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Daniel Chiquete

Dedico este ensayo a la generación 1983 – 1989


De la entonces Escuela de Arquitectura de la
Universidad Autónoma de Sinaloa
(Ahí se encuentra el origen de mi
Fascinación por la obra de Silvio Rodríguez).

En busca del Unicornio:


Imágenes religiosas en los cantos de Silvio Rodríguez1

“¿Cómo ser feliz sin dejar una huella?”: A manera de


introducción.

La obra de Silvio Rodríguez ha fascinado ya a tres generaciones en toda


América Latina. Junto a Pablo Milanés y Noel Nicola es el iniciador del
movimiento musical que habría de conocerse como la Nueva Trova Cubana.2
Desde los textos de sus primeras canciones se descubre la calidad poética y
artística del cantautor, quien trascendiendo el ámbito cubano, conquistaría a un
público latinoamericano diverso. Su lenguaje poético es poseedor de un gran
poder evocativo, capaz de estimular por igual las dimensiones intelectivas,
emotivas y espirituales de sus oyentes.

Silvio maneja un amplio repertorio de recursos comunicativos. En los textos de


sus canciones están por igual recogidos y representados algo de lo mejor de la
poesía latinoamericana y universal, así como del habla popular cubana, en una
síntesis fascinante por su sencillez y profundidad. Los aspectos míticos,
místicos y oníricos son esenciales en muchas de sus composiciones. Hay
personajes y motivos en sus cantos que por décadas han generado sesudas y
vanales especulaciones y discusiones sobre su posible sentido o la
identificación, por ejemplo la identidad del elegido, el simbolismo del unicornio
azul, o si es odio o amor el sentimiento rector en Ojalá, por mencionar algunos
de los más conocidos.

Uno de los aspectos que ha sido poco señalado respecto a la obra de Silvio es
la cantidad de referencias religiosas que contienen sus cantos. Estas
referencias van desde la discusión de temas teológicos o religiosos hasta el
uso de palabras comunes del cristianismo y del ámbito de las iglesias, pasando
por motivos y personajes bíblicos. Me parece que estos motivos aparecen en
ocasiones simplemente porque ya están incorporados en el habla común, son
parte del inconciente colectivo, del patrimonio cultural de los pueblos
1
Artículo publicado por la Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales: www.relep.org
2
Para la elaboración de este trabajo me han sido muy valiosas las siguientes obras: Ernesto
Alemán y Guillermo Alemán, Por quien merece amor (La Habana: Letras Cubanas, 2005);
Víctor Casaus y Luis Rogelio Nogueras, Silvio: Que levante la mano la guitarra (La Habana:
Letras Cubanas, 1984).
2

latinoamericanos. En otras ocasiones expresan una reflexión profunda sobre


temas religiosos, y no pocas veces aparecen como fuertes críticas a la tradición
cristiana y a algunas posturas eclesiásticas.

En todas las etapas de la obra de Silvio es posible apreciar cómo su poesía


está nutrida del universo simbólico cristiano y del vocabulario bíblico. Una
exposición temática sistemática es difícil pues los temas y motivos se
entrecruzan y varían sus sentidos escapando a cualquier intento de
clasificación. Por ello he optado por ofrecer más bien una imagen de conjunto,
un registro que permita visualizar este componente religioso en la obra general
de este autor para quien la Biblia es “un bellísimo poema” y sabe que “Cuba es
un país de mucha religiosidad. Uno está escuchando constantemente
diferentes expresiones, comentarios, alusiones y, además, está en contacto
con la religiosidad”3. Las imágenes y motivos procedentes de la Biblia en
ocasiones son citados textualmente, mientras que en la mayoría de los casos
son sólo alusiones, juegos con sus sentidos, alteraciones semánticas, etc.

Silvio Rodríguez no es un “creyente” en el sentido tradicional del término, sino


un intelectual y artista de poderosa sensibilidad que descubre y ayuda a
descubrir dimensiones profundas de la vida y de las relaciones humanas que,
en sentido amplio, son preocupaciones religiosas y filosóficas existenciales.

En este sentido me he propuesto una exploración de las imágenes religiosas


presentes en la obra de Silvio Rodríguez. La intención es no sólo identificarlas
sino también ofrecer alguna información adicional que ayude a ubicarlas en su
contexto de origen y poder apreciar mejor su valor y uso en las canciones de
Silvio. Me acerco, entonces, a la cancionística de Silvio como teólogo de
formación pero también, y especialmente, como silviófilo y trovadicto4,
creyendo que este escrito es un pequeño homenaje al gran cantautor cubano,
quien desde hace más de veinte me ha puesto al borde del pecado de idolatría.

Imágenes y metáforas religiosas, motivos y personajes bíblicos


y algo más, presentados en un caos más o menos organizado
Empecemos por Dios. Silvio se refiere con frecuencia a Dios utilizando
imágenes antropomórficas muy expresivas, por ejemplo refiriéndose a él como
«ese señor rudimentario que nos dará la absolución» (Juego que me regalo un
6 de enero), «el bisabuelo de este universo» (Detalle de mujer con sombrero),
«un colosalmente viejo vagabundo con la mirada puesta en los senderos con la
memoria abierta a la única riqueza que le espera» (Canción del trovador
errante).

En varios de sus cantos está latente la crítica a la comprensión tradicional de


Dios predominante en las iglesias, las que quieren “salvar” a Dios al justificar su
participación dentro de un devenir histórico contradictorio, donde el sufrimiento
humano aparece como incompatible con la existencia de un Dios bondadoso y
todopoderoso, como se concibe acríticamente en amplios círculos cristianos.

3
Alemán y Alemán, Op. cit., pág. 17.
4
Neologismos tomados de Casaus y Nogueras, Op. cit., pág. 5.
3

En oposición, Silvio evoca el problema de la teodicea desde una perspectiva


crítica-poética. El argumento implícito que se lee “entre líneas” es que si Dios
es quien dirige la historia, y si ésta trascurre de forma tan accidentada y está
tan llena de injusticia y dolor inocente, entonces Dios es una divinidad
caprichosa, con actitudes infantiles. Por ello en Juego que me regalo un 6 de
enero la “vida nueva”, la esperada y por la que se lucha, tiene que ser la
negación de la actual:

«Ciega, la vida nueva es


como un verso al revés,
como amor por descifrar,
como un dios en edad de jugar».

El “verso al revés” será revelador de la vida nueva, cargada de esperanza y


donde el amor se va comprendiendo o “descifrando” en un proceso. El “dios en
edad de jugar” es una imagen ambivalente pues por un lado implica la
inestabilidad de carácter, las decisiones caprichosas e inmaduras, que se le
achacan a la niñez, al mismo tiempo que la imagen evoca la alegría lúdica de la
deidad, la fuerza y frescura de un dios joven, diferente al del imaginario
cristiano popular que con frecuencia lo asume como un viejo de rostro barbado
y ceñudo: viejo.

Una imagen antropomórfica simpática se descubre en Debo, donde el poeta


quisiera «despertar como un dios que alargara la siesta».

De las imágenes más críticas me parece la elaborada en La familia, la


propiedad privada y el amor. En esta canción Silvio pone en evidencia el poder
de una tradición eclesiástica capaz de regular y controlar las conductas
sociales por medio de su poder coercitivo. Ese poder de la iglesia llega hasta el
control de la libertad individual, sujetando a las personas a prejuicios arcaicos,
producto de «todos los siglos de colonialismo español», un colonialismo donde
caminaron tomadas de las manos la conquista socioeconómica y la conquista
religiosa. En esta canción aparece la misa como el lugar donde se sufre la
aprobación o la condena pública de la conducta, en este caso el de una mujer
que no se atreve a amar al margen de los convencionalismos sociales y
religiosos: «¿Qué diría la gente el domingo en la misa si saben de ti?». El Dios
al que Silvio se refiere en esta canción es el presentado por una tradición
cristiana asfixiante y controladora. En última consecuencia, si Dios es como la
tradición la comunica y la institución que se abroga el derecho de representarlo,
entonces tiene que ser un Dios injusto y malvado:

«¿Qué diría Dios,


si amas sin la iglesia y sin la ley;
Dios, a quien ya te entregaste en comunión;
Dios, que hace eterna las almas de los niños
que destrozarán las bombas y el napalm?».

En este último verso se expresa con terrible fuerza la aporía de un cristianismo


al que se le acusa de querer la “salvación de las almas” y no preocuparse por
la perdición de los cuerpos. Algunas tradiciones cristianas, interpretando
4

erróneamente tradiciones judeocristianas, predican la salvación de las “almas”,


cuando el Dios revelado en la Biblia lo que quiere es salvar la vida, y ésta
entendida en su dimensión total e integral, como vida que se vive en el cuerpo
y que salva ya en el aquí y el ahora histórico, aunque trascendiendo esta
dimensión histórica. Las bombas y el napalm ubican el canto en el contexto de
la segunda mitad de los 60 marcados por las agresiones de Estados Unidos en
tantos países del mundo como Cuba, Guatemala, Vietnam y muchos otros.

