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PRIMER CAPÍTULO
Capitulo segundo
CAPITULO TERCERO
El Señor Visnu dijo: “Mi querida Laksmi, en la ciudad de
Janasthan había un brahmana de nombre ‘Jada’ quien había
nacido en la dinastía de Kaushik. Ese brahmana abandonó
las actividades religiosas mandadas en los Sastras para ser
seguidas por las clases brahmínicas,* entregándose a
muchas actividades irreligiosas. Él estaba muy aficionado al
juego, a la bebida, a la caza y a visitar las prostitutas.* En esa
forma desperdició dinero, por lo que decidió ir a los países
norteños en viaje de negocios; allá, recuperó su fortuna.* Al
tiempo pensó en retornar a Janasthan y emprendió su
regreso. Después de haber viajado una gran distancia, se
encontró en un lugar* muy despoblado.
* En tanto el sol se ponía y oscurecía por todas partes,* Jada
se acostó sobre la hierba debajo de un árbol. Mientras
descansaba* algunos ladrones que merodeaban por allí le
vieron, por lo que aprovechándo que dormía, le asaltaron y
golpearon hasta provocarle la muerte y luego de robarle su
fortuna se marcharon.*
Debido a que Jada había abandonado todas las actividades
religiosas y llevado una vida pecaminosa, después de su
muerte tomó la forma de un fantasma.
El hijo de Jada era muy religioso y erudito en los Sastras
védicos. Cuando vio que su padre no había retornado a
Janasthan después de un largo tiempo, decidió ir y buscarlo.
Por muchos días viajó de aquí para allá, en su busca y a
todos los viajeros con quien se encontraba les preguntaba
acerca* de él. Un día, se encontró con una persona que
conoció a su padre y le informó de lo que había sucedido.
Cuando el hijo de Jada escuchó las noticias de su muerte,
decidió ir a Kasi (Benares) a ofrecer pinda (adoración) para*
liberarlo de su infernal condición. En el noveno día de su
viaje, tomó un descanso bajo el mismo árbol donde su padre
había* sido muerto. En ese lugar, por la tarde, ejecutó su
adoración diaria al Señor Krisna y recitó el tercer capítulo del
Srimad Bhagavad gita. Cuando terminó su recitación, un
fuerte sonido *llego desde el cielo.*Miró hacia arriba y vio a su
padre allá. Enfrente de sus ojos la forma de su padre se
transformaba en uno de los más bellos seres, que tenía
cuatro brazos, y estaba vistiendo un dhoti amarillo. Su cuerpo
era del color de una nube oscura lluviosa y su refulgencia
corporal estaba iluminando todas las direcciones. En ese
momento, su padre le ofreció bendiciones. El hijo le preguntó
a su padre, sobre el significado de estos maravillosos
sucesos. El padre dijo: “mi querido hijo, tú recitaste el tercer
capítulo del Srimad Bhagavad gita y me liberaste de la forma
de fantasma que había recibido, debido a mis actividades
pecaminosas. Ahora puedes retornar a tu casa, porque el
propósito por el cual estabas viajando a Kasi (Benares) ha
sido logrado por recitar el tercer capítulo del Bhagavad gita”.
Cuando el hijo le preguntó a su padre, si había algunas
nuevas instrucciones para él, el padre le respondió: “mi
hermano también ha llevado una vida muy pecaminosa y está
sufriendo en algún lugar en las más oscuras regiones del
infierno. Entonces, si deseas liberarlo, y a nuestros otros
antepasados quienes están sufriendo en todas partes, en
diferentes especies en el mundo material, bondadosamente
recita el tercer capítulo del Srimad Bhagavad gita. Y por esa
recitación, ellos podrán alcanzar una forma similar a la del
Señor Visnu, e ir a Vaikuntha”.
Cuando el hijo escuchó las instrucciones de su Padre,
respondió: “Si ese es el caso, entonces yo recitaré el tercer
capítulo hasta que todas las almas, que están atrapadas en la
vida infernal, sean liberadas”. En ese momento, su padre lo
bendijo, con estas palabras: “que así sea”. Entonces un avión
llegó del mundo espiritual de Vaikuntha y llevó al padre a su
destino.
De allí en adelante, el hijo retornó a Janasthan y se sentó al
frente de la Deidad del Señor Krisna, y con el deseo de liberar
a todas las almas condicionadas de su infernal situación,
empezó a recitar el tercer capítulo del Srimad Bhagavad gita.
