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Uno de los aspectos que ha sido poco señalado respecto a la obra de Silvio es
la cantidad de referencias religiosas que contienen sus cantos. Estas
referencias van desde la discusión de temas teológicos o religiosos hasta el
uso de palabras comunes del cristianismo y del ámbito de las iglesias, pasando
por motivos y personajes bíblicos. Me parece que estos motivos aparecen en
ocasiones simplemente porque ya están incorporados en el habla común, son
parte del inconciente colectivo, del patrimonio cultural de los pueblos
1
Artículo publicado por la Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales: www.relep.org
2
Para la elaboración de este trabajo me han sido muy valiosas las siguientes obras: Ernesto
Alemán y Guillermo Alemán, Por quien merece amor (La Habana: Letras Cubanas, 2005);
Víctor Casaus y Luis Rogelio Nogueras, Silvio: Que levante la mano la guitarra (La Habana:
Letras Cubanas, 1984).
2
3
Alemán y Alemán, Op. cit., pág. 17.
4
Neologismos tomados de Casaus y Nogueras, Op. cit., pág. 5.
3
En Al final de este viaje en la vida la idea de Dios aparece casi como la síntesis
de las más grandes esperanzas que se expresan en toda la canción. El poeta
cree que la vida presente, marcada por la lucha y los esfuerzos humanos por
un mundo mejor, se dirige al triunfo de los más altos ideales humanos,
especialmente el de la afirmación de la vida misma, la que se presenta como
un avance continuo hacia un estado siempre mejor, como se descubre en los
siguientes versos:
En otros cantos Silvio también alude a muertos que iluminan la vida de los
vivos a través de sus ejemplos, enseñanzas, las condiciones de vida que
crearon u otras maneras formas de haberse inmortalizado. En La vergüenza
hay una alusión a esa compañía benefactora de predecesores que iluminan la
existencia de los vivos:
5
Me parece interesante una comparación de este canto con el siguiente texto bíblico de la
Carta a los Hebreos, capítulo 12, versículo 1: “Por tanto, también nosotros, teniendo en torno
nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y
corramos con constancia la carrera que se nos propone”.
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“existen” son nuevamente aquí tanto los personajes históricos que participaron
en la hazaña de la toma del cuartel Moncada, así como todas las personas que
con el sacrificio de la propia vida posibilitan una mejor vida para sus
contemporáneos o para las generaciones posteriores. En ese sentido, todos
somos beneficiados con la existencia de este tipo de personajes,
representados aquí por los héroes del Moncada:
Silvio menciona con frecuencia en sus canciones a los ángeles y los demonios
en una amplia variedad de situaciones y caracterizaciones. Las figuras de
ángeles y demonios están muy presentes en el imaginario religioso cristiano,
tanto en el catolicismo como en el protestantismo. En la Biblia aparecen como
seres celestiales con funciones mediadoras entre Dios y los seres humanos.
Por lo general, los demonios son seres malignos y los ángeles benignos,
aunque en algunos pasajes de la Biblia las funciones son más bien ambiguas o
híbridas, por ejemplo Satanás puede aparecer como miembro de la corte
celestial, sujeto a Dios6, o los ángeles como los ejecutores de castigos divinos.
También en la cancionística de Silvio se descubre esta dimensión ambigua de
los seres celestiales, lo que le permite al poeta jugar con el sentido de estos
personajes. Tal vez la canción más significativa de Silvio con el tema de los
ángeles sea Ángel para un final. En esta canción utiliza la figura del ángel para
hablar de un poder presente en la vida humana poseedor de una gran fuerza
capaz de causar estragos. Ese poder puede ser tanto la muerte como el amor,
situaciones humanas muy cercanas y en cierta manera intercambiables, idea
muy presente en la poesía de algunos de los poetas favoritos de Silvio como
César Vallejo, José Martí, Miguel Ángel de Quevedo o Juan Gelman. En esta
canción tanto la muerte como el amor pueden ser lo representado por el ángel,
ya sea como expresión de un final (muerte) o un principio (amor). En el primero
de los versos del canto la expresión es aun imprecisa:
6
Ver el Libro de Job, capítulo 2 en La Biblia
8
«Ahora comprendo
cuál era el ángel
que entre nosotros pasó:
era el más terrible, el implacable,
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal;
ángel que pasa, besa y abraza:
ángel para un final».