La canción Los cazabrujas de Dores alude a uno de los episodios más


repugnantes de la historia del cristianismo: la persecución de brujas. Aunque
estas persecuciones se dieron en espacios geográficos y cronológicos
limitados, sus sombras se extienden hasta el presente en muchas latitudes. La
canción de Silvio está estructurada en cuatro actos, como una cruel obra de
teatro, como el mismo subtítulo de la canción lo indica: (Farsa en cuatro actos).
Aunque la canción se refiere principalmente a los cazadores de brujas de la
ciudad de Dores y no a Dios, la motivación de estos inquisidores está basada
en una idea enfermiza de Dios, que es la que Silvio deja al descubierto. La
locura de esta fe fanática se expresa en dos versos del primer acto, que se
complementan entre sí en cuanto a su sentido. Aquí de descubre que los
cazadores no sueñan con un mundo sin brujas, sino «con un planeta de brujas
por quemar». Producto de esta locura fanática es su pretensión de estar
sirviendo a Dios ejerciendo esta crueldad, por ello los mismos que prenden
hogueras para quemar brujas también prenden un minúsculo fuego con una
intención complementaria: «los cazadores prenden una candela para salvar a
Dios». Con grandes fuegos destruyen vidas humanas y con una candela
intentan salvar a Dios, haciendo de ambos actos un servicio religioso único.
Las grandes hogueras son tan dañinas como el pequeño fuego de la candela:
ambos son productos de un fanatismo destructor. Lo irónico de la paradoja y
todas las sutiles reminiscencias que generan sólo son posibles de lograr por un
genio poético como el de Silvio.

En Al final de este viaje en la vida la idea de Dios aparece casi como la síntesis
de las más grandes esperanzas que se expresan en toda la canción. El poeta
cree que la vida presente, marcada por la lucha y los esfuerzos humanos por
un mundo mejor, se dirige al triunfo de los más altos ideales humanos,
especialmente el de la afirmación de la vida misma, la que se presenta como
un avance continuo hacia un estado siempre mejor, como se descubre en los
siguientes versos:

«Al final del viaje está el horizonte,


al final del viaje partiremos de nuevo,
al final del viaje comienza un camino,
otro buen camino que seguir descalzos
contando la arena».

La canción va descubriendo esta esperanza que se abre paso en medio de la


lucha por alcanzar lo esperado, por ello la conclusión de un verso central en
este canto me parece que revela un concepto muy positivo de Dios:

«Estos años son el pasado del cielo;


5

estos años con cierta agilidad


con que el sol te dibuja el porvenir,
son la verdad o el fin, son Dios».

Dios es una especie de síntesis de todo el esfuerzo humano por un mundo


mejor.

Pasemos ahora al tema de la resurrección. Uno de los fundamentos de la fe


cristiana es la creencia en la resurrección corporal de Jesucristo, la que es la
base de la esperanza en la resurrección de todos los muertos, como enseña el
cristianismo. Esa resurrección de Jesucristo ha sido interpretada por autores
del Nuevo Testamento y posteriormente por la teología cristiana como el triunfo
de la vida sobre la muerte, como la máxima expresión de la voluntad de Dios
por la preservación de la vida, siempre amenazada por la muerte. El
cristianismo surge con las primeras comunidades de creyentes que adoraban a
Cristo como Resucitado y vivo. En el fondo, la fe cristiana es fe en el poder de
la vida sobre la muerte, siendo la muerte y resurrección de Cristo los eventos
fundacionales.

En varias canciones Silvio utiliza la imagen cristiana de la resurrección para


expresar su propia convicción del valor salvador de algunas muertes.
Apoyándose en la simbólica cristiana, nuestro poeta afirma una y otra una
indestructible fe en el valor de la vida humana, así como su valoración por las
vidas entregada en forma generosa en beneficio de las grandes causas. Silvio
está convencido de que la muerte no va a tener la última palabra, sabe que
más allá de la muerte física se levantará siempre la vida nueva. En el trasfondo
del próximo verso de Oda a mi generación está latente algo de lo mejor de la
tradición cristiana, una forma propia de declarar el valor de la vida y la fe en la
resurrección:

«Nuestra vida es tan alta, tan alta,


que para tocarla casi hay que morir,
para luego vivir».

En la canción El problema Silvio relaciona de manera estrecha los temas del


amor y la resurrección:

«El problema vital es el alma.


El problema es de resurrección.
El problema, señor,
será siempre sembrar amor».

La convicción de que de la muerte puede surgir la vida aparece también en


este verso: «Sé que la vida se esconde tras la apariencia de un muerto» (Los
compromisos).

Silvio atribuye valor salvífico a la muerte de grandes personajes de la historia


latinoamericana como Sandino, Bolivar y el Che Guevara, quienes «ya se han
hecho gigantes, ya burlaron la muerte» (Canción urgente para Nicaragua), así
como también a la vida de algunos héroes anónimos, como el personaje de El
6

papalote, un viejo borracho y maldiciente escarnecido por la gente de su


pueblo: «eras para la gracia, eras un viejo, eras negro». Este personaje era un
hábil constructor de tirapiedras (tiradores o resorteras en México) y papalotes,
lo que lo hizo popular entre la población infantil. El poeta contribuye a que este
personaje no muera del todo al mantenerlo vivo a través de este canto
prodigioso, donde narra su muerte como el inicio de su nueva vida:

«Un día el respeto bajó y te puso bella corona:


respeto de mortales que, muerto, al fin te hizo persona.
Pobre del que pensó ⎯pobre de toda aquella gente⎯
que el día más importante de tu existencia fue el de tu muerte».

La muerte no es el fin de la vida, sino la continuación de la vida en otra


dimensión, una vida dignificada por la memoria y valiosa en sí misma,
simplemente por ser vida humana, por ello no tiene espacio en el reino de la
muerte:

«Te levanta en peso Narciso el Mocho


para ponerte junto a los elegidos,
los que no caben en la muerte».

Esa esperanza en la resurrección también se descubre en El Mayor, canción


dedicada a la memoria del Mayor Ignacio Agramante en el centenario de su
muerte en combate. En un hermoso verso Silvio relaciona tres elementos que
inmortalizan al Mayor, poniéndolo así en la categoría de los “resucitados”: la
heroica muerte del militar, la escritura del canto y la celebración de su memoria:

«Va cabalgando el Mayor con su herida,


y mientras más mortal el tajo, es más de vida.
Va cabalgando sobre una palma escrita,
y a la distancia de cien años resucita».

En otros cantos Silvio también alude a muertos que iluminan la vida de los
vivos a través de sus ejemplos, enseñanzas, las condiciones de vida que
crearon u otras maneras formas de haberse inmortalizado. En La vergüenza
hay una alusión a esa compañía benefactora de predecesores que iluminan la
existencia de los vivos:

«Más de una mano en lo oscuro me conforta


y más de un paso siento marchar conmigo,
pero si no tuviera, no importa:
sé que hay muertos que alumbran los caminos».5

Una dimensión complementaria a ésta se usa en Todo el mundo tiene su


Moncada, canción que en cierta manera guía su interpretación
complementando su título con el sintagma entre paréntesis (existen). Los que

5
Me parece interesante una comparación de este canto con el siguiente texto bíblico de la
Carta a los Hebreos, capítulo 12, versículo 1: “Por tanto, también nosotros, teniendo en torno
nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y
corramos con constancia la carrera que se nos propone”.
7

“existen” son nuevamente aquí tanto los personajes históricos que participaron
en la hazaña de la toma del cuartel Moncada, así como todas las personas que
con el sacrificio de la propia vida posibilitan una mejor vida para sus
contemporáneos o para las generaciones posteriores. En ese sentido, todos
somos beneficiados con la existencia de este tipo de personajes,
representados aquí por los héroes del Moncada:

«Menos mal que existen


los que no tienen nada que perder,
ni siquiera la muerte.
Se mueren sin decir de qué muerte
sabiendo que en la gloria
también se está muerto.
Menos mal que existen para hacernos».