Mientras día tras día su recitación continuaba, el Señor Visnu
envió Sus mensajeros, los visnudutas, al reino de Yamaraja,
quien está a cargo de administrar el castigo a las entidades
vivientes pecaminosas. Cuando los visnudutas llegaron al
frente de Yamaraja, le informaron que* tenían un mensaje
para él de parte del Señor Visnu, quien se hallaba
descansando sobre el lecho de Ananta Sesa en el océano de
leche.* Le dijeron que el Señor Visnu preguntaba sobre su
bienestar y también le ordenaba liberar a todas las almas
condicionadas que estaban sufriendo en el infierno. Cuando
Yamaraja escuchó esta instrucción del Señor Visnu,
inmediatamente dejó en libertad a todas las almas
condicionadas y personalmente fue, con los visnudutas, al
océano de leche llamado Swetadwip a tener el darsan del
Señor Visnu. Cuando llegó allá, vio al Señor Visnu
descansando sobre el lecho de Ananta Sesa. Su cuerpo tenía
la refulgencia de muchos soles, y Laksmi Devi, la diosa de la
fortuna, se encontraba frotando Sus pies. Él estaba rodeado,
por todas partes,* de rishis, sabios y semidioses,
encabezados por el Señor Indra, quien estaba cantando las
glorias del Señor Visnu. El Señor Brahma, también estaba
presente, recitando los vedas. Yamaraja se postró y ofreció
sus respetos ante el Señor Visnu, y pronunció la siguiente
glorificación: “ Mi querido Visnu, Tú eres el bienqueriente de
todas las almas condicionadas. Tus glorias no tienen límite.
Los Vedas han surgido de Ti, Tú eres el tiempo. Y en el curso
del tiempo destruyes todas las cosas. Eres la causa y el
mantenedor de los tres mundos y eres la Superalma en el
corazón de cada uno, quien está dirigiendo las actividades.
Tú eres el Guru de todo el universo, y la meta de todos los
devotos. ¡Oh el de los ojos de loto! Por favor, acepta mis
reverencias una y otra vez. Tus glorias son ilimitadas”.
En esa forma Yamaraja, con las manos juntas, ofreció sus
respetos al Señor Visnu: “Así, por Tus instrucciones, he
liberado a todas las almas condicionadas del infierno.
Entonces bondadosamente instrúyeme: “¿Qué trabajo deseas
que yo ejecute ahora?”. El Señor Visnu respondió con una
voz tan profunda como un trueno, y tan dulce como el néctar:
“Mi querido Dharmaraja (Yamaraja), eres igual a todos, y no
necesito instruirte sobre tus obligaciones. Por favor, retorna a
tu morada con todas Mis bendiciones, y continúa con tu
deber”.
En ese momento, el Señor Visnu desapareció de la visión de
Yamaraja, y éste retornó a su propia morada. Después de
que el brahmana, exitosamente, liberó a todos sus
antepasados y a todas las almas condicionadas del infierno,
los visnudutas vinieron y lo llevaron a la morada del señor
Visnu, donde pudo ocuparse, eternamente, en el servicio de
los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios.
CAPITULO CUARTO
CAPITULO QUINTO
El Señor Visnu dijo: “Ahora te describiré las ilimitadas glorias
del quinto capítulo del Bhagavad gita, escucha muy
cuidadosamente.
En el estado de Madras, hay una ciudad de nombre Puru
Kutsapur. Allí vivía un brahmana conocido como Pingala.
Durante su infancia fue entrenado en diversas actividades
brahmínicas y fue instruido en los Vedas. Pero no estaba
interesado en sus estudios. Cuando había alcanzado la
juventud dejo sus actividades brahmínicas y empezó a
estudiar cómo tocar instrumentos. Paulatinamente, se volvió
tan famoso en este campo que el rey mismo lo invitaba a vivir
en el palacio. Pero, mientras estaba viviendo en ese sitio,
lentamente se fue degradando y cayó en la vida pecaminosa.
Empezó a disfrutar con mujeres casadas y se ocupó en toda
clase de actividades pecaminosas y de intoxicación.
Además, se volvió muy orgulloso por su posición de haber
adquirido más y más intimidad con el rey. Especialmente,
disfrutaba criticando a los demás, en privado con el rey.
Pingala tenía una esposa que se llamaba Aruna quien había
nacido en una familia de clase baja. Ella era muy vigorosa y
disfrutaba relacionarse con otros hombres.* Un día cuando su
esposo salió a realizar sus actividades, ella decidió matarlo. Y
así una noche le cortó la cabeza y enterró su cuerpo en el
jardín. Después de su muerte Pingala cayó a las más
profundas regiones del infierno y después de haber sufrido
allá por largo tiempo tomó nacimiento como buitre. Aruna,
después de haber disfrutado, libremente, con muchos
hombres, se contagió de venéreas y su cuerpo juvenil muy
pronto se volvió feo y nada atractivo. Cuando murió fue al
infierno y luego de haber sufrido por mucho tiempo obtuvo un
cuerpo de lora. Un día esa lora estaba por todo lado
buscando comida. Mientras tanto el buitre, quien previamente
había sido Pingala, vio a la lora y recordando su vida anterior
y entendiendo que esa lora había sido su esposa, la atacó
con su afilado pico. La lora cayó en el agua que había dentro*
de un cráneo humano y se ahogó; poco después llegó un
cazador y le lanzó al buitre una flecha que le causó la muerte;
*al caer, su cabeza se hundió en el agua del mismo cráneo y
se ahogó.