«Nací cuando las nebulosas aún eran polvo cósmico en loca fricción,
cuando ni el bisabuelo de este universo había conocido la luz».
En este mismo verso está recogida la idea de que los demonios son ángeles
caídos o castigados por Dios debido a su rebeldía o por haber deseado a las
mujeres, como afirma una de las más antiguas interpretaciones cristianas
respecto al capítulo 6 del libro del Génesis.
En Defensa del trovador hay otro verso con referencia a seres celestiales:
«Quizá los matices que busca los halle en las alas de un ángel,
entre los demonios o en otro universo mejor» (El seguidor de arco iris).
Otros motivos bíblicos que aparecen en algunos cantos de Silvio son el paraíso
y el infierno. Las tradiciones cristianas entienden elementalmente el paraíso
como un lugar feliz a donde habrán de ir los fieles cristianos y las fieles
cristianas después de la muerte. Muchos teólogos antiguos lo identificaron con
el jardín original de donde fueron expulsados Adán y Eva, conocido como
Jardín del Edén. Otros lo identifican con la ciudad futura prometida en el libro
del Apocalipsis que, según afirmaciones del autor de este libro, bajará del cielo
y donde no habrá dolor ni muerte, llamada “Nueva Jerusalén”.7 El infierno es
concebido también en el libro del Apocalipsis como el lugar final de castigo
7
Apocalipsis, capítulo 21.
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de esperanza, como el dolor del parto. Esta imagen del cambio de eras
anunciado por catástrofes y dolores proviene del pensamiento apocalíptico
judeocristiano; en esta canción el llanto es el del propio poeta, descrito como
“voz de templo”:
Se usa también la imagen del hombre que no necesita un vínculo formal con
las iglesias para ser ejemplar: «Hombre, hombre sin templo, desciende a mi
ciudad tu ejemplo» (Hombre), así como: «Y él no tuvo iglesias, pero algo de
altares al amor hubo entre los lienzos» (El pintor de las mujeres-soles).
Testamento registra algunos temas con los que el autor está en deuda, entre
ellos aparece nuevamente el de los pecados:
Aquí tampoco los pecados son actos por los cuales deba arrepentirse, sino
actos que el autor no ha tenido oportunidad de realizar, es decir, tareas o
sueños pendientes. Es una auténtica transformación semántica. El pesar no es
haber hecho algo por lo que deba arrepentirse, sino que no le ha alcanzado
aún la vida para lograrlo.
8
Evangelio según Marcos, capítulo 6, versículos 30-44. También está registrada esta historia
en el Evangelio según Mateo, capítulo 14, Evangelio según Lucas, capítulo 9 y Evangelio
según Juan, capítulo 6.
9
Evangelio según Marcos, capítulo 6, versículos 45-52. También en Evangelio según Mateo,
capítulo 14 y Evangelio según Juan, capítulo 6.
14
Otra posible alusión en este sentido puede estar oculta en «debo encontrar la
semilla del hijo y del padre» (Debo), pues en el Nuevo Testamento y la
tradición cristiana se designa a Dios y a Jesucristo respectivamente como el
Padre y el Hijo para expresar la relación existente entre ellos.
En Juego que me regalo un 6 de enero el poeta expresa entre sus deseos: «El
día del Armagedón no quiero estar tras la puerta». El Armagedón es un valle
localizado en Palestina, cerca de Jerusalén, donde el autor del libro del
Apocalipsis visualiza una gran batalla entre las huestes del Anticristo y las de
Cristo que se desarrollaría antes de la llegada del mundo nuevo10. El fin de esa
batalla es el inicio del nuevo orden visualizado por el autor del Apocalipsis. Por
ello es fácil entender este verso como expresión de una clara voluntad del autor
implícito de participar en el cambio de una época, si no de la apocalíptica, sí de
la que le ha tocado vivir. No querer estar detrás de la puerta es querer estar
delante de ella, fuera, donde se desarrolla la lucha, donde se juega el destino y
la historia.
El verso «sobre la primera cruz despierta la verdad» de Fusil contra fusil parece
evocar sutilmente la convicción cristiana de que en la cruz donde fue asesinado
Jesucristo se revela la verdad de su vida y la vida que su muerte genera. Para
el cristianismo esa es “la primera cruz”, no en sentido cronológico sino
teológico.