Silvio menciona con frecuencia en sus canciones a los ángeles y los demonios
en una amplia variedad de situaciones y caracterizaciones. Las figuras de
ángeles y demonios están muy presentes en el imaginario religioso cristiano,
tanto en el catolicismo como en el protestantismo. En la Biblia aparecen como
seres celestiales con funciones mediadoras entre Dios y los seres humanos.
Por lo general, los demonios son seres malignos y los ángeles benignos,
aunque en algunos pasajes de la Biblia las funciones son más bien ambiguas o
híbridas, por ejemplo Satanás puede aparecer como miembro de la corte
celestial, sujeto a Dios6, o los ángeles como los ejecutores de castigos divinos.
También en la cancionística de Silvio se descubre esta dimensión ambigua de
los seres celestiales, lo que le permite al poeta jugar con el sentido de estos
personajes. Tal vez la canción más significativa de Silvio con el tema de los
ángeles sea Ángel para un final. En esta canción utiliza la figura del ángel para
hablar de un poder presente en la vida humana poseedor de una gran fuerza
capaz de causar estragos. Ese poder puede ser tanto la muerte como el amor,
situaciones humanas muy cercanas y en cierta manera intercambiables, idea
muy presente en la poesía de algunos de los poetas favoritos de Silvio como
César Vallejo, José Martí, Miguel Ángel de Quevedo o Juan Gelman. En esta
canción tanto la muerte como el amor pueden ser lo representado por el ángel,
ya sea como expresión de un final (muerte) o un principio (amor). En el primero
de los versos del canto la expresión es aun imprecisa:

«Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos,


era que pasaba un ángel que les robaba la voz».

En el verso central el ángel parece ser el amor:

«Todo empezó en la sorpresa,


en un encuentro casual,
pero la noche es traviesa
cuando se teje el azar:
sin querer se hace una ofrenda
que pacta con el dolor,

6
Ver el Libro de Job, capítulo 2 en La Biblia
8

o pasa un ángel, se hace leyenda


y se convierte en amor».

El verso final es un desenlace donde el mismo personaje del poema


comprende cuál es la fuerza que lo ha tocado, a la que designa como “ángel”:

«Ahora comprendo
cuál era el ángel
que entre nosotros pasó:
era el más terrible, el implacable,
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal;
ángel que pasa, besa y abraza:
ángel para un final».

El enigma respecto a si se trata del amor o de la muerte, o de ambos en forma


simultánea, se mantiene hasta el final. ¿Habrá manera más poética de
expresar el poder del amor como equiparable al poder de la muerte y ello
comunicado por medio de la polisémica y ambigua imagen del ángel?

En Detalle de mujer con sombrero aparece una descripción del mundo


expresada en la visión de un hombre que pinta y donde se alternan la
descripción de lo que es la vida y la pregunta por lo que en el futuro se recibirá
de la vida y del amor. Al principio del canto aparece la ya referida imagen de
Dios:

«Nací cuando las nebulosas aún eran polvo cósmico en loca fricción,
cuando ni el bisabuelo de este universo había conocido la luz».

El hombre del canto describe su nacimiento con una combinación de imágenes


cósmicas y terrenales, probablemente inspirado por el impacto de la visión de
una mujer (la “mujer con sombrero”). Para la descripción se recurre al recurso
de las imágenes religiosas:

«Nací mucho antes y aún soy lo mismo que fui:


un semimono cazador de venados,
pirámides, tumbas de arena del hombre,
dioses y héroes, imperios caídos,
guerras de la religión».

Posteriormente la descripción se concretiza en las contradicciones propias del


hombre que se describe a sí mismo como poseedor de los mejores y los
peores atributos. Para expresar estas contradicciones u oposiciones Silvio
también aquí recurre a imágenes religiosas:

«Soy enemigo de mí y soy amigo de lo que he soñado que soy.


Nací mucho antes y aún soy lo mismo que fui:
un embutido de ángel y bestia, la democracia y el templo hermanados;
hombres, mujeres, niños y viejos, y algo para una mujer».
9

La función de los ángeles como mensajeros de Dios, que es la más importante


dentro de las tradiciones bíblicas, la expresa Silvio concretamente en
Expedición:

«Primero fuimos los heraldos llevando buenas del Señor,


pero excedimos su mandato cargando el peso del dolor.
Hoy somos ángeles caídos junto al que fuimos a curar».

En este mismo verso está recogida la idea de que los demonios son ángeles
caídos o castigados por Dios debido a su rebeldía o por haber deseado a las
mujeres, como afirma una de las más antiguas interpretaciones cristianas
respecto al capítulo 6 del libro del Génesis.

En Defensa del trovador hay otro verso con referencia a seres celestiales:

«Viejos y jóvenes creen que un cantor


es un payaso con diablo y con dios,
pero cantar es difícil, porque hay que querer
la verdad mucho más que la misma canción».

A su vez, en Esto no es una elegía, y a pesar del título de esta bellísima


canción, en sus elegías aparece una alusión velada y otra directa a ángeles:

«Tú me recuerdas, sentada, ciertos sentimientos,


que nunca se saben qué traen en las alas: si vivos o muertos», y

«Tú me recuerdas el mundo de un adolescente,


un seminiño asustado mirando a la gente,
un ángel interrogado, un sueño acosado,
la maldición, la blasfemia de un continente,
y un poco de muerte».

Para comunicarse, el poeta busca cerca de estos seres suprahumanos sus


recursos comunicativos:

«Quizá los matices que busca los halle en las alas de un ángel,
entre los demonios o en otro universo mejor» (El seguidor de arco iris).

Otros motivos bíblicos que aparecen en algunos cantos de Silvio son el paraíso
y el infierno. Las tradiciones cristianas entienden elementalmente el paraíso
como un lugar feliz a donde habrán de ir los fieles cristianos y las fieles
cristianas después de la muerte. Muchos teólogos antiguos lo identificaron con
el jardín original de donde fueron expulsados Adán y Eva, conocido como
Jardín del Edén. Otros lo identifican con la ciudad futura prometida en el libro
del Apocalipsis que, según afirmaciones del autor de este libro, bajará del cielo
y donde no habrá dolor ni muerte, llamada “Nueva Jerusalén”.7 El infierno es
concebido también en el libro del Apocalipsis como el lugar final de castigo

7
Apocalipsis, capítulo 21.
10

para el diablo y sus secuaces. En amplios círculos cristianos


desafortunadamente se ha establecido la creencia de que ese lugar también
será de castigo para las personas no creyentes en Dios. Estas imágenes se
han convertido en prototípicas de premio y castigo. Silvio utiliza esta
concepción, pero reelabora otro sentido, donde el infierno y el paraíso están
muy cerca el uno del otro e, incluso, son casi intercambiables, como en Qué
duro ha de ser para el poeta:

«Que duro será para el poeta llegar al paraíso,


mirar para abajo o para arriba y ver que nada pasa;
qué duro ha de ser para el poeta llegar a los infiernos,
mirar para arriba o para abajo y ver pasar la gente».

En Juego que me regalo un 6 de enero Silvio trastoca el sentido tradicional de


las imágenes creando un verso de provocadora fuerza:

«Bendito sea el paraíso


algo infernal que me parió».

En Sueño con serpientes, canción calificada con frecuencia como surrealista, el


infierno es la imagen de la destrucción:

«Oh, la mato y aparece una mayor.


Oh, con mucho más infierno en digestión».

El motivo iglesia no podía faltar en la obra de este prolífico y crítico autor. La


palabra “iglesia” en español es ambigua pues con ella se designa tanto a una
institución religiosa universal, por ejemplo la iglesia católica o la iglesia
ortodoxa, a una comunidad específica de creyentes o a un edificio destinado al
culto o la misa. Esa ambigüedad está presente también en la terminología de
Silvio, pero a nivel comunicativo ofrece una dimensión crítica relativamente
clara. En general, las iglesias y los templos están relacionados a actitudes y
juicios negativos, como en Proposiciones:

«Propongo guerra sin tregua a las iglesias,


propongo un hombre de altar enmudecido
sobre la arena caliente de este tiempo».

En Un día nuestros fantasmas, donde uno de los fantasmas es el de «una


mujer inútil, corazón de cazuela, juguete del altar y los disgustos»; o en Con
diez años de menos, donde el personaje del canto expresa una intención
largamente reprimida:

«Con diez años de menos habría blasfemado,


con savia de su cuerpo quemaría los templos
para que los cobardes tomaran ejemplo».

En otra de sus canciones fundamentales, La era está pariendo un corazón, el


poeta percibe el nacimiento de una nueva era o época, lo que implica la muerte
de la vigente, anunciándose con un dolor que al mismo tiempo es signo de fin y
11

de esperanza, como el dolor del parto. Esta imagen del cambio de eras
anunciado por catástrofes y dolores proviene del pensamiento apocalíptico
judeocristiano; en esta canción el llanto es el del propio poeta, descrito como
“voz de templo”:

«Le he preguntado a mi sombra


a ver cómo ando para reírme,
mientras el llanto, con voz de templo,
rompe en la sala regando el tiempo».

Se usa también la imagen del hombre que no necesita un vínculo formal con
las iglesias para ser ejemplar: «Hombre, hombre sin templo, desciende a mi
ciudad tu ejemplo» (Hombre), así como: «Y él no tuvo iglesias, pero algo de
altares al amor hubo entre los lienzos» (El pintor de las mujeres-soles).

