alimentos mas ricos en vitaminas. Honorio DELGADO cita la costum- bre de comer el estuco de las paredes que adquieren algunos perros, costumbre que abandonan definitivamente al agregarse huesos en su ali- mentacién. Pero mas ilustrativa es la osteofagia bovina: verificada pri- mero en Sudafrica, Australia y en el oeste de los EE.UU. donde el te~ reno €s escaso en fosfatos, se presenta como avidez por los huesos y la masticacién de los mismos y sus residuos que desaparece con la adminis- tracién de fésforo asimilable en sus alimentos; cuando los animales no encuentran huesos el mal se agrava y la alotriofagia se amplia: comen tierra y objetos de toda clase, incluso ropa y cajas de ojalata: HoPKINs sefiala el caso de terneros jévenes no iniciados por el rebaiio en la os- teofagia, al producirse la afosforosis comen espontaneamente los prime- 10$ restos éseos que logran encontrar: el enfermo mental o neurético o la embarazada que come tierra, velas, piedras, clavos y substancias se~ mejantes, tal vez obedece a una apetencia parecida a la de} animal afos- torésico que manduca trapos y cajas de ojalata. por falta de atencién y asistencia individual . En clinica general, MARANON cita ciertos apetitos selectivos, como el de los hidratos de carbono en hipoglicémicos, en ciertos addisonianos con insuficiencia hipofisiaria, en algunos obesos prediabéticos; el de los alimentos salados en algunos asténicos, addisonianos y pelagrosos, de- bido a hipocloruremia; asi como apetitos selectivos por alimentos aler- génicos en casos de alergia gastrica, También se refiere a la alotriofagia Ge ciertos nifios neuréticos y anémicos, y de algunos adultos, sobre todo en el embarazo y en las anemias juveniles en que es comin la necesidad de ingerir yeso, tierra, trozos de barro cocido: piensa que es posible que no se trate de sintomas puramente psiquicos como se venia creyen- do sino que sea la expresin de un apetito selectivo del organismo por ciertos elementos minerales, tal vez en relacién con hipocalcemia que en efecto comprobé en algunos de los estados nombrados. En nuestro caso, evidentemente parece haber una relacién entre la aficién a a mezcla de cemento y arena, a las tizas, y la anemia hipo- erémica (por carencia y por parasitosis intestinal) e hipocalcemia, deter- minadas quizés por las exigencias del primer embarazo y agravadas por Jos siguientes. Efectivamente, se comprueba una gran disminucién de los glébulos rojos y de la tasa de hemoglobina (8.47 gt.%) y 7.8 mgr. de calcio en la sangre (normal entre 9 y 11). Por otro lado, el conte- nido de fierro y calcio en las arcillas y en la mezcla de construccién es elevado; el cemento es un compuesto de silicatos de aluminio, calcio y ACERCA DE LA ALOTRIOFAGIA 23 magnesio calcinados y la arena esta formada por particulas siliceas; la tiza es una arcilla terrosa formada por hidréxido de silice y alimina mezclada con silice, éxido férrico, de manganeso, carbonatos de calcio y de hierro, etc. De modo que es posible que la geofagia esté en este caso estrechamente ligada a la hipocalcemia comprobada. ScHONIG, Servyuxor® y Morosova, Vicnes, Juvany1, LizenMeter, ABUREL y Orsrein han demostrado el papel primordial del calcio para el desarro- Io y nutricién del feto. ©. Miintpocx y Nizza comprobaron reten- cién de calcio por encima de las exigencias fetales, lo que indica que el organismo acumula substancias caledreas en la caduca basal que seran cedidas al feto cuando al fin de la prefiez desarrolla mas rapidamente su esqueleto. Por otro lado, las exigencias del feto pueden ser tan gran- des que producen descalcificacion materna independientemente de la cal ingerida y de le que se ha acumulado, las cuales influyen poco en la calcemia segin Nizza, Pyie, Porcietzr y Comctock: de modo que ce- sada la gestacién puede persistir la hipocalcemia y con ella la alotrio- fagia a las substancias ricas en cal Sin embargo, en la presente observacién comprobamos un hecho cli- nico y otro radiolégico indudables: la paciente se queja de ardor y do- Jor epigastricos que calman bastante con la ingestién de la mezcla de ce- mento y arena y de las tizas. y excentricidad del canal pilérico, con pre- sencia de burbuja de aire en el nivel superior de la imagen bulbar que podria estar en relacién con ulcus de la citada regién, ademas de una anemia hipocrémica. Por eso, conviene también que revisemos lo que se observa con apariencia de alotriofagia en el hombre primitivo: la geofa- gia que es tal vez la forma mas corriente de perversion del apetito en Jos enfermos y anormales, constituye uso muy difundido en los pueblos salvajes 0 barbaros de todos los continentes: incluso en el folklore de algunos pueblos civilizados existe esa costumbre: asi en muchos de los del norte del Peri se acostumbra hacer comer tierra a los nifios para evitar el “antivo”’ 0 el “susto” cuando han recibido una impresién que los ha atemorizado. Pepro Weiss, en su articulo “Los comedores pe- suanos de tierras”, hace una amplia revisin de observaciones persona- les y de otros investigadores, incluso de los cronistas de la Conquista: pudiendo, de todo ello, concluirse que la costumbre de comer tierra y cenizas calizas esta ampliamente difundida en el pais, sobre todo en la sierra y en