En forma casi paralela al anterior verso me parece haber otra alusión motivada
en la imaginería cristiana en Canción urgente para Nicaragua:
En Supón, entre las escenas imaginadas del personaje del canto, recién
enamorado, está la siguiente: «Supón que tanto tu fulgor persigo que aplasto
un surco y tengo mi sermón». “Sermón” es una de las formas de llamar al
mensaje del sacerdote o del pastor en la misa o el culto. Me parece poco
probable que Silvio aluda aquí a este tipo de mensaje, y más bien creo es una
forma de decir que el personaje de la canción, popularmente conocido como “el
10
Ver el Libro del Apocalipsis, capítulo 16, versículos 12-16.
15
La referencia a la sotana implica la idea de que esta vestimenta usada por los
sacerdotes para oficiar la misa oculta o limita la autenticidad humana. La
respuesta ante quienes pretendan la sumisión es la “caravana de sentimientos
gigantes”, lo contrario a los sentimientos enanos o mezquinos.
11
Ver el Libro del Génesis, capítulo 8, versículos 6-12.
12
Ver el Evangelio según Marcos, capítulo 1, versículos 9-11. También está registrada la
escena en el Evangelio según Mateo, capítulo 3 y el Evangelio según Lucas, capítulo 3.
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El tema del amor está muy presente en la obra de Silvio y también para
desarrollarlo recurre en ocasiones al imaginario cristiano. Me limito a modo de
muestra al canto que considero más ejemplar sobre este tema, tanto por el uso
de las imágenes como por la belleza de la composición. Me refiero a Sólo el
amor y concretamente al siguiente verso compuesto a base de afirmaciones:
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“Hay hombres que luchan un día
y son buenos.
Hay otros que luchan un año
y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años
y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida:
esos son los imprescindibles”.
(Bertolt Brecht)
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14
Ver el Libro del Génesis, capítulo 2.
19
En la canción Judith hay una breve referencia a Caín, hijo primogénito de Eva y
Adán, de acuerdo a la Biblia: «Pues es tarde quizá para mí y Caín me ha
marcado sobre la frente». Según la narración bíblica Caín asesina a su
hermano Abel movido por la cólera y los celos despertados a causa de que
Dios prefirió la ofrenda de su hermano menor. Como castigo por el fratricidio
Dios maldice a Caín y lo expulsa de su hogar, condenándolo a ser errante y
extranjero sobre la tierra. Caín se espanta ante el castigo y le dice a Dios que
entonces cualquiera que lo encuentre lo matará. Entonces Dios decide
protegerlo: “Y Dios puso una señal a Caín para que nadie que lo encontrara lo
atacara” (Génesis, capítulo 4, versículo 15). En la Biblia no se dice dónde
recibió Caín la señal, ni en qué consistió, pero esa señal fue su salvoconducto.
En el canto de Silvio es claro que la referencia está tomada de esta narración
bíblica aunque Silvio realiza una importante inversión, o más bien dos
inversiones de sentido: ahora es Caín quien pone la señal, y la señal no marca
para la vida sino para muerte15. El texto de Silvio donde se inscribe este verso
tiene alusiones vedadas a la muerte del personaje del canto, tiene un dejo de
despedida, por lo que la marca de Caín puede ser una referencia a la muerte,
ya sea a la física o a la emocional producida por la despedida de Judith. Sin
duda Silvio mismo es un artista marcado por la señal de la genialidad, un Caín
moderno.
Silvio utiliza con frecuencia adjetivos como celestial, divino, sagrado, como lo
muestran los siguientes ejemplos: «Una mujer, una mujer, una mujer que no es
celestial» (Una mujer), para decir que se trata de una mujer normal, terrenal;
«son tus ojitos divinos» (Mujeres) refiriéndose a los ojos de su hija, que lo han
estremecido más que cualquier otra experiencia con mujeres; Los adjetivos
«impúdico y sangriento, divino y alado» (Con diez años de menos) sirven para
describir el lecho de los primeros encuentros amorosos; y en la misma canción
afirma: «habría blasfemado, con savia de su cuerpo quemaría los templos». En
15
Una obra maestra de la literatura universal que desarrolla a profundidad este motivo es la
novela Demian, de Herman Hesse.