Por último, me parece imprescindible recordar nuevamente la nostálgica


belleza de Esto no es una elegía, donde el recuerdo de la catedral de la
Habana, muy querida como hito cultural, es provocado por la añoranza del
objeto o la persona amada:

«Tú me recuerdas las calles de la Habana Vieja,


la Catedral sumergida en su baño de tejas».

La Catedral es añorada y amada como patrimonio cultural y como recuerdo


biográfico, pero no como edificio de culto religioso.

Otro binomio frecuente en la obra de Silvio proveniente del vocabulario


cristiano es el de culpa-arrepentimiento. En el cristianismo el arrepentimiento
es condición para el perdón de las culpas, tradicionalmente designadas como
“pecados”. Esta concepción del arrepentimiento como condición para el perdón
de las culpas es una de las más presentes en el cristianismo popular, y la que
ha provocado en gran medida la crítica al cristianismo como religión que
provoca destructivos sentimientos de culpa. En algunas de sus canciones Silvio
se refiere a las “culpas” en su dimensión religiosa así como también designa
con esta palabra a las decisiones tomadas y ejecutadas por él junto con su
generación. Las primeras son relativizadas y las segundas exaltadas. Silvio
nunca afirma que no “cometió errores”, sino que vivió junto a su generación una
apuesta conciente por un proyecto de sociedad y de vida que se mantiene
vigente, con todo y sus contradicciones, como bien lo plantea en El necio. La
forma más clara de esta afirmación de un accionar consciente es la expresada
en Oda a mi generación: «yo no me arrepiento pues no tengo culpa». Al poeta
no le interesa obtener el perdón religioso, incluso procura apartarse de él, pues
quiere estar «soñando bien alerta, donde esté a salvo de perdón» (Juego que
me regalo un 6 de enero).

Testamento registra algunos temas con los que el autor está en deuda, entre
ellos aparece nuevamente el de los pecados:

«Les debo una canción a los pecados,


a los pecados que no gasté, los que no pude».
12

Aquí tampoco los pecados son actos por los cuales deba arrepentirse, sino
actos que el autor no ha tenido oportunidad de realizar, es decir, tareas o
sueños pendientes. Es una auténtica transformación semántica. El pesar no es
haber hecho algo por lo que deba arrepentirse, sino que no le ha alcanzado
aún la vida para lograrlo.

El siguiente motivo religioso a registrar es el de la fe. En la afirmación «Más de


una vez me han echado a la calle por hablar en voz baja de la fe» (Más de una
vez) no está claro el tipo de fe al que se hace referencia, por lo que la expulsión
puede ser causada por un hablar mal de la fe religiosa, en este caso la
ejecutora de la expulsión pudiera ser una autoridad eclesiástica. También
pudiera entenderse del verso que el autor implícito tiene inquietudes religiosas
y hay instancias que reprueban esas inquietudes, lo que apuntaría a una
expulsión ejecutada por instancias políticas.

Nuevamente el tema de la fe es mencionado en El barquero:

«Era un barco pequeño en el tiempo,


pero había fe,
pero había un raro esplendor en sus ojos,
pero había un místico afán de por qué,
pero había fe».

La fe aquí es una especie de fuerza interna que impulsa al barquero a la


búsqueda de respuestas, que a la vez es búsqueda de sentido.

Los temas de la eternidad y el destino han requerido con frecuencia la atención


de Silvio. La fe cristiana afirma la promesa de una vida sin fin, incluso después
de la muerte. Esa convicción ha llevado a algunos a considerar el cristianismo
como una religión que conduce a la pasividad en cuanto a las trasformaciones
sociales, acusándolo de provocar en sus fieles una pasividad histórica ya que
su fin último estaría más allá de la historia humana. Así, nuestro poeta afirma
que «La eternidad no es más que un truco para continuar» (Mariana). En El
necio Silvio reafirma su compromiso con sus convicciones éticas y políticas y
se refiere a Dios y al destino expresando su indiferencia ante ellos y afirmando
su “necedad”, es decir, una fidelidad inamovible a sus principios y convicciones:

«Yo no sé lo que es el destino,


caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino:
yo me muero como viví».

Hay otros muchos textos con imágenes, motivos, alusiones y referencias


provenientes de la Biblia y el cristianismo, aunque mencionadas en forma más
esporádica y aislada, sin profundizarlos. La mayoría de las veces no
determinan o estructuran una canción o un verso, pero si le dan un colorido
especial y en ocasiones pueden orientar la interpretación de un canto. A
continuación haré mención a algunos de estos casos, también señalando el
contexto religioso al que creo hacen referencia.
13

Una forma de referencia que produce un efecto de extrañamiento, recurso


literario muy fuerte, es cuando el motivo está expresado en el sentido inverso
del original o al menos alejándose semánticamente de él. Este es el caso con
la referencia a la más conocida e importante oración de la tradición cristiana, el
“Padrenuestro”. El necio afirma «yo quiero rezar a fondo un hijonuestro», lo que
puede interpretarse como su deseo de mantenerse en continuidad con la
tradición, en este caso su tradición de búsqueda de alternativas a un sistema
que lo invita «a arrepentirse … a que no pierda … a indefinirse … a tanta
mierda». Por otro lado, la transformación de la oración expresa la necesidad de
cambiar lo establecido, lo conocido, lo seguro para intentar construir algo
nuevo. En el mismo verso se profundiza la idea, y de nuevo utilizando una clara
y fuerte referencia a un motivo bíblico:

«Dirán que pasó de moda la locura,


dirán que la gente es mala y no merece,
más yo partiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces)».

En los evangelios se narra que Jesús multiplicó milagrosamente panes y peces


para dar de comer a una multitud de gente cansada y hambrienta que lo
seguía.8 Este motivo ha sido interpretado por la teología latinoamericana como
una crítica de los evangelios a los sistemas sociopolíticos creadores de pobres
y hambrientos y a la preferencia de Jesús y de Dios por estos mismos pobres.
El necio se hace eco de esta utopía transmitiendo la firme voluntad de lograr un
mundo sin pobres ni hambrientos, una utopía (“travesura”, “milagro”) que está
en sintonía con el proyecto de Jesucristo según la teología latinoamericana.

En los evangelios se narra esta multiplicación milagrosa en relación directa con


otro hecho portentoso: el caminar de Jesús sobre el agua.9 En la simbólica
religiosa el mar encrestado representa la negatividad de la existencia,
relacionada con muerte, peligro, duda destructiva, etc. Los autores de los
evangelios, al narrar este andar de Jesús sobre las aguas, presentan a Jesús
como dominador del lado oscuro de la existencia y por tanto como Señor de la
vida. Sin querer afirmar que Silvio haya querido recurrir intencionalmente a esta
simbólica, sí es sorprendente que en su canción dedicada al Che Guevara
(América, te hablo de Ernesto) utilice este motivo, lo que indirectamente pone
al Che al nivel de Jesús, impresión que se ve reforzado por las alusiones
deidificantes con que Silvio describe al mítico Comandante:

«Con una mano larga para tocar las estrellas


y una presión de dios en la huella,
pasó por tu cintura, por tu revés y derecho
el curador de hombres estrechos.
Preparando el milagro de caminar sobre el agua

8
Evangelio según Marcos, capítulo 6, versículos 30-44. También está registrada esta historia
en el Evangelio según Mateo, capítulo 14, Evangelio según Lucas, capítulo 9 y Evangelio
según Juan, capítulo 6.
9
Evangelio según Marcos, capítulo 6, versículos 45-52. También en Evangelio según Mateo,
capítulo 14 y Evangelio según Juan, capítulo 6.
14

y el resto de los sueños de las dolencias del alma,


vino a rajar la noche un emisario del alba».

Otra posible alusión en este sentido puede estar oculta en «debo encontrar la
semilla del hijo y del padre» (Debo), pues en el Nuevo Testamento y la
tradición cristiana se designa a Dios y a Jesucristo respectivamente como el
Padre y el Hijo para expresar la relación existente entre ellos.

El recurso de aludir a un motivo de la tradición cristiana por medio de expresar


lo opuesto aparece en Tres mil pájaros, probable metáfora para designar
aviones bombarderos, a los que el poeta desea que «descansen nunca en
paz». Mientras que en el réquiem cristiano de despide a los muertos con el
deseo de que “descansen en paz” en Dios por la eternidad, a estos
bombarderos portadores de muerte se les desea lo contrario.