Ja montaiia, y que ello existe desde hace siglos a pesar de algunas tentativas de desarraigo. La geofagia en los pueblos incultos no sélo la practican a falta de alimento sino incluso después de comidas 24 A. SAAVEDRA M. ESCOBAR muy abundantes: las tierras preferidas son las suaves y grasosas, espe- calmente arcillas; los campesinos egipcios comen el limo del Nilo al que atribuyen poder tructificante no sélo del organismo vegetal sino del hu- por eso lo ingieren regularmente las gestantes. Anteriormente en Escandinavia, Finlandia y Alemania se usaba untar el pan con una tie- tra grasoso en gran cantidad, WACKER gue ha estudiado estas formas tradicionales de geofagia considera que tales tierras tienen la propiedad de fijar las substancias téxicas exégenas, asi como las producidas por la putrefaccién en el intestino grueso y las toxinas bacterianas; lo ha comprobado en animales de laboratorio con el silicate de magnesia fren- te a la nicotina, estricnina, cafeina e indol. Concluye justificando la am- plia difusién de la geofagia en el hombre y los animales, pues estimula la defecacién, evita los dolores de las ilceras del estémago e intestine y tiene efecto desintoxicante en el tubo digestivo. Con el desarrollo de Ja industria farmacéutica Cende a desaparecer la geofagia espontanea siendo sustituida por los innumerables productos con hidrosilicatos de aluminio, calcio, magnesio, caolin. etc., que se expenden en el mercado para el apaciguamiento de sufrimientos gastro-intestinales, Nuestra ob- servacién parece corresponder también a una geofagia medicamentosa: evidentemente, hay un sufrimiento gastrico con un testimonio radiol6- gico y una prueba terapéutica: la disminucién del malestar epigdstrico después de la ingestion de tizas, substancias ricas en hidrosilicatos de silice y alimina, en carbonates de calcio, dxido de manganeso y hierro evan RESUMEN Se revisa brevemente el problema de la alotriofagia, tanto en con- diciones normales 0 casi normales como patolégicas, considerando que en la mayoria de casos no se trata de una inadecuacién del objeto a la finalidad del instinto, sino de apetencias francas o disimuladas por subs- tancias de las que carece el organismo. Factores psicolégicos 0 psico- patol6gicos, conscienter o subconscientes, pueden ser responsables de las perturbaciones del apetito, mas en la observacion relatada a la vez de alotrofagia y alotziogeusia persistentes, ampliamente documentada con Gatos clinicos, hematolégicos, electroliticos y radiolégicos, parecen de- sempefiar importante papel en cl mecanismo de su geofagia la anemia hipocrémica, la hipocalcemia moderada, la parasitosis intestinal y las molestias gastrointestinales que pacece ACERCA DE LA ALOTRIOFAGIA 25 SUMMARY The problem of allotriophagy is briefly reviewed in normal, nearly normal and pathological conditions, It is considered that in the majority fof cases there is no inadequacy of the object for the instintctual goal, tut franck or dissembling appetite for substances lacking in the orga- nism. Conscius or unconscious psychological or psychopathological fac- tors may be responsible for disorders of appetite but, in the case des- cribed in this repost, of allotriophagy and allotriogensis, amply docu- mented by clinical, hematological, electrolytic and radiological data, it seems that the geophagy was related to hypochromic anemia, moderate hypocalcemia, intestinal parasitosis and gastrointestinal disturbances RESUME Le probleme de allotriophagie est bri¢vement revisé, tant dans ses conditions normales ou quasi normales comme dans les conditions patho- logiques, en considerant que dans la plupart des cas il ne s'agit pas d'une inadequation de l'objet & la finalité de l'instinct mais plutot d'appétences, franches ou dissimulées, envers substances que manguent & l'organisme Des facteurs psychologiques ou psychopathologiques, consciente ou sub- conscients, peuvent étze responsables de stroubles de I'appetit si bien, dans le cas clinique décrit d'allotriophagie et d'ailotriogeusie persistentes —l'observation étant documentée avec maints détails cliniques, hémato- logiques, électrolytiques et radiologiques— T'anémie hypochromique. l'hy- pocalcemie modérée, la parasitose intestinale et les troubles gastrointesti- naux semblent jouer un réle important dans le méchanisme de la geo- phagie qu'il présente. ZUSAMMENFASSUNG ine kurze Revision ueber de Allotrophagie. vom normalen und pathologischen Standpunkt, wird durchgefuehrt. Psychologische und psy- chopathologische, bewusste oder unbewusste Faktoren koennen fuer die Appetit Stoerung verantwortlich sein. Bei einen Fall von Geophagie wird eine hypochrome Anaemie, eine leichte Hypokalzaemie, Darmpa- rasitosis und gastrointestinale Stoerungen als wahrscheinliche Ursachen engegeben . 26 A. SAAVEDRA — M. ESCOBAR BIBLIOGRAFIA Ennest F. Cannout, : “Tricocefalosis”, Tretada de Medicina Interna, dirigide por Cecil R. y Loeb R. (Traduccién de la 8" edicién inglesa), Editorial Interameri cana S. A.. México, 1953.~ Lucio D. Castro : “Anormalidades de algunas texiden: cias instintivas y alteraciones cualitativas del apetito durante la gestacion”. Revista Peruana de Obstetricia, 1955, Ne 2. BV. 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