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Ana y Penina. Ana era estril y esto le causaba mucho dolor porque Penina tena
hijos y la atormentaba. Ana lloraba ante Dios y en oracin le rogaba por un hijo, el
cual prometi dedicar al Seor si l concediera su peticin. Dios escucho a Ana y
naci Samuel. Cuando dej de amamantar al nio lo llev al templo en Sil y lo
dej con el profeta El. Samuel creci en el templo y llego a ser un gran profeta.
Como madre no fue fcil para Ana apartarse de su hijo. Ella lo hizo en
agradecimiento a Dios y por amor al nio quien iba a estar bajo la bendicin de
Dios. Ana nunca se olvido de su hijo. Samuel 2:19 dice que cada ao ella lo
visitaba y le hacia una pequea tnica. Dedicar los nios a Dios es mostrar amor
por ellos.
en la Biblia est llena de conflictos: Can mat a Abel, Jacob engao a su gemelo
Esa, los celos entre Raquel y Lea son histricos, Jos fue vendido por sus
hermanos, La esposa de Moiss no le callo bien a su hermana Miriam, y la lista
contina. Pero aunque estas relaciones no fueron perfectas, algunas ciertamente
trgicas, hubo reconciliacin entre algunos de estos hermanos. Despus de tantos
aos peleando Jacob y Esa hicieron la paz, y Miriam y Aarn fueron de los que
mas apoyaron a su hermano Moiss durante el xodo. El mejor ejemplo lo dio
Jos, que teniendo la oportunidad de vengarse perdono a sus hermanos y mudo a
la familia entera a Egipto para cuidar de ellos.
El amor perfecto lo
demostr Dios al mandar a su nico hijo Jess para morir en la cruz y perdonar
nuestros pecados. Nuestro pecado ha funcionado como una verja que no nos
permite llegar a Dios. Al morir en la cruz, Jess rompi esa verja y abri un
camino. Todo aquel que quiera llegar a Dios puede aceptar a Jess en su
corazn. La salvacin que Jess nos ofrece es debido al gran amor de Dios.
Porque, aunque le hemos fallado y negado, l nunca ha dejado de amarnos.
Romanos 8: 38-40 dice: "Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni
ngeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podr separar del amor de Dios, que es
en Cristo Jess, Seor nuestro.