En Juego que me regalo un 6 de enero el poeta expresa entre sus deseos: «El
día del Armagedón no quiero estar tras la puerta». El Armagedón es un valle
localizado en Palestina, cerca de Jerusalén, donde el autor del libro del
Apocalipsis visualiza una gran batalla entre las huestes del Anticristo y las de
Cristo que se desarrollaría antes de la llegada del mundo nuevo10. El fin de esa
batalla es el inicio del nuevo orden visualizado por el autor del Apocalipsis. Por
ello es fácil entender este verso como expresión de una clara voluntad del autor
implícito de participar en el cambio de una época, si no de la apocalíptica, sí de
la que le ha tocado vivir. No querer estar detrás de la puerta es querer estar
delante de ella, fuera, donde se desarrolla la lucha, donde se juega el destino y
la historia.

El verso «sobre la primera cruz despierta la verdad» de Fusil contra fusil parece
evocar sutilmente la convicción cristiana de que en la cruz donde fue asesinado
Jesucristo se revela la verdad de su vida y la vida que su muerte genera. Para
el cristianismo esa es “la primera cruz”, no en sentido cronológico sino
teológico.

En forma casi paralela al anterior verso me parece haber otra alusión motivada
en la imaginería cristiana en Canción urgente para Nicaragua:

«Andará Nicaragua su camino a la gloria,


porque fue sangre sabia la que hizo su historia».

Nuevamente se relacionan en el anterior verso dos motivos cargados de


sentido en el cristianismo, como son “sangre” y “gloria”.

En Supón, entre las escenas imaginadas del personaje del canto, recién
enamorado, está la siguiente: «Supón que tanto tu fulgor persigo que aplasto
un surco y tengo mi sermón». “Sermón” es una de las formas de llamar al
mensaje del sacerdote o del pastor en la misa o el culto. Me parece poco
probable que Silvio aluda aquí a este tipo de mensaje, y más bien creo es una
forma de decir que el personaje de la canción, popularmente conocido como “el

10
Ver el Libro del Apocalipsis, capítulo 16, versículos 12-16.
15

Torpe”, de repente recibirá por inspiración las palabras adecuadas para


declarar su amor a la joven pretendida.

En El sol no da de beber el personaje del canto no tomará en cuenta el peligro


de ser excomulgado por declarar su solidaridad a los amores no
convencionales, los que la iglesia y la moral convencional reprueban. El acto de
excomunión es ejecutado por la iglesia al declarar a alguien fuera de ella, lo
que en el catolicismo es un acto grave pues su doctrina oficial afirma que fuera
de la iglesia no hay salvación. El verso referido de este canto dice:

«A los tristes amores mal nacidos


y condenados por su rebelión,
daré algún día mi canción de amigo
y fundiré mi vino con su vino,
sin perder el miedo por la excomunión».

Por sobre el juicio de la iglesia o de la moral convencional, el personaje declara


su solidaridad a los amores no convencionales y con ello su libertad rebelde y
valiente.

El personaje de El pintor de las mujeres-soles es descrito con admiración, lo


que contrasta con las referencias negativas a los beatos y las iglesias, quienes
están en oposición semántica a la valoración positiva del “pintor”:

«Y se fue entre seres alucinantes


con su pelo largo, con su barba culta de polvo,
descargando gritos sobre las almas
mientras los beatos se persignaban.
Y él no tuvo iglesias
pero algo de altares al amor
hubo entre los lienzos».

La persignación es el acto ritual de autoprotección por medio hacer la señal de


la cruz con la mano sobre la mente, lo boca y el corazón. En el canto aludido la
obra del pintor rendía culto al amor, aunque en una forma no entendible por los
beatos moralistas, quienes se sentían amenazados por sus pinturas. Si en los
altares cristianos de las iglesias se colocan los elementos consagrados como el
pan y el vino de la eucaristía, el pintor hace con sus lienzos sus propios altares
al amor.

Yo digo que las estrellas afirma la necesidad de los contrastes en la creación


de la belleza, así como también la importancia de una visión realista para poder
evaluar algunas circunstancias de la vida. En uno de los versos de este canto
se afirma la no sumisión a las imposiciones:

«Y al que diga que me aguante


debajo de una sotana,
le encajo una caravana
de sentimientos gigantes».
16

La referencia a la sotana implica la idea de que esta vestimenta usada por los
sacerdotes para oficiar la misa oculta o limita la autenticidad humana. La
respuesta ante quienes pretendan la sumisión es la “caravana de sentimientos
gigantes”, lo contrario a los sentimientos enanos o mezquinos.

En Décimas a mi abuelo el autor quiere evitar el rito mortuorio común de la


tradición cristiana. Después de afirmar que su abuelo habló con José Martí y
que supo del amor, agrega:

«Así lo sé porque quiero echarme en su misma fosa,


sin oración y sin losa, hueso con hueso viajero».

Más importante que el rito funerario, para el poeta es el recuerdo y el


significado de la vida del abuelo sepultado. De nuevo un ejemplo de una vida
que trasciende la muerte.

Dos referencias de la tradición cristiana menos explícitas y tal vez sólo


inconcientes en Silvio aparecen en las canciones El día feliz que está llegando
y en Sueño con serpientes. En la primera Silvio trabaja con imágenes de
esperanza, como se anuncia desde el título de la canción. Una de esas
imágenes que anuncian el día feliz es en la que «se acerca un tiempo de
conejos». Desde épocas antiquísimas, pero en el cristianismo desde la edad
media, el “tiempo de conejos” es el de primavera, caracterizado por ser de la
reproducción de los animales y del renacimiento de la naturaleza. El conejo es
conocido por su capacidad reproductora, que lo hace símbolo y anuncio de vida
y renovación. Idea emparentada a ésta es la que persiste en los “huevos de
Pascua”, que también desde tiempos antiguos se ha usado para simbolizar la
resurrección de Jesucristo, quien fue sepultado en una cueva cerrada, un
“huevo” de piedra, desde donde vuelve a la vida. A propósito, este es otro de
los muchos mitos paganos que se introdujeron en la tradición cristiana en un
proceso paulatino.

En Sueño con serpientes el personaje de la canción se defiende ante una de


las terribles serpientes que trata de tragarlo: «le doy de masticar una paloma y
la enveneno de mi bien». Entre los diversos simbolismos que la paloma ha
adquirido en la cultura occidental dos han sido dominantes y ha sido por la
mediación del cristianismo que se han convertido en parte del inconciente
colectivo: como símbolo de la paz y como representación del Espíritu Santo. La
paloma fue el ave que Noé soltaba desde el arca después del diluvio universal
para saber si el nivel del agua había descendido. Después de varios vuelos con
retorno, en una ocasión regresó la paloma con una ramita verde de olivo en el
pico, lo que fue la señal de que el nivel del agua había descendido y Noé y su
familia podían descender a tierra y reiniciar la nueva etapa de la vida11. Así
iniciaba un nuevo período para la humanidad y Dios se comprometía en no
castigar de nuevo a la raza humana. Por otra parte, en los evangelios se narra
que después del bautismo de Jesús por medio de Juan Bautista, el Espíritu
Santo descendió sobre él en forma de paloma12. Por ello en el arte

11
Ver el Libro del Génesis, capítulo 8, versículos 6-12.
12
Ver el Evangelio según Marcos, capítulo 1, versículos 9-11. También está registrada la
escena en el Evangelio según Mateo, capítulo 3 y el Evangelio según Lucas, capítulo 3.
17

paleocristiano se representa al Espíritu Santo como una paloma. En el canto de


Silvio la serpiente no puede resistir lo que la paloma significa y el efecto se
expresa en la poética inversión de sentido quedando la serpiente envenenada
por ingerir la bondad. Sin duda es una imagen compleja, como toda la canción,
aunque la famosa cita de apertura de Bertolt Brecht ofrece algunas pistas para
su interpretación13.

El tema del amor está muy presente en la obra de Silvio y también para
desarrollarlo recurre en ocasiones al imaginario cristiano. Me limito a modo de
muestra al canto que considero más ejemplar sobre este tema, tanto por el uso
de las imágenes como por la belleza de la composición. Me refiero a Sólo el
amor y concretamente al siguiente verso compuesto a base de afirmaciones:

«Sólo el amor alumbra lo que perdura.


Sólo el amor convierte en milagro el barro.
Sólo el amor alumbra lo que perdura.
Sólo el amor engendra la maravilla.
Sólo el amor consigue encender lo muerto».

Me parece que estas imágenes concuerdan en lo esencial con las surgidas en


la narración bíblica del capítulo 2 del Génesis. En la narración bíblica el ser
humano, como hombre y mujer, es creado por Dios a partir del barro, del polvo
humedecido. También es presentada esta generación del ser humano como la
culminación de la obra creadora de Dios, un milagro de belleza y amor, como
interpretará una antigua tradición teológica muy influyente que encontrará su
mejor expresión en Orígenes, el más brillante teólogo del siglo III. En el Nuevo
Testamento el tema del amor es central en los escritos conocidos como de
Juan (un Evangelio y tres Cartas) y también en Pablo, cuya cumbre se
encuentra en el capítulo 13 de su primera Carta a los Corintios. Es difícil saber
si Silvio conoce estos escritos bíblicos, pero es innegable que los motivos que
usa en esta canción y otras tienen muchas similitudes con algunas expresiones
bíblicas.

En forma similar al anterior ejemplo aparece en Mujer sin sombrero una


referencia al amor de Cristo, el cual es referido por el autor para establecer un
contraste con su propio amor terrenal:

«Hay el amor cercano a Cristo.


Mi amor no ha sido tan tremendo
ni tan ancho, ni tan bello, ni tan triste,
ni tan sabio, ni tan solo, ni tan loco,
ni tan todo, ni tan nada».

13
“Hay hombres que luchan un día
y son buenos.
Hay otros que luchan un año
y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años
y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida:
esos son los imprescindibles”.
(Bertolt Brecht)
18

En el Nuevo Testamento hay varias afirmaciones a lo inmenso del amor de


Cristo, pero la descripción que se encuentra en la llamada Carta a los Efesios
me parece especialmente cercana a esta canción de Silvio. El autor del texto
bíblico ora para “que Cristo habite por la fe en sus corazones, para que,
arraigados y cimentados en el amor, puedan comprender con todos los santos
la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo,
que excede a todo conocimiento, y se llenen de toda la plenitud de Dios”
(Efesios, capítulo 3, versículos 17-19). La descripción del amor de Cristo de
nuestro cantautor parece ser una parodia de esta descripción bíblica, y el poeta
sabe que su propio amor no es tan sublime como el de Cristo, sin embargo al
menos en un aspecto sí es superior, y esta superioridad la expresa con un
poderoso efecto retórico proporcional a la brevedad de su rotunda afirmación:
«Pero canta».

Ahora voy a referirme a dos cantos donde aparecen dos personajes de la


mitología bíblica emparentados: Eva y Caín. Según la enseñanza cristiana Eva
es la primera mujer, la parte femenina de la creación de Dios.14 Su nombre en
hebreo, idioma en que fue escrito el Antiguo Testamento, significa “madre de la
vida” o “madre de los vivientes”. Algunas corrientes de teología
contemporánea, especialmente por impulso de la teología feminista, ha
destacado muchos de los rasgos positivos de este personaje como su
inteligencia, poder generador, uso de la libertad, iniciativa y otros valores que la
interpretación patriarcal de la Biblia ha ignorado o desvirtuado convirtiendo a
Eva en pecadora, necia, débil, engañadora. Silvio escribe un lindo canto donde
describe a una mujer, Eva, muy cercano a la imagen positiva de este
personaje, que creo está más próximo a la esencia del personaje bíblico que el
que promueven algunas interpretaciones cristianas. Esta es la canción:

«Eva no quiere ser para Adán.


La paridora pagada con pan.
Eva prefiere también parir,
pero después escoger dónde ir.
Por eso adquiere un semental
y le da uso sin dudas normal.
Eva cambió la señal.
Eva sale a cazar en celo.
Eva sale a buscar semilla.
Eva sale y levanta vuelo.
Eva deja de ser costilla.
Eva no intenta vestir de tul.
Eva no cree en un príncipe azul.
Eva no intenta falso papel:
El fruto es suyo con padre o sin él.
Eva se enfrenta al qué dirán
firma a timón, como buen capitán,
y encoge hombros Adán».

14
Ver el Libro del Génesis, capítulo 2.
19

Independientemente si se aprueba o reprueba la actitud de la Eva de la


canción, es innegable que hay una crítica implícita muy fuerte a los criterios y
prejuicios sociales que reprueban en las mujeres lo mismo que se exalta en los
hombres. Esta Eva, como la del relato bíblico, es libre, valiente, fuerte, realista
y representa para la sociedad una confrontación con su doble moral. La Eva de
esta canción deja de ser costilla y se convierte en ser humano en plenitud. Eva
se enfrenta al que dirán. Definitivamente «Eva cambió la señal».

En la canción Judith hay una breve referencia a Caín, hijo primogénito de Eva y
Adán, de acuerdo a la Biblia: «Pues es tarde quizá para mí y Caín me ha
marcado sobre la frente». Según la narración bíblica Caín asesina a su
hermano Abel movido por la cólera y los celos despertados a causa de que
Dios prefirió la ofrenda de su hermano menor. Como castigo por el fratricidio
Dios maldice a Caín y lo expulsa de su hogar, condenándolo a ser errante y
extranjero sobre la tierra. Caín se espanta ante el castigo y le dice a Dios que
entonces cualquiera que lo encuentre lo matará. Entonces Dios decide
protegerlo: “Y Dios puso una señal a Caín para que nadie que lo encontrara lo
atacara” (Génesis, capítulo 4, versículo 15). En la Biblia no se dice dónde
recibió Caín la señal, ni en qué consistió, pero esa señal fue su salvoconducto.
En el canto de Silvio es claro que la referencia está tomada de esta narración
bíblica aunque Silvio realiza una importante inversión, o más bien dos
inversiones de sentido: ahora es Caín quien pone la señal, y la señal no marca
para la vida sino para muerte15. El texto de Silvio donde se inscribe este verso
tiene alusiones vedadas a la muerte del personaje del canto, tiene un dejo de
despedida, por lo que la marca de Caín puede ser una referencia a la muerte,
ya sea a la física o a la emocional producida por la despedida de Judith. Sin
duda Silvio mismo es un artista marcado por la señal de la genialidad, un Caín
moderno.

En muchas otras canciones de Silvio las referencias bíblicas y cristianas no son


tan directas y elaboradas, sino más bien presentes por medio de ciertas
adjetivaciones, giros lingüísticos, alusiones a motivos tradicionales, palabras de
colorido religioso, etc., que en cierta manera forman parte del lenguaje
latinoamericano, tanto en su uso cotidiano como en su producción poética. Por
ello es digno de notarse el uso que hace de ellas un creador de la talla de
Silvio, quien trabaja sus textos de manera tan ardua y cuidadosa. Creo que
vale la pena al menos mencionar algunas de estas referencias, aunque sea a
manera de muestreo:

Silvio utiliza con frecuencia adjetivos como celestial, divino, sagrado, como lo
muestran los siguientes ejemplos: «Una mujer, una mujer, una mujer que no es
celestial» (Una mujer), para decir que se trata de una mujer normal, terrenal;
«son tus ojitos divinos» (Mujeres) refiriéndose a los ojos de su hija, que lo han
estremecido más que cualquier otra experiencia con mujeres; Los adjetivos
«impúdico y sangriento, divino y alado» (Con diez años de menos) sirven para
describir el lecho de los primeros encuentros amorosos; y en la misma canción
afirma: «habría blasfemado, con savia de su cuerpo quemaría los templos». En

15
Una obra maestra de la literatura universal que desarrolla a profundidad este motivo es la
novela Demian, de Herman Hesse.
20

una composición más enigmática, puede referirse por medio del lenguaje
religioso a una mujer y a la incertidumbre de una relación:

«Puede ser que tú seas el próximo dios de consumo


que amenace con traer un pan y que traiga el ayuno.
Puede ser que tú seas la llave de un cofre divino,
y también puede ser que me estrenes como asesino.
Puede que seas tú quien comparta este culto a la lluvia
bajo un techo de zinc, sobre un lecho, a las tres de la furia».

En Un día nuestros fantasmas los personajes no registrados u olvidados


regresarán a «ajustarle cuentas a la historia», entre ellos:

«El fantasma de una mujer inútil,


corazón de cazuela, juguete del altar y los disgustos».

Este ajuste de cuentas acontecerá «después de mil manifiestos sagrados».

En Preludio a Girón el verso «Nadie se va a morir, menos ahora que esta


mujer sagrada inclina el ceño» es la expresión de esperanza por el éxito de la
defensa cubana previa a la invasión fomentada por Estados Unidos al poco
tiempo del inicio de la revolución16. La mujer sagrada puede referirse a una
mujer común y corriente o a la revolución, o a ambas.

También utiliza Silvio en abundancia sustantivos del vocabulario religioso, tanto


del ámbito propio del cristianismo como en general del ámbito religioso. De
esta categoría también me limito a registrar algunos ejemplos. Las referencias
a Dios y a dioses son relativamente abundantes: «la vida secreta de un dios»
(La vida); «Viajamos entre la tormenta después de la explosión de Dios»
(Expedición); «Viejos y jóvenes creen que un cantor es un payaso con diablo y
con dios» (Defensa del trovador); la maza sin cantera y el personaje del canto
sin fe serían como «un eternizador de dioses del ocaso» (La maza). El cielo
aparece generalmente en su ambigüedad como elemento natural
meteorológico o como espacio simbólico, como en los dos próximos ejemplos:
«hay que quemar el cielo si es preciso por vivir, por cualquier hombre del
mundo, por cualquier casa» (La era está pariendo un corazón), y en dos versos
de La gaviota: «la palabra cielo se hizo en su boca» e «imperio de ala, de cielo
y de cuándo».