Luego los mensajeros de Yamaraja vinieron y los llevaron* a
ambos a la morada de la muerte. En ese momento, ellos se
asustaron mucho recordando sus pasadas vidas
pecaminosas. Cuando estaban al frente de Yamaraja, él les
dijo: “Ustedes están ahora libres de todos los pecados y
pueden ir a Vaikuntha.* Pingala y Aruna no podían dar crédito
a lo que estaban escuchando por lo que le preguntaron a
Yamaraja *cómo era posible que dos personas tan
pecaminosas como ellos hubieran obtenido el derecho de ir a
Vaikuntha.
Yamaraja contestó: “En las riberas del río Ganga vivió un
gran devoto del Señor Visnu llamado Vat, él estaba libre de
codicia y lujuria. Diariamente recitaba el quinto capítulo del
Bhagavad gita. *Cuando Vat abandonó su cuerpo fue
directamente a Vaikuntha. Debido a su recitación diaria del
quinto capítulo del Bhagavad gita, su cuerpo se volvió
completamente puro y debido a que ustedes se pusieron en
contacto con el cráneo del cuerpo de ese devoto, han
obtenido Vaikuntha. Esta es la gloria del quinto capítulo del
Bhagavad gita.
El Señor Visnu dijo: “Mi querida Laksmi, cuando ambos
escucharon las glorias del Bhagavad gita de parte de
Yamaraja se volvieron muy felices y se sentaron en un avión
de flores que había venido a llevarlos a Vaikuntha.
Cualquiera que escuche el quinto capítulo del Bhagavad gita,
inclusive el más pecaminoso, alcanzará a Vaikuntha.
CAPITULO SEXTO
El Señor Visnu continuó: “Ahora te relataré las glorias del
sexto capítulo del Bhagavad gita. Quienquiera que escuche
esta descripción, será liberado del mundo material.*
En las orillas del río Godavari, hay una hermosa ciudad
llamada Pratishthanpur (Paithan) donde Yo soy famoso con el
nombre de Pippalesh. En esa ciudad había un rey llamado
Janshruti, a quien la gente amaba mucho y cuyas cualidades
eran ilimitadas. Diariamente ejecutaba sacrificios de fuego los
cuales eran tan opulentos y extensos que el humo de ellos
llegaba hasta los jardines celestiales conocidos como
‘Nandanvan’, ennegreciendo las hojas de los árboles
Kalpavriksa. Esos árboles parece que estuvieran
ofreciéndoles reverencias al rey Janashruti. Debido a las
actividades piadosas de ese gran rey, los semidioses residían
constantemente en Pratishthanpur. Cuando Janashruti daba
caridad, solía distribuir tanto como las nubes distribuyen
lluvia. Debido a las actividades religiosas puras de Janashruti,
la lluvia siempre caía en el mejor momento* y los campos
estaban llenos de cultivos, los cuales no eran afectados por
los seis tipos de roedores. Él siempre estaba pretendiendo el
bienestar de los ciudadanos.*Como los semidioses estaban
muy complacidos con el rey Janashruti decidieron ir a su
palacio en la forma de cisnes para bendecirlo. Ellos volaban
por el cielo, uno detrás del otro. Bhadrashva, junto con dos o
tres cisnes más volaban adelante de los* otros. En ese
momento los otros cisnes le dijeron a Bhadrashva: “¡Oh
hermano! ¿Por qué estás volando adelante? No has visto*
enfrente de ti al gran rey Janshruti, quien es tan poderoso que
puede hacer arder a sus enemigos por su deseo”. Cuando
Bhadrashva escuchó las palabras de los demás cisnes,
empezó a reír y dijo: “¡Oh hermanos! ¿Es este rey Janashruti
tan poderoso como el gran sabio Raikva?”
Cuando el rey escuchó las palabras de los cisnes,
inmediatamente bajó de la azotea de su inmenso palacio y
alegremente se sentó en su trono. En ese momento, llamó a
su auriga y le ordenó ir a buscar al gran sabio Raikva.