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una composición más enigmática, puede referirse por medio del lenguaje
religioso a una mujer y a la incertidumbre de una relación:
Una de las situaciones que tuvo que vivir el personaje de Debo partirme en
dos, dividido entre los que quieren un canto simplista y convencional y los que
exigen rigor artístico e intelectual, registra: «Yo también parecía cantar como
un santo». Como santo cantaba canciones simples y anodinas, en tanto que su
vocación artística y compromiso ético-político lo llevaron por otros derroteros, a
interesarse por las cosas de este mundo conflictivo:
En la canción Escaramujo hay más bien una hibrides compuesta por diversas
deidades y fundadores de religiones, creando lo que en lenguaje teológico
podría llamarse sincretismo ecuménico:
17
Para una excelente recreación de esta época y estos personajes recomiendo la magistral
novela histórica de Antonio Piñero, Herodes el Grande (Madrid: Esquilo, 2007).
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Por último, no puedo dejar de mencionar la canción que Silvio escribió sobre
los judíos del el campo de concentración nazi de Terezín, en la que con frases
breves y construcciones sencillas, logra comunicar parte del horror que un
lugar así significó:
Las referencias son claras respecto a los hornos crematorios, así como
también a los judíos asesinados, los “hijos de Judea”. La “rara estrella” se
refiere a la estrella de seis puntas, conocida como “estrella de David”, símbolo
sagrado del judaísmo, la que los judíos fueron obligados a portar en sus ropas
como señal identificatoria durante la dictadura nazi. Con un recurso de
economía narrativa que Silvio maneja con notable maestría, en un verso
brevísimo comunica un sentido inmenso, impactante, por su evocación a la
niñez destruida: «Terezín, pelota rota».
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La mejor obra que conozco sobre el Che es la ya recomendada de Paco Ignacio Taibo II.
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En esta canción nos encontramos ante una especie de discreto homenaje del
poeta ateo a una de las personalidades religiosas más fascinantes, para los
cristianos y las cristianas la misma encarnación de Dios. Hay muchos rasgos
interesantes en el texto, pero me limitaré a unas pocas observaciones. La
figura de Jesucristo que Silvio pinta tiene poco en común por la presentada por
las iglesias institucionales y está muy cercana a la versión de la teología
latinoamericana de los años finales de la década de los 60, años de
consolidación de la revolución cubana y de gestación de la teología de la
liberación, tiempo en que es compuesto el canto (1969). Silvio recrea el
ambiente histórico de Jesucristo usando materiales y motivos que están
presentes en los evangelios: entrada a Jerusalén, vestimenta de túnica,
presencia de mercaderes y de legiones romanas, seguimiento de la chusma,
contacto con pastores. Además de estas referencias directas, Silvio transforma
otros motivos o los usa de una manera diferente a su función en las
narraciones evangélicas, ya sea por desconocimiento o haciendo uso de la
libertad creadora, pero con gran sensibilidad poética: tiempo de tumbas, tiempo
de flautas, amigo de la palabra, compartir las ovejas.
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En la literatura científica: Morton Smith, Jesus the Magician (New York: Orbis Book, 1978);
John Dominic Crossan, Der historische Jesus (München: Beck, 1995) (Hay versiones en
español de ambas obras, a las que no tengo acceso al momento de escribir este ensayo).
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Y también ante una pregunta directa sobre Cristo contesta: “El tema de Cristo
no ha envejecido. Yo no tengo la culpa de que la religión se haya puesto de
moda ahora otra vez”21. Es así como llegamos a conocer que el uso de estas
ideas, vocabulario y metáforas religiosas están usadas también con conciencia
del efecto que pueden causar, pero básicamente porque son parte del mundo
del artista, su cultura, su sociedad, y también de las ideas que forman su
patrimonio intelectual y espiritual cubano y latinoamericano.
Estoy de acuerdo con Arturo Volantines cuando afirma que “Funde y funda
Silvio Rodríguez lo mejor de la literatura latinoamericana en su música: lo
mítico con lo místico, lo mágico con lo cotidiano, lo concreto con lo abstracto y
lo leve con lo insondable”22. No es ninguna exageración decir que Silvio
significa a la cancionística latinoamericana lo que es García Márquez para la
literatura. Además tienen en común que también el genio creador colombiano
usa mucho las imágenes religiosas en su obra.
dchiquete@hotmail.com
20
Tomada de Alemán y Alemán, Op. cit., pág. 17.
21
Ibid., pág. 26.
22
Ibid., pág. 146.