También en los próximos textos hay interesantes referencias. En Josah, la que


pinta, bellísimo poema al amor no correspondido, el poeta describe el impacto
de Josah en el mundo del hombre enamorado así: «Encantó, revolvió, disgregó
los aplomos, puso tiendas gitanas en todos los templos», en tanto que los
estragos en la vida misma del enamorado son descritos como:

«Las mañanas dejaron de significar,


en más de una ocasión no se cumplió el deber,
cada pase era un Día de Reyes en el curso de un mes».
16
Para conocer este episodio recomiendo la siguiente lectura: Paco Ignacio Taibo II, Ernesto
Guevara, también conocido como el Che (Barcelona: Planeta, 1996).
21

En los siguientes ejemplos se incluye incluso cierto tono humorístico. De la


anteriormente citada canción Preludio a Girón: «Guárdate tu oración, amigo
viejo, e invoca a Peralejo, que nos viene mejor». Ante la amenaza de la
inminente invasión en Playa Girón se exhorta a depositar la confianza no en la
oración sino en el popular personaje Peralejo.

Una de las situaciones que tuvo que vivir el personaje de Debo partirme en
dos, dividido entre los que quieren un canto simplista y convencional y los que
exigen rigor artístico e intelectual, registra: «Yo también parecía cantar como
un santo». Como santo cantaba canciones simples y anodinas, en tanto que su
vocación artística y compromiso ético-político lo llevaron por otros derroteros, a
interesarse por las cosas de este mundo conflictivo:

«Pero me fui enredando en más asuntos,


y aparecieron cosas de este mundo:
Fusil contra fusil, La canción de la trova;
y La era pariendo se puso de moda».

En la canción Escaramujo hay más bien una hibrides compuesta por diversas
deidades y fundadores de religiones, creando lo que en lenguaje teológico
podría llamarse sincretismo ecuménico:

«Soy aria, endecha, tonada,


soy Mahoma, soy Lao-Tsé,
soy Jesucristo y Yahvéh,
soy la serpiente emplumada,
soy la pupila asombrada
que descubre como apunta,
soy todo lo que se junta para vivir y soñar».

La referencia a estos personajes religiosos máximos es positiva pues, junto con


los elementos relacionados al canto (aria, endecha y tonada) ellos forman parte
de lo mejor de lo que impulsa a vivir y soñar. Aquí están representadas las
grandes religiones mundiales Islam, Confucionismo, Cristianismo y Judaísmo, y
hasta una de las más importantes religiones de los antiguos mexicanos está
representada por Quetzalcóatl, la “serpiente emplumada”. Curiosamente Silvio
se refiere al Dios del Antiguo Testamento como Yahvéh y no con el nombre
más común de Jehová. ¿Sabría Silvio que Yahvéh es una mejor opción de
traducción desde el punto de vista lingüístico y morfológico, conocimiento
propio de especialistas?

Silvio ha confesado en varias entrevistas su gusto por la lectura de libros de


historia. En muchas de sus canciones se refleja un conocimiento amplio de la
historia universal, y especialmente un conocimiento profundo de la historia de
América Latina y Cuba. En los siguientes textos las referencias que he
escogido tienen que ver directa o indirectamente con la historia del pueblo judío
o de la iglesia, que también aparecen en su cancionística. Empiezo con Por
muchos lugares:
22

«Por muchos lugares pasaba la historia.


El antiguo Egipto ya nos condenaba.
Todos conspiraron para reprimirnos
y como las lluvias vinieron las guerras.
Y el tiempo ha llorado detrás de estructuras,
pues nada se salva del orden perfecto».

Este texto lo anoto principalmente por su referencia al antiguo Egipto, el que


desempeña un papel muy importante en la historia del pueblo de Israel según
la Biblia, como se puede leer en sus dos primeros libros, llamados Génesis y
Éxodo. Según la narración bíblica, Israel es oprimido como esclavo en Egipto y
Dios lo libera por medio de la dirección de Moisés y hace un pacto eterno con
él, haciéndolo su pueblo elegido. Egipto será en la simbólica bíblica prototipo
del país opresor del pueblo de Dios. Éxodo significa en griego “salida” y se le
llamó así porque el libro registra la salida de Israel de Egipto.

También en relación a Egipto, aunque en relación a una época muy posterior,


aparece la fascinante figura de Cleopatra, la enigmática reina que tanto ha
interesado a la historia, el arte y la literatura. Silvio le dedica una canción y el
título de la misma, Cleopatra, y la menciono por interés general aunque sólo se
relaciona de manera indirecta con el tema de este ensayo. La primera estrofa
de la canción dice:

«Resbalando los dedos por el agua,


al pie de su ciudad vieja y caída,
sin esclavos ni Antonios, junto al Nilo,
vi un día a Cleopatra compungida».

De esta reina egipcia se enamoraron los emperadores romanos Julio César, de


quien tuvo un hijo, y posteriormente Marco Antonio, a quien hace referencia
este verso. Esta reina fue temible opositora de Herodes el Grande, el
sanguinario rey de Judea en el tiempo del nacimiento de Jesús de Nazaret. En
tiempo de Herodes, Cleopatra tenía ambiciones sobre Judea, pero no estaba
en condiciones político-militares para desafiar el poder de sus aliados-
amantes17.

En la Canción del elegido se menciona a uno de los personajes bíblicos más


conocidos en la cultura popular, el rey Salomón, quien según la Biblia fue hijo
del rey David y el hombre más sabio de su tiempo, además de poseedor de
una inmensa riqueza y un harén de más de mil mujeres. En el canto de Silvio,
el elegido «descubrió que las minas del Rey Salomón se hallaban en el cielo y
no en el África ardiente, como pensaba la gente». Este es otro de los cantos de
Silvio que por décadas han generado especulación controversia sobre la
identidad del “elegido”. Me parece que el texto tiene suficientes alusiones para
pensar en el Che Guevara, especialmente por la referencia al África, donde el

17
Para una excelente recreación de esta época y estos personajes recomiendo la magistral
novela histórica de Antonio Piñero, Herodes el Grande (Madrid: Esquilo, 2007).
23

Che estuvo participando en la guerrilla revolucionaria en el entonces conocido


como Congo.18

Por último, no puedo dejar de mencionar la canción que Silvio escribió sobre
los judíos del el campo de concentración nazi de Terezín, en la que con frases
breves y construcciones sencillas, logra comunicar parte del horror que un
lugar así significó:

«Una pesadilla blanca de chimeneas quemando sangre


para hijos de Judea con rara estrella y rostro de hambre».

Las referencias son claras respecto a los hornos crematorios, así como
también a los judíos asesinados, los “hijos de Judea”. La “rara estrella” se
refiere a la estrella de seis puntas, conocida como “estrella de David”, símbolo
sagrado del judaísmo, la que los judíos fueron obligados a portar en sus ropas
como señal identificatoria durante la dictadura nazi. Con un recurso de
economía narrativa que Silvio maneja con notable maestría, en un verso
brevísimo comunica un sentido inmenso, impactante, por su evocación a la
niñez destruida: «Terezín, pelota rota».

Ha propósito he dejado como último ejemplo de mi estudio a la única canción


en que Silvio aborda exclusivamente la vida y obra de Jesucristo, Jerusalén,
año cero:

«De mano en mano se pasa la verdad


y en cada mano olvidará algo de cierto,
y también se llevará de cada mano el parecer.
Si camináramos calendario atrás
todo estaría al revés.
Algunos dicen que es falso
y otros repiten que es cierto,
que entró en Jerusalén siendo de día.
Se dice que su túnica era blanca,
que iba posada en sus ojos
un ave del mediodía.
Aquel fue tiempo de tumbas,
aquel fue tiempo de flautas,
de mercaderes, de Legión Romana.
Se dice que la chusma lo seguía,
que en su palabra sencilla
se lavaba la mañana.
El Rey de los Judíos,
el Hijo de los Hombres,
el Cristo, el Nazareno, lo llamaban.
Jerusalén, año cero, y se cambió
la suerte con lo que pasó;
Jerusalén, año cero, y Nazaret
y el caserío de Belén;

18
La mejor obra que conozco sobre el Che es la ya recomendada de Paco Ignacio Taibo II.
24

Jerusalén, año cero, fue el lugar


donde ocurrió o donde no.
Fue enemigo del Imperio
y amigo de la palabra:
decía que todo era para todos.
Se dice que enseñaba a los pastores
a compartir las ovejas
y a cuidarse de los lobos.
Tanta enseñanza hizo ruido
en el poder de los templos
y en la madera lo clavaron recio.
Se dijo que por mago o hechicero,
pero si la historia es cierta
fue porque hiciera silencio».