Cuando el auriga llamado Maha escuchó la instrucción del rey
se puso muy feliz y partió inmediatamente para buscar a
Raikva. Primero viajó a Kashipuri, donde reside el señor
Visvanath, por el bienestar de todos los humanos. Luego fue
a Gaya, donde* vio los ojos de loto del señor Gadadhara,
quien puede liberar a toda la humanidad de la esclavitud de
los nacimientos y muertes. Después de haber viajado por
muchos lugares sagrados, llegó a Mathura, que puede
destruir todos los pecados. En éste sitio, reside la Suprema
Personalidad de Dios, el Señor Krisna. Todos los grandes
sabios, semidioses y también los Vedas y otros Sastras, en
sus formas personales, ejecutan austeridades, y le rinden
servicio al Señor Krisna. En Mathura, la cual tiene la forma de
una media luna y está situada en las orillas del hermoso
otorgador de devoción, el río Yamuna, está la hermosa colina
Govardhana, quien sumada al esplendor y gloria de Mathura
Mandala parece como una gran joya en una corona, está
rodeada de árboles y enredaderas. Existen doce bosques
rodeando Mathura en los cuales el Señor Krisna disfrutó Sus
maravillosos pasatiempos.
Después de dejar Mathura, Maha viajó hacia el occidente y
luego hacia el norte. Un día llegó a la ciudad de Kashimir,
donde vio un sitio muy grande y brillante, en ese sitio, todas
las personas, inclusive los tontos, lucían tan hermosos como
los semidioses debido a que muchos sacrificios de fuego
ardían constantemente. La ciudad lucía como si muchas
nubes estuvieran siempre sobre ella. La Deidad del señor
Siva, conocida como Manikeshvara, residía en esa ciudad. El
rey de Kashimir había llegado luego de haber derrotado a
muchos reyes, y estaba ocupado en la adoración al señor
Siva, este rey era conocido como Manikeshvara. Cerca a la
puerta del templo, sentado en una pequeña carretilla debajo
de un árbol, Maha vio al gran sabio Raikva,* cual reconoció
por la descripción de Janashruti, inmediatamente cayó a sus
pies y le preguntó: “¡Oh gran sabio! ¿Dónde vives? ¿Cuál es
tu nombre completo? Tú pareces ser una persona elevada
¿Por qué estas sentado en este sitio?”.
Cuando Raikva escuchó las palabras de Maha, reflexionó por
un momento, y luego respondió: “Estoy totalmente satisfecho,
no necesito nada”.
Al escuchar Maha esa respuesta, entendió todo en su
corazón. Inmediatamente salió en un largo viaje de regreso a
Pratisthanpur. Cuando llegó a su destino, inmediatamente
ofreció sus respetos al rey y con las manos juntas, le informó
de todos los acontecimientos que habían sucedido. Después
de que el rey lo escuchó, decidió salir inmediatamente, y
tomar el darsan del gran sabio Raikva. Sentado en un
hermoso carro de batalla y llevando muchos regalos valiosos,
se dirigió hacia Kashimir. Cuando llegó al lugar donde el
sabio Raikva permanecía, cayó a sus pies y colocó todas las
valiosas sedas y joyas, que había llevado para Raikva. En
ese momento, el gran sabio Raikva se enojó. Él dijo: “¡Oh
tonto rey! Toma todas esas cosas inútiles y ponlas en Tu
carro y abandona este lugar. El rey, con gran devoción,
inmediatamente cayó a los pies de Raikva y suplicó su
perdón, pidiéndole su misericordia. Él le pregunto a Raikva:
“¡Oh sabio! ¿Cómo has alcanzado semejante estado tan
elevado de renunciación y devoción por el Señor?
Estando complacido con la sumisa actitud del rey, Raikva
respondió: “Diariamente, yo recito el sexto capítulo del Srimad
Bhagavad gita”.
Después de este suceso, el rey Janashruti escuchó de Raikva
el sexto capítulo del Srimad Bhagavad gita. Y de allí en
adelante, se ocupó en la diaria recitación del sexto capítulo. Y
en el transcurso del tiempo un avión de flores, llegó y lo llevó
a Vaikuntha. Mientras tanto, el gran sabio, quien diariamente
*recitaba este capítulo del Srimad Bhagavad gita, llegó a
Vaikuntha donde se ocupó en el servicio a los pies de loto del
Supremo Señor Visnu.
Quienquiera que recite este sexto capítulo del Srimad
Bhagavad gita, muy rápido alcanzará el servicio a los pies de
loto del Señor Visnu, de esto no hay duda.
CAPITULO SEPTIMO
CAPITULO OCTAVO
CAPITULO NOVENO
CAPITULO DECIMO
CAPITULO ONCE*
CAPITULO DOCE
CAPITULO TRECE*
CAPITULO CATORCE*
CAPITULO QUINCE*
CAPITULO DIESISEIS*
CAPITULO DECIMOSEPTIMO
CAPITULO DECIMOCTAVO*
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Saludo al Señor Krisna!, Personificación de la dicha Suprema,
por cuya gracia y compasión, el mudo se vuelve elocuente, y
el cojo escala montañas, a Él yo saludo.