En esta canción nos encontramos ante una especie de discreto homenaje del
poeta ateo a una de las personalidades religiosas más fascinantes, para los
cristianos y las cristianas la misma encarnación de Dios. Hay muchos rasgos
interesantes en el texto, pero me limitaré a unas pocas observaciones. La
figura de Jesucristo que Silvio pinta tiene poco en común por la presentada por
las iglesias institucionales y está muy cercana a la versión de la teología
latinoamericana de los años finales de la década de los 60, años de
consolidación de la revolución cubana y de gestación de la teología de la
liberación, tiempo en que es compuesto el canto (1969). Silvio recrea el
ambiente histórico de Jesucristo usando materiales y motivos que están
presentes en los evangelios: entrada a Jerusalén, vestimenta de túnica,
presencia de mercaderes y de legiones romanas, seguimiento de la chusma,
contacto con pastores. Además de estas referencias directas, Silvio transforma
otros motivos o los usa de una manera diferente a su función en las
narraciones evangélicas, ya sea por desconocimiento o haciendo uso de la
libertad creadora, pero con gran sensibilidad poética: tiempo de tumbas, tiempo
de flautas, amigo de la palabra, compartir las ovejas.

También hay elementos que no se encuentran en los evangelios, pero que se


adecuan muy bien en la descripción del marco histórico y del personaje como
“su túnica era blanca” y “decía que todo era para todos”. Por otro lado, los
evangelios no se refieren a Jesús como “Hijo de los Hombres”, sino como Hijo
del Hombre, figura misteriosa que muy probablemente está tomada del libro del
profeta Daniel.

Sorprendentemente hay unos detalles que incluso son resultado de la


investigación científica de los evangelios y no conocidos por la gran mayoría de
creyentes miembros de iglesias, como la forma en que se van gestando los
evangelios, los que tuvieron su origen en la tradición oral, la que fue adoptando
y transformando las tradiciones recibidas en un largo proceso. Pero Silvio lo
dice más sencillo y preciso que cualquier teólogo: «De mano en mano se pasa
la verdad, y en cada mano olvidará algo de cierto, y también se llevará de cada
mano el parecer». La designación de Belén como “caserío” es exacta, pues
pueblo o ciudad no son adecuadas. También certera y profunda es la
descripción de Jesús como “enemigo del Imperio y amigo de la palabra”, y lo
25

mismo es válido para la conclusión respecto a la motivación de asesinarlo,


probablemente un contubernio entre los representantes de los poderes político
(romanos) y religiosos (líderes religiosos judíos) para quienes Jesús
representaba un peligroso perturbador, por ello: «Tanta enseñanza hizo ruido
en el poder de los templos, y en la madera lo clavaron recio … porque hiciera
silencio». Otra intuición verdaderamente sorprendente es la acusación de
“mago o hechicero” que registra la canción, pues estudios recientes han
propuesto que esta fue una de las principales acusaciones contra Jesús19,
especialmente provocada por su intensa actividad terapéutica, una de las
características más ampliamente registradas por los evangelios.

En fin, la imagen que se descubre de Jesús aquí está muy cercana a la de la


teología latinoamericana del tiempo de la composición del canto, y revela cierta
admiración de Silvio por Jesucristo, especialmente de su dimensión humana y
su actividad en favor de los grupos excluidos. Este canto es un ejemplo de
poesía religiosa desplegada al servicio de comunicar una visión sincera y
creyente sin perder para nada su reserva crítica. Este Jesús de Silvio es
bastante digno de credibilidad, lo mismo que el de los evangelios. Dudo que
sean muchos los teólogos, curas o predicadores que puedan presentarlo con la
sencillez, poesía y calidez con que lo hace Silvio Rodríguez, el gran poeta ateo
bendecido por Dios con el don de la creación artística y la palabra mágica.

Conclusión para no concluir

La poesía no es interpretable, pero puede ayudar a iluminar dimensiones de la


existencia, especialmente aquellas donde la razón y sus exigencias tienen
dificultades de penetrar. La poesía de Silvio tampoco es interpretable, por eso
este ensayo no es de interpretación, sino de evocación. Es más una sencilla
confesión de la fascinación que la obra de este gran artista ha ejercido sobre mi
vida y pensamiento, incluso pensamiento teológico. A manera de conclusión
parcial quiero formular alguna especie de síntesis de lo que me parecen ser
algunas ideas señaladas por medio de este muestreo.

Silvio Rodríguez es un artista que recoge con frecuencia las inquietudes


existenciales de la gente común y las expresa en sus cantos transformadas en
poesía. La imágenes y el vocabulario religioso están muy presentes en su obra,
pero libre de dogmatismos y con frecuencia expresando una crítica feroz contra
la religión institucionalizada. Silvio no está en contra de la religión, pero sí de
las instituciones que coartan la libertad humana o con las que no son
consecuentes entre sus postulados y sus acciones. Su espiritualidad es la de
un hombre que cree en el valor de la existencia y que ve la vida material no
como lo contrario a la espiritualidad sino como condición para el desarrollo
humano pleno. Él lo explica en una entrevista con mucha mayor claridad de lo
que yo pudiera hacerlo, cuando le preguntaron sobre el papel de la religiosidad
en sus canciones:

19
En la literatura científica: Morton Smith, Jesus the Magician (New York: Orbis Book, 1978);
John Dominic Crossan, Der historische Jesus (München: Beck, 1995) (Hay versiones en
español de ambas obras, a las que no tengo acceso al momento de escribir este ensayo).
26

“Claro, Cuba es un país de mucha religiosidad. Uno está escuchando


constantemente diferentes expresiones, comentarios, alusiones y, además,
está en contacto con la religiosidad. Porque también en algún momento de la
vida uno pasa por esas inquietudes, si hay un más acá, si hay un más allá, si
hay un acullá, y es normal. Entonces, esas cuestiones también conforman
nuestro universo de ideas, son parte de él. Las canciones están usadas para
decir, a través de ellas, otras cosas. A veces para oponerse, incluso, a esas
ideas. Yo distingo mucho lo que es la religiosidad o la espiritualidad, de lo que
son las iglesias”20.

Y también ante una pregunta directa sobre Cristo contesta: “El tema de Cristo
no ha envejecido. Yo no tengo la culpa de que la religión se haya puesto de
moda ahora otra vez”21. Es así como llegamos a conocer que el uso de estas
ideas, vocabulario y metáforas religiosas están usadas también con conciencia
del efecto que pueden causar, pero básicamente porque son parte del mundo
del artista, su cultura, su sociedad, y también de las ideas que forman su
patrimonio intelectual y espiritual cubano y latinoamericano.

Estoy de acuerdo con Arturo Volantines cuando afirma que “Funde y funda
Silvio Rodríguez lo mejor de la literatura latinoamericana en su música: lo
mítico con lo místico, lo mágico con lo cotidiano, lo concreto con lo abstracto y
lo leve con lo insondable”22. No es ninguna exageración decir que Silvio
significa a la cancionística latinoamericana lo que es García Márquez para la
literatura. Además tienen en común que también el genio creador colombiano
usa mucho las imágenes religiosas en su obra.

En un mundo como el nuestro que está amenazado por un capitalismo salvaje


y un proceso globalizante que lo diluye todo y lo reduce todo a valores de
compra-venta y a una lógica de máxima eficacia, la obra de artistas como Silvio
Rodríguez pueden ayudar a recrear un mundo alternativo, el de las ideas, la
poesía, la sensibilidad, la fusión de lo popular con lo divino. Y en un mundo
como el latinoamericano, donde la religión es un componente esencial, dejarse
provocar y confrontar por las ideas y el vocabulario de Silvio sólo puede
significar un reencuentro con lo mejor y más profundo de nuestra cultura y fe,
con nuestra forma de creer y de vivir, de amar y de morir.

Si estos apuntes sirven para estimular a alguien para un acercamiento a la obra


de Silvio, o a la intención de profundizar en ella, evaluaré como cumplida mi
intención. Por mi parte, mi interés es seguir ocupándome con esta poesía y
música en el humilde intento de aprender a hablar de Dios y de la fe con la
sencillez y profundidad simultáneas con que Silvio lo hace. Y espero poder ir
descubriendo como hasta hoy poco a poco detalles ocultos, giros
deslumbrantes, pensamientos provocantes, en fin … tal vez al fin del camino
incluso llegue a encontrar el Unicornio Azul que un día se le perdió (pues ya me
pagó por adelantado cien mil y un millón).

dchiquete@hotmail.com

20
Tomada de Alemán y Alemán, Op. cit., pág. 17.
21
Ibid., pág. 26.
22
Ibid., pág. 